Los Cuatro Acuerdos Cap 7

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EL NUEVO SUEÑO

El cielo en la tierra

Quiero que olvides todo lo que has aprendido en tu vida en tu vida. Este es el

principio de un nuevo entendimiento, de un nuevo sueño. El sueño que vives lo has creado

tú. Es tu percepción de la realidad que puedes cambiar en cualquier momento. Tienes el

poder de crear el infierno y el de crear el cielo. ¿Por qué no soñar un sueño distinto? ¿Por

qué no utilizar tu mente, tu imaginación y tus emociones para soñar el cielo? Sólo con

utilizar tu imaginación podrás comprobar que suceden cosas increíbles. Imagínate que

tienes la capacidad de ver el mundo con otros ojos siempre que quieras. Cada vez que abres

los ojos, ves el mundo que te rodea de una manera diferente. Ahora, cierra los ojos, y

después, ábrelos y mira. Lo que verás es amor que emana de los árboles, del cielo, de la luz.

Percibirás el amor que emana directamente de todas las cosas, incluso de ti mismo y de

otros seres humanos. Aun cuando estén tristes o enfadados, verás que por detrás de sus

sentimientos, también envían amor. Quiero que utilices tu imaginación y la percepción de

tus nuevos ojos para verte a ti mismo viviendo un nuevo sueño, una vida en la que no sea

necesario que justifiques tu existencia y en la que seas libre para ser quien realmente eres.

Imagínate que tienes permiso para ser feliz y para disfrutar de verdad de tu vida. Imagínate

que vives libre de conflictos contigo mismo y con los demás. Imagínate que no tienes

miedo de expresar tus sueños. Sabes qué quieres, cuándo lo quieres y qué no quieres.

Tienes libertad para cambiar tu vida y hacer que sea como tú quieras. No temes pedir lo que

necesitas, decir que sí o que no a lo que sea o a quien sea. Imagínate que vives sin miedo a

ser juzgado por los demás. Ya no te dejas llevar por lo que otras personas puedan pensar de

ti. Ya no eres responsable de la opinión de nadie. No sientes la necesidad de controlar a


nadie y nadie te controla a ti. Imagínate que vives sin juzgar a los demás, que los perdonas

con facilidad y te desprendes de todos los juicios que sueles hacer. No sientes la necesidad

de tener razón ni de decirle a nadie que está equivocado. Te respetas a ti mismo y a los

demás, y a cambio, ellos te respetan a ti. Imagínate que vives sin el miedo de amar y no ser

correspondido. Ya no temes que te rechacen y no sientes la necesidad de que te acepten.

Puedes decir: «Te quiero», sin sentir vergüenza y sin justificarte. Puedes andar por el

mundo con el corazón completamente abierto y sin el temor de que te puedan herir.

Imagínate que vives sin miedo a arriesgarte y a explorar la vida. No temes perder nada. No

tienes miedo de estar vivo en el mundo y tampoco de morir. 59 Imagínate que te amas a ti

mismo tal como eres. Que amas tu cuerpo y tus emociones tal como son. Sabes que eres

perfecto tal como eres. La razón por la que te pido que imagines todas estas cosas es porque

¡son todas totalmente posibles! Puedes vivir en un estado de gracia, de dicha, en el sueño

del cielo. Pero para experimentarlo, en primer lugar tienes que entender en qué consiste.

Sólo el amor tiene la capacidad de proporcionarte este estado de dicha. Es como estar

enamorado. Flotas entre las nubes. Percibes amor vayas donde vayas. Es del todo posible

vivir de este modo permanentemente. Lo es porque otros lo han conseguido y no son

distintos de ti. Viven en un estado de dicha porque han cambiado sus acuerdos y sueñan un

sueño diferente. Una vez sientas lo que significa vivir en estado de dicha, lo adorarás.

Sabrás que el cielo en la tierra existe de verdad. Una vez sepas que es posible permanecer

en él, hacer el esfuerzo para conseguirlo sólo dependerá de ti. Hace dos mil años, Jesús nos

habló del reino de los cielos, del reino del amor, pero no había casi nadie preparado para

oírlo. Dijeron: «¿A qué te refieres? Mi corazón está vacío, no siento el amor del que hablas,

no siento la paz que tú tienes». Eso no es necesario. Sólo imagínate que su mensaje de amor

es posible y descubrirás que es tuyo. El mundo es precioso, es maravilloso. La vida resulta


muy fácil cuando haces del amor tu forma de vida. Es posible amar todo el tiempo si uno

elige hacerlo. Quizá no tengas una razón para amar, pero si lo haces, verás que te

proporciona una gran felicidad. El amor en acción sólo genera felicidad. El amor te traerá

paz interior. Cambiará tu percepción de todas las cosas. Puedes verlo todo con los ojos del

amor. Puedes ser consciente de que el amor te rodea por todas partes. Cuando vives de esta

manera, la bruma de tu mente se disipa. El mitote desaparece para siempre. Esto es lo que

los seres humanos hemos buscado durante siglos. Durante miles de años hemos buscado la

felicidad, que es el paraíso perdido. Los seres humanos nos hemos esforzado mucho por

alcanzarla, y esto forma parte de la evolución de la mente. Éste es el futuro de la

humanidad. Esta forma de vida es posible y está en tus manos. Moisés la llamó la Tierra

