Resumen Unidad 1 Microeconomía
Resumen Unidad 1 Microeconomía
Resumen Unidad 1 Microeconomía
La microeconomía tiene varias ramas de desarrollo de las cuales las más importantes son: la teoría
del consumidor, la de la demanda, la del productor, la del equilibrio general, y la de los
mercados de activos financieros.
Se supone entonces, que para la mayoría de los consumidores habrá unas preferencias que
podrían manifestar para cualquier conjunto de cestas que se les presentara. Cada consumidor
tendría sus preferencias y no tendrían por qué coincidir con las de otro, aunque pueden. Sin
embargo, se espera que para la mayoría de los consumidores esas preferencias sí que tengan unas
propiedades comunes.
Algunas de esas propiedades serían:
Completitud: el consumidor podría clasificar todo los tipos de cestas, es decir todos los conjuntos
de indiferencia no tienen fisuras.
Universalidad: Dado cualquier par de cestas imaginable en una economía, un consumidor siempre
podría decir si prefiere una cesta a otra. Nótese que es posible también que no pueda considerar a
una cesta realmente mejor que la otra, pero se espera que pueda decir que una cesta es al menos
tan buena como la otra. Es decir, no se necesitará que la preferencia sea siempre estricta, sino
que dadas cualquiera dos cestas, el consumidor pueda siempre decir, o bien que lo mismo le da la
una que la otra, o que considera una de las dos mejor que la otra.
Monotonicidad: Si una cesta A tiene los mismos bienes que otra cesta B, y alguno más, o bien
mayor cantidad de alguno de ellos, entonces A se prefiere o se considera al menos tan buena
como B
Convexidad: Se espera, aunque este supuesto es algo restrictivo, que dadas dos cestas A y B de
bienes, se prefiera a ambas una cesta C que fuera una combinación convexa de ambas. Es decir,
una cesta que se compusiera en un porcentaje de las cantidades de cada uno de los bienes
presentes en A y en el resto del porcentaje (hasta completar el 100%) de las cantidades de los
bienes de B. Este supuesto está relacionado con el principio de utilidad marginal decreciente.
La restricción presupuestaria.
Teniendo en cuenta que los bienes tienen precios, y considerando estos datos, está claro que un
consumidor no puede conseguir trivialmente la cesta que prefiera de entre todas las posibles. Si
tenemos en cuenta además de los precios de los bienes la renta disponible del consumidor,
tenemos lo que se llama la restricción presupuestaria. Ésta es la que nos indica qué cestas de
bienes son las que el consumidor puede elegir y conseguir, teniendo en cuenta el dinero de que
dispone y los precios del mercado. La misión del consumidor será entonces conseguir de entre
todas esas cestas aquella que él prefiera a todas las demás (o alguna de las cestas que él considere
que son al menos tan buenas como todas las demás). Encontrar esto es lo que se llama
maximización del consumidor. Generalmente, es habitual que la cesta elegida del consumidor se
encuentre en la frontera de la restricción presupuestaria, es decir, que sea una cesta cuyo valor
(multiplicando los precios de los bienes por las cantidades de estos en la cesta) sea exactamente
igual a la renta disponible del consumidor. Por tanto, el consumidor siempre elegirá la cesta que le
proporcione la máxima utilidad, la que le produzca el mayor bienestar posible.
La función de utilidad
Una forma de representar las preferencias, cuando éstas tienen las propiedades adecuadas, es
mediante lo que se llama una función de utilidad. En este caso, las canastas de bienes se pueden
representar también como vectores numéricos, en que cada componente del vector nos dice qué
cantidad de cada bien hay en esa cesta. Introduciendo dos vectores de bienes en una misma
función de utilidad y viendo qué números nos devuelve esta, es posible ver si una canasta es
preferida a la otra o considerada como igual a la otra desde el punto de vista del consumidor.
Entonces, el problema del consumidor podría considerarse como el problema matemático de
maximizar una función matemática (a menudo de varias variables), que sería la función de utilidad,
dentro del conjunto representado matemáticamente por todas las canastas de bienes (vectores)
que cumplieran la restricción presupuestaria, esto es, que su valor (resultado de multiplicar el
vector de bienes de la canasta por el vector de los precios correspondientes) fuera igual o menor
que el valor de la renta disponible.
Nótese que la función de utilidad se considera una función monótona creciente de los bienes, pero
que su valor es puramente ordinal, esto es, sirve para ordenar canastas , pero no para decir cuánto
es mejor una canasta que otra, esto es, no es una función cardinal. De hecho, pueden usarse
distintas funciones de utilidad para representar unas mismas preferencias, y al resolver el
problema de maximización todas darían el mismo resultado.
