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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional (2022)”

N° 64567

I.E: “Jorge Coquis Herrera”


Nombre y Apellido: Brenda Stefany López Saravia
Grado y Sección: 4to “A”
Docente: Jessica Cisneros Soria

Literatura Peruana
Algunos Ejemplos:
Dedicatoria:
Mi trabajo realizado en está monografía está dedicado a mi madre que me apoyo

en el trabajo y a mí profesora que también está presente para poder guiarme y ser

una persona de bien y una profesional de éxito.


Agradecimiento:
Agradezco a todas las personas que me apoyan en cada proyecto que hago tanto

como mis familiares y amigos que les tengo un gran cariño.


Epígrafe
Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que
quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola.
La literatura es la única en que podemos vivir esas vidas deseadas.
RESEÑA DE LA LITERATURA PERUANA
Se entiende por literatura peruana a las
manifestaciones literarias producidas por autores de dicha
nacionalidad, desde las tradiciones prehispánicas hasta el
presente, lo que engloba la literatura
cuzqueña, arequipeña, puneña, amazónica y de otras
regiones del territorio del Perú, y que ha alcanzado mayor
brillo en el siglo XX con nombres indispensables para
la literatura universal, como el poeta César Vallejo o
el novelista Mario Vargas Llosa. La pertenencia al canon de
los cronistas de Indias es comúnmente más aceptada que
otras manifestaciones paraliterarias, como la literatura infantil
peruana o la literatura peruana de ciencia ficción.
Mario Vargas Llosa

Biografía:
Mario Vargas Llosa nació en una familia de clase media en la ciudad de Arequipa,
en el sur del Perú en 1936. Fue el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado (Lima,
1905-1979) y de su esposa Dora Llosa Ureta (Arequipa, 1914-1995), quienes se
separaron meses antes de su nacimiento4 para divorciarse tras el mismo, de
mutuo acuerdo. Poco después de que Mario naciera, su padre reveló que tenía
una relación con una mujer alemana y como resultado de dicha unión, nacieron
dos medios hermanos menores del escritor: Enrique y Ernesto Vargas (el primero
falleció de leucemia a los once años de edad; el segundo es abogado y
ciudadano estadounidense). Su padre era el único hijo de Marcelino Vargas y de
su primera mujer Zenobia Maldonado, fallecida en 1925. Su abuelo paterno se
casó por segunda vez con Constanza Serpa y tuvieron ocho hijos e hijas (Manuel
Vargas Serpa, Ana Vargas Serpa, Rosa Vargas Serpa, Yolanda Vargas Serpa,
Humberto Vargas Serpa, Ortencia Vargas Serpa, María de Lourdes Vargas Serpa
y Orlando Vargas Serpa). Por línea materna, desciende del maestre de
campo vizcaíno Juan de la Llosa y Llaguno quien se asentó en Arequipa en 1702.
Mario vivió con su familia materna en Arequipa hasta un año después del divorcio
de sus padres, en 1937, momento en que su abuelo Pedro J. Llosa Bustamante se
trasladó con toda su familia a Bolivia, donde había conseguido un contrato para
administrar una hacienda algodonera cercana a Cochabamba. En dicha ciudad
pasó los siguientes nueve años de su niñez, donde aprendió a leer y a escribir.
Junto con su madre y la familia materna, y cursó hasta el cuarto grado en el
Colegio La Salle. Hasta los diez años, se le hizo creer que su padre había
fallecido, ya que su madre y su familia no querían explicarle que se habían
separado.
Al iniciarse el gobierno del presidente José Luis Bustamante y Rivero en 1945, su
abuelo, que era primo hermano del mandatario, obtuvo el cargo
de prefecto del departamento de Piura, por lo que la familia entera regresó al Perú.
Los tíos de Mario se establecieron en Lima, mientras que Mario y su madre
siguieron al abuelo a la ciudad de Piura. Allí Mario continuó sus estudios de
primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco, cursando el quinto grado. Fue ahí
donde hizo amistad con uno de sus compañeros, Javier Silva Ruete, quien tiempo
después sería ministro de economía.
A fines de 1946 o principios de 1947, y cuando tenía diez años de edad, Mario se
encontró con su padre por primera vez en Piura. Sus padres restablecieron su
relación y se trasladaron a Lima, instalándose en el distrito de clase
media Magdalena del Mar. Luego se trasladaron a La Perla, en el Callao, donde
vivieron en una pequeña casa aislada. Los fines de semana Mario solía visitar a
sus tíos y primos, que vivían en el barrio de Diego Ferré, en el distrito de
Miraflores, donde hizo muchos amigos y donde tuvo sus primeros
enamoramientos. Mario ha plasmado estos lugares en muchos de sus libros como
un grato recuerdo.
En Lima estudió en el Colegio La Salle, de la congregación Hermanos de las
Escuelas Cristianas, cursando el sexto grado de primaria en 1947, y los dos
primeros años de secundaria de 1948 a 1949. La relación con su padre, siempre
tortuosa, marcaría el resto de su vida. Por años, guardó hacia él sentimientos
entremezclados, como el temor y el resentimiento, debido a que durante su niñez
debió soportar violentos arrebatos de parte de su padre, además de un
resentimiento hacia la familia Llosa y grandes celos para con su madre, pero,
sobre todo, a causa de la repulsión de su padre por su vocación literaria, que
nunca llegó a comprender.
A los 14 años, su padre lo envió al Colegio Militar Leoncio Prado, en el Callao, un
internado donde cursó el 3º y el 4º año de educación secundaria, entre 1950 y
1951. Allí soportó una férrea disciplina militar y, según su testimonio, fue la época
en la que leyó y escribió «como no lo había hecho nunca antes», consolidando así
su precoz vocación de escritor. En su libro La ciudad y los perros Vargas Llosa
retrata la experiencia vívida, la disciplina a la que fue sometido en el colegio
militar. Sus lecturas predilectas fueron las novelas de los escritores
franceses Alejandro Dumas y Victor Hugo. Entre sus profesores figuró el poeta
surrealista César Moro, quien por un tiempo le dio clases de francés.
Durante las vacaciones veraniegas de 1952, Vargas Llosa empezó a trabajar
como periodista en el diario limeño La Crónica donde se le encomendaron
reportajes, notas y entrevistas locales. Ese mismo año se retiró del colegio militar
y se trasladó a Piura, donde vivió con su tío Luis Llosa (el “tío Lucho”) y cursó el
último año de educación secundaria en el colegio San Miguel de Piura.
Simultáneamente trabajó para el diario local, La Industria, y presenció la
representación teatral de su primera obra dramatúrgica, La huida del Inca, en el
teatro «Variedades».
En 1953, durante el gobierno de Manuel A. Odría, Vargas Llosa ingresó en
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde
estudió Derecho y Literatura. Participó en la política universitaria a través
de Cahuide, nombre con el que se mantenía vivo el Partido Comunista Peruano,
entonces perseguido por el gobierno de Odría, contra el que Vargas Llosa se
opuso a través de los órganos universitarios y en fugaces protestas en plazas.
Poco tiempo después se distanció del grupo y se inscribió en el Partido Demócrata
Cristiano de Héctor Cornejo Chávez, esperanzado en que esa agrupación lanzaría
la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero, quien, por aquel entonces,
regresaba del exilio. Dicha expectativa no se cumplió. Durante este tiempo, trabajó
como asistente del renombrado historiador sanmarquino Raúl Porras
Barrenechea en una obra que nunca llegó a concretarse: varios tomos de una
monumental historia de la conquista del Perú.
En mayo de 1955, a la edad de 19 años, contrajo matrimonio con Julia Urquidi,
hermana de su tía política por parte materna, quien era 10 años mayor y ya
divorciada. Debido al rechazo que este matrimonio causó en su familia, la pareja
se vio forzada a separarse durante un tiempo pese a que estaban recién casados.
Para lograr mantener una vida en común el joven Mario, ayudado por Porras
Barrenechea, cumplió con hasta siete trabajos simultáneamente: como asistente
de bibliotecario del Club Nacional, escribiendo para varios medios periodísticos e
incluso catalogando nombres de las lápidas del Cementerio Presbítero Matías
Maestro de Lima; finalmente ingresó a trabajar como periodista en Radio
Panamericana, aumentando sustantivamente sus ingresos.
Por entonces, Vargas Llosa empezó con seriedad su carrera literaria con la
publicación de sus primeros relatos: El abuelo (en el diario El Comercio, 9 de
diciembre de 1956) y Los jefes (en la revista Mercurio Peruano, febrero de 1957).
A fines de 1957 se presentó a un concurso de cuentos organizado por La Revue
Française, una importante publicación francesa dedicada al arte. Su relato
titulado El desafío obtuvo el primer premio, que consistía en quince días de visita
en París, hacia donde partió en enero de 1958. Su estadía en la capital de Francia
se prolongó durante un mes, antes de retornar a Lima. Ese mismo año se graduó
de bachiller en Humanidades en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a
mérito de su tesis sobre las Bases para una interpretación de Rubén Darío. Fue,
además, considerado como el alumno de Literatura sanmarquino más distinguido,
por lo que recibió la beca Javier Prado para seguir cursos de posgrado en
la Universidad Complutense de Madrid, en España. Antes de partir hacia Europa,
hizo un corto viaje por la Amazonía peruana, experiencia que después le serviría
para ambientar tres de sus novelas —La casa verde, Pantaleón y las
visitadoras y El hablador— en dicho espacio geográfico.
En 1960, luego de terminarse la beca en Madrid, Vargas Llosa se mudó a Francia
creyendo que iba a obtener una beca para estudiar ahí; sin embargo, llegado a
París se enteró de que su solicitud había sido denegada. A pesar del inesperado
mal estado financiero de Mario y Julia, la pareja decidió quedarse en París donde
Vargas Llosa comenzó a escribir de forma prolífica. Su matrimonio duró algunos
años más, pero terminó en divorcio en 1964. Un año después, Vargas Llosa se
casó con su prima hermana y sobrina materna de su primera mujer, Patricia Llosa
Urquidi, hija de su tío materno Luis Llosa Ureta y de su esposa Olga Urquidi
Illanes, hija de Carlos Urquidi y de su esposa María del Carmen Illanes, con quien
tuvo tres hijos: Álvaro Vargas Llosa (1966), escritor y editor, Gonzalo (1967),
empresario y representante en el Reino Unido del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); y Morgana (1974), fotógrafa.
En la capital francesa, terminó de escribir su primera novela, La ciudad y los
perros, y allí, a través del hispanista Claude Couffon, entró en contacto con Carlos
Barral, director de la editorial española Seix Barral. La novela consiguió en 1962
el Premio Biblioteca Breve y se publicó al año siguiente en la editorial barcelonesa.
En 1966, durante la lectura que ella hizo de La casa verde, la entonces
responsable de derechos de la editorial, Carmen Balcells, decidió proponerse al
escritor para convertirse en su agente literario. Lo animó a centrarse
exclusivamente en la literatura y le consiguió sustento económico durante el
tiempo que durase la redacción de Conversación en La Catedral, a condición de
que el contrato con la editorial lo hiciese ella. A partir de ese momento, Balcells se
convirtió en su agente y llegó a conseguirle contratos extraordinarios.
En 1971, bajo la dirección del profesor Alonso Zamora Vicente, obtiene un
Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid con la
calificación de sobresaliente cum laude por su tesis García Márquez: lengua y
estructura de su obra narrativa, publicada luego bajo el título de García Márquez:
historia de un deicidio. Fue jurado del Festival de Cannes de 1976.
Aficionado al fútbol, Vargas Llosa es un experto en estadísticas de este deporte y
durante el Mundial España 1982 ejerció como periodista deportivo.
En 1983 su exesposa Julia Urquidi publicó sus propias memorias tituladas Lo que
Varguitas no dijo en respuesta a la novela La tía Julia y el escribidor, basada en
parte en la relación entre ambos, que fueron reeditadas en 2010.
En 1994 es nombrado miembro de la Real Academia Española y ese mismo año
gana el Premio Miguel de Cervantes; posteriormente es reconocido doctor honoris
causa en numerosas universidades. Su obra ha sido traducida a más de 30
idiomas
En junio de 2015, después de que la revista ¡Hola! Publicara unas fotos en las que
Vargas Llosa aparece con Isabel Preysler, el escritor reconoció estar separado de
su segunda esposa, y pidió respeto por su vida privada. Vargas Llosa se divorció
de Patricia Llosa en 2016.
En enero de 2019 anunció que abandonaba el PEN Club Internacional por su
apoyo al independentismo catalán.

Características
Mario Vargas Llosa ha sido definido como uno de los más completos narradores
de su generación y una figura destacada de la literatura hispanoamericana.
Representante ideal del espíritu del Boom latinoamericano, pues nació
literariamente con él y ayudó a definirlo y a identificarlo con una nueva generación
de escritores, su obra narrativa se caracteriza por la importancia de la
experimentación técnica, aspecto por el que es valorado como un maestro de la
composición novelística y en el que se ha desempeñado como un notable
innovador de posibilidades narrativas y estilísticas.
Desde el punto de vista temático, sus novelas tratan de la antinomia entre lo
histórico y lo estructural, como así lo expresa el título de varias de sus novelas (La
ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral), en las que la
presencia de estructuras demuestra el interés casi obsesivo que el autor tiene por
estas. Asimismo, en cuanto a los tonos, su obra presenta las características más
variadas, desde el humor, el amor y la comicidad hasta la caída trágica.
Por otra parte, el hecho de que el grueso de su producción literaria la haya
realizado desde el extranjero, explica el sesgo retrospectivo que domina buena
parte de la misma, así como la reconstrucción constante que hace de vivencias
íntimas o colectivas del Perú como base de su ficción, salvo algunas excepciones
como La guerra del fin del mundo y algunas de sus últimas novelas.
En cuanto a sus modelos literarios, o “precursores” (a los que ha dedicado en
varios casos estudios críticos), hay que citar, por un lado, a la novela de
caballerías Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, y a Cien años de soledad,
de García Márquez, ambas como ideales del concepto de novela total (la que
funde lo real con lo irracional y el mito); por otro, son imprescindibles para Vargas
Llosa dos escritores en especial: Flaubert, como modelo de la literatura como
vocación, de la utilización de la realidad como pozo sin fondo para encontrar
contenidos y temas (la mediocridad del ser humano, la violencia y el sexo), como
modelo, también, de la importancia de una estructura narrativa rigurosa y de un
narrador impasible ante los hechos narrados, etc.; y Faulkner, tanto en lo que
respecta a temas y ambientes, como a rasgos formales, especialmente, el
multiperspectivismo, los saltos en el tiempo, el uso de varios narradores en vez del
omnisciente, la retención de información, el uso de historias paralelas, etc.
Novelas:
 La ciudad y los perros (Seix Barral, 1963), Premio Biblioteca Breve 1962
y Premio de la Crítica de Narrativa Castellana 1964
 La casa verde (Seix Barral, 1966), Premio Internacional de Novela Rómulo
Gallegos 1967, Premio de la Crítica de Narrativa Castellana 1967 y Premio
Nacional de Cultura (Perú) 1967
 Conversación en La Catedral (Seix Barral, 1969)
 Pantaleón y las visitadoras (Seix Barral, 1973)
 La tía Julia y el escribidor (Seix Barral, 1977)
 La guerra del fin del mundo (Seix Barral, 1981)
 Historia de Mayta (Seix Barral, 1984)
 ¿Quién mató a Palomino Molero? (Seix Barral, 1986)
 El hablador (Seix Barral, 1987)Elogio de la madrastra (Tusquets, 1988)
 Lituma en los Andes (Planeta, 1993), Premio Planeta 1993
 Los cuadernos de don Rigoberto (Alfaguara, 1997)La fiesta del
Chivo (Alfaguara, 2000)
 El Paraíso en la otra esquina (Alfaguara, 2003)
 Travesuras de la niña mala (Alfaguara, 2006)
 El sueño del celta (Alfaguara, 2010)
 El héroe discreto (Alfaguara, 2013)
 Cinco esquinas (Alfaguara, 2016)
 Tiempos recios (Alfaguara, 2019)

Cuentos:

 Los jefes (1959); incluye seis relatos:


 “Los jefes”, “El desafío”, “El hermano menor”, “Día domingo”, “Un visitante” y
“El abuelo”.
 Los cachorros (1967)
 «El hombre de negro»76 (2019), en Letras Libres n.º 248.
 «Los vientos»77 (2021), en Letras Libres n.º 274.

Cuentos Infantiles:

 Fonchito y la luna (2010)
 El barco de los niños (2014)

Ensayos:

 Bases para una interpretación de Rubén Darío, tesis universitaria (1958;


publicada como libro en 2001)
 García Márquez. Historia de un deicidio (1971)
 La orgía perpetua. Flaubert y Madame Bovary (1975)La verdad de las
mentiras. Ensayos sobre la novela moderna (1990)
 Carta de batalla por Tirant lo Blanc (1991)
 La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo (1996)
 Cartas a un joven novelista (1997)
 La tentación de lo imposible. Victor Hugo y Los miserables (2004)
 El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti (2008)
 La civilización del espectáculo (2012)
 La llamada de la tribu (2018)
 Medio siglo con Borges (2020), versión en español de Un demi-siècle avec
Borges (2004).
 La realidad de un escritor (2020), versión en español de A Writer’s
Reality (1991).
 La mirada quieta (de Pérez Galdós) (2022)

Obras más conocidas:


“EL PEZ EN EL AGUA”

Resumen:
Está dividido en veinte capítulos en los cuales el escritor intercala su narración con
temas sobre su vida temprana y los eventos relacionados con su actividad política
en el Perú. A lo largo de estos recuerdos, Vargas Llosa habla de muchas
experiencias importantes para él, como el hecho de conocer a su padre, a quien
creía muerto, su primer trabajo en el periódico La Crónica y otros.

“LA VERDAD DE LAS MENTIRAS”

Resumen:
Los libros mienten (nos muestran una visión falaz de la vida), pero mintiendo nos
muestran una curiosa verdad que solo puede expresarse encubierta: los hombres
no están contentos con la vida que les tocó. La ficción nació para generar la vida
que el hombre desearía tener y a la cual no se resigna.
“LA CIUDAD Y LOS PERROS”

Resumen:

Narra la brutalidad encarecida ejercida en un grupo de jóvenes alumnos de un


colegio militar en Lima. Mediante diversos recursos narrativos, bastante
innovadores para aquella época, Vargas Llosa expone las consecuencias de una
educación castrense mal entendida y denuncia también la corrupción de aquel
mundo y su violencia siempre presente.

A continuación, vamos a resumir muy brevemente (si quieres leerlo es mejor que
dejes la lectura de este artículo aquí), algunas de las partes que lo forman.

“LA FIESTA DEL CHIVO”

Resumen:
La novela recrea los últimos días del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo,
que tuvo el poder absoluto de su país entre 1930 y 1961. La construcción del texto
está sustentada en tres planos narrativos simultáneos.
Blanca Varela

Biografía:
Vivió en Puerto Supe. Se inició en poesía en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos en la capital peruana, donde ingresó en 1943, para estudiar Letras y
Educación. En esta universidad conoció a Sebastián Salazar Bondy, Javier
Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, y al pintor Fernando de Szyszlo.
A partir de 1947, empezó a colaborar en la revista Las Moradas que dirigía Emilio
Adolfo Westphalen. En 1949, tras su matrimonio con Szyszlo, llegó a París, donde
entró en contacto con la vida artística y literaria del momento, guiada por Octavio
Paz, quien la vinculó con el círculo de intelectuales latinoamericanos y españoles
radicados en Francia.
De esta etapa data su amistad con Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Henri
Michaux, Alberto Giacometti, Léger, Tamayo y Carlos Martínez Rivas, entre otros.
Después de su larga temporada en París, Varela vivió en Florencia y luego
en Washington, ciudades donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales
trabajos periodísticos.
En 1962, regresó a Lima para establecerse definitivamente y cuando viajaba solía
hacerlo principalmente a los Estados Unidos, España y Francia.
El hecho que algunas de sus obras hayan sido traducidas al alemán, francés,
inglés, italiano, portugués y ruso implica un reconocimiento a su obra fuera de las
fronteras de su país natal. A diferencia de otros escritores, Blanca Varela no
acostumbraba a dar entrevistas y sus apariciones en público fueron más bien
escasas y discretas.
En 1996 Lorenzo de Szyszlo, su hijo, fallece en el accidente aéreo del Vuelo 251
de Faucett Perú ocurrido cerca de Arequipa, hecho que marcó a Varela y su
poesía.
Ha sido condecorada con la Medalla de Honor por el Instituto Nacional de
Cultura del Perú.
Murió el 12 de marzo de 2009 en Lima, a la edad de 82 años. Su cuerpo fue
incinerado y sus cenizas esparcidas en la bahía de Paracas.
Obras:
 Ese puerto existe. Prólogo de Octavio Paz. Xalapa, Veracruz (México),
Universidad Veracruzana, 1959.
 Luz de día en Lima, Ediciones de La Rama Florida, 1963.
 Casa de cuervos.
 Valses y otras falsas confesiones. Lima. Instituto Nacional de Cultura, 1972.
 Canto villano. Lima, Ediciones Arybalo, 1978.
 Canto villano (Poesía reunida, 1949-1983). Prólogo de Roberto Paoli. México,
Fondo de Cultura Económica, 1986.
 Camino a Babel (Antología). Prólogo de Javier Sologuren. Lima, Municipalidad
de Lima Metropolitana, 1986.
 Ejercicios materiales. Lima, Jaime Campodónico editor, 1993.
 El libro de barro. Madrid, Ediciones del Tapìr, 1993.
 Poesía escogida 1949-1991. Prólogo de Jonio González. Barcelona, Icaria
Editorial, 1993.
 Canto villano (Poesía reunida, 1949-1994). Prólogos de Octavio Paz, Roberto
Paoli y Adolfo Castañón. Nueva edición, aumentada. México, Fondo de Cultura
Económica, 1996.
 Como Dios en la nada (Antología 1949-1998). Selección y prólogo de José
Méndez. Madrid, Visor Libros, 1999..
 Concierto animal. Valencia-Lima, Pre-Textos/PEISA, 1999.
 Donde todo termina abre las alas (Poesía reunida, 1949-2000). 2 Prólogo de
Adolfo Castañón y Epílogo de Antonio Gamoneda. Barcelona, Galaxia
Gutemberrg /Círculo de Lectores, 2001. Nota: incluye su último poemario, El
falso teclado (2000), que no se publicaría como libro independiente hasta 2016.
 Poesía reunida, 1949-2000. Epílogos de Ana María Gazzolo y Giovanna
Pollarolo. Lima, Casa de cuervos y Sur librería anticuaria, 2016.

Premios y reconocimientos:
Obtuvo el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo en el año 2001.
En octubre de 2006 se convirtió en la primera mujer que gana el Premio
Internacional de Poesía Federico García Lorca, dotado entonces con 50.000 €.
Durante la ceremonia de entrega del premio antes dicho, el 10 de mayo de 2007,
en el palacete del Ayuntamiento de Granada, se anunció que Blanca Varela
ganaba la XVI edición del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, dotado
con 42.100 €, convocado conjuntamente por el Patrimonio Nacional de España y
la Universidad de Salamanca.
En 2022 recibió un reconocimiento póstumo por parte del Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables (MIMP) del Estado Peruano, el cual, mediante un decreto
en ocasión del 8 de marzo, otorgó la condecoración “Orden al Mérito de la Mujer”
a Blanca Varela y otras 24 mujeres peruanas, siendo destacadas por su tarea en
la defensa de los derechos y por promover la igualdad de género. En particular,
Varela fue reconocida por “su aporte al desarrollo de la literatura y la eliminación
de barreras para la igualdad de género”
Obras más conocidas:
“POESÍA REUNIDA”

Resumen:
En este libro está la evidencia de la obra poética cincuentenaria de la poeta
peruana Blanca Varela (Lima, 1926-2009) que, desde su primera aparición en
2001, fue reeditado en 2017. Hay otras ediciones con la poesía reunida
considerando el mismo período de tiempo (1949-2000), en: Donde todo termina
abre las alas (España, Galaxia Gutenberg, 2001) y El suplicio comienza con la
luz (México, UNAM, 2012)
“LA VOZ DE BLANCA VARELA”

Resumen:
Blanca Varela comenta las circunstancias que, desde su primer libro Este puerto
existe han acompañado en cada momento su trabajo, a la vez que describe un
preciso recorrido por toda su personal obra poética.
Ricardo Palma

Biografía:
Nació el 7 de febrero de 1833 en Lima (aunque existe una teoría de
monseñor Salvador Herrera Pinto que pone su cuna ocho años antes en el pueblo
de Talavera de la Reyna en Apurímac), en el seno de una familia humilde; fue
inscrito en la partida de bautismo como hijo natural de Pedro Ramón Palma
Castañeda y de Guillerma Carrillo y Pardos, a quien muchos consideran la abuela
materna y que su madre fue en realidad Dominga Soriano y Carrillo, la hija de 16
años de esta, con quien Pedro se casaría cuatro años más tarde, el 6 de abril de
1837. Pedro, comerciante mestizo con aspiraciones, doblaba en edad a Dominga,
quien era cuarterona (ascendencia subsahariana). El matrimonio Palma-Soriano
“fracasó prontamente –según el historiador Oswaldo Holguín Callo– por las
diferencias raciales, generacionales y culturales”, y el pequeño Ricardo, que tenía
9 años, permaneció naturalmente en la casa paterna.
Asistió a la escuela para párvulos de Pascual Guerrero, a la de Antonio Arengo y a
la de Clemente Noel. Terminada la secundaria, siguió leyes en el Convictorio de
San Carlos (aunque algunos cuestionan este dato como una superchería del autor
y otros dicen que probablemente fuera alumno externo).
A los 15 años comenzó su carrera literaria, primero escribiendo poesía y dramas.
Fue a esa edad que empezó a usar, junto con el primer nombre, su segundo,
Ricardo, que después ya utilizaría solo, sin el primero original de Manuel. También
desde joven se mezcló en política, y en 1857 secundó la sublevación del
general Manuel Ignacio de Vivanco contra el presidente Ramón Castilla, por lo que
fue separado del ejercicio de su cargo en el Cuerpo Político de la Armada del
Perú.
Realizó sus estudios universitarios en el Convictorio de San Carlos, el que hacía
las veces de Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos.
Se inició como masón a los 22 años en la logia chalaca del Callao Concordia
Universal, el 4 de julio de 1855, siendo venerable maestro Damián Alzamora,
orador Antonio Álvarez del Villar y secretario José Antonio Barboza.
En la Armada, a la que ingresó como oficial tercero en 1853, sirvió en la
goleta Libertad, el bergantín Almirante Guisse, el transporte Rímac —donde el
primero de marzo de 1855 estuvo a punto de morir a consecuencia del naufragio
de la nave— y el vapor Loa. Tomó parte en el desembarco de Guayaquil en 1859,
durante la guerra con Ecuador.
En noviembre de 1860 participó en el fallido asalto a la casa presidencial que
acometió un grupo de civiles y militares de tendendica liberal, liderados por José
Gálvez. El fracaso del golpe contra Castilla lo obligó a abandonar el Perú y el 20
de diciembre se embarcó con destino a Chile.
En Valparaíso, adonde arribó a fines de mes, frecuentó los salones literarios, fue
miembro de la Sociedad de Amigos de la Ilustración y colaboró en la Revista del
Pacífico y en la Revista de Sud-América. Los casi tres años que pasó en esa
ciudad —durante los cuales realizó frecuentes viajes a Santiago— fueron
literariamente «intensos y fructíferos». Allí conoció a José Victorino
Lastarria, Guillermo Blest Gana y otros escritores, y en las revistas mencionadas
publicó textos importantes: poesías, siete tradiciones y lo que después derivaría
en los Anales de la Inquisición de Lima que aparecerían en la capital peruana a su
regreso y con el que puede decirse que «comienza la plenitud literaria de Palma».
Regresó al Perú en agosto de 1863, después de ser amnistiado, y en julio del año
siguiente fue nombrado cónsul en el Pará, Brasil, cargo que aparentemente no
llegó a ejercer: obtuvo una licencia y viajó a Europa: El Havre, París, Londres. En
1865 retornó vía Estados Unidos —se quedó un tiempo en Nueva York—, cuando
Perú está ya en pleno conflicto con España. Con el puerto del Callao bloqueado,
Palma desembarca probablemente en Paita y es nombrado asistente de Gálvez,
ministro de Guerra y Marina. Ambos participan, desde la torre La Merced del
Callao, en el combate contra la escuadra española el dos de mayo de 1866, en el
que Galvéz murió cuando una bomba, disparada desde la fragata
española Almansa o desde la Blanca, cayó en unos depósitos de pólvora. Palma
se salva milagrosamente: había abandonado la torre minutos antes de la
Explosión.
Tomó parte en la sublevación del coronel José Balta al año siguiente, y estuvo en
prisión y desterrado brevemente en Guayaquil. Balta lo nombró su secretario
particular después de ser elegido presidente en 1868. Al poco tiempo fue elegido
también senador por Loreto, cargo que ejerció hasta 1872.8910 El asesinato de
Balta, ocurrido el 26 de julio de 1872, marca el fin de la vida política de Palma, que
pasa a dedicarse exclusivamente a la literatura. Tres años más tarde se retira
a Miraflores y en 1878, se muda con su familia al balneario de Chorrillos.
Durante la guerra con Chile participó en la defensa de Lima. Cuando las tropas
de ocupación incendiaron en enero de 1881 su casa, ubicada en el balneario de
Miraflores, Palma perdió su biblioteca y algunos manuscritos, como el de la
novela Los Marañones y sus memorias del gobierno de Balta. Perdida su casa, se
traslada a Lima donde alquila una en la calle Veracruz.
Dos años más tarde, el dueño del diario La Prensa de Buenos Aires le ofreció el
cargo de redactor literario del periódico, pero el presidente Miguel Iglesias logró
convencerlo que aceptara la dirección de la Biblioteca Nacional, que se
encontraba destruida como consecuencia de la guerra y que durante la ocupación
había sido expoliada por los chilenos. Al ocurrir esos hechos en marzo de 1881,
Palma, que era a la sazón subdirector de la Biblioteca, había redactado una carta
de protesta, firmada por él y el director, Manuel de Odriozola.11 Esto motivó que el
entonces contralmirante Patricio Lynch y comandante en jefe del ejército de
ocupación, dictara prisión contra el escritor, que cumplió primero en el segundo
piso de la misma Biblioteca ocupada y después en un buque en el Callao, donde
pasó 12 días hasta que recuperó la libertad gracias a gestiones de diplomáticos
franceses y brasileños. Odriozola, contra el que también había orden de arresto,
«logró asilarse en la legación norteamericana».
Su labor al frente de esta institución constituyó uno de sus grandes logros de su
vida. Fue en aquella época que se ganó el apelativo de “el bibliotecario mendigo”,
porque, ante el magro presupuesto con el que contaba, decidió utilizar su prestigio
y sus contactos para pedir a personalidades de diversos países que donaran
libros. Gracias a su amistad con el presidente de Chile Domingo Santa
María (1881-1886), consiguió recuperar más de 14 000 volúmenes de manos
chilenas. El 28 de julio de 1884 inaugura la biblioteca, que dirige hasta febrero de
1912, cuando renuncia por discrepancias con el gobierno de Augusto Leguía, que,
en reemplazo, nombra a su enemigo, Manuel González Prada. Verdad es que el
escritor tendrá su desagravio: el nuevo gobierno del coronel Óscar R. Benavides lo
nombrará director honorario de la Biblioteca en 1914, González Prada será
destituido y su puesto lo ocupará el candidato de Palma, Luis Ulloa. Esto, sin
embargo, no durará mucho: en febrero de 1916 González Prada recupera el cargo
y el famoso escritor renuncia a su nombramiento honorario.
Ricaldo Palma, El Bibliotecario Mendigo, ya convertido en el patriarca de las letras
peruanas, se había retirado en marzo de 1912 a Miraflores, donde viviría los
últimos años de su vida.
Fue miembro correspondiente de la Real Academia Española (1878) y de
la Peruana de la Lengua —que presidió desde su fundación en 1887 hasta su
renuncia en 1918, cuando pasa a ser director honorario—, y de otras prestigiosas
instituciones, como la Gran Logia del Perú.
Vida personal:
En 1872, tuvo un hijo natural con la ecuatoriana Clemencia (o Clementina)
Ramírez: Clemente Palma, quien se convertiría en un destacado escritor. Casado
desde 1876 con Cristina Román y Olivier, tuvieron 7 hijos (alguno fallecido
prematuramente): Félix Vital, Angélica, también escritora y una de las fundadoras
del movimiento feminista peruano, Ricardo, Peregrina Augusta, Cristina, Cristián y
Renée Cristina.
Obras:
 El hijo del sol, 1849
 La he biográficos, 1855
 El santo de Panchita, 1869
 Anales de la Inquisición de Lima, ensayo histórico, Lima, 1863
 Congreso constituyente, sátira publicada bajo el seudónimo de Un Campanero,
1867
 Armonías. Libro de un desterrado, poesía, París, 1895
 Lira americana. Colección de poesías de los mejores poetas del Perú, Chile y
Bolivia, París, 1895
 Pasionarias, poesía, con prólogo de Luis Benjamín Cisneros; Havre, 1870
 Tradiciones, primera serie de su obra magna, Imprenta del Estado, Lima, 1872
 Don Juan del Valle Caviedes, el poeta de la Ribera, ensayo, 1873
 Tradiciones. Segunda serie, Imprenta Liberal de El Correo del Perú, Lima,
1874
 Tradiciones. Tercera serie, Benito Gil Editor, Lima, 1875
 Tradiciones. Cuarta serie, Benito Gil Editor, Lima, 1877
 Monteagudo y Sánchez Carrión. Páginas de la historia de la independencia,
ensayo, Lima, 1877
 Tradiciones. Quinta serie, edición de Carlos Prince, Lima, 1883 (Prince,
además, publica asimismo las cuatro anteriores)
 Tradiciones. Sexta serie, edición de Carlos Prince, Lima, 1883
 El demonio de los Andes, tradiciones sobre el conquistador Francisco de
Carvajal, Imprenta de Las Novedades (periódico en el que Palma colaboraba),
Nueva York, 1883 (2.ª edición: Casa Maucci, Barcelona / Buenos Aires, 1911)
 Enrique Heine. Traducciones, realizadas sobre la versión francesa de Gérard
de Nerval, 1886
 Refutación a un compendio de historia del Perú, contra el libro del jesuita
Ricardo Cappa, Lima, 1886
 Poesías, antología que recoge la mayoría de su lírica; lo acompañó, como
prólogo, del estudio La bohemia limeña de 1848 a 1860. Confidencias
literarias; 1887
 Ropa vieja, sétima serie de Tradiciones; Imprenta del Universo, de Carlos
Prince, Lima 1889.
 Cristián, librito de homenaje publicado en edición privada por los Palma al hijo
del escritor fallecido a los diez meses; Lima, 1889
 Tradiciones peruanas, primera edición extranjera de esta obra; Buenos Aires,
1890
 A San Martín, poema, Lima, 1890
 Ropa apolillada, octava y última serie de Tradiciones; Imprenta del Universo,
de Carlos Prince; Lima, 1891
 Filigranas. Aguinaldo a mis amigos, su último poemario, Lima, 1892
 Tradiciones peruanas, 4 volúmenes, Montaner y Simón, Barcelona, 1893-96
 Neologismos y americanismos, Lima, 1896
 Recuerdos de España, sobre su viaje de 1892; Buenos Aires, 1897 (reeditadas
con el título Recuerdos de España, precedidos de La bohemia de mi tiempo,
Lima, 1899)
 Tradiciones y artículos históricos, Lima 1899
 Cachivaches, artículos literarios y bibliográficos; Lima, 1900
 Dos mil setecientas voces que hacen falta en el Diccionario. Papeletas
lexicográficas, Lima, 1903
 Mis últimas tradiciones peruanas y cachivachería, Casa Maucci, Barcelona
Buenos Aires, 1906
 Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas, Casa Maucci, Barcelona /
Buenos Aires, 1910
 Poesías completas, Barcelona, 1911
 Tradiciones selectas del Perú, A. J. Sagrestán y Cía., Callao, 1911
 Las mejores tradiciones peruanas, seleccionadas y prologadas por Ventura
García Calderón y acompañadas de una breve autobiografía; Casa Maucci,
Barcelona, 1917
 El Palma de la juventud, Lima, 1921* Epistolario, 1862-1918, edición de
Augusta y Renée Palma con prólogo de Raúl Porras Barrenechea, dos tomos;
Editorial Cultura Antártica, Lima, 1949
 Tradiciones peruanas, edición auspiciada por el gobierno peruano y
supervisada por sus hijas; 6 volúmenes, Espasa-Calpe, Madrid, 1923-25
 Tradiciones peruanas, la primera edición peruana completa de las tradiciones
de Palma; 6 volúmenes, Editorial Cultura Antártica, Lima, 1951
 Tradiciones peruanas completas, a cargo de Edith Palma, nieta del escritor e
hija de Clemente Palma; Aguilar, Madrid, 1952 (varias reediciones; incluye
también los Anales de la Inquisición de Lima, La bohemia de mi
tiempo y Recuerdo de España, artículos, los “prólogos” humorísticos que
acompañaban algunas series, y numerosos apéndices)

