Sentencia Remuneración 30 Días Febrero

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ANA MARÍA MUÑOZ SEGURA

Magistrada ponente

SL1162-2018
Radicación n.° 52922
Acta 03

Bogotá, D. C., veintiuno (21) de febrero de dos mil


dieciocho (2018).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por la


empresa ARD INC. SUCURSAL COLOMBIA contra la
sentencia proferida por la Sala Fija Laboral de Descongestión
de Oralidad del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá el 14 de junio de 2011, dentro del proceso adelantado
en su contra por el señor NICANOR MOYA CARRILLO.

I. ANTECEDENTES

Nicanor Moya Carrillo presentó demanda contra la


empresa ARD INC Sucursal Colombia (en adelante ARD INC),
con el fin de que se declarara la existencia de un contrato de
trabajo a término fijo de un año entre el 1° de marzo de 2006
y el 28 de febrero de 2007, el cual fue prorrogado por un
término igual al originalmente pactado, a saber, del 1° de
marzo de 2007 al 29 de febrero de 2008. Así mismo, solicitó

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que se declarara que la empresa accionada dio por terminado


el vínculo laboral con anterioridad al cumplimiento de la
fecha acordada, por lo que requirió que se condenara al
respectivo pago de salarios indebidamente retenidos;
indemnización moratoria, costas y agencias en derecho.

Como fundamento de sus pretensiones, en lo que


interesa al recurso de casación, señaló que suscribió con
ARD INC contrato de trabajo a término fijo de un año a partir
del 1° de marzo de 2006 hasta el 28 de febrero de 2007,
devengando un salario mensual integral de $6.330.171. A su
vez, adujo que, al vencimiento del plazo pactado, ninguna de
las partes manifestó la intención de dar por terminado el
respectivo vínculo laboral, por lo que el mismo se prorrogó
automáticamente por un período igual al inicialmente
acordado. En tal sentido, y teniendo en cuenta que el año
2008 era bisiesto, el demandante mencionó que el término
de vigencia de dicho contrato de trabajo era a partir del 1° de
marzo de 2007 hasta el 29 de febrero de 2008.

Sin embargo, esgrimió que ARD INC decidió, mediante


comunicación del 21 de enero de 2008, no prorrogar
nuevamente el contrato de trabajo suscrito, por lo que
efectuó el respectivo pago de salarios y liquidación de la
compensación de vacaciones hasta el 28 de febrero de 2008,
reteniendo de manera ilegal e injustificada lo correspondiente
a un día de salario.

Finalmente, aseveró haber realizado ante el empleador


las respectivas reclamaciones para el pago de las sumas

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adeudadas, de las cuales no recibió respuesta alguna,


alegando así incumplimiento de las obligaciones a su cargo.

La accionada se opuso a la prosperidad de las


pretensiones. Admitió la existencia del contrato de trabajo a
término fijo suscrito con el señor Moya Carrillo, así como su
respectiva prórroga automática. No obstante, sostuvo que al
haberse fijado los límites temporales de la relación laboral
inicial entre el 1° de marzo de 2006 y el 28 de febrero de
2007, debió entenderse la prórroga por el mismo lapso de
tiempo, es decir, desde el 1° de marzo de 2007 hasta el 28 de
febrero de 2008.

En consecuencia, argumentó que era improcedente el


pago de salarios hasta el 29 de febrero de 2008 tal y como
fue presentado en las pretensiones de la demanda, pues el
demandante efectivamente laboró sólo hasta el 28 de febrero
de dicha anualidad, por lo que es inconducente sacar
provecho respecto del cambio en el calendario, en donde se
incluye en el año bisiesto un día adicional. En ese orden de
ideas, concluyó que obró de buena fe, pues cumplió con
todas las obligaciones que tenía a su cargo, tales como haber
comunicado el deseo de no renovar el contrato de trabajo
dentro del término legal previsto para ello, así como haber
cancelado todos los emolumentos correspondientes a
salarios y vacaciones que estaban a su cargo.

Al efecto formuló las excepciones de cosa juzgada, pago,


falta de causa e inexistencia de la obligación, cobro de lo no
debido, compensación, prescripción y buena fe.

