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UNIVERSIDAD LA SALLE

CURSO:
DERECHO EMPRESARIAL
TEMA:
EL COMPLIANCE ESTATAL COMO SOLUCIÓN A LA CORRUPCIÓN

ENQUISTADA EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS EN EL PERÚ.

DOCENTE:

OBED VARGAS SALAS

ELABORADO POR:

Pamela Cateriano Paredes [email protected]

María de Jesús Fernández Cruz [email protected]

María Fernanda Fernández Morales [email protected]

Himler Ronald Orosco Gonzales [email protected]

Bryam Raul Ticona Benavides [email protected]

AREQUIPA PERÚ

1
2022

EL COMPLIANCE ESTATAL COMO SOLUCIÓN A LA CORRUPCIÓN

ENQUISTADA EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS EN EL PERÚ.

“Cuanto más corrupto es el estado,


más leyes tiene.”
Cornelio Tácito
RESUMEN

En el presente artículo de investigación se abordará sobre la corrupción en el Perú, de manera

tal, que se dé a conocer como un problema enquistado en las entidades públicas desde los

inicios de la República, lo que evidenciará cómo ha perjudicado en todos los niveles, no solo

al Estado y al país en general, sino principalmente a los ciudadanos, ya que como veremos

más adelante, los fondos públicos que se despilfarran con intereses personales de

funcionarios o servidores públicos, podrían bien, ayudar a disminuir la pobreza o invertirlo

de mejor manera en sectores como educación o salud, por lo cual este mal endémico se debe

erradicar de raíz, para lo cual, plantearemos un sistema de prevención y supresión de la

corrupción denominado compliance gubernamental.

PALABRAS CLAVE

Corrupción, Compliance Gubernamental, Sector Público.

2
STATE COMPLIANCE AS A SOLUTION TO ENTRY CORRUPTION IN PUBLIC ENTITIES

IN PERU.

ABSTRACT

n this research article, corruption in Peru will be addressed, in such a way that it becomes

known as an entrenched problem in public entities since the beginning of the Republic, which

will show how it has harmed at all levels, not only to the State and the country in general,

but mainly to the citizens, since as we will see later, the public funds that are squandered

with the personal interests of officials or public servants, could well help to reduce poverty

or invest it in a better way in sectors such as education or health, for which this endemic evil

must be eradicated at the root, for which we will propose a system of prevention and

suppression of corruption called government compliance.

KEYWORDS

Corruption, Government Compliance, Public Sector.

1. INTRODUCCIÓN

Hablar de corrupción en el Perú supone un tema trillado, ya que día a día

vemos en las noticias como es que los diferentes funcionarios públicos, desde el que

tiene menos jerarquía hasta el presidente están inmersos en conductas inmorales, que

lejos de tomar como ejemplo, se tornan lesivas para la sociedad lo cual causa perjuicio

al Estado y por consiguiente a los ciudadanos, dado que estas conductas implican

ineficiencia, además de un costo patrimonial al Estado, generando así desincentivar

la inversión privada ante la mala imagen que se genera, lo que sumado a ello traerá

3
como consecuencia el estancamiento económico del país y por si fuera poco el

incremento de la pobreza.

Es por ello, que, a pesar de los incesables esfuerzos por erradicar la corrupción

de las entidades públicas, es necesario cambiar el sistema, por uno más eficaz en

cuanto a su estructura, que sea más rígido para la consecución de resultados mediante

el cual, se pueda facilitar la rendición de cuentas guiado por un planeamiento

monitoreado que haya sido estructurado para cada entidad con las características

particulares de la misma, ese sistema al que nos referimos se denomina compliance

gubernamental, el cual, la OCDE ha recomendado su implementación en el país en el

año 2017 debido al alto índice de corrupción que existe en el país.

2. LA CORRUPCIÓN COMO MAL ENDÉMICO EN EL PERÚ

Según un Reporte de la Defensoría del Pueblo (2017) señala que, de acuerdo

con el Fondo Monetario Internacional, el costo anual de la corrupción alcanza casi el

2% del producto bruto interno (PBI) mundial. Si se aplica este porcentaje al PBI

peruano (S/ 648.719 millones), se obtiene la cifra de S/ 12.974 millones como costo

anual de la corrupción. Este monto representa aproximadamente el 9% del

presupuesto nacional para el año 2017, monto equiparable al que el Estado destina

para la salud (10%) y mayor a lo invertido en protección social (4%), el orden público

y la seguridad (7%), y la justicia (4%).

