La Ilíada de Homero, Tomo III (Ignacio García Malo)
La Ilíada de Homero, Tomo III (Ignacio García Malo)
La Ilíada de Homero, Tomo III (Ignacio García Malo)
El EHE Hi -
0 )0 0 0 CD Ol
K. K. H. O F B B L O T H E. K. "
OSTERR. NATIONALBBLOTHEK
50 o
4.
----
-
-
• • •
-- E
LA I L IA D A
D E
HO ME R O.
sí i =====
T O MO. III.
LA I L IA D A
DE HO ME RO,
TRADUCIDA DEL GRIEGo
EN VERSO ENDE cAsíLAB o CASTELLANo
P O R.
TOMO TERCERO.
sº%
%s
iz
LA ILIADA DE HOMERO.
º.
= , , , , - s-- =
L I B R. O, o XVII.
- - ... v. . - v.- e - -
- . . . . . ... . . . .. . . .
------- s--- º
A R G U MENTo,
Queda muerto Patrocio generoso, , , ,
Y hay por su cuerpo un choque sanguinoso.
Va dé Aquiles Antilocho, con gran llanto,
A anunciarle su muerte; y mientras tanto
Sostienen el combate enfurecidos sea s
Los Ayaces valientes y aguerridos, º
- 3 r
*
- º -
-
(5)
»Y darles muy en breve algun consuelo,
» Que no será pequeño, quando lleve
» En triunfo tu cabeza, y la presente
» En las manos de Pantho, y de la noble
»Phrontide generosa. Mas el tiempo
» En palabras ociosas no perdamos.
»Es necesario, pues, que este debate,
»Lo decidan las armas al momento,
» Con la fuerza, el terror y el ardimiento.”
Asi dixo; y da un golpe á Menelao
En su escudo redondo, mas no pudo
Traspasar el metal, antes al golpe
Se remachó la punta del acero. , , , , , ,
Menelao, despues de resistirse r
A este golpe terrible, dirigiendo
Sus ruegos al gran Jove, enviste osado
A su fuerte enemigo, que se iba ges -
Acia atrás retirando ; le da un golpe
Con su lanza en el cuello, y de tal suerte
Apoya en el acero, que le sale º
Por detrás de la nuca. El bravo Euphorbo
Cae muerto, y al caer llena de espánto
El ruído de sus armas, á los Teucros.
Sus hermosos cabellos, que eran dignos
De las Gracias, se ven nadar en sangre,
(6)
Y los brillantes nudos de oro y plata,
Con que estaban sus rizos sostenidos,
Quedan tambien manchados. Asi como
Un Olívo reciente cultivado
Por un diestro y atento Jardinero
En un vergél al lado de un arroyo,
Donde abunda del agua la corriente,
Muy hermoso, y brotando verdes ramas,
Se mueve á los impulsos de los vientos,
Y de cándida flor todo se viste: .
Mas viniendo de pronto un viento fuerte
Con un grande uracán, le arranca y tiende
En el arroyo mismo, que ha servido
Para hacerle crecer ; no de otra suerte
Euphorbo, hijo de Pantho generoso,
En su juventud tierna fue abatido,
Y de sus bellas armas despojado
Por Menelao ilustre, hijo de Atreo.
Como quando un, Leon de las montañas
Fiandose en su fuerza, roba ansioso e A
La Baca mas hermosa de un rebaño,
Y despues que le ha roto el recio cuello, º
Chupa la sangre de ella, y le devora
º
Con rabia las entrañas, que los Perros o
Y Pastores le cercan congregados, -
(7 )
Dando unos fuertes gritos, sin que tenga
Ninguno la osadía de acercarse, •
- - .
(54)
LA ILIADA DE HOMERO.
L I B RO XVIII.
A R G U ME N TO.
Llora Aquiles con grande sentimiento
De su amado Patroclo el triste evento:
Thetis le da consuelo en tal estado:
- - -- º * - - º * -- - M
º s s o A
- - - - - -
- - -
- - - -
---- . . . . . . c. ,- obr, -
- --
- r - r -
- - -
- - -
- - C. - . - - - º º) . l, º
* - » - s: 2 s R.
- -
- - - - -
* - 3í C, , ,
- - -
- * --
- - , c --
- -
-
-
- -
s - - -, -
-
--
-
(96)
G22=== age9)=== Q
LA ILIADA DE HOMERO.
º---- L
L I B RO XIX.
A R G U ME N TO.
Thetis lleva las armas de Vulcano
A su hijo querido; y mas humano
Su íra depone, junta una asambléa,
Y entran todos de nuevo en la pelea:
Mas su Caballo Xantho tan valiente,
Le dice que su muerte está inminente.
