Apuntes de Derecho Internacional de Los Derechos Humanos PDF
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Clara Castillo Lara
Introducción
Los antecedentes ingleses como la Carta Magna de 1215, el Acta de Habeas
Corpus de 1679 y el Bill of Rigths de 1689, la definición actual de derechos humanos
no surge sino hasta el siglo XVII con las declaraciones estadounidenses, y con la
Declaración de los Derechos de Hombre y del Ciudadano proclamada en París en
1789. Con esto, el derecho interno de los Estados desarrolla un orden jurídico hacia
el reconocimiento y la protección de los derechos fundamentales de las personas
sujetas a la jurisdicción del Estado específicos. El derecho internacional tradicional
se definía como el orden jurídico que regulaba las relaciones entre Estados, por lo
que solo se le reconocían derechos y obligaciones a los Estados, pero no a los
individuos, pues eran considerados “objetos” y no “sujetos”. (Ortiz,2014:410)
El siglo XX, trajo una evolución hacia la protección de los derechos humanos,
porque los individuos se consideraron “objetos” del derecho internacional y ahora
1
Profesora investigadora del Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana-A;
Coordinadora de la Maestría en Derecho; e integrante del Área de Investigación de Derechos Humanos y
Alternatividad Jurídico Social. Dra. en Ciencias Penales y Política Criminal. Dra. en Derecho Público, e
Investigadora Nacional del SNI-CONACYT
se tiene la concepción de que son “sujetos”. Las atrocidades cometidas en la
Segunda Guerra Mundial provocaron un cambio en favor de los derechos humanos
y se considera un asunto susceptible de regulación por parte del derecho
internacional. En 1945 se incluyó en la Carta de la ONU disposiciones que reflejan
un compromiso bien definido de la comunidad de Estados con la protección y
defensa de los derechos humanos, con ello, se inició el movimiento de
internacionalización de los derechos humanos. (Ortiz, 2014:410)
La concepción más difundida de los Derechos Humanos es aquella que los concibe
como elementos éticos y jurídicos, con una caracterización abstracta de los
derechos morales, derivados de situaciones espacio-temporales específicas para
determinar las exigencias y pretensiones fundamentales, que resulta en un punto
intermedio entre el objetivismo y el no objetivismo, con especial énfasis en el ser
humano como sujeto moral racional, influenciado por los valores sociales de su
entorno. (Velázquez, 2009: 219) En los derechos fundamentales también lo han
tratado de delimitar y conceptualizarlos:
La capacidad exigida para entrar en relaciones con los demás Estados se refiere
directamente a la independencia de éstos. La independencia, ha de entenderse
como la existencia de un Estado que no está sometido a la autoridad de ningún otro
Estado o grupo de Estados. Esta situación puede también describirse como
soberanía externa, lo que significa que la única autoridad que se impone a un
Estado es la del derecho internacional. El reconocimiento como Estado es un
requisito adicional fundamental para que exista un Estado.
En el derecho internacional de los derechos humanos, que sin perjuicio de todas las
fuentes referidas en el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia,
se han de considerar dos elementos: la obligatoriedad universal y regional de la
norma que obliga a los Estados a respetar y garantizar los derechos humanos según
la Carta de las Naciones Unidas y su carácter ius cogens. (Ortiz, 2004:24)
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Artículo 38. 1. La Corte, cuya función es decidir de conformidad con el derecho internacional las controversias
que le sean sometidas, aplicará:
a. convenciones internacionales, ya sean generales o particulares, que establecen reglas expresamente
reconocidas por los estados contendientes;
b. costumbre internacional, como evidencia de una práctica general aceptada como ley;
c. los principios generales del derecho reconocidos por las naciones civilizadas;
d. Con sujeción a lo dispuesto en el artículo 59, las decisiones judiciales y las enseñanzas de los publicistas más
calificados de las distintas naciones, como medios subsidiarios para la determinación de las normas de derecho.
Cfr. Estatuto de la Corte Internacional de Justicia.
https://web.archive.org/web/20110629193835/http://www.icj-
cij.org/documents/index.php?p1=4&p2=2&p3=0 (01-07-2019)
En el artículo 2.1 de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados
(Convención de Viena), se definen los “tratados” como sigue: “Para los efectos de
la presente Convención: (a) se entiende por “tratado” un acuerdo internacional
celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste
en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea
su denominación particular.” Los tratados pueden ser bilaterales (entre dos Estados)
o multilaterales (entre más de dos Estados). El tratado, bilateral o multilateral, crea
obligaciones jurídicas para los Estados parte.