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II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Treinta Laboral del Circuito de Bogotá D.C.


profirió fallo el 8 de septiembre de 2010, en el cual declaró
que el contrato de trabajo a término fijo de un año suscrito
entre las partes, finalizó el 29 de febrero de 2008 y, en tal
sentido, condenó a la empresa ARD INC al pago de salarios
indebidamente retenidos. Sin embargo, encontró probada la
excepción de buena fe propuesta, por lo que absolvió a la
demandada de las demás pretensiones elevadas en su
contra.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Tras apelación propuesta por ambas partes, la Sala Fija


Laboral de Descongestión de Oralidad del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá, a través de sentencia del 14
de junio de 2011, modificó la decisión proferida por el a quo,
y en su lugar dispuso:

PRIMERO: CONFIRMAR el numeral primero de la parte resolutiva


de la sentencia de fecha 08 septiembre de 2010, proferida por el
Juez Treinta Laboral del Circuito de Bogotá –Piloto de oralidad, de
acuerdo a lo expuesto en la parte emotiva de esta providencia.

SEGUNDO: REVOCAR parcialmente el numeral 2 de la parte


resolutiva de la sentencia de fecha 08 de septiembre proferida por
el Juez Treinta Laboral del Circuito de Bogotá-Piloto de Oralidad,
para en su lugar CONDENAR a la sociedad demandada ARD INC
SUCURSAL COLOMBIA a pagar a favor del demandante NICANOR
MOYA CARRILLO, identificado con cédula de ciudadanía No.
79.150.881, por concepto de indemnización moratoria, un día de
salario equivalente a la suma de $221.556 por cada día de mora,
en el pago de los salarios objeto de condena, a partir del 29 de
febrero de 2008, fecha de finalización del contrato y hasta por 24
meses, a partir de entonces correrán los intereses moratorios más
altos de acuerdo a lo certificado por la Superintendencia
Financiera.

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TERCERO: Conforme al anterior numeral, se revoca parcialmente


el numeral 3 de la parte resolutiva de la sentencia impugnada,
declarando no probada la excepción de buena fe.

Para fundamentar su decisión, el Tribunal determinó


como problemas jurídicos a resolver: (i) si el contrato de
trabajo a término fijo estaba vigente hasta el 29 de febrero de
2008 y, en consecuencia, le correspondía al demandante el
pago de salarios hasta esa fecha; y (ii) si dentro del proceso
la parte demandada cumplió con la carga probatoria a su
cargo, para desvirtuar la mala fe por el no pago de la totalidad
de salarios al actor, en razón al término de vigencia de la
relación laboral hasta el 29 de febrero de 2008.

Respecto del primer problema jurídico, el ad quem


concluyó que al haberse celebrado el contrato de trabajo que
vinculó a las partes por un término fijo de un año,
correspondía a ARD INC la obligación de pagar doce
mensualidades completas de salario al señor Moya Carrillo.
Lo anterior, pues si bien la fecha de la finalización del
contrato suscrito fue estipulada por las partes para el 28 de
febrero de 2007, lo cierto es que la prórroga automática del
contrato de trabajo se extendió hasta el último día del mes
de febrero de 2008, el cual, por ser año bisiesto, duraba hasta
el día 29. Así las cosas, al contemplar la durabilidad de los
años en materia laboral por un período de 360 días,
determinó el juzgador de segunda instancia que el año de
contrato culminó efectivamente el 29 de febrero de 2008, en
consonancia con lo estipulado por las partes en el contrato
laboral suscrito.

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En cuanto al segundo problema jurídico, determinó que


la empresa accionada no desvirtuó la mala fe, siendo que
sobre esta recaía la obligación de hacerlo, debiendo justificar
los motivos que la llevaron a no realizar el pago total de los
salarios causados, habida cuenta que el contrato de trabajo
es expreso en señalar que la vigencia del contrato sería de un
año, a saber, hasta el 29 de febrero de 2008.

Por el contrario, afirmó el Tribunal que ARD INC


incurrió en una conducta negligente y omisiva, pues en
ningún momento se pronunció respecto de los
requerimientos realizados por el señor Moya Carrillo en
cuanto a la liquidación de salarios y demás prestaciones
sociales derivadas el contrato de trabajo a término fijo en
comento, tal y como consta a folios 26 y 27 del cuaderno
principal, así como por lo manifestado por la señora Hormiga
Neira quien obró dentro del proceso en calidad de testigo.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por la demandada, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende el recurrente que la Corte «CASE


TOTALMENTE» la sentencia recurrida para que, en sede de
instancia, revoque el fallo que dictó el a quo, absolviendo a la
empresa demandada de todas las pretensiones elevadas en
su contra.

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Con tal propósito formuló tres cargos por la causal


primera de casación, los cuales fueron replicados. En tal
sentido, todos serán resueltos de manera conjunta en tanto
persiguen el mismo fin y se fundan en similares disposiciones
normativas.