«.
-
LA ILIADA DE HOMERO.
L I B Ro XX.
A R G U M E N To. y , ,
(155)
Le salva como Dios de este peligro,
Y de una densa niebla le rodea. . ..
Tres veces quiere Aquiles invadirle
Con su acerada lanza, y otras tantas .
LA ILIADA DE HOMERO.
L I B RO XXI.
A R G U M E.N.T.O.
/
(162)
gemidos en el rio
Se oyen tristes
De aquellos que la espada derribaba,
Y el agua con la sangre se teñia.
Como huyendo los peces temerosos
De un enorme Delfin que los persigue,
Llenan los senos de un seguro puerto,
Porque devóra á todos quantos coge;
Asi huyendo de Aquiles los Troyanos º
Por la corriente rápida del rio, - el
Buscaban un asílo en las cavernas.
Ya cansado su brazo de dar muertes,
Escogió doce jovenes aún vivos, , ,, , ,
Dentro del mismo rio, con objeto o
De inmolarlos despues sobre la pira -
Del hijo de Menecio, el gran Patroclo, º
Que estaba de la muerte rodeado,
Y los sacó del rio hasta la orilla,
Atónitos de espánto, miedo y susto, º
Como si fuésen Cervatillos tiernos. r.
Por las espaldas les ató las manos
Con las bellas correas que llevaban o -,
M 2
(176)
»Y que la tarda noche tenebrosa,
» Cubra la tierra fértil y espaciosa.”
Asi dixo; y Aquiles dando un salto
Entró desde la orilla en medio al agua:
Mas con grande furor se opone el rio,
Y toda la corriente turbio agita.
Expele de su centro tantos muertos,
Por el brazo de Aquiles inmolados,
Yá todos echa fuera en tierra enjuta,
Bramando como un Toro. Los que vivos
En la corriente estaban, los liberta,
Ocultos en sus vórtices profundos.
Las horrendas y fuertes ondas turbias
En contorno de Aquiles se detienen,
Y batiendo el escudo, urgía el fluxo
De tal suerte, que Aquiles no podia
Sostenerse en los pies; y con sus manos
Se ase de un olmo grande y muy frondoso,
Que arrancado de quaxo por las ondas
Toda la orilla arruína y estremece,
La rápida corriente reprimiendo
Con sus espesas ramas, y caído,
Atravesado forma como un puente.
Sale Aquiles por él, y va volando /
Con sus veloces pies por la campiña,
(177)
De temor y de susto comprimido.
El gran Dios no por esto se detiene,
Antes bien acomete contra Aquiles,
Y con sus negras aguas le persigue
Para impedir sus bélicos destrozos, -
cºlºr, a 2, o , f , ,
gcer º sºb8-3 º r a r
. ... º a orde
º
era o
--- s- ,, , º Ar
... se o - 2 o r e . ) zo q - 4.
oce su o p ez o
ce=scºcie—
LA ILIADA DE HOMERO. º º º: , ... .
r— —. — 2. - —r- -,
L I B RO a XXII. - o si se
--- - º —
- e : - 3 3
A R G U M E N TO.
zo
a
a - -.
Ya los Teucros en Troya refugiados,
Espera Héctor díAquiles, y: los Hados
Hacen que tenga la funesta suerte el
De que Aquiles furioso le dé muerte. 2. Ii A
Despues le arrastra con rigor y audacia,
Y lloran los Troyanos su desgracia.e. -
zo ao o erciº cerdo º
Habiendo entrado asi ya los Troyanos
En su excelsa Ciudad, qual prestas Cabras,
Que recobran sus fuerzas con la fuga,
Comienzan á tomar algunº reposo
Al favor de sus fuertes baluartes,
Yá mitigar su sed: Mas, lós Acheos,
Echandose á los hombros sus escudos,
Muy próximo á los muros se acercaban.
Héctor se queda fuera, sujetado
(203)
Por su hado fatal como entre redes º º
Delante de Ilión, y Esceas puertas.
Entonces se descubre el Dios Apolo º
Al magnánimo Aquiles, y le dice: º .
»¡Oh hijo de Peléo ¿por qué osado, o a
»Siendo mortal, á un Inmortal persigues? -
»¿ No conoces aún que soy un Numen, top
»Ni calmas tu furor impetuoso ? , º .
»No te cuides ya mas de los Troyanos pA
» Que rá huir has obligado combatiendo, º )
» Porque ya en su Ciudad, están seguros, 1 Y
»Yá ello has dado lugar por perseguirme. A
» Una vana esperanza no te aliente, e: )
»Pues no me darás muerte por tu mano,
r
» Porque qual juzgas no es mi ser humano.”