Las reservas son una herramienta que facilita la celebración de tratados e impide
que los Estados se abstengan de suscribir o de adherirse por causa de algunos
aspectos aislados, por eso, el Estado formula una o varias reservas (Ortiz, 2004:31)
al tratado cuando firma, ratifica, acepta, aprueba el tratado o se adhiere a él, la
interrogante es si el régimen de las reservas no varía en función de la naturaleza de
los tratados, cuando no dispongan nada al respecto de los mismos. (Ortiz, 2004:31)
En el artículo 42.2 de la Convención de Viena, se estipula que: La terminación de
un tratado, su denuncia o el retiro de una parte no podrán tener lugar sino como
resultado de la aplicación de las disposiciones del tratado o de la presente
Convención. La misma norma se aplicará a la suspensión de la aplicación de un
tratado. En los artículos 54 a 79 de la Convención de Viena, se consignan los
requisitos para la terminación, la suspensión y el retiro.
Las relaciones entre los Estados son difíciles y se basan en opiniones compartidas
o acuerdos concluidos por consenso. Puesto que surgen controversias entre
Estados, y pueden ser de todo tipo, incluso originadas por relaciones dimanantes
de un tratado entre Estados. 3 Por ejemplo: La Convención Sobre la Eliminación de
todas las formas de Discriminación contra la Mujer. (Cees y Bienert, 2017:87)
3
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDM, aprobada
en 1979) acepta la ratificación con reservas, siempre que esas reservas no sean incompatibles con el objeto y
fin de la Convención (CEDM, artículo 28.2)
(artículo 37). La Comisión de Derecho Internacional (CDI) 4 define al arbitraje como
un procedimiento para resolver controversias entre Estados mediante un laudo
obligatorio basado en el derecho y resultante de un compromiso voluntariamente
aceptado. La diferencia entre el arbitraje y el arreglo judicial reside en la elección de
los miembros de ambos órganos judiciales y en las normas de procedimiento; por
ejemplo, a diferencia de las decisiones y sentencias judiciales, en la esfera del
arbitraje, los procedimientos y los laudos no siempre son públicos. Mientras que los
miembros de los paneles de arbitraje se seleccionan sobre la base de un acuerdo
entre las partes, el arreglo judicial presupone la presencia de un tribunal permanente
con un cuerpo de magistrados y un reglamento interno propios que las partes en la
controversia han de aceptar. Los tribunales de arbitraje pueden tener un único
árbitro o ser órganos colegiados; por lo que atañe a su composición, es esencial el
consenso de los Estados parte en la controversia. Ese consenso puede estar
establecido en un tratado como un medio para la resolución de controversias
vinculadas con el tratado en sí o sobre una base ad hoc cuando se origina una
controversia entre Estados y estos deciden recurrir al arbitraje. El laudo dictado por
el tribunal, es obligatorio para las partes en la controversia, aunque un Estado puede
decidir no aceptarlo. (Cees y Bienert, 2017:88)
4
La Comisión de Derecho Internacional es un grupo de expertos creado en cumplimiento del art. 13(1) (a) de
la Carta de la ONU para impulsar la codificación progresiva del derecho internacional. Según el art. (2) de su
Estatuto, la Comisión está integrada por 34 miembros “de reconocida competencia en derecho internacional”.
Los miembros actúan a título individual y no en representación de sus gobiernos. Son elegidos por la
Asamblea General de la ONU, que “tendr[á] en cuenta que […] en la Comisión, en su conjunto, estén
representadas las grandes civilizaciones y los principales sistemas jurídicos del mundo” (Estatuto de la
Comisión de Derecho Internacional, art. 8).
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La CIJ es el principal órgano judicial de la ONU y fue constituida en el año 1946, en virtud del artículo 92 de
la Carta de la ONU. La CIJ está organizada según lo dispuesto en su Estatuto –que forma parte integrante de la
Carta de la ONU– y su sede tradicional ha sido siempre La Haya (Países Bajos). Los magistrados de la CIJ son
elegidos por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General, de conformidad con un complejo procedimiento
(ver los artículos 4-14 del Estatuto de la CIJ). Su designación suele ser un ejercicio sumamente politizado.