Asimismo, según el Índice de Percepción de la Corrupción (2021), que

elabora anualmente Transparencia Internacional, sitúa al Perú en el puesto 118 de 180

países, con 36 puntos, siendo 88 el país con más alto puntaje, y en la región se

encuentra por detrás de países como Uruguay, Chile, Brasil, Argentina, Panamá, entre

4
otros. Cabe anotar que, en los últimos 5 años, el Perú ha descendido más de 16

posiciones, pasando del puesto 101 en el 2016 al lugar que ocupa en la actualidad.

2.1. DEFINICIÓN DE CORRUPCIÓN

La corrupción tiene muchas concepciones, una de las más comunes es

aquella que la define como “el abuso de poder, para beneficio propio o de

terceros”, y es que la corrupción que se da en la esfera de la administración

pública se da a través de un cargo público, valga la redundancia, ejercido por un

funcionario que saca provecho de su condición para beneficiarse a sí mismo o a

otra persona.

En la misma línea Vito Tanzi (como se cita en Begovic, 2005) señala que,

la corrupción es el incumplimiento premeditado del principio de imparcialidad

con la finalidad de derivar de tal tipo de conducta, un aprovechamiento personal

o terceros.

Desde un punto de vista etimológico, el término emana del vocablo

corruptio, que se encuentra conformado por los siguientes elementos: el prefijo

“con-”, que es sinónimo de “junto”; el verbo rumpere, que puede traducirse como

“hacer pedazos”; y, 22 finalmente, el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y

efecto” (Pérez & Merino, 2014).

En nuestra legislación, el Plan Nacional de Lucha contra la Corrupción

2012-2016 conceptualiza la corrupción como el “uso indebido del poder para la

obtención de un beneficio irregular, de carácter económico o no económico, a

través de la violación de un deber de cumplimiento, en desmedro de la legitimidad

de la autoridad y de los derechos fundamentales de la persona” (Presidencia del

Consejo de Ministros, 2012, p. 4).


5
Por su parte, la Política Nacional de Integridad y Lucha contra la

Corrupción precisa la corrupción como “el mal uso del poder público o privado

para obtener un beneficio indebido; económico, no económico o ventaja; directa

o indirecta; por agentes públicos, privados o ciudadanos; vulnerando principios y

deberes éticos, normas y derechos fundamentales”. (Presidencia del Consejo de

Ministros, 2017, p. 16).

Asimismo, Alfonso Quiroz en su libro “La corrupción en el Perú” define

la corrupción como “mal uso del poder político- burocrático por parte de

camarillas de funcionarios coludidos con mezquinos intereses privados para así

obtener ventajas económicas o políticas contrarias a las metas del desarrollo

social mediante la malversación o el desvío de recursos públicos y la distorsión

de políticas e instituciones” (2013, p. 38).

2.2. CAUSAS DE LA CORRUPCIÓN

Dentro de las causas de la corrupción, Miranzo (2018) señala que, la

debilidad del marco jurídico en el que nos encontramos, permite con mayor

facilidad este tipo de situaciones en las que vemos que se puede infringir sin

mayor remordimiento de los funcionarios públicos, por lo que el incremento de

leyes no desincentiva las conductas de corrupción.

Según Jiménez (2019), la cuestionable reputación del sector público, y

especialmente de la clase política que lo dirige, unida a los salarios modestos de

los funcionarios públicos en comparación con las posibilidades que ofrece el

sector privado, empujan a ciertos trabajadores públicos a infravalorar su propia

función pública al servicio de los intereses generales, lo que contribuye a que en

6
ciertas ocasiones la tentación del empleado público de corromperse supere en la

balanza decisoria al escaso reconocimiento económico, social y personal que

pudiera derivar de un comportamiento ético en línea con los códigos de conducta

sociales e institucionales.

