El arquitecto que quiso atrapar el cubo de la arquitectura.
‘Sobre las dimensiones en la arquitectura en relacién con las dimensiones del hombre
“El arquitecto lo vio claro. Queria dominar el espacio y con él la arquitectura. Y
pens6 que esto sélo seria posible si pudiara controlar la forma y las dimensiones del
espacio arquitect6nico. Y quiso entender entonces qué y cémo era este espacio.
Y se puso desde fuera frente a la forma ctbica, ante un cubo que era algo
mayor que él. El gran plano vertical cuadrado parecia dominarle. Anduvo hasta la
esquina y los dos planos verticales, ortogonales, le impresionaron con su fuerza.
Pero él queria ser el que los controlara. Imaginé que se alejaba. Sabia que la figura
ciibica la formaban seis planos y sélo vefa dos. Y aunque sabia que habia un plano
alld arriba, el techo, que formaba un triedro con los dos planos que se erguian ante
61, no tenia modo de dominarlo. Se subié a un Arbol enfrente y desde alli pudo por fin
ver los tres planos.
Ser una mera cuestién de dimensiones, se dijo, y buscé una figura ctibica
algo més pequefia que él, en un intento esperanzado de poder llegar a controlar todo
el espacio. Comprob6 orgulloso que de un solo golpe de vista podia dominar las tres
caras que formaban el triedro, Una cara més que al principio. Pero cuando dando
vueltas al cubo intentaba atrapar una cuarta cara y llegaba a ella, desaparecia una
de las anteriores. Tras multiples vueltas que llegaron a marearle, dedujo que no
conseguiria nunca ver més que las tres caras del cubo de una sola vez. Y no le fue
facil calmarse.
Sera un simple asunto de dimensiones, se volvié a decir como la primera vez.
Y buscé una figura ctibica todavia mas pequefia. La cogié entre sus manos y se dijo
a si mismo que ya la tenia dominada, pues le cabia toda ella dentro de una sola
mano. Y continué su juego. La alzaba, la bajaba, la rotaba, pero por mas vueltas que
daba a aquella figura, no se dejaba atrapar. Nunca lleg6 a conseguir ver més de tres
caras de una sola vez. Y él sabia que tenfa seis.Y asi, delante de las tres figuras cibicas, la grande, la mediana y la pequefa,
se senté desesperado a reflexionar sobre su impotencia. jJamds seria capaz de
controlar el espacio!
Y pensando, pensando, agotado, se quedé dormido, De repente, vio a Alicia a
su lado, Ella le cogié de la mano y le llevé junto a la gran figura ctibica y por un
pequefio boquete, ella bien lo sabia, entraron los dos a su interior. Alli el arquitecto
pudo comprobar que ipor fin! podia dominar hasta cuatro planos a la vez, y hasta
cinco si se ponia con la espalda apoyada en uno de los planos verticales. Y hasta los
seis planos si se colocaba en un angulo, en una situacién diagonal.
Stbitamente, la luz que bafiaba el tecinto interior, a la que no habia dado
mayor importancia y que no sabfa de donde procedfa, desaparecié y todo quedé a
oscuras. Aquella poderosa sensacién de dominio de! espacio desapareci6. Y quedé
desconcertado. Alicia sonrefa a su lado. Pasado el eclipse la luz volvid. Y con ella las
sensaciones volvieron a despertarse y el arquitecto recuperé el dominio del espacio.
Miré hacia arriba para ver de dénde procedia aquella claridad, y se desperté
bajo la luz de un potente sol, sin Alicia, que se habia quedado en su suefio, y ahora
yaen la realidad, ante aquellas figuras clibicas que tanta guerra le habia dado,
Concluyo el arquitecto, ya despierto, que la Arquitectura, el dominio del
espacio, es una sencilla cuestién de medidas, de dimensiones dominables, a poner
en relacién con las dimensiones del hombre. También concluyé que era una
cuestién de luz, sin la que la arquitectura no era nada."
- Extracto de libro "Pensar con las manos" de Alberto Campo Baeza. Editorial Nobuko.