Anfetaminas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

Anfetaminas

Historia:
El origen de las anfetaminas lo encontramos en la medicina, ya que al
principio su uso estaba destinado a tratar dolencias. No obstante, debido
a sus propiedades altamente adictivas, los médicos terminaron por dejar
de prescribirlas.
La anfetamina es un agente adrenérgico sintético, potente estimulante del
sistema nervioso central. La dextro-anfetamina, surge de la separación de
la mezcla racémica (D-anfetamina y L-anfetamina) en sus dos
configuraciones ópticas posibles, y la extracción de aquella que
corresponda isómero óptico dextrógiro.
La anfetamina es un derivado químico de la efedrina, sintetizado por
primera vez en 1887 por el químico rumano Lazăr Edeleanu, quien llamó al
compuesto fenilisopropilamina. Las investigaciones preliminares se
enfocaron en los efectos periféricos y encontraron que era una amina
simpaticomimética con propiedades broncodilatadoras. Las acciones
sobre el sistema nervioso central no fueron reportadas hasta 1933. En
1919, se sintetizó en Japón la metanfetamina; y en 1944, en los
laboratorios de la corporación suizo-alemana Ciba-Geigy (precursora de
Novartis), el metilfenidato.
El uso médico experimental de las anfetaminas comenzó en los años
veinte. El fármaco fue utilizado desde entonces por los militares de varias
naciones, especialmente de la fuerza aérea, para combatir la fatiga e
incrementar la alerta entre las milicias. En 1927, la habilidad de la
anfetamina para elevar la presión sanguínea, contraer los vasos
sanguíneos y dilatar los pequeños sacos bronquiales, dio lugar a su
comercialización, presentándose el inhalador Benzedrina. Poco tiempo
después, apareció la dexanfetamina (Dexedrina). En 1938, se lanzó al
mercado la metanfetamina (Methedrina) y, en 1954, el metilfenidato
(Ritalin). Un reporte farmacéutico de 1946, listaba 39 desórdenes para los
cuales la anfetamina era el tratamiento recomendado (Tyler, 1995). Las
anfetaminas serían usadas para fines tan variados como tratar la
narcolepsia, la obesidad, la depresión,1 el TDAH en niños y adultos,2 el
tratamiento de sobredosis por sedantes, e incluso la rehabilitación del
alcoholismo y hábito de otras drogas.
La anfetamina ha sido utilizada como agente para mejorar el rendimiento,
tanto físico (inaugurando el dóping deportivo), como intelectual (dóping
cognitivo).
Composición química:
La anfetamina es una fenetilamina y su fórmula química es C9H13N. La
anfetamina es una mezcla de dos isómeros ópticos, dextrógiros y
levógiros, cuya separación da origen a la dexanfetamina (dextro-
anfetamina) o a la levo-anfetamina.
A día de hoy, farmacológicamente hablando, la anfetamina es presentada
bajo una mezcla mixta de anfetamina y dexto-anfetamina comercializada
por la marca Adderall o como genérico.
Interacción química se produce con el organismo:
Como todas las sustancias psicoactivas las anfetaminas afectan al Sistema
Nervioso Central y tienen efectos estimulantes, similares a los de la
cocaína. El principal efecto que produce es un estado de alerta además de
otras reacciones en la percepción, el hambre y el cansancio.
Cuando se consumen anfetaminas, el efecto es muy rápido, apenas unos
segundos. Se experimenta una sensación de energía acelerada y de que es
posible hacer cualquier cosa. Al empezar a desaparecer estos efectos llega
el “bajón”. Es en este estado donde el consumidor puede experimentar
paranoia (se siente perseguido o que traman algo contra él), depresión o
agresión. Habitualmente, esta droga se consume por vía oral o
intravenosa, aunque también se puede tomar por vía nasal e incluso por
inhalación.
Dosis: Anfetamina: La dosis habitual es de 5-20 mg. La dosis letal es de
750 mg, aunque se han descrito muertes a dosis bajas. MDMA: La dosis
contenida en una pastilla oscila entre 50-100 mg. Las dosis tóxicas o
potencialmente mortales, no están establecidas
Descripción detallada de las alteraciones que estas sustancias
producen en la conciencia, la conducta o la personalidad:
Después de tomar anfetaminas lo primero que el organismo experimenta
es una sensación de euforia y un aumento de energía considerable. La
comunicación entre el cerebro y el cuerpo se acelera y, en consecuencia,
la persona está más alerta y físicamente activo. Los efectos más habituales
producidos por el consumo de estas sustancias son:
Sensación de que los pensamientos son mucho más claros
Alegría o euforia y diminución de las inhibiciones
Ganas de estar y hablar más con la gente, sociabilidad
Aumento de energía
Sensación de tener más el control y más seguridad en uno mismo
Aumento del nivel de conciencia, atención y concentración
Incremento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia
respiratoria.
Disminución del sueño, el cansancio y el hambre
El uso más corriente de las anfetaminas es el recreativo en ambientes de
fiesta durante los fines de semana. Aun así, hay otras circunstancias en las
que se produce su consumo como en el trabajo para mantenerse
despierto, a nivel académico para rendir más en el estudio o al hacer
deporte para mejorar el rendimiento.
Además de los síntomas que experimenta el consumidor al tomar esta
droga, un consumo prolongado en el tiempo de anfetaminas conlleva
una serie de riesgos que pueden tener consecuencias de más o menos
gravedad como:
Disminución del apetito y pérdida de peso. La pérdida de apetito es uno
de los principales síntomas de las anfetaminas, hasta el punto de que en
algunas ocasiones se utilizan estas sustancias para tratar problemas
relacionados con el sobrepeso. Esto se explica por la acción de la
serotonina en el organismo. Las anfetaminas actúan principalmente sobre
esta sustancia que, entre otras funciones, regula el apetito mediante la
saciedad. Como consecuencia de la pérdida de apetito, se produce a su
vez una pérdida de peso de forma progresiva.
Las anfetaminas producen una estimulación general del Sistema Nervioso
Central. Esto provoca un aumento extra de excitación que puede
traducirse, en algunos casos, en sensaciones y sentimientos de
nerviosismo.
Problemas de sueño. La dificultad para conciliar y mantener el sueño es
otro de los efectos secundarios más típicos de las anfetaminas. Esto es
debido a la sobreestimulación de estas drogas sobre el funcionamiento
cerebral. Las funciones cerebrales se ven incrementadas y están más
excitadas de lo normal, por lo que si las dosis administradas no se adaptan
a las características de la persona pueden producir insomnio con relativa
facilidad.
Estreñimiento o diarrea. Otra alteración que puede producir el consumo
de anfetaminas son las desregulaciones digestivas. De este modo puede
aparecer estreñimiento, diarrea u otras afecciones de tipo digestivo. Este
hecho se explicaría porque del mismo modo que la anfetamina modula
actividades cognitivas (como la capacidad de concentración) o psicológicas
(como la sensación de bienestar), también modula partes del cerebro
destinadas a realizar procesos de funcionamiento básicos como la
digestión.
Problemas cardiorrespiratorios. Las anfetaminas tienen efectos en el
sistema cardiovascular, aumentando presión sanguínea, tasa cardíaca y
frecuencia respiratoria. Especialmente cuando se da una intoxicación,
puede generar taquicardia, sudoración y aumentos de presión que pueden
desembocar en casos graves en parada cardiorrespiratoria.
Alteraciones motoras. Es frecuente la aparición de alteraciones en el
aparato locomotor. Es posible que se genere debilidad y enlentecimiento
o, por el contrario, agitación y temblores, pudiendo llegar en casos de
intoxicación grave a propiciar crisis epilépticas.
Problemas emocionales. El consumo de anfetaminas acostumbra a
generar fragilidad emocional, pasando de alegría a tristeza con gran
facilidad y pudiendo provocar ansiedad o depresión. Incluso puede llegar a
generar ideas suicidas.
El cerebro es una de las zonas más afectadas por esta droga.
Concretamente en las regiones subcorticales que controlan los
movimientos del cuerpo, las anfetaminas actúan provocando temblores
en distintas partes del cuerpo.
Otros efectos secundarios del consumo de anfetaminas son:
Alucinaciones continuas e incapacidad para identificar lo que es real
Pérdida de memoria, dificultad para pensar claramente y accidente
cerebrovascular
Temperatura corporal alta y enrojecimiento de la piel
Úlceras en la piel, deterioro de los dientes y disfunciones sexuales.

