ACEFALIA

La Acefalía
El artículo 88 de nuestra Ley Fundamental, expresamente
consagra: “En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte,

renuncia o destitución del Presidente, el Poder Ejecutivo será
ejercido por el vicepresidente de la Nación. En caso de destitución,
muerte, dimisión o inhabilidad del Presidente y vicepresidente de la
Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de
desempeñar la Presidencia, hasta que haya cesado la causa de la
inhabilidad o un nuevo presidente sea electo”.
Interpretación General de la Norma
El artículo 88 de la Constitución Nacional es una norma de
suma importancia pues la República Argentina, además de
haber adoptado un sistema presidencialista, ha reunido en
el Presidente de la Nación no sólo las jefaturas del
Estado, de la Administración pública y de las fuerzas
militares, sino que ha concentrado en esa magistratura el
símbolo y el signo del poder institucional.
Causas de Acefalía
La Constitución Nacional distingue dos situaciones. Una, en
la que se carece del titular del Poder Ejecutivo, la otra,
en la que faltan ambos componentes del binomio
presidencial.
Material protegido por Ley Nro. 11.723. Queda Prohibida su publicación, difusión por cualquier
medio. Se hace reserva de derechos y eventual ejercicio de acciones civiles y penales.
Para el primer caso, se señalan cinco causales de acefalía
del presidente, algunas transitorias y otras definitivas,
veamos:
1.- Enfermedad: psíquica o física que produzca impedimento
para gobernar puede constituirse en causal de acefalía
definitiva.
Puede suceder que el presidente no quiera pedir licencia o
renunciar por causa de sus dolencias o que no esté en
condiciones de hacerlo. En ese caso el artículo prevé la
causal de inhabilidad que podría declarar el Congreso. La
situación es compleja porque esa declaración de incapacidad
o inhabilidad por enfermedad podría resultar arbitraría,
por ejemplo, emitida por un Congreso opositor que diera por
enfermo a quién no lo está. Si tal sucediera, sería el caso
del ejercicio del control judicial de la medida, aunque
según precedentes de la Corte aplicados por analogía, la
cuestión podría calificarse de no judiciable.
2.- Ausencia: aunque el artículo 88 se refiere a la partida
de la Capital, la práctica ha invalidado la estrechez de la
causal, dado el hecho que ocurre prácticamente todos los
días, cuando el presidente se aleja de la sede del gobierno
en la ciudad de Buenos Aires, Capital de la República, y
regresa a la residencia oficial en Olivos, Provincia de

Buenos Aires. La causal de ausencia de la capital, incluida
en el anterior artículo 75 de la Constitución argentina,
respondió a otras circunstancias en las que las
dificultades de las comunicaciones o las carencias técnicas
impedían o dificultaban al presidente el tomar decisiones
fuera de la sede del gobierno. El artículo 99 inc. 18 a
partir de la reforma de 1994, convalidó la práctica de no
considerar acefalía el desplazamiento del presidente por el
territorio nacional. En efecto, la nueva disposición
autoriza al titular del Poder Ejecutivo a ausentarse del
territorio de la Nación con permiso del Congreso.
3.- Muerte: asume el vicepresidente de modo definitivo,
debiendo jurar el cargo. Esto plantea el problema de si
debe o no elegirse reemplazante del vicepresidente, del
mismo modo que en los casos de inhabilidad definitiva o
renuncia.
4.- Renuncia: del presidente o vicepresidente de la Nación
de ambos, debe presentarse ante el Congreso quien puede
aceptar o rechazar los MOTIVOS o términos de la dimisión,
pero no la renuncia. Si la renuncia es la del presidente le
sucede el vice; si éste no está en el ejercicio del cargo o
también renuncia, el Congreso tiene la atribución para
establecer la sucesión hasta que un nuevo presidente sea
electo.
5.- Destitución: la única destitución posible que abre la
sucesión presidencial es la producida como consecuencia del
juicio político. Cualquier otra destitución civil o
militar, carece de significado constitucional y hace
incurrir a quienes la patrocinen o concreten en la
ilegalidad más absoluta. A partir de la última reforma
constitucional, y en virtud de lo dispuesto por el artículo
36 a episodios en el que una destitución por golpe de
Estado se equipare – en los hechos y en los efectos- a una
destitución por juicio político, le caben además, las
penalidades y consecuencias establecidas en esa norma.
Efectos de la acefalía presidencial
Si existe vicepresidente, ése es el funcionario que asume
la presidencia de modo transitorio o permanente. En la
última hipótesis, por acefalía del presidente permanente y
asunción del vicepresidente, queda vacante este último
cargo. Hasta que se elija un nuevo vicepresidente y en
virtud de lo dispuesto por el artículo 1° de la Ley Nro.
20.972, en caso de acefalía transitoria del nuevo
presidente – viajes, enfermedades- son sus reemplazantes el
presidente provisional del Senado, el presidente de la