Obras más conocidas:


“TRADICIONES PERUANAS”

Resumen:
Se trata de relatos cortos de ficción histórica que narran, de forma entretenida y
con el lenguaje propio de la época, sucesos basados en hechos históricos de
mayor o menor importancia, propios de la vida de las diferentes etapas que pasó
la historia del Perú, sea como leyenda o explicando costumbres existentes.
José María Arguedas

Biografía:
José María Arguedas Altamirano nació en Andahuaylas, en la sierra sur del Perú
el 18 de enero de 1911. Proveniente de una familia criolla y aristócrata por parte
materna, quedó huérfano de madre a los tres años de edad. Por la poca presencia
de su padre ―abogado litigante y viajero, y su mala relación con su madrastra y
su hermanastro, se refugió en el cariño de los sirvientes andinos, lo que hizo que
se adentrara en la lengua y costumbres quechuas que modelaron su personalidad.
Sus estudios de primaria los realizó en San Juan de Lucanas, Puquio, Ayacucho y
los de secundaria en Huancayo y Lima.
Ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en 1931; allí se
licenció en Literatura, y posteriormente cursó Etnología; se recibió de bachiller en
1957 y de doctor en 1963. De 1937 a 1938 sufrió prisión en razón de una protesta
contra un enviado del dictador italiano Benito Mussolini, y se afilió al partido
comunista. Paralelamente a su formación profesional, en 1941 empezó a
desempeñar el profesorado, primero en Sicuani, Cuzco, y luego en Lima, en los
colegios nacionales Alfonso Ugarte, Guadalupe y Mariano Melgar, hasta 1949.
Ejerció también como funcionario en el Ministerio de Educación, poniendo en
evidencia su interés por preservar y promover la cultura peruana, en especial la
música y la danza andina. Fue Director de la Casa de la Cultura (1963-1964) y
Director del Museo Nacional de Historia (1964-1966). En el campo de la docencia
superior, fue catedrático de Etnología en la Universidad de San Marcos (1958-
1968) y en la Universidad Nacional Agraria La Molina (1962-1969). Agobiado por
conflictos emocionales, puso fin a sus días disparándose un tiro en la cabeza el 2
dertímbre de 1969, a los 58 años de edad.
Su obra narrativa refleja, descriptivamente, las experiencias de su vida recogidas
de la realidad del mundo andino, y está representada por las siguientes
obras: Agua (1935), Yawar fiesta (1941), Diamantes y pedernales (1954), Los ríos
profundos (1958), El Sexto (1961), La agonía de Rasu Ñiti (1962), Todas las
sangres (1964), El sueño del pongo (1965), El zorro de arriba y el zorro de
abajo (publicado póstumamente en 1971). Toda su producción literaria ha sido
compilada en los primeros cinco tomos de sus Obras completas (1983). Además,
realizó traducciones y antologías de poesía y cuentos quechuas, cómo sus
trabajos de antropología y etnología y su producción no literaria en general se
encuentran compilados en la segunda parte de sus Obras completas (2012).
Vida Universitaria:
En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció permanentemente en Lima e
ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Allí, contra lo que esperaba, fue recibido con cordialidad y respeto por sus
condiscípulos, entre los que se contaban los futuros filósofos Luis Felipe
Alarco y Carlos Cueto Fernandini, y los poetas Emilio Adolfo Westphalen y Luis
Fabio Xammar. A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido el año siguiente, se
vio forzado a ganarse la vida entrando a trabajar como auxiliar en la
Administración de Correos. Era apenas un puesto de portapliegos, pero los
180 soles mensuales de sueldo aliviaron sus necesidades económicas a lo largo
de cinco años.
En 1933 publicó su primer cuento, «Warma kuyay», publicado en la revista Signo.
En 1935 publicó Agua, su primer libro de cuentos, que obtuvo el segundo premio
de la Revista Americana de Buenos Aires y que inauguró una nueva época en la
historia del indigenismo literario. En 1936 fundó con Augusto Tamayo
Vargas, Alberto Tauro del Pino y otros, la revista Palabra, en cuyas páginas se ve
reflejada la ideología propugnada por José Carlos Mariátegui.
En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita
del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista. Eran
los días de la dictadura de Óscar R. Benavides. Fue trasladado al penal «El
Sexto» de Lima, donde permaneció 8 meses en prisión, episodio que tiempo
después evocó en la novela del mismo nombre. Pero a pesar de simpatizar con el
ideario comunista, nunca participó activamente en la política militante. Estando en
prisión, se dio tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron
en su segundo libro publicado: Canto kechwa.
Novelas:

 1941: Yawar fiesta. Revisada en 1958.


 1954: Diamantes y pedernales. Editada conjuntamente con una reedición del
libro Agua y el cuento «Orovilca»
 1958: Los ríos profundos. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo
Palma en 1959. Fue reeditada en 1978 por la Biblioteca Ayacucho de
Caracas con prólogo de Mario Vargas Llosa.
 1961: El Sexto. Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en
1962.
 1964: Todas las sangres
 1971: El zorro de arriba y el zorro de abajo, novela inconclusa y que fue
publicada póstumamente.

Cuentos:
 1935: Agua. Colección de cuentos integrada por: Agua, Los escoleros y Warma
kuyay. Segundo premio en el concurso internacional promovido por la Revista
Americana de Buenos Aires. Traducida al ruso, alemán, francés e inglés por La
Literatura Internacional, de Moscú.
 1955: La muerte de los Arango. Cuento. Primer premio del Concurso
Latinoamericano de Cuento en México.
 1962: La agonía de Rasu Ñiti. Cuento.
 1965: El sueño del pongo. Cuento, en edición bilingüe (castellano-quechua).
 1967: Amor mundo. Colección de cuatro cuentos de tema erótico: «El horno
viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio».
 1972: El forastero y otros cuentos (Montevideo: Sandino). Contiene «El
barranco», «Orovilca», «Hijo solo» y «El forastero».
 1972: Páginas escogidas (Lima: Universo). Selección de la obra de Arguedas,
editada por Emilio Adolfo Westphalen.
 1973: Cuentos olvidados (Lima: Imágenes y Letras). Compilación de cuentos
perdidos en periódicos y revistas de los años 1934 y 1935, edición y notas de
José Luis Rouillon.
 1974: Relatos completos (Buenos Aires: Losada). Contiene los siguientes
importantes relatos: «Agua», «Los escoleros», «Warma kuyay», «El
barranco», Diamantes y pedernales, «Orovilca», «La muerte de los Arango»,
«Hijo solo», La agonía de Rasu Ñiti, El sueño del pongo, «El horno viejo», «La
huerta», «El ayla» y «Don Antonio».

Reconocimientos:

 1958. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado por su tesis de


especialidad en Etnología, «La evolución de las comunidades indígenas».
 El Premio de Narrativa José María Arguedas otorgado desde el
año 2000 por Casa de las Américas para difundir la obra narrativa de escritores
latinoamericanos.

Obras:
AGUA
Resumen:
Es una historia en la que se relata la forma del reparto del agua de una laguna
entre la comunidad de San Juan y el caserío de Ventanilla, tras la orden del
principal y dueño del pueblo Braulio Félix, y con el apoyo del alcalde de la
localidad
LA MUERTE DE LOS ARANGO

Resumen:
Esto se evidencia a través del relato “La muerte de los Arango” de José María
Arguedas. Tal análisis, tiene como objetivo evidenciar la naturaleza bicultural de
ciertas creencias, simbologías, costumbres y rituales desarrollados en torno a la
dicotomía vida-muerte.
LOS RÍOS PROFUNDOS

Resumen:
Ernesto, un adolescente sensible y escindido entre su afecto por los indios, que le
han criado, y su pertenencia a la clase hacendada, descubrirá en sus viajes por
Perú con su padre, y en su estancia en un internado religioso
Julio Ramon Ribeyro

Biografía:
Julio Ramón Ribeyro nació a las 19 horas el 31 de agosto de 1929, en Santa
Beatriz (Cercado de Lima). Hijo de Julio Ramón Ribeyro Bonello (trabajó en la
Casa Ferreyros) y Mercedes Zúñiga Rabines (secretaria bilingüe en el Banco Perú
y Londres), fue el primero de cuatro hermanos (Juan Antonio, Mercedes y Josefina
“Chamina”). Su familia era de clase media, pero en generaciones anteriores había
pertenecido a la clase alta, pues entre sus ancestros se contaban personajes
ilustres de la cultura y la política peruana, de tendencia conservadora y civilista. En
su niñez vivió en Santa Beatriz un barrio de clase media limeño y luego se mudó
a Miraflores, residiendo en el barrio de Santa Cruz, aledaño a la huaca Pucllana.
Su educación escolar la recibió en el Colegio Champagnat de Miraflores. La
muerte de su padre (fallecido de tuberculosis) lo afectó mucho y complicó la
situación económica de su familia.
Posteriormente, estudió Letras y Derecho en la Pontificia Universidad Católica del
Perú, entre los años 1946 y 1952, donde coincidió con Pablo Macera, Alberto
Escobar y Luis Felipe Angell “Sofocleto”, entre otros jóvenes con intereses
intelectuales y artísticos. Inició su carrera como escritor con el cuento La vida
gris que publicó en la revista Correo Bolivariano, en 1949. En 1953 ganó una beca
de periodismo otorgado por el Instituto de Cultura Hispánica, que le permitió viajar
a España.
Primer viaje a Europa (1953–1958)
Viajó en barco a Barcelona el 20 de octubre, en el Américo Vespucci, llegando a
Barcelona el 14 de noviembre, y de ahí pasó a Madrid, donde permaneció un año
e hizo estudios en la Universidad Complutense de dicha ciudad. También escribió
algunos cuentos y artículos.
Al culminarse su beca en 1953, viajó a París, residiendo en el Barrio Latino, para
preparar una tesis sobre literatura francesa en la Universidad La Sorbona. Por
entonces escribió su primer libro Los gallinazos sin plumas, una colección de
cuentos de temática urbana, considerado como uno de sus más logrados escritos
narrativos. Pero abandonó los estudios y permaneció en Europa realizando
trabajos eventuales, alternando su estancia en Francia con breves temporadas
en Alemania y Bélgica. Fue así que entre 1955 y 1956 estuvo en Múnich, con una
beca por un año, donde escribió su primera novela, Crónica de San Gabriel.
Regresó a París (1956) y luego viajó a Amberes en 1957, donde trabajó en una
fábrica de productos fotográficos. En 1958, regresó a Alemania y permaneció un
tiempo en Berlín, Hamburgo y Fráncfort del Meno. Durante su estadía europea
tuvo que realizar muchos oficios para sobrevivir, como reciclador de periódicos,
conserje, cargador de bultos en el metro, vendedor de productos de imprenta, etc.
Regresó a Lima en 1958. Trabajó como profesor en la Universidad Nacional de
San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho, a cuya solicitud se dedicó a la creación
de un Instituto de Cultura Popular, en 1959. En 1960 publicó su novela Crónica de
San Gabriel, que le hizo merecedor del Premio Nacional de Novela de ese año.
Segundo viaje a Europa (1961)
En 1961, volvió a París, donde trabajó como periodista durante diez años, en
la Agencia France Press.
En 1972, durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, fue nombrado como
agregado cultural en la embajada peruana en París. Luego fue ministro consejero
y delegado adjunto ante la UNESCO.
Se casó con Alida Cordero y tuvieron un único hijo. En 1973, se operó por primera
vez de un cáncer pulmonar, provocado por su tabaquismo, y a raíz de lo cual
recibió un largo tratamiento. Inspirado en esta experiencia, escribió un libro
titulado Solo para fumadores.
En 1983, recibió el Premio Nacional de Literatura, y diez años después, el
Nacional de Cultura.
Últimos años
Generoso con sus amigos y con escritores jóvenes, Ribeyro nunca tuvo enemigos
y fue siempre muy valorado por sus contemporáneos.
En diciembre de 1985 se anunció su nombramiento como Embajador – Delegado
Permanente del Perú ante la UNESCO, designado por el presidente Alan García y
ratificado por el Senado de la República. Asumió el cargo en 1986 y se mantuvo
hasta 1990.
Tuvo un intercambio verbal muy áspero con su compatriota y amigo Mario Vargas
Llosa, a raíz de la discusión desatada en el Perú en torno a la proyectada
estatización de la banca del primer gobierno de Alan García, que dividió a la
opinión pública del país. Ribeyro criticó a Mario que apoyara a los sectores
conservadores de su país, oponiéndose así, según él, a la irrupción de las clases
populares. Vargas Llosa no dejó pasar la oportunidad de responderle en
sus memorias El pez en el agua (1993), señalándole su falta de coherencia, que lo
llevaba a mostrarse servil con cada gobierno de turno solo con el fin de mantener
su cargo diplomático en la Unesco. Sin embargo, al margen de este episodio,
Vargas Llosa ha alabado incesantemente la obra literaria de Ribeyro, a quien
considera como uno de los grandes narradores de habla hispana. La relación
entre ambos autores, que compartieron piso en París, fue por lo demás compleja y
llena de misterios.
Sus últimos años los pasó viajando entre Europa y el Perú 5. En el último año de su
vida había decidido radicar definitivamente en su patria. Ribeyro falleció el 4 de
diciembre de 1994, en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas
(Surquillo) días después de obtener el Premio de Literatura Juan Rulfo. Fue
enterrado en el Cementerio Jardines de la Paz (La Molina) y en su epitafio se
puede leer: «La única manera de continuar en vida es manteniendo templada la
cuerda de nuestro espíritu, tenso el arco, apuntando hacia el futuro».
Balance de su obra
Tras su fallecimiento, se hicieron más ediciones de La palabra del mudo. La última
es la de la Editorial Seix-Barral, en dos volúmenes para el Perú (2009) y uno para
España (2010), que abarca la totalidad de los cuentos publicados por el autor bajo
el formato de libro, a lo que los editores sumaron los 6 cuentos olvidados («La vida
gris», «La huella», «El cuarto sin numerar», «La careta», «La encrucijada» y «El
caudillo»), 3 desconocidos («Los Huaqueros», «El Abominable» y «Juegos en la
infancia») y un inédito («Surf»).
Otro de sus cuentos más representativos es «Alienación», en el que se narra la
vida de Roberto, un muchacho Afroperuano, cuyo único objetivo es convertirse en
un blanco americano de los Estados Unidos y conquistar a la hermosa Queca.
Este cuento fue traducido al inglés con el título de «Alienation», en la
antología BEINGS: Contemporary Peruvian Short Stories, Berforts Press, Londres,
2014.
La crítica lo integra en el trío más importante de los cuentistas hispanoamericanos,
junto a Julio Cortázar y Jorge Luis Borges.
Novelas:

 1960: Crónica de San Gabriel. Premio Nacional de Novela del mismo año.


 1965: Los geniecillos dominicales. Premio de Novela del diario Expreso.
 1976: Cambio de guardia.
Premios y Reconocimientos:

 Premio Nacional de Novela (1960)


 Premio de Novela del diario Expreso (1963)
 Premio Nacional de Literatura (1983)
 Premio Nacional de Cultura (1993)
 Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1994)

Obras:
La palabra del mudo

Resumen:
Se encarga de dar voz a aquellos personajes que en la vida cotidiana están
privados de ella: los marginados, los olvidados, los condenados a una existencia
soterrada.
La tentación del fracaso

Resumen:
“Los diarios, rtístic en Espana, de un autor de culto del boom iberoamericano. En
estas paginas se rtís encontrar a Ribeyro al desnudo, expuesto a los avatares de
la cotidianidad, aunque con una asombrosa conciencia rtística de su oficio literario.
Ciro Alegría
Biografía:
Ciro Alegría Bazán (Sartimbamba, La Libertad, 4 de
noviembre de 1909- Chaclacayo, Lima, 17 de febrero de 1967) fue un escritor,
político y periodista peruano. Es uno de los máximos representantes de la
narrativa indigenista, marcada por la creciente conciencia sobre el problema de la
opresión de los indígenas y por el afán de dar a conocer esta situación, cuyas
obras representativas son las llamadas “novelas de la tierra”. En ese sentido es
autor de las siguientes: La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939)
y El mundo es ancho y ajeno (1941), su obra cumbre y una de las novelas más
notables de la literatura hispanoamericana, con numerosas ediciones y traducida a
muchos idiomas.
Al margen de sus méritos literarios, se recuerda a Alegría por su calidad humana y
su bonhomía, salpicada de un humor muy peculiar. Hijo de hacendados, desde
pequeño interactuó con el personal a cargo de las actividades agrícolas. De
recuerdos de su infancia y de los relatos que oyó nacieron sus grandes novelas
indigenistas. De sus padres recibió una educación liberal, que contrastaba con
aquel ambiente en que creció. Ciro Alegría es uno de los representantes más
destacados del Grupo Norte que surgiera en la primera mitad del siglo XX en la
ciudad de Trujillo.
Biografía ampliada:
Nacimiento e infancia
Ciro Alegría nació en el caserío de Quilca, uno de los 7 “pungos” (casas de
administración y gestión), en que se dividía Marcabal Grande, la extensísima
hacienda de su familia (más de 75.000 hectáreas), en la sierra del departamento
de La Libertad, cerca de la ciudad de Huamachuco.
Su padre, José Eliseo Alegría Lynch, natural de Huamachuco, fue un joven
intelectual de raíces peruanas e irlandesas, lector del conocido político
peruano Manuel González Prada, quien desafió la autoridad de don Teodoro
Alegría, padre de José Eliseo y abuelo del novelista, casándose con la hija del
capataz de la hacienda, doña María Herminia Bazán Lynch, quien era su prima.
José Eliseo intentó una pequeña reforma agraria favoreciendo a los campesinos
de Marcabal Grande pero don Teodoro, que había dejado a José Eliseo al frente
de la hacienda y vivía en Lima como diputado, regresó a sus tierras y deportó a su
hijo a Quilca, un modesto caserío parte de la hacienda ubicado en las
estribaciones orientales de la Cordillera de los Andes. Ahí nació y vivió su primera
infancia Ciro Alegría, rodeado de nativos hispanohablantes hasta la edad de cinco
años, cuando se trasladó con sus padres a Marcabal Grande.
Algún tiempo después, el abuelo recordó que su nieto tenía que escolarizarse y lo
separó de sus padres para enviarlo a Trujillo (capital del departamento de La
Libertad, en la costa), donde fue matriculado en el primer año de primaria del
afamado Colegio San Juan, siendo temporalmente su maestro el muy reconocido
poeta peruano César Vallejo Durante esos años escolares vivió en casa de su
abuela paterna Elena Lynch Calderón de la Barca de Alegría.
En 1920 Alegría enfermó de malaria y volvió a los Andes, prosiguiendo su
educación primaria en el Instituto Moderno de Cajabamba. Vivió entonces en casa
de su tío Gerardo Falcón. En 1923, a los quince años, vivió en la hacienda
Marcabal Grande, donde fue encargado de supervisar el cumplimiento de las
tareas agrícolas de los peones. Aprendió entonces mucho de las costumbres y
maneras de vivir de los nativos.
Adolescencia
En 1924 su padre lo envió de nuevo a Trujillo, para cursar la secundaria en el
Colegio San Juan. Por entonces definió su vocación y escribió, alentado por su
familia, sus primeros relatos y poemas. En especial su madre fue la que tuvo
influencia en su vocación literaria, pues a ella solía leerle Alegría sus primeros
escritos, tomando muy en cuenta sus cariñosos y atinados comentarios.
Las vacaciones de 1925 Alegría las pasó en la hacienda Galindo, en las cercanías
de Trujillo, en casa de su tío Constante Bazán Lynch. Tuvo entonces la
oportunidad de ver como era la vida en una hacienda de caña de azúcar.
En 1926, cuando Alegría tenía 18 años, falleció su madre. A mediados de ese año
el futuro novelista se escapó a Lima con un compañero de colegio apellidado
Rojas, quien había inventado un acumulador de electricidad y planeaba
aprovecharlo comercialmente. El amigo no logró su propósito y volvió a Trujillo
pero Ciro decidió permanecer en Lima, intentando publicar un artículo y varios
cuentos. Pero fracasó, igual que su amigo; sin dinero, tuvo que dormir a la
intemperie, en las bancas del zoológico. Un tío suyo lo encontró por azar y lo
convenció de retornar a Trujillo. Ciro volvió entonces y reingresó al colegio para
continuar cursando el tercer año de secundaria, logrando aprobar los exámenes
finales, pese al tiempo perdido.
En 1927, cursando el cuarto año de secundaria, fue nombrado director de un
pequeño periódico del Colegio, llamado Tribuna Sanjuanista. La publicación llamó
la atención de Antenor Orrego, entonces director del diario El Norte de Trujillo,
quien convocó a Ciro para que trabajara con él como periodista. Durante el
período vacacional escolar de enero a marzo de 1928, Ciro trabajó como reportero
policial, anotándose algunos éxitos y publicando por primera vez algunos poemas
de tendencia vanguardista.
En 1928 siguió sus estudios del último año de secundaria, aunque después de
clases continuó trabajando en El Norte, en tareas especiales que no le
demandaban demasiado tiempo.
Estudiante universitario
En 1929 estuvo trabajando en una compañía de construcción, que hizo una
carretera y un puente sobre el río Virú. Luego volvió a la redacción de El Norte y
ese mismo año enfermó nuevamente de malaria.
En 1930, tras discutir con Orrego, abandonó El Norte e ingresó a la redacción
de La Industria, importante diario trujillano. También ese mismo año ingresó a la
Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo. A fines del año participó,
junto con otros estudiantes, en un intento de reforma universitaria, movimiento que
fracasó. Junto con otros dirigentes Ciro fue expulsado de la Universidad.
Militante aprista
A comienzos de 1931 Alegría se afilió al Partido Aprista, formando parte del
Comité Ejecutivo del Primer Sector del Norte, con sede en Trujillo. Durante todo
ese año estuvo dedicado a labores de propaganda política que luego pasaron a
ser de oposición al naciente gobierno militar del golpista Luis Sánchez Cerro.
En diciembre de 1931 fue apresado y retenido en la cárcel de Trujillo hasta el 7 de
julio de 1932, fecha en que participantes en la llamada revolución lo liberaron,
junto con todos los demás presos de esa cárcel. Alegría inmediatamente tomó
parte en la revuelta, bárbaramente reprimida por las fuerzas del orden. Huyó hacia
la Sierra con ánimo de seguir rumbo al norte pero, tras varios meses de
escapatoria, fue capturado en la provincia de Celendín.
Alegría fue trasladado a Trujillo, donde el tribunal encargado de juzgar a los
rebeldes ya lo había sentenciado a diez años de prisión, en ausencia. Fue
torturado y luego enviado a Lima donde fue recluido en la Penitenciaría. Allí recibió
la visita de la joven Rosalía Amézquita Alegría, un año menor que Ciro aunque su
tía en segundo grado. Entre ellos se inició un romance que perduró durante toda la
carcelería del futuro novelista y continuó fuera de la cárcel cuando el
general Óscar R. Benavides asumió el gobierno luego del asesinato de Luis
Sánchez Cerro por un partidario aprista. Benavides dio una ley de amnistía para
los presos sin proceso y los que todavía seguían enjuiciados. Como ya había sido
sentenciado, aparentemente no le beneficiaba la amnistía, pero un jurista
descubrió un decreto que consideraba ilegales las condenas en ausencia. En tal
caso Ciro quedaba como enjuiciado y le correspondía entonces la amnistía. Salió
en libertad en octubre de 1933.
Ingresó entonces a la redacción del diario aprista La Tribuna de Lima, donde hizo
varias crónicas, reportajes y ocasionalmente la sección “Barricada”. Tras intervenir
en el llamado “complot de El Agustino” (intentona revolucionaria aprista en Lima),
en diciembre de 1934 fue desterrado a Chile.
Destierro en Chile y sus primeras novelas
Alegría arribó a Santiago el 13 de diciembre de 1934, día en el que era asesinado
su compatriota, el poeta José Santos Chocano. Su novia Rosalía lo siguió a
Santiago después de un matrimonio religioso en Lima realizado por poderes que
Ciro remitió desde Chile.
Rosalía viajó a Chile, donde la pareja vivió hasta 1941. Su primer trabajo exitoso
fue transformar su cuento “El Marañón” en la que sería su primera novela, La
serpiente de oro, con la cual ganó en Chile el concurso literario convocado por la
Editorial Nascimento. Al año siguiente fue elegido miembro del directorio de la
Sociedad de Escritores de Chile y comenzó a trabajar en la Editorial Ercilla, como
corrector de originales. Asimismo, con la colaboración de su esposa Rosalía,
tradujo del francés obras de Stefan Zweig e Ilya Ehrenburg, por encargo de la
Editorial Zig-Zag.
A fines de 1936, Alegría enfermó de tuberculosis pulmonar. Se internó en el
sanatorio de San José de Maipo donde estuvo dos años, acompañado por su
esposa. Poco antes de darle de alta le aplicaron un neumotórax y una burbuja de
aire le produjo una embolia cerebral, lo que le causó una parálisis temporal,
anulándole la capacidad de escribir. Durante su recuperación y a manera de
terapia, compuso su novela Los perros hambrientos, tarea que le demandó un
mes de labor. Presentó la obra al concurso convocado por la Editorial Zig-Zag. De
las 62 obras presentadas, la suya obtuvo el segundo puesto, siendo el fallo del
jurado muy discutido. La novela se publicó en agosto de 1939. En septiembre de
1938 había nacido Ciro Guillermo, su primer hijo.
El mundo es ancho y ajeno, su gran novela
Con el apoyo económico de un grupo anónimo de intelectuales chilenos, Ciro pudo
dedicarse a componer su novela más extensa, El mundo es ancho y ajeno,
terminada en octubre de 1940, año en el que había nacido Alonso, su segundo
hijo. Con esta novela ganó en 1941 el Concurso Latinoamericano de Novela
convocado desde Estados Unidos por la prestigiosa Editorial Farrar & Rinehart y
auspiciado por la Unión Panamericana de Washington. Fue invitado a Nueva
York adonde viajó para recibir el premio, quedando en Lima Rosalía Amézquita y
los dos pequeños hijos de ambos. El premio le fue entregado en un banquete
ofrecido en el Hotel Waldorf Astoria en el Día de las Américas, 14 de abril de 1941.
Esta novela es un clásico de la literatura peruana e hispanoamericana.
El 19 de abril de 1941, en compañía del ensayista venezolano Mariano Picón
Salas, Alegría viajó a Puerto Rico y participó en la Conferencia Interamericana de
Escritores. Concurrió posteriormente al Congreso de Escritores Americanos de
Washington, donde conoció al escritor norteamericano Waldo Frank, con quien
mantuvo desde entonces una gran amistad. En octubre de 1941 apareció la
traducción al inglés de El mundo es ancho y ajeno (Broad and Allien is the World)
y su libro fue ubicado por la prensa en el cuarto lugar de ventas.
Estancia en los Estados Unidos y Puerto Rico
Después del ataque a Pearl Harbor y al no poder volver a Chile por motivo de la
guerra, ni al Perú por ser exiliado político, trabajó unos meses en la
revista Selecciones del Reader’s Digest (1942). Ocupó también un puesto en la
sección de prensa de la oficina encargada de la propaganda de guerra de los
Estados Unidos en América Latina, con sede en Washington. En 1943 fue
trasladado a la sede de la oficina en Nueva York, trabajando en la sección de radio
y, eventualmente, en la de prensa.
Durante 1945 se dedicó a trabajar como traductor en la compañía
cinematográfica Metro-Goldwyn-Mayer. Ese año se divorció por mutuo acuerdo de
Rosalía Amézquita, quien había permanecido con sus hijos en el Perú. Asimismo
fue llamado por don Federico de Onís para dictar un curso sobre la novela
hispanoamericana en la Universidad de Columbia. Su amiga Gabriela Mistral lo
invitó desde San Francisco (1946) y esta visita dio motivo a su libro
póstumo Gabriela Mistral íntima. Pertenece a esta época su breve matrimonio con
la puertorriqueña Ligia Marchand.
En 1948 le recrudeció una vieja dolencia contraída en la Penitenciaría de Lima.
Fue operado con éxito de la vesícula. Ese mismo año se separó pública e
irrevocablemente del partido aprista, explicando su actitud en declaraciones y
artículos publicados en El Diario de Nueva York. Aparte de este diario, colaboró
también en La Prensa de la misma ciudad y en revistas en inglés como Red
Book, Encore, Free World, The Nation y otras.
En 1949 fue contratado por la universidad de Puerto Rico, donde dictó durante
cuatro años cursos de literatura hispanoamericana y técnica de la novela en el
Departamento de Estudios Hispánicos. En esos años colaboró también en el
diario El Mundo de San Juan de Puerto Rico y la revista Asonante.
En 1950 presentó al Congreso de Literatura Ibero-americana celebrado
en Albuquerque, Nuevo México, un trabajo titulado “El Personaje de la Novela
Hispanoamericana”, que apareció en las Memorias de dicho Congreso.
Estancia en Cuba
En 1953 fue invitado al Congreso de Escritores Martianos en La Habana, al que
asistió más de un centenar de escritores de Europa y América. Fue nombrado
vicepresidente de la Comisión II de dicho Congreso, comisión dedicada a
examinar temas literarios y artísticos. Alegría renunció a su cátedra en la
Universidad de Puerto Rico y se estableció en Cuba, dedicándose intensamente a
su trabajo como escritor y periodista. Trabajaba entonces en cuatro proyectos de
novela y colaboró con la revista Letras Peruanas.
En 1956 fue invitado por la Universidad de Oriente (Santiago de Cuba) a dictar un
curso sobre la novela y su técnica. Además, aceptó escribir la historia de la Casa
Bacardi, productores del ron del mismo nombre. La tituló Cien años de vida
productiva.
También en 1956 conoció a la poetisa cubana Dora Varona, con quien contrajo
matrimonio en 1957.
Retorno al Perú e incursión en la política[editar]
Con el Perú nuevamente en democracia, el año 1957 fue invitado al Festival del
Libro Peruano, organizado por los editores Juan Mejía Baca, P. L. Villanueva
y Manuel Scorza. Tras una larga ausencia de 23 años arribó al Perú el 4 de
diciembre de 1957, día en que conoció a sus dos hijos, a quienes había dejado en
Lima en 1941. Este retorno se había truncado en múltiples ocasiones a causa de
la concatenación de dictaduras y gobiernos políticamente enemigos que le
impidieron volver a su patria. Fue objeto de un recibimiento multitudinario y su
obra alcanzó gran difusión con el Festival del Libro Peruano, al que asistieron
escritores amigos como el ecuatoriano Jorge Icaza y el peruano Enrique López
Albújar.
Alegría viajó por el Perú dando conferencias en universidades y centros culturales.
Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Trujillo. Volvió a Cuba
con la idea de regresar pronto al Perú. Desde febrero de 1958 colaboró
asiduamente en el diario El Comercio de Lima. En diciembre de 1958 nació su hija
Cecilia Alegría Varona y Alegría decidió retornar al Perú con su familia.
El 12 de enero de 1960 arribó una vez más a Lima. En abril de ese año enfermó
gravemente de una úlcera duodenal y al mes siguiente fue operado, aprovechando
su convalecencia para escribir varios cuentos y leyendas.
El 23 de abril de 1960 la Academia Peruana de la Lengua —dirigida por Víctor
Andrés Belaunde— lo eligió por unanimidad como miembro de número. En
octubre asistió al Tercer Festival del Libro de América, en Buenos Aires. Viajó
a Montevideo y colaboró con el afamado diario argentino La Nación. En 1961 dejó
de colaborar enEl Comercio y empezó a escribir para el diario Expreso, y para la
revista Caretas de Lima.
Se afilió al partido Acción Popular, a instancias de su líder, el arquitecto Fernando
Belaúnde Terry. Después de fracasar en las elecciones de 1962 como candidato a
una senaduría por La Libertad, en las elecciones convocadas por una Junta Militar
de Gobierno en 1963 ganó una diputación por Lima. En septiembre del mismo año
la editorial Populibros publicó su libro de relatos Duelo de caballeros, obra que
tuvo gran acogida.
Fue invitado al Segundo Encuentro Internacional de Escritores, celebrado
en Berlín en 1964 al que asistieron –entre otros– Jorge Luis Borges y Julio Ramón
Ribeyro. Por invitación del Parlamento francés, viajó a Francia y luego a Italia.
Estando allí recibió una invitación especial de la Universidad de Yale, donde dictó
charlas y conferencias.
Ya de vuelta en el Perú se mudó a Chaclacayo, en busca de mejor clima, y asistió
al Primer Encuentro de Narradores Peruanos, convocado por la Casa de la Cultura
de Arequipa que dirigía el crítico Antonio Cornejo Polar. El 28 de mayo de 1966
fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA),
venciendo a Luis Alberto Sánchez, connotado líder aprista por entonces rector de
la Universidad de San Marcos.
Fumador empedernido, Alegría —quien se consideraba miembro de la “generación
del 30”— frecuentó a artistas de diversas generaciones. Fue asiduo concurrente a
las tertulias que organizaba el librero Juan Mejía Baca, alternando con Martín
Adán, Arturo Hernández y Francisco Izquierdo Ríos.
Fallecimiento:
Ciro Alegría falleció el 17 de febrero de 1967, a la 1:30 a.m., a causa de un infarto
cardíaco, tras una agonía dolorosa. Su muerte fue sorpresiva, recién cumplidos los
58 años y cuando gozaba de buena salud. El presidente Belaunde decretó que le
fueran tributados honores de Ministro de Estado. Fue también condecorado
póstumamente con las Palmas Magisteriales en el más alto grado de Amauta.
Actualmente llevan su nombre diversas entidades culturales y educativas
peruanas, una calle en Miraflores (Lima) y un pueblo del norte de la Amazonía
peruana.
Obras:

 La serpiente de oro (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1935), novela


Primer premio del concurso de novela convocado por la Editorial Nascimento
de Chile.
 Los perros hambrientos (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1939), novela,
Segundo premio del concurso de novela convocado por la Editorial Zig-Zag de
Chile.
 La leyenda del nopal (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1940), cuentos
ilustrados para niños.
 El mundo es ancho y ajeno (Santiago de Chile, Editorial Ercilla, 1941), novela.
Primer premio del concurso Latinoamericano de Novela convocado por la
Editorial Farrar & Rinehart de Nueva York.
 Las aventuras de Machu Picchu (Editorial desconocida, 1950) .
 Duelo de caballeros (Lima, Populibros, 1962), colección de 7 cuentos y 2
relatos.
El mundo es ancho y ajeno

Resumen:
El mundo es ancho y ajeno es una novela del escritor peruano Ciro Alegría,
publicada en 1941, considerada como una de las obras representativas de la
literatura indigenista o regionalista, y la obra maestra de su autor.
La serpiente de oro

Resumen:
La novela es un relato sobre la vida cotidiana de los cholos balseros del caserío de
Calemar, a orillas del río Marañón, en la ceja de selva del norte del Perú.
La ofrenda de piedra

Resumen:
Supone la comprensión de un motivo positivo de civilización en la cruz del cerro
(pero va del viejo indio hacia el niño blanco, no al revés), en que una costumbre
ancestral se ha incluido en el cristianismo configurando esa síntesis que es el
Perú.
Abraham Valdelomar
Biografía:
Fue el sexto hijo de Anfiloquio Valdelomar Fajardo y de María Carolina de la
Asunción Pinto Bardales. Hasta los cuatro años de edad vivió en una pequeña
casa en la Calle Arequipa # 286 de su ciudad natal, Ica. Hasta el año 2007 podía
apreciarse una placa recordatoria en dicha casa señalando el hecho;
lamentablemente, el terremoto de aquel año provocó el derrumbe completo de
esta primera casa de Valdelomar.
En 1892 se trasladó con su familia al puerto de Pisco, donde su padre encontró
trabajo como empleado de la aduana. Allí empezó sus estudios primarios. Las
experiencias de su infancia, vinculada al mar y al campo, influyeron decisivamente
en su obra. En 1899 se trasladó a Chincha donde concluyó su educación primaria.
En 1900 viajó a Lima donde estudió la secundaria en el Colegio Guadalupe; allí
fundó y dirigió un periódico escolar: La Idea Guadalupana (1903).
En 1904 concluyó sus estudios secundarios y durante unos meses desempeñó el
puesto de archivero en la Inspección Municipal de Educación de Chincha.
En 1905 ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos. Sin
embargo, dejó las clases al año siguiente para trabajar como dibujante de revistas
como Aplausos y silbidos, Monos y Monadas, Fray
Kbzón, Actualidades, Cinema y Gil Blas. Luego desplegó su talento literario que
fue acogido por diarios y revistas. Sus primeros versos, de estilo modernista, los
publicó la revista Contemporáneos (1909); sus primeros cuentos aparecieron
en 1910 en Variedades y Balnearios.
En 1910 reanudó sus estudios en la Facultad de Letras de la Universidad Mayor
de San Marcos; ese mismo año se incorporó al ejército cuando hubo el peligro de
una conflagración con el Ecuador. A raíz de ello empezó a escribir crónicas
para El Diario de Lima, que envió desde la Escuela Militar de Chorrillos bajo el
título de Con la argelina al viento.
En septiembre de 1910 viajó a Arequipa, Cuzco y Puno. Su fama literaria se
consolidó al año siguiente con dos novelas cortas que salieron a la luz: La ciudad
muerta (1911) y La ciudad de los tísicos (1911), publicadas por entregas
en Ilustración Peruana y en Variedades, respectivamente.
Esta obra temprana (poemas, crónicas periodísticas y cuentos) está marcada por
la influencia del modernismo y de don Manuel González Prada; en sus novelas
cortas es más patente su devoción por Gabriele D’Annunzio.
En 1912 participó fervorosamente en la campaña presidencial de Guillermo
Billinghurst. Tras la victoria electoral de este, los estudiantes billinghuristas
lanzaron la candidatura de Valdelomar a la presidencia del Centro Universitario
de San Marcos. Pero la elección la ganó otro estudiante, adversario de
Billinghurst. En respuesta, Valdelomar fundó el Centro Universitario Billinghurista.
El gobierno de Billinghurst le otorgó la dirección del diario oficial El Peruano (que
ejerció del 1º de octubre de 1912 al 30 de mayo de 1913), y por R.S. N.º 484
del 12 de mayo de 1913, un puesto diplomático, como Secretario de Segunda
Clase de la Legación peruana en Italia. Antes de partir hacia Europa, Valdelomar
se batió a duelo de espada con Alberto Ulloa Sotomayor, representante de los
estudiantes limeños que se oponían a la politización de la Universidad y que había
publicado un artículo de protesta en La Prensa, que Valdelomar consideró
difamatorio. El duelo finalizó sin mayores consecuencias y sin que ambos rivales
lograran reconciliarse (tiempo después Ulloa se amistó con Valdelomar y prologó
su libro de cuentos El caballero Carmelo).
Valdelomar se embarcó el 1º de julio de 1913 en el vapor Ucayali, con destino
a Roma. Una vez más debió truncar sus estudios universitarios pero viajó con la
intención de retomarlos en Italia (lo que no se concretaría). Desde Roma escribió
para el diario La Nación de Lima sus Crónicas de Roma. Allí también escribe su
obra más importante, El caballero Carmelo, cuento con el que ganó un concurso
literario convocado por el diario La Nación (27 de diciembre de 1913).
En 1914, tras el derrocamiento de Billinghurst por el coronel Oscar R. Benavides,
renunció a su empleo diplomático y retornó al Perú. De nuevo en la capital
peruana, sufrió una fugaz detención acusado de conspirar contra el nuevo
gobierno (junio de 1914).
Trabajó luego como secretario personal del polígrafo peruano José de la Riva-
Agüero y Osma, bajo cuya influencia escribió La mariscala, biografía novelada
de Francisca Zubiaga y Bernales (1803-1835), esposa del presidente Agustín
Gamarra y figura destacada de la política del Perú de inicios de la República. De
dicha obra hizo luego una versión teatral, con el mismo nombre, y en colaboración
con José Carlos Mariátegui (1916).
Planeó también editar un libro de Cuentos criollos bajo el título de La aldea
encantada, pero no llegó a concretarlo. Dos de dichos cuentos criollos aparecieron
publicados en La Opinión Nacional: El vuelo de los cóndores y Los ojos de
Judas (en julio y octubre de 1914, respectivamente).
En 1915 empezó a trabajar como secretario del Presidente del Consejo de
Ministros del gobierno de José Pardo y Barreda. Se dedicó de lleno
al periodismo y la literatura. Se erigió como un influyente líder de opinión y un
portavoz de la modernidad intelectual.
Colaboró sobre todo con el diario La Prensa, donde tuvo a cargo la
sección Palabras, dedicada a la política, desde julio de 1915 hasta su alejamiento
del diario en 1918. Se hizo popular por sus burlas hacia los políticos (entre
parlamentarios y ministros) de entonces. También publicó en La
Prensa sus Crónicas frágiles, donde hizo conocido su seudónimo de “El Conde de
Lemos”; y los Diálogos máximos, que transmitía conversaciones líricas entre él y
su amigo José Carlos Mariátegui representados bajo los nombres de Manlio y
Aristipo. También publicó en el mismo diario sus crónicas tituladas Impresiones; la
columna Fuegos fatuos, donde desplegó todo su humorismo e ironía; y finalmente
sus comentarios sobre la guerra mundial, aparecidos en 1917 bajo el rótulo de Al
margen del cable. Compuso también sus Cuentos chinos una suerte de crítica
hacia la dictadura de Óscar R. Benavides en forma de apólogos ambientados
en China, que fueron publicados igualmente en La Prensa (1915).
Ya por entonces llamaba la atención de la gente con su atildada indumentaria, sus
públicas improvisaciones poéticas y sus galanterías en confiterías y salones de té,
como en el famoso Palais Concert, situado en el jirón de la Unión, cerca a Palacio
de Gobierno, lugar que cobijó a la juventud intelectual de la época. Por lo general
formaba dúo con su gran amigo José Carlos Mariátegui, seis años menor que él.
Algunos le negaron originalidad y lo acusaron de ser imitador del británico Oscar
Wilde y del italiano D’annunzio, pero lo que nadie podía hacer era ignorarlo.
Pese a esas poses petulantes y escandalosas, Valdelomar seguía siendo en el
fondo un hombre humilde, que miraba al mundo con dulzura y gran capacidad de
emoción, tal como se denota en varias de sus creaciones literarias. La razón de su
actitud arrogante y provocadora, según el mismo lo explicaba, era para que todos,
en especial la encopetada alta sociedad limeña, prestaran atención a un escritor
provinciano como él, en una época en que hasta entonces los escritores (y menos
aún los provincianos) no habían tenido espacio propio ni un lugar de respeto en la
sociedad.
En 1916 fundó la efímera pero influyente Revista Literaria Colónida y encabezó el
movimiento intelectual del mismo nombre, Movimiento Colónida, que cohesionó a
una generación de artistas y escritores en torno a la ruptura con el academicismo
hispano y la libre renovación de temas y estilos, convocando a las juventudes
provincianas a compartir su empeño y atisbando con simpatía las nuevas
tendencias literarias italianas y francesas. Ese mismo año se publicó Las voces
múltiples, libro que reunió poemas suyos y de otros autores del movimiento: Pablo
Abril de Vivero, Federico More, Alfredo González Prada, Alberto Ulloa
Sotomayor, Félix del Valle, Antonio Garland y Hernán Bellido. En él aparecieron
los poemas más conocidos de Valdelomar: “Tristitia” y “El hermano ausente en la
cena pascual”.
En 1917 empezó a publicar en la revista Mundo Limeño la serie de
artículos Decoraciones de ánfora. Obtuvo el premio del concurso de Círculo de
Periodistas con su ensayo La psicología de gallinazo. En Mundo Limeño apareció
en dos entregas su novela corta o cuento largo: Yerba santa, así como el
cuento: Hebaristo, el sauce que murió de amor. Escribió también su
tragedia Verdolaga, de la que solo conservamos fragmentos.
En enero de 1918 renunció a La Prensa tras un conato de duelo con su director,
Glicerio Tassara, a raíz de una suplantación que hicieron en su columna
de Palabras. Ese mismo año salió a la luz su colección de cuentos El caballero
Carmelo (encabezada por el cuento del mismo nombre con que ganó el concurso
de 1913) y su ensayo sobre estética con meditaciones taurinas:
Luego realizó giras y dictó conferencias a lo largo y ancho del país. Viajó a las
provincias del norte del país (Trujillo, Cajamarca, Chiclayo, Piura y otras ciudades)
y se dirige luego al sur, recorriendo los departamentos
de Arequipa, Puno, Cuzco y Moquegua.
De regreso a su tierra natal fue aclamado unánimemente por la población iqueña.
Por ello, el 24 de septiembre de 1919, resultó elegido diputado por Ica ante el
Congreso Regional del Centro. En una reunión de dicho Congreso realizada en la
ciudad de Ayacucho, en los altos de una casona, cuando Abraham se disponía de
noche y a oscuras a bajar por una empinada escalera de piedra, resbaló (o perdió
el equilibrio), cayendo desde una altura de seis metros hasta dar de espalda sobre
un montículo de piedras. Como consecuencia de ello sufrió una fractura de la
espina dorsal, cerca de las vértebras lumbares, la cual, luego de dos días de
penosa agonía, le causaron la muerte el 3 de noviembre de 1919, a las dos y
media de la tarde. Apenas contaba con 31 años de edad.
Su ataúd conteniendo su cadáver fue trasladado desde Ayacucho
hasta Huancayo sobre los hombros de 16 cargadores indígenas ayacuchanos. De
Huancayo los restos del escritor fueron llevados en tren hasta Lima, donde fueron
inhumados en el Cementerio Presbítero Matías Maestro, no en un nicho, sino en la
tierra misma, tal como había sido su deseo. Ilustres personalidades, familiares,
amigos y discípulos del escritor le despidieron dedicándole discursos y
composiciones (16 de diciembre del mismo año).
Novelas:

 1911 — La ciudad muerta


 1911 — La ciudad de los tísicos
 1917 — Yerba Santa

Poseías:

 1909 — Ha vivido mi alma…


 1909 — Los pensadores vencidos…
 1910 — La ofrenda de Odhar…
 1910 — Los violines húngaros
 1910 — La tribu de Korsabad
 1910 — Brindis
 1910 — La gran hora
 1910 — Las últimas tardes
 1911 — La torre de marfil
 1911 — Tríptico:
o La evocación de las abuelas
o Evocación de la ciudad muerta
o Evocación de las granadas
 ¿1913? — Íntima
 1913 — In memoriam (a Rosa Gamarra Hernández)
 ¿1913? — Diario íntimo
 1913 — La viajera desconocida
 1913 — El hermano ausente en la cena de pascua
 ¿1913? — El conjuro
 1913 — Luna Park
 ¿1914? — Corazón…
 1914 — Desolatrix (La cruz abre sus brazos sobre el pecho del muerto…)
 ¿1915? — El árbol del cementerio
 1915 — De regreso
 1915 — El Ministro de Gobernación
 1915 — Liquidación nacional
 1915 — El de Huaraz
 1915 — Desolatrix (Un álbum… Una dama que entre los folios tersos…)
 1916 — Nocturno
 ¿1916? — Optimismo
 1916 — Crepúsculo
 1916 — Tristitia
 1916 — Fugaz
 1916 — Confiteor
 ¿1916? — Abre el pozo…
 1916 — La casa familiar
 1916 — Ritornello
 ¿1916? — Cobardía
 ¿1916? — En la Quinta del virrey Amat
 ¿1916? — ¡Vosotros sois felices!...
 1916 — [Tu cuerpo en once módulos…]
 1916 — Loa máxima a Andrés Dalmau
 1916 — A Tórtola Valencia (en colaboración con José Carlos Mariátegui y
Alberto Hidalgo)
 1917 — Epistolae Liricae ad electum poetam juvenem
 1917 — Ofertorio
 1917 — La ciudad de los tísicos
 1917 — Ofrenda
 1918 — L’enfant
 1918 — Yo, pecador
 ¿1918? — Con inseguro paso
 1918 — Ángelus
 1918 — Angustia
 1918 — [Mientras tanto, caminemos por la escapada senda…]
 1918 — [Vengo hacia ti…]
 1918 — La danza de las horas
 1919 — Blanca la novia
 ¿1919? — Vamos al campo…
 1919 — En mi dolor aciónis
 1919 — Elegía

Obras:
La cuidad muestra

Resumen:
El narrador, que se describe como médico, escribe la carta supuestamente a
bordo de un barco en el mar de Río de Janeiro, con fecha del 12 de febrero de
1911. Va dirigida a Francinette (“Francy”), su novia francesa, a quien había
abandonado pocos días antes de realizarse la boda, tras enterarse que ella había
sido antes novia de Henri d’Herauville, un novelista francés que había
desaparecido misteriosamente en un viaje que realizara a un país de América
(¿Perú?), hacia donde fue para conocer las ruinas de una vieja ciudad colonial (la
“Ciudad Muerta”). El narrador explica a Francy el motivo que tuvo para tomar tan
amarga decisión de abandonarla, pese a que aún la quería, y su relato constituye
el núcleo narrativo de la novela.
Mercedes Cabello de Carbonera
Biografía:
Nacida en la ciudad de Moquegua en el seno de una familia terrateniente de
antiguo raigambre colonial, fue hija del hacendado Gregorio Cabello Zapata, y de
Mercedes Llosa y Mendoza. Su padre era bisnieto de los condes de Cumbres
Altas. Su madre era hija de Mariano de la Llosa y Vizcarra, magistrado
moqueguano que fue presidente del Congreso Constituyente de 1827.
Se desconoce mucho sobre sus primeros años. tuvo una excelente foración por
parte de su padre y su tío que en los años 30 del siglo XIX habían viajado
por Francia, trayendo una respetable biblioteca. Mercedes recibió lecciones con
maestros privados que le enseñaron bien el francés, motivo por el que más tarde
siempre se podía enterar enseguida de las corrientes literarias más recientes en
Francia, con autores modelo tales como Honoré de Balzac y Émile Zola.
A los 22 años se trasladó a Lima, donde vivió en casa de un tío, que era
cosmógrafo mayor de la República. A la edad de 24 años (1866) se casó con el
médico Urbano Carbonera, quien le acercó a la ciencia y al positivismo. Pero el
matrimonio fue poco feliz y no tuvo hijos; el marido más tarde se convirtió en
jugador y tipo donjuanesco. Se separaron y él se fue a vivir a Chincha.
En Lima, Mercedes tomó parte activa en el mundo literario entonces imbuido en
el romanticismo y colaboró activamente en diarios y revistas usando el seudónimo
de Enriqueta Pradel, antes de animarse a usar su propio nombre. Aunque
comenzó haciendo versos, rápidamente pasó a escribir ensayos en favor de la
emancipación de la mujer.
Fue incorporada al Ateneo de Lima y asistió a las tertulias de la argentina Juana
Manuela Gorriti donde aprendió el arte de novelar, es decir, escribir novelas. Si
Gorriti era conocida por su romanticismo, Cabello de Carbonera abandonó esta
escuela para cultivar el naturalismo y el realismo. En su ensayo La novela
moderna abogó por el realismo porque admitía la psicología de los personajes,
tendencia que abrazó completamente en su novela El conspirador (1892), una
sátira de la actuación política del caudillo Nicolás de Piérola, que poco después
llegó a ser presidente constitucional del Perú. Su novela Blanca Sol condenó
el materialismo de aquel momento. Fue tan controversial que ofendió a su vieja
maestra Gorriti quien era mucho más sutil en sus críticas a la sociedad.
Tales críticas le afectaron sobremanera, por lo que se aisló, y por si fuera poco,
empezó a padecer las consecuencias de una sífilis que le fue contagiada por su
propio esposo. Esta enfermedad le causó una parálisis progresiva, demencia y
terribles llagas, por lo que tuvo que pasar sus últimos años en el Manicomio del
Cercado de Lima, hasta que falleció en 1909.
Obras:
Novelas:

 Sacrificio y recompensa (Lima, 1886), premiada por el Ateneo de Lima.


 Eleodora (Madrid, 1887), refundida después en Las consecuencias.
 Los amores de Hortensia (1886 y 1887)
 Blanca Sol (1888, 1889 y 1894)
 Las consecuencias (1890)
 El conspirador (autobiografía de un hombre público) (1892 y 1898)

Ensayos:

 Influencia de las Bellas Letras en el progreso moral y material de los


pueblos (1887) premiado con medalla de oro por la Municipalidad de Lima.
 La novela realista
 La novela moderna (1892), premiado con la “Rosa de Oro” en el concurso
interamericano de ensayo promovido por la Academia Literaria de Buenos
Aires.
 Importancia de la literatura
 Estudio comparativo de la inteligencia y la belleza de la mujer
 Perfeccionamiento de la educación y la condición social de la mujer
 La religión de la humanidad (1891)
 El conde León Tolstoi (1894)

Obras más conocidas:


Sacrificio y Recompensa

Resumen:
Trata sobre un patriota cubano que lucha por la Independencia de su país. Desde
una perspectiva romántica, Mercedes Cabello plantea el tema de los valores de
los héroes patrióticos que lucharon por la Independencia.

Blanca sol

Resumen:
Fue una obra en la que la autora se muestra abanderada del rescate moral de su
sociedad. En ella muestra los vicios y defectos de este conglomerado de personas
e intereses a fin de que la misma sociedad se dé cuenta de su situación
materialista y opresora.