Muy indignado Aquiles, le responde: e:
»¡Oh Flechador Apolo el mas dañoso
» De quantos Dioses hay me has ofendido,
»Haciendome apartar de las murallas.x, ra
- -
Tomo III. Q
(238)
G? geG). sgº
LA ILIADA DE HOMERO.
L I B RO XXIII.
A R G U M E NTO.
(242)
» Ordena á tus Soldados que aqui traygan
» La leña necesaria para hacerle *
Aºs. - - - -- -
(2.55)
»Despues, sin confundirlos, sacarémos
»Los huesos de Patroclo, que muy facil
» Podremos conocer, porque yacía
» En medio de la pira, y se quemaban
» Aparte los demás, y confundidos
»Caballos y hombres en la orilla extrema.
»Despues de recogidos los pondremos
» En una urna de oro, rodeados
»Y cubiertos de grasa, hasta que báxe
»Yo tambien al Infierno, tenebroso.
» Un túmulo no grande, y sí mediano,
»Hacerle solo quiero por ahora,
»Y vosotros despues, fuertes Acheos,
» Que luego que yo muera en nuestras naves
»Vivos quedeis aún, tened cuidado
»De erigir uno grande y elevado.”
Dixo; y todos los Reyes le obedecen.
Primero extinguen con el negro vino
Quanto en la pira se extendió la llama.
Se aplanan las cenizas de lo alto,
Y recogen llorando en la urna de oro
Los albos huesos del clemente sócio,
Con una doble grasa rodeados. "
Depositan despues esta aúrea urna
En la tienda de Aquiles, y la cubren
R 2
(256)
Con un velo precioso y delicado.
Señalan para el túmulo el recinto,
Abren junto á la pira los cimientos,
Y amontonaron la cabada tierra.
El túmulo acabado, se retiran:
Mas Aquiles el Pueblo alli detiene,
Y hace se siente en torno á la palestra.
Despues hace traer de los baxeles
Los premios destinados: unos vasos,
Trípodes y Caballos, Mulos, Toros
De cabezas robustas, limpio hierro,
Y mugeres vestidas ricamente.
A la velóz carrera de Caballos
Primeramente puso ilustres premios.
Una muger de singular belleza
Instruída en labores admirables,
Un trípode de oro con dos asas,
Que veinte y dos medidas contenia,
La qual jamás al fuego se arrimára,
Y blanca todavía. Para el quarto
Dos talentos de oro, y para el quinto .
Un vaso de dos asas nunca puesto
Inmediato á la llama. Se levanta,
Y en medio de los Griegos, de esta suerte:
»¡Oh Atrida (dice) y esforzados Griegos!
(257)
»Los premios que ahora yacen en el circo,
»Son para los ginetes destinados.
» Si por otro motivo menos triste
» Combatiesemos ahora los Argivos,
»Yo entraría tambien en la carrera
»Seguro de adquirir el primer premio;
» Porque todos sabeis quánto aventajan
» Mis Caballos á todos en presteza.
» Ellos son Inmortales, pues Neptuno
» Antes los dió á mi Padre el Rey Peléo,
» Que despues me los dió para mi uso;
» Pero yo estaré quieto, y en reposo
»Dexaré mis Caballos resonantes,
R4
(26o)
» Porque mas con destreza que con fuerza
» Un artífice á otro se aventaja:
» Mas tambien que con fuerza con el arte
» El Piloto su nave salva y rige
» Quando la agita el viento impetuoso;
»Y en fin, mas con destreza que con fuerza
» Un escudero á otro se aventaja.
» Aquel que en la presteza se confia
» De sus bravos Caballos y su carro,
» Imprudente los guia á un lado y otro,
»Y siempre van vagando por el circo
»Sin poderlos tener ; pero el que sabe
» Manejarlos con arte, conociendo
» Que guia unos Caballos inferiores,
» A la meta mirando atento siempre
»Da el gíro cerca de ella, y sabe quando
»Debe afloxar las riendas, ó tirarlas,
»Y observa al que precede de contínuo.
»Ahora te indicaré qual es la meta,
»Para que facilmente la conozcas.
» En un sitio en que cruzan dos caminos
»Hay un tronco grueso de una Encina
» O Pino no podrido del Invierno,
» El qual sobre la tierra se levanta
»Un codo, ó cerca de él, y á los dos lados
(261 )
»Dos piedras grandes y altas lo sostienen: s
»Mas en torno hay un ancho y llano circo
» Por el qual correr pueden los Caballos;
»Y es éste, ó el sepulcro de algun hombre e
(269)
Dixo asi; y los Caballos animados
Con esta exhortacion , mas velóz corren,
Y prestamente alcanzan á Antilocho.
