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BENDECIDOS POR DIOS EN CRISTO

BENDECIDOS POR DIOS EN CRISTO


Efesios 1: 3-8
Serie:
Ps. Antenor Tejada

INTRODUCCIÓN:

Hoy empezamos una nueva serie basada en la carta a los Efesios. Queremos que, al leer
esta carta, podamos dar gracias a Dios por la diversidad y unidad en Su familia y también
comprendamos lo que Dios ha hecho por nosotros como iglesia.

Las iglesias cristianas se reúnen en hogares, en auditorios, con mucha o poca gente. Eso
cambia, pero la iglesia no son las cuatro paredes; la iglesia son las personas que aman y
sirven a Jesús

La era de la iglesia empiezo en Pentecostés, en Jerusalén, pero se rápidamente se


extendió gracias a los apóstoles y creyentes que en medio de la persecución, llevaron el
evangelio a otras ciudades, impulsados por el Espíritu.

Pablo y su equipo, establecieron iglesias en varias ciudades. Una de las iglesias más
importantes fue la de Éfeso. Pablo tuvo que salir después de un tiempo de ahí y unos años
más tarde fue enviado prisionero a Roma en donde escribió esta carta de animó y
exhortación. Pablo describirá porque existe la iglesia y nos desafiará a funcionar como un
solo cuerpo sobre la tierra.

Hoy empezaremos viendo los regalos que hemos recibido en Cristo por haber creído en
Él y ser parte de Su iglesia.

A. SOMOS BENDECIDOS

(Vs. 3) “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”

Otra versión dice: “Toda la alabanza sea para Dios”. Pablo se enfoca en Dios en primer
lugar y lo adora, el Salmo 103:1-2 dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi
ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus
beneficios”.

Tenemos beneficios espirituales en los lugares celestiales y estos están garantizados en


los lugares celestiales. Eso quiere decir que están guardados en el cielo.

Aunque antes estábamos muy lejos de Dios, hemos sido acercados ahora por medio de
Cristo. Ahora en Él podemos disfrutar de estas bendiciones seguras y eternas guardadas
en el cielo, donde están las verdaderas recompensas y donde debe estar nuestro tesoro
(Mateo 5:12; 6:20).

Es en el cielo donde Dios nos da una morada, un hogar eterno lejos de la tristeza, el dolor
y la muerte. Es un lugar maravilloso donde el Señor mismo nos iluminara.

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BENDECIDOS POR DIOS EN CRISTO

Cuando nos sintamos como si no tuviéramos nada por lo que alabar a Dios, recordemos
que Dios nos bendijo, nos bendice y nos bendecirá para siempre. Veremos las más
importantes de estas bendiciones.

1. BENDECIDOS POR SU ELECCIÓN.


(vs. 4) “Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que
fuéramos santos y sin mancha delante de Él, en amor”

Otra versión dice que “Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió
en Cristo para que seamos santos e íntegros a sus ojos.”

Dios nos amo y eligió en Cristo, es una elección divina. Pablo hablo de esto tema también
en…

1 Corintios 1:26-29 donde dice: “Pues consideren, hermanos, su llamamiento. No hubo


muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Sino que
Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha
escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. También Dios ha
escogido lo vil y despreciado del mundo: lo que no es, para anular lo que es, para que
nadie se jacte delante de Dios.”

Este verso nos muestra que algunos fuimos insensatos en la vida, o débiles, o rechazados
o despreciados. Sin embargo, Dios mostro su favor con nosotros al elegirnos en Cristo.
No somos salvos porque lo merezcamos, sino porque Dios nos eligió. Él eligió a los
insensatos, débiles y despreciados para que no podamos jactarnos de nada.

No tuvimos nada que ver con la decisión de Dios de salvarnos, lo hizo por amor y de
acuerdo con Su plan. Por lo tanto, la salvación no depende de nosotros. No había
absolutamente nada en nosotros que fuera digno para salvarnos. Éramos despreciables
ante Él, pero en Su gracia nos escogió en Cristo. Nuestra salvación estuvo en la mente de
Dios mucho antes que existiéramos.

