Algodón de Azúcar de Media Noche 2

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Algodón de azúcar de media noche

Algodón de azúcar de medianoche

Nombre: Algodón de azúcar de media noche |자정의 솜사탕

Autor: 오락 | @berry_rights

Género | Categoría: Omegaverse | Drama | Rut.


Año: 2017
Volúmenes: 6
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
—No te acerques.
Ya no era el Omega que solía conocer. Ni una palabra podía influenciarlo.
—¡Dijiste que lo harías!
—No grites. —Sus ojos se apaciguaron lentamente, dirigiéndose hacia él. Aquello
que lo mantenía a pie se estaba derrumbando.
—De todos modos, puedo huir con él
Las emociones intervienen en esta relación que solo es sexual. Wonkyung tiene
sentimientos por su jefe y compañero sexual, Jung Hoon.

Traducción por:

https://palaciodelbl.tk/
https://www.facebook.com/PalacioBLFansub/
https://www.instagram.com/_palaciobl_/
Capítulo 2.1
NOTA ACLARATORIA:
• Alfa: Choi Jung Hoon (Gerente de la sucursal)
• Omega: Yoon Wonkyung (Líder del equipo de gestión de campo)
• Nombre de la empresa: Jungheung.

✤ La narración omnisciente se va mezclando con los pensamientos de él omega.

✤✤✤✤✤✤

Excluyendo el día que vine aquí por primera vez, nunca tuve un solo día en el que
pudiera dormir cómodamente. Hoy fue igual.

Las hormonas del Alfa estaban desbordadas. Wonkyung, que se quedó despierto
toda la noche con los ojos abiertos intentando adaptarse a él, se medió sentó en la
cama y se quedó mirándolo. Fijándose en el rostro parcial del hombre le pareció
que ni siquiera respiraba, como si fuera un muerto. Levantó la colcha sobre sus
hombros expuestos y los cubrió, bajándose, luego, lentamente de la cama.

— … Ah

Sin embargo, poco después, sus piernas temblaron y colapsaron. No había un lugar
en todo su cuerpo que no le doliera. Para aliviar el dolor durante los días del ciclo
de calor, Wonkyung solía establecer una relación con Jung Hoon. Cada vez que el
ciclo regresaba, presionaba y alteraba sus hormonas. La relación de ayer no fue
diferente de otras veces si lo miraba de esa forma. Pero algo pareció extrañarle. Era
natural que le costara levantarse por la mañana cualquier día en el que lo hacían
dos o tres veces por noche, pero hoy era la primera vez que los músculos de todo
su cuerpo estaban débiles por una única relación. Esa noche, solo lo habían hecho
una vez.

Recordó, entonces, la violenta corrida de Jung Hoon como nunca antes la había
tenido. Expresar sus sentimientos en un tono tan amenazante también fue algo que
nunca había sucedido previamente. Como estuvo toda la noche atado, se frotó las
muñecas todavía con dolor y regresó la mirada a Jung Hoon una vez más.

—…
Para Choi Jung Hoon, Yoon Wonkyung era un simple objeto, como un rollo de papel
que se puede descartar fácilmente. La actitud del Alfa de mantener siempre un cierto
nivel de caballerosidad, a pesar de no estar dispuesto a considerar el cuerpo o las
emociones de la otra persona, podría llegar a entenderse a grandes rasgos.
Después de todo, nadie le hace un favor o muestra hostilidad a un rollo de papel.

Pero ayer no fue así. Todavía retumbaba en su oído el halo de voz de Wonkyung
gruñéndole que quería matarle. Jung Hoon, que siempre le había tratado con un
mínimo de cortesía, anoche mostró por primera vez algo cercano a la ira. Y eso hizo
que el Omega se preocupara.

Me quedé toda la noche con los ojos abiertos pensando ¿qué hizo enojar a Jung
Hoon? Probablemente, no sea solo porque llegué oliendo a sangre. No es como si
esto no hubiera sucedido antes cuando me encontraba regularmente con él…
Entonces, ¿qué sucedió esta vez?