Por otro lado, Kiltgaard (2009) señala que, la baja profesionalización de

los encargados de diseñar, dirigir y participar en un contrato público u otros

procedimientos administrativos es una de las mayores puertas hacia la corrupción.

2.3. EFECTOS DE LA CORRUPCIÓN

En el ámbito económico, Olken y Pande (como se cita en Shack, et al,

2020) señalan que, la corrupción podría generar costos agregados de eficiencia a

través de costos impuestos a las empresas, a la actividad gubernamental y a la

falta de capacidad del gobierno para corregir externalidades y otras fallas.

Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señaló que,

según el 48.1% de los peruanos, la corrupción ha pasado a ser considerada el

principal problema del país en el 2017 (Perú 21, 2017).

En el Perú, en términos económicos, el monto comprometido en la

corrupción ascendía a S/10,000 millones de soles durante el 2013 (30 veces el

presupuesto del Programa Nacional Cuna Mas) (El Comercio, 2018).

En la dimensión social, Shack et al (2020) reseña que, la corrupción e

inconducta funcional tiene un efecto distributivo regresivo. Afectan

significativamente más a los que menos tienen. Piénsese, por ejemplo, en los

usuarios que dependen de los servicios públicos de salud y educación. La

7
distorsión del destino de los recursos públicos afecta la focalización de estos

recursos, haciendo que no lleguen a los beneficiarios para quienes fue pensado el

servicio.

La organización no gubernamental OXFAM afirma que 1,400 millones de

personas en el mundo padecen de extrema pobreza, y que de ellos 900 millones

sufren hambre (Natural, 2015). Según la FAO (agencia de Naciones Unidas para

la alimentación), se necesitan US$ 267,000 millones de dólares al año para

erradicar de manera sostenible el hambre del mundo (0.3 del PIB mundial). Es

decir, sólo con una mínima parte de los que se gasta en corrupción (5% del PIB

mundial), se resolvería el problema del hambre en el mundo de manera sostenible

(Natural, 2015).

En la dimensión política, Shack et al. (2020) afirma que, los efectos de la

corrupción y la inconducta funcional son igualmente devastadores, pues socaban

la confianza de los ciudadanos en sus autoridades y la legitimidad de las

instituciones; componentes fundamentales para un verdadero Estado

Constitucional de Derecho. En la misma línea, Ugaz (2019) afirma que, la pérdida

de la confianza ciudadana en la autoridad, en la clase política e, incluso, entre los

ciudadanos socava el tejido social porque produce una situación de sospecha

generalizada.

2.4. EL SISTEMA ANTICORRUPCION ACTUAL PERUANO

El Sistema inició con el subsistema penal anticorrupción y,

paulatinamente, desarrolló sus enfoques y componentes básicos. Sin embargo, no

se ha logrado consolidar la coordinación y acción estratégica conjunta, en parte

8
porque la creación del órgano coordinador es reciente y porque no incorpora a

todas las instituciones que deberían conformarlo.

En el año 2010, se crea la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción (CAN-

Anticorrupción) a través del poder ejecutivo mediante D.S. N°016-2010-PCM, la

cual es un espacio integrado por instituciones públicas, privadas y la sociedad

civil con el objeto de articular esfuerzos, coordinar acciones y proponer políticas

de mediano y largo plazo dirigidas a prevenir y combatir la corrupción en el país.

En el año 2013, la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción es reconocida

por el Congreso con la dación de la Ley N°29976.

La CAN-Anticorrupción cuenta con 10 miembros plenos y 14 miembros

observadores, los cuales se reúnen en sesiones periódicamente. En dichos

encuentros se deciden las acciones a tomar para luchar contra la corrupción.

Actualmente, la Presidencia de la CAN recae en el titular de la Presidencia

del Consejo de Ministros, Aníbal Torres.

Es en este colegiado que se aprobó la propuesta que se alcanzó al Poder

Ejecutivo para la aprobación de la Política (2017) y el Plan Nacional (2018) de

Integridad y Lucha contra la Corrupción, documentos que hoy sustentan la nueva

estrategia del Estado para elevar los estándares de integridad pública y combatir

la corrupción en nuestro país.

