La Terapia Sexual Relacional
La Terapia Sexual Relacional
La Terapia Sexual Relacional
160210
The importance of adult sexuality in society and in our daily lives is undeniable and even more so
when difficulties appear that make it difficult for us to enjoy it and make us suffer. We suspect, based
on our clinical experience and our own data (EPIFEAP study), that in the consultations of the
psychotherapists with whom we collaborate, the demands of the patients do not include these sexual
dysfunctions very often. In this article we ask ourselves some questions in this sense and we use the
data from the Estudio_Sex to reflect and elaborate some answers and hypotheses. We also explain
the type of sexual psychotherapy we use in our practice.
Key Words: Relational psychotherapy, sexual therapy, sexual dysfunction, sexuality
English Title: Relational sex therapy. Reflections on the approach to adult sexuality in the
psychotherapist's office. Results of the Study-Sex
1
Doctor en Medicina (URJC), médico de familia, psicoterapeuta psicoanalítico acreditado por la FEAP
(Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas) y sexólogo clínico por la Universidad de Barcelona.
Coordinador nacional de los estudios EPIFEAP, El futuro de la psicoterapia, Impacto psicológico de la pandemia
por COVID 19 en psicoterapeutas españoles y Estudio_Sex: manejo de la sexualidad adulta en la consulta del
psicoterapeuta. Miembro fundador del Grupo para el Estudio y la Investigación de la Terapia Sexual Relacional
(GEITSR). Vicepresidente del CEAP (Centro de Estudios y Aplicación del Psicoanálisis de Madrid). Coautor del
libro Terapia Sexual Relacional. [email protected]
2
Psicóloga clínica, sexóloga clínica, psicoterapeuta psicoanalítica relacional. Responsable de la unidad de
psicología clínica y sexología en la Clínica Palacios (Madrid). Docente, supervisora y vicepresidenta del IPR
(Instituto de Psicoterapia Relacional de Madrid). Presidenta de la Sección de Psicoterapias Psicoanalíticas de
FEAP. Presidenta de FEMyS (Fundación Española Mujer y Salud). Miembro fundador del Grupo para el Estudio
y la Investigación de la Terapia Sexual Relacional (GEITSR). Coautora del libro Terapia Sexual Relacional.
[email protected]
La consulta suele ser un barómetro de lo que pasa en la sociedad que, como afirmaba ya
Erich Fromm en los años cincuenta del pasado siglo, es dinámica, activa, y está siempre en
constante transformación (Fromm, 1974). Es indudable que los psicoterapeutas formamos
parte de nuestra sociedad y nuestro tiempo, y que en psicoterapia nos encontramos con
personas cuyas demandas son un reflejo del momento social actual.
A los autores nos interesa conocer la influencia del contexto social en el desarrollo de la
subjetividad y las relaciones personales, y como sexólogos también nos interesa aprender
acerca de esta influencia en la percepción que cada uno tiene de la vivencia del sexo y de la
intimidad, así como del abordaje de la sexualidad adulta y las relaciones de pareja, y cómo
todo esto nos afecta a nosotros como psicoterapeutas.
En un estudio denominado EPIFEAP, que publicamos en 2021 (Gallego, 2021), estudiamos
la actividad clínica psicoanalítica en España y preguntamos a los psicoterapeutas
investigadores cuáles eran los motivos de consulta - principal y secundario- por los que sus
pacientes buscaban ayuda. Estos motivos se recogen en la tabla 4 del artículo (Gallego, 2021).
Como sexólogos estamos habituados a recibir demandas relacionadas con dificultades
sexuales, y nos llamó poderosamente la atención que la insatisfacción sexual fue recogida
como motivo de consulta principal tan sólo en un 5,2 % de los pacientes. Incluso si incluimos
el 2,9 % de los pacientes que presentaron dificultades sexuales como motivo de consulta
secundario, estamos en un 8 %, muy por debajo de las cifras poblacionales de incidencia y
prevalencia de las disfunciones sexuales (Laumann, 2005).
Nuestra experiencia en la consulta es justo la opuesta, tal vez sesgada por nuestra
especialización en sexología, donde vemos cada vez con mayor frecuencia demandas
sexuales que pensamos que son un reflejo del momento actual.
Una mirada a nuestro alrededor, nos muestra un mundo lleno de diversidad donde
interactúan países, personas y empresas ubicadas en regiones del mundo muy diversas. Con
un solo clic tenemos en nuestra mano el mundo entero y, con la ilusión de formar parte de él,
conectamos con personas en un espacio en el que la realidad y la virtualidad a veces se
confunden, las fronteras entre los lugares y los no-lugares se han diluido.