—…

Tratando de no despertarlo, me movía con cuidado intentando no hacer ningún


ruido. Cogí la camisa con algunos botones rotos y me puse la chaqueta. No me
daba tiempo a pasar por casa y después ir a trabajar.

Solo el sonido de sus lentos movimientos se escuchaba de manera intermitente en


la casa silenciosa. Cogió el maletín que la noche anterior había sido tirado al suelo
de forma azarosa y dirigió una última mirada a Jung Hoon.

Cada vez que trataba de escabullirse de la casa el Alfa siempre le preguntaba con
una sonrisa a dónde iba, pero dado que habían pasado toda la noche despiertos,
ahora descansaba en un sueño profundo.

✤✤✤✤✤✤

—¿No se terminó tu resfriado? —Preguntó Jae-yeon sacando la cabeza a través


del tabique.

—¿Qué resfriado?
—No estuviste bien durante unos días. Yo creí que era un resfriado, ¿verdad? —
Ante aquellas palabras, Wonkyung se sorprendió.

—Sí.

Ahora que lo pienso, estaba bastante relajado. Asentí y miré el calendario. La fecha
del ciclo de calor, marcada de tal forma que otros no pudieran reconocerla, vencía
en cinco días.

La sensible reacción de Jung Hoon a las feromonas fue bastante aterradora, así
que no sabía por qué razón yo estaba ignorando mi ciclo. Afortunadamente, parecía
que esta vez no iba a ser un ciclo tan malo puesto que las hormonas se estabilizaron
con un solo encuentro sexual. Eso era extraño comparado con mis ciclos anteriores.

El dolor de cabeza que seguía resonando en mi cabeza, se alivió a medida que


bebía sorbitos de agua. Nunca antes había tenido un presagio de mi ciclo que se
hubiera retrasado tanto y que luego desapareciera con tan solo una relación sexual.
Pensaba que los síntomas de los días previos podrían haber sido algo así como una
recreación de una enfermedad o un resfriado ¿Quizás, de alguna manera, me
confundí?

—…

Probablemente, las señales reales llegarán muy pronto, dentro de dos días. Seguro.
Aun así, quizás no sea tan soportable como habitualmente, pues todos los músculos
de mi cuerpo se sienten sorprendentemente pesados. Mientras observaba el
calendario pensaba en qué excusa debería usar para este ciclo de calor.

No siempre era fácil tomarse repentinamente unos días libres, una vez cada mes.
Todos en la empresa sabían que Wonkyung no tenía familia. No podría usar nada
parecido a una excusa como que sus abuelos estaban enfermos. Lo único que podía
hacer era disfrazarlo con la ayuda de Jung Hoon, como un viaje de negocios de
unos 3-4 días o como un repentino accidente de algún amigo al que tuviera que
ayudar.

Sin embargo, cuando pensó que tendría que preguntarle a Jung Hoon, sintió una
gran incomodidad en su corazón.
Dijiste que eso es todo lo que puedo hacer, nada.

—Es una compañía que comprende la situación. Si uno mejora, otro se enferma.

Me prometí a mí mismo no desear nada para no ser lastimado, sin importar las
veces que regresara a él. Pero cuando, de repente, recordé las palabras que me
había dicho y no pude evitar sentir un pinchazo en el corazón al pensar por qué me
había vuelto tan odiado.

No es malo. Como dijo, no soy nada. Definitivamente fui yo quien dijo que no podía
hacer cualquier cosa. Aferrándome a un hombre que odia mi olor, lo cual no puedo
evitar, guardo esperanzas en sus palabras o acciones sin sentido. La culpa es toda
mía. No debería lastimarme. Aun así, sigo preocupándome y tengo curiosidad por
saber por qué, repentinamente, se volvió malo conmigo… Quizás…

—¿Quién más está enfermo? —Pregunté mientras la cadena de pensamientos en


mi cabeza se iba extendiendo y enredando cada vez más.