Sentados los Argivos en el circo,
Miraban los Caballos que volaban,
El polvo levantando por el campo.
Idomenéo, General de Creta,
Viendolos el primero, los conoce,
Porque estaba sentado fuera el circo,
Y sobre una atalaya muy excelsa.
Al oír que incitaba los Caballos
Uno desde lo lexos, le conoce,
Y ve un Caballo hermoso que corriendo
A todos superaba, el qual tenia
El cuerpo todo roxo, y en la frente ,
Una blanca señal, que era redonda
Como la Luna llena. Se levanta
cº-==secue=sco
LA ILIADA DE HOMERO.
L I B R. O X XIV.
A R G U M E NT O.
s
Con ásperas palabras, de esta suerte:
» Idos de aqui, infelices; id, infames,
»¿No teneis harto luto en vuestras casas,
»Que venís á aumentarme la tristeza ?
»; Os parecen pequeños los dolores -
» Que Júpiter Saturnio me ha causado s
» De perder de mis hijos al mas fuerte?,
»Ya lo conocereis vosotros mismos,
» Porque estando ya muerto, sereis todos
»Vencidos al impulso de los Griegos.
»¡Ojalá que yo báxe al tenebroso
» Palacio de Plutón, antes que vea
» Con mis ojos á Troya devastada,
»Y por las huestes Griegas saqueada !”
Dixo de esta manera; y con su cetro
Va apartando el tropél que se retira
De la presencia del anciano ayrado.
Llama irritado entonces á sus hijos,
A Heleno, al bello Páris, á Agathona, .
. Tomo III. X
(318)
A Pammona, á Antíphono, y á Polites,
A Deiphobo, á Hipothoo, y noble Agavo;
A estos nueve increpando, asi les manda:
»Daos priesa, hijos floxos y cobardes.
»¡Ojalá que vosotros todos juntos
» Hubierais perecido en esta costa
»Junto á las huecas naves de los Griegos,
» En lugar de mi Héctor tan querido!
»i Ay de mí, desgraciado! En la ancha Troya
» Unos hijos muy fuertes he engendrado,
»Y no creo me queda ni uno solo,
» Ni Méstor el divino, ni Troilo,
»Ni Héctor, que era un Dios entre los hombres,
»E hijo de un mortal no parecia,
»Sino prole divina. El cruel Marte
» De todos me ha privado, y me ha dexado
»Tan solo estos cobardes mentirosos,
»Muy diestros en danzar entre mugeres,
»Y en robar los Corderos y las Cabras
» Para cubrir sus mesas, de mi Pueblo.
»¿No me preparareis un ágil carro,
»Ni en él pondreis los dones primorosos,
»Y todos los regalos juntamente,
»Para emprender mi marcha prestamente?”
Dixo; y todos temiendo sus enojos
(319)
Sacan un bello carro para Mulas,
Hecho con quatro ruedas, y reciente,
Y en él atan el arca. Despues sacan
De su lugar tambien el yugo hermoso
Fabricado de box, y bien unido
Con anillos y clavos: de él pendia
Un buen lazo yugal de nueve codos,
El qual ponen al punto en el extremo
Del pulido timón, y en su clavija
Entraron el anillo. Por tres veces
Pasan por este anillo las correas;
Las unen báxo el yugó con un nudo,
Y con gran solidéz alli las fixan.
Despues cargan los dones infinitos
Que el Rey iba á ofrecer por el rescate
De Héctor tan infelíz, y uncen al carro
Los Mulos que los Misios antes dieran
Al anciano Priämo, ilustres dones!
Mas para el Rey conducen los Caballos
Que en el establo alimentaba él mismo,
Y este viejo infelíz, y su Rey de armas,
Los dos de consumada y gran prudencia,
Les ayudan á uncir. Quando ya prontos
Para salir en este carro estaban,
Hécuba, penetrada de tristeza,
X2
(32o)
Se acerca adonde estaban afligida,
Trayendo en una mano una aúrea copa
Con un vino suave y exquisito,
Para que el Rey Priämo antes hiciese
De partir, libaciones, y con ellas
A Júpiter volviese favorable.
Delante de su carro y sus Caballos
La Reyna se detiene, y asi dice:
»¡Ah Priämo! no partas sin que antes
» Hayas hecho al gran Jove libaciones,
»Y ruegale sumiso que bendiga
»Tu viage, y te trayga sano y salvo
» De en medio de tus fieros enemigos,
» Puesto que á mi pesar has ya resuelto
» Exponerte á su furia y su perfidia.