Juan 17:6 “Te he dado a conocer a los que me diste de este mundo. Siempre fueron
tuyos. Tú me los diste, y ellos han obedecido tu palabra.”

Jesús dice “siempre fueron tuyos”. Fuimos elegidos antes de la fundación del mundo.

Volviendo al texto en Efesios 1:4, Pablo en lugar de explicar porque Dios nos eligió, nos
dice para que nos eligió. Para que fuéramos santos.

1 Tesalonicenses 3:12-13 dice: “Y que el Señor haga crecer y sobreabundar el amor


que tienen unos por otros y por toda la gente, tanto como sobreabunda nuestro amor
por ustedes. Que él, como resultado (de este amor), fortalezca su corazón para que
esté sin culpa y sea santo al estar ustedes delante de Dios nuestro Padre cuando
nuestro Señor Jesús regrese con todo su pueblo santo. Amén.”

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BENDECIDOS POR DIOS EN CRISTO

El amor es la fuente de nuestra santidad y el hecho de ser íntegros delante de Dios. La


esencia de nuestro llamado a ser santos es: el amor. La forma en la cual somos santos tiene
mucho que ver con nuestro amor unos por otros. La gran meta de Dios era tener hijos
suyos con una marca esencial, el amor. Somos elegidos para ser parte de Su Pueblo y vivir
en amor. ¿Así vivimos nosotros? ¿Amamos a nuestros hermanos de la Iglesia? ¿Amamos a
las personas?

No solo somos bendecidos por Su elección, sino que también somos…

2. BENDECIDOS POR SU PREDESTINACIÓN:

(Vs. 5) “nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo,
conforme a la buena intención de Su voluntad,”

En otra versión dice: “Dios decidió de antemano adoptarnos…” Esto es la predestinación,


decidir con anterioridad. Dios eligió darnos un propósito y un destino y esto es lo más
maravilloso que podamos imaginar: Su propósito es adoptarnos como hijos. Pablo nos
dice en…

Romanos 5:10: "Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios
por la muerte de su Hijo".

Estábamos alejados de Dios, pero ahora la razón de nuestra lejanía (nuestro pecado, culpa
y condenación) ha sido eliminada por la muerte de Cristo. Pero esta reconciliación debe
recibirse, debe ser hecha nuestra, con arrepentimiento y fe en Cristo.

Así que nuestra adopción, como nuestra elección, no se basa en que seamos dignos o
populares, se basa en la gracia de Dios, que planificó esto antes de la creación del mundo
y que nos ha sido dada mediante la sangre de Cristo. La Biblia dice:

Romanos 8:17 “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con


Cristo...”

El CREADOR del universo planifico que, mediante el sacrificio de Jesús, aquellos que
creen sean hechos SUS HIJOS PARA SIEMPRE. Y así puedan tener esto beneficios:
parecerse a Cristo, tener herencia con Él, tener seguridad y gozo. Dios nos elige con un
hermoso destino, ser Sus hijos.

Gálatas 4:6 dice: “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de
su Hijo, el cual clama: ¡Abba Padre!” Lo que quiere decir esto es que Él Espiritu Santo
actúa en nuestros corazones convenciéndonos y guiándonos en esta nueva relación con
Dios como nuestro Padre.

Somos hijos de Dios, por medio de Cristo. No olvidemos esto: POR MEDIO DE CRISTO.
Jesús es nuestro ejemplo y sin Él no podríamos ser adoptados como hijos, no tendríamos
la más mínima posibilidad de tener una relación con Dios como nuestro Padre.

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BENDECIDOS POR DIOS EN CRISTO

¿Tú tienes esta relación con Dios, como tu Padre? ¿Das gracias a Dios por haberte elegido
y haber decidido darte el privilegio de ser Su hijo?

Dios no solo nos bendijo al elegirnos y predestinarnos, sino que también somos…

3. BENDECIDOS POR SU REDENCION.

(Vs. 7) “En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados


según las riquezas de Su gracia”

En Él (en Cristo) tenemos redención ¿Qué significa esta redención? “Liberación por
rescate o haciendo un pago”, Si, es una libertad de algo, pero ¿de qué? Bueno eso está
en el mismo pasaje: “de nuestros pecados”, somos liberados de la culpa por el pecado.
Pero también esta redención tiene que ver con el futuro…

Romanos 8:23 “Y no solo ella (la creación), sino que también nosotros mismos, que
tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior,
aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.”

