Cien Años de Soledad Carlos Fernando

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Nombre: Carlos Fernando Bernales

Ayapi
Carrera Profesional : Administración
de empresas
Docente:Mirian Meneses Chacaltana
Cien Años de Soledad
de Gabriel García Márquez
El tema central de la obra "Cien años de soledad" es el surgimiento, desarrollo, esplendor,
declive y desaparición de Macondo, una localidad inventada por García Márquez, pero que,
dados su descripción y contexto, se podría situar perfectamente en la Colombia de principios de
siglo XX. En esa villa irreal sucede la vida de varias generaciones de la familia Buendía. El
personaje que sirve para dramatizar ese eje narrativo es el de Úrsula Iguarán, el único miembro
de la familia que vivirá prácticamente durante todas las generaciones de los Buendía y hasta los
últimos capítulos de la novela.

Aunque el primer capítulo nos presenta a los personajes principales del relato (el coronel
Aureliano Buendía, Melquíades, José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán) no es hasta el segundo
capítulo cuando conocemos el origen de la trama de la novela y el origen del pueblo donde
transcurre.

José Arcadio Buendía se casa en la localidad de Riohacha con su prima Úrsula Iguarán, pese
a los impedimentos por incesto que tratan de hacer valer sus parientes y la superstición
existente de que los hijos que nacieran de esa pareja tendrían cola de cerdo, como castigo
alincesto. Pese a los remedios anticonceptivos que trata de poner Úrsula y a los remordimientos,
conciben un niño que nacerá en la selva durante el éxodo que se impone José Arcadio Buendía
para huir del fantasma de Prudencio Aguilar, que se aparecía en su casa por las noches y al que
mató de un lanzazo por un comentario sobre su prolongada infertilidad.
En esa travesía a la sierra nace, sin ningún defecto físico, José Arcadio Buendía, el primer hijo
de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán. Una noche el patriarca sueña con una población
cuyas casas tenían paredes de espejo. Entonces José Arcadio Buendía decide poner fin a su
búsqueda del mar y fundar en el lugar de la selva donde nació su primogénito, una población
con la ayuda de otras familias que les acompañaron en su viaje. Así nació Macondo, que era el
nombre que tenía la aldea en el sueño de José Arcadio Buendía.

Del matrimonio nacerán posteriormente Aureliano y Amaranta. La tranquila vida de la aldea se


alborota cada mes de marzo con la llegada de los gitanos que presentaban sus espectáculos y
asombraban a los vecinos con inventos desconocidos por ellos (el imán, la lupa, la brújula, el
hielo). Entre los gitanos, José Arcadio Buendía desarrolla una especial amistad con
Melquíades, que atesora grandes conocimientos. Es precisamente cuando éste aparece un año
en el pueblo enseñando una espléndida dentadura postiza, cuando José Arcadio Buendía sufre
repentinamente una fiebre por viajar, conocer todas las cosas y emprender aventuras,
fascinación que luego heredará su primogénito José Arcadio, quien dará 65 veces la vuelta al
mundo tras fugarse con los gitanos. Melquíades le regala al patriarca un juego de objetos de
alquimia y José Arcadio se vuelca en el intento de fabricar oro hasta el punto de llegar a perder
la razón.

Macondo crece. En pocos meses llega a los 300 habitantes e insospechadamente de las
honduras de la ciénaga van llegando nuevas gentes que se asientan en el pueblo.

En esa época viene a la casa la niña Rebeca, con un taleguito de huesos de los restos de sus
padres y la extraña manía de comer tierra. Úrsula adopta a la huérfana y la integra como una
hija más en la familia. Una india que vivía en la casa de los Buendía reconoce en Rebeca los
síntomas de la peste del insomnio, enfermedad que contagia a los habitantes de Macondo.
Como consecuencia de esta lacra llegará también la peste del olvido que hacía que los que la
sufrían olvidaran incluso el nombre de las cosas y en su extremo más riguroso hasta leer o
hablar. El pueblo es salvado de estas plagas por Melquíades, que regresa con un remedio de
una de sus muertes.