Nos hemos instalado en la sociedad de la disociación de las emociones; la individualidad
(Hernando, 2012), el yo como un bien de consumo; la sustitución de la realidad por el deseo,
pero también la agonía del Eros, y la expulsión de lo distinto (Han, 2017, 2019). Estamos de
acuerdo con López Mondéjar cuando habla de las mutaciones antropológicas que nos
aquejan, definiendo el concepto de fantasía de invulnerabilidad como una particular ilusión
narcisista que permite a modo de defensa refugiarse en la omnipotencia y negar la propia
fragilidad (López Mondéjar, 2022). Podemos afirmar que habitamos la sociedad del ¡YA! todo
tiene que ser inmediato, sin esfuerzo y sin espera, negando cualquier idea de limite; el valor
fundamental es la juventud y el éxito que son sinónimos de placer, dinero, y poder: factores
predominantes en el modelo oficial de felicidad. Y esto lo vemos reflejado en los eslóganes
de las campañas publicitarias: “Adelgace sin pasar hambre”; “No limits”; “Imposible is
nothing”; “Aprenda inglés en 3 meses y sin esfuerzo”; “Yes we can” y tantos otros.
Actualmente, los comportamientos sexuales son muy diferentes a los de otras épocas
pasadas, puesto que se viven con más libertad y naturalidad; sin embargo, esto no significa
que no haya contradicciones ni problemas; tal vez el sexo no se deja banalizar tanto como
quisiéramos. Cada persona es única y en nuestra sociedad occidental, en el terreno sexual hay
una serie de costumbres, a veces implícitas y otras explicitas, que son observables y
frecuentes, tales como:
- se sigue anhelando un amor-pasión para toda la vida, hay deseo de vinculación junto al
miedo a que esto ocurra y se pierda la propia individualidad.
- predominan las falsas expectativas sobre el deseo y el placer físico a los que se les otorga
un poder casi mágico. Hay una supremacía del cuerpo.
- el sexo se ha convertido en un objeto más de consumo, que se puede desechar en cuanto
las ganas desaparezcan, … estemos juntos mientras dure la pasión … hay un predominio de los
vínculos frágiles, rápidos, idealizados y separados de la vida domestica, tal como explica
Bauman (2018).
- junto a la necesidad de expresar sentimientos aparece el vértigo a desnudarse
emocionalmente.
- aunque es un hecho que la reproducción está desligada cada vez más de la sexualidad, se
suele ignorar el impacto que esto, y los métodos anticonceptivos tienen en el sexo.
- la influencia de las redes sociales esta siendo decisiva en el cambio de costumbres
sexuales con las Apps de contacto tipo Tinder1, Instagram, Tik Tok ... o el propio WhatsApp
que ha desplazado al teléfono en la comunicación diaria.
- la pornografía2 es cada vez más accesible y se consume a edades más tempranas, esto
junto a la falta de educación afectivo- sexual en el ámbito escolar y en el familiar está dando
lugar a un aumento de la violencia y de las conductas sexuales de riesgo.
- hay una mayor cosificación del cuerpo, el otro desaparece como sujeto y aparece
únicamente como objeto de consumo lo que de algún modo dificulta que aparezca la
intimidad.
Los datos de nuestro estudio EPIFEAP y nuestra experiencia clínica nos llevan a hacernos
una serie de preguntas que nos gustaría responder en este artículo hasta donde seamos
capaces. ¿los pacientes consideran la psicoterapia un recurso adecuado para atender sus
dificultades/síntomas sexuales? ¿por qué las disfunciones sexuales están infrarrepresentadas
en las consultas de psicoterapia? ¿cómo abordamos este tipo de problemas? ¿los
psicoterapeutas recibimos suficiente formación sobre el estudio y tratamiento de las
disfunciones sexuales?
Para intentar contestar a estas preguntas diseñamos el Estudio_Sex, una encuesta online
de 27 preguntas; anónima; y dirigida a psicoterapeutas de cualquier orientación y escuela que
estuvieran ejerciendo o en formación en España. El periodo de recogida de datos fue entre los
meses de julio y septiembre de 2022. La difusión del cuestionario del estudio se hizo en redes
sociales, grupos de WhatsApp, por correo electrónico a asociaciones de FEAP. Se comentan
a continuación los principales resultados (se adjuntan tablas de resultados en el anexo 1 al
final del articulo):
- se recogieron 143 encuestas de psicoterapeutas de todo el territorio nacional y de todas
las escuelas y orientaciones, siendo las más numerosas la orientación psicodinámica (65%), la
sistémica (23%) y la humanista (20%).3
- el 50 % de los encuestados contestó que en el último año había recibido algún paciente
cuyo motivo de consulta estaba directamente relacionado con una dificultad sexual. Este
porcentaje sube hasta el 78% cuando la dificultad sexual no es el motivo de consulta inicial,
pero aparece durante las primeras sesiones.