Entonces Jae-yeon respondió de forma fluida:

—El gerente de la sucursal. Ya lleva ausente del trabajo tres días, pero dice que
tiene un resfriado ¿Tiene eso sentido?

✤✤✤✤✤✤

Las palabras de Jae-yeon no eran falsas. De hecho, Choi Jung Hoon no había
pasado por la empresa durante tres días.

Si son tres días… entonces, empezó el día en el que me acosté con él. A la mañana
siguiente fue la última vez que lo vi. Ya han pasado tres noches desde que aquel
hombre mostró sus intenciones de asesinarme, como si estuviera loco.

—…

De pie frente a la conocida puerta de entrada, Wonkyung vaciló por un instante.


¿Debería abrir esta puerta y entrar? ¿O debería regresar? Ni siquiera le pedí una
cita por adelantado.

En esos tres días no hubo contacto por parte de Jung Hoon. Y esta era la primera
vez que visitaba su casa sin permiso. Quizás, al contrario de lo que la gente cree,
no fuera un resfriado sino una excusa para tomarse unos días libres… O tal vez
sucedió algo y salió de la casa.

Sin embargo, las ganas de volver a ver el rostro del Alfa, por alguna razón,
permanecían en el corazón del Omega.

Incluso si tengo que volver a enfrentar una cruda noche de nuevo. Incluso si esta
persona hace una vez más un rasguño en mi corazón con sus duras palabras… No
puedo evitarlo.

—Gerente de la sucursal.

Ahora, me cuestiono si esa persona estará a salvo.

—Este es Yoon Wonkyung.

Con firme determinación llamó a la puerta. Todo lo que volvió fue un abrumador
silencio. Pulsó la contraseña y entró en la casa. Un inmenso frío golpeó el cuerpo
del Omega. Hasta el momento, Wonkyung pensaba que Jung Hoon no estaría
realmente en casa.

La sensación de frío flotaba bajo sus pies mientras caminaba por el interior de la
vivienda. Era como si la temporada de frío del exterior se hubiera filtrado dentro de
la casa. Sin embargo, en el momento en el que dirigió la mirada hacia el dormitorio
tuvo que confirmar que lo que veían sus ojos no era una ilusión

— …Gerente de la sucursal.

El cuerpo de Jung Hoon estaba enterrado debajo de una manta. Tirando el maletín,
Wonkyung se acercó rápidamente hasta él. Sin embargo, la mano que estaba
tratando de tocar su frente dudó inmediatamente, incapaz de alcanzar a Jung Hoon.

<No dejes que te odie. Por favor, inténtalo> Su voz llena de ira regresó a mi mente.
—…

Sin embargo, no podía dejarlo solo. Su mano, tambaleándose en el aire, aterrizó


con cuidado en la frente del Alfa. Entonces, un cálido fervor floreció bajo su palma.

¿Desde cuándo habrá estado así?

Su cabello, empapado de sudor frío, estaba esparcido por su frente. Wonkyung,


quien permaneció en blanco durante un rato, confundido, negó con la cabeza
ampliamente y comenzó a pensar en lo que debería hacer ahora.

—Ah, la caldera.

Le vinieron a la mente varios interruptores en el lateral de la puerta. Pero en el


momento en que estaba a punto de darse la vuelta, una mano caliente se envolvió
alrededor de su muñeca.

—…

Sintió una molestia repentina en su muñeca, pues aún seguía algo magullada.
Wonkyung volteó la cabeza y miró hacia atrás. Jung Hoon, con los ojos abiertos
ligeramente, le estaba observando.

—Gerente de la sucursal.

—Ah… —Una mueca de irritación apareció en la frente del Alfa.

—¿Estás bien?

—¿Me veo bien? —Su voz sonaba terriblemente entrecortada.

—Hace calor, así que no hagas nada… —Tiró, entonces, de su muñeca hacia él.
Wonkyung se sentó en la cama dejándose guiar.

—Simplemente quédate quieto.