Más tarde Pietro Crespi, un joven músico y afinador de pianos se enamora de Rebeca, con
quien se compromete. Mientras, Amaranta se enamora de Pietro Crespi, lo que supone una
rivalidad mortal con su falsa hermana, Rebeca. A su vez, el amigo de la familia, Gerineldo
Márquez, que será más tarde lugarteniente inseparable de Aureliano en las guerras partidistas,
se enamora de Amaranta y será fiel a este sentimiento el resto de su vida, pese a los desprecios
crueles de la menor de los Buendía. Por su parte, Aureliano Buendía, mantendrá relaciones con
la concubina abandonada por su hermano José Arcadio, llamada Pilar Ternera, ya presente en
la fundación de Macondo y que leía el futuro en las cartas. A pesar de llegar a tener un hijo con
Pilar Ternera, Aureliano Buendía se enamora perdidamente de Remedios, la hija menor de
Apolinar Moscote, una especie de delegado del gobierno en la localidad, y, a pesar de ser una
niña sin menstruación, logra casarse con ella y alcanza la dicha, aunque por poco tiempo. La
repentina muerte de Remedios sume a Aureliano en la melancolía y en una incapacidad para el
amor que le acompañaría el resto de su vida. Al estallido de la guerra civil, Aureliano se une al
partido liberal y participa en las batallas como Coronel de las fuerzas revolucionarias,
extendiendo con el correr de los años su lucha a otros países contra los regímenes
conservadores. Durante sus escarceos militares, Aureliano Buendía tendrá 17 hijos de 17
mujeres distintas, hijos que eran llevados a Úrsula para que les pusiera nombre y quienes se
distinguían porque recibieron todos en la frente una cruz de ceniza imborrable. Esquivo a la
muerte, el Coronel se salvó de varias trampas de sus enemigos, libró varios atentados y
emboscadas e incluso, sobrevivió a un intento de suicidio cuando, acabadas las guerras y
firmado el armisticio, convencido de la inutilidad de la lucha, decidió pegarse un tiro en el pecho.
El Coronel Aureliano Buendía deja de ser un héroe nacional para retirarse a una vejez
prolongada y solitaria dentro de la casa materna donde se consagra a la fabricación y venta de
pescaditos de oro.

Cuando José Arcadio regresa de su periplo por el mundo, tatuado y hablando la lengua de los
marineros, se une a Rebeca, pero no pueden vivir en la casa paterna por el escándalo del
incesto (aunque realmente no eran hermanos). Por su parte, Pietro Crespi, dando por perdida a
Rebeca, intenta el asedio de Amaranta, pero ésta, a pesar de amarle, le rechaza, por lo que el
músico decide cortarse las venas y muere. Esto provoca una gran amargura en Amaranta, que
termina por encerrarse en vida dentro de la casa con su sempiterna venda negra (se quemó un
brazo) hasta que recibe el vaticinio de su muerte: tendrá lugar el día en que acabe de elaborar
su propio sudario, labor en la que emplea más de seis años. El patriarca, José Arcadio Buendía,
que había perdido la razón muere atado a un árbol del patio familiar.

Acabadas las guerras, la novela se centra en los diecisiete Aurelianos, destacando Aureliano
Triste, que instala una fábrica de hielo en Macondo y después, movido por el espíritu
emprendedor de su abuelo, decide hacer llegar el tren hasta la Aldea. Con la llegada del
ferrocarril sucede también la venida a Macondo de todo tipo de gentes y el asentamiento de la
compañía bananera. Es la época más próspera que viviría la aldea en toda su historia.

Entretanto Arcadio y Santa Sofía de la Piedad, una muchacha pagada por Pilar Ternera para
acostarse con su hijo, engendran a Remedios, la Bella, por cuya hermosura subyugante
mueren varios hombres ante su completa indiferencia. Arcadio se convierte en un regidor tirano
y cruel de Macondo, legaliza usurpaciones de fincas realizadas por su padre, y muere fusilado
por el ejército con el desprecio de los suyos. Antes de morir también había engendrado con
Santa Sofía de la Piedad a los gemelos José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo.
Por parte, Aureliano José, el hijo del Coronel Aureliano Buendía con Pilar Ternera, vivió
siempre enamorado de su tía Amaranta y muere en el transcurso de una de las guerras civiles.