Entonces en el momento en que creímos fuimos liberados de la culpa por nuestros


pecados, pero en el futuro seremos liberados de todo aquello que hace mal a nuestro
cuerpo: todo cáncer, enfermedad o envejecimiento. Somos redimidos en el futuro de los
defectos de nuestro cuerpo y alma. Pero la redención no es solo algo pasado y algo futuro,
sino que también es algo en el presente.

1 Pedro 1:18-19 “Ustedes saben que no fueron redimidos de su vana manera de vivir
heredada de sus padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre
preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha: la sangre de Cristo.”

En otra versión dice: “Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía” que tenían. Al
creer hemos empezado a ser liberados de nuestra pecaminosa y vacía forma de vivir.

Volviendo al texto en Efesios 1:7, se nos dice que la redención es “mediante Su sangre”.
En el primer siglo referirse a la sangre de Jesús era una forma de hablar de Su muerte. Su
muerte señala dos verdades maravillosas: redención y perdón.

El perdón se garantizaba en el Antiguo Testamento por medio de la sangre vertida por


animales, pero este perdón era parcial. Pero ahora recibimos perdón en base al
derramamiento de la sangre de Jesús quien fue el sacrificio perfecto y verdadero.

Hay algo que no podemos dejar de lado, leamos…

Efesios 2:3b “… todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne,
satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira,
lo mismo que los demás.”

Esta redención incluye el escapar de la ira de Dios. No solo estamos libres del sentimiento
de culpa, sino también de la ira eterna de Dios. La sangre de Cristo es el pago por nuestra

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deuda que nos dirigía al castigo eterno. Para los creyentes ya no hay castigo eterno,
porque Cristo pagó justamente por nosotros. Hemos sido redimidos.

La bendición de ser elegidos, predestinados y redimidos, tienen que llevarnos a darnos


cuenta de algo: Hemos sido bendecidos por Dios…

B. PARA ALABANZA DE LA GLORIA DE SU GRACIA (Vs. 6, 8-9)

¿Cómo llamamos a todo lo que Dios ha hecho por nosotros? Gracia. Cada bendición que
recibimos es por gracia. Repasemos el verso 6…

(Vs. 6) “para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido sobre


nosotros en el Amado.”

La gracia es el favor voluntario y amoroso que Dios da a los que salva. No es algo que
ganamos. Ningún esfuerzo moral o religioso sirven, solo es dado por amor de Dios.

Entonces ¿Porque fuimos elegidos? Dios libremente lo hizo “para alabanza de la gloria
de Su gracia”. No hay ninguna razón en nosotros para nuestra elección.

El alabar la gloria de Su gracia es el propósito fundamental de este libro, de la Biblia, de


la historia y de las vidas de los creyentes. Esa gracia es gloriosa no solo por la elección y
predestinación, sino que también…

(Vs. 7b-8a) “… el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia”

La redención y el perdón de los pecados son también según las riquezas de Su gracia.
Son parte de la gracia de Dios.

Efesios 2:4-7 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que
nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente
con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), y con Él nos resucitó y con Él nos
sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos
venideros las sobreabundantes riquezas de Su gracia por Su bondad para con nosotros
en Cristo Jesús.”

Podemos ver en este verso que: la misericordia de Dios, Su gran amor, el hecho de darnos
vida con Cristo, nuestra futura resurrección y el hecho de que estaremos en los lugares
celestiales en Cristo, tienen una meta, La meta es mostrar las riquezas incontables e
inimaginables de Su gracia para nosotros en Cristo. Son incontables porque provienen
de Dios mismo, de la Trinidad, provienen de Su gozo y amor ilimitado. Por eso es tan
maravillosa porque proviene de lo que Dios es. Siguiendo en Efesios 1:8 leemos…

(Vs. 8-9ª) “(esa gracia) que ha hecho abundar para con nosotros, en toda sabiduría y
discernimiento nos dio a conocer el misterio de Su voluntad,”

Esto significa que por gracia nos ha dado toda la sabiduría y el discernimiento que
necesitamos para conocer el misterio de Su voluntad para poder vivir una vida que a Dios

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le agrade. Conocer el misterio de Su voluntad, es conocer Su plan para todo. La parte final
del verso dice…

(Vs. 9b) “según la buena intención que se propuso en Cristo,”

La gracia de Dios está fundamentada en Su buena intención o su buen deseo.