Las luces blanquecinas de la ciudad brillaban a través de la ventana iluminando el
rostro del Alfa. El corazón de Wonkyung, que estaba temblando ansiosamente,
comenzó a encogerse lentamente. Con la mirada fija en el rostro de Jung Hoon,
como poseído, Wonkyung escuchó su voz.

Nariz recta y afilada. Labios agradables. Siempre brillando. Hermoso.

—Mis manos están frías.

Y sus ojos negros, que nunca me muestran nada.

— … Lo siento. —Wonkyung habló tranquilamente, pero para su sorpresa, Jung


Hoon se rio.

—Me siento bien. —Dejando escapar un largo suspiro, el Alfa cerró los ojos.

Su voz cálida tocó mis oídos. No había nadie aquí que estuviera vertiendo sus
feromonas de forma aterradoramente vertiginosa, ni diciéndome que me quería
matar. Calidez. Ahora solo era calidez. La calidez de una mano grande sujetando
mi muñeca. La calidez que deja su voz en mi oído. Y algo que surge de mi corazón.
Realmente, era un poco más caliente y más delicado que la palabra calidez.

—Me quedaré aquí hasta que me digas que me vaya.

—…

Mientras permanecía enterrado en ese extraño calor, todo lo que me había estado
preocupando durante los últimos días se desvaneció.

No importa cuánto me lastimes. No importa que me trates como un objeto. No


importa cómo me trates.

El hecho de que esta persona me necesite ha terminado con todas mis


preocupaciones.

Mientras estaba enterrado en ese extraño calor, todo lo que me había estado
preocupando durante días se convirtió en nada.
He subido y bajado tantas veces que ya estoy devastado. El hilo enredado en mi
corazón comenzó a desenredarse en la otra dirección.

En ese momento, Wonkyung se percató de algo.

—Sí.

Tal vez siempre ha sido así, incluso antes de darme cuenta. ´

Él sabe que algún día me quemará, pero puede que yo ya esté sosteniendo
estúpidamente el fuego con mis propias manos.

—No me iré…

Parece que yo… yo comenzaba a desear a esta persona.

—…hasta que me digas que me vaya. —Respondió, presionando y ocultando su


corazón distante. Comenzó, entonces, un silencio que probablemente no terminaría
nunca.
Capítulo 2.2
NOTA ACLARATORIA:
• Alfa: Choi Jung Hoon (Gerente de la sucursal)
• Omega: Yoon Wonkyung (Líder del equipo de gestión de campo)

✤ La narración omnisciente se va mezclando con los pensamientos de él omega.

✤✤✤✤✤✤

Un estruendo resonó por todas partes acompañado de aullidos, ruido de objetos


rompiéndose y una voz enojada llena de resentimiento. Una oscuridad
completamente negra se desplegaba alrededor sin cesar, cubriendo todo a su paso.
Era un paisaje grotesco, indescriptible. No obstante, curiosamente, no se sentía
nada, tan solo una leve irritación. Aun así, el miedo y la ansiedad que siguieron a la
penumbra, mezclados con los gritos, no le permitían levantar la cabeza. Ni siquiera
se atrevía. Incluso, no era capaz ni de pensar en qué hacer.

Atrapado, sin poder hacer nada, en aquel espacio tenebroso, Jung Hoon solo quería
que el tiempo pasara rápido, que el final de todo esto llegara de alguna manera. En
ese momento, una fina voz se elevó por encima de los estridentes sonidos
desgarrados y rotos.

Todo está bien ahora. 

Era una voz suave, como los pequeños guijarros pulidos por las olas. La voz se
lanzó contra el mar de penumbra balanceándose con calma, causando ondas a su
alrededor.

La superficie del agua, que hasta ahora se había mantenido a una altura constante,
fluctuaba. Cuando escuché el sonido de los gritos no sentí nada, pero
repentinamente comencé a impacientarme. Las yemas de mis aturdidos dedos se
estremecieron. La idea de huir surgió de repente. Pero tan pronto como le di la
espalda a aquellos gritos, el suelo se abrió bajo mis pies. Mi cuerpo estaba siendo
arrastrado a una oscuridad sin fondo. Abajo, demasiado profundo. 