El conspirador

Resumen:
Es un hombre público que penetra en las pasiones de sus protagonistas, en sus
historias familiares, tanto en Lima como en Arequipa y, en este sentido, explora las
prácticas políticas en medio del vaivén de la vida privada y doméstica de sus
protagonistas.
Clorinda Matto de Turner
Biografía:
Infancia y juventud
Nació en el Cusco el 11 de noviembre de 1852 en la casa de la familia Matto en la
hacienda Paullu Chico, distrito de Coya, provincia de Calca, en el departamento de
Cusco. Fue bautizada en la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Cusco, el 30
de diciembre de 1854, bajo los nombres de Grimanesa Martina. Sin embargo, más
tarde ella misma usaría el nombre de «Clorinda», con el que se le conoció a lo
largo de su vida.
Fue hija de Ramón Matto Torres y Grimanesa Concepción Usandivaras Gárate.
Su abuelo paterno era Manuel T. Matto, natural del Cusco, Magistrado vocal de
la Corte Superior de Justicia del Cusco, literato y jurista; por la línea materna Juan
José Usandivaras, natural de Salta en Argentina, y Manuela Gárate, natural del
Cusco. Es de notar que su apellido Matto tenía variantes entre sus ancestros. El
nombre legal de su padre era Mato, y así aparece registrada Clorinda en su
partida de bautismo; sin embargo ella posteriormente convirtió Matto (con doble t)
en su nom de plume. Se sabe también que algunos de sus antepasados firmaban
como MATOS.
En la hacienda de sus padres tuvo oportunidad de observar la vida campestre, y
aprendió a hablar el quechua. Cursó estudios primarios en el Colegio de Nuestra
Señora de las Mercedes en la ciudad del Cusco, donde realizó sus primeras
publicaciones en el periódico escolar. Interrumpió sus estudios a raíz de la muerte
de su madre. A partir de entonces se hizo cargo de sus hermanos menores,
Ramón Segundo, Ramón Daniel y Ramón Hermenegildo Matto Usandivaras.
Quería irse a los Estados Unidos a estudiar medicina, pero su padre no se lo
permitió.
En 1871 se casó con el comerciante de productos importados y de lana, 3 médico y
hacendado británico Joseph Turner y se fue a vivir con él al pueblo andino de
Tinta, donde residieron durante diez años. Es en esta localidad donde Clorinda
Matto conoció de cerca el sistema de enganche y explotación de la población
indígena para el acopio de lana, lo cual relataría posteriormente en su primera
novela Aves sin nido. Al morir Turner diez años después, en 1881, Clorinda Matto
se vio enfrentada con serios problemas económicos, ya que abogados y
jueces corruptos le harían perder gran parte de su herencia.
Labor periodística en Cusco, Arequipa y Lima
En 1876 Clorinda Matto fundó el periódico El Recreo. Esta fue su primera
experiencia como redactora y directora de un medio periodístico. El Recreo fue el
primer semanario sobre literatura, artes y ciencias dirigido por una mujer en
Cusco. En él publicaron autores famosos de su tiempo, como Juana Manuela
Gorriti, Ricardo Palma, Rufino José Cuervo o Fernán Caballero. Así mismo, fue en
este semanario donde Clorinda Matto publicó sus primeras tradiciones y leyendas.
Matto tuvo que dejar el proyecto un año después, en 1877, por razones de salud, y
se trasladó a Arequipa.
En 1877 participó en una de las tertulias organizadas por la escritora argentina
exiliada en Perú Juana Manuela Gorriti, las famosas «veladas literarias» que Matto
retomaría entre 1887 y 1888, durante la reconstrucción posterior a la Guerra del
Pacífico.4 Entre 1884 y 1885 fue redactora jefe del diario arequipeño La Bolsa. En
1884 publicó Elementos de Literatura Según el Reglamento de Instrucción Pública
Para Uso del Bello Sexo. Ese mismo año estrenó su tragedia Hima-Sumac ó El
secreto de los Incas. Drama histórico en tres actos y en prosa en Arequipa, que
tuvo poco éxito y sólo se representó una vez más, en Lima en 1888, donde
Clorinda Matto se había establecido en el año de 1886. En la capital peruana, fue
incorporada a las instituciones culturales más importantes, como el Ateneo y el
Círculo Literario. En 1886 se publicó su estudio biográfico Doctor Lunarejo acerca
de Juan de Espinosa Medrano, quien había publicado dramas en quechua en el
siglo XVII. En 1889 inicia su labor como directora de la revista literaria y
comercial El Perú Ilustrado en Lima, casi al mismo tiempo que aparecía su primera
novela, Aves sin nido, que la haría tan famosa.
Publicación de Aves sin nido y excomulgación
Aves sin nido fue una novela controvertida debido a que el argumento narra la
historia de amor entre un hombre blanco y una bella mujer mestiza, quienes no
pudieron casarse al descubrir que eran hermanos, hijos de un mismo padre, un
sacerdote mujeriego, abordando así la inmoralidad sexual de los clérigos de esa
época. A raíz de esta publicación y la de un relato supuestamente sacrílego del
escritor brasileño Henrique Coelho Netto en El Perú Ilustrado, la Iglesia
católica inició una campaña en contra de Clorinda Matto, quien fue excomulgada.
Las masas populares, instigadas por el clero, asaltaron su casa, incendiaron su
efigie y quemaron sus libros, los cuales fueron prohibidos. Estos fueron momentos
muy difíciles en la vida de Clorinda Matto y no fueron muchos los que se
atrevieron a defenderla y apoyarla públicamente. Ella hace especial mención a
tres amigos a quienes les dedica su novela Índole (1981).
En 1891, renunció a su puesto para que se levantara la censura contra El Perú
Ilustrado y se fue al extranjero por algún tiempo, visitando la exposición mundial
de Chicago. En 1892 fundó junto con su hermano, el doctor David Matto, la
imprenta «La Equitativa» en Lima, donde trabajaban únicamente mujeres y se
editaba el periódico Los Andes, que fundó en 1893. Desde el semanario Los
Andes se defendió al gobierno de Andrés A. Cáceres, con quien Clorinda Matto
había entablado amistad durante la Guerra del Pacífico (1879-1883). En 1894
estalló la revolución cívico-demócrata encabezada por el caudillo Nicolás de
Piérola, quien se impuso en 1895 y ocupó Lima. Seguidores de Piérola
destruyeron la casa y la imprenta de los hermanos Matto, quienes salvan la vida.
Cáceres renunció a la presidencia y partió al exilio. Clorinda Matto se vio obligada
de dejar el país.
Exilio en Argentina
El 25 de abril de 1895 Clorinda salió de Lima y se fue al exilio a Buenos Aires,
pasando por Valparaíso, Santiago de Chile y Mendoza. No volvería a su patria. Se
ganó la vida impartiendo clases en la Escuela Normal de Profesoras, así como en
la Escuela Comercial de Mujeres, y trabajando como periodista. Fundó la
revista Búcaro Americano, en la que publicaban escritores como Ricardo
Palma, Amado Nervo, Rubén Darío o Leopoldo Lugones, y colaboró en otros
medios, como La Nación, El Tiempo y La Razón. Como primera mujer ingresó en
el Ateneo de Buenos Aires, en 1895. Se recuerda también que en la capital
argentina ayudó a la joven Aurora Cáceres Moreno, hija del presidente Andrés A.
Cáceres y también escritora.
Hacia el final de su vida emprendió viajes
por España, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra, donde se encontró con
representantes de diversas organizaciones femeninas y feministas.
Fallecimiento
Murió en Buenos Aires el 25 de octubre de 1909. Sus restos mortales fueron
repatriados en 1924, a raíz de una resolución del Congreso peruano, y fueron
sepultados en el mausoleo de la familia Matto, en el Cementerio Presbítero
Maestro. En el año 2010, a raíz de una iniciativa de la Sociedad Pro Cultura
Clorinda Matto de Turner de Cusco y el parlamentario Oswaldo Luizar Obregón,
los restos de Matto de Turner fueron trasladados a la ciudad del Cusco y
enterrados en el Cementerio General de La Almudena.
Obras:
Tradiciones y leyendas (ediciones príncipe)

 Perú: Tradiciones cuzqueñas. Arequipa: “La Bolsa”, 1884.


 Tradiciones cuzqueñas. 2 vols. Lima: Torres Aguirre, 1886.
 Leyendas y recortes. Lima: “La Equitativa”, 1893.
Novelas

 Aves sin nido. Lima: Imprenta del Universo de Carlos Prince, 1889.
 Índole. Lima: Imprenta Bacigalupi, 1891.
 Herencia. Lima: Imprenta Bacigalupi, 1893.
Prosa biográfica, epistolaria, turística y ensayística (ediciones príncipe)

 Bocetos al lápiz de americanos célebres. Lima: Peter Bacigalupi, 1889.


 Boreales, miniaturas y porcelanas. Buenos Aires: Juana A. Alsina, 1902.
 Cuatro conferencias sobre América del Sur. Buenos Aires: Juan A. Alsina,
1909.
 Viaje de recreo: España, Francia, Inglaterra, Italia, Suiza, Alemania. Valencia:
F. Sempere, 1909
Drama (edición príncipe)

 Hima-Sumac: Drama en tres actos y en prosa. Lima: “La Equitativa”, 1893.

Obras más importantes


Aves sin nido

Resumen:
La trama de novela consiste en un matrimonio criollo que va a la sierra peruana, a
un pueblo ficticio Kíllac para invertir en una mina. Mientras se radican allí
descubren las formas de control contra la gente quechua como la mita y la
institución de los pongos.
Bocetos al lápiz de americanos célebres

Resumen:
Reúne una serie de biografías breves que Clorinda Matto de Turner redactó en
1890. La particularidad de estos bocetos se hace patente en cada página.
Jorge Basadre

Biografía:
Jorge Basadre Grohmann nació en Tacna, bajo administración chilena, el 12 de
febrero de 1903, siendo hijo de Carlos Basadre Forero, ingeniero tacneño, y de
Olga Eloísa Grohmann Butler, peruana de ascendencia alemana. Fue inscrito en
el Registro Civil de Chile, el 18 de abril de 1903. El historiador mencionó que su
abuelo, Carlos Basadre Izarnótegui se había casado en Tacna en 1855 con María
de la Concepción Forero y Ara, hija de Manuela Ara y Robles, quien habría sido a
su vez hija de José Toribio Ara y Cáceres, último cacique de Tacna y prócer de la
independencia
Tacna, al igual que Arica, estaba desde 1880 bajo administración chilena, a la
espera de la realización de un plebiscito que debía decir si retornaba a la
jurisdicción de Perú o permanecía en la de Chile. Parte de la población tacneña
defendía su derecho a seguir siendo peruana, ambiente que marcó profundamente
la personalidad de Basadre, según su propia confesión.
Basadre comenzó su formación en el liceo Santa Rosa, escuela peruana que
funcionaba clandestinamente en Tacna. En 1909 falleció su padre y en 1912 se
trasladó junto con el resto de su familia a Lima, donde prosiguió sus estudios
escolares en el Colegio Alemán, culminándolos en el Colegio Nacional Nuestra
Señora de Guadalupe, en 1918.
En 1919 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se
doctoró en Letras con su tesis «Contribución al estudio de la revolución social y
política del Perú durante la República» (1928). También se doctoró en Derecho,
con su tesis sobre «Las fuentes de la historia del Derecho peruano» (1935). Se
recibió de abogado.
Siendo estudiante, intervino en el Conversatorio Universitario de 1919, junto con
otros jóvenes estudiantes de la llamada Generación de la Reforma. Por esa época
prestó servicios en la Biblioteca Nacional del Perú, primero como auxiliar y
después como conservador (1919-1930). Además, se desempeñó como profesor
de historia en diversos colegios de Lima.
Basadre herido de una pedrada en la frente por una turba chilena contraria al
retorno de Tacna y Arica al Perú. Arica, mayo de 1926.
Entre 1925 y 1926 formó parte de la delegación peruana que fue enviada al sur
para coordinar la realización del plebiscito de Tacna y Arica. Se hallaba
cumpliendo dicha labor, cuando fue herido de una pedrada en la cabeza, arrojada
por un mazorquero. El plebiscito no llegó a realizarse por falta de garantías. Dos
años después, Tacna fue reincorporada definitivamente al Perú, mientras que
Arica permaneció en poder de Chile (1929).
En 1928 inició su carrera docente en la Universidad de San Marcos, y por ser
el catedrático más joven (26 años de edad), a invitación del rector Alejandro
Deustua leyó el discurso de apertura del año universitario, el 1 de abril de 1929.
Luego fue nombrado Director de la Biblioteca Central de la Universidad de San
Marcos, cargo que desempeñó de 1930 a 1931.
Gracias a una beca otorgada por la Fundación Carnegie, en 1931 viajó a Estados
Unidos para estudiar la organización de bibliotecas. 11 Enterado del receso de
la Universidad de San Marcos, decidió pasar a Europa.8 Siguió cursos en
la Universidad de Berlín y realizó investigaciones en archivos de España en
la Universidad de Sevilla.
Retornó al Perú en 1935 y retomó la dirección de la Biblioteca de San Marcos,
cargo que ejerció hasta 1942. También fue redactor del Boletín Bibliográfico de
dicha Biblioteca.
Tras el incendio de la Biblioteca Nacional del Perú, ocurrido en mayo de 1943, el
presidente Manuel Prado y Ugarteche le encomendó la dirección de dicho
establecimiento, con la enorme misión de reconstruirlo y reorganizarlo. Fundó
varias publicaciones, como la revista Fénix y el Anuario Bibliográfico Peruano,
creó la Escuela Nacional de Bibliotecarios en 1944 y se dedicó a la recolección de
nuevos fondos bibliográficos. Tras enfrentar largas jornadas de trabajo y vencer
grandes dificultades, en septiembre de 1948 pudo reabrir finalmente la renovada
Biblioteca Nacional.
Fue ministro de Educación Pública en dos oportunidades: de 28 de julio a 11 de
octubre de 1945 (gobierno de José Luis Bustamante y Rivero), y de 1956 a 1958
(segundo gobierno de Manuel Prado).
En 1948 dejó la dirección de la Biblioteca Nacional y pasó a ser director del
Departamento de Asuntos Culturales de la Unión Panamericana, cargo que ejerció
hasta 1950.1 A su retorno al Perú el año siguiente, se dedicó a la ampliación de su
investigación historiográfica gracias a una beca Rockefeller y se reincorporó a la
enseñanza en San Marcos -de la que retiraría definitivamente en 1956. En 1952,
se trasladó nuevamente a Estados Unidos a ocupar una cátedra en la Universidad
de Virginia, la misma a la que regresó en 1954.
En 1956, el presidente Manuel Prado lo designó ministro nuevamente en la cartera
de Educación. Basadre permaneció en el cargo hasta que motivos de salud lo
alejaron del gabinete dos años después. A partir de esta fecha, se retiró de la vida
pública consagrándose por entero a la investigación histórica. Para realizar tal
labor, contó con el apoyo financiero de diversos auspiciadores. Regresó a Estados
Unidos gracias a una beca de la OEA y al apoyo de la Biblioteca del Congreso
estadounidense en 1961 y la recibió el honor de profesor emérito de San Marcos
en 1962.
Se casó con Isabel Ayulo y tuvo un hijo llamado Jorge Basadre Ayulo.
Murió en Lima el 29 de junio de 1980, a los 77 años de edad.
Vida Académica
Con respecto al campo académico, empezó como catedrático en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos en 1928, dictando un curso de Historia del Perú.
En 1929 asumió la cátedra titular de Historia de la República del Perú, y en 1935
la de Historia del Derecho Peruano, las cuales mantuvo hasta 1954 (aunque con
intervalos por motivo de ausencias fuera del país), cuando se apartó de la
docencia profesional para dedicarse íntegramente a la investigación
Además, fue profesor de Historia del Perú en el Colegio Guadalupe (1929-1931) y
en el Instituto Pedagógico Nacional (1930-1931); ejerció la cátedra doctoral de
Historia del Perú en la Pontificia Universidad Católica del Perú (1935); y fue
profesor de Historia crítica de Perú en la Escuela Militar de Chorrillos (1941-1945).
También fue profesor en diversos centros de enseñanza superior de Argentina,
España y Estados Unidos
Fue secretario general del XXVII Congreso Internacional de Americanistas, con
sede en Lima (1939)
Fue presidente del Instituto Histórico del Perú (actual Academia Nacional de la
Historia), de 1956 a 1962; miembro de la Academia Peruana de la Lengua (desde
1941) y miembro de la Sociedad Geográfica de Lima.
Premios y reconocimientos:

 Premio Rafael Heliodoro Valle, otorgado en México (1977).


 Premio Nacional de Cultura en el área de Ciencias Humanas (1975).
 Palmas Magisteriales en el grado de Amauta (1965).
 Orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz (1979).
 Una universidad peruana lleva su nombre, la Universidad Nacional Jorge
Basadre Grohmann en Tacna.
 Desde 1991, cuando el nuevo sol se convirtió en la moneda oficial de Perú, su
retrato aparece en el billete S/100.
 En 1988 se creó en Tacna una provincia que lleva su nombre en su honor.

Sus publicaciones:

 Equivocaciones (1928, editado conjuntamente con el libro de Luis Alberto


Sánchez, Se han sublevado los indios), es un libro que reúne ensayos de
crítica literaria.
 La iniciación de la República (2 vols., 1929-1930), con el subtítulo
de Contribución al estudio de la evolución política y social del Perú. Es un
estudio sobre las clases sociales, las doctrinas y los sucesos políticos de las
primeras décadas de la República del Perú. El plan original era abarcar desde
los inicios de la República hasta el año 1872, pero la obra solo llega hasta
1840.
 La multitud, la ciudad y el campo en la historia del Perú (1929), discurso leído
en la apertura del año académico en San Marcos, ante el presidente Augusto
B. Leguía. En esta pieza analiza el papel desempeñado por las masas, las
ciudades y las zonas rurales en la historia peruana desde la época
prehispánica.
 Perú: problema y posibilidad. Subtitulada Ensayo de una síntesis de la
evolución histórica del Perú. (1931; reeditado con un apéndice en 1978 con
“algunas reconsideraciones 47 años después”). En este ensayo, el autor afirma
que la misión de la historia es no solo ver lo que el Perú ha sido, sino también
lo que no ha sido: que el Perú es un problema, pero también una posibilidad.
En sucesivos capítulos abarca la formación histórica, los hechos, las clases
sociales y las ideas políticas del país. Según Basadre, existen razones para
dudar del porvenir del Perú, pero también queda en pie la esperanza, si se
compara la situación de principios de la República con la época
contemporánea. Deposita su esperanza en el socialismo.
 Historia del Derecho Peruano (1937), primer volumen de una obra redactada
para servir de texto de consulta a los alumnos de la Facultad de Derecho. Se
divide en tres secciones: Nociones generales, Época prehispánica y Fuentes
de la época colonial. Literatura inca (1938), introducción histórica y antología,
como parte de la Biblioteca de Cultura Peruana dirigida por Ventura García
Calderón).
 Historia de la República del Perú (inicialmente editada en un volumen en 1939,
fue sucesivamente modificada y ampliada hasta alcanzar en la sexta edición,
1968-1969, dieciséis volúmenes más un tomo de bibliografía general)
considerada la obra más relevante de la historiografía peruana del siglo XX. La
obra ha continuado reeditándose después de la muerte de Basadre, hasta el
2005, cuando salió la novena edición, en 18 tomos.
 La promesa de la vida peruana (1943 y aumentada en 1958), ensayo en donde
sostiene la tesis de que los americanos lucharon por la Independencia no por
reivindicaciones personales, sino movidos por la promesa de una vida mejor.
 El conde de Lemos y su tiempo (1945), biografía del virrey del Perú Conde de
Lemos y a la vez una descripción política, social y económica del Perú del
siglo XVII.
 Meditaciones sobre el destino histórico del Perú (1947), compilación de
ensayos publicados desde 1937 y que constituye «un esfuerzo para
comprender el Perú en su aspecto más fértil, en su voluntad de camino, en su
misión y en su esperanza». Entre dichos ensayos figura «La promesa de la
vida peruana» anteriormente mencionada.
 Chile, Perú y Bolivia independientes (1948), tomo XXV de la Historia de
América y de los pueblos americanos dirigida por Antonio Ballesteros y Beretta.
Allí traza la historia de las tres repúblicas desde la independencia hasta 1943.
 Fundamentos de la historia del Derecho (1956), donde analiza la teoría y
técnica de la historia del derecho, el alcance del derecho en el tiempo y las
características de la evolución jurídica peruana. Dicho libro fue dedicado a
Manuel Vicente Villarán, quien fue la guía para su ingreso a la enseñanza de la
historia del Derecho. 
 El Perú en la cronología universal, 1776-1801 (1957), en colaboración con
María Isabel Pastor.
 Infancia en Tacna (1959).
 Materiales para otra morada (1960), ensayos sobre temas de educación y
cultura.
 Historia de la Cámara de Comercio de Lima (1963), desde su fundación hasta
1938 y el estudio sobre los años posteriores por Rómulo Ferrero Rebagliati.
 En la Biblioteca Nacional. Ante el problema de las elite (1968).
 Introducción a las bases documentales para la Historia de la República del
Perú, con algunas reflexiones (dos volúmenes, más un fascículo de índices,
1971), especie de bibliografía de su Historia de la República, con aclaraciones
y orientaciones para quienes tengan interés en temas, autores o periodos de la
misma, organizados sistemáticamente con algunos comentarios.
 El azar en la historia y sus límites (1973), con un apéndice sobre la serie de
probabilidades dentro de la emancipación peruana, donde incursiona sobre el
azar en la teoría de la historia, afirmando que solo existe un azar relativo y
nunca absoluto.
 La vida y la historia (1975, y aumentada en 1981), ensayos sobre personas,
lugares y problemas. Narra los recuerdos de su infancia y juventud, y otros
aspectos de sus memorias.
 Apertura (1978), selección de textos sobre temas de historia, educación,
cultura y política, recopilados por Patricio Ricketts.
 Elecciones y centralismo en el Perú (1980), apuntes para un esquema
histórico.
 Sultanismo, corrupción y dependencia en el Perú republicano (póstumo, 1981),
ensayo.

Obras más importantes:


Equivocaciones
Resumen:
Equivocaciones reúne una decena de textos, calas magnificas que el joven
Basadre realizó sobre personajes claves de la historia cultural del Perú. Es más,
es una brillante faceta, la de crítico literario, que más tarde Basadre abandono por
dedicarse a tiempo completo a la Historia
Historia de la república del Perú

Resumen:
Es una obra del historiador peruano Jorge Basadre Grohmann en la que se abarca
la Historia del Perú desde 1822, después de la Declaración de Independencia,
hasta 1933, después de la caída del Oncenio.
Carlos Augusto Salaverry

Biografía:
Carlos Augusto Salaverry nació en la portentosa hacienda La Solana, situada en el
actual distrito de Lancones de la provincia de Sullana. Fue hijo natural del
entonces coronel Felipe Santiago Salaverry del Solar (quien llegó a ser presidente
del Perú entre 1835 y 1836) y de doña Vicenta Ramírez Duarte, hija de don
Francisco Ramírez y Baldés (hijo de don Manuel Ramírez de Arellano y doña
Marciana Baldés, esta hija de don Francisco Baldés y Montenegro, propietario de
la hacienda La Solana) y de su esposa, doña Narcisa Duarte y Ramírez, dueños
de haciendas entre los actuales Perú y Ecuador. nvita conoció a doña Vicenta con
ocasión de la movilización de las tropas peruanas a la frontera norte a raíz del
estallido de la guerra con la Gran Colombia, y aunque su amor fue efímero,
siempre mantuvo gran afecto por el hijo nacido de esa unión.
Su padre quiso que se educase en Lima y no en Piura; tampoco quiso que
permaneciese al lado de su versada madre. Traído pues a Lima, creció y se educó
bajo los cuidados de Juana Pérez de Infantas, la esposa legítima de su padre, y al
lado de su hermanastro, llamado Felipe Santiago, como su padre.
Su vida en un hogar extraño fue triste. Tenía solo seis años cuando su padre fue
derrotado y fusilado por Andrés de Santa Cruz, tras una sangrienta guerra. Su
padre, estando en el postrero trance de su existencia, no se olvidó de él y es así
que lo confió al amparo de su esposa doña Juana, tal como consta en el
conmovedor testamento que escribió en Arequipa, a 18 de febrero de 1836, pocas
horas antes de ser fusilado. El pequeño Carlos Salaverry siguió a sus familiares en
el destierro a Chile. Fue así como su personalidad empezó a formarse en la
soledad, la tristeza y las penurias económicas. Apenas pudo cursar estudios
elementales.
Tras la caída de Santa Cruz en 1839, pudo retornar al Perú. A los 15 años de
edad ingresó al ejército en calidad de cadete, en el batallón Yungay (1845). Sus
superiores lo trasladaron de guarnición en guarnición, acaso por temor de que
destacara y siguiera los pasos de su célebre padre, convertido ya en una leyenda.
Así fueron pasando los primeros años de su juventud, entre las alternativas del
servicio y los pronunciamientos militares. Pero la rigurosa disciplina castrense no
calzaba con su temperamento liberal. Le gustaba más la soledad y el estudio.
Parece que en aquellos años se entregó a la lectura furtiva de Víctor
Hugo y Heinrich Heine, naciendo así su decidida vocación por las letras.
A los 20 años de edad se casó con Mercedes Felices, unión apresurada, y que
como era de esperar, resultó efímera y desdichada. Luego se dejó arrastrar por
otra pasión amorosa, esta vez por Ismena Torres, cuya familia se trasladó a
Europa, para alejarla de él, y donde aquella se casó con el hombre que le
impusieron. El diario en prosa escrito por Salaverry para registrar las incidencias
de su idilio con Ismena se convirtió después, transpuesto al verso, en su mejor
obra: Cartas a un ángel.
Ascendió a teniente en 1853 y a capitán en 1855. Su vocación poética se hizo
pública de casualidad. Tenía un amigo, poeta y militar como él, Trinidad
Fernández, quien al enterarse de la afición de Salaverry, intercedió para que sus
versos aparecieran publicados en El Heraldo de Lima, en 1855. Salaverry las firmó
con las iniciales de su nombre. Tenía entonces veinticinco de edad. Por esos años
estrenó también sus primeros dramas que obtuvieron resonantes
éxitos: Arturo, Atahualpa o la conquista del Perú, Abel o el pescador
americano y El bello ideal (1857), cada uno de ellos en cuatro actos y en verso.
Tenía ya el grado de sargento mayor cuando inició su participación en la política
peruana, como secretario del entonces coronel Mariano Ignacio Prado, durante la
revolución que éste inició en Arequipa contra el gobierno de Juan Antonio Pezet, a
propósito del incidente con España (1865). Poco después, siempre a lado del
dictador Prado, actuó en el Combate del Callao contra la flota española y en las
filas que comandaba el coronel Juan Francisco Balta. Luego secundó la revolución
encabezada por el coronel José Balta contra la dictadura de Prado en 1867.
Con la ascensión al poder de Balta (1869), fue incorporado al servicio diplomático,
como secretario de legación, trabajo que le permitió recorrer Estados
Unidos, Inglaterra, Francia e Italia. Antes, ya había publicado la primera edición de
su poemario Diamantes y perlas (Lima, 1869). En Europa editó la colección de
poemas titulada Albores y destellos (El Havre, 1871), obra que incluye tres libros:
el del título propiamente dicho, Diamantes y perlas y Cartas a un ángel.
Se hallaba en París, cuando, al subir en perú el gobierno civilista de Manuel
Pardo, se enteró que su cargo había sido suprimido, sin concedérsele derecho a
pasaje ni indemnización alguna. Durante seis años sobrellevó una vida angustiosa
en Francia, llegando al extremo de pensar en el suicidio como única salida a sus
problemas conyugales y amatorios.
En 1878 regresó al Perú, envejecido y amargado. Gobernaba entonces Mariano
Ignacio Prado, por segunda vez. Pero al año siguiente estalló la guerra con Chile,
y el poeta tuvo que cumplir con la patria. Producida la ocupación de Lima, se unió
al gobierno provisional de Francisco García Calderón, acompañándolo en sus
gestiones pacifistas. Pero su carrera política acabó cuando García Calderón fue
apresado por los invasores y deportado a Chile.
Salaverry, después de publicar el poema filosófico Misterios de la tumba (Lima,
1883), emprendió nuevamente viaje a Europa, donde le aguardaba un nuevo y
postrero amor. Fue entonces que contrajo matrimonio por segunda vez, en París.
Luego viajó incesantemente por diversas ciudades de Italia, Suiza y Alemania.
Culminada esta gira feliz en 1885 sintió los primeros síntomas de la parálisis que
lo aquejó el resto de su vida. Su vida se fue apagando debido a la enfermedad,
falleciendo finalmente el 9 de abril de 1891, en París. Sus restos fueron
repatriados en 1964 a su tierra natal, reposando en el cementerio San José
de Sullana.
Obras:
Poesía
Salaverry abarcó géneros diversos, aunque lo más valioso de su producción es su
obra lírica, que destaca por su musicalidad, su sensibilidad y fuerza sentimental,
especialmente cuando expresa emociones sinceras que nacen de su espíritu
interior. En su obra se nota la influencia de la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer,
al que imitó al prescindir de las formas gastadas del romanticismo por un estilo
más profundo y personal.
Su poesía se reúne en cuatro libros:

 Diamantes y perlas (1869). Se compone, sobre todo, de sonetos diversos,


entre circunstanciales, amorosos y festivos.
 Albores y destellos (1871), reúne la mayor parte de sus poemas de temas
políticos-sociales y los que tratan asuntos metafísicos como el de la muerte.
 Cartas a un ángel (1890), poemario en el que se encuentran los más logrados
poemas amorosos y eróticos, inspirados en la misma mujer, Ismena Torres.
Sobre esta obra Alberto Escobar opina lo siguiente: «Por ser libro de
amor, Cartas a un ángel es al mismo tiempo, canto de dolor, a la ausencia, al
pasado feliz, al sentido del tiempo; perspectiva amatoria que Salaverry poseyó
como pocos poetas peruanos. Ha sido en esos versos en los que su talento dio
el fruto menor; de la anécdota personal asciende Salaverry al tema
permanente del amor e incide así en un rasgo esencial del carácter humano».
De esta colección pertenece el poema “¡Acuérdate de mí!”, ampliamente
reproducido en los textos escolares peruanos.
 Misterios de la tumba (1883), poesías de reflexión filosófica.
Su poesía completa fue publicada en Lima en 1958, por la editorial Alberto
Escobar.
Teatro
Salaverry escribió, según afirman los tratadistas, aproximadamente una veintena
de piezas teatrales, que fueron estrenadas en Lima (y una en el Callao). De entre
las que fueron impresas destacan las siguientes:

 Atahualpa o la conquista del Perú (1854)


 Abel o el pescador americano (1857)
 El bello ideal (1857)
 El amor y el oro (1861)
 La estrella del Perú (1862)
 El pueblo y el tirano (1862)
Del resto de su producción teatral sólo se conservan los títulos: Arturo, Los
ladrones de alto rango, Sueños del corazón, La espada de San Martín, El hombre
del siglo XX, Un desconocido, El virrey y su favorita, Gigantes y pigmeos, La
escuela de mujeres, El bombardeo de Pisagua.
Muchas de estas obras teatrales alcanzaron rotundo éxito. Salaverry, después
de Manuel Ascencio Segura, fue en su momento el más aplaudido autor teatral del
Perú. Sin embargo, al pasar el tiempo, sus obras se han ido desvalorizando y hoy
día, prácticamente todas, se hallan sumidas en el olvido. Todas están escritas en
verso, con estilo artificioso y con argumentos muy truculentos. Predominan los
largos monólogos confesionales, y sus personajes, héroes de opereta que en su
momento arrancaron aplausos del público, nos parecen ahora seres exóticos y
estrafalarios.

