Una Mujer Llena Del Poder Espíritu Santo.

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UNA MUJER LLENA DEL PODER ESPÍRITU SANTO.

Lucas 1:38
Y María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y se
marchó el ángel de su presencia.

Mujer virtuosa
PROVERBIOS 31.17-18
17 
Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
18 
Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.

La noble mujer de Dios encuentra su valor en el Señor, no teme


nada de lo que viene, y se aferra a su esperanza en Cristo.
la historia de Rebeca, la esposa de Isaac. En el Génesis 24,
Abraham envía a un siervo a buscar una esposa para su hijo Isaac.
El siervo ora para que la mujer que lleva de vuelta a Isaac se
apiade de él y le dé un vaso de agua para beber.
En el versículo 15, en respuesta a esta oración, Rebeca viene y no
sólo le da agua al siervo, sino que también trae un camello para
ayudarle a beber.
Rebeca fue elegida por Dios no por su apariencia, la riqueza de su
padre o sus habilidades, sino por la bondad de su corazón. La
bondad y el valor la convirtieron en algo primordial para ser una
mujer de Dios.
2. TRABAJO DURO
La integridad en el trabajo es una expresión de su carácter, y una
mujer de Dios se enorgullece de su trabajo. Proverbios 31:13
dice:«con voluntad trabaja con sus manos» y 1 Corintios 10:31
dice :»hacedlo todo para la gloria de Dios.»

El trabajo no siempre es agradable, pero hagas lo que hagas, hazlo


como si lo hicieras para el mismo Señor.
Eso significa no tomar atajos ni recortes, no hacer un esfuerzo
extra cuando nadie mira, incluso cuando no hay ningún premio
que ganar al final, estar comprometido con la calidad y ser digno
de los demás, por pequeña que sea tu posición. Al final, no
importa lo que piensen los demás, lo que importa es la opinión de
Dios.
Trabajar duro y dar lo mejor de ti en cualquier trabajo es un buen
indicio de la estructura moral de una persona.

3. LEALTAD
La lealtad puede parecer rara hoy en día, pero debe ser respetada
y valorada. La lealtad no sólo consiste en ser leal a la otra
persona, sino también en ser leal en cualquier situación.

Rut lo demuestra claramente en su propia vida. En el libro de Rut,


sabemos que era viuda, al igual que su cuñada. Su suegra Noemí
estaba afligida, pero podían enviarla de vuelta a la casa de su
padre si lo deseaban. Orfa decidió dejar a Naomi, pero Rut eligió
un camino diferente. Jehová recompense tu obra
Decidió permanecer fiel a su suegra, pues ya se había consagrado
al Señor y a la familia de Noemí mediante el matrimonio. Este
acto de lealtad reflejó la integridad moral de Rut. Dios acabó
recompensando su lealtad.
Lo más importante es que no se le prometió una recompensa por
este acto de lealtad, sino que lo hizo porque sabía en su corazón
que era lo correcto.
Con el tiempo, la fidelidad de Rut atrajo a su futuro marido Booz.
Dice en Rut 2:12:»Jehová recompense tu obra, y tu remuneración
sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas
has venido a refugiarte.»
Rut y Booz se casaron más tarde y la vida de Rut fue bendecida.
Esto se debió a que eligió ser fiel a su Dios y a su palabra.
Ana un día decide dejar su pasado y agarrarse de la promesa de
Dios
4. ALEGRARSE.
Proverbios 31:25-26 expresa el verdadero significado. Porque
dice: «Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su
lengua.
Proverbios 31:26 dice: «Abre su boca con sabiduría, y la ley de
clemencia está en su lengua.» Una mujer de la reputación de Dios
habla despacio porque piensa en lo que va a decir antes de
decirlo.

Esto demuestra la necesidad de confiar en la guía del Espíritu


Santo para actuar. Así lo demuestra Débora en el Libro de Samuel.
Débora fue llamada por Dios para trabajar para Él como jueza de
la nación de Israel. Devora abeja dulcera.
Nunca confió en sus propias fuerzas, sino que actuó de acuerdo
con la dirección de Dios

6. LA FE.
Las mujeres con gran fe en el Señor son las que se esfuerzan.
Mujeres como elisabet, la madre de Juan el Bautista, eran mujeres
de gran fe. En Lucas 1:45, se alegra cuando dice: «Y
bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue
dicho de parte del Señor.»

elisabet ya había superado la edad en la que una mujer puede dar


a luz, pero Dios cumplió el deseo de su corazón y concibió a pesar
de su avanzada edad.

Su fe en el Señor sentó el precedente para que la herencia de su


hijo se convirtiera en una gran figura del ministerio de Jesús en la
tierra. Una mujer que cree en el Señor, cree sinceramente en sus
promesas y lo espera, es una mujer de gran carácter en Dios.

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