VI. PRIMER CARGO

Acusó la sentencia recurrida de ser violatoria «[…]


directamente, por interpretación errónea, el artículo 46 del
CST, lo que condujo a la aplicación indebida de los artículos
27, 65, 127 (subrogado por el 14 de la ley 50 de 1990), 128
(subrogado por el 15 de la ley 50 de 1990), del CST en relación
con los artículos 1, 18 y 149 del mismo estatuto».

En la demostración del cargo, el censor acusó una


interpretación errónea del artículo 46 del CST, pues del texto
literal del mismo no se pueden prever las consecuencias de
un año bisiesto, es decir, modificar el extremo final de la
relación laboral pactada por las partes y establecerlo hasta
el 29 de febrero de 2008, tal y como lo hizo el ad quem.

Por el contrario, refirió que el contenido de la norma


misma busca respetar el acuerdo existente entre las partes
en cuanto al término de vigencia de las relaciones laborales,
al punto de «[…] estratificarlo como un tipo de contrato de
trabajo, precisamente, el contrato a término fijo». Así pues, no
puede sopesar la ocurrencia de eventos extraños a la
voluntad de las partes, para modificar o restringir lo
previamente acordado por ellos al momento de suscribir el
contrato de trabajo, como lo fue la fecha de terminación.

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En ese orden de ideas, concluyó que no es acertada la


posición del juzgador de segunda instancia al considerar que
la existencia de un fenómeno ajeno a las partes, como lo es
el año bisiesto, pueda llegar a alterar lo pactado en el
contrato de trabajo a término fijo, donde expresamente se
consignó como fecha de finalización el 28 de febrero y no el
29 del mismo mes.

VII. SEGUNDO CARGO

Acusó la sentencia recurrida de haber violado «[…]


indirectamente, por aplicación indebida, los artículos 27, 65,
127 (subrogado por el 14 de la ley 50 de 1990), 128
(subrogado por el 15 de la ley 50 de 1990), del CST; en relación
con los artículos 1, 18 y 149 del mismo estatuto».

Adujo como yerros fácticos:

1. Dar por demostrado, sin estarlo, que el demandante prestó sus


servicios personales a la demandada el día 29 de febrero de
2008.
2. Dar por demostrado sin estarlo que el contrato de trabajo
terminaba el 29 de febrero de 2008.
3. No dar por demostrado estándolo, que las partes
reiteradamente aludieron al pacto contractual acorde con lo
cual la finalización del contrato de trabajo sería el 28 de febrero
de 2008.
4. No dar por demostrado estándolo, que el demandante siempre
conoció y consintió que la fecha de terminación del contrato de
trabajo era el 28 de febrero de 2008.
5. Dar por demostrado sin estarlo que la empresa descontó dos
días de salario del demandante.
6. Dar por demostrado, sin estarlo, que la demandada actuó de
mala fe al no pagar al demandante el día 29 de febrero de
2008.
7. No dar por demostrado, estándolo, que, al recibir el valor de su
liquidación final, el demandante declaró a paz y salvo a ARD
INC SUCURSAL COLOMBIA S.A.
8. No dar por demostrado, estándolo, que mi procurada actuó de
buena fe con el demandante en la discusión del pago de la
exigua suma de $221.556.

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9. No dar por demostrado, estándolo, que mi procurada actuó de


buena fe y que las partes una vez terminaron el contrato de
trabajo, continuaron nuevos vínculos jurídicos que reportaron
ingresos al demandante por más de $50.000.000.

Afirmó que tales desaciertos fácticos se produjeron


como consecuencia de la no apreciación y de la falta de
análisis de las siguientes pruebas:

PRUEBAS ERRÓNEAMIENTE APRECIADAS

1. Contrato de trabajo de folios 9 a 12 y de folios 58 a 61.


2. Interrogatorio de parte a la empresa demandada (CD de
audiencia).
3. Testimonio de Olga Hormiga (CD de audiencia).
4. Carta de reclamo de pago salarial de 4 de febrero de 2009 folios
26 y 27.
5. Comprobantes de pago por consignación de folios 68 a 70.

PRUEBAS INAPRECIADAS

1. Otrosí al contrato de trabajo de 28 de febrero de 2007 de folio


19 y folio 63.
2. Carta de anuncio no prórroga de 21 de enero de 2008 de folio
20 y folio 64.
3. Liquidación del contrato de folio 65.
4. Comprobante consignación recibido el 25 de febrero de 2008,
obrante a folio 22 del expediente.
5. Certificación de tiempo laborado de 3 de junio de 2008 obrante
a folio 25.
6. Comunicación de la empresa al demandante de 19 de febrero
de 2010 folio 28.
7. Contrato de prestación de servicios, cuentas de cobro y pagos
obrantes de folios 75 a 122.