Actualmente, la distribución de las quince plazas de la CIJ (en términos de nacionalidad y bloques de poder)
corresponde a la de los miembros del Consejo de Seguridad, lo que significa, entre otras cosas, que entre los
magistrados de la CIJ hay un nacional de cada uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de
Seguridad (China, EE.UU., Francia, Reino Unido y Rusia).
internacionales que se ocupan de las obligaciones de los Estados, como la Corte
Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, el Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Sin embargo, la competencia de cada uno de estos tribunales
para dictar fallos se limita a las reclamaciones que se les presentan en virtud del
respectivo tratado por el que fueron constituidos. Dado que estos tribunales penales
internacionales tienen jurisdicción sobre individuos y no sobre Estados
La CIJ emite un único fallo, pero los magistrados tienen derecho a expresar su
opinión. La decisión de la CIJ es obligatoria para los Estados parte en la
controversia. La jurisdicción de la CIJ se relaciona con la resolución de litigios y la
emisión de opiniones consultivas, poderes que no puede ejercer por iniciativa
propia. Dicha jurisdicción incluye todos los litigios que las partes le sometan y todos
los asuntos especialmente previstos en la Carta de la ONU o en los tratados y
convenciones vigentes (artículo 36.1 del Estatuto). Los Estados pueden 90 declarar
en cualquier momento que reconocen como obligatoria la jurisdicción de la CIJ en
todas las controversias de orden jurídico que versen sobre: la interpretación de un
tratado; cualquier cuestión de derecho internacional; la existencia de todo hecho
que, si fuere establecido, constituiría violación de una obligación internacional; la
naturaleza o extensión de la reparación que ha de hacerse por el quebrantamiento
de una obligación internacional. La declaración puede hacerse incondicionalmente
o bajo condición de reciprocidad por parte de varios o determinados Estados, o por
determinado tiempo (Estatuto, artículo 36.3). Además de la competencia sobre los
litigios que los Estados le sometan según lo dispuesto en el artículo 36 de su
Estatuto, la CIJ puede emitir opiniones consultivas respecto de cualquier cuestión
jurídica, a solicitud de cualquier organismo autorizado para ello por la (Carta de la
ONU) (por ejemplo, el Consejo de Seguridad, la Asamblea General y el Consejo
Económico y Social de la ONU (ECOSOC), así como los organismos especializados
de la ONU. Las opiniones consultivas de la CIJ son vinculantes para el organismo
que las solicita, y generalmente, los Estados concernidos suelen también aceptarlas
y adherirse a ellas. Los Estados no tienen la capacidad para solicitar opiniones
consultivas de la Corte, pero tienen derecho a comparecer ante la Corte y a formular
opiniones y comentarios sobre los puntos de vista expuestos ante ella. (Cees y
Bienert, 2017:90)
El jus cogens, o normas imperativas del derecho internacional general, son normas
que no admiten derogaciones. Los tratados celebrados entre Estados no deben ser
contrarios a dichas normas, y si fuera el caso, son nulos. El artículo 64 de la
Convención de Viena determina incluso que (s)i surge una nueva norma imperativa
de derecho internacional general, todo tratado existente que esté en oposición con
esa norma se convertirá en nulo y terminará. La palabra surge debe entenderse
como referencia a una nueva norma de jus cogens que antes era una norma de
derecho internacional consuetudinario o formaba parte de un tratado multilateral. En
este sentido, se hace referencia al proceso de evolución de las normas generales
de derecho internacional, en virtud del cual una práctica habitual entre Estados
puede convertirse en derecho internacional consuetudinario, y una norma de
derecho internacional consuetudinario puede llegar a ser una norma imperativa que
no admite derogación alguna. La prohibición total de la tortura (O´Donnel, 2004:177)
y (Cees y Bienert, 2017:91) es un ejemplo de norma que ha evolucionado. Así que
un tratado que defiende o permite la tortura es nulo según el contenido del artículo
64 de la Convención de Viena.
