Ossembach Sauter, Gabriela. Las Transformaciones Del Estado y de La Educación Pública en América Latina en Los Siglos XIX y XX
Ossembach Sauter, Gabriela. Las Transformaciones Del Estado y de La Educación Pública en América Latina en Los Siglos XIX y XX
Ossembach Sauter, Gabriela. Las Transformaciones Del Estado y de La Educación Pública en América Latina en Los Siglos XIX y XX
El proceso de independencia de América Latina fue liderado por las élites locales, principalmente
terratenientes y comerciantes, que tenían intereses en la desaparición del sistema colonial
español y portugués. Sin embargo, la independencia no fue un proceso llevado a cabo por las
masas populares, sino más bien fue un proceso liderado por un grupo reducido de personas que
se beneficiaron de la desaparición del sistema colonial.
Una vez que se logró la independencia, estas élites establecieron un nuevo sistema político
basado en la exclusión y la marginación de los sectores populares. Este sistema político se
conoce como el estado oligárquico y se caracteriza por la concentración del poder político y
económico en unas pocas manos. El poder estaba en manos de una élite reducida que excluía a
las masas populares de la participación política y económica.
Este sistema político oligárquico establecido durante la época de la independencia sigue siendo
un obstáculo para el desarrollo de una verdadera democracia en la región. La autora plantea que
la educación debe ser reformada para que sea un instrumento para la inclusión y la
democratización en lugar de la exclusión y la perpetuación de la élite. La educación debe ser un
medio para el desarrollo de una sociedad más justa e igualitaria.
En este contexto, la educación se convirtió en una herramienta para construir una "ciudadanía
nacional", es decir, un conjunto de individuos que compartían los valores y las creencias de la
nación. Se creía que una educación común permitiría a los ciudadanos desarrollar un sentido de
pertenencia a la nación y fomentaría la lealtad hacia el Estado. En este sentido, la educación se
consideraba una forma de promover la estabilidad política y social en la región.
Sin embargo, esta idea de educación como herramienta de integración nacional estaba limitada
por las estructuras sociales y políticas existentes en la región. El sistema educativo estaba
diseñado para formar una élite instruida y excluía a las masas populares de la educación y del
poder político. La educación estaba al servicio de la élite y no de la sociedad en general. En
muchos casos, la educación estaba reservada solo para los hombres blancos y de clase alta, lo
que excluía a otros grupos étnicos y de clase.
Además, la idea de una identidad nacional común también estaba limitada por las desigualdades
y diferencias regionales que existían en la región. En muchos casos, la educación común no pudo
superar las barreras culturales y lingüísticas que existían entre las diversas regiones y grupos
étnicos. Por ejemplo, en países como México, la educación estaba dirigida a la creación de una
identidad nacional mestiza, que combinaba elementos de las culturas indígena y europea. Sin
embargo, esto no logró superar las divisiones culturales y regionales que existían en el país.
El acceso a la educación fue uno de los factores clave que permitió el surgimiento y la
consolidación de las clases medias en la región. Durante el siglo XIX, las élites económicas y
políticas de América Latina comenzaron a darse cuenta de la importancia de la educación como
medio para mejorar la productividad y el bienestar de la sociedad en general. En consecuencia,
se establecieron sistemas educativos nacionales y se construyeron escuelas públicas en todo el
continente.
El acceso a la educación primaria y secundaria fue inicialmente limitado, pero durante el siglo
XX, el acceso a la educación se amplió significativamente en muchos países de la región. El
aumento en la matriculación escolar se tradujo en un aumento en la movilidad social, ya que los
individuos de orígenes humildes podían ascender en la escala social gracias a la educación.
La educación superior fue un factor clave en el surgimiento de las clases medias en la región.
Durante el siglo XX, se establecieron numerosas universidades públicas en América Latina, y el
acceso a la educación superior se amplió significativamente. La educación superior se convirtió
en un medio para el ascenso social y económico, y muchos individuos de orígenes humildes
lograron convertirse en profesionales y empresarios exitosos gracias a su educación.
El desarrollo de las clases medias tuvo implicaciones importantes para la economía y la política
de la región. En muchos casos, las clases medias emergentes se convirtieron en actores políticos
importantes, presionando por reformas políticas y sociales que favorecieran sus intereses.
Además, la expansión de la clase media tuvo un impacto significativo en el consumo y la
demanda de bienes y servicios, lo que a su vez impulsó el crecimiento económico.
La educación pública fue un factor clave en el desarrollo económico de la región, ya que permitió
la formación de capital humano y la mejora de la productividad y la innovación en la industria y
en otros sectores económicos.
En primer lugar, la educación primaria y secundaria fue fundamental para la formación de capital
humano en la región. La educación primaria proporcionó a los estudiantes las habilidades
básicas necesarias para leer, escribir y realizar cálculos matemáticos, lo que permitió a las
personas participar en actividades económicas más complejas. La educación secundaria, por su
parte, proporcionó a los estudiantes habilidades técnicas y profesionales específicas, que los
prepararon para una amplia variedad de carreras y profesiones.
Además, la educación pública fue fundamental para el desarrollo de una clase media educada y
emprendedora, que a su vez contribuyó al crecimiento de una economía de mercado. La
educación pública permitió a los individuos adquirir habilidades y conocimientos que les
permitieron emprender negocios y participar en la economía de mercado de una manera más
efectiva.
A modo de conclusión.
En primer lugar, se destaca que la educación pública ha sido un factor clave en el desarrollo
económico y social de América Latina. La educación pública permitió la formación de capital
humano y la mejora de la productividad y la innovación en la industria y en otros sectores
económicos. También contribuyó al desarrollo de una clase media educada y emprendedora,
que a su vez contribuyó al crecimiento de una economía de mercado.
En tercer lugar, se destaca que la educación pública ha sido un elemento clave en la construcción
del Estado y la nación en América Latina. La educación pública permitió la formación de una
identidad nacional y la consolidación de las instituciones estatales, y fue fundamental para la
construcción de un sentido de pertenencia y solidaridad entre los ciudadanos.
Por último, la autora señala que, aunque la educación pública ha sido fundamental en el
desarrollo de América Latina, todavía existen importantes desafíos a los que se enfrenta la
región en este ámbito. La calidad de la educación pública sigue siendo un problema en muchos
países de la región, y todavía existen desigualdades en el acceso a la educación. Además, la
educación pública debe adaptarse a los desafíos del siglo XXI, como la globalización, la
revolución tecnológica y el cambio climático, para seguir siendo un factor clave en el desarrollo
de la región.
En conclusión, Ossenbach Sauter argumenta que la educación pública ha sido un factor clave en
el desarrollo económico, social y político de América Latina, y que sigue siendo fundamental
para el futuro de la región. Sin embargo, también destaca que todavía existen importantes
desafíos que deben ser abordados para mejorar la calidad y la accesibilidad de la educación
pública en la región.