En la demostración del cargo, el casacionista señaló que


no obra prueba dentro del expediente que acredite que el
señor Moya Carrillo laboró el 29 de febrero de 2008. En tal
sentido, constituye una contradicción dentro del fallo que el
ad quem haya afirmado con suficiencia, que el vínculo
contractual feneció el 28 de febrero de 2008 y, a su vez, haya
condenado al pago de un día que no fue laborado, es decir,
el 29 del mismo mes.

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Aduce que tal error fue trascendental, pues la condena


en el pago de un día de salario y de la sanción moratoria, se
derivan directamente de tal interpretación. De igual forma,
sostuvo que de haber apreciado en correcta forma el contrato
de trabajo, habría concluido que las partes pactaron
expresamente las fechas que comprendían el año al que se
encontraba sujeto el vínculo laboral. Por lo cual, constituye
un desacierto aducir que la prórroga automática difiere del
contrato original, siendo que las partes en ningún momento
previeron tal situación.

De igual forma, acusó como no apreciada la


certificación emitida por el empleador el 3 de junio de 2008,
en la cual se describió el tiempo total laborado y donde se
estableció que el contrato ató a las partes hasta el 28 de
febrero de 2008, sin que el señor Moya Carrillo hubiera
presentado alguna inconformidad o reparo al respecto.

Finalmente, consideró un exabrupto condenar a la


demandada al pago de la indemnización moratoria, acusando
una negligencia al no contestar las reclamaciones ante esta
presentadas, siendo que, durante toda la vigencia del
contrato de trabajo, el empleador siempre actuó conforme a
los documentos suscritos por las partes. Además, con la
liquidación del contrato de trabajo aportado dentro del
expediente, es posible evidenciar que la misma fue aprobada
por el demandante a través de su firma, haciendo constar
que la empresa ARD INC se encontraba a paz y salvo de todas
las obligaciones a su cargo.

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A su vez, esgrimió que todas las pruebas acusadas como


no apreciadas o percibidas erróneamente dentro del
expediente, dejan entrever únicamente que la demandada en
ningún momento intentó defraudar o engañar al señor Moya
Carrillo, tal y como así lo hizo entrever el Tribunal. Por el
contrario, todos los documentos a él presentados
demuestran que siempre hubo convencimiento legítimo
respecto de la duración del contrato de trabajo hasta el 28 de
febrero de 2008 y hasta esa fecha fueron canceladas todas
las acreencias.

VIII. TERCER CARGO

Acusó la sentencia del Tribunal de vulnerar «[…]


directamente, por interpretación errónea, el artículo 65 del
CST, lo que condujo a la aplicación indebida de los artículos
27, 46, 65, 127 (subrogado por el 14 de la ley 50 de 1990),
128 (subrogado por el 15 de la ley 50 de 1990), del CST; en
relación con los artículos 1, 18 y 149 del mismo estatuto y
2229 de la CP.».

En la demostración del cargo, establece que la sanción


moratoria consagrada en el artículo 65 del CST no es de
aplicación automática, pues corresponde al juzgador de
instancia evaluar las razones que llevaron al empleador a no
realizar el pago correspondiente.

Con lo cual, no procede endilgar mala fe a la empresa


ARD INC, cuando el no pago de salarios adeudados se deriva
de un error y no de una intención de perjudicar o incumplir
con los negocios jurídicos contraídos con el demandante. Por

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lo anterior, esgrime que el ad quem incurrió en una


interpretación errónea, pues al declarar el no pago de un día
de salario por parte del empleador, inmediatamente impuso
de forma automática la indemnización moratoria, sin evaluar
o hacer un análisis detallado de la conducta de buena fe que
enmarcó la conducta de la accionada.

IX. RÉPLICA

Se fundamentó principalmente la oposición, en mostrar


que el Tribunal no incurrió en ninguna de los errores
esgrimidos por el casacionista, en primer lugar, porque
nunca realizó una interpretación errónea del artículo 46 del
CST. Lo anterior, puesto que si bien la citó y la leyó dentro
del conjunto normativo en el cual soportó su decisión de
confirmar la sentencia del juez de primera instancia, en
ningún momento hay un análisis concreto de tal disposición
legal.

En segundo lugar, tampoco existe yerro alguno en la


sentencia atacada, pues el ad quem entendió acertadamente
que, al haberse prorrogado el contrato de trabajo por un
término de un año, lo conducente era reconocer doce
períodos completos, a pesar de que el 2008 era año bisiesto
y el mes de febrero tuviera 29 días. En tal sentido, acusó que
al aceptar el pago de sólo 28 días que realizó la accionada por
el mes de febrero laborado, se estaría a su vez aceptando que
sean cancelados sólo 358 días al año y no 360 como procede
en materia laboral.