Obras más conocidas:


Atahualpa
Resumen:
La conquista y pacificación del Perú fue un largo proceso que se desarrolló
desde el primer contacto por parte de Francisco Pizarro y sus huestes con el inca
Atahualpa en 1532 hasta la definitiva organización institucional que muchos
historiadores atribuyen al quinto virrey peruano, don Francisco de Toledo (1569-
1581)
Albores y destellos

Resumen:
Una oda al amor pasional, a la pérdida y al orgullo del amante desdichado. Carlos
Augusto Salaverry (1830-1891) publicó en 1871 Cartas a un ángel, un poemario
inspirado en su relación con Ismena Torres en los años 50.
Inca Garcilaso de la Vega

Biografía:
Gómez Suárez de Figueroa, renombrado como Inca Garcilaso de la Vega a partir
de 1563 (Cuzco, Gobernación de Nueva Castilla, 12 de
abril de 1539 – Córdoba, España, 23 de abril de 1616), fue
un escritor e historiador mestizo de ascendencia hispano-incaica nacido en el
territorio actual del Perú.
Se lo considera como el primer mestizo cultural de América que supo asumir y
conciliar sus dos herencias culturales: la inca y la española, alcanzando al mismo
tiempo gran renombre intelectual. Luis Alberto Sánchez lo describe como el
«primer mestizo de personalidad y ascendencia universal que parió América».
Se lo conoce también como el «príncipe de los escritores del Nuevo Mundo», pues
su obra literaria, que se ubica en el período del Renacimiento, se destaca por un
gran dominio y manejo del idioma castellano, tal como lo han reconocido críticos
como Marcelino Menéndez Pelayo, Ricardo Rojas, Raúl Porras
Barrenechea y José de la Riva Agüero y Osma. Augusto Tamayo Vargas afirma:
«Si la historia y la prosa de ficción se ejemplarizan en Garcilaso, también el
ensayo tiene en él un alto representante».Mario Vargas Llosa le reconoce también
dotes de consumado narrador, destacando su prosa bella y elegante.
Temporalmente se lo ubica en la época de los cronistas post toledanos (es decir,
de la etapa posterior al gobierno del virrey Francisco de Toledo), a finales del siglo
XVI e inicios del siglo XVII. Desde el punto de vista estrictamente historiográfico,
su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos. Su padre fue sobrino
del célebre poeta Garcilaso de la Vega, del Siglo de Oro de España, por lo que el
Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre
del famoso poeta renacentista castellano.
En su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas, publicada
en Lisboa en 1609, expuso la historia, cultura y costumbres de los incas y otros
pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Túpac Amaru
II sería prohibido por la Corona española en todas sus provincias en América, al
considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo
de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió
imprimiendo en España.
Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa, 1605),
que relata la conquista española de Florida, y la Segunda parte de los
Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú (Córdoba,
1617), publicada póstumamente, en la que el autor trata sobre la conquista del
Perú y el inicio del Virreinato.
Primeros años:
Era hijo del conquistador español capitán Sebastián Garcilaso de la Vega y
Vargas, de la nobleza extremeña, y de la ñusta o princesa inca Isabel Chimpu
Ocllo, bisnieta del Inca Túpac Yupanqui y nieta del Inca Huayna Cápac,
emperador del “reino de las cuatro partes o suyos” o Tahuantinsuyo (nombre del
Imperio incaico en su lengua nativa quechua). Su nombre de bautismo fue Gómez
Suárez de Figueroa, que tiempo después, radicando en España, se lo cambiaría
por el de Inca Garcilaso de la Vega.
Gracias a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción
pizarrista, fue bautizado con los apellidos ilustres del mayor de sus tíos paternos y
de otros antepasados que pertenecieron a la Casa de Feria. Recibió en
el Cuzco una esmerada educación en primeras letras a cargo de Juan de
Alcobaza, al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e
ilegítimos como él, pero durante sus primeros años también estuvo en estrecho
contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza inca, entre los que se
contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu Inca y Alonso Tito Atauchi. Accedió
pues a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y
cultura inca.
Sin embargo, su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca a causa de
la presión de la corona para que los nobles españoles se casasen con damas
nobles españolas, y así lo hizo para matrimoniar con Luisa Martel de los Ríos; sin
embargo, no lo hizo sin conceder antes a su madre una cuantiosa dote, que le
sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular, de la que
tendría el inca dos medias hermanas, Luisa de Herrera y Ana Ruiz.
Su adolescencia estuvo ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú, y
él y su padre padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro
y Francisco de Carvajal. Su padre optó por enrolarse en el bando de Pizarro,
aunque forzadamente, según contaría más tarde el Inca Garcilaso, pero retornó al
bando real sumándose al ejército del pacificador Pedro de la Gasca durante
la batalla de Jaquijahuana, por lo que fue conocido despectivamente como el “leal
de tres horas”. Este episodio tendría mucha repercusión en la vida posterior del
Inca Garcilaso.
Hacia 1550, el todavía pequeño Garcilaso fue enviado a Charcas para volver
después al Cuzco, donde fue testigo de la rebelión de Francisco Hernández Girón,
ocasión en la cual ayudó a su padre, entonces alcalde ordinario de la ciudad, a
huir por los tejados de las casas (1553). Su padre lo tuvo en gran estima, como
demuestra el hecho del cariño que le demostró su hijo en sus escritos y el hecho
de que le legara en su testamento (1559) tierras en la región de Paucartambo y
cuatro mil pesos de oro y plata “ensayados” (es decir, de la más probada calidad)
para que el joven mestizo cursara estudios en España.
Obras:
 La Florida del Inca
 Comentarios Reales de los Incas
 Primera parte de los Comentarios Reales.
 Historia general del Perú.
Obras más reconocidas:
Inca Garcilaso de la Vega

Resumen:
Consiste en un doble diálogo alegórico sobre las distintas formas del amor, que
enlaza y da movimiento a todas las partes del universo en todas direcciones.
La florida del inca

Resumen:
Relata las andanzas de los aventureros españoles en la península de la Florida,
encabezados primero por el capitán Hernando de Soto, y luego, por Luis de
Moscoso, entre 1539 y 1543.

Comentarios reales de los incas

Resumen:
Los Comentarios reales de los incas o Primera parte de los comentarios reales es
un libro histórico-literario escrito por el literato peruano Inca Garcilaso de la Vega.
Fue publicado en Lisboa en 1609. Trata sobre la historia, las costumbres y las
tradiciones del Antiguo Perú, aunque centrándose en el periodo inca.
Cesar Vallejo

César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892-


París, 15 de abril de 1938) fue un poeta y escritor peruano. Es considerado uno de
los mayores innovadores de la poesía universal del siglo XX y el máximo
exponente de las letras en el Perú. Es, en opinión del crítico Thomas Merton, «el
más grande poeta católico desde Dante, y por católico entiendo universal» y,
según Martin Seymour-Smith, «el más grande poeta del siglo XX en todos los
idiomas».
Publicó en Lima sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), con
poesías que, si bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista,
constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación expresiva;
y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje poético muy
personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial. En 1923,
dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas, colección de estampas y
relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año partió hacia Europa, para no
volver más a su patria. Hasta su muerte residió en París, con algunas breves
estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las que estuvo de paso.
Vivió del periodismo complementado con trabajos de traducción y docencia.
En la última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una
serie de poemas que aparecerían póstumamente. Sacó, en cambio, libros en
prosa: la novela proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro
de crónicas Rusia en 1931 (Madrid, 1931). Por entonces, escribió también su
cuento más famoso, Paco Yunque, que saldría a luz años después de su muerte.
Sus poemas póstumos, Poemas humanos fueron publicados junto con España,
aparta de mí este cáliz, en 1939 gracias al empeño de su viuda, Georgette Vallejo.
La poesía reunida en estos últimos volúmenes es de corte social, con esporádicos
temas de posición ideológica y profundamente humanos. Para muchos críticos,
los Poemas humanos constituyen lo mejor de su producción poética (esto lo ha
hecho merecedor del calificativo de «poeta universal»).
Biografía:
Sus primeros años:
César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de
Chuco, pueblo en una zona alta del departamento de La Libertad, en Perú. Hijo de
Francisco de Paula Vallejo Benites y María de los Santos Mendoza Gurrionero, fue
el menor de once hermanos; su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas
fueron indígenas y sus abuelos gallegos, uno de ellos fue el sacerdote mercedario
José Rufo Vallejo, quien yace en las catacumbas de la iglesia del pueblo
de Pallasca en Áncash. Vallejo era un «hombre muy moreno, con nariz de
boxeador y gomina en el pelo», recordaba César González Ruano, en una
entrevista publicada en el Heraldo de Madrid, el 27 de enero de 1931.
Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia
aceptó de muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y
litúrgicas en sus primeros versos. Sus estudios primarios los realizó en el Centro
Escolar N.º 271 del mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta
1909 estudió la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco.
En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de
Trujillo, pero debido a problemas económicos retorna a su pueblo, con el propósito
de trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoyó a su padre en las
tareas administrativas de gobernador y toma contacto con la realidad de los
mineros de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más
adelante en su novela El tungsteno.
Viajó a Lima en 1911 para matricularse en la Facultad de Medicina de San
Fernando, pero nuevamente abandonó el claustro universitario por razones
económicas o tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Consiguió un empleo de
preceptor de los hijos de Domingo Sotil, un rico minero y hacendado
de Acobamba (departamento de Junín), trabajo en el que permaneció durante
siete meses. Luego regresó a Trujillo, y en 1912 consiguió un modesto empleo
como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle Chicama,
donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios.
La bohemia de Trujillo:
En 1913 regresó a Trujillo con el propósito de retomar sus estudios universitarios
en Letras. A fin de costearse sus estudios, trabaja como maestro en el Centro
Escolar de Varones N.º 241, y luego como profesor del primer año de primaria en
el Colegio Nacional de San Juan, donde tuvo como alumno pequeño a Ciro
Alegría, que más tarde se convertiría en un gran novelista. 7 El 22 de septiembre
de 1915 se gradúa de bachiller en Letras con su tesis El romanticismo en la
poesía castellana.
En 1916 frecuenta con la juventud intelectual de la época agrupada en
la bohemia trujillana, conocida luego como Grupo Norte, donde figuran Antenor
Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Juan Espejo
Asturrizaga, Macedonio de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publicó sus
primeros poemas en los diarios y revistas locales (algunos de los cuales son
recogidos por publicaciones de Lima) y se enamora de María Rosa Sandoval,
joven atractiva e inteligente, que fue la musa inspiradora de algunos de sus
poemas de Los heraldos negros.
En 1917 conoce a Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años con
quien sostiene un apasinado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta
suicidarse a causa del desengaño pero es convencido por sus amigos para viajar
a Lima con el fin de retomar sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos y conseguir su doctorado en Letras y Derecho.
El recuerdo de María Rosa
El recuerdo de María Rosa Sandoval es la inspiración de su primer libro, “Los
heraldos negros”, y se junta al de la madre del poeta también llamada María en la
imprecación a Dios de su poema “Los dados eternos”: “Tú no tienes Marías que se
van…” Después de más de un año de romance, ella desaparece sin dejar huella.
Se sabrá después que María Rosa viajó a las serranías de Otuzco para alejarse
del poeta a quien no quería entristecer con su enfermedad mortal: una
tuberculosis que terminó con su vida en 1918. La misteriosa amada que tanta
importancia tiene en la poesía de Vallejo dejó un inédito diario de vida revelado en
la novela biográfica Vallejo en los infiernos de Eduardo González Viaña.
Viaje a Lima. Los heraldos negros
Se embarca en el vapor Ucayali, y llega a Lima el 30 de diciembre de 1917.
Conoce a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Se encuentra con Clemente
Palma, que había sido un furibundo detractor de su obra poética (había calificado
de mamarracho el poema «El poeta a su amada»), pero quien esta vez le da
muestras de respeto. Llega a entrevistarse con José María Eguren y con Manuel
González Prada,8 a quien los más jóvenes consideraban entonces un maestro y
guía. En la capital, Vallejo se vinculó con escritores e intelectuales como Abraham
Valdelomar9 y su grupo Colónida, José Carlos Mariátegui; con ambos hace
profunda amistad. También conoce a Luis Alberto Sánchez y Juan Parra del
Riego. Asimismo, publicó algunos de sus poemas en la revista Suramérica del
periodista Carlos Pérez Cánepa.
En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de ese
año muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo ocupa el cargo. Se
enreda en otra tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva, una
muchacha de 15 años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde su
puesto de docente. Otilia será la inspiradora de varios de los poemas de Trilce.
Al año siguiente consigue empleo como inspector disciplinario y profesor de
Gramática Castellana en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Ese
mismo año ve la luz su primer poemario Los heraldos negros, que muestran aún
las huellas del modernismo en su estructura, aunque ya se vislumbran algunas
características muy peculiares en el lenguaje poético. El poeta toca la angustia
existencial, la culpa personal y el dolor, como, por ejemplo, en los conocidos
versos «Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no sé!» o «Yo nací un día / que
Dios estuvo enfermo». Circularon relativamente pocos ejemplares, pero el libro fue
en general bien recibido por la crítica.
Prisión en Trujillo. Trilce
Su madre había fallecido en 1918. La nostalgia familiar lo empuja, en mayo de
1920, a retornar a Santiago de Chuco. El 1.º de agosto ocurre un incendio y
saqueo de una casa del pueblo, perteneciente a la familia Santa María Calderón,
arrieros negociantes de mercaderías y alcohol desde la costa, suceso del que se
acusa injustamente a Vallejo como participante y azuzador. Se esconde pero es
descubierto, apresado y arrojado a un calabozo de Trujillo donde permanecerá
durante 112 días (del 6 de noviembre de 1920 al 26 de febrero de 1921). El 24 de
diciembre de 1920 gana el segundo premio (el primero fue declarado desierto) de
la Municipalidad de Trujillo con el poema «Fabla de gesta (Elogio al Marqués de
Torre Tagle)»; lo curioso de este suceso es que Vallejo compitió escondiendo su
identidad bajo un seudónimo, a fin de dar imparcialidad al concurso.
En la obra ya citada, Vallejo en los infiernos, Eduardo González Viaña, el autor,
que también es abogado, revela piezas claves del expediente judicial seguido
contra el poeta y muestra que todo aquel fue una construcción deliberada por el
juez y sus enemigos para hundirlo en una prisión infame. Se procesó a las
víctimas y se excluyó de la acción penal a los implicados. Se inventó testimonios y
se les adjudicó a personas que después declararon que ni siquiera conocían
Santiago de Chuco,el lugar de los hechos. Por fin, el hombre sindicado como autor
material fue conducido a Trujillo para que declarara ante la corte superior. Sin
embargo, en el largo camino, los gendarmes que lo custodiaban lo mataron a
balazos pretextando que había querido fugar. Más todavía, el autor ha indagado
las otras ocupaciones del juez ad hoc. En verdad, aquel era abogado de la gran
empresa cañavelera Casagrande y de la minera Quiruvilca en las cuales los
trabajadores operaban sin horario y eran víctimas de horrorosas condiciones
laborales. Todo ello evidencia el carácter político del juicio penal. En Vallejo se
trataba de escarnecer a su generación, jóvenes universitarios que intentaban
alzarse contra la injusticia y abrazaban el anarquismo y el socialismo, las utopías
del siglo.
El proceso judicial nunca se cerró. El poeta salió de la cárcel en virtud de una
liberación provisional. Años después en Europa sabía que no podría volver jamás
a la patria. La cárcel y los “infiernos” denunciados en esa novela tenían la puerta
abierta para él.
Tras salir en libertad condicional, se dirige nuevamente a Lima, donde su cuento
de corte fantástico Más allá de la vida y de la muerte fue premiado en un concurso
literario. El monto del premio lo destina a financiar otras publicaciones literarias.
En octubre de 1922 ve la luz su segundo poemario: Trilce, prologado por su
amigo Antenor Orrego. Es recibido tibiamente por la crítica, que no alcanzaba aún
a comprender la literatura de vanguardia, salvo por el propio Orrego, quien dijo de
Vallejo: «A partir de este sembrador se inicia una nueva época de la libertad, de la
autonomía poética, de la vernácula articulación verbal».
Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años
1920 y años 1930. En este libro, Vallejo lleva la lengua española hasta límites
insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática
y otras técnicas utilizadas por los movimientos dadá y suprarrealista. Se adelantó
a la renovación del lenguaje literario que después ensayaría Vicente Huidobro en
su poemario Altazor (1931) y James Joyce en su relato onírico Finnegans
Wake (1939).
En marzo de 1923, Vallejo publicó una corta edición de Escalas o Escalas
melografiadas, colección de relatos y cuentos, algunos ya vanguardistas. Otra
narración suya, titulada Fabla salvaje, fue publicada el 16 de mayo en la serie La
novela peruana dirigida por Pedro Barrantes Castro.
Es admitido nuevamente como profesor en el Colegio Guadalupe, puesto en el
cual no durará mucho, tras ser declarado cesante.
Viaje a Europa
Hastiado de la mediocridad local, tenía ya sus miras puestas en el Viejo Mundo.
Con el dinero que le adeudaba el Ministerio de Educación, se embarca rumbo
a Europa, de donde no regresará más. Viaja en el vapor Oroya el 17 de junio de
1923, con una moneda de quinientos soles. Arriba a París el 13 de julio. Sus
ingresos —siempre insuficientes— provenían del periodismo, si bien fungió
también de traductor. Escribía para el diario El Norte de Trujillo, y las
revistas L’Amérique Latine de París, España de Madrid y Alfar de La Coruña.
Sus dos primeros años en París fueron de mucha estrechez económica, al punto
que muchas veces tuvo que dormir a la intemperie. Inicia su amistad con
el escritor español Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con
importantes intelectuales como Pablo Neruda y Tristan Tzara.
A principios de 1924 recibe la noticia de la muerte de su padre. En octubre es
hospitalizado en un hospital de caridad pública, a consecuencia de una
hemorragia intestinal. Fue operado y pudo restablecerse.
En 1925 empieza a trabajar como secretario de la recién fundada Les Grands
Journaux IberoAméricains o Los Grandes Periódicos Iberoamericanos, una vasta
organización publicitaria. También empezó a colaborar para la revista
limeña Mundial. Ese año el gobierno español le concedió una modesta beca para
que pudiera continuar sus estudios universitarios de Derecho en España. En los
dos años siguientes visitó periódica y brevemente Madrid a fin de cobrar a plazo
fijo el monto de la beca, aunque sin estudiar; en octubre de 1927 renunció a dicha
beca. Nunca se doctoró en Letras ni en Derecho.
Renunció a su trabajo en Los Grandes Periódicos Iberoamericanos en 1926 y
conoció a su primera compañera francesa, Henriette Maisse, con quien convivió
hasta octubre de 1928. Con Larrea fundó la revista Favorables París Poema, y
con Pablo Abril de Vivero el semanario La Semana Parisién. Ambas publicaciones
tuvieron vida efímera. Empezó a enviar colaboraciones para la revista
limeña Variedades.
En 1927 conoció en París a Georgette Marie Philippart Travers, una joven de 18
años que vivía con su madre en un apartamento situado enfrente del hotel donde
se hospedaba. Profundizó en sus estudios sobre el marxismo. Apareció una
narración suya en Amauta, la revista que fundó en Lima su amigo José Carlos
Mariátegui y en la que también se reprodujeron varias de sus crónicas
periodísticas.
En abril del año siguiente enfermó nuevamente de gravedad, pero se recuperó a
los pocos meses. Todavía le acompañaba Henriette. Empezó a interesarse con
más ahínco por las cuestiones político-sociales. Ese mismo año realizó su primer
viaje a Rusia. Retornó a París y fundó la célula parisina del Partido Socialista que
había fundado Mariátegui en su patria (después denominado Partido Comunista
Peruano).
En 1929 empezó a convivir con Georgette (quien acababa de heredar el
apartamento y bienes de su fallecida madre) y junto con ella realizó un segundo
viaje a Rusia. Se detiene
en Colonia, Varsovia, Praga, Viena, Budapest, Moscú, Leningrado y varias
ciudades italianas, antes de retornar a París. Inició su colaboración para el
diario El Comercio, como corresponsal oficial, y continuó haciéndolo con las
revistas Variedades y Mundial. Esta labor periodística fue forzosamente
suspendida en 1930 a raíz de la crisis mundial, cuando dichas revistas
desaparecieron, al igual que el suplemento dominical de El Comercio, donde se
publicaban sus artículos.
En esta primera parte de su estancia parisina, que va de 1923 a 1929, se sitúa la
composición de algunos cuantos poemas (después llamados Poemas en prosa),
un libro o recopilación de ensayos: Contra el secreto profesional y un proyecto de
novela incaica: Hacia el reino de los Sciris, todos los cuales fueron publicados
póstumamente, a excepción de algunos ensayos y relatos sueltos. La razón de
esta parquedad de creaciones literarias se debió a que se hallaba más absorbido
en producir artículos y crónicas para diarios y revistas pane lucrando.
En 1930 viajó a Madrid a raíz de la publicación de su poemario Trilce, que señaló
el descubrimiento de su poesía en España, donde fue sometida a la crítica.
Retorna a París pero al poco tiempo es expulsado, acusado de hacer propaganda
comunista. Junto con Georgette vuelve a Madrid donde pasa dificultades
económicas. Allí es testigo de la caída de la monarquía borbónica y la
proclamación de la Segunda República Española (1931); se relaciona también con
grandes literatos españoles como Miguel de Unamuno, Federico García
Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego y José Bergamín. Publicó también su novela
proletaria El tungsteno, y su libro de crónicas y ensayos Rusia en 1931, que se
convirtió en un superventas: tres ediciones en solo cuatro meses. Le niegan, en
cambio, la publicación de su cuento Paco Yunque, por ser «muy triste».
En octubre de 1931 realizó un tercer y último viaje a Rusia para participar en el
Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el Régimen soviético. Retorna
a Madrid y continúa con pasión su tarea literaria, pero los editores españoles se
niegan a publicar sus obras de teatro Lock-out y Moscú contra Moscú (conocida
después como Entre las dos orillas corre el río), así como su libro de
crónicas Rusia ante el segundo plan quinquenal (continuación de Rusia en 1931),
y su recopilación de ensayos El arte y la revolución. La razón principal: por ser
obras de carácter marcadamente marxista y revolucionario. Por esta época
empieza también a escribir (hasta 1937) una serie de poemas que póstumamente
serían publicados con el título de Poemas humanos.
Decidió regresar a París en 1932, cuando es levantada la anterior restricción de
ingreso. Ese año Georgette es hospitalizada, pero se recupera. Al año siguiente
Vallejo escribió un extenso artículo, publicado por entregas en el Germinal de
París, titulado ¿Qué pasa en el Perú?. Por ese tiempo deambula por pensiones y
hoteles parisinos en medio de una gran angustia económica.
En 1934 se casó por lo civil con Georgette. Por entonces termina de escribir otra
de sus obras teatrales, Colacho Hermanos o presidentes de América, sátira contra
los gobiernos latinoamericanos que veía como sumisos a la política exterior
estadounidense, pero que ningún editor se animó a publicar. También le rechazan
otro libro de ensayos que quiso dar a la prensa: Contra el secreto profesional.
Entre 1935 y 1936 escribió varios cuentos: El niño del carrizo, Viaje alrededor del
porvenir, Los dos soras y El vencedor, bocetos narrativos que serían publicados
años después de su muerte.
Al estallar la guerra civil española en 1936, colaboró con fervor en la fundación del
Comité Iberoamericano para la Defensa de la República Española y de su vocero,
el boletín Nueva España. Le acompaña en esa labor Pablo Neruda. En diciembre
de dicho año viaja por unos días a España, pasando por Barcelona y Madrid,
preocupado por el desarrollo de los acontecimientos. En julio de 1937 vuelve por
última vez a España para asistir al II Congreso Internacional de Escritores para la
Defensa de la Cultura. Visita Barcelona, Valencia, Jaén y el frente en Madrid. De
vuelta a París, es elegido secretario de la sección peruana de la Asociación
Internacional de Escritores. Entre septiembre y noviembre escribió sus últimas
composiciones líricas de Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz; así
como el drama de tema incaico La piedra cansada.
Muerte en París
A inicios de 1938 trabaja como profesor de Lengua y Literatura en París, pero en
marzo sufre de agotamiento físico. El 24 del citado mes es internado por una
enfermedad desconocida (después se supo que fue la reactivación de un
antiguo paludismo, que sufrió cuando era un niño) y entra en crisis el 7 y el 8 de
abril. Fallece una semana más tarde, el 15, un viernes santo de llovizna, no un
jueves, como había dicho en su poema «Piedra negra sobre una piedra blanca».
Se le realizó un embalsamamiento. Su elogio fúnebre estuvo a cargo del escritor
francés Louis Aragon. El 19 sus restos son trasladados a la Mansión de la Cultura
y más tarde al cementerio de Montrouge, en los suburbios del sur de la capital
francesa.
Después de treinta y dos años de reposar allí, el 3 de abril de 1970 su
viuda Georgette Vallejo trasladó sus restos al cementerio de Montparnasse,
escribiendo en su epitafio.
Obras:
 Trilce
 Escalas
 Paco Yunque
 El Tungsteno
Obras más conocidas:
Trilce

Resumen:
Es un poemario que entabla una continuidad con el pasado en la consciencia de
que la vida es una muerte progresiva. Trilce es un tránsito, un viaje sin ruta, la
imagen no es estática, es kinésica, se desplaza, y parece huir, entre neologismos,
disociaciones de significado y significante, y contradicciones.
Escalas

Resumen:
Es una colección de relatos y cuentos del poeta peruano César Vallejo, publicada
en 1923. Incluye algunos de los más celebrados cuentos del autor, como «Más
allá de la vida y la muerte», «Los caynas» y «Cera»
José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui La Chira (Moquegua, 14 de junio de 1894 – Lima, 16 de


abril de 1930) fue un escritor, periodista, político y filósofo marxista peruano.
Autor prolífico a pesar de su temprana muerte, El
Amauta (del quechua: hamawt’a, «maestro», nombre con el que también es
conocido en su país) es considerado uno de los mayores estudiosos de la realidad
latinoamericana, siendo la síntesis de su pensamiento los 7 ensayos de
interpretación de la realidad peruana (1928), obra de referencia para la
intelectualidad del continente.
Fue el fundador del Partido Socialista Peruano en 1928 (que, tras su muerte,
pasaría a denominarse Partido Comunista Peruano), fuerza política que, según su
acta de fundación, tendría como herramienta axial al marxismo-leninismo, y de
la Confederación General de Trabajadores del Perú, en 1929.
Para el sociólogo y filósofo Michael Löwy, Mariátegui es «indudablemente, el
pensador marxista más vigoroso y original que América Latina haya conocido».En
la misma línea, José Pablo Feinmann, filósofo y crítico cultural argentino, lo
declara el «más grande filósofo marxista de Latinoamérica».Su pensamiento ha
inspirado a personajes como Vladimir Cerrón,4 Aníbal Quijanoo Abimael Guzmán.
Biografía:
Infancia y Juventud:
Mariátegui nació en Moquegua, en 1894. Sus padres fueron María Amalia La
Chira Ballejos y Francisco Javier Mariátegui Requejo. Entre sus antepasados se
contaba el ilustre pensador liberal Francisco Javier Mariátegui y Tellería. Tuvo dos
hermanos: Guillermina y Julio César Mariátegui.
En 1899 se trasladó con su madre y sus hermanos a Huacho y en 1902, tras un
accidente en la escuela, fue internado en la clínica Maison de Santé de Lima. Su
convalecencia fue larga y quedó con una anquilosis en la pierna izquierda que lo
acompañaría el resto de su vida. Por haber quedado inhabilitado para las
recreaciones propias de su edad, frecuentó desde entonces la lectura y la
reflexión.
Luego, en 1907, su padre Francisco Javier Mariátegui muere en el puerto del
Callao.
En 1909, ingresó al diario La Prensa para realizar tareas auxiliares, primero como
alcanzarrejones (portapliegos) y luego como ayudante de linotipista. A pesar de no
haber culminado sus estudios escolares, llegó a formarse en periodismo y empezó
a trabajar como articulista, primero en La Prensa (1914-1916) y luego en el
diario El Tiempo (1916-1919), al mismo tiempo que colaboraba en las
revistas Mundo Limeño, Lulú, El Turf y Colónida. Usando el seudónimo de Juan
Croniqueur ironizó la frivolidad limeña y exhibió una vasta cultura autodidacta, que
lo aproximó a los núcleos intelectuales y artísticos de vanguardia. Se hizo amigo
del escritor Abraham Valdelomar con quien formó un dúo diletante cuyos duelos
de ingenio eran reproducidos por ellos mismos en sus crónicas. Por esa época
(llamada luego despectivamente por él mismo como su «edad de piedra») cultivó
con entusiasmo la poesía pero nunca publicó su anunciado poemario
titulado Tristeza.
En 1918 sus intereses viraron hacia los problemas sociales. Fundó con el
periodista César Falcón y Félix del Valle la revista Nuestra Época, desde donde
criticó el militarismo y la política tradicional pero de la que solo salieron dos
números. En 1919 e igualmente en colaboración con Falcón fundó el diario La
Razón, desde donde apoyó la reforma universitaria y las luchas obreras. Dicho
diario tampoco tuvo larga vida y fue clausurado por el gobierno del
presidente Augusto B. Leguía, oficialmente por haberse expresado
despectivamente de los miembros del parlamento, aunque lo más probable fuera
por los crecientes reclamos populares que alentaba desde sus páginas.
Viaje a Europa y formación socialista
Junto con César Falcón viajaron con rumbo a Europa gracias a una beca que le
fue entregada por el gobierno de Leguía como una forma encubierta de
deportación. Pasaron por Nueva York, coincidiendo con una huelga de
trabajadores de los muelles del puerto, y en la Alemania de revolución
espartaquista, para luego en noviembre llegar al puerto de Le Havre y de allí a
París. De otro lado, el investigador Sylvers Malcolm ha precisado que ambos
viajaron en calidad de «propagandistas de ultramar»del entonces gobierno de
Leguía; que ambos pertenecían al sector de Relaciones Exteriores y que se
trataba de cargos remunerados y no de becas de estudios como durante un
tiempo se creyó. Mariátegui fue asignado al Consulado de Perú en Roma y Falcón
al Consulado de Perú en Madrid. Todo esto aparece corroborado en carta de
Mariategui a Victoria Ferrer, con fecha 24 de enero de 1920.
Durante este viaje, nació su primogénita, Gloria María Mariátegui Ferrer, hija de su
relación con Victoria Ferrer González.
En Europa, a decir de él mismo, fue donde hizo su mejor aprendizaje. Se vinculó
con escritores representativos, estudió idiomas, inquirió sobre las nuevas
inquietudes intelectuales y artísticas y concurrió a conferencias y reuniones
internacionales.
En Italia se casó con Anna Chiappe y estuvo presente durante la ocupación de las
fábricas en Turín, así como en el XVII Congreso Nacional del Partido Socialista
Italiano en Livorno, donde se produjo la escisión histórica y se conformó el Partido
Comunista Italiano (PCI). Formó parte de círculos de estudio del PSI y asumió
el marxismo como método de estudio, cuando Benito Mussolini estaba a punto de
tomar el poder. Según su análisis, la victoria del fascismo es el precio que un país
debe pagar por las contradicciones de la izquierda.
Abandona Italia y recorre Europa a la espera de poder volver al Perú. Visita París,
Múnich, Viena, Budapest, Praga y Berlín. Durante ese recorrido estudia los
movimientos revolucionarios que convulsionan el continente europeo después de
la guerra.
Retorno al Perú
El 17 de marzo de 1923 el dicho regresó a Lima, acompañado de su esposa y su
primogénito. Por nvitación de Haya de la Torre quien era el fundador y rector, dictó
conferencias en la Universidad Popular González Prada sobre la crisis mundial
derivada de la Primera Guerra Mundial. Quedó a cargo de la dirección de la
revista Claridad cuando su fundaor Víctor Raúl Haya de la Torre, futuro líder
del APRA, fue expulsado a México en calidad de exiliado. Llamó a la realización
del Frente Único de Trabajadores. A fines de ese mismo año anunció la
publicación de «Vanguardia: Revista Semanal de Renovación Ideológica»,
codirigida con Félix del Valle, proyecto que no se llevaría a cabo pero que luego se
transformaría en la revista Amauta.
En 1924, debido a su antigua lesión, debió amputársele una pierna. Pero no cesó
por ello su actividad creadora, continuándola recluido en una silla de ruedas. Pasó
una temporada de reposo en Miraflores para mudarse el 1 de junio de 1925 a la
que sería su residencia más simbólica en la calle Washington, izquierda, No. 544,
hoy conocida como la Casa Museo José Carlos Mariátegui. En octubre de 1925
fundó la Editorial Minerva junto con su hermano Julio César que publicó obras
suyas y de otros autores peruanos, comenzando por su primer libro recopilatorio
de ensayos: La escena contemporánea, sobre la política mundial. En 1926 fundó
la revista Amauta (en quechua sabio o maestro), que cohesionó a una amplia
generación de intelectuales en torno a una nueva apreciación del quehacer
nacional y dio impulso al movimiento indigenista en arte y literatura. Asimismo,
colaboró asiduamente en los semanarios limeños Variedades y Mundial.
Fue encarcelado en 1927 durante un proceso contra los comunistas acusados de
conspirar contra el gobierno de Leguía, pero luego le dieron arresto domiciliario.
En 1928 rompió políticamente con Víctor Raúl Haya de la Torre con quien había
colaborado entre 1926 y 1928: etapa dentro de la cual el APRA era aun tan solo
una alianza. «Las discrepancias surgen por motivos sobre todo de táctica política
más que de ideología». El 7 de octubre de 1928 funda el Partido Socialista
Peruano, convirtiéndose un año más tarde en su secretario general. Durante el
mismo año, fundó la revista marxista Labor y publicó su obra 7 ensayos de
Interpretación de la Realidad Peruana. En 1929 fundó la Confederación General
de Trabajadores del Perú.
El proyecto político de Mariátegui se puso a prueba en el Congreso Sindical
Latinoamericano de Montevideo (mayo de 1929) y la Conferencia Comunista
Latinoamericana (junio del mismo año). A ellas asistió el Partido Socialista
Peruano con cinco delegados que llevan planteamiento de Mariátegui: Hugo
Pesce, Julio Portocarrero, José Bracamonte (piloto de la Marina Mercante
Nacional, fundador de la Federación de Tripulantes del Perú), Juan Peves
(dirigente campesino de Ica, fundador de la Federación de Yanacones) y Carlos
Saldías (dirigente textil). Estos planteamientos fueron cuestionados por el buró
político de la Internacional en Sudamérica, generando una distancia entre los
planteamientos de la Internacional Comunista y las posturas de Mariátegui. En
definitiva, Mariátegui «no aceptó subordinarse a la jerarquía comunista».
En febrero de 1930, Eudocio Ravines fue nombrado secretario general del Partido
Socialista del Perú, en reemplazo de Mariátegui quien estaba preparando un viaje
a Buenos Aires, donde podría tratar su enfermedad y participaría en el Consejo
General de la Liga Antiimperialista. También proyectaba dar envergadura
continental a su revista Amauta trasladando su sede de Lima a la capital
de Argentina.
Últimos días
A fines de marzo de 1930, Mariátegui fue internado de emergencia siendo
acompañado por sus amigos, entre los cuales destacaron Diego San Román
Zeballos (creador de la revista El Poeta Hereje). Murió el 16 de abril, casi en
vísperas de su esperado viaje a Buenos Aires. El 20 de mayo la dirección del
Partido Socialista Peruano, con Eudocio Ravines como secretario general y Jean
Braham Fuentes Cruz como presidente general, cambió el nombre del Partido
Socialista del Perú por el de Partido Comunista Peruano.
Fue enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro con un masivo cortejo fúnebre
y en 1955, conmemorándose los 25 años de su muerte, fue trasladado a un nuevo
mausoleo en el mismo cementerio (un túmulo de granito obra del escultor
español Eduardo Gastelu Macho).
Obras:

 La escena contemporánea. Obras completas, Vol. 1. Ed. Amauta.


 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Obras completas, Vol. 2.
Ed. Amauta.
 El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy. Obras completas, Vol. 3.
Ed. Amauta.
 La novela y la vida. Siegfried y el profesor Canella. Obras completas, Vol. 4.
Ed. Amauta..
 Defensa del marxismo. Obras completas, Vol. 5. Ed. Amauta.
 El artista y la época. Obras completas, Vol. 6. Ed. Amauta.
 Signos y obras. Análisis del pensamiento literario contemporáneo. Obras
completas, Vol. 7. Ed. Amauta.
 Historia de la crisis mundial. Conferencias pronunciadas en 1923. Obras
completas, Vol. 8. Ed. Amauta.
 Poemas a Mariátegui (Compilación con prólogo de Pablo Neruda). Obras
completas, Vol. 9. Ed. Amauta.
 José Carlos Mariátegui por María Wiesse. Obras completas, Vol. 10. Ed.
Amauta.
 Peruanicemos al Perú. Obras completas, Vol. 11. Ed. Amauta.
 Temas de nuestra América. Obras completas, Vol. 12. Ed. Amauta.
 Ideología y política. Obras completas, Vol. 13. Ed. Amauta.
 Temas de educación. Obras completas, Vol. 14. Ed. Amauta.
 Cartas de Italia. Obras completas, Vol. 15. Ed. Amauta.
 Figuras y aspectos de la vida mundial. Tomos 1, 2 y 3 Obras completas, Vol.
16, 17 y 18. Ed. Amauta.
 Amauta y su influencia de Alberto Tauro, Obras completas, Vol. 19. Ed.
Amauta.
 Mariátegui y su tiempo por Armando Bazán, Obras completas, Vol. 20. Ed.
Amauta.

Obras más conocidas:


Amauta

Resumen:
Amauta fue una revista cultural peruana fundada y dirigida por José Carlos
Mariátegui. Su primer número apareció en septiembre de 1926 y se erigió como la
revista de avance y renovación de la generación vanguardista. La revista provino
sobre su precedente inmediato, el proyecto nunca realizado de “Vanguardia”
La escena contemporánea

Resumen:
La escena contemporánea es el primer libro que publicó el escritor peruano José
Carlos Mariátegui. Es una recopilación de ensayos o artículos periodísticos sobre
asuntos de política mundial que el autor publicó previamente en revistas limeñas y
que los ordenó de acuerdo a su temática.

El artista y la época

Resumen:
El obrero siente explotado su trabajo. El artista siente oprimido su genio, coactada
su creación, sofocado su derecho a la gloria y «a la felicidad. La injusticia que
sufre le parece triple, cuádruple, múltiple. Su protesta es proporcionada a su
vanidad generalmente desmesurada, a su orgullo casi siempre exorbitante.
José Santos Chocano

José Santos Chocano Gastañodi (Lima, 14 de mayo de 1875-Santiago, 13 de


diciembre de 1934) fue un destacado poeta peruano, conocido como «El Cantor
de América» por antonomasia y nombrado por Manuel González Prada como el
«Poeta Nacional del Perú». Su vida fue rocambolesca y estuvo ligada a la de los
dictadores y los caudillos latinoamericanos de su tiempo.
Es considerado uno de los poetas hispanoamericanos más importantes, por
su poesía épica de tono grandilocuente, muy sonora y llena de color, aunque
también produjo poesía lírica de singular intimismo, todas ellas trabajadas con
depurado formalismo, dentro de los moldes del modernismo. Su obra se inspira
mayormente en los temas, los paisajes y la gente de su país y de América en
general. Su creación literaria obtuvo en el Perú un reconocimiento nunca antes
visto; llegó a ser el literato más popular después de Ricardo Palma, aunque su
ascendiente en los círculos literarios peruanos fue disminuyendo paulatinamente,
en beneficio de otro grande de la poesía peruana, César Vallejo. No obstante,
Chocano sigue siendo recordado por la mayoría de los peruanos como un gran
poeta; algunos de sus composiciones como «Blasón», «Los caballos de los
conquistadores» y «¡Quién sabe!…», son clásicos de las recitaciones hasta la
actualidad.
Su infancia transcurrió en plena Guerra del Pacífico, cuando los
chilenos ocupaban la capital del Perú. Cursó sus estudios secundarios en
el Instituto de Lima y en el Colegio de Lima. En 1891, ingresó a la Facultad de
Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero no concluyó su
carrera. En 1894 se inició en el periodismo, colaborando en el diario La Tunda,
que se oponía al segundo gobierno del general Andrés A. Cáceres. Acusado de
subversión, fue encarcelado en una celda submarina de la Fortaleza del Real
Felipe. Tenía entonces 20 años. Salió libre tras el triunfo de la revolución cívico-
demócrata de 1895 y gozó del apoyo del nuevo gobierno. Publicó sus primeros
poemarios y editó periódicos y revistas en la imprenta del Estado. Luego
recorrió América como diplomático y aventurero; se desempeñó en algunas
misiones diplomáticas que le condujeron a Centroamérica, Colombia y España.
Durante su estancia en Madrid y dada su vinculación al movimiento modernista en
torno al editor y librero Gregorio Pueyo, publicó su poemario Alma América (1906).
Separado del servicio diplomático al ser involucrado en una estafa al Banco de
España, pasó a Cuba, Puerto Rico y México, donde fue secretario del jefe
revolucionario Pancho Villa. En 1915 se trasladó a Guatemala, donde colaboró
con el dictador Manuel Estrada Cabrera, lo que casi lo llevó ser fusilado en 1920 al
ser derrocado este, salvándose gracias a la intercesión de muchos estadistas y
escritores del mundo. En 1921 volvió al Perú y el gobierno municipal de Lima lo
nombró poeta laureado, otorgándole una corona de laureles de oro en 1922. Se
declaró amigo y simpatizante del presidente Augusto B. Leguía. Se convirtió en el
panegirista de las «dictaduras organizadoras» del continente.
En 1925, asesinó de un disparo a quemarropa al joven escritor Edwin Elmore,
luego de un altercado entre ambos en el local del diario El Comercio de Lima.
Chocano salió en libertad a los dos años, pues el Congreso de mayoría leguiísta
ordenó cortar el proceso judicial.
Se fue a vivir a Santiago de Chile, donde padeció penurias económicas. En 1934
fue asesinado en un tranvía por Martín Bruce Padilla, un esquizofrénico que afirmó
haberse asociado con el poeta en la búsqueda de tesoros ocultos, pero al verse
marginado de los supuestos beneficios de la empresa, optó por vengarse de esa
manera. En realidad, Chocano no halló ningún tesoro. Fue sepultado en Santiago.
Treinta años después sus restos fueron trasladados a Lima.
Biografía:
Primeros años
Fue hijo de José Félix Chocano de Zela y María Aurora Gastañodi de la Vega. Era
bisnieto de Francisco de Zela, precursor de la independencia peruana. Decía ser
descendiente de Gonzalo Fernández de Córdoba, el famoso Gran Capitán.
Cursó sus estudios secundarios en el Instituto de Lima, dirigido por profesores
alemanes, pero al poco tiempo se trasladó al Colegio de Lima, que dirigía Pedro A.
Labarthe, donde fue condiscípulo de Clemente Palma. En 1891, a la edad de 16
años, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, con la intención de formarse como abogado, pero no concluyó su carrera.
Periodista, empresario del café y primeros poemas
En 1894 se inició en el periodismo, colaborando en el diario La Tunda con
creaciones líricas destinadas a criticar al segundo gobierno de Andrés A. Cáceres,
en el marco de la revolución de 1894-1895. Acusado de conspiración, fue
apresado y encerrado en uno de los aljibes (celdas submarinas) de la Fortaleza
del Real Felipe, junto con el coronel pierolista Domingo Parra. Uno de sus
custodios fue el entonces teniente Óscar R. Benavides, que después sería
mariscal y presidente del Perú. Estuvo encerrado durante seis meses en medio de
penosas condiciones, hasta que fue puesto en libertad, poco antes del triunfo de la
revolución.
Pasó a ser secretario de Manuel Candamo, presidente de la flamante Junta de
Gobierno, y de Elías Malpartida, ministro de Hacienda, en 1895. Ese mismo año
obtuvo la concesión de la imprenta del Estado, donde editó simultáneamente sus
dos primeros libros de versos: Iras santas y En la aldea. Tenía entonces 20 años.
Al año siguiente publicó Azahares, colección de poemas amatorios. Estas
primeras creaciones denotan la influencia del romanticismo tardío americano y
europeo. De otro lado, dirigió provisoriamente El Perú Ilustrado y editó La
Neblina, La Gran Revista y El Siglo XX. Contribuyó a constituir la sociedad literaria
«Enrique Alvarado». Auspició las primeras publicaciones de José
Fiansón, Clemente Palma, Enrique López Albújar, entre otros. Se dedicó a
colaborar en casi todas las revistas del continente. Organizó el homenaje público
al poeta Luis Benjamín Cisneros, ya anciano e inválido. Por entonces contrajo
matrimonio con Consuelo Bermúdez y Velázquez, la musa inspiradora de sus
primeros poemas (2 de febrero de 1897). Con ella tuvo tres hijos: Eduardo Adolfo
(1897), José Alberto (1901) y José Santos (1903).
En 1897 partió a Chanchamayo, en la selva peruana, deseoso de tentar suerte en
el negocio de la explotación de café. Fracasó en este menester y regresó a Lima,
con el ánimo de «cultivar solo la poesía». De todos modos, su viaje al interior del
Perú le permitió tener un conocimiento de su país que fue sumamente valioso para
su creación poética. Por entonces publicó su poemario La selva virgen.
En 1899 su poema épico La epopeya del morro ganó un concurso promovido por
el Ateneo de Lima; ese mismo año publicó otro poema largo, El derrumbe (llamado
después El derrumbamiento). En 1901 publicó El canto del siglo.
Diplomático
En 1901 inició su carrera diplomática cuando el gobierno de Eduardo López de
Romaña lo envió a Centroamérica con la misión de hacer propaganda a favor del
arbitraje obligatorio en la solución de los conflictos internacionales. Tras realizar su
periplo centroamericano volvió al Perú, habiendo asegurado tres votos, de los
cinco, para la causa del arbitraje obligatorio, que el Perú iba a proponer en el
segundo Congreso Panamericano de México. El presidente López de Romaña lo
nombró cónsul general de Centroamérica con sede en Guatemala. Allí gozó de la
amistad del dictador Manuel Estrada Cabrera y ofició con éxito como mediador de
un conflicto de límites entre Guatemala y El Salvador.
En 1904, el gobierno de Manuel Candamo nombró a Chocano como Encargado de
Negocios en Bogotá. Por entonces acababa de producirse la independencia
de Panamá y el gobierno peruano fue uno de los primeros en reconocer ese
hecho, lo que le granjeó la animadversión de Colombia, país con el que el Perú
mantenía un diferendo limítrofe. Era necesario, pues, restablecer los buenos
oficios con el país del norte. Chocano tuvo éxito en su misión y logró que la
cancillería colombiana aceptase someter la cuestión limítrofe al arbitraje del Rey
de España. Pero a raíz de una desavenencia con los ministros de Estado de su
país, renunció a su cargo en Bogotá y partió nuevamente hacia Centroamérica.
De vuelta en Lima, el gobierno de José Pardo lo nombró Secretario de la misión
especial que encabezaba Mariano H. Cornejo para discutir los límites peruano-
ecuatorianos ante el rey de España (1905). En su viaje a España pasó
por Santiago de Chile y Buenos Aires, donde conoció a Bartolomé Mitre.
En Montevideo tomó el barco que lo trasladó a la península ibérica. Allí hizo
amistad con los más importantes escritores españoles del momento: Benito Pérez
Galdós, Emilia Pardo Bazán, Miguel de Unamuno, Jacinto Benavente, Manuel
Machado, entre otros. También entabló una cordial amistad con Rubén Darío, el
máximo poeta latinoamericano de entonces e iniciador del modernismo literario.
Por entonces, el mismo Chocano ya era un poeta reconocido a nivel del mundo
hispanohablante. Su prestigio se acrecentó con Alma América (1906), libro
prologado por Rubén Darío, donde condensó algunas de sus composiciones más
conocidas y aludió a la vocación mestiza del continente. Ese mismo año publicó
un drama en tres actos y en verso, titulado Los Conquistadores. En 1908 publicó
otro poemario: Fiat Lux.
En Madrid conoció a la joven de alta sociedad, Dolores González, con la cual tuvo
una hija, María Esperanza Chocano González (1907). Chocano permaneció tres
años en España, hasta que tuvo que salir de allí apresuradamente, al verse
involucrado en una famosa estafa al Banco de España, oscuro episodio en el que
también estuvo enredado su compatriota, el escritor Felipe Sassone. Debido al
escándalo, fue retirado del servicio diplomático.
En 1908 viajó a Cuba, Santo Domingo y Estados Unidos. Luego pasó a
Centroamérica, a la que consideraba como su segunda patria.
En Guatemala conoció a Margot Batres Jáuregui, distinguida dama guatemalteca,
con quien se casó por lo civil en Nueva York, en 1912. De esa unión nacieron
Antonio José (1913) y Alma América (1917).
En 1912 pasó a México, donde hizo público su apoyo a la revolución mexicana y
sirvió al presidente Francisco I. Madero, hasta que este fue depuesto y asesinado.
El nuevo gobierno mexicano encabezado por Victoriano Huerta expulsó a
Chocano, quien viajó entonces a Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos. En Nueva
York desempeñó misiones confidenciales al servicio del gobierno revolucionario
de Venustiano Carranza.
Nuevamente en México, actuó también como secretario de Pancho Villa, a quien
dio consejos acerca de la reivindicación agraria. Incluso llegó a participar en la
toma de Chihuahua. Su entusiasmo por la causa revolucionaria mexicana fue
innegablemente sincero.
Enemistado con los bandos mexicanos en disputa, en 1915 pasó a Guatemala,
donde se convirtió en secretario y consejero del dictador Manuel Estrada Cabrera,
en el poder desde fines del siglo anterior. Desde Guatemala, especialmente en
1918, envió poemas que fueron publicados con frecuencia en Lima, por el
semanario de alcance nacional Sudámerica, de propiedad y bajo la dirección de su
amigo el antiguo Cónsul General del Perú en Cádiz y en Ciudad Guatemala, el
periodista Carlos Pérez Cánepa. Luego que Cabrera fuese depuesto en 1920,
Chocano fue apresado y condenado a muerte, pero se salvó por intercesión del
Papa, el rey Alfonso XIII de España, los presidentes de Argentina y Perú, así como
varios escritores de América y Europa.
Envejecido y enfermo, Chocano convaleció en Costa Rica, donde conoció a
Margarita Aguilar Machado, joven de 19 años, prima de su esposa guatemalteca.
Surgió un apasionado romance entre ambos. Margarita sería la última pareja de
Chocano, unión de la que nació el último hijo del poeta, Jorge Santos.
Chocano retornó al Perú en diciembre de 1921, después de diecisiete años de
ausencia. Habían ya fallecido Manuel González Prada y Nicolás de Piérola, ídolos
de su juventud, así como su protector, Javier Prado Ugarteche. En Lima recibió el
entusiasta aplauso de las multitudes, la prensa y la intelectualidad. José Gálvez
Barrenechea, Luis Alberto Sánchez, José María Eguren y César Vallejo fueron al
puerto del Callao para recibirlo. Recibió el homenaje de la municipalidad limeña.
Fue declarado «hijo predilecto de la ciudad de Lima» y se le brindó una recepción
en el Palacio de la Exposición, donde se le ciño la frente con una corona de
laureles de oro, otorgándosele el título de «Poeta de América» (5 de
noviembre de 1922). A pesar de su egolatría, Chocano se mostró siempre cordial
con los poetas que lo admiraban, como Eguren y Vallejo. Sobre este último incluso
llegó a decir, hacia 1930, que apreciaba su poesía, según consta en una carta que
dirigió al poeta y editor Pablo Abril de Vivero.
En 1924 se celebró pomposamente en Lima el centenario de la batalla de
Ayacucho y, para tal ocasión, Chocano escribió su «Ayacucho y los Andes». Por
entonces llegó a Lima una importante delegación de intelectuales y escritores
latinoamericanos como Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre y Guillermo
Valencia. Como simpatizante del régimen de Augusto B. Leguía y amigo del
dictador venezolano Juan Vicente Gómez, Chocano elogió públicamente a las
«dictaduras organizadoras» de Latinoamérica; por su parte, Lugones afirmó que
había llegado «la hora de la espada» para el continente. Estas declaraciones
tuvieron una amplia repercusión en los diarios americanos. El escritor José
Vasconcelos atacó desde México a Chocano, y lo calificó de «bufón». Como era
de esperar, Chocano respondió a Vasconcelos, usando los más duros términos y
haciéndole las más ácidas críticas. Un grupo de catorce intelectuales peruanos se
solidarizaron con Vasconcelos y firmaron una declaración al respecto. Entre los
firmantes se hallaban José Carlos Mariátegui, Manuel Beltroy, Luis Alberto
Sánchez, Carlos Manuel Cox y Edwin Elmore. Este último era un joven y fogoso
escritor limeño, que presumiendo de «librepensador», se hallaba obsesionado con
atacar al régimen leguiísta. No conforme con firmar la anterior declaración,
escribió un largo artículo contra la dictadura de Leguía y sus partidarios, entre
ellos Chocano, a quien calificó de «vulgar impostor». Dicho artículo debió
publicarse en el diario La Crónica, pero ello no ocurrió al no pasar por el filtro del
director; sin embargo, debido a una infidencia, el texto llegó a la vista de Chocano,
quien enfurecido, llamó por teléfono a Elmore, preguntando insultantemente:
«¿Hablo con el hijo del traidor de Arica» (alusión al padre de Edwin, Teodoro
Elmore, un ingeniero peruano que había servido en la defensa de Arica de 1880 y
a quien se acusaba de haber delatado a los chilenos la red de minas que defendía
dicho puerto). Elmore le respondió: «Eso no se atrevería usted a decírmelo en mi
cara». Por desgracia, poco después de ese agresivo intercambio de palabras,
ambos se encontraron a la entrada del diario El Comercio, en el centro de Lima,
adonde había ido a publicar sendas cartas donde se respondían de los mutuos
agravios. Elmore le dio una bofetada a Chocano, y este, sin dudarlo, sacó su
revólver y disparó a quemarropa a su agresor, quien cayó herido de gravedad (31
de octubre De 1925). Trasladado a la asistencia pública, Elmore falleció luego de
dos días de penosa agonía. Chocano fue entregado a la justicia y recluido en el
Hospital Militar, donde permaneció con todas las comodidades, mientras duró el
juicio. Los jueces tuvieron en cuenta la fama del poeta y acordaron una sentencia
muy benévola, de tres años de prisión; aún sin estar ésta confirmada, el Congreso,
de mayoría leguiísta, dispuso que el juicio fuese cortado (10 de abril de 1927).
Chocano nunca se arrepintió de su crimen, y más aún, mientras estuvo detenido,
continuó mancillando la memoria del difunto y su padre a través de la prensa.
También atacó duramente a los amigos de Elmore, entre ellos a los del
grupo Amauta que encabezaba Mariátegui. Sobre el juicio que afrontó escribió una
obra titulada El libro de mi proceso, en tres volúmenes (1927-1928).
Comprendiendo que su situación en el Perú era precaria, en octubre de 1928
partió hacia Chile y se estableció en Santiago. Allí intentó subsistir con
colaboraciones periodísticas y recitales; pero se vio acosado por la pobreza y por
conflictos sentimentales. A tal punto llegaron sus apremios económicos, que
incluso empeñó la corona de laurel de oro que la municipalidad de Lima le
otorgara en 1922. Empezó a publicar sus Memorias, simultáneamente en varios
periódicos del continente. Publicó también Primicias de Oro de Indias, antología
poética. Planeaba editar una colección de sus poemas organizada de manera
cíclica, bajo el título de Oro de Indias.
Su amigo y protector Leguía fue derribado en 1930; para entonces, Chocano ya se
había distanciado de aquel. Tampoco simpatizó con los nuevos dictadores del
Perú, Luis Sánchez Cerro y Óscar R. Benavides. A raíz de la guerra colombo-
peruana de 1933, escribió un folleto titulado El escándalo de Leticia ante las
conferencias de Río de Janeiro (1933). Era partidario del respeto al Tratado
Salomón-Lozano.
Como no superara su precaria situación económica en Chile, se dedicó a jugar a
la Bolsa, arruinándose económicamente y gracias a un supuesto clarividente se
obsesionó ilusamente en buscar el tesoro oculto de los jesuitas en el centro de
Santiago (actual calle 21 de Mayo), para lo cual logró incluso el permiso de las
autoridades municipales chilenas. Pero no halló nada; para mientras, decenas de
supuestos videntes y timadores orbitaban su lugar de faena intentando sonsacarle
recursos. Uno de estos personajes sería fatal: Martín Bruce Padilla.
Asesinato
En la tarde del 13 de diciembre de 1934, viajando en un tranvía de Santiago, fue
apuñalado por la espalda por Martín Bruce Padilla. Herido de dos puñaladas en el
corazón y dos en la espalda, Chocano falleció casi en el acto.
El asesino, en su defensa, adujo haber sido socio de Chocano en una empresa de
búsqueda de tesoros ocultos y estaba seguro de que el poeta había logrado algún
beneficio, excluyéndolo a él de las ganancias. Un examen psiquiátrico determinó
que el homicida era un esquizofrénico paranoico, por lo que fue recluido en
un manicomio de la capital chilena, donde falleció años después.
Chocano murió pobre. Su sepelio en Chile fue casi apoteósico. Sus restos fueron
trasladados a Lima el 15 de mayo de 1965, siendo enterrado de pie y en un metro
cuadrado de superficie (tal como lo había pedido en un poema) en el Cementerio
Presbítero Maestro, en medio de homenajes oficiales y la indiferencia literaria.
Obras:
Poesía

1. Iras santas [poesías] (Lima, Biblioteca de “El Perú Ilustrado”; Imprenta del


Estado, calle Rifa, 58, año 1895), que reúne 19 composiciones de protesta
cívica, fechadas de 1893 a 1895.
2. En la aldea [poesías] (San Pedro de los Chorrillos [Lima]: estío y otoño de
1893; Biblioteca de “El Perú Ilustrado”; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año
1895), es un florilegio de sonetos inspirados en el paisaje rural.
3. Azahares [versos líricos] (Lima; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1896),
poemas amatorios, dedicados a su novia Consuelo Bermúdez. Consta de 12
composiciones.
4. Selva virgen (Lima, ¿1896? Y 1898), inspirada en los paisajes naturales del
Perú. Una posterior edición, titulada La selva virgen [poemas y poesías] fue
editada en París, en 1901, por Garnier Hermanos, Libreros Editores (Rue de
Saints-Pères, 6) y reeditada en sucesivas tiradas por lo menos hasta 1923,
según Luis Alberto Sánchez
5. La epopeya del morro [poema americano] (Lima: Imprenta El Comercio, Rifa
44) Inspirado en un episodio histórico: la batalla de Arica de 1880, donde se
inmolaron un grupo de peruanos defendiendo el suelo patrio. Premiado con
medalla de oro por El Ateneo de Lima en el concurso de junio-julio de 1899. En
reproducciones posteriores fue reducida por el autor de 1941 a 575 versos.
6. El derrumbe [poema americano] (Lima: Imprenta de El Comercio, 1899).
Reducido de 1345 a 637 versos en Poesías completas (1902) y Alma de
América (1906), terminó adoptando el nombre de El derrumbamiento. Es un
vasto poema argumentado cuyo escenario es la selva.
7. El canto del siglo [poema finisecular] (Lima: Imprenta La Industria, 1901), es un
recuerdo de episodios y valores históricos del siglo XIX.
8. El fin de Satán y otros poemas (Guatemala: Imprenta Tip. Nacional, 1901),
desglose de parte de los poemas de La selva virgen.
9. Poesías completas (Barcelona, Ed. Maucci, 1902) en dos tomos, con prólogo
de Manuel González Prada.
10. Los cantos del Pacífico (París/México: Ed. Vda. De Ch. Bouret, 1904)
recopilación selecta de su poesía para el público francés.
11. Alma América [Poemas indo-españoles] (Madrid, Ed. Suárez, 1906; París,
Librería de la Vda. De C. Bouret, 1908), proyectado en 1903 como una
colección de 100 sonetos, terminó notoriamente aumentada, convirtiéndose a
juicio de su autor en su obra más representativa. Prologado por Rubén Darío y
dedicado al rey de España Alfonso XIII, figuran en él los poemas «Blasón» y
«Los caballos de los conquistadores», convertidas en piezas clásicas de la
recitación. El autor empieza diciendo que «Téngase por no escritos cuantos
libros de poesía aparecieron antes con mi nombre», dando a entender que
comenzaba una nueva era poética, y luego confiesa que «en mi arte caben
todas las escuelas, como en un rayo de sol todos los colores».
12. Fiat lux [Poemas varios] (Madrid: Pueyo, 1908), antología poética, donde divide
sus creaciones en tres clases: Clásicos, Románticos y Modernistas.
13. El Dorado: epopeya salvaje (Santiago de Chile: Ed. Beltrán, 1908), poemario.
14. Puerto Rico lírico y otros poemas (Puerto Rico, 1914).
15. Ayacucho y los Andes (Lima, 1924), canto IV de una trunca epopeya dedicada
al libertador Bolívar.
16. Primicias de oro de Indias [poemas neo-mundiales] (Santiago de Chile:
Imprenta Siglo XX, 1934), selección de poesías realizada por el mismo autor;
es una edición artística, con ilustraciones.
17. Poemas del amor doliente (edición póstuma, Santiago de Chile: Editorial
Nascimento, 1937), dedicada a Margarita Aguilar Machado, su tercera pareja.
18. Oro de Indias (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1940-1941), colección
de sus poemas organizados de manera cíclica en cuatro volúmenes: Pompas
Solares; Fantasía Errante; Sangre Incaica (Estampas Neoyorquinas y
Madrileñas); y Nocturnos Intensos.
19. Páginas de oro (1944), que reúne poesías juveniles y facsímiles de
manuscritos originales, junto con algunos documentos gráficos de su vida.

Teatro

1. Sin nombre (1896)
2. El nuevo Hamlet (1899)
3. Vendimiario (1900)
4. Ingénito (1902)
5. El hombre sin mundo (1903)
6. Mundo rural y urbano
7. Los conquistadores (1906). Librería de Gregorio Pueyo (Madrid, Calle del
Carmen, 33). (32 págs.)
Prosa

1. Los fines de la Revolución Mexicana considerados dentro del problema


internacional (1914)
2. Idearium tropical – Apuntes sobre las dictaduras organizadoras y la gran farsa
democrática (1922).
3. La coronación de José Santos Chocano (Lima: Imprenta La Opinión Pública,
1924).
4. El libro de mi proceso, en tres volúmenes (1927-1928), escritas durante su
prisión de 1925-1927 en torno al juicio que sufrió a consecuencia del asesinato
de Edwin Elmore
5. El escándalo de Leticia ante las conferencias de Río de Janeiro (1933) folleto
sobre el conflicto peruano-colombiano de 1932-1933.
6. El alma de Voltaire y otras prosas (1940), reflexiones literarias.
7. Memorias. Las mil y una aventuras (Santiago de Chile: Nascimento, 1940),
recopilación de sus artículos de carácter autobiográfico, publicados en diversos
diarios de América. Abarca solo hasta su llegada a España en 1905.