- el 97 % de los psicoterapeutas consideran que deberíamos estar formados para entender
las disfunciones sexuales. Un 67 % considera que además de entenderlas, también
deberíamos saber manejarlas.
- el 51 % de los participantes del estudio ha recibido formación en disfunciones sexuales
durante su periodo de formación como psicoterapeutas.
- el 72 % de los psicoterapeutas consideran que no están suficientemente formados.
Los resultados del Estudio_Sex, nos pueden servir para generar algunas hipótesis y
plantear potenciales respuestas a nuestras dudas. Obviamente no es un estudio que analice
una muestra representativa de todo el colectivo de psicoterapeutas españoles, pero son los
mejores datos de que disponemos.
Parece que los pacientes sí consideran que la consulta de psicoterapia puede ser un recurso
válido para encontrar solución a sus dificultades sexuales, ya que la mitad de los encuestados
admite que ha recibido este tipo de demandas. Además, la mayoría de los psicoterapeutas
detectan con facilidad estas dificultades, incluso cuando no es el motivo principal de consulta.
Esto implica que exploramos la sexualidad en las primeras entrevistas.
Cuando una persona acude a nuestra consulta de psicoterapia con un problema en su
sexualidad, de forma implícita ya ha asumido que su problema tiene un origen psicológico o
un problema de pareja. Si se sintiera enferma, o quisiera descartar un problema orgánico,
como de hecho es bastante frecuente que ocurra, iría a la consulta de medicina, o sexología.
De hecho, aprovechamos para mencionar aquí que concebimos las disfunciones sexuales
como síntomas potencialmente orgánicos y/o psíquicos, de etiología multifactorial, y que
requieren muchas veces en su abordaje un trabajo en equipo, incluyendo tanto la parte
psicológica como el estudio médico.
Nuestra sociedad es una sociedad medicalizada, y la sexualidad, por tanto, también lo
está. En 1980, la American Psychiatric Association (APA) publica la tercera edición del DSM-
III4, siendo ésta la primera vez que aparecen las disfunciones psicosexuales, que es como
llamaron en el DSM-III a las actuales disfunciones sexuales. Así es como se pasa de las
inadecuaciones en las relaciones sexuales de la pareja, que es como Masters y Johnson, los
padres de la sexología moderna enfocaron las dificultades sexuales, a las disfunciones
sexuales, sacando así la relación de pareja de la ecuación y creando categorías de patologías
sexuales necesitadas de tratamiento, siguiendo el modelo médico. Desde este enfoque,
podríamos entender por qué las personas con alguna dificultad sexual, acuden en mayor
medida a la sexología y a la medicina que a la psicoterapia. Pero no olvidemos que en el
estudio EPIFEAP hasta un 8% de los motivos de consulta estaban relacionados con
insatisfacción sexual.
Respecto a la forma de tratar las disfunciones sexuales, los resultados del Estudio_Sex nos
dicen que los psicoterapeutas abordamos este tipo de demandas con: psicoterapia (92%); con
terapia sexual clásica5 (14,8 %); y derivando a otros profesionales cuando es necesario (55,7%).
La modalidad de psicoterapia que se ofrece es individual (90%) o de pareja (49 %).
Retomando los datos que nos proporciona el Estudio_Sex sobre la formación en
sexualidad y en disfunciones sexuales, la gran mayoría de los psicoterapeutas está de acuerdo
en la necesidad de estar bien formados para identificar (97%) y manejar (67%) estas
disfunciones. Otro dato interesante es que el 72% consideran que no están suficientemente
formados y que hay un 49 % de ellos que no han recibido formación específica en disfunciones
sexuales durante su periodo de formación como psicoterapeutas.
El perfil de los pacientes cambia, en la misma medida que cambia la sociedad. Recibimos
nuevas demandas en nuestras consultas que nos estimulan a mantener una formación
continuada, y a adquirir nuevas herramientas y habilidades. Pensemos, como decíamos, en la
irrupción de la virtualidad, las redes sociales, los juegos online, aplicaciones como Tinder,
Instagram, etcétera, o en los distintos modelos de familia, de pareja, el género no binario, y
desde luego las relaciones sexuales.