—…Ugh —Abrí mis ojos. Una corriente de sudor frío recorrió mi sien. Fue un mal
sueño. Sin embargo, por alguna razón, mi cuerpo se sentía mejor que anoche. Aun
así, el hecho de haber caído enfermo hirió mi orgullo. Chasqueé la lengua
disgustada y traté de levantarme. 

—… —Pude ver la espalda de alguien que esperaba sentado junto a la cama. No


fue difícil de reconocer. Era Wonkyung. Curiosamente, tardó unos instantes en
darse cuenta de que estaba agarrando su muñeca. 

—Uh… —Estaba a punto de preguntarle qué estaba haciendo aquí, pero justo me
llamaron la atención los moretones ensangrentados reflejados debajo de mi palma.
Observé sus delgadas muñecas. Tenía marcas como de haber sido atado con algo,
permaneciendo así misteriosamente magulladas. 

Aquello me recordó que había estado con Wonkyung justo antes de enfermarme.
Incluso puede que fuera yo el que atara las manos del Omega. Pero todos los
recuerdos eran extrañamente débiles, como si los viera a través de un vaso opaco,
con la imagen de Wonkyung y de mí mismo desapareciendo de forma borrosa. 

Por alguna razón me sentí mal y empujé ligeramente su cuerpo. 

—Despierta.

Sin embargo, la espalda de Wonkyung, quien estaba sentado erguido, cayó hacia
un lado sin fuerza, contrariamente a las expectativas de Jung Hoon. Tal y como
estaba sentado, golpeó con su cabeza en el cabecero de la cama haciendo un
sonido seco. No pudo hacer nada por evitarlo.

—… ¿Qué?

¿Qué diablos está haciendo esta persona aquí? Jung Hoon se preguntaba


sinceramente curioso.

Entonces Wonkyung volvió rápidamente su mirada hacia mi cuerpo. 

—Ah, yo… este…

Fue la primera vez que realmente lo vi. Por encima de sus ojos, ligeramente abiertos
como si todavía estuviera ido, me fije en sus párpados. Wonkyung, que se frotaba
los ojos dubitativos, parpadeó y se arrodilló sobre la cama. Su rostro se veía
ligeramente hinchado, sumergido en un gran cansancio. No entendía por qué.

En ese momento Wonkyung, que tan solo esperaba paciente observándome,


bostezó ligeramente. Un sonido irritable se elevó por la estancia. Luego, me
preguntó con voz cerrada —¿Estás bien?

—¿Qué?

La blanca luz del sol de la mañana brillaba cálidamente por detrás del paisaje que
se veía desde el ventanal. Su fino cabello relucía bajo los rayos que se filtraban. 

—Ayer… Estabas muy enfermo, ¿lo recuerdas?

No me encontraba tan mal. 

—Recuerdo, pero ¿qué tiene eso que ver con Yoon Wonkyung?

Pero, extrañamente, no me convencía la situación. Quería incidir sobre ello, así que
volví a preguntarle deliberadamente un poco más fuerte —Se supone que
acordaríamos previamente cuando reunirnos, así que ¿qué derecho tienes para
entrar y salir de mi casa?

—Ah…

Wonkyung no tenía muchas expresiones. Su cara siempre se mostraba vergonzosa.


A veces brillaban lágrimas y otras veces ardía por el sonrojo. Al menos, eso era lo
único que Jung Hoon había visto.

—Lo siento. Pensé que tal vez podría haberte pasado algo.

Cuando recordé mi respiración sin aliento sobre su rostro enrojecido, sentí que mi
parte baja se ponía rígida. Sin embargo, el deseo sexual no se incrementó de
inmediato. Quizás sea por su cara que se ve muy deprimida. 