Obras más conocidas:


La aldea

Resumen:
Es la poesía de cóleras y odios, de imprecaciones y diatribas: Chocano la maneja
como nadie en el Perú y muy pocos en América. Un alma inquieta que hizo
versos, prosa, política y diplomacia; que concito simpatías enormes y odios
profundos por expresas siempre su verdad
Manuel Gonzales Prada

José Manuel González de Prada y Álvarez de Ulloa, más conocido como Manuel


González Prada (Lima, 5 de enero de 1844-Ib., 22 de julio de 1918) fue
un ensayista, pensador, anarquista y poeta peruano. Fue una de las figuras más
influyentes en las letras y la política del Perú de fines del siglo XIX y comienzos del
siglo XX. Pensadores y políticos como Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos
Mariátegui lo tuvieron como maestro ideológico. También literatos como Abraham
Valdelomar y César Vallejo reconocieron haber sido influenciados por su obra
poética.
Proveniente de una familia de raigambre colonial, de niño viajó a Chile al ser
desterrado su padre. Estudió en Valparaíso y de retorno en Lima, cursó estudios
en el Seminario de Santo Toribio, para pasar luego al Convictorio de San Carlos,
donde estudió Derecho, pero no lo concluyó. Se dedicó al periodismo y a la
explotación agrícola en la hacienda de su familia. Durante la guerra contra Chile,
participó en la defensa de Lima y peleó en la batalla de Miraflores. Al producirse
la ocupación de Lima por las tropas chilenas, se recluyó en su casa en señal de
protesta (1881-1883). Tras la partida de los invasores, reinició su labor periodística
y desató su ira contra los vicios nacionales que, a su juicio, habían causado el
desastre bélico, utilizando un verbo muy elocuente e incisivo. En 1885 tomó la
dirección del Club Literario, que luego se convirtió en la Unión Nacional, entidad
política de principios radicales. Algunos de sus discursos tuvieron gran resonancia,
como el leído en el teatro Politeama en 1888. A finales de 1891 viajó a Europa,
donde permaneció alrededor de siete años. A su regreso al Perú, persuadido de
las ideas anarquistas, reinició sus críticas contra la corrupción política,
identificándose con la clase obrera y con los indígenas. En 1912 se le confió la
dirección de la Biblioteca Nacional en reemplazo de Ricardo Palma. Ejerció dicha
función de 1912 a 1914 y de 1915 a 1918, y en el ejercicio del mismo falleció a
causa de un mal cardíaco.
Casado con Adriana de Verneuil (francesa de nacimiento), tuvo tres hijos, de los
cuales solo sobrevivió el menor, Alfredo González Prada, diplomático y escritor
que reunió celosamente las obras póstumas de su padre, labor que continuó Luis
Alberto Sánchez.
En el plano literario se considera a Manuel González Prada el más alto exponente
del realismo peruano. Como poeta, hizo innovaciones que le han ganado el título
de «Precursor del Modernismo americano». Sus poemarios más renombrados
son Minúsculas y Exóticas. Como prosista es considerado uno de los mejores de
Latinoamérica, destacando por sus demoledoras críticas sociales y políticas,
condensadas en Pájinas libres (1894) y Horas de lucha (1908), ensayos donde
muestra una creciente radicalización de sus planteamientos. En particular, todavía
se recuerdan sus furibundas críticas a los políticos que consideraba responsables
de la derrota del Perú en la Guerra del Pacífico, la mayor catástrofe bélica de la
historia republicana peruana; en ese sentido fue el principal impulsor de la leyenda
negra de Nicolás de Piérola, leyenda que todavía es difundida con ahínco por los
maestros peruanos. Defendió todas las libertades, incluidas la de culto, conciencia
y pensamiento y se manifestó en favor de una educación laica.
Biografía:
Nacimiento
Nació en Lima el 5 de enero de 1844, tal como consta en su partida de bautismo;
anteriormente había corrido la versión falsa del 6 de enero de 1848. Acerca de la
fecha del 6 de enero, se debía a que siempre González Prada había celebrado su
natalicio en ese día, fiesta de los Reyes Magos, que parece evocar su nombre:
José Manuel de los Reyes. Lo del año 1848 surgió porque cuando se casó en
1887, consignó en el expediente matrimonial como de 39 años de edad, cuando
en realidad tenía 43, tal vez para no parecer tan mayor que su novia, de 22 años,
según supone Luis Alberto Sánchez.
Su padre fue Francisco González de Prada Marrón y Lombera, quien fue vocal de
la Corte Superior de Justicia de Lima y Alcalde de Lima (1857-1858). Su madre
fue María Josefa Álvarez de Ulloa y Rodríguez de la Rosa, hija de Domingo
Álvarez de Ulloa e Isabel Rodríguez de la Rosa y O’Phelan. Su familia descendía
del general Jerónimo Marrón de Lombera y estaba vinculada con el
español Antonio de Ulloa.
Fue bautizado el 8 de enero de 1844, en la Iglesia de San Sebastián, por el
canónigo del cabildo metropolitano de Lima José Manuel Pasquel, siendo sus
padrinos el ministro de Bolivia en Lima, Ildefonso Reyes Cardona y la señora
Isabel Rodríguez La Rosa Ulloa.
Estudios
En 1855, el presidente Ramón Castilla, ordenó el destierro del padre de González
Prada, ya que este era partidario del derrocado presidente José Rufino
Echenique (del que había sido ministro y vicepresidente). Esto obligó a la familia a
trasladarse a Valparaíso, Chile, donde Manuel asistió al Colegio Inglés dirigido por
Mr. Goldfinch y Herr Blühm.
Al regresar al Perú en 1857, su padre ocupó la alcaldía de Lima y lo inscribió en
el Seminario de Santo Toribio, que abandonó para inscribirse en el Convictorio de
San Carlos (que luego formaría parte de la Universidad de San Marcos), donde
inició estudios de Derecho y Humanidades, los cuales no llegó a terminar.
En 1863, falleció su padre, que tenía 48 años, siendo enterrado en la Basílica y
Convento de Santo Domingo. Manuel abandonó entonces abruptamente el
Convictorio de San Carlos, y empezó sus tanteos en el terreno de la literatura. Por
entonces empezó a dar a luz sus primeros ensayos y creaciones poéticas, aunque
con pseudónimo. En el diario El Nacional aparecieron artículos suyos de dura
crítica y evidente radicalismo, y en El Comercio, fue publicada su primera letrilla,
con fecha del 18 de septiembre de 1867.
Por esa época escribió una suerte de biografía suya y eliminó la partícula nobiliaria
«de» de su apellido, llamándose desde entonces «González Prada» y ya no
«González de Prada», como era su apellido original. Con ello rompía
simbólicamente con el pasado suntuoso de su familia. Otra de sus rebeldías fue
adoptar una peculiar ortografía fonética inspirada en los principios de Andrés
Bello.
Viaje a Tutume
En 1868 viajó a la zona minera de Cerro de Pasco, empujado por su deseo de
conocer el Perú profundo. En 1871, se instaló en Tútume, la hacienda propiedad
de su familia, situada en Mala, cerca de las estribaciones cordilleranas de
Ayacucho y Huancavelica. Fue entonces testigo de la situación de los indios, con
quienes gustaba conversar. Estos también simpatizaron con él y siempre andaban
pidiéndoles consejos; como le veían siempre leyendo, pensaban que era muy
religioso y se admiraban de que constantemente estuviera «rezando».
Sin estudios disciplinados, pero de amplia y profunda cultura (dejó una biblioteca
de tres mil volúmenes cuidadosamente leídos), durante ocho años vivió recluido
en su hacienda de Mala dedicado a los trabajos del campo y a investigaciones
químicas para fabricar almidón industrial a base de yuca (1871-1879).
Simultáneamente, empezó a colaborar muy activamente en algunos diarios y
revistas de Lima, como por ejemplo El Comercio, diario del que fue expulsado.
En 1878, González Prada tuvo una hija pre-matrimonial, con Verónica Calvet y
Bolívar, la cual se llamó Mercedes González Prada Calvet, quien se casó con
Teodosio Cabada y murió en 1940. La existencia de esta hija natural de González
Prada se mantuvo en secreto, y no se ventiló públicamente el asunto hasta mucho
después de la muerte del escritor.
En la Guerra del Pacífico
Durante la guerra contra Chile, fue uno de los promotores de la creación del
ejército de Reserva, conformado por civiles, para la defensa de la capital peruana.
Fue nombrado capitán de una compañía, siendo su jefe Federico Bresani, un civil
con el grado de coronel. Durante la batalla de Miraflores, fue segundo jefe del
Reducto del Cerro del Pino, que contaba con dos cañones Vavasseur y dos
cañones de montaña, que llegaron a hacer seis a ocho disparos. Al ser la derrota
inevitable, los defensores de El Pino recibieron la orden de regresar a Lima;
previamente volaron los cañones para que no cayeran en poder del enemigo. Solo
cuatro llegaron a Lima, abriéndose paso a golpe de bayoneta: el capitán de navío
Hipólito Cáceres, el excombatiente del Huáscar Manuel Elías Bonnemaison,
Eduardo Lavergne y el mismo González Prada (15 de enero de 1881)
Al producirse la invasión de Lima por tropas chilenas, se recluyó en su casa en
señal de protesta, durante todo el tiempo que duró dicha ocupación (1881-1883).
Su casa se hallaba frente al Convento e Iglesia de La Merced, en Lima. El mismo
González Prada refiere que cierta vez, yendo por la calle, un oficial chileno que
había sido condiscípulo suyo en su época escolar de Valparaíso, se le acercó
abriendo los brazos para saludarlo, pero él pasó de largo, como si no lo conociera.
Retirados los invasores tras el Tratado de Ancón, González Prada reinició su labor
de periodista. En 1885 publicó sus artículos «Grau» (notable semblanza del héroe
de Angamos) y «Hugo» (en ocasión de la muerte del célebre literato francés Víctor
Hugo).
El Círculo Literario. Discurso del Politeama
En 1886, pasó a formar parte, como vicepresidente, del Círculo Literario, nacido
del grupo Bohemia Literaria, comandados ambos por Luis Márquez y opuesto al
oficialista Club Literario, encabezado por Ricardo Palma. Se alzó así contra la
literatura oficial, enarbolando al mismo tiempo la crítica social y política. Desde esa
tribuna lanzó combativas proclamas nacionalistas, por las cuales mereció el
calificativo, por parte de su propio panegirista Rufino Blanco Fombona, de
«gallardo animal de presa».17 Era un enemigo de todo lo viejo y decadente en
ideas y literatura y un gran partidario de la europeización del Perú. Su postura
hipercrítica en el terreno de las ideas y de la literatura le granjeó no pocos
enemigos y le metió en variopintas polémicas periodísticas, en las que, a la
manera de uno de sus modelos, Ernest Renan, nunca se defendió y siempre
atacó.
Su primer discurso célebre fue leído en El Ateneo de Lima, en 1886. Famoso es
también su Discurso en el Politeama de 1888, donde, ante el presidente Andrés A.
Cáceres y sus ministros, proclamó: «¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la
obra!», convocando a la lucha por el cambio social, contra las malas ideas y los
malos hábitos, contra leyes y constituciones ajenas a la realidad peruana, contra la
herencia colonial, contra los profetas que anunciaban el fracaso definitivo
de América Latina. Cabe señalar que todos estos discursos no eran pronunciados
por el mismo González Prada, sino por otras personas, ya que él tenía voz de tiple
y que, de haberlos pronunciado, les hubiera quitado a sus palabras toda la fuerza
de su protesta
Matrimonio
El 11 de septiembre de 1887, se casó con la francesa Adriana Adelayda Verneuil
Conches. Ella se había instalado con su familia en Lima en 1876, siendo una
adolescente de 12 años. González Prada la conoció en 1877, durante una fiesta
de cumpleaños que ofreció en su casa, adonde Adriana había asistido, pues era
conocida de su hermana Cristina González Prada. Fue Adriana, según cuenta en
sus memorias, quien quedó gratamente impresionada con González Prada,
entonces de 33 años, que con el tiempo acabó también prendado de la muchacha,
a quien confesó su amor en 1884. cuando se casaron, él tenía 43 años de edad, y
ella 22. Sus dos primeros hijos, una mujer (Cristina) y un varón (Manuel), murieron
antes de cumplir el primer año de vida (1888 y 1889, respectivamente). Estas
sucesivas desgracias reforzaron el ateísmo de González Prada. Un tercer hijo
nació más tarde, en París: Alfredo, quien si sobrevivió a su padre.
Fundación de la Unión Nacional
En 1891, el Círculo Literario pasó a constituirse en el partido político Unión
Nacional. El programa del partido aceptaba el sistema unitario para la República,
de manera provisional; reclamaba el sufragio directo, aún para los extranjeros;
exigía la devolución de sus tierras a las comunidades indígenas; pedía un régimen
tributario de preferencia indirecto; así como mejoras para la clase obrera.
González Prada fue el presidente de dicho partido. Completaban el consejo
directivo: José Gálvez Moreno y Eduardo Lavergne, como los vicepresidentes, y
Arturo Arróspide, como secretario.
Convertido en la voz del nuevo Perú, que debía surgir después de la Guerra del
Pacífico, González Prada denunció los males que el país arrastraba por siglos,
entre ellos la indiferencia por la condición infrahumana del indígena; su prédica,
hecha en un estilo implacable y cientificista con raíces positivistas, se orientó
luego hacia el anarquismo, que fue creciendo en él en intensidad y radicalismo,
como lo demuestran sus obras. El gobierno de Remigio Morales Bermúdez quiso
ofrecerlo un puesto muy rentado (para así poder acallarlo), pero González Prada
respondió que no se alquilaba. [cita requerida]
Viaje a Europa
A fines de 1891, viajó con su esposa Adriana a Europa, donde permaneció siete
años. Recorrió Francia, Suiza, Bélgica y España. En París nació su hijo Alfredo,
quien sería escritor y diplomático. En dicha ciudad tuvo un curioso encuentro
con Paul Verlaine, a quien vio bajo los efectos del alcohol e insultando a una
señora que se hallaba en la vía pública. Conoció también a grandes hombres de
letras como Zola, Renan y Unamuno. En París apareció también la primera edición
de su libro Pájinas libres (1894).
El viaje de González Parada a Francia, cuando acababa de fundar un partido
político, no fue aprobado por muchos de sus adeptos, que reclamaban su
presencia para dedicarse a la tarea política en un país en plena Reconstrucción
Nacional. Él se justificaba diciendo que un partido como Unión Nacional no
necesitaba de caudillos, ni nadie debía ser considerado irremplazable. Esta actitud
hizo que su partido no llegara a ser relevante en la política peruana y se
desvaneciera en poco tiempo.
Pionero anarquista
Al volver a Lima en 1898, empezó a divulgar las ideas anarquistas que había
descubierto en Barcelona, y fue identificándose cada vez más con los movimientos
obreros anarcosindicalistas. Gobernaba por entonces el presidente Nicolás de
Piérola, elegido constitucionalmente tras la guerra civil de 1894-1895. González
Prada, antipierolista recalcitrante, emprendió una campaña de violentos discursos
y reuniones públicas en las que atacaba al gobierno, y en especial, a la persona
de Piérola. La animadversión que sentía por este personaje llegaba al extremo de
la aversión física (le llamaba el «enano Perinola»); todo indica que era un odio
patológico. Particularmente, reprochaba a Piérola no haber realizado reformas en
los temas agrario, obrero e indígena. Para dicho fin utilizó como vehículo los
diarios Germinal y El Independiente, fundados por él mismo. Se mostró también
anticlerical y se identificó con la clase obrera; sin embargo, no quiso presentar su
candidatura en las elecciones de 1899 (en las que se eligió al sucesor de Piérola)
y cuando su partido se alió en 1902 con los liberales, renunció públicamente a él,
declarando ser contrario a toda componenda política.
En 1901 publicó su primer libro de poesía, Minúsculas, en una edición doméstica
de solo cien ejemplares. Colaboró, de 1904 a 1909, en el periódico mensual Los
parias, con artículos sociales. En 1905, invitado por la Federación de Obreros
Panaderos de Lima a conmemorar el 1.º de mayo, dictó su conferencia «El
intelectual y el obrero». En 1908 publicó en Lima su libro Horas de lucha, y en
1911, su segundo libro de poesías Exóticas.
Director de la Biblioteca Nacional
En 1912 asumió la dirección de la Biblioteca Nacional en reemplazo del
renunciante Ricardo Palma. Manuel González Prada encontró una situación tal
que se vio obligado publicar una Nota informativa documentando la situación de la
Biblioteca con el propósito de salvar futuras responsabilidades. Encontrando la
ausencia absoluta de registros contables y sospechando del desfalco al erario
público por parte de su antecesor, Manuel González Prada abrió los libros
contables mínimos: Un libro de caja, un libro de entrada de libros y folletos y un
libro de revistas, almanaques y libros en vías de publicación. Asimismo, dio cuenta
de que su predecesor tradujo equivocadamente chose por chosa, bois por bosque,
entre otras cosas; que mandó a elaborar toda clase de sellos con los que estampó
profusamente en los libros bajo su custodia; y que escribía en los libros, propiedad
de todos los peruanos, como si fueran propiedad del bibliotecario; entre muchas
otras acciones más, que calificaba de horrorosas. Dicha Nota se insertó en el
diario La Acción Popular, de índole obrera, pues otros medios de mayor prestigio
se negaron a hacerlo. Por su parte, Palma contestó con su folleto titulado La
Biblioteca Nacional de Lima, de tono también duro, donde llama a su adversario
un Catón de alquiler. El incidente tuvo mucha repercusión en Lima y se llegó
incluso a realizar en el Teatro Municipal una velada en desagravio de Palma.
Al producirse el golpe de estado de febrero de 1914, se instaló un nuevo gobierno
presidido por el coronel Óscar R. Benavides. González Prada, contrario al
militarismo, renunció a su cargo e inició la publicación del periódico La lucha, del
que solo salió un número, requisado por la dictadura. Se trataba de una
publicación donde criticaba severamente al gobierno de facto, alentando a los
ciudadanos a salir a enfrentarlo:
Restituido el orden constitucional en 1915, con la ascensión del segundo gobierno
de José Pardo, González Prada volvió a su cargo al frente de la Biblioteca
Nacional. Allí, y en su domicilio, recibió la visita de diversas personalidades, entre
los que se contaron Víctor Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui y César
Vallejo que fueron grandes admiradores suyos, y que le tuvieron como fuente de
inspiración.
Fallecimiento
Falleció repentinamente en su casa de Puerta Falsa del Teatro, en Lima, el 22 de
julio de 1918 a los 74 años de edad, víctima de un síncope cardíaco. Fue
enterrado en un mausoleo del Cementerio Presbítero Matías Maestro.
Su esposa, Adriana de Verneuil (fallecida en 1947), escribió en su recuerdo el
libro Mi Manuel (Lima, 1947). Por otro lado, su hijo Alfredo González Prada, que
compiló su obra inédita, se suicidó en Nueva York en 1943. 
Obras:
Ensayos publicados

 Discurso en el Politeama (1888)
 Pájinas libres (París, 1894)
 Nuestros indios (Lima, 1904), incorporado en la segunda edición de Horas de
lucha.
 Horas de lucha (Lima, 1908)
 Bajo el oprobio (póstumo, París, 1933)
 Anarquía (póstumo, Santiago de Chile, 1936)
 Nuevas páginas libres (póstumo, París, 1936)
 Figuras y figurones (póstumo, París, 1938)
 Propaganda y ataque (póstumo, Buenos Aires, 1938)
 Prosa menuda (póstumo, Buenos Aires, 1941)
 El tonel de Diógenes (póstumo, México, 1945)
Poesía publicada

 Minúsculas (Lima, 1901)
 Presbiterianas (Lima, 1909 [anónimo] y 1928)
 Exóticas (Lima, 1911)
 Trozos de vida (póstumo, París, 1933)
 Baladas peruanas (póstumo, Santiago de Chile, 1935)
 Grafitos (póstumo, París, 1937)
 Libertarias (póstumo, París, 1938)
 Baladas (póstumo, París, 1939)
 Adoración (póstumo, Lima, 1946)
 Poemas desconocidos (póstuma, Lima, 1973)
 Letrillas (póstumo, Lima, 1975)
 Cantos del otro siglo (póstumo, Lima, UNMSM, 1979, pp 200.)
Pajina libres

Resumen:
Pájinas libres fue editado por primera vez por la imprenta de Paul Dupont en 1894,
recogiendo una serie de conferencias, discursos y artículos del escritor y filósofo
peruano Manuel González Prada, redactados en una propuesta ortográfica
personal del autor la cual se ha respetado hasta la actualidad.

Exóticas

Resumen:
Durante un cuarto de siglo, el nombre de Don Manuel se confundía con los más
rudos embates contra lo rutinario. Enarbolaban sus purísimas manos el estandarte
de una peruanidad auténtica, entrañable, decidida a rescatar los tesoros básicos
de la Patria, por sobre los prejuicios y debilidades de una casta opresora.
Mariano Melgar

Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso (Arequipa, 10 de agosto


de 1790 - Umachiri, 12 de marzo de 1815) fue
un poeta y revolucionario independentista peruano.
En el plano literario, es más conocido por haber dado más popularidad a
los yaravíes (cantos sentimentales de origen popular, cuyo antecedente son
los jarawi o harawi, cantares de la época prehispánica), ya que antes de Mariano
Melgar ya existían como estructura poética en Arequipa. El tema predominante de
su poesía es su amor por Silvia (apelativo de María Santos Corrales), pasión
colmada de dolor y despecho. Según muchos críticos, fue el precursor
del Romanticismo literario en América y el iniciador de una literatura
auténticamente peruana.
Participó en la guerra por la independencia del Perú del dominio de España,
uniéndose al ejército de Mateo Pumacahua, que lo acogió en calidad de auditor de
guerra (1814). Fue tomado prisionero en la batalla de Umachiri y fusilado al día
siguiente en el mismo lugar, cuando apenas tenía 24 años de edad.
Biografía:
Nacimiento
Mariano Melgar nació en el departamento de Arequipa. Fue hijo legítimo de Juan
de Dios Melgar y Andrea Valdivieso Gallegos, no habiéndose determinado si nació
el 8 de agosto (día de San Mariano) o el 10 de agosto (día de San Lorenzo) de
1790. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que fue bautizado el día 12 de
agosto de ese año (1790) en la catedral de Arequipa, por el párroco Mathías
Banda.
Estudios
A tarde edad inició sus estudios en la escuela que funcionaba en el Convento de
San Francisco de su ciudad natal. Se dice que a los tres años ya sabía leer y
escribir. Su hermano José Fabio Melgar afirmaba que a los ocho años dominaba
tan bien el latín que lo enseñaba a sus compañeros de estudio. Otros afirman que
antes de cumplir los doce años ya dominaba el inglés y el francés. En sus ratos
apacibles dibuja y pinta los hermosos paisajes donde se desenvuelve su primera
juventud.
Su padre, que andaba en apuros económicos, solicitó que le concedieran a su hijo
la capellanía eclesiástica establecida en una viña del Pago de Guarango en el
valle de Majes, que contaba con una renta de 4.000 pesos. El deán y el cabildo
eclesiástico de Arequipa accedieron a dicha solicitud, y así, Mariano fue nombrado
Capellán propietario cuando apenas tenía seis años. Como requisito para hacer
efectiva la posesión de la capellanía, el 2 de marzo de 1798, antes de cumplir los
ocho años, Mariano recibió la prima tonsura de manos del obispo Pedro José
Chávez de la Rosa y vistió el hábito clerical. Sin embargo, la satisfacción de su
padre duraría pocos meses, pues las autoridades eclesiásticas suspendieron
dicha concesión arguyendo una falla procesal; aunque don Juan de Dios entabló
un litigio para que restituyeran la capellanía a su hijo, no logró su deseo.
El 19 de septiembre de 1807, Mariano aprobó el examen de ingreso al Seminario
Conciliar de San Jerónimo, para estudiar Filosofía y Teología. Su acceso a la
nutrida biblioteca de dicho Seminario, conocida como una de las más completas
de Arequipa (si no la más completa), lo familiarizó con las obras clásicas y de la
Ilustración. Se dedicó a hacer traducciones de Virgilio.
En 1810, gracias a sus brillantes estudios, se hizo merecedor de una beca de
gracia y se encargó interinamente de la clase de Gramática en el Seminario.
Luego se desempeñó sucesivamente como profesor de Latinidad y Retórica;
Física y Matemáticas; y Filosofía (1811-1813).
El 21 de septiembre de 1810, recibió las órdenes menores, de manos del obispo
Luis Gonzaga de la Encina y Perla, sucesor de monseñor La Rosa.
En 1812, por razones amorosas, abandonó la carrera eclesiástica y viajó a Lima
para estudiar leyes, pero no se sabe si logró graduarse de doctor.
Sus amoríos
Su primer amor fue Melisa (cuyo verdadero nombre era Manuelita Paredes, hija
del Tesorero Fiscal de Arequipa), pasión que pronto se truncaría. Luego ya siendo
mayor, se enamoró con pasión de su prima en segundo grado, María Santos
Corrales, conocida como Silvia, quien, según la leyenda, tenía por entonces 13
años. Esta tormentosa pasión fue la que empujó a Melgar a abandonar la carrera
eclesiástica. Sus padres decidieron entonces enviarlo a Lima, para que estudiara
leyes. No conforme con ello, regresó a Arequipa para encontrarse con Silvia, pero
ésta lo convenció de que obedeciera los deseos paternos, por lo que volvió a
Lima.
Por aquellos años se abocó hacia la literatura y empezó a ser conocido por su
poesía, todavía enmarcada en los moldes clásicos. Con ocasión de la elección del
cabildo constituyente en Arequipa, el 9 de diciembre de 1812, escribió por encargo
una oda, que sería posteriormente conocida como “Oda a la libertad”. El 29 de
marzo del año siguiente, dedicó su “Oda a la soledad” a José María Corbacho y
Abril, su compañero en el seminario y en la Sociedad o Tertulia Literaria de
Arequipa.
Su estancia en Lima coincidió con la promulgación de la Constitución de Cádiz de
1812 y los festejos realizados en homenaje a José Baquíjano y Carrillo por haber
sido designado consejero de Estado. Dedicó entonces a este personaje una “Oda
al Conde de Vista Florida”, donde expone el sentimiento de la mancomunidad
hispanoamericana.
En el periódico El Investigador aparece su fábula "El ruiseñor y el calesero"
(1813). Otras fábulas suyas, que no se publicaron sino hasta después de su
muerte, contienen indudables mensajes de crítica hacia el estado de cosas
imperante y en defensa del indio, lo que nos indica que ya por entonces el poeta
se hallaba ganado por la idea de la emancipación, corriente que por entonces
convulsionaba a las colonias hispanoamericanas.
De regreso a Arequipa, en marzo de 1814, sufrió la indiferencia de Silvia. Al
parecer, la actitud de Silvia obedecía al deseo de sus padres, que por algún
motivo rechazaban al poeta. Todo su drama amoroso lo concentró entonces
Melgar en su conocida "Carta a Silvia", en la que expresa en 522 versos cómo
conoció el amor y el dolor, hasta la aparición y pérdida de su amada. De esa
época también data, al parecer, su célebre "Soneto a la Mujer". Para olvidar a
Silvia, se dedicó a leer y traducir a Ovidio, además de consagrarse al trabajo de
campo en el valle de Majes (al oeste de Arequipa). Su cercanía con los
trabajadores agrícolas, le pone a la escucha de las variantes mestizas del antiguo
harawi o canto quechua, que adopta para componer sus más célebres
composiciones de carácter sentimental: los yaravíes.
En la lucha por la independencia del Perú
En agosto de 1814 estalló la rebelión del Cusco bajo la dirección de los hermanos
Angulo y Mateo Pumacahua. En noviembre de ese año, Melgar, que se hallaba en
Majes, se dirigió a Chuquibamba para enrolarse en las tropas patriotas que se
unían al ejército de Pumacahua, quien avanzaba desde el Cuzco para capturar
Arequipa. Dada su preparación intelectual fue nombrado Auditor de Guerra. La
campaña resultó inicialmente exitosa para los patriotas, que obtuvieron la victoria
de la Apacheta y ocuparon Arequipa. Sin embargo, poco después, la reacción
realista los obligó a abandonar la ciudad blanca y dirigirse hacia Puno.
El 28 de febrero de 1815, el jefe patriota Vicente Angulo firmó en Ayaviri una oferta
de paz dirigida al general realista Juan Ramírez Orozco, documento que se
supone fue escrito por Melgar.
El 11 de marzo del mismo año, se libró la batalla de Umachiri, entre las fuerzas
patriotas y las realistas, en la actual provincia de Melgar del departamento de
Puno. Melgar resistió valerosamente en la dirección de artillería, pero consumada
la derrota de los patriotas, fue persuadido de que huyera y le proporcionaron un
caballo. Sin embargo, fue finalmente capturado por los realistas, y de manera
rápida, se constituyó un tribunal improvisado en el mismo campo de batalla,
siendo juzgado sumariamente y condenado a muerte. A la mañana siguiente (12
de marzo), Melgar fue fusilado. Se dice que cuando el jefe del pelotón pretendió
ponerle una venda sobre los ojos, Melgar la rechazó diciendo: “Pongánsela
ustedes que son los engañados, porque América será libre antes de los diez
años”. Su profecía habría de cumplirse pues en 1824 la libertad de América se
sellaría en los campos de Junín y Ayacucho.
El 16 de septiembre de 1833, los restos de Melgar fueron trasladados a Arequipa y
al día siguiente fueron enterrados en el recién inaugurado cementerio de La
Apacheta.
El 2 de julio de 1964, en reconocimiento por su actuación en las primeras batallas
por la independencia, el gobierno del Perú reconoció oficialmente a Mariano
Melgar como uno de los primeros patriotas y soldados del país.
Obras:

 Elegías
 Elegía I (¿Por qué a verte volví, Silvia querida?)
 Elegía II (¡Oh dolor! ¿Cómo, cómo tan distante)
 Elegía III (¿Por qué se aflige, si la noche llega...)
 Elegía IV (Mustio ciprés que viste)
 Elegía V (Cuando recuerdo los penosos días)
 Odas:
 A la libertad
 A la soledad
 Al sueño
 Al autor del mar
 Al Conde de Vista Florida
 Fábulas:
 "El ruiseñor y el calesero" (1811)
 "El murciélago" (1813)
 "Los gatos" (1815)
 "El cantero y el asno" (1815)
 "Las abejas" (1827)
 "El asno cornudo" (1827)
 "Las cotorras y el zorro" (1830)
 "Las aves domésticas" (1831)
 "El Sol" (1891)
 "La ballena y el lobo
 Epístola
 "Carta a Silvia"
 Sonetos:
 "La mujer"
 "A Silvia"(carta de amor)
 Yaravíes (71)

Obras más conocidas:


El murciélago

Resumen:
El necio murciélago creía escaparse y aguardaba a unirse con el que triunfare.
Dieron un buen golpe las astutas aves. y el animalejo hubo de llegarse; pero
temeroso de que al fin quedase perdido el partido del gremio volante. Andaba aún
hablando algo favorable a los de la tierra, por ser más pujantes.
Los gatos

Resumen:
Esta fábula de Mariano Melgar cuenta la historia de una gata que parió a tres
hermosos gatitos, uno blanco, uno negro y otro manchado. Luego de la muerte de
su madre quedaron huérfanos y un malvado perro los perseguía por maldad,
entonces para protegerse, se juntaban los tres para hacer frente a aquel animal.
José Luis Bustamante y Rivero