En el año 2018, la Coordinación General de la CAN es absorbida por PCM

como parte de las funciones asignadas a la Secretaría de Integridad Pública (SIP),

mediante D.S. N°042-2018-PCM

En cuanto a la articulación del Sistema en torno a la CAN Anticorrupción,

el Reporte de la Defensoría del Pueblo (2017) señala que, no se advierten aún


9
mecanismos integrados de coordinación ni canales de comunicación que

establezcan estrategias concertadas. Tampoco se han desarrollado marcos

metodológicos o guías que indiquen cómo es que se coordina con las

instituciones, ni cuentan con indicadores para medir dicha actividad.

Si bien en el subsistema penal anticorrupción se han desarrollado

convenios y protocolos de actuación conjunta, tales como el Convenio Específico

Tripartito de Cooperación Interinstitucional entre el Poder Judicial, el Ministerio

Público y la Contraloría General de la República (Resolución de Contraloría Nº

045-2011-CG); el protocolo del PNP-MP-PJ, que valida la ejecución de medidas

de allanamiento frente a la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado

(Resolución Administrativa N° 134-2014-JUS); el protocolo PNP-Minjus que

actúa ante delitos de flagrancia (Decreto Supremo N° 003-2014-JUS); y el

Protocolo de Actuación Interinstitucional para la prevención y represión de los

delitos de corrupción de funcionarios (Resolución Ministerial N° 0175-2016-

JUS), los mecanismos de coordinación y acción conjunta institucional contra la

corrupción son recientes y aún embrionarios. Es reciente también la constitución

de la Coordinación Nacional del Sistema Especializado en delitos de corrupción

(Resolución Administrativa Nº 024-2017-CE-PJ), que busca establecer una

coordinación entre el Ministerio Público, el Minjus, el Ministerio del Interior y el

Poder Judicial para implementar el Sistema Especializado en Delitos de

Corrupción de Funcionarios (Decreto Legislativo que modifica el Código

Procesal Penal para dotar de medidas de eficacia a la persecución y sanción de los

delitos de corrupción de funcionarios y de criminalidad organizada, Decreto

Legislativo N° 1307).
10
En síntesis, el Reporte de la Defensoría del Pueblo (2017) concluye que,

el sistema anticorrupción presenta, al menos, 3 conjuntos de problemas de

coordinación:

i) hay un problema de coordinación entre las instituciones, puesto

que pocas de ellas han desarrollado oficinas, espacios o

mecanismos para la coordinación interinstitucional entre las partes

del subsistema;

ii) las unidades de coordinación subnacional cumplen, sobre todo,

una función intrainstitucional; y

iii) la coordinación central del sistema (la CAN Anticorrupción) tiene

algunas limitaciones claras: a nivel interno, la coordinación

institucional cambia cada 2 años, lo que genera cierta inestabilidad

(OCDE, 2017); los miembros se reúnen 2 veces al año y tienen la

obligación de emitir un Plan cada 4 años. Se trata de reuniones

formales, pero estas no siempre se traducen en mecanismos

regulares de coordinación.

2.5. LA CORRUPCIÓN EN EL SECTOR PÚBLICO

En el Perú, este mal endémico llamado corrupción, se remonta a la época

de los inicios de la República, es decir toda nuestra historia como país se ha visto

plagada de múltiples periodos manchados por este tipo de envilecimiento

alrededor de las entidades públicas, así lo manifiesta el historiador peruano

Alfonso Quiroz, en su libro “Historia de la Corrupción en el Perú”, quien señala

que siempre hubo ciclos altos o muy altos de corrupción en el Perú.


11
Desde la perspectiva del Derecho Administrativo, Ponce (2012) señala

que, la corrupción pública se ha definido como “una mala administración o un

mal gobierno dolosos en el ejercicio de poderes públicos que no busca el interés

general, sino el beneficio de una persona física o jurídica”

La corrupción pública también ha sido definida desde una triple

dimensión: como una quiebra de las normas legales (concepción jurídica) o de las

normas éticas no escritas (concepción ética), pero con apoyo social generalizado

(concepción sociológica) relativas a cómo se debe ejercer el servicio público,

“para proporcionar servicios o beneficios a ciertos grupos o ciudadanos de forma

oculta, con ganancia directa o indirecta, en mente” (Kjellberg, 1992, p. 216)

En el sector público, reseñan Graycar y Villa (20011), las lagunas en el

diseño institucional, el monopolio y discrecionalidad del agente (empleado

público o cargo político), sin instituciones específicas que promuevan la

imparcialidad, así como la rendición de cuentas, generan múltiples oportunidades

de que el agente actúe en beneficio propio y no por el propio principal.