Adicción y efectos sobre la salud. Desintoxicación:


La adicción a las anfetaminas puede tener consecuencias graves en la
salud de las personas. A nivel psicológico pueden provocar cuadros
psicóticos similares a la esquizofrenia, alucinaciones, fuerte dependencia
psicológica o fases de depresión.
Desintoxicación:
Debido a las características farmacológicas de las anfetaminas, el primer
paso para un correcto tratamiento es realizar una desintoxicación médica.
Se recomienda para evitar el síndrome de abstinencia que puede aparecer
al cesar el consumo en forma de estados maníacos y psicóticos,
sudoración, ansiedad, cansancio o un deseo irrefrenable de volver a
consumir. Una vez se comienza con la desintoxicación es primordial
incorporar al paciente al proceso terapéutico de deshabituación por
medio de terapias. En este proceso se va a poner al alcance del paciente y
su familia medidas de cuidado y protección, así como se les dotará de
unas técnicas y herramientas que le permitan controlar sus emociones y
recuperar el control de sus vidas.
Valoración crítica:
Es una droga relativamente barata y de fácil acceso, muy popular en
ciertas zonas de España y muchas veces asociada a diferentes tribus
urbanas o estilos de vida. Por sus efectos psicoactivos es una sustancia con
tendencia al consumo diario ya que se puede usar como un estimulante
típico (café o té). Como droga tiene un potencial adictivo muy alto y en los
consumidores abusivos genera una gran cantidad de problemas físicos y
mentales, sobre todo estados maníacos y psicóticos poniendo en riesgo su
salud y la de su entorno.

También podría gustarte