Prometida, Buda la llamó el Nirvana, Jesús la llamó el Cielo y los toltecas la llaman el

Nuevo Sueño. Por desgracia, tú 60 identidad está mezclada con el sueño del planeta. Todas

tus creencias y tus acuerdos están ahí, en la bruma. Sientes la presencia del parásito y crees

que eres tú. Esto dificulta tú liberación: dejar marchar al parásito y crear un espacio para

experimentar el amor. Estás vinculado al Juez y a la Víctima. Sufrir hace que te sientas

seguro porque es algo que conoces a la perfección. Pero, en realidad, no hay razón para

sufrir. La única razón por la que sufres es porque eliges hacerlo. Si examinas tú vida,

descubrirás muchas excusas para sufrir, pero no encontrarás una buena razón para hacerlo.

Lo mismo ocurre con la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque eliges

serlo. La felicidad, igual que el sufrimiento, es una elección. Tal vez no podamos escapar

del destino del ser humano, pero podemos elegir entre sufrir nuestro destino o disfrutar de

él, entre sufrir o amar y ser feliz, entre vivir en el infierno o vivir en el cielo. Mi elección

personal es vivir en el cielo. ¿Y la tuya?


Oraciones

Haz el favor de tomarte unos instantes para cerrar los ojos, abrir tu corazón y sentir

todo el amor que emana de él. Quiero que repitas mis palabras en tu mente y en tu corazón,

y que sientas una conexión de amor muy fuerte. Juntos, vamos a pronunciar una oración

muy especial para experimentar la comunión con nuestro Creador. Dirige tu atención a tus

pulmones como si sólo existiesen ellos. Cuando tus pulmones se expandan, siente el placer

de satisfacer la mayor necesidad del cuerpo humano: respirar. Haz una inspiración profunda

y siente el aire a medida que va entrando en tus pulmones. Siente que no es otra cosa que

amor. Descubre la conexión que existe entre el aire y los pulmones, una conexión de amor.

Llena tus pulmones de aire hasta que tu cuerpo sienta la necesidad de expulsarlo. Y

entonces, espira y siente de nuevo el placer, porque siempre que satisfacemos una

necesidad del cuerpo, sentimos placer. Respirar nos proporciona un gran placer. Es lo único

que necesitamos para sentirnos siempre felices, para disfrutar de la vida. Estar vivos es

suficiente. Siente el placer de estar vivo, el placer del sentimiento del amor ...

ORACIÓN PARA LA LIBERTAD Creador del Universo, hoy te pedimos que

compartas con nosotros una fuerte comunión de amor. Sabemos que tu verdadero nombre

es Amor, que comulgar contigo significa compartir tu misma vibración, tu misma

frecuencia, porque tú eres lo único que existe en el Universo. Hoy te pedimos que nos

ayudes a ser como tú, a amar la vida, a ser vida, a ser amor. Ayúdanos a amar como tú, sin

condiciones, sin expectativas, sin obligaciones, sin juicios. Ayúdanos a amarnos y

aceptarnos a nosotros mismos sin juzgarnos, porque cuando nos juzgamos, nos hallamos

culpables y necesitamos ser castigados. Ayúdanos a amar todas tus creaciones de un modo

incondicional, en especial a los seres humanos, y sobre todo a las personas que nos rodean:
a nuestros familiares y a todos aquellos 62 que nos esforzamos tanto por amar. Porque

cuando los rechazamos, nos rechazamos a nosotros mismos, y cuando nos rechazamos a

nosotros mismos, te rechazamos a ti. Ayúdanos a amar a los demás tal como son, sin

condiciones. Ayúdanos a aceptarlos como son, sin juzgarlos, porque si los juzgamos, los

encontramos culpables y sentimos la necesidad de castigarlos. Limpia hoy nuestro corazón

de todo veneno emocional, libera nuestra mente de todo juicio para que podamos vivir en

una paz y un amor absolutos. Hoy es un día muy especial. Hoy abrimos nuestro corazón

para amar de nuevo y para decirnos los unos a los otros: «Te amo», sin ningún miedo, de

verdad. Hoy nos ofrecemos a ti. Ven a nosotros, utiliza nuestra voz, nuestros ojos, nuestras

manos y nuestro corazón para compartir la comunión del amor con todos. Hoy, Creador,

ayúdanos a ser como tú. Gracias por todo lo que recibimos en el día de hoy, en especial por

la libertad de ser quienes realmente somos. Amén.