Ahora bien, siendo pues entonces una corrupción institucional dado que

se da dentro de una entidad pública, esta de manifiesta a través de conductas

delictivas realizadas por funcionarios públicos, teniendo la intención de malversar

dinero del Estado, para de esta manera, aprovecharse o sacar algún tipo de ventaja

personal o para sus allegados, siendo esta ilegitima dentro del marco jurídico

penal dado que se tipifican en el Capítulo II Sección IV del Código Penal donde

se encuentran los delitos de corrupción de funcionarios.

12
Habiendo precisado aquello, es necesario mencionar a quienes se según el

Código de la materia, el cual lo señala en el artículo 425° siendo que son:

1° Los que están comprendidos en la carrera administrativa.

2° Los que desempeñan cargos políticos o de confianza, incluso si emanan

de elección popular.

3° Todo aquel que independientemente del régimen laboral en que se

encuentre, mantiene vínculo laboral o contractual de cualquier naturaleza

con entidades u organismos del Estado y que en virtud de ello ejerce

funciones en estas.

4° Los administradores y depositarios de caudales embargados o depositados

por autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares.

5° Los miembros de las FF.AA. y Policía Nacional 6° Los demás indicados

por la Constitución y la Ley.

Desde este punto de vista, Madrid y Palomino (2020) identifican los siguientes

delitos de corrupción en el ámbito público: el aprovechamiento indebido del cargo

gubernamental impulsado por la recepción de sobornos, lo que puede dar lugar a diversas

modalidades del delito de cohecho (artículos 393, 394 y 395 CP); actos de apropiación

indebida de fondos públicos destinados a la atención de la pandemia, que podrían

propiciar la configuración del delito de peculado agravado (artículo 387 CP), peculado

de uso (artículo 388 CP) y malversación de fondos (artículo 389 CP); y la administración

irregular de los recursos públicos, lo que podría configurar los ilícitos penales de colusión

(artículo 384 CP) y negociación incompatible (artículo 385 CP).

Los datos que ayudan a trazar los contornos de la corrupción pública y construir

controles que permitan identificar los comportamientos corruptos, Medina (2014) señala

13
que, el nivel de la Administración en el que se ha cometido el delito, la tipología del

infractor ya sea empleado público (funcionario, laboral o político), así como el ámbito de

actuación en el que se produce, son caracteres esenciales para alcanzar conclusiones y

que, sin embargo, han sido obviados. Se han aplicado políticas anticorrupción sin medir

los efectos y evaluar los patrones de comportamiento ya existentes.

3. EL COMPLIANCE COMO SOLUCIÓN DE PREVENCIÓN ANTICORRUPCIÓN

Gutiérrez (2018) señala que, la carencia de controles preventivos en las

Administraciones públicas ha contribuido a generar un caldo de cultivo ideal para los

agentes corruptos. Frente a la incapacidad para detectar comportamientos corruptos

en el propio seno de la organización, Gómez (2014) afirma que, resulta llamativo que

las corporaciones privadas se hayan visto incentivadas por el Estado a promover

programas de cumplimiento normativo en sus organizaciones, mientras que Nieto

(2014) indica que, estas medidas de control preventivo no se han trasladado al ámbito

de la Administración pública con la debida celeridad.

Una vez habiendo contextualizado el problema de la corrupción en el Perú, es

menester del presente artículo, dar luces de lo que asoma como una solución integral

de prevención de este mal endémico que corroe a todas las entidades públicas, que

como ya hemos visto, los más perjudicados son los ciudadanos, estamos hablando del

compliance estatal, un sistema que tiene como finalidad erradicar la corrupción, desde

la prevención.