Posteriormente Macondo entra en una espiral de declive. La huelga y posterior revuelta de los
trabajadores del banano es reprimida por el ejército con una severidad inaudita que se salda con
más de 3.000 muertos, mujeres y niños incluídos. José Arcadio Segundo es testigo de los
hechos y viajó en el tren con los cadáveres que iban a ser vertidos al mar, dado por muerto por
los soldados. Cuando regresa al pueblo y cuenta lo sucedido nadie lo cree. Aparentemente,
nada ha sucedido, pero el ejército sigue su labor de persecución y exterminio, por lo que José
Arcadio Segundo es recluido y prácticamente abandonado por Úrsula en una pieza de la casa.
Su gemelo, Aureliano José, que en años anteriores había gozado de los placeres de la vida con
una lujuria sin contenciones junto a su concubina Petra Cortés, sufre una transformación de su
apariencia (pierde mucho peso) y un apaciguamiento de carácter durante los más de 4 años
ininterrumpidos del diluvio que inundó Macondo. Vive sin salir de la casa familiar, junto a su
mujer legítima, Fernanda del Carpio, y a su nieto Aureliano Babilonia (hijo de Meme, recluida
finalmente en un convento con voto de silencio, y Mauricio Babilonia, un menestral que era
seguido siempre por cientos de mariposas amarillas).

Cuando termina el diluvio Úrsula, la matriarca muere y la familia, ya no tenida en cuenta por el
resto de habitantes de ese Macondo arrasado, se empieza a difuminar. Aureliano Segundo
regresa con su concubina y experimenta el verdadero amor de la convivencia madura y la
felicidad que sólo puede dar la pobreza (en otros tiempos había regentado con Petra Cortés el
negocio ganadero más próspero y fértil de toda la región), dedicando todo el dinero que gana a
pagar los estudios de Amaranta Úrsula en Bruselas. Sin embargo, cuando siente que va a
morir regresa con Fernanda del Carpio pues le había jurado a su esposa que en ese momento
estaría con ella. En el mismo momento que Aureliano Segundo muere, también lo hace José
Arcadio Segundo, su hermano gemelo, que siempre tuvo el terror de ser enterrado vivo, por lo
que su madre, Santa Sofía de la Piedad, lo degolla antes de enterrarlo. Muerta Úrsula y sus
hijos, Santa Sofía de la Piedad abandona la casa y nunca se volvería a saber de ella. Antes de
morir, José Arcadio, encerrado en su cuarto, había transmitido a Aureliano Babilonia, su sobrino
nieto, la fascinación por los pergaminos de Melquíades. Éste se aparece a Aureliano Babilonia,
ya próximo a cumplirse el plazo de cien años a cuya finalización los pergaminos podrían ser
descifrados, para revelarle que están en sánscrito.

A la muerte de Fernanda del Carpio, regresa de Roma José Arcadio, su hijo con Aureliano
Segundo. No se había consagrado a la orden sacerdotal y había llevado una vida bohemia y de
penurias engañando a su madre. José Arcadio y unos niños que introduce en la casa
encuentran el oro de Úrsula. Los niños acaban ahogando a José Arcadio, después de que éste
los maltratara y echara, y llevándose el oro, quedándose Aureliano Babilonia sólo hasta el
regreso de Amaranta Úrsula, de quien se enamora perdidamente, ignorando que es su tía y a
pesar de estar casada con Gastón, un emprendedor y aviador belga. Cuando éste decide
regresar a Bélgica la pasión entre Amaranta Úrsula y Aureliano Babilonia se consuma mientras
la casa va siendo destruída por la vegetación y los animales, y Macondo va siendo abandonado
por sus habitantes. En ese contexto catastrófico engendran un niño con cola de cerdo, que
termina siendo devorado por las hormigas. Amaranta Úrsula se desangró como consecuencia
del parto y Aureliano encuentra la clave para descifrar los pergaminos de Melquíades: en ellos el
gitano contaba la historia de Macondo y de la familia Buendía, así como, con cien años de
anticipación, del destino final de Aureliano y del pueblo: ser barridos por el viento, "porque las
estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra"

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