Las curvas de indiferencia son el conjunto de puntos de combinaciones de bienes para los que la
satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que para todos los puntos pertenecientes a una
misma curva, el consumidor no tiene preferencia por la combinación representada por uno sobre
la combinación representada por otro. La satisfacción del consumidor se caracteriza mediante la
función de utilidad en la que las variables son las cantidades de cada bien representadas por el
valor sobre cada eje.
Por otro lado la relación marginal de sustitución nos informa de cuanto es capaz de intercambiar
un consumidor de un bien por otro de manera que su utilidad se mantenga igual.
Nótese que hemos mencionado que cuando sube el precio bajará el consumo de un bien, el
análisis es completamente simétrico cuando baje el precio, es decir, aumentará el consumo con
las particularidades ya dichas en los párrafos anteriores. Se ha de saber también que el consumo,
por supuesto, también variará con la renta disponible, aumentando o disminuyendo conforme lo
haga ésta, hasta que se alcance para los bienes lo que se llama punto de saciedad, que sería el
máximo posible para la función de utilidad, un punto más allá del cual al consumidor ya no le
interesaría tener más de ninguno de los bienes.
Otra forma en que se relacionan los bienes unos con otros es como complementarios o como
sustitutivos. Los complementarios tienden a compartir el mismo destino cuando sube o baja el
precio de uno de ellos, mientras que es al contrario en el caso de los sustitutivos.
También es posible considerar algunos bienes como males, cuyo consumo produce desutilidad o
utilidad negativa. Los males serían aquellos de los cuales al consumidor, al contrario que los otros,
estaría interesado en tener lo menos posible. Por ejemplo, en ciertos análisis microeconómicos se
puede presentar el salario como un bien y el trabajo como un mal y tener que estudiar la decisión
de optimizar el tiempo teniendo en cuenta la restricción, es decir, más horas de trabajo (mal)
producen más salario (bien) y el límite, restricción presupuestaria, es el tiempo disponible por un
trabajador hipotético.
La curva de demanda
La teoría de la demanda puede derivarse de la del consumidor, esto es, agregando las demandas
individuales de un bien y viendo cuánto sería el total demandado para cada precio por cada
consumidor. Esto nos llevaría a la curva de demanda total del bien, que generalmente se
representa como una curva descendente (pendiente negativa), debido a que en el eje de
ordenadas se representa el precio, y en el de abscisas la cantidad de bien demandada. Significa
que cuanto menor es el precio, mayor es la cantidad demandada. La formula matemática
simplificada que resume este concepto, que expresa la demanda como una recta es la siguiente:
Qd= a - b*p, donde "P" representa el precio y "a" y "b" son constantes.
La función de producción
Se empieza considerando, por razones de simplificación, que se produce un solo bien (o servicio)
por una empresa y que para producirlo es necesario una serie de elementos denominados factores
de producción (también pueden ser denominados insumos o inputs). El bien o servicio producido
recibe el nombre de output. La función que relacionaría las cantidades de la cantidad de factores
productivos utilizados con el output obtenido recibe el nombre de función de producción. Los
inputs utilizados serían las materias primas, productos intermedios (comprados a otra empresa u
obtenidos en otro proceso de producción de la misma empresa), el trabajo humano usado, los
suministros de energía, agua y similares, el coste de reponer el capital utilizado, maquinaria,
herramientas), ya que sufre desgaste por el uso en el proceso de fabricación. Una simplificación
frecuente es reducir a dos los factores: capital y trabajo. Trabajo representaría el trabajo humano,
capital el resto.
Las funciones de producción también pueden tener una serie de propiedades que conviene
destacar. Una de ellas es la de lo que se llaman Economías de escala.
La Curva de Coste variable relaciona el total de los costes variables con el nivel de producción.
Generalmente es creciente, pero puede tender a crecer a menor velocidad. La de Coste Total es
prácticamente idéntica, ya que sería una traslación de la Variable en la magnitud del Coste Fijo, lo
cual es importante sobre todo en Teoría de la Producción Industrial porque unos costes Fijos
elevados disuaden a empresas de entrar en el mercado.
La Curva de Coste medio, por el contrario, puede ser ascendente o descendente, incluso
ascendente en unos tramos y descendente en otros, ya que esta curva nos informa de cuanto, por
término medio, nos cuesta producir cada output dependiendo del nivel de producción. Por
ejemplo, es posible que con cierta función de producción el valor de producir 300 unidades de
output sea tal que cada una cueste 1.5 unidades monetarias, mientras que producir 600 pueda
costarnos cada una sólo 1 unidad monetaria.
Recuerde que de esta lectura puede haber respuestas a preguntas del cuestionario.