Según un estudio realizado por Jara & Umpierrez de Reguero (2014),

enfocado al sector público, desde el punto de vista funcional nos indica que incluye

todas las organizaciones en el campo de la administración pública, la seguridad social,

14
la ley y el orden, educación, salud, y servicios sociales y culturales, con

independencia de sus fuentes de financiamiento y la forma jurídica de la empresa.

En efecto, lo expresa muy gráficamente Klitgaard (2014), la corrupción es un

crimen de cálculo, no un crimen pasional, y para combatir la corrupción se requiere

de “sistemas”

Así tenemos que, la palabra en inglés compliance, significa cumplimiento, y

es que no hay mayor sistema de prevención que cumplir con aquello que está

establecido en la normativa jurídica, es decir actuar con diligencia y apegado a la

legalidad es lo que nos garantiza, como señala Nieto (2016) que se dará cumplimiento

a las obligaciones civiles y directrices internas que las empresas tengan

implementadas.

Habiendo definido ello, Suyon (2019) señala que, el compliance se presenta

como un sistema de gestión, el cual se materializa a través de un plan de cumplimiento

que tiene la finalidad de hallar, estimar y dar seguimiento a aquellas conductas que

podrían generar una infracción al cumplimiento normativo establecido o a los

propósitos que se planteó la empresa de manera voluntaria, por tanto, el compliance

se torna en la forma más efectiva de prevenir riesgos legales.

Ahora bien, este mecanismo es efectivo por una razón en especial, dado que

el compliance se elabora de manera exclusiva para cada empresa del sector público

ya que el plan de cumplimiento es de acuerdo a las características especiales de cada

entidad, en consecuencia, Vega (2020) afirma que, el plan de prevención, hallazgo y

gestión de riesgos no solo se queden en el ámbito del cumplimiento normativo, sino

que vayan más allá e involucren el cumplimiento de aquellas obligaciones voluntarias

de las empresas, tales como códigos éticos y convenios, entre otros.


15
Es por ello, que para diseñar un mecanismo de compliance, es necesario

primero, realizar una evaluación exhaustiva de todas aquellas falencias al interior de

cada entidad, lo que servirá asimismo como una auditoría y a su vez una reingeniería,

lo que conllevará a plantearse los objetivos a cumplir a corto, mediano y largo plazo,

de esta manera, se implementará diversos controles asociados a los riesgos más

relevantes.

En la misma línea, Madrid y Palomino (2020) afirman que, es preciso

implementar este mecanismo integral que favorezca a la planificación, teniendo un

enfoque más reactivo contra conductas delictivas que funcionarios corruptos, siendo

que facilitará la rendición de cuentas contratado con reglas de cumplimiento más

rígidas, lo que impulsará al país hacia cambios estructurales más profundos, para así

poder erradicar la corrupción de las entidades públicas, trabajando a la luz de

estándares internacionales tales como la ISO 37001 y las recomendaciones de la

OCDE sobre la materia, las cuales se han plasmado en distintas normas internas como

la Política Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción, el Plan Nacional de

Integridad y Lucha contra la Corrupción 2018-2021, el Decreto Supremo 042-2018-

PCM y la Resolución 001-2019-PCM/SIP.

4. CONCLUSIONES

A modo de conclusión, podemos indicar que la corrupción al ser un mal

endémico, necesita de un sistema que coadyuve a erradicarlo de raíz, es decir,

desde la prevención, con una política de planificación en cuanto al

16
cumplimiento de objetivos y es precisamente el compliance gubernamental

que se presenta como un mecanismo adecuado para implementarlo en el Perú.

La implementación de compliance gubernamental resulta positivo, dado que

habrá mayor transparencia y credibilidad en las entidades públicas, lo que

traerá consigo disminuir el índice de percepción de la corrupción, lo que a su

vez incentivará el incremento del fondo público a través de una mayor

recaudación de impuestos.

El Estado debe incentivar la integridad de sus instituciones, con mecanismos

de prevención de fácil cumplimiento, y no con leyes que conlleven a una sobre

criminalización en materia penal, que como ya hemos visto, no resulta

efectivo, por tanto, al prevenir conductas riesgosas que vulneren la integridad

de una institución, reduce significativamente las oportunidades de los

funcionarios y servidores públicos de poder delinquir.

17
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