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El artículo 19.1 de la CDN estipula: “Los Estados parte adoptarán todas las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso
físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el
niño se encuentra bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo
tenga a su cargo.” Algunas de las medidas apropiadas para la aplicación de este artículo son: • la aprobación de
una ley que determine los delitos específicos de conformidad con el derecho penal por trato violento o abusivo
de niños cometidos por personas encargadas de su cuidado; • la creación de organismos administrativos
obligados y autorizados a investigar el bienestar de los niños; • la adopción de disposiciones relativas al derecho
del derecho nacional sin necesidad de que sea incorporado formalmente al
ordenamiento jurídico interno.
Estas teorías cobran importancia cuando hay un conflicto entre una norma de
derecho internacional y una de derecho interno. Al respecto, no puede haber un
conflicto real entre el derecho interno y el derecho internacional, pues cada uno
constituye un sistema que opera en ámbitos diversos; sin embargo, sí puede haber
un conflicto con obligaciones internacionales o una inhabilidad de los Estados para
actuar de forma consistente con el derecho internacional. En la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos las referencias al derecho internacional se limitan
a los tratados internacionales, los cuales forman parte del sistema jurídico
nacional; lo mismo que la costumbre internacional, la cual se ha incorporado a los
sistemas anglosajones a través del common law, o a través de disposiciones
constitucionales en los sistemas europeos. La doctrina ha identificado aquellos que
son autoejecutables (self–executing) y los no autoejecutables. Los primeros no
dependen de una ley para su cumplimiento, y le corresponderá al Ejecutivo su
adecuación con disposiciones administrativas. Los segundos se refieren a aquellos
laboral que proporcionen protección específica relativa al empleo de menores (edad mínima, horas de trabajo,
etc.). 94 forma parte del derecho nacional sin necesidad de que sea incorporado formalmente al ordenamiento
jurídico interno.
tratados que necesitan de una ley, o un reglamento para operar en la práctica.
(Dondé,2009:191)
7
Cfr. Convención de Viena. Convención de Viena sobre el derecho de los tratados U.N. Doc A/CONF.39/27
(1969), 1155 U.N.T.S. 331, entered into force January 27, 1980. Viena, 23 de mayo de 1969,
https://www.oas.org/xxxivga/spanish/reference_docs/convencion_viena.pdf (01-07-2019)
hechos internacionalmente ilícitos, (artículo 2), aprobado por la Comisión de
Derecho Internacional en 2001. Se considera que un hecho es internacionalmente
ilícito cuando: un comportamiento consistente en una acción u omisión es atribuible
[imputable] al Estado según el derecho internacional; y ese comportamiento
constituye una violación de una obligación internacional del Estado. (Cees y Bienert,
2017:94)
La responsabilidad del Estado puede comprometerse no solo por los actos de sus
funcionarios, sino también por los actos de otras personas, si los actos son
atribuibles al Estado. Por ejemplo, de conformidad con el artículo 5 del Proyecto de
artículos, el comportamiento de una persona o entidad privada facultada por el
derecho de ese Estado para ejercer atribuciones del poder público puede
considerarse responsabilidad del Estado si la persona actuó ejerciendo el poder
público que se le ha atribuido específicamente. Esto atañe a la aplicación de la ley,
por ejemplo, si se contratan empresas privadas que brindan servicios penitenciarios.
El derecho internacional contiene normas que definen los poderes de los Estados
para gobernar a las personas y los bienes. Estas normas determinan lo que se
denomina jurisdicción estatal. Los poderes del Estado incluyen poderes de
legislación, competencia legislativa, y de aplicación, competencia de aplicación, en
los sentidos tanto ejecutivo como judicial de esta palabra. Se deduce, que el poder
y la autoridad del Estado para legislar abarcan los ámbitos penal y civil. Las normas
de derecho internacional que delimitan la jurisdicción estatal determinan las
personas y los bienes a los que se aplica la legislación nacional, así como los
procedimientos del Estado para hacer cumplir dicha legislación. Más allá de ello, el
contenido mismo del derecho interno no atañe al derecho internacional. 8
La jurisdicción penal es, sobre todo, competencia de los Estados. Cuando los
Estados ejercen la jurisdicción penal en una situación determinada, invocan uno o
varios de los cinco principios siguientes: 1. el principio de territorialidad, referido a
un delito cometido en su territorio; 2. el principio de nacionalidad, referido a la
nacionalidad de la persona que comete el delito; 3. el principio de protección,
referido al interés nacional afectado por el delito; 4. el principio de universalidad,
según el cual los Estados pueden ejercer jurisdicción independientemente de la
nacionalidad del presunto perpetrador o el lugar donde se comete el delito; este
principio se aplica, por ejemplo, a las violaciones graves de los Convenios de
Ginebra o al delito de piratería; y 5. el principio de personalidad pasiva, referido a la
nacionalidad de la víctima del delito.