José Luis Pablo Bustamante y Rivero (Arequipa, 15 de enero de 1894 – Lima, 11


de enero de 1989) fue un abogado, jurista, político, diplomático y escritor peruano
que fue presidente de la República del Perú de 1945 a 1948.
Hombre de formación jurídica y reconocida probidad, llegó al poder representando
una alianza de partidos, el Frente Democrático Nacional (FDN), de la que formaba
parte el partido aprista. Gobernó al Perú con un apego a las leyes inusual en la
historia peruana.
Su gobierno fue de amplias libertades públicas, pero sufrió la oposición del
aprismo, que lo criticaban por su pusilanimidad para aplicar las reformas que se
requerían y de la derecha reaccionaria. Hecho notable de su gestión fue extender
la soberanía peruana en una extensión de doscientas millas marinas, en 1947. El
29 de octubre de 1948, fue derrocado por un golpe de estado encabezado por el
general Manuel Odría, siendo exiliado del país.
Regresó al Perú en 1956, cuando finalizaba el Oncenio de Odría, declinando
postular a las elecciones de ese mismo año. En reconocimiento a su trayectoria,
entre 1967 y 1970 ejerció la Presidencia de la Corte Internacional de Justicia de La
Haya, de la que formaba parte desde 1961 en representación del Perú. Entre 1980
y 1989 ejerció como senador Vitalicio de la República. Hombre de amplia cultura
humanística, destacó también por sus numerosas obras ensayísticas, escritas en
una prosa castiza y pulcra.
Biografía:
Descendiente de una destacada familia arequipeña, sus padres fueron Manuel
José Bustamante y Barreda (abogado, diplomático y fiscal de la Corte Suprema de
Arequipa) y María Victoria Andrea de Rivero y Romero. Nieto de Pedro José
Bustamante y Alvizuri, diplomático, magistrado y político peruano, que fue
presidente de la Cámara de Diputados de 1858 a 1859. A través de su padre era
primo lejano del expresidente Eduardo López de Romaña y tío lejano del también
expresidente Óscar R. Benavides y del escritor Mario Vargas Llosa.
Nació en el inmueble que forma la esquina de las calles Jerusalén y San José en
Arequipa y fue bautizado al día siguiente según la partida inscrita en la página 383
de Libro de Bautismos N° 121 de la Parroquia del Sagrario de dicha ciudad.
Se educó en Arequipa en el Colegio San José de los padres jesuitas, de donde
egresó en 1910. Cursó estudios superiores en la Universidad Nacional San
Antonio Abad del Cusco, donde se graduó de doctor en Letras en 1918 con su
tesis: «Reorganización de las universidades»; y en la Universidad Nacional de San
Agustín de Arequipa, donde se graduó de bachiller y doctor en Derecho, con las
tesis: «Justicia militar» y «Organización y procedimientos de la justicia militar en el
Perú; comentario de los libros I, III y IV del Código de Justicia Militar de 1898»,
respectivamente. Se recibió de abogado. Años después se graduó de doctor en
Ciencias Políticas y Económicas, con su estudio sobre «El arbitraje peruano-
chileno ante el Derecho Internacional» (1929).
En sus años de universitario compuso poesía; sus versos eran contemplativos y
ceñidos a las formas convencionales. En un concurso promovido por el diario El
Heraldo mereció un reconocimiento por su poema a la «Ciudad que fue»,
dedicada a la antigua Arequipa (1918). Sus poesías sentimentales y finas, como
«Serenata de Antaño», «Cantares», «La Chacra», y otras, se conservan en la
colección folklórica de Arequipa.
Pero sería en el campo del derecho donde más destacaría. Su talento jurídico fue
reconocido rápidamente, mereciendo en 1919 el primer premio en el concurso
convocado por el Colegio de Abogados de Arequipa, por su «Proyecto de Ley de
Juzgados de Paz». Dicho trabajo fue publicado en la revista El Derecho de
Arequipa (N.º 55, mayo de 1920).
Simultáneamente ejerció la docencia: fue profesor de Gramática y Literatura
Castellana en el colegio anexo al Seminario de San Jerónimo; y catedrático de
Filosofía Moderna, Geografía Social e Historia de América de la Facultad de
Letras de la Universidad de San Agustín (1922-1928). En la Facultad de Derecho
de la misma fue titular de la cátedra de Derecho Procesal (1927-1928). Renunció
ella cuando el gobierno de Augusto B. Leguía intervino contra la autonomía
universitaria. Más adelante, entre 1931 y 1934, rigió la cátedra de Derecho Civil de
la misma universidad.
El 16 de diciembre de 1923 se casó con María Jesús Rivera, con quien tuvo sus
hijos Beatriz y José Luis.
Inicio en la política
La revolución de Arequipa iniciada el 22 de agosto de 1930 por el
comandante Luis Miguel Sánchez Cerro contra la dictadura leguiísta, fue el
comienzo de la incorporación de Bustamante a la vida política peruana. Él fue
quién escribió la carta (llamada después Manifiesto de Arequipa) donde Sánchez
Cerro exigía al presidente Leguía su renuncia, justificando así el pronunciamiento:
El pronunciamiento que acaba de efectuarse en Arequipa no es la obra de un
partido, ni la hazaña de un grupo, ni la audacia de un caudillo; es la expresión
genuina de un anhelo nacional, fervoroso y unánime, largo tiempo reprimido por la
Tiranía; pero convertido hoy al fin en realidad... 1
Ese mismo día se constituyó la Junta Revolucionaria de Arequipa, de la que
Bustamante fue secretario de asuntos políticos. Luego pasó a integrar la Junta de
Gobierno presidida por Sánchez Cerro, en calidad de ministro de Justicia, Culto e
Instrucción, cargo que ejerció de 24 de noviembre de 1930 a 31 de enero de 1931,
formando parte del último gabinete cívico-militar del gobierno sanchecerrista.
Fue acreditado como ministro plenipotenciario en Bolivia (1934-38) y luego
en Uruguay (1939-42), regresando a Bolivia como embajador (1942-45). En el
ínterin, fue acreditado ante el Segundo Congreso Sudamericano de Derecho
Internacional Privado de Montevideo (1939-40).
Elecciones generales de 1945
Artículo principal: Frente Democrático Nacional (Perú)
En 1945, finalizando ya el primer gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, se
convocaron las elecciones generales. El gobierno de Prado, pese a reclamarse
democrático, mantenía en la proscripción al partido más popular del Perú,
el aprista, cuyo líder era Víctor Raúl Haya de la Torre. No existían otras fuerzas
políticas capaces por sí solas de aspirar seriamente al gobierno, lo que obligaba a
la conformación de alianzas electorales. Fue así como se constituyó el Frente
Democrático Nacional (FDN), conformado por las más dispares partidos y
movimientos, pero siendo el más importante el partido aprista, que para eludir la
prohibición constitucional por su calidad de “partido internacional”, adoptó el
nombre de “Partido del Pueblo”.
A fines de 1944 retornó al Perú el mariscal Óscar R. Benavides, presumiblemente
para postular a la presidencia, pero al no encontrar apoyo del gobierno, se acercó
al FDN, cuyo núcleo lo constituían los apristas, como ya se ha dicho. Benavides y
Haya de la Torre coordinaron lanzar una candidatura común para el FDN, de
carácter reconciliatorio. Ambos se complementaban: Haya disponía del partido
más poderoso; Benavides gozaba de prestigio entre los más importantes sectores
económicos y de reconocido y grande ascendiente en el ejército. El elegido para
ser candidato fue Bustamante y Rivero, entonces embajador en Bolivia, quien a
través del célebre "Memorandum de La Paz" puso una serie de condiciones para
aceptar, enfatizando en sus puntos básicos dar prioridad a objetivos moralizadores
y la eliminación de los odios políticos. El FDN aceptó sus condiciones y proclamó
su candidatura el 19 de marzo de 1945.
El FDN ganó las elecciones realizadas el 10 de junio de 1945, con amplia ventaja
—305.590 votos (66,97%) contra 150.720 (33,03%) de su competidor, el
general Eloy Ureta, apoyado por Prado—. También obtuvo mayoría en el
Parlamento, de la que los representantes apristas formaban un núcleo importante.
A principios de julio de 1945 falleció en Lima el mariscal Benavides, el artífice del
pacto entre el aprismo y Bustamante, que no duraría mucho.
Presidente del Perú:
Bustamante y Rivero juramentó la presidencia del país el 28 de julio de 1945. Su
primer vicepresidente era el poeta José Gálvez Barrenechea. Su primer gabinete
ministerial lo presidió el arequipeño Rafael Belaunde Diez Canseco.
Bustamante deseaba que imperara en el Perú una democracia auténtica, con
reformas sociales que llegaran a todos sus habitantes. Pero desde el primer
momento tuvo que enfrentar problemas económicos y sociales, como
consecuencia de la segunda guerra mundial que por esos días ya finalizaba.
Escaseaban los productos alimenticios; había dificultades para el desarrollo de las
industrias nacionales; escaseaba la moneda extranjera, entre otras situaciones
que acentuaron la crisis económica que ya se perfilaba desde el final del primer
gobierno de Prado, trayendo como inevitable secuela el malestar social.
Crisis política
En el aspecto político, tardó en ocurrir la ruptura del Frente Democrático Nacional,
pasando uno de sus más importantes integrantes, del Partido Aprista, a hacer una
desaforada oposición al gobierno desde el Parlamento, al ver que el presidente se
negaba a someterse a su voluntad. También sufrió la oposición de la oligarquía
tradicional, que miraba con malos ojos los planes renovadores de Bustamante, así
como a algunas de sus políticas económicas, como el control de cambios, que
afectaba directamente a los bolsillos de los exportadores.
El malestar político llegó a su punto culminante con el asesinato de Francisco
Graña Garland, un importante empresario que era presidente del directorio del
diario La Prensa (7 de enero de 1947). Como dicho diario realizaba entonces una
persistente campaña antiaprista, se acusó del crimen a los apristas. 2 El sector
antiaprista, encabezado por Pedro G. Beltrán, arremetió entonces contra el
aprismo, comparando el homicidio con el de Antonio Miró Quesada de la Guerra,
el director de El Comercio, que fuera victimado por Carlos Steer Lafont, un joven
aprista, en 1935.
El “crimen Graña” significó el comienzo de la ruptura entre Bustamante y el APRA.
El gabinete ministerial que presidía el doctor Julio Ernesto Portugal renunció y se
conformó otro, presidido por el contralmirante José R. Alzamora.
La crisis política llegó a un momento crucial al producirse una inusitada huelga
parlamentaria, manipulada por un grupo de senadores denominados
"independientes" (antiapristas), quienes se negaron a concurrir al Senado el 28 de
julio de 1947 para instalar el Congreso de ese año. La Constitución establecía que
ambas cámaras del Congreso, la de senadores y la de diputados, debían
funcionar simultáneamente; de lo contrario, se producía el receso parlamentario.
Bustamante gobernó entonces sin Parlamento, pues no podía hacer otra cosa, y el
APRA lo acusó de haber maquinado todo ello para inmovilizar a la oposición.
A fines de octubre de 1947 se conformó otro gabinete, predominantemente militar,
presidido por el contralmirante Roque A. Saldías, e integrado por el
general Manuel A. Odría como ministro de Gobierno y Policía. Este gabinete tuvo
que hacer frente a la difícil situación creada por la exacerbada oposición aprista y
la reacción antiaprista. Saldías propuso poner fuera de la ley al aprismo, lo que fue
rechazado por Bustamante; en respuesta, Saldías y su gabinete renunciaron
en junio de 1948. Le sucedió el gabinete presidido por Armando Revoredo
Iglesias, que fue el último del gobierno.
El 7 de julio de 1948 estalló la rebelión antiaprista del comandante Alfonso Llosa
G. P., en Juliaca, que fracasó, pero fue un signo del malestar de los altos mandos
militares quienes consideraban débil la actuación del presidente frente a los
apristas, quienes llegaron a cometer acciones terroristas en diversos lugares del
país.
A fin de dar solución al problema planteado en el Congreso por el receso o el
ausentismo de los parlamentarios, Bustamante propuso, en julio de 1948, la
convocatoria a un Congreso Constituyente integrado por los congresistas electos
en 1945 y un número adicional elegido por lista incompleta y en distrito electoral
único. Este proyecto no se concretó, pues poco después se produjo el golpe de
estado de Odría.
No obstante la aguda crisis política, el gobierno de Bustamante se caracterizó por
su tendencia a afianzar la democracia política y por un amplio goce de las
libertades públicas. Fueron en realidad “tres años de lucha por la democracia en el
Perú” como se titula una de sus obras escritas.
Crisis económica-social
En el aspecto económico se produjeron serias dificultades. La inflación crecía y los
salarios perdían su poder adquisitivo. Continuó la escasez de productos de
primera necesidad, que solo podían obtenerse en los “estanquillos” si se
presentaba el carné de militante aprista. Se hacían colas desde tempranas horas
de la madrugada para poder adquirir aceite, arroz y otros productos de primera
necesidad.
Frente al malestar social, que se manifestó en huelgas, Bustamante aplicó una
política de asistencia social, de inspiración aprista. Por ejemplo, subsidió los
productos de primera necesidad, es decir importó alimentos para venderlos
directamente al consumidor a precios más bajos de los normales. Esto solo
produjo especulación y la inevitable corrupción. Todo lo cual significó un peligroso
crecimiento del gasto público, sin ampliarse la recaudación tributaria. Otras
medidas aplicadas por Bustamante, como el control de cambios y los controles de
precios, no variaron la aguda situación.
Por su parte, los exportadores (el famoso “clan exportador”
de oro, algodón, lana, arroz y azúcar) reclamaron la eliminación total del control de
cambios y de la restricción de las importaciones, que les afectaba directamente a
los bolsillos; al ver frustrados sus deseos, tramaron el golpe de estado con los
militares.
Obras:

 Reorganización de las universidades (1918).


 Justicia Militar (1919).
 Organización y procedimientos de la justicia militar en el Perú (1920).
 Una visión del Perú (Montevideo, 1941 y posteriores reediciones en Lima).
 Tratado de Derecho Civil Internacional (Montevideo, 1942).
 La ideología de don Francisco García Calderón (París, 1946), discurso leído en
homenaje a dicho jurista arequipeño en 1934, en conmemoración del primer
centenario de su nacimiento.
 Arequipa (1947).
 Tres años de lucha por la democracia en el Perú (Buenos Aires, 1949) ensayo
en defensa de su gestión presidencial.
 Panamericanismo e iberoamericanismo (1951).
 La ONU en el Palacio de Chaillot (1952).
 Mensaje al Perú (1955; 1960 y 1968).
 Perú, estructura social (1959).
 La Corte Internacional de Justicia (1964).
 Una visión del Perú (1972).
 Derecho del mar, bases científicas y principios jurídico-sociales que sustentan
la doctrina de las 200 millas como medida de la anchura del mar territorial
peruano (Lima, 1972).

Obras más conocidas:


Vida y Obra

Resumen:
José Luis Pablo Bustamante y Rivero (Arequipa, 15 de enero de 1894 – Lima, 11
de enero de 1989) fue un abogado, jurista, político, diplomático y escritor peruano
que fue presidente de la República del Perú de 1945 a 1948.
Felipe Pardo y Aliaga

Felipe Pardo y Aliaga (Lima, 11 de junio de 1806 - id. 25 de diciembre de 1868)


fue un poeta satírico, dramaturgo, abogado y político peruano. Perteneciente a la
elite aristocrática limeña, fue junto con Manuel Ascencio Segura el representante
más importante del costumbrismo en los inicios de la literatura peruana
republicana. Examinó y juzgó con severidad la realidad peruana a través de sus
comedias y artículos costumbristas; entre estos últimos el más celebrado y
recordado es el titulado Un viaje (más conocido como "El viaje del niño Goyito").
Fue severo crítico de las costumbres populares que consideraba bárbaras y
repelentes. También orientó sus críticas hacia las prácticas políticas, la falta de
civismo y la ambición personalista de sus gobernantes. Fue un convencido de que
mediante la literatura se podía lograr el cambio del país. Su crítica hacia la
sociedad peruana suele tenerse por extranjerizante y anticriollista, aunque una
lectura más detenida de su obra revela un profundo amor e interés por su patria.
Participó en la tormentosa vida política peruana posterior a la independencia,
defendiendo siempre las causas conservadoras. Llegó a ser diplomático y ministro
de los presidentes Felipe Santiago Salaverry, Manuel Ignacio de Vivanco y Ramón
Castilla. También fue profesor de idioma, literatura y derecho.
Biografía:
Nació en Perú en el seno de una familia aristocrática. Sus padres fueron el
magistrado gallego Manuel Pardo Ribadeneira (oidor de la Real Audiencia de
Lima y regente de la del Cuzco) y la dama limeña Mariana de Aliaga y Borda (hija
de los marqueses de Fuente Hermosa de Miranda), descendiente directa del
conquistador español el aristócrata Jeronimo de Aliaga. Los primeros años de su
infancia transcurrieron en Cuzco y allí fue testigo del ensañamiento con que
trataron los revolucionarios de 1814 a su padre (entonces regente de la Audiencia
cuzqueña), quien fue apresado y sentenciado a muerte, pena que no llegó a
cumplirse debido a la derrota de los rebeldes.
En 1821, tras la proclamación de la Independencia del Perú, su padre decidió
marcharse con su familia a España. Allí, Felipe Pardo estudió bajo la guía
de Alberto Lista, en el Colegio de San Mateo; y bajo el amparo de aquel maestro
ingresó a la Academia del Mirto, donde alternó con José de Espronceda, Ventura
de la Vega y otros escritores notables. Esta estancia en tierra europea le permitió
obtener una formación de orientación clásica. Alberto Lista, de notable influencia
en su tiempo, es considerado un romántico, pero del tipo conservador, es decir,
más cercano al romanticismo ‘histórico’ (el que buscaba la estabilidad de los
valores tradicionales) que al ‘liberal’ (el que estaba ligado a los movimientos
revolucionarios de ese tiempo), lo que explica que el programa de estudios de su
colegio tuviera una base neoclásica.
Regresó al Perú en 1828, para hacerse cargo de intereses familiares, ya que sus
abuelos maternos habían fallecido hacía poco. Establecido en Lima, fue nombrado
profesor de Matemáticas y Filosofía en el Seminario de Santo Toribio, y se dedicó
a los estudios forenses para recibirse de abogado, en la Universidad de San
Marcos.
Pero el hecho más importante de esta época fue su contacto con el ministro José
María de Pando, quien en 1827 había fundado un nuevo Mercurio Peruano,
importante diario de la época. Pardo era ya muy reconocido por sus simpatías
autoritarias. La amistad que nació entre ambos hizo que Pardo se integrara al
grupo de amigos que Pando reunía para discutir temas políticos y
literarios: Hipólito Unanue, José Joaquín Olmedo, Manuel Ignacio de Vivanco, el
español José Joaquín de Mora y otros. Publicó su primer trabajo literario en
el Mercurio Peruano: una oda titulada Vuelta de un peruano a su patria. En
adelante, aparecieron otros poemas suyos, así como críticas teatrales. A fines
de 1828, pasó a ejercer la dirección de dicho periódico, junto con Antolín Rodolfo.
En 1830, por influjo de Pando, a la sazón Ministro de Gobierno, fue nombrado
editor del periódico oficial El Conciliador. Del mismo modo fundó, a su costa, La
Miscelánea. Eran los días del primer gobierno del general Agustín Gamarra. En
ese año estrenó la pieza teatral Frutos de la educación, que recibió una fuerte
crítica, especialmente del cura José Joaquín de Larriva, con quien mantuvo un
enfrentamiento literario.
En septiembre de 1830 fue nombrado Secretario de la Legación peruana
en Bolivia. De paso por Arequipa, se examinó para optar el título de abogado. De
vuelta a Lima, contrajo matrimonio con Petronila de Lavalle y Cabero, joven
perteneciente a una importante familia de la elite limeña. Meses más tarde,
estrenó Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho.
Luego intervino activamente en la política. Hizo oposición al gobierno del
general Luis José de Orbegoso. Su primera orden de deportación ocurrió en 1834,
acusado de participar en una conspiración contra Orbegoso. Sin embargo, Pardo
logró eludir la orden, escondiéndose en diferentes barcos anclados en el puerto
del Callao. Finalmente, fue amnistiado. De vuelta a la actividad, publicó el
periódico El Hijo del Montonero, en contraposición del periódico orbegosista El
Montonero (1834).
Tras la ascensión al poder del teniente coronel Felipe Santiago Salaverry, saludó y
colaboró con esta administración (véase los editoriales de El Voto Nacional) y,
posteriormente, medió en la conciliación de Salaverry con Agustín Gamarra, en
vista de la unidad que el país necesitaba ante la invasión boliviana dirigida
por Andrés de Santa Cruz (1835). En esa ocasión realizó una breve y festejada
obra de propaganda y ataque contra el invasor, en los periódicos El Coco de
Santa Cruz, Para Muchachos y El Conquistador.
Salaverry lo nombró ministro plenipotenciario en España, por lo cual partió con
toda su familia desde el Callao, haciendo escala en Chile. Pero en Santiago se
enteró de la derrota y fusilamiento de Salaverry, por lo que decidió permanecer en
esa ciudad, dedicado a una feroz crítica periodística contra Santa Cruz y la
flamante Confederación Perú-Boliviana, a través de publicaciones como El
Intérprete y La Jeta. Es más, promovió las dos Expediciones Restauradoras que
partieron de Chile para liquidar dicha Confederación. Dichas expediciones la
conformaban chilenos y peruanos aliados contra Santa Cruz. Sin embargo, Pardo
intentó desvincularse de la segunda campaña, pues los generales peruanos Luis
de Orbegoso y Domingo Nieto, al frente del Estado Nor Peruano, se habían alzado
contra Santa Cruz. Visto este nuevo escenario, Pardo consideró que la presencia
de un ejército extranjero en el Perú (el chileno) carecía ya de justificación. A partir
de entonces se dio una de las etapas más caóticas de la historia de la república
peruana, llegando a haber hasta siete presidentes al mismo tiempo.
Desengañado, Pardo decidió regresar a Chile. De todos modos, la segunda
expedición restauradora logró su objetivo de derrotar a Santa Cruz y acabar con la
Confederación (1839).
Tras la caída de la Confederación, Pardo retornó al Perú. Pero una vez más pasó
al destierro, dejando a su familia en Lima. En 1840 el Congreso General de
Huancayo le permitió regresar, y poco después pasó a ser vocal de la Corte
Suprema del Perú. Nuevamente desterrado, volvió en 1842, para curarse de una
enfermedad en las piernas en los baños de Yura, cerca de Arequipa.
Por esta época escribió su periódico más recordado: El espejo de mi tierra (dos
números, en 1840), considerado una valiosa antología de la literatura costumbrista
peruana del siglo XIX. En esta publicación aparecieron cuentos, poemas
humorísticos y artículos del propio Pardo: Un viaje y El paseo de Amancaes, que
son en la actualidad los más mencionados. Especialmente el primero, cuyo
personaje, el niño Goyito, representa al "niño bien" de Lima. Detrás del argumento
se puede leer un ataque a la educación consentidora de los muchachos criollos y
lo poco orientada que ella estaba a formar jóvenes virtuosos y emprendedores.
Las críticas a sus ideas no se hicieron esperar. Apareció al poco tiempo Lima
contra El Espejo de mi tierra, que contaba con la colaboración de Manuel Ascencio
Segura, el otro escritor fundamental de esa época. Sin firmarlas, Pardo y Segura
intercambiaron letrillas satíricas, uno contra otro, para deleite de sus lectores.
Desde una posición social, menos privilegiada, Segura y sus demás críticos le
achacaban su conservadurismo que lo llevaba a posturas antidemocráticas,
además de caer en ciertos prejuicios raciales. El espejo de mi tierra tuvo una vida
breve, pero reapareció en un único número en 1859, aunque en esta ocasión se
concentró en la crítica política. Dicha publicación, en sus dos periodos, concentra
los mejores trabajos articulistas de Pardo.
Durante el Directorio de Manuel Ignacio de Vivanco, Pardo fue Ministro de
Gobierno y Relaciones Exteriores (1843-1844). En 1844 editó el periódico La
Guardia Nacional, que tuvo 37 números, en donde defendió a Vivanco,
representante del conservadurismo político. Dicha publicación se cuenta entre las
más notables aparecidas en Lima. Cuando Vivanco fue derrotado y derribado por
la revolución constitucionalista encabezada por Ramón Castilla, Pardo tuvo que
partir al destierro por séptima vez. Sin embargo, volvió y aceptó servir en el primer
gobierno de Castilla, siendo nuevamente nombrado Ministro de Relaciones
Exteriores, entre 1848 y 1849.
Por entonces su salud se deterioró considerablemente. Sin embargo, en los años
siguientes siguió ocupando cargos políticos. El más alto fue el de vicepresidente
del Consejo de Estado, en 1851, un cargo que en realidad representaba más que
nada un reconocimiento a su trayectoria como hombre público. Su enfermedad
continuó su curso inexorable y en vano viajó a Europa para tratarse, entre marzo
de 1850 y julio de 1851. Llegaría a quedar inmóvil y a perder la visión.
Pardo continuó con sus escritos, a veces contrarios a los hábitos del gobierno
mismo, a pesar de ser parte de él. Cuando se reunió la Convención
Nacional en 1855 para elaborar una nueva Constitución, publicó sus poemas
cívicos El Perú y Constitución política, este último en un nuevo y último número
de El espejo de mi tierra (1859).
En 1860, la Real Academia Española, a propuesta de sus antiguos compañeros
de colegio, Ventura de la Vega, Roca de Togores y Segovia, lo eligió miembro
correspondiente, siendo el primer peruano en recibir esta distinción.
Aquejado por sus problemas de salud, se retiró definitivamente de las actividades
públicas, dedicándose exclusivamente a sus labores literarias. Ayudado por su hija
Francisca (a quien llamaba cariñosamente “Paca”), dedicó las pocas energías que
le quedaban para la recopilación de sus obras, en prosa y verso, la cual apareció
impresa al año siguiente de su muerte, con prólogo de su hijo Manuel Pardo y
Lavalle.
Obras:
Poesía

 "El carnaval de Lima" (1829), letrilla costumbrista, donde condena los excesos
de dicha celebración tradicional.
 "La jeta del guerrero" (1835), incluido en un volumen diminuto de poesías
satíricas titulado "La Jeta", poesía satírica donde ridiculiza la figura física y
moral del caudillo Andrés de Santa Cruz. Frutos de la educación
 "La nariz" (conjunto de poesías compiladas por Alberto Tauro del Pino en
1957), poesía satírica.
 "Los paraísos de Sempronio"
 "El ministro y el aspirante", poesía satírica.
 "A mi levita", poesía satírica.
 "Qué guapo chico", poesía satírica.
 "Corrida de toros", letrilla costumbrista. Es una ácida crítica a la llamada fiesta
brava y los desórdenes que solía ocasionar.
 "La lámpara" (1844), bello poema dedicado a su amigo, el general Manuel
Ignacio de Vivanco.
 "A mi hijo en sus días" (1855), epigrama dedicado a su hijo, Manuel Pardo y
Lavalle, cuando cumplió la mayoría de edad.
 "Vaya una República. Epístola satírica", más conocida como "Epístola a Delio"
(1856), poesía cívica.
 "El Perú" (1856), poesía cívica. Es un extenso poema descriptivo, laudatorio y
algo didáctico.
 "Constitución Política" (1859), publicada primero en "El espejo de mi tierra" y
ampliada luego en tomo con sus poesías), poesía cívica. Es un cuadro sombrío
de la realidad política y traduce el pensamiento de toda su vida, unido a la
amargura producida por sus padecimientos físicos, y sobre todo, por la
experiencia.
Teatro
Dentro del género teatral escribió tres comedias:

 Frutos de la educación, comedia en tres actos y en verso, subió a escena el 6


de agosto de 1830. Satiriza la deficiente formación de los criollos peruanos, un
tema especialmente sensible en momentos en que el Perú se erigía como una
República independiente. De paso ridiculiza la zamacueca, un baile entonces
muy en boga entre las clases populares, a la que ve como lascivo. Esta obra
provocó encendidos debates, iniciado por quienes consideraron que el autor se
burlaba de los limeños y sus costumbres.
 Una huérfana en Chorrillos (escrita en 1833), es otra crítica de las costumbres
locales. No llegó a estrenarla.
 Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho, estrenada en diciembre de 1833,
es una burla a la joven república peruana.
Obras más conocidas:
Un viaje

Resumen:
Es una sátira sobre las maneras antiguas de viajar de los limeños. El protagonista,
el “Niño Goyito”, muy bien caracterizado en fondo y forma, ha pasado a ser el
equivalente del “niño bien”, o joven engreído de Lima, un biotipo que ha
permanecido incólume a través del paso del tiempo.
Conclusión
Esta monografía nos da a conocer sobre los
autores peruanos y la perspectiva que tenemos de
ella, nos enseña las diversas trayectorias que
todos los autores tuvieron que pasar y esta
dirigido a todo el público.

Por ello es importante que se promuevan y darlos


a conocer a las nuevas generaciones sobre los
grandes autores peruanos que da honor a nuestro
país

Índice:

1.1 Mario Vargas Llosa (Pag 06-13)

1.2 Blanca Varela (Pag 14- 16)

1.3 Ricardo Palma (Pag 17-21)

1.4 José María Arguedas (Pag 22-25)


1.5 Julio Ramon Ribeyro (Pag 26-29)

1.6 Ciro Alegría (Pag 30-37)

1.7 Abraham Valdelomar (Pag 38-43)

1.8 Mercedes Cabello de Carbonera (Pag 44-46)

1.9 Clorinda Matto de Turner (Pag 47-.50)

1.10 Jorge Basadre (Pag 51-56)

1.11 Carlos Augusto Salaverry (Pag 57-61)

1.12 Inca Garcilaso de la Vega (Pag 62-65)

1.13 Cesar Vallejo (Pag 66-73)

1.14 José Carlos Mariátegui (Pag 74-79)

1.15 José Santos Chocano (Pag 80-88)

1.16 Manuel Gonzales Prada (Pag 89-96)

1.17 Mariano Melgar (Pag 97-101)

1.18 José Luis Bustamante y Rivero (Pag 102-108)

1.19 Felipe Pardo y Aliaga (Pag 109-112)

Bibliografía:
1. https://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Vargas_Llosa

2. https://es.wikipedia.org/wiki/Blanca_Varela

3. https://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_Palma

4. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Arguedas

5. https://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Ram%C3%B3n_Ribeyro
6. https://es.wikipedia.org/wiki/Ciro_Alegr%C3%ADa

7. https://es.wikipedia.org/wiki/Abraham_Valdelomar

8. https://es.wikipedia.org/wiki/Mercedes_Cabello_de_Carbonera

9. https://es.wikipedia.org/wiki/Clorinda_Matto_de_Turner

10. https://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Basadre

11. https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Augusto_Salaverry

12. https://es.wikipedia.org/wiki/Inca_Garcilaso_de_la_Vega

13. https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Vallejo

14. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Carlos_Mari%C3%A1tegui

15. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Santos_Chocano

16. https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Gonz%C3%A1lez_Prada

17. https://es.wikipedia.org/wiki/Mariano_Melgar

18. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Luis_Bustamante_y_Rivero

19. https://es.wikipedia.org/wiki/Felipe_Pardo_y_Aliaga

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