Lirica Moderna
Lirica Moderna
Lirica Moderna
Puede decirse que el Modernismo empieza a gestarse en los primeros años de la década de los 80 del siglo
XIX. Su desarrollo llegaría hasta la Primera Guerra Mundial. En este periodo se producen acontecimientos
como la crisis y el desastre del 98 para España. El año 1898significó para España la pérdida definitiva de
todas sus antiguas colonias americanas. Sin embargo, en 1898 no perdió tanto territorio (Cubay Puerto
Rico en América y Filipinas en Asia) como durante el reinado de Fernando VII de España.
Hay que destacar que la literatura en español desde finales del siglo XIX no tiene su centro de irradiación en
España como ocurría en siglos anteriores. En el caso del Modernismo, además, hay que decir que es un
movimiento que más bien surge en América. La entrada del Modernismo en España se produjo en 1892 con
la llegada de Rubén Darío. El Modernismo en España es incomprensible sin ponderar la aportación de la
literatura americana. No hay consenso en la actualidad para el debate “entre los que perciben el
Modernismo como opuesto a la Generación del 98 y los que proponen un punto de vista más ancho o
"epocal" de la cultura española finisecular”.1
Con apenas 19 años de edad, en el año 1886, viaja a Santiago de Chile, donde publicó su primer gran
título: Azul (1888), libro que llamó la atención de la crítica.
Rubén Darío, poeta nicaragüense y figura más representativa del Modernismo, vivió intensamente los
cuarenta y nueve años de su existencia. Conectó en fecha muy temprana con las nuevas corrientes poéticas
y con la literatura francesa
Rubén Darío es citado generalmente como el iniciador y máximo representante del Modernismo hispánico.
Si bien esto es cierto a grandes rasgos, es una afirmación que debe matizarse. Otros autores
hispanoamericanos, como José Santos Chocano, José Martí, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez
Nájera o José Asunción Silva, por citar algunos, habían comenzado a explorar esta nueva estética antes
incluso de que Darío escribiese la obra que tradicionalmente se ha considerado el punto de partida del
Modernismo, su libro Azul... (1888).
Así y todo, no puede negarse que Darío es el poeta modernista más influyente, y el que mayor éxito alcanzó,
tanto en vida como después de su muerte. Además, fue el primer poeta que articuló
las innovaciones del Modernismo en una poética coherente. Voluntariamente o no, sobre todo a partir
de Prosas profanas, se convirtió en la cabeza visible del nuevo movimiento literario. Si bien en las "Palabras
liminares" de Prosas profanas había escrito que no deseaba con su poesía "marcar el rumbo de los demás",
en el "Prefacio" de Cantos de vida y esperanza se refirió al "movimiento de libertad que me tocó iniciar en
América", lo que indica a las claras que se consideraba el iniciador del Modernismo.
Poesía
Abrojos 1887
Rimas 1887
Azul.... 1888
Canto épico a las glorias de Chile 1887
Primeras notas 1888
Prosas profanas y otros poemas 1896
Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas 1905
Oda a Mitre 1906
El canto errante 1907
Poema del otoño y otros poemas 1910
Canto a la Argentina y otros poemas 1914
Lira póstuma 1919
Prosa
Yo soy aquel que ayer no más decía con aire tal y con ardor tan vivo,
el verso azul y la canción profana, que a la estatua nacían de repente
en cuya noche un ruiseñor había en el muslo viril patas de chivo
que era alondra de luz por la mañana. y dos cuernos de sátiro en la frente.
y muy siglo diez y ocho y muy antiguo todo ansia, todo ardor, sensación pura
y muy moderno; audaz, cosmopolita; y vigor natural; y sin falsía,
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo, y sin comedia y sin literatura...
y una sed de ilusiones infinita. si hay un alma sincera, esa es la mía.
Potro sin freno se lanzó mi instinto, Como la esponja que la sal satura
mi juventud montó potro sin freno; en el jugo del mar, fue el dulce y tierno
iba embriagada y con puñal al cinto; corazón mío, henchido de amargura
si no cayó, fue porque Dios es bueno. por el mundo, la carne y el infierno.
En mi jardín se vio una estatua bella; Mas, por gracia de Dios, en mi conciencia
se juzgó mármol y era carne viva; el Bien supo elegir la mejor parte;
un alma joven habitaba en ella, y si hubo áspera hiel en mi existencia,
sentimental, sensible, sensitiva. melificó toda acritud el Arte.
Allí va el dios en celo tras la hembra, Tal fue mi intento, hacer del alma pura
y la caña de Pan se alza del lodo; mía, una estrella, una fuente sonora,
la eterna Vida sus semillas siembra, con el horror de la literatura
y brota la armonía del gran Todo. y loco de crepúsculo y de aurora.
El alma que entra allí debe ir desnuda, Del crepúsculo azul que da la pauta
temblando de deseo y de fiebre santa, que los celestes éxtasis inspira,
sobre cardo heridor y espina aguda: bruma y tono menor -¡toda la flauta!,
así sueña, así vibra y así canta. y Aurora, hija del Sol -¡toda la ira!
Vida, luz y verdad, tal triple llama Pasó una piedra que lanzó una honda;
produce la interior llama infinita; pasó una flecha que aguzó un violento.
El Arte puro como Cristo exclama: La piedra de la honda fue a la onda,
Ego sum lux et veritas et vita! y la flecha del odio fuese al viento.