Cámara de Diputados y el presidente de la Corte Suprema, en
ese orden.
Acefalía Vicepresidencial
En los hechos, en la República Argentina, la práctica ha
sido la de no cubrir el cargo de vicepresidente. Ya sea por
muerte de éste, por renuncia o por asunción de la
titularidad del Ejecutivo, el cargo ha permanecido vacante.
Bibliografía
María Angelica Gelli. (2015). Constitución de la Nación
Argentina Comentada y Concordada (4ta. ed., Vol. II).
Avellaneda, BUENOS AIRES: "LA LEY".

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La Acefalía

El artículo 88 de nuestra Ley Fundamental, expresamente

consagra: “En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte,

ejercido por el vicepresidente de la Nación. En caso de destitución,

muerte, dimisión o inhabilidad del Presidente y vicepresidente de la

Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de

desempeñar la Presidencia, hasta que haya cesado la causa de la

inhabilidad o un nuevo presidente sea electo”.

Interpretación General de la Norma

El artículo 88 de la Constitución Nacional es una norma de

suma importancia pues la República Argentina, además de

haber adoptado un sistema presidencialista, ha reunido en

el Presidente de la Nación no sólo las jefaturas del

Estado, de la Administración pública y de las fuerzas

militares, sino que ha concentrado en esa magistratura el

símbolo y el signo del poder institucional.

La Constitución Nacional distingue dos situaciones. Una, en

la que se carece del titular del Poder Ejecutivo, la otra,

en la que faltan ambos componentes del binomio

del presidente, algunas transitorias y otras definitivas,

1.- Enfermedad: psíquica o física que produzca impedimento

para gobernar puede constituirse en causal de acefalía

Puede suceder que el presidente no quiera pedir licencia o

renunciar por causa de sus dolencias o que no esté en

condiciones de hacerlo. En ese caso el artículo prevé la

causal de inhabilidad que podría declarar el Congreso. La

situación es compleja porque esa declaración de incapacidad

o inhabilidad por enfermedad podría resultar arbitraría,

por ejemplo, emitida por un Congreso opositor que diera por

enfermo a quién no lo está. Si tal sucediera, sería el caso

del ejercicio del control judicial de la medida, aunque

según precedentes de la Corte aplicados por analogía, la

cuestión podría calificarse de no judiciable.

2.- Ausencia: aunque el artículo 88 se refiere a la partida

de la Capital, la práctica ha invalidado la estrechez de la

causal, dado el hecho que ocurre prácticamente todos los

días, cuando el presidente se aleja de la sede del gobierno

en la ciudad de Buenos Aires, Capital de la República, y

regresa a la residencia oficial en Olivos, Provincia de

en el anterior artículo 75 de la Constitución argentina,

respondió a otras circunstancias en las que las

dificultades de las comunicaciones o las carencias técnicas

impedían o dificultaban al presidente el tomar decisiones

fuera de la sede del gobierno. El artículo 99 inc. 18 a

partir de la reforma de 1994, convalidó la práctica de no

considerar acefalía el desplazamiento del presidente por el

territorio nacional. En efecto, la nueva disposición

autoriza al titular del Poder Ejecutivo a ausentarse del

territorio de la Nación con permiso del Congreso.

3.- Muerte: asume el vicepresidente de modo definitivo,

debiendo jurar el cargo. Esto plantea el problema de si

debe o no elegirse reemplazante del vicepresidente, del

mismo modo que en los casos de inhabilidad definitiva o

4.- Renuncia: del presidente o vicepresidente de la Nación

de ambos, debe presentarse ante el Congreso quien puede

aceptar o rechazar los MOTIVOS o términos de la dimisión,

pero no la renuncia. Si la renuncia es la del presidente le

sucede el vice; si éste no está en el ejercicio del cargo o

también renuncia, el Congreso tiene la atribución para

5.- Destitución: la única destitución posible que abre la