» Dirige, pues, tus ruegos al Saturnio,
» Que desde el Ida mira favorable
» A toda la alta Troya, y de él implora
» Que te envie en señal la ave ligera
» Que le es mas grata, y en vigor y aliento
»Sobre todas las otras se aventaja, -
-
(353)
»Mas no obstante, con estas crueldades
» Del sepulcro sacarle no ha podido,
s»Y tú yaces ahora en mi palacio
»Tan fresco y tan entero, que parece
» Que acaban de matarte, y se diría
» Que ha sido el mismo Apolo que ha cortado
» El hilo de tu vida de repente
» Con sus plácidas flechas, dulcemente.”
Asi dixo llorando, y grande luto
Excitó en las demás. Elena entonces
Tambien asi exhaló sus tristes quexas: º
»Siempre, Héctor, me has sido el mas amado
» De todos mis cuñados, pues mi esposo
» Es Alexandro de divina forma,
»Yá la sagrada Troya me conduxo.
» (¡Ojalá que yo hubiese perecido
» Antes de haber venido á aquesta tierra!).
»Ya hace veinte y un años que aqui vine,
»Y me ausenté de mi estimada patria:
»Mas durante este tiempo, y triste guerra,
» Nunca oí una palabra de tu boca
» Que fuese ignominiosa, ni ofensiva,
» Antes bien, si qualquiera de la casa,
» O cuñado, ó cuñada, ó bien mi suegra
» Contra mí se irritaban (pues Priämo
23
(354)
» Para mí siempre ha sido un tierno padre),
»Tú mismo procurabas contenerlos
» Con tu mucha bondad, y tus palabras.
» Por lo mismo, llorando tu desdicha,
»Llóro tambien las mias; pues no tengo
» En Troya amigo alguno que me ampáre;
» Antes bien las Troyanas y Troyanos
»Me aborrecen crueles é inhumanos.”
Asi dixo llorando, y la acompaña
Todo aquel Pueblo inmenso con gemidos.
El anciano Priämo dice entonces
Al numeroso Pueblo de esta suerte:
» A la Ciudad traed luego, Troyanos,
» Leña para la pira, y os advierto
» Que no temais ataques, ni asechanzas
» De las tropas Argivas, porque Aquiles,
» Al despedirme de las naves negras,
»Me prometió no hacer hostilidades,
» Hasta el décimo dia justamente
» En que saldrá al combate nuevamente.”
Dixo asi, y los Troyanos al momento
Uncen Bueyes y Mulas á los carros,
Y delante de Troya se congregan.
Durante nueve dias traen del bosque
La leña necesaria ; y ya pasados,
(355)
Quando la Aurora décima aparece
Para anunciar la luz á los mortales,
Sacan el cuerpo de Héctor, derramando
Un abundante llanto, le colocan
En una pira excelsa y elevada,
Y en ella lanzan el ardiente fuego.
Apenas de la Aurora matutina
El rosiclér hermoso comparece,
Quando todo aquel Pueblo se congrega
En torno de la pira del gran Héctor.
Despues que todos fueron congregados
La pira extinguen con el negro vino,
Donde ocupó la fuerza de la llama,
Y sus sócios y hermanos recogieron
Todos sus blancos huesos suspirando,
Y bañados de lágrimas ardientes.
En una urna de oro los colocan,
Y con purpúreos velos los envuelven.
En aquel mismo dia la urna baxan
A un foso muy profundo, donde echaron
Gran multitud de piedras muy enormes,
Y sobre ellas el túmulo erigieron.
Colocaron en torno centinelas
FIN DE LA ILIAIDA.
A D V E RT E NC I A.
T O MO PRIMERO.
Libro I. página I.
Libro II. pág. 47.
Libro III. pág. 11 1.
Libro IV. pág. 144.
Libro V. pág. 184.
Libro VI. pág. 249.
Libro VII. pág. 287.
Libro VIII. pág. 32o.
T O MO SE GUND O.
º
C O R. R. E C C I O N E S.
N O T A.
--
|
-
|
-
|×|
·
|
|-·
|-
- - -
|
|
- -* …
|-|
·|
|-*
|-|-'~|
|
•|
· -
|
|-*
|-|×
|
!
|
.
----
---- - - ----
\
---- ------ ----------★ → → .
- -
-
|
ÓsterreichiISChe Nationalbibliothek *
-
|||||||||||||
+Z166392608
-
-
,,
--