Con respecto a la sanción moratoria consagrada en la

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sentencia gravada, afirmó que ésta es procedente conforme a


lo confesado por el representante legal de la empresa, así
como por la testigo, en donde aceptan ser deudores del día
de salario restante, teniendo en cuenta que dieron por
terminado el contrato de trabajo el 29 de febrero de 2008. A
su vez, vislumbró cómo el actuar de ARD INC no hace parte
de una legítima y razonable conducta empresarial, siendo
que era evidente que debía pagar las doce mensualidades
completas en consonancia con el término de duración de un
año completo del contrato de trabajo.

Además, determinó en cuanto al segundo cargo


presentado por la vía indirecta, que el juzgador de segunda
instancia no incurrió en ninguno de los errores de hecho que
se le acusan, pues concluyó efectivamente que la vigencia del
contrato era por el término de 1 año, a partir de la lectura
literal del contrato de trabajo visible dentro del expediente.
Así mismo, tampoco se equivocó en cuanto a establecer que
la demandada había descontado salarios en la liquidación del
trabajador, pues a partir de la confesión rendida por el
representante legal dentro del interrogatorio de parte, tal
situación se pudo constatar.

Finalmente, mencionó que la buena fe de la accionada


no se puede ver acreditada a partir de la suscripción de
contratos de prestación de servicios posteriores con el señor
Moya Carrillo, pues estos son disímiles y nada tienen que ver
con el vínculo laboral suscrito con anterioridad y sobre el
cual recae la discusión. Igualmente, tampoco repercute un
argumento válido referir la declaración de paz y salvo
presentada por el demandante dentro de la liquidación final

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del contrato de trabajo, pues esta es «[…] simplemente una


fórmula sacramental utilizada contra legem por la empresa,
que no tiene la virtualidad de desconocer las normas de
derecho laboral, irrenunciables y de orden público.».

X. CONSIDERACIONES

A partir del estudio de los cargos presentados por el


recurrente, encuentra esta Sala que los problemas jurídicos
se circunscriben a determinar: (i) si corresponde al
empleador realizar la liquidación de salarios y prestaciones
sociales sobre 360 días (teniendo en cuenta que el período de
vigencia acordado por las partes fue de un año),
considerando que el mes de febrero de 2008 contaba tan sólo
con 29 días y, aunado a ello, que el señor Moya Carrillo
laboró sólo hasta el día 28; y (ii) si es procedente condenar al
empleador al pago de la indemnización moratoria prevista en
el artículo 65 del CST, en caso de acreditar el incumplimiento
en el pago de la liquidación de las acreencias laborales a su
cargo.

En cuanto al primer interrogante, se advierte que en la


documental visible a folios 9-12 del cuaderno principal, las
partes establecieron de manera expresa que la duración del
contrato de trabajo sería por un término fijo de un año y con
fecha de vencimiento el 28 de febrero de 2007. A su vez, dicho
contrato fue prorrogado por un término igual al inicialmente
pactado, toda vez que ninguna de las partes manifestó la
intención de no extenderlo, según lo dispuesto en el artículo
46 del CST, el cual consagró un término no inferior a 30 días
antes a la finalización del vínculo laboral.

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Corolario de lo anterior, el Tribunal resolvió condenar


al pago de salarios correspondiente a 12 mensualidades
completas, lo que para este caso sería hasta el 29 de febrero
de 2008, teniendo en cuenta que «[…] por ser un año bisiesto
se pensaría que el contrato se extendió hasta el último día de
febrero de 2008, esto es 29 de febrero, ya que las partes
convinieron la celebración de un contrato de trabajo a término
fijo de un año, que implica 360 días calendario […]».

Al respecto, el recurrente fundamentó su demanda de


casación principalmente, en que las partes acordaron de
manera expresa los extremos temporales de la relación
laboral, siendo el 28 de febrero la fecha pactada para su
terminación. Con lo cual, correspondía a la empresa ARD INC
realizar el respectivo pago de las acreencias laborales sólo
hasta esa fecha. Por otra parte, argumentó que era
improcedente liquidar salarios y prestaciones sociales hasta
el 29 de diciembre de 2008, teniendo en cuenta que el señor
Nicanor Moya Carrillo solamente desempeñó la prestación
personal del servicio hasta el 28 de febrero, por lo que resulta
contradictorio reconocer el pago por un día no laborado.

