Erupciones Volcánicas

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ERUPCIONES VOLCÁNICAS

¿QUÉ ES UNA ERUPCIÓN VOLCÁNICA?


Las erupciones volcánicas son algunos de los fenómenos naturales
más sobrecogedores de nuestro planeta y una impresionante muestra
del poder de la Tierra. Una erupción volcánica es un fenómeno
geológico que se produce cuando el magma y los demás materiales
que alberga el interior de un volcán emergen a la superficie terrestre.
Pero, ¿por qué se producen? Las erupciones volcánicas se
producen como consecuencia del aumento de la temperatura y de la
presión de los gases en una masa de magma en el manto
terrestre. Este magma asciende por diferencial de temperatura y
densidad, aumentando la presión en el interior de la caldera de un
volcán -o sobre la propia corteza terrestre en el caso de una pluma
mantélica- hasta que los materiales encuentran una salida hacia el
exterior, momento en el que se produce una erupción volcánica.

TIPOS DE ERUPCIONES VOLCÁNICAS


Según las características del magma o de la clase de los volcanes,
existen diferentes tipos de erupciones volcánicas. En base a su
actividad las podemos catalogar en erupciones explosivas, es decir,
aquellas en que las que se produce una gran acumulación de gases
que acaban saliendo al exterior de forma violenta; y erupciones
efusivas, en las que la presión se libera paulatinamente y el magma
fluye de forma más gentil.
Pero las erupciones volcánicas también se pueden clasificar en base
al mecanismo que las origina. En este sentido existen 3 tipos de
erupciones volcánicas:

▪ Erupciones magmáticas.
▪ Erupciones freatomagmáticas.
▪ Erupciones freáticas.
EFECTOS DE LA ERUPCIÓN DE UN VOLCÁN
Así pues, las erupciones volcánicas son algunos de los fenómenos
naturales más espectaculares de nuestro planeta y una impresionante
muestra del poder de la naturaleza. Un poder capaz originar auténticos
desastres naturales que en ocasiones suelen traducirse en la pérdida
de numerosas vidas humanas. La peligrosidad de un volcán
depende de la cercanía de las poblaciones humanas que se
asienten cerca de ellos, y en este sentido, la erupción conocida con
más víctimas mortales fue la tuvo lugar en el Monte Tambora en 1815,
en la que fallecieron cerca de 60.000 personas. Entre los peligros que
entrañan los volcanes podemos encontrar:

▪ Explosiones: las explosiones producidas en una erupción


pueden arrojar material volcánico de diferentes tamaños a
grandes distancias provocando una lluvia de proyectiles sobre
los terrenos circundantes.
▪ Derrumbamientos: las erupciones volcánicas a menudo vienen
acompañadas de ondas sísmicas y terremotos de diferente
magnitud que pueden afectar a las construcciones humanas
cercanas y producir derrumbamientos.
▪ Coladas de lava: son flujos de roca fundida que arrasan todo lo
que encuentran a su paso. Si bien son muy destructivas, salvo
en el caso de las lavas muy fluidas, dado que avanzan muy
lentamente, rara vez suponen un peligro para los seres humanos
y animales.
▪ Lahares o flujos de lodo: pueden producirse en periodos de
erupción o bien de tranquilidad volcánica. Se trata de corrientes
de lodo conformadas por fragmentos de roca volcánica y ceniza
arrastrados por el agua de lluvia o de deshielo que discurren por
las pendientes de un volcán. Dependiendo de la cantidad de
agua y materiales evacuados pueden destruir todo lo que se
encuentran a su paso y desplazarse hasta 200 kilómetros de
distancia.
▪ Avalanchas: en este caso no de nieve, si no de los escombros
procedentes del derrumbe del edificio volcánico afectado por una
erupción. Ocurren con poca frecuencia, pero cuando tienen lugar
son fenómenos enormemente destructivos.
▪ Nubes y lluvia de cenizas: la erupción de un volcán arroja a la
atmósfera grandes cantidades de ceniza volcánica que
posteriormente se depositarán en la tierra, a veces formando
capas de varios centímetros de espesor. Estas cenizas pueden
causar problemas respiratorios en personas y animales, afectar
a la flora y cultivos impidiendo a las plantas realizar la
fotosíntesis, o contaminando fuentes de agua. En las erupciones
volcánicas de mayor magnitud, las cenizas depositadas en la
atmósfera pueden llegar incluso a afectar al clima terrestre a
nivel global.
▪ Flujos piroclásticos: si los gases que emanan de un volcán no
tienen la suficiente energía o la densidad adecuada para
elevarse hacia la atmósfera, estos gases a altas temperaturas
(de hasta 700 ºC) y que viajan a gran velocidad (de hasta 550
kilómetros por hora), pueden desplazarse ladera abajo del
volcán calcinando todo lo que encuentran a su paso.
▪ Emanación de gases: los gases emanados por un volcán
suelen dirigirse y dispersarse rápidamente en la atmósfera. Una
consecuencia de ello es la formación de lluvia ácida, la cual
puede producir daño en los cultivos, por corrosión o por
contaminación de fuentes de agua. No obstante, estos gases
también pueden alcanzar grandes concentraciones en las partes
bajas de un volcán o en zonas deprimidas, donde pueden
producir numerosas muertes por intoxicación o asfixia.
▪ Incendios: si la erupción de un volcán se produce en las
inmediaciones o cercanía de un bosque, las altas temperaturas
generadas suelen propiciar la expansión de incendios forestales
añadiendo nuevas consecuencias al desastre.
▪ Tsunamis: si una erupción volcánica tiene lugar bajo el agua
también pueden producirse tsunamis asociados al vulcanismo.
Estos pueden atender a dos procesos: bien debido a las fuertes
explosiones producidas por el contacto entre el magma y el
agua, o bien debido al hundimiento de una caldera volcánica
submarina.

El volcán más peligroso del planeta


MEDIDAS DE SEGURIDAD
Como ha quedado claro, las erupciones volcánicas son muy
peligrosas. En este sentido y como en tantos otros aspectos de la
vida, la mejor medida de seguridad para protegerse de los efectos
de una erupción volcánica es la prevención, por lo que lo ideal
sería evitar vivir en zonas que puedan ser afectadas por la actividad
de un volcán, algo que puede hacerse atendiendo a los mapas de
riesgo elaborados por diversas instituciones.
Sin embargo, por multitud de razones, esto no es siempre posible, y
en la actualidad millones de personas en todo el mundo viven en
zonas adyacentes y afectadas por volcanes. Es por ello que estos
casos también existen algunas medidas de seguridad destinadas a
mantener a la población a salvo. Entre ellas destacan:

▪ La evacuación inminente de la zona afectada en caso de


erupción, sobre todo en caso de que la erupción se produzca
acompañada de lluvias.
▪ Tratar de evitar las áreas bajas, las áreas a sotavento del volcán
y los valles de los ríos cercanos a este.
▪ Tener siempre preparada una mochila con los artículos
necesarios para permanecer temporalmente fuera de la vivienda.
▪ Estar al tanto de las noticias locales para conocer los informes
de situación emitidos por las autoridades locales. En este sentido
resulta muy útil tener siempre a mano una pequeña radio.
▪ Si no fuera posible o necesaria la evacuación, es importante
proteger tanto los ojos como los conductos respiratorios
mediante el uso de gafas, mascarillas o un pañuelo húmedo.
▪ También es recomendable el uso de ropa que cubra la mayor
parte del cuerpo para evitar afecciones en la piel.
▪ Evitar conducir en espacios alcanzados por las cenizas
volcánicas, las cuales pueden obstruir los motores y atascar los
vehículos.
▪ Si todas la personas están a salvo, se tienen animales y existe la
posibilidad, lo ideal es llevarlos a refugios cerrados.

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