ORACIÓN PARA EL AMOR Vamos a compartir un bello sueño juntos: un sueño

que querrás tener siempre. En este sueño te encuentras en un precioso día cálido y soleado.

Oyes los pájaros, el viento y un pequeño río. Te diriges hacia él; en su orilla hay un anciano

que medita y ves que, de su cabeza, emana una luz maravillosa de distintos colores. Intentas

no molestarle, pero él percibe tu presencia y abre los ojos, que rebosan amor. Sonríe

ampliamente. Le preguntas qué hace para irradiar esa maravillosa luz, y si puede enseñarte

a hacerlo. Te contesta que hace muchos, muchos años, él le hizo esa misma pregunta a su

maestro. El anciano empieza a explicarte su historia: «Mi maestro se abrió el pecho, extrajo

su corazón, y de él, tomó una preciosa llama. Después, abrió mi pecho, sacó mi corazón y

depositó esa pequeña llama en su interior. Colocó mi corazón de nuevo en mi pecho, y tan

pronto como el corazón estuvo dentro de mí, sentí un intenso amor, porque la llama que
puso en él era su propio amor. »Esta llama creció en mi corazón y se convirtió en un gran

fuego que no quema, sino que purifica todo lo que toca. Este fuego 63 tocó todas las células

de mi cuerpo y ellas me entregaron su amor. Me volví uno con mi cuerpo y mi amor creció

todavía más. El fuego tocó todas las emociones de mi mente, que se transformaron en un

amor fuerte e intenso. Y me amé a mí mismo de una forma absoluta e incondicional. »Pero

el fuego continuó ardiendo y sentí la necesidad de compartir mi amor. Decidí poner un

poco de él en cada árbol, y los árboles me amaron y me hice uno con ellos, pero mi amor no

se detuvo, creció todavía más. Puse un poco de él en cada flor, en la hierba y en la tierra, y

ellas me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor continuó creciendo más y más para amar a

todos los animales del mundo. Ellos respondieron a él, me amaron y nos hicimos uno. Pero

mi amor continuó creciendo más y más. »Puse un poco de mi amor en cada cristal, en cada

piedra, en el polvo y en los metales, y me amaron y me hice uno con la tierra. Y entonces

decidí poner mi amor en el agua, en los océanos, en los ríos, en la lluvia y en la nieve, y me

amaron y nos hicimos uno. Y mi amor siguió creciendo todavía más y más. Y decidí

entregar mi amor al aire, al viento. Sentí una fuerte comunión con la tierra, con el viento,

con los océanos, con la naturaleza, y mi amor creció más y más. »Volví la cabeza al cielo,

al sol y a las estrellas y puse un poco de mi amor en cada estrella, en la luna y en el sol, y

me amaron. Y me hice uno con la luna, el sol y las estrellas, y mi amor continuó creciendo

más y más. Y puse un poco de mi amor en cada ser humano y me volví uno con toda la

humanidad. Dondequiera que voy, con quienquiera que me encuentre, me veo en sus ojos,

porque soy parte de todo, porque amo». Y entonces el anciano abre su propio pecho, extrae

su corazón con la preciosa llama dentro y la coloca en tu corazón. Y ahora esa llama crece

en tu interior. Ahora eres uno con el viento, con el agua, con las estrellas, con toda la

naturaleza, con los animales y con todos los seres humanos. Sientes el calor y la luz que
emana de la llama de tu corazón. De tu cabeza sale una preciosa luz de colores que brilla.

Estás radiante con el resplandor del amor y rezas: Gracias, Creador del Universo, por el

regalo de la vida que me has dado. Gracias por proporcionarme todo lo que verdaderamente

he necesitado. Gracias por la oportunidad de sentir este precioso cuerpo y esta maravillosa

mente. Gracias por 64 vivir en mi interior con todo tu amor, con tu espíritu puro e infinito,

con tu luz cálida y radiante. Gracias por utilizar mis palabras, mis ojos y mi corazón para

compartir tu amor dondequiera que voy. Te amo tal como eres, y por ser tu creación, me

amo a mí mismo tal como soy. Ayúdame a conservar el amor y la paz en mi corazón y a

hacer de ese amor una nueva forma de vida, y haz que pueda vivir amando el resto de mi

existencia. Amén. Don Miquel Ruiz es un maestro de la escuela tolteca de tradición

mística. Por más de dos décadas se ha dedicado a compartir la antigua sabiduría de los

toltecas con sus estudiantes y sus aprendices, guiándolos hacia su propia libertad personal.

Para más información sobre el autor, visite su página en el Web en:

http://www.miguelruiz.com

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