Estamos de acuerdo con la necesidad de estar formados en sexualidad adulta y en la
identificación y manejo de sus disfunciones, y nos parece que los datos del Estudio_Sex
pueden estar apuntando a una formación insuficiente en las escuelas que forman
psicoterapeutas.
Nos gustaría hacer una breve descripción del método que utilizamos, la terapia sexual
relacional (Castaño y Gallego, 2022), enfocada a la identificación, diagnóstico y manejo de los
diferentes tipos de disfunciones sexuales.
Hacemos aquí un apunte, a modo de aclaración, sobre la nomenclatura más utilizada
actualmente para denominar a estas disfunciones – ver cuadro más abajo - que es la utilizada
en el DSM-5, y que pensamos que es importante conocer para poder comunicarnos con otros
profesionales utilizando un lenguaje común. Sin embargo, el DSM se queda muy corto y no
recoge aspectos como el deseo, el placer, la intimidad, las fantasías, la vergüenza, la culpa, y
una amplia variedad de emociones y aspectos de la subjetividad y la intersubjetividad que se
tienen en cuenta en la terapia sexual relacional.
2014) con una psicoterapia psicoanalítica de orientación relacional (Mitchell, 1993; Buechler,
2018; Ehrenberg, 2016) combinada con algunos elementos propios de la terapia breve y focal.
Prestamos atención a dos niveles de abordaje: el sintomático y el del conflicto psíquico
subyacente, y cómo ambos se manifiestan en el presente, en lo que está ocurriendo en la vida
del paciente y en su relación de pareja.
Desde esta perspectiva se considera que la sexualidad es un aspecto de la subjetividad, y
la escucha no es solo hacia los conflictos internos y la mente aislada 6 sino que cobran
importancia el cuerpo y la sexualidad adulta, que es el resultado de la integración de la
dimensión sensual y la dimensión sexual, lo que implica la integración de necesidades, más
propias del mundo infantil, y de deseos, más propios del mundo adulto.7 El estilo de apego y
la excitación sexual adulta son dos factores a tener en cuenta.
Independientemente de las razones por las que se practique sexo, sea por placer;
reafirmación de la identidad; como forma de mejorar la autoestima; … las relaciones sexuales
son un escenario dramático en el que se desencadenan tormentas emocionales que suelen
descubrir la vulnerabilidad de cada uno, y tenemos que entender qué ocurre en ese escenario
entre personas adultas.
El terapeuta no permanece silencioso, pregunta y responde, quiere saber de aquello que
quiere saber el paciente y es muy importante la forma de plantear las preguntas y el tipo de
preguntas. En la terapia sexual se hacen preguntas del tipo, ¿qué haces con tu pareja?, ¿qué
le dices?, ¿cuál es vuestro lenguaje sexual? No es tanto lo que pueden hablar para expresar
algún tipo de malestar, algo que suele ser habitual antes o después del encuentro para valorar
la conducta de cada uno: ...lo he pasado muy bien, podía haber estado mejor, ha sido genial, no
lo hemos conseguido, otra vez será… sino el tipo de lenguaje con el que se comunican durante
la relación sexual, ¿de qué manera os comunicáis durante la práctica sexual?, ¿qué te dice?,
¿cómo te pide sexo y cómo lo pides tú?, ¿qué dejas de hacer y por qué?, ¿a qué cosas te niegas
y cómo lo haces?, ¿qué le dirías o qué quieres hacer y no te atreves?, éstas entre otras muchas
preguntas, dependiendo del paciente y de su problema.
Y para saber cómo interactúan en la intimidad, se pregunta sobre el cuerpo, zonas
erógenas, genitales, cuáles son las sensaciones, cambios o síntomas físicos más destacados,
se habla de orgasmos, placeres..., utilizando un lenguaje claro que nos dará mucha
información acerca de cómo percibe su cuerpo y cómo se vive a sí mismo. Existe una conexión
intrínseca entre conocimiento y acción, la mente humana se adapta al mundo real y el
sentimiento, el pensamiento y la acción son aspectos interdependientes del mismo proceso;
las interacciones con el Otro, aunque, si se tiene pareja, se debe contar con su participación
indicándoles tareas conjuntas.