8
El derecho que atañe a la responsabilidad del Estado también se encuentra en el Documento de Montreux.
Para obtener más información al respecto, v. Documento de Montreux. Disponible en línea en https://
www.icrc.org/spa/assets/files/other/icrc_003_0996.pdf (consultado el 30 de septiembre de 2013).
Históricamente, la jurisdicción penal internacional comenzó a aplicarse cuando no
podía invocarse la jurisdicción penal nacional. Los primeros tribunales penales
internacionales fueron el Tribunal de Nuremberg y el Tribunal de Tokio, instituidos
ambos poco después de la Segunda Guerra Mundial. El Tribunal Militar de
Nuremberg se constituyó el 8 de agosto de 1945, cuando representantes de la Unión
Soviética, del Reino Unido, de los Estados Unidos y del gobierno provisional de la
República Francesa firmaron el Acuerdo concerniente al juicio y castigo de los
principales criminales de guerra del Eje europeo, conocido también como Acuerdo
de Londres. En este se integró la Carta del Tribunal Militar Internacional, en la cual
se definieron las normas fundamentales y de procedimiento que aplicaría el
Tribunal. El Tribunal de Tokio, Tribunal Militar Internacional para el Extremo Oriente,
se constituyó por proclamación especial del Jefe Supremo de la Alianza en el
Pacífico, el 19 de enero de 1946. Hasta hace muy poco, estos eran los únicos
tribunales penales internacionales constituidos por la comunidad internacional de
Estados. Tras los crímenes cometidos en ex Yugoslavia a comienzos de la década
de 1990 y en Ruanda en 1994, se establecieron dos tribunales penales
internacionales para enjuiciar a los responsables de dichos actos. Ambos tribunales
fueron constituidos mediante las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU,
aprobado según el Capítulo VII de la Carta de la ONU.
La iniciativa presentada por India para incorporar el uso de armas nucleares y otras
armas de destrucción masiva en la definición de crímenes de guerra fue rechazada
durante las negociaciones iniciales del tratado. Jurisdicción territorial Las partes en
el proceso de negociación no llegaron a un acuerdo para dotar a la Corte de
jurisdicción universal. En consecuencia, en el plano geográfico, la CPI ejerce su
jurisdicción solo en los siguientes casos: cuando el acusado es nacional de un
Estado parte, o cuando el Estado del acusado acepta la competencia de la Corte; o
cuando el presunto crimen se comete en el territorio de un Estado parte, o cuando
el Estado donde se comete el crimen acepta la competencia de la Corte); o cuando
una situación es remitida a la Corte por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los Estados tienen la responsabilidad de juzgar los crímenes, incluso los definidos
en el Estatuto de Roma. Solo cuando los Estados no asumen esa responsabilidad,
la CPI puede ejercer su competencia para investigar y juzgar los crímenes definidos
en el Estatuto de Roma. El artículo 17 del Estatuto de Roma estipula que la CPI
resuelve la inadmisibilidad de un asunto cuando:
“(a) el asunto sea objeto de una investigación o enjuiciamiento por un Estado que
tenga jurisdicción sobre él, salvo que este no esté dispuesto a llevar a cabo la
investigación o el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo;
(b) el asunto haya sido objeto de investigación por un Estado que tenga jurisdicción
sobre él y este haya decidido no incoar acción penal contra la persona de que se
trate, salvo que la decisión haya obedecido a que no esté dispuesto a llevar a cabo
el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo;
(c) la persona de que se trate haya sido ya enjuiciada por la conducta a que se
refiere la denuncia, y la Corte no pueda adelantar el juicio con arreglo a lo dispuesto
en el párrafo 3 del artículo 20;
(d) el asunto no sea de gravedad suficiente para justificar la adopción de otras
medidas por la Corte.”