Así las cosas, encuentra esta Corporación que no es de


recibo ninguno de los argumentos expuestos por el
recurrente, pues la liquidación del contrato de trabajo debió
hacerse sobre la base de que cada mes tiene 30 días, en
consonancia con el término de duración de un año o 360 días
pactado por las partes. Por lo anterior, a pesar de haber
contado el mes de febrero con 28 días para el año 2007, así
como con 29 días para el 2008 por ser año bisiesto, lo cierto

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es que tal discusión pasa a un segundo plano, pues el


empleador debió haber liquidado y pagado el salario sobre 30
días y no sobre 28, cancelando así de manera completa las
12 mensualidades a las que se encontraba obligado.

Al respecto, esta Sala mediante providencia CSJ AL, 5


febrero 2008, radicación 32297, se refirió respecto a la forma
en que debe ser tomado el año para efectos de liquidar y
cancelas y salarios causados durante la relación laboral,
aduciendo:

Se ha de recordar que corresponde a una práctica uniforme


Laboral, Civil, Comercial, Administrativa y Fiscal tomar todos los
meses como periodos iguales de 30 días y, por tanto, el año de
360; así se ha de tomar específicamente el salario, pues lo enuncia
el artículo 134 del Código Sustantivo del Trabajo, el salario se debe
pagar por periodos iguales que justamente es la medida de 30 días
para todos los meses cualquiera que fuere el número calendario de
éstos.

En conclusión, se tiene que la conclusión a la que arribó


el Tribunal no fue errada, pues tal y como obra a folio 25 del
cuaderno principal, la empresa ARD INC certificó que el
salario mensual devengado por el señor Moya Carrillo para el
año 2008 fue de $6,646,680, motivo por el cual debió
reconocer dicha suma para el mes de febrero, sin descontar
el pago de dos días, según se constata de los comprobantes
de nómina presentes a folio n.° 22 del cuaderno principal.

Ahora bien, en cuanto al segundo problema jurídico,


corresponde a esta Corporación determinar si procede
condenar al recurrente al pago de la indemnización
moratoria de que trata el artículo 65 del CST, por el no pago
de la totalidad de salarios al momento de la liquidación del
contrato laboral suscrito.

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Al respecto, ya se ha asentado línea jurisprudencial en


materia de indemnización moratoria, donde se ha sostenido
con suficiencia que ésta no procede de manera automática
en los casos en que se acredite que el empleador incumplió
con la obligación a su cargo. Por el contrario, ha de probarse
que la omisiva en su obligación se derivó de un actuar de
mala fe, es decir, donde se vislumbrara la intención del
empleador de engañar al trabajador y de no pagar
intencionalmente lo que le corresponde.

Aunado en lo anterior, esta Sala a través de la sentencia


CSJ SL, 1° febrero 2011, radicación 35678 y reiterado en las
providencias CSJ SL11436-2016, CSJ SL19987-2017 y CSJ
SL16499-2017 adujo respecto al concepto de mala fe y el
precepto de la indemnización moratoria lo siguiente:

La mala fe se refleja en un procedimiento falto de sinceridad, con


malicia, con engaño, con intervención de obrar en provecho propio
y en perjuicio del interés ajeno, mientras que la buena fe no es otra
cosa que la convicción o conciencia de no perjudicar al otro, de no
usurpar la ley ni incumplir los negocios jurídicos, la cual se
manifiesta en la actitud de quien procede por error, pero con la
convicción de no adeudar lo reclamado. Y con la intención sincera
de no pretender birlar derecho alguno de su ex servidor, fue que
actuó la entidad demandada conforme ha quedado visto.

Por último, debe decirse, que el Tribunal igualmente erró al inferir


que la «mala fe se presume» de cara a la imposición de la
indemnización moratoria, pues está posición doctrinal se revaluó,
tal como se dejó sentado en la sentencia de la CSJ SL, 21 sep.
2010, rad. 32416, en la que se puntualizó: Por lo demás, cabe
anotar que si bien es cierto en algún momento del desarrollo de su
jurisprudencia esta Sala de la Corte consideró que, de cara a la
imposición de la sanción por mora en el empleador incumplido
existía una presunción de mala fe, ese discernimiento no es el que
en la actualidad orienta sus decisiones, porque, pese a que
mantiene su inveterado y pacífico criterio sobre la carga del
empleador para exonerarse de la sanción por mora, de probar que
su conducta omisiva en el pago de salarios y prestaciones sociales
al terminar el contrato estuvo asistida de buena fe, considera que
ello en modo alguno supone la existencia de una presunción de

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mala fe, porque de las normas que regulan la señalada sanción


moratoria no es dable extraer una presunción concebida en tales
términos, postura que, ha dicho, se acompasa con el artículo 83 de
la Carta Política.