En la terapia sexual, las tareas son recursos esenciales, pues a través de la acción se activa
la parte sensorial con ejercicios sexológicos que se deben realizar a nivel individual o con la
pareja. A medida que se actúa a nivel del cuerpo, y que el paciente va descubriendo
habilidades corporales, también se va modificando el registro sensorial, pues cuando se
reconoce un sentimiento nuevo a través del cuerpo se suele producir una revaloración de un
acontecimiento, y se empieza a saber sobre ese acontecimiento de forma diferente,
experiencial, aunque esto no implica necesariamente un cambio inmediato. También habrá
que estar atentos a los incumplimientos, o a la evitación de la ejecución de las tareas porque
puede emerger material emocional, defensivo, resistencias, etcétera que es muy importante
analizar con el paciente o con la pareja y que es muy probable que apunte en la dirección del
conflicto, en caso de haberlo.
El rol del cuerpo es fundamental en la terapia, el cuerpo es la expresión de nuestra
feminidad, de nuestra masculinidad; es el medio de transmisión del erotismo, es lugar de
comunicación, por lo que a través de los ejercicios sexológicos se aprende a tomar conciencia
de la interacción con la pareja. Sin embargo, estas tareas sexuales tienen un valor limitado si
no forman parte de la psicoterapia a nivel global y, por esto, la terapia sexual se enseña aparte
de la formación psicoterapéutica. En nuestra opinión el terapeuta sexual debe tener una
extensa formación psicoterapéutica aparte de una formación sexológica específica.
Los terapeutas sexuales relacionales tratamos a personas cuya demanda principal está
relacionada con algún tipo de disfunción sexual que quieren resolver y que debemos atender,
lo que denominamos el síntoma, que se aborda en el aquí y ahora, independientemente de
que durante las primeras entrevistas, o el curso de la terapia afloren conflictos intrapsíquicos
subyacentes o de pareja, que podrían estar relacionados con dicha disfunción, y que
podremos abordar con psicoterapia o no, dependiendo del deseo de nuestro paciente.
El proceso terapéutico también implica explorar aspectos de la subjetividad – emociones,
pensamientos y sentimientos – que se gestionan y tramitan para que puedan producirse los
cambios y transformaciones necesarios.
Respecto al encuadre, es habitual que en terapia sexual relacional la frecuencia de las
sesiones sea quincenal o mensual, en lugar de la frecuencia semanal, habitual en la
psicoterapia convencional. Una de las razones es que hay que dar espacio y tiempo para que
la pareja asimile lo tratado en las sesiones y que puedan poner en práctica los ejercicios y
prescripciones recomendados, sin sentirse presionados a “tener que hacerlos” porque
tenemos la sesión a la vuelta de la esquina. Es importante colaborar a que se cree un clima sin
exigencias y de confianza con la pareja consultante.
Terminamos este breve repaso por la terapia sexual relacional poniendo el acento en dos
aspectos que son fundamentales desde nuestro punto de vista:
- la necesidad de contar con un equipo multidisciplinar de profesionales de
referencia a los que poder derivar a nuestros pacientes puntualmente, por ejemplo
profesionales de la medicina (ginecología, urología, endocrinología, enfermería,
fisioterapia, medicina general, psiquiatría ...) que nos ayuden a diagnosticar y tratar
las enfermedades o vicisitudes del cuerpo, que pueden estar relacionadas con algunas
disfunciones sexuales (sequedad vaginal en la menopausia y la lactancia; problemas
de próstata, diabetes, hipertensión, enfermedades de transmisión sexual …). También
otros psicoterapeutas especialistas en temas específicos que no conozcamos, como
puede ser la mutilación genital femenina, el maltrato, la transexualidad, enfermedad
mental grave …
- la supervisión de casos, que es una herramienta muy potente que nos ayuda a
tener otra perspectiva cuando nos enfrentamos a una situación complicada.
REFERENCIAS
Bauman, Z. (2018). Amor líquido. Sobre la fragilidad de los vínculos humanos (Trad. Albino
Santos). Editorial Planeta (Obra original publicada en 2003).
Buechler, S. (2018). Valores de la clínica. Emociones que guían el tratamiento psicoanalítico.
Ágora Relacional editores. Colección Pensamiento Relacional nº 20 (Obra original publicada
en 2004).
Castaño, R. (2011) La terapia sexual. Una mirada relacional. Col. Pensamiento Relacional. Vol. 4
Madrid
Castaño, R. y Gallego, R. (2022). Terapia sexual relacional. Ágora Relacional editores (2ª edición
revisada y aumentada). Colección Pensamiento Relacional Nº 4 (en prensa).