Pasando por al lado de Wonkyung, quien mantenía la cabeza gacha, el Alfa se


levantó de la cama.
—No dejaré que este tipo de cosas vuelva a suceder.

En ese momento, una voz corta y clara sonó desde atrás —¿Qué significa este tipo
de cosas?

Jung Hoon dejó de caminar hacia al baño y devolvió la vista hacia el Omega —Eso
es…

Wonkyung levantó la mirada. Luego, respondió de forma natural, —Llegar a un


espacio privado sin permiso… ¿Es eso?

✤✤✤✤✤✤

Respiré aliviado. Su cuerpo había dejado atrás el sudor frío que sufrió durante toda
la noche. Las exhalaciones, que parecían dolorosas, habían también disminuido.
Estaba agradecido de que volviera a ser el gerente de la sucursal Choi Jung Hoon
que yo conocía.  

—¿Estás haciendo esto a propósito? —Inquirió el Alfa.

—… ¿Ah? —Pero pronto se me olvidó. Esa frágil figura que apretaba antes mi mano
con fuerza como queriendo no perderla nunca, con el ceño fruncido… Lo olvidé por
completo. Olvidé que el gerente de la sucursal Choi Jung Hoon que yo conocía era
una persona «así». 

—¿Qué tipo de reacción esperabas? —preguntó Jung Hoon. Sus ojos brillaban
mostrando interés. Wonkyung, confundido, cerró la boca con fuerza. La persona
que había mostrado un perfil bajo y tranquilo, por alguna razón, cambió de repente.
Todo era diferente a hace 5 minutos, cuando no mostraba enemistad. Lo que se
mezclaba con la voz de Jung Hoon, en este momento, era una irritación obvia.

—¿Vas a invadir de mi espacio privado sin permiso alguno?

—…

—Es muy cómodo. No importa que lo hagas sin pensar. Todo se acaba con una
simple disculpa.
Rara vez entiendo qué hago mal. 

—¿Hasta dónde piensas llegar la próxima vez después de disculparte?

—…Gerente de la sucursal. —Wonkyung, que giró la cabeza en silencio, se mordió


los labios.

—Te pregunté qué derechos tienes para entrar y salir de aquí.

—…Lamento que no se sintiera cómodo de que entrara aquí sin su permiso.

—¿Qué? —Jung Hoon preguntó como si fuera absurdo.

—Por eso me disculpé. No había otra intención.

—…

—…No estaba tratando de arreglar esto con una sola disculpa.

La mirada de Jung Hoon, hundida con frialdad, fue directamente a Wonkyung. No


fue fácil para el Omega afrontarlo e, inevitablemente, agachó la cabeza.
Tartamudeando, Wonkyung sacó las palabras que le vinieron a la mente de adentro
hacia afuera, una por una. —De verdad, nunca más… Me aseguraré que esto no
vuelva a suceder.

—… —Jung Hoon se mantuvo en silencio.

—Si hay algo que incomode al gerente de la sucursal, incluso si eso es venir a su
casa sin su permiso… yo lo arreglaré.

—¿De verdad? —Fue en ese momento, acompañado de un suspiro somnoliento,


cuando Jung Hoon dejó de hablar con Wonkyung. —Me siento incómodo contigo.

Aquella frase golpeó mi mente.

—Yoon Wonkyung actúa como una persona leal. —Comentó el Omega refiriéndose
a sí mismo.
—…

—Puedo hacer cualquier cosa. De verdad. Si hay algo que le incomode, le aseguro
que lo arreglaré.

Sentí como Jung Hoon, que se había mantenido a unos metros de distancia, se
acercaba lentamente hacia mí. Al poco tiempo su dedo se posó debajo de mi
barbilla. Levanté el rostro sin resistirme a la mano que trataba de izar mi cabeza. Vi
dos ojos negros mirándome fijamente.