La gracia es la disposición de Dios a salvar y a bendecirnos basado en nada en


nosotros sino en el beneplácito de Su voluntad.

Somos salvados y bendecidos por Su amor y Su buena voluntad. Es un regalo. Cuando


alguien te da un regalo, ¿dirías: ¡Que lindo es!, ¿Cuánto te debo? No, solo dirías: “Gracias”.

Lo malo es que con frecuencia muchos que venimos a la iglesia olvidamos todo esto y
parece que todo es una obligación: orar, cantar, leer, liderar, predicar, etc. Se sienten
obligados porque no han entendido que no es algo que hacemos para que Dios nos salve.
Es algo que hacemos porque nos nace por agradecimiento. Debido a que nuestra
salvación y fe son regalos, deberíamos responder con alabanza, gozo y servicio.

Todas estas bendiciones recibidas por Gracia son posibles Solo…

C. EN CRISTO (Vs. 10)

(Vs. 10 NVI) “para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo, esto es, reunir en él (En
Cristo) todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra.”

Solo en Cristo la buena intención de Dios se hace real. Y esta buena intención se muestra
en un plan que tiene como meta lo siguiente: en su tiempo Dios reunirá todas las cosas
en Cristo.

Dios está obrando en la historia, en el tiempo para llevar a cabo este plan. El plan de
salvación encontrara su punto máximo al final de los tiempos según la buena intención de
Dios. Por lo tanto, todo lo que conocemos, la historia y el tiempo tienen sentido solo en
Cristo. En el original se nos dice que Cristo es el “resumen” de todas las cosas.

Es decir, Cristo es la suma de todas las cosas (historia) y Cristo es la plenitud del tiempo.
¿Cuál es el propósito de la existencia de cada época? La respuesta es Cristo.

El plan (de buena voluntad) de Dios ha sido establecido en la historia con la meta de que
cuando todo este cumplido sea en Cristo. Todo se trata de Cristo.

Colosenses 1:16 “Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los
cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o
autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él.”

El universo solo tiene sentido en Cristo, las bendiciones que hemos recibido no solo son
posibles en Cristo, sino que tienen un proposito solamente en Él. Todo es por medio de
Cristo y para Cristo, y nuestras vidas al igual que todas las cosas, solo tienen sentido en
Cristo.

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CONCLUSIÓN:

Por lo tanto: por todas las maravillas recibidas al creer en Jesús lo que debe haber en
nuestro interior debe ser una profunda gratitud a Dios. No había nada en nosotros que
nos haga dignos de tantos regalos espirituales y eternos.

Dios es muy generoso con nosotros. Él nos ha dado toda bendición espiritual y estas
están seguras para nosotros en el cielo, donde no pueden ser robadas o dañadas. Todo
por Su gracia, por Su bueno e infinito deseo de darnos amor. Y esto solo en Cristo.

Lamentablemente nosotros, muchas veces vivimos como pobres espirituales porque


creemos que la vida cristiana son las actividades de la iglesia y no nuestra relación
espiritual con Él Señor. Si queremos disfrutar de todo lo que se nos ha dado, debemos
gozarnos en nuestro Salvador. Disfrutar la relación con Él es lo que nos permite
experimentar todas estas bendiciones por la gracia de Dios.

Si queremos ser una iglesia que cumpla la voluntad de Dios, no se necesita en primer lugar
nuestro esfuerzo, sino el conocer las bendiciones que tenemos y experimentarlas
dentro de una relación de verdad con Cristo. Entonces cada acto de amor o servicio
será una respuesta natural a esa relación, en agradecimiento por Su gracia hacia nosotros.

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