[…].

En ese sentido, esta Sala de la Corte, al acoger el criterio


jurisprudencial expuesto desde el Tribunal Supremo del Trabajo,
que ha devenido sólido, por sus notas de pacífico, reiterado y
uniforme, ha precisado que la sanción moratoria no es una
respuesta judicial automática frente al hecho objetivo de que el
empleador, al terminar el contrato de trabajo, no cubra al
trabajador los salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones
(estas últimas, sólo en la hipótesis de los trabajadores oficiales)
que le adeuda.

Es decir, la sola deuda de tales conceptos no abre paso a la


imposición judicial de la carga moratoria. Es deber ineludible del
juez estudiar el material probatorio de autos, en el horizonte de
establecer si en el proceso obra prueba de circunstancias que
revelen buena fe en el comportamiento del empleador de no
pagarlos.[…]

Sólo como fruto de esa labor de exploración de tal comportamiento,


le es dable al juez fulminar o no condena contra el empleador. Si
tal análisis demuestra que éste tuvo razones serias y atendibles,
que le generaron el convencimiento sincero y honesto de no deber,
o que justifiquen su incumplimiento, el administrador de justicia lo
exonerará de la carga moratoria, desde luego que la buena fe no
puede merecer una sanción, en tanto que, como paradigma de la
vida en sociedad, informa y guía el obrar de los hombres.

[…].

En ese orden de ideas, ha de señalarse que, si bien el


Tribunal decidió que la recurrente actuó de mala fe, pues
además de no pagar las sumas adeudadas se mantuvo en
dicha omisión a pesar de los requerimientos hechos por el
actor para tal efecto, tal y como se acredita del interrogatorio
absuelto por el representante, así como de declaración
efectuada por la testigo Olga Hormiga Neira, esta
Corporación encuentra que el ad quem no valoró todas las
pruebas arrimadas en su conjunto, las cuales evidencian que
ARD INC actuó de manera errática pero sin la intención de

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afectar ni adeudar intencionalmente las sumas salariales


requeridas por el señor Moya Carrillo.

Por lo cual, le asiste razón al censor cuando afirma que


la entidad accionada actuó con total convencimiento de que
el vínculo laboral fenecería el 28 de febrero de 2008, como se
desprende del otrosí suscrito entre las partes (folio 19 del
cuaderno principal), así como del preaviso de no prórroga del
vínculo laboral (folio 20 del cuaderno principal) y liquidación
de salarios y prestaciones sociales (folios 21 y 22 del
cuaderno principal), en donde siempre puso de presente al
señor Nicanor Moya Carrillo que los extremos temporales
estaban comprendidos entre el 1 de marzo de 2007 al 28 de
febrero de 2008.

Tal y como se sostuvo en precedente, si bien constituye


un desatino del empleador considerar que el contrato de
trabajo vencía el 29 de febrero y, por ende, no puede ser
exonerado del pago de las acreencias a su cargo, también es
cierto que dicha postura constituye una duda razonable que
puede conducir plausiblemente al error a cualquiera de las
partes. En tal sentido, le asiste razón al casacionista cuando
alega que el Tribunal incurrió en el error de hecho de «dar por
demostrado, sin estarlo, que la demandada actuó de mala fe
al no pagar al demandante el día 29 de febrero», pues para
arribar a esa conclusión, sólo valoró algunos medios de
prueba de forma aislada, omitiendo otros que de haberse
apreciado en su conjunto, habrían evidenciado una actitud
errática constante del empleador, que no fue expuesta
únicamente como medio para absolverse del pago que estaba
obligado a efectuar.

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Por lo anterior, los cargos presentados por el recurrente


están llamado a prosperar y, en consecuencia, se casará la
sentencia gravada.

Sin costas en casación dada la prosperidad del recurso.

XI. SENTENCIA DE INSTANCIA

Además de las consideraciones realizadas en sede de


casación, encuentra esta Sala que no le asiste razón a
ninguna de las partes en los argumentos esgrimidos y que
sirvieron de sustento dentro de los respectivos recursos de
apelación presentados.

En primer lugar, respecto a la objeción presentada por


la entidad accionada, la cual se basó principalmente en
determinar que ésta cumplió con todas las obligaciones a su
cargo, al haber liquidado salarios y demás emolumentos
hasta el 28 de febrero de 2008, en virtud de los límites
temporales fijados expresamente por las partes dentro del
contrato de trabajo suscrito, se ha de considerar que dicho
argumento es improcedente pues implicaría igualmente
desconocer la voluntad de las partes al haber fijado un
término de duración de 1 año.