—El buen título que te di, la oficina a la que vas todos los días, tu asiento en ella…
Todo fue hecho porque yo lo quería. —Hablaba con una voz extremadamente
tranquila, sin siquiera una pequeña vacilación. Siempre que Jung Hoon pronunciaba
una palabra, algo se rompía en mi interior. —Y lo que estoy esperando a cambio es
tu cuerpo, no un subordinado obediente.

—…

—No pases por encima de la posición que te di.

Para que lo que había florecido en mi corazón no creciera, respiré hondo tratando
de calmarme. Sin embargo, no importa cuánto lo intente, no había forma de hacer
retroceder lo que claramente seguía aumentando. Así que cerré los ojos con fuerza.

—…

Una gota tibia resbaló por su mejilla fluyendo a través de las yemas de los dedos de
Jung Hoon que aún sostenía su rostro. Tenía miedo de descubrir lo que contenían
esas lágrimas.

—…Lo siento. —Abrí la boca de nuevo. Espero, por favor, que no lo note. Me dije a
mí mismo que no era nada, pero estaba ansioso por ser algo más para él y me di
cuenta, entonces, de mi verdadera codicia. Las estúpidas expectativas puestas en
ti y tú ni siquiera me das tu corazón.

Espero que nunca lo sepas.


—… —Las cálidas palmas se alejaron de sus mejillas. El frío tomó su lugar. Jung
Hoon, mirando distante la escena mientras Wonkyung derramaba sus lágrimas,
añadió —Vete.

—…Sí. —Wonkyung se puso de pie rápidamente secándose las lágrimas con el


dorso de su mano.

✤✤✤✤✤✤

La puerta se cerró con un clic.

Jung Hoon, que estaba de pie, esperó a escuchar el sonido para sentarse en la
cama y frotar su cabello.

—…Mierda.

¿Realmente fue un inconveniente para mí que el viniera sin mi permiso o


repentinamente perdí la razón cuando me preguntó con calma si estaba bien? Yo
mismo sentía curiosidad por conocer la respuesta. De hecho, no podía entender por
qué estaba tan enojado. El dolor de cabeza y la fiebre que habían estado raspando
mi cuerpo durante días, desaparecieron como si nunca hubieran existido. Sin
embargo, cuando recordé las palabras de Wonkyung me irrité en exceso. 

La conclusión es que esto nunca más volverá a suceder: No ingresar a un espacio


privado sin permiso. Era como si estuviera trazando una línea, pero en la misma
situación de antes no había nada más apropiado que un subordinado le dijera eso
a su jefe. No me fue fácil calmarme a pesar de que lo conocía. Al final, eché a Yoon
Wonkyung por razones sorprendentemente infantiles para mí y él se fue con una
cara profundamente herida. 

—…

Jung Hoon, de repente, miró hacia su palma. Mientras se mantenía sentado sin
decir nada, vinieron a su mente las mejillas blancas del Omega tratando de contener
las lágrimas. Las tibias gotas que se habían extendido hacia su palma rasgaron el
pecho de Jung Hoon.  
✤✤✤✤✤✤

Podía ver la parte de atrás de Wonkyung. Estaba mirando hacia el vestíbulo, de pie
en la barandilla como de costumbre. Los pasos de Jae-Yeon, que caminaba por el
pasillo con su café recién recogido, naturalmente, se volvieron hacia él.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó dando golpecitos en su hombro. Con la mirada


perdida, mirando hacia abajo sin comprender, Wonkyung volteó la cabeza.

—…uh, estar aquí. —Era una forma usual de hablar, con su sonrisa habitual. Sin
embargo, sus párpados rojos e hinchados no parecían decir lo mismo. Jae-Yeon,
sorprendido, se inclinó hacia Wonkyung.

—¿Qué les pasa a tus ojos? —La fina piel se había vuelto tan tierna como un
rasguño. Como si los ojos de Jae-Yeon mirándole de cerca le incomodaran, el
Omega dio un paso atrás.

—Comí ramen picante y luego dormí mucho.

—… ¿Seguro? —Se notaba de un vistazo que no era esa clase de hinchazón. No


obstante, se veía un fuerte deