San Aniceto Papa: 17 de Abril Siglo II

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San Aniceto Papa

17 de Abril Siglo II

San Aniceto nació en Emesa, actual Homs, Siria, el 9 de Diciembre del año 92 d. C. Fue el
Papa XI de la Iglesia Católica. La situación social, política, económica y cultural de ese
tiempo determinó las circunstancias en las que gobernó.

Aniceto fue elegido Papa para manejar la Iglesia después del martirio del Papa Pío I. Su
papado comenzó el 11 de Julio del año 155 d. C. En el siglo II la comunidad cristiana de
Roma estaba fuertemente helenizada, su lengua oficial era el griego. En griego se celebraba
la liturgia, se predicaba, se hacían las inscripciones de los mártires en las catacumbas.

Los Papas provenían de familias humildes del pueblo; ser elegido para ese servicio era
elección para el martirio; hasta principios el siglo IV todos los Papas dieron su vida por la
fe.

El cuidado de los cristianos era intenso, sacrificado, valiente y muy exigente pero lleno de
bondad. Había que esforzarse también para llevar la Palabra a los paganos y contrarrestar
su sarcasmo, ironía, calumnia y sus acciones de ridiculizar el espíritu y vida de los
cristianos.

A los cuidados hacia fuera había que añadir la atención primaria de la grey con los
problemas que surgían desde dentro. Ya circulaban versiones cristianas de fe que no
coincidían con el genuino modelo y era preciso mantener a cualquier precio la pureza de la
fe recibida.

La situación legal del cristianismo seguía siendo precaria. Aún en tiempos de emperadores,
como los Antoninos, que se preocuparon de la felicidad material de sus súbditos, la Iglesia
continuó teniendo sus mártires.

Bajo Marco Aurelio, el emperador filósofo, no hubo cambios sensibles. Ni la apología de


San Justino hizo mella en el alma de este estoico frío y orgulloso, que más que hallar
puntos de contacto entre el cristianismo y su doctrina vio en aquel un rival, sin
impresionarle las virtudes de los mártires, cuya paciencia tomó por fanatismo.

Al tiempo que el Imperio arremetía contra la Iglesia, los escritores atacaban con la pluma.
Frontón de Cirta, Luciano de Samosata y Celso recurrieron a las fábulas más absurdas, a la
sátira y a la calumnia para combatir al cristianismo.

La resistencia oficial del Imperio romano y la ofensiva de sus letrados no era tan peligrosa
para la Iglesia como la lucha interna que tuvo que sostener contra las incipientes herejías,
agrupadas bajo el nombre común del gnosticismo.
Además de la persecución romana, Aniceto debió enfrentarse con una amenaza mucho más
peligrosa: la confusión fomentada por el gnosticismo. Tuvo que combatir ese movimiento
entonces en su apogeo en Roma, contra, Valentín, Marción y Apeles.

La Iglesia reaccionó con energía. San Justino, Atenágoras, Minucio Félix, Orígenes,
Taciano y Apolinar deshicieron las calumnias y expusieron toda la belleza de la nueva
religión.

Aniceto recibió en Roma a Policarpo de Esmirna, en su tiempo discípulo de Juan, el


apóstol, y ahora, obispo de Esmirna. Con sus ochenta y cinco años quiso acordar la fecha
de la principal fiesta cristiana, la Pascua. Los de Oriente siguen la tradición joánica,
mientras que los de Occidente siguen la tradición de Pedro. No llegaron a ponerse de
acuerdo. Confirmó definitivamente la celebración de la Pascua en Domingo, según la
tradición de San Pedro

Aniceto prohibió que los clérigos trajeran el cabello largo, y mandó que todos anduvieran
con corona o tonsura clerical.

Aniceto murió a los 74 años de edad, en Roma, Italia, el 17 de Abril del año 166 d. C. Para
honrarlo, la Iglesia hizo trasladar su cuerpo y sepultarlo en el cementerio y las tumbas de
Calixto. Aniceto fue uno de los primeros 35 Papas canonizados por la Iglesia y ahora
reconocido como santos.

La Iglesia reconoce al Papa Aniceto como mártir, que es una de las razones por las que
ahora es santo. La tradición sostiene que fue martirizado por orden del emperador romano
Lucio Vero, quien co-gobernó el imperio con Marco Aurelio, que era su hermano adoptivo.

La reliquia de su cabeza fue entregada al arzobispo de Munich, Minucio, en el año 1590, y


se venera en esa ciudad en la iglesia de los jesuitas. Los restos reposan en el sarcófago que
está en el altar mayor de la capilla del Pontificio Colegio Español de Roma.

La Iglesia Católica celebra la Festividad de San Aniceto Papa el 17 de Abril.

Vocabulario Bíblico Teológico Hebreo-Griego-Latino


Gnosticismo: La palabra “gnosticismo” proviene de la palabra griega γνωστικισμός:
gnostikismós: gnōsis: conocimiento. Las raíces del gnosticismo se remontan poco antes del
inicio de la Iglesia Cristiana. El error del gnosticismo había afectado la cultura y la Iglesia
del tiempo y posiblemente se menciona en 1 Juan 4. Existían muchos grupos que eran
gnósticos y no era posible describir fácilmente los matices de cada variante de las doctrinas
gnósticas. El gnosticismo enseñó que la salvación es lograda sólo a través del conocimiento
especial (gnōsis). Este conocimiento usualmente trataba con la relación individual hacia el
Ser trascendente. El Dios desconocido era demasiado puro y perfecto para tener algo que
hacer con el universo material el cual era considerado maligno. Por lo tanto, Dios generó
divinidades menores, o “emanados”. Uno de estos emanados, la Sabiduría decidió conocer
al Dios desconocido. Fuera de estos deseos terrenales el Demiurgo, un dios malvado fue
formado y éste fue el dios malvado que creó el universo. Él, junto con los arxontes (o
agentes del Demiurgo), mantenían a los mortales en cautiverio en la materia y trataban de
impedir que las almas de los espíritus puros ascendieran de regreso a Dios después de la
muerte de los cuerpos físicos. Ya que la materia es maligna, de acuerdo a los gnósticos, la
liberación de la forma material era obtenible sólo a través del conocimiento especial
revelado por maestros gnósticos únicos. Cristo era el redentor divino que descendió del
reino espiritual para revelar el necesario conocimiento para esta redención. En conclusión,
el gnosticismo es dualista. Ésto es, éste enseña que existe un dualismo en el universo: un
bien y un mal, espíritu y materia, luz y oscuridad, etc.

Lo que conocemos acerca del gnosticismo ha sido logrado a través de los escritos de San
Ireneo, San Hipólito, Tertuliano, Orígenes y algunos manuscritos tardíos descubiertos en el
siglo dieciocho. El peligro del gnosticismo es fácilmente evidente. Éste niega la
encarnación de Dios Hijo. Al hacerlo, niega la verdadera eficacia de la expiación ya que, si
Jesús no es Dios, Él no podría hacer expiación por toda la humanidad y nosotros estaríamos
todavía perdidos en nuestros pecados.

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