Por lo anterior, es acertado el análisis del a quo al


establecer que debieron pagarse 12 mensualidad completas,
las cuales corresponden al año de duración del contrato de
trabajo. Por ende, aceptar que el pago de salarios hasta el 28
de febrero de 2008 fue correcto, sería admitir que la vigencia

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del contrato no era de un año, sino que, por el contrario, era


por un periodo inferior al ya pactado.

Además, tampoco es procedente lo esbozado por la


demandada en cuanto a que el señor Moya Carrillo no laboró
efectivamente el día 29 de febrero y, por lo tanto, no
corresponde pagar dicho salario, pues en virtud del artículo
140 del CST, el trabajador tiene derecho a percibir salario
aun cuando no exista prestación del servicio, por disposición
o culpa del patrono, bajo el entendido de que el contrato de
trabajo se encuentre vigente.

En segundo lugar, en cuanto a la apelación presentada


por la parte demandante, la cual versó sobre la
inconformidad de no haber condenado a la indemnización
moratoria a la empresa accionada, se itera que pese haberse
probado que el empleador incurrió en error en el pago de la
liquidación de salarios y prestaciones al momento de la
terminación del vínculo laboral, lo cierto es que no se
encontró probado con suficiencia que tal falencia fue
producto de la intención o de un actuar negligente para
defraudar al trabajador o perjudicarlo bajo el
desconocimiento de sus derechos laborales.

Por el contrario, se demostró a partir del otrosí suscrito


por las partes, así como a través del preaviso y la liquidación
de prestaciones sociales emitidas por el empleador, una
unidad de convicción y criterio de que el contrato de trabajo
tenía vigencia hasta el 28 de febrero del 2008 y no hasta el
29, tal y como se concluyó en el presente proceso.

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En tal sentido, lo que ocurrió fue la comisión de un


yerro a partir de una duda razonable surgida a partir de la
valoración de los mismos documentos que el demandante
analizó en su favor. Incluso, ha de desestimarse el argumento
sobre el cual se demostró la mala fe del empleador solamente
a partir de la negativa en responder a los requerimientos y
peticiones presentadas por el trabajo con posterioridad a la
finalización del vínculo laboral, pues debe apreciarse
igualmente su actuar durante y al momento de la
terminación del mismo, para concluir que no se desconoció
ningún otro tipo de acreencia o derecho laboral en cabeza del
trabajador.

En conclusión, no ha de prosperar ninguno de los


recursos de apelación presentados por ambas partes, pues
en el caso del término de duración del contrato de trabajo, se
definió que el mismo tuvo vigencia de un año, por lo que para
el mes de febrero debieron tomarse como base 30 días y no
28 como erróneamente lo fundamentó la empresa ARD INC.
En cuanto a la indemnización moratoria, esta tampoco ha de
condenarse, pues de la valoración conjunta de las pruebas
obrantes en el proceso, no se logra acreditar con suficiencia
que el error en el que incurrió el empleador, hubiera derivado
de una mala fe o intención de perjudicar los intereses del
señor Moya Carrillo.

En consecuencia, se confirmará las costas de las


instancias.

XII. DECISIÓN

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En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia proferida el catorce (14) de junio de dos mil once
(2011) por la Sala Fija Laboral de Descongestión de Oralidad
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro
del proceso ordinario laboral adelantando por NICANOR
MOYA CARRILLO contra la empresa ARD INC. SUCURSAL
COLOMBIA.

En sede de instancia, RESUELVE:

PRIMERO: MODIFICAR la sentencia proferida el 8 de


septiembre de 2010 por el Juzgado Treinta Laboral del
Circuito de Bogotá D.C., en el sentido de condenar a la
sociedad demandada ARD INC SUCURSAL COLOMBIA a
pagar en favor del demandante la suma de $443.112,
correspondiente a los dos días de salarios insolutos respecto
del mes de febrero de 2008.

SEGUNDO: Indexar las sumas adeudadas.

TERCERO: CONFIRMAR en todo lo demás la sentencia


proferida por el Juzgado Treinta Laboral del Circuito de
Bogotá D.C., el 8 de septiembre de 2010.

CUARTO: Costas como se dispuso en la parte motiva de


la sentencia.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

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ANA MARÍA MUÑOZ SEGURA

OMAR DE JESÚS RESTREPO OCHOA

GIOVANNI FRANCISCO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ

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