Una situación de asilo (O´ Donnel, 2004:598) de facto plantea un dilema irresoluble
para el Estado territorial. Si el Estado de refugio no entrega al refugiado, el Estado
territorial solo puede aprehender a esa persona violando la inmunidad de los locales
diplomáticos, según el artículo 22 de la Convención sobre relaciones diplomáticas,
o rompiendo las relaciones diplomáticas. Generalmente, se considera que el pago
por la captura del refugiado es elevado. (Cees y Bienert, 2017:101)
También se dice que las misiones diplomáticas deberían considerarse parte del
territorio del Estado acreditante. Si esto fuera asi, entonces las partes en la
Convención sobre relaciones diplomáticas figuraría en ella y no sería necesario
especificar las inmunidades de la misión diplomática, como se hace en el artículo
22. Por último, cabe señalar que no todas las violaciones de la inmunidad
diplomática ejercidas por un funcionario encargado de hacer cumplir la ley, si
registra una valija diplomática o arresta a un diplomático, necesariamente
convierten en ilícitos los procedimientos penales según la legislación nacional. El
titular de derechos de inmunidad diplomática es el otro Estado y no el individuo en
cuestión.
Existen diferencias en la forma en que los dos cuerpos jurídicos regulan ciertas
actividades. En especial, los regímenes que rigen la detención y el uso de la fuerza
difieren en el DIH y el DIDH. En el DIH se consideran las particularidades de la
guerra. Por ejemplo, el III y el IV Convenios de Ginebra estipulan regímenes
especiales para prisioneros de guerra e internados civiles. En lo relativo al uso de
la fuerza bajo el DIH, el uso de la fuerza es la norma y no la excepción durante las
hostilidades, con arreglo a normas específicas de distinción, proporcionalidad y
precaución; bajo el DIDH, en cambio, el uso de la fuerza letal solo corresponde a
una medida de último recurso para los funcionarios responsables de hacer cumplir
la ley.
A manera de conclusiones
El derecho internacional es un conjunto de normas jurídicas que regulan las
relaciones entre diversos sujetos de derecho internacional, con la finalidad de
estandarizar y armonizar la protección de seguridad social que brindan los Estados
soberanos a sus ciudadanos e inmigrantes, para apoyar a la política de desarrollo
internacional que se encuentra en constante cambio, por la influencia económica,
las actividades de los organismos internacionales de seguridad social, y la voluntad
política que influyen en la creación de las normas jurídicas como sustento al derecho
internacional. El reconocimiento de los esfuerzos de cada uno de los instrumentos
internacionales por ampliar la cobertura mundial, como la Declaración Universal de
Derechos Humanos, el PIDESC, los convenios de la OIT, entre otros más que
tienden a reconocer los derechos el individuo como derechos humanos, con
cobertura universal.
Por lo cual, los países están ajustando sus legislaciones internas para dar
cumplimiento a los convenios y declaraciones internacionales, que buscan la
cobertura universal y constituyen las fuentes formales del derecho internacional,
para atender las directrices de los organismos económicos internacionales, que
cuentan con influencia en la construcción o deconstrucción de los sistemas jurídicos,
económicos y de seguridad social, porque deben tomar en cuenta los derechos
humanos, como parte de las fuentes materiales del derecho internacional.
FUENTES DE CONSULTA
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46542009000100007&lng=es&tlng=es. (21 de julio de 2019)
Fundamentos jurídicos
– Convención de La Haya para la resolución pacífica de diferencias internacionales
(Convención H.I., aprobada en 1899, entró en vigor en 1900)
– Convención sobre derechos y deberes de los Estados (Convención de
Montevideo, aprobada en 1933, entró en vigor en 1934)
– Carta de las Naciones Unidas (Carta de la ONU, aprobada en 1945, entró en
vigor en 1945)
– Estatuto de la Corte Internacional de Justicia (Estatuto de la CIJ)
– Anexo a la Carta de la ONU (aprobado en 1945, entró en vigor en 1945)
– Convenios de Ginebra (aprobados en 1949, entraron en vigor en 1950)
– Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas (aprobada en 1961, entró en
vigor en 1964)
– Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (Convención de Viena,
aprobada en 1969, entró en vigor en 1980)
– Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (Estatuto de Roma, aprobado
en 1998, entró en vigor en 2002)
Derecho no convencional
– Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH, aprobada en 1948)
– Proyecto de artículos sobre la responsabilidad de los Estados por hechos
internacionalmente ilícitos (Proyecto de artículos, aprobado por la Comisión de
Derecho Internacional en 2001)