Ehrenberg, D.B. (2016). Al filo de la intimidad. Extendiendo el alcance de la interacción
psicoanalítica Ágora Relacional. Colección Pensamiento Relacional nº 16.
Fromm, E. (1974). Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Hacia una sociedad sana. Fondo
de cultura económica (Obra original publicada en1955).
Gallego Luis, R., Castaño Catalá, R., Arroyo López, C. et al. (2021). Estudio epidemiológico sobre
la práctica clínica de la psicoterapia psicoanalítica en España: pacientes y terapeutas. Rev.
Asoc. Esp. Neuropsiq.; 41(139): 89-116
Han, B. (2017). La expulsión de lo distinto. (Trad. Alberto Ciria). Ed. Herder.
Han, B. (2019). La agonía del Eros. (Trad. Antoni Martinez Riu). Ed. Herder.
Hernando, A. (2012) La fantasía de la individualidad. Sobre la construcción sociohistórica del
sujeto moderno.
Kaplan, H. S. (2014). La nueva terapia sexual 1(Trad. Alfonso Álvarez Villar). Alianza editorial.
Kaplan, H. S. (2014). La nueva terapia sexual 2 (Trad. Alfonso Álvarez Villar). Alianza editorial.
Laumann EO, Nicolosi A, Glasser DB, Paik A, Gingell C, Moreira E, Wang T. Sexual problems
among women and men aged 40–80 y: prevalence and correlates identified in the Global
Study of Sexual Attitudes and Behaviors. Int J Impot Res 2005; 17:39-57
López Mondéjar, L. (2022). Invulnerables e invertebrados. Mutaciones antropológicas del sujeto
contemporáneo. Anagrama. Argumentos.
Masters, W.H. y Johnson, V.E. (1978). Incompatibilidad sexual humana. Editorial Intermédica
(Original publicado en 1970).
Mitchell, S. A (1993). Conceptos relacionales en psicoanálisis, una integración. Siglo XXI (Obra
original publicada en 1988).
NOTAS:
1
La App Tinder cumple diez años en la red, desde su lanzamiento se ha descargado 400 millones de veces y ha
robado el protagonismo de la vida sexual y sentimental de nuestro tiempo. (El País Semanal, 11 septiembre
2022)
2
Ya desde los años setenta del pasado siglo se vienen haciendo estudios para entender las consecuencias del
uso de la pornografía por parte de los adolescentes y jóvenes en la salud mental; el impacto de las mismas en el
aumento de demanda de disfunciones sexuales; y sobre el ideal de mujer y de hombre que transmiten las
imágenes pornográficas. Hay un aumento de la adicción a la pornografía, aunque en las investigaciones llevadas
a cabo a nivel internacional no se ponen de acuerdo con la nomenclatura, y este tipo de adicción no se refleja
como tal en los manuales oficiales de diagnóstico.
3
La suma es superior al 100% porque se podían seleccionar varias respuestas, ya que un psicoterapeuta puede
estar formado en más de un tipo de psicoterapia.
4
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, cuya primera edición es de 1952. Es publicado por la APA
(American Psychiatric Association). Este es un sistema de clasificación para el diagnostico psiquiátrico y tiene
como propósito principal establecer un lenguaje común entre todos los profesionales de la salud mental. Tiene
un claro predominio del enfoque biologicista.
5
Descrita inicialmente por Masters y Johnson en su obra Incompatibilidad sexual humana (1970).
6
El concepto de la mente aislada de Freud, que incluye el complejo de Edipo, el inconsciente aislado, y las
fantasías reprimidas han ido evolucionando hacia la mutualidad, el conocimiento relacional implícito (CRI) y las
fantasías, no como consecuencia de un mundo reprimido y obscuro sino como sinónimo del self, del sentimiento
de sí mismo (Castaño, 2011)
7
La dimensión sensual hace referencia a la sexualidad infantil en la que se desarrolla: el apego, la capacidad para
dar y recibir cariño, la empatía, la confianza y seguridad en uno mismo y en los demás; y la dimensión sexual que
hace referencia a las excitaciones sexuales propiamente adultas: hormonas, neurotransmisores, la necesidad de
defender la integración de la identidad y de la cohesión del self, y la agresividad, ambas dimensiones (sensual y
sexual) se van integrando en el desarrollo, y a través de las relaciones de intimidad, van dando lugar a una
sexualidad adulta que puede ser suficientemente sana utilizando terminología winnicontiana, o presentar algún
tipo de disfunción.