Errores Comunes en La Redacción.
Errores Comunes en La Redacción.
Errores Comunes en La Redacción.
1. Mayúsculas innecesarias
La confusión en el manejo de las mayúsculas se debe, mayoritariamente, a la cercanía que tenemos con
otros idiomas, por ejemplo el inglés.
En español, el uso de la mayúscula es bien particular. Existen diversas reglas de su uso, no obstante,
nos basta con entender bien que solo se escribe con mayúscula inicial:
Títulos
Los títulos también cuentan con sus reglas, ya que depende de tu formato de aparición, es decir: si es de
revistas, literatura, entre otros.
No obstante, para el general de los textos, los títulos solo llevan la mayúscula inicial, también en los
nombres propios de personas y de lugares.
Para conocer más reglas del uso de la mayúscula, mira en este artículo.
2. La coma
Muchos de nosotros hemos llegado a creer que la coma es una pausa para tomar aire dentro de una
oración y no es cierto.
La coma obedece a unas reglas gramaticales que se deben cumplir para hacer a un texto comprensible.
Su manejo requiere de un estudio y análisis constante según el sentido que queramos darle al texto, no
obstante, para efectos de este artículo, estas son las reglas básicas de su uso:
• La coma no puede separa al sujeto del predicado, incluso cuando el sujeto esté muy largo.
• No podemos separar el verbo del complemento directo.
• No se usa para las conjunciones: “y”, “e”, “o”, “u”, “ni”; a menos que pertenezcan a la serie,
por ejemplo:
Compró un camisa en Nike, un pantalón, zapatos y medias, y fue a otra tienda.
Eso sí, se pone coma antes de etc. En este caso, sucede que etc significa: et cetera, que viene del latín:
et-y cetera-lo demás. En algunos idiomas se toma en cuenta la conjunción “y” de su raíz y por tanto no
usan la coma, pero en español sí debe usarse:
Tiene conejos, caballos, perros, gatos, etc.
5. Gerundio
Los gerundios son los verbos que terminan en –ando, iendo o yendo y se usa para describir dos
acciones simultáneas.
No se usa cuando la acción que describe es posterior al verbo principal de la oración. Para identificar su
forma correcta, podemos hacerle una pregunta al verbo. Si la respuesta la da el gerundio, está bien
empleado.
Ejemplos:
1. El río se desbordó, inundando las casas del barrio
¿Cómo se desbordó el río? ¿Inundando las casas? No lo creo.
La forma correcta de la oración sería:
El río se desbordó e inundó las casas del barrio.
1. Empezó su discurso dando las gracias al jurado.
¿Cómo empezó el discurso?
Dando las gracias al jurado
6. Tilde diacrítica
Hoy en día, contamos con palabras monosílabas, es decir, de una sola sílaba que a través del tiempo,
han perdido la tilde.
No obstante, aún se conservan algunas gracias a una regla que determina que hay palabras homónimas
y de vocablos idénticos pero que significan otras cosas.
Te presentamos a continuación las que llevan tilde y su por qué:
Más y mas
Más: adverbio de cantidad
Mas: conjunción adversativa, es como un “pero”.
Aún y aun
Aún: adverbio de tiempo, “aún no lo he decidido”
Aun: incluso
Sé y se
Sé: Verbo saber y ser: “No sé”, “Sé tú mismo”
Se: pronombre: “Se come con cuchara”.
Té y te
Té: Infusión, bebida
Te: pronombre: “Te quiero”
Quién y quien
Quién: Interrogativo, exclamativo
Quien: pronombre relativo
Cómo y como
Cómo: Adverbio interrogativo o exclamativo
Como: Adverbio de modo
Qué y que
Qué: Interrogativo, exclamativo
Que: pronombre relativo
Dónde y donde
Dónde: Interrogativo de lugar
Donde: adverbio relativo o conjunción
Cuándo y cuando
Cuándo: interrogativo de tiempo
Cuando: Adverbio relativo o conjunción
Dé y de
Dé: verbo dar: “Escribe la respuesta en cuanto te dé el resultado”.
De: preposición: “Esa camisa es de mi hermana”.
Sí y si
Sí: afirmación: “Sí, quiero dos paletas”.
Si: condicional: “Si me quieres, dímelo”.
Mí y mi
Mí: pronombre personal: “Lo quiero para mí”.
Mi: adjetivo posesivo: “Mi mamá”.
Tú y tu
Tú: pronombre personal: “Tú tienes tres casas”
Tu: adjetivo posesivo: “Ese es tu cuaderno”
Él y el
Él: pronombre personal: “¿Él es tu hermano?”
El: artículo: “El libro de matemáticas”.
8. Dequeísmo
Solemos usar mucho la fórmula “de que” cuando no se debe. Bueno, cabe resaltar que no todas las
construcciones de esta fórmula son incorrectas. Es solo darse cuenta de cuando realmente necesita ir
acompañado por una preposición.
Uso incorrecto: A Juan le dijeron de que ella lo estaba esperando
Para evitar el error basta con hacer una pregunta que responda a esa oración: ¿Qué dijeron? O ¿de qué
dijeron?
Por tanto: A Juan le dijeron que ella lo estaba esperando.
9. Cacofonía
Las cacofonías son combinaciones de sonidos que durante la lectura no suenan de forma armónica.
Son fáciles de corregir. Solo es que tomemos un buen diccionario de sinónimos para cambiar la palabra
o que reformulemos la estructura de la frase.
Un par de ejemplos de cacofonía:
Le pusieron una sanción por robar la canción
Ya son muchos años trabajando en la construcción con motivación y perfección.
10. Y/o
Este error lo cometemos al desconocer los usos de la conjunción “o”. Creemos que es excluyente
cuando no lo es; de hecho, es una es disyuntiva que refleja, en muchos casos, una alternativa u opción,
pero no necesariamente la exclusión.
Debemos recordar la regla:
Cuando la palabra que le sigue a la conjunción “y” empieza por “i” o «hi», la conjunción se cambia por
“e”:
Ricardo e Isabel van al colegio juntos.
Y cuando la palabra que le sigue a la conjunción “o” empieza por la letra “o” u «ho», se cambia por la
conjunción “u”:
¿Este color u otro?
11. Uso incorrecto de las frases prepositivas
Las frases prepositivas son los conjuntos de dos o más palabras que funcionan como una preposición y
le dan sentido a las oraciones.
12. Discordancias
Un error común entre nosotros, es generar discordancias entre el sujeto y el predicado, sobre todo con
sujetos que hacen referencia a un conjunto de individuos.
Por ejemplo:
Son gente honesta y se comportan como tal.
Gente es tercera persona en singular, que designa a un conjunto de individuos, por tanto, la manera
correcta sería:
Es gente honesta y se comporta como tal.
15. Anglicismos
Si estamos escribiendo en español, debemos huir de los anglicismos. Si la palabra en cuestión tiene su
equivalente en español y son entendidos por la que persona que lee, además de no perder el sentido ni
la fuerza en el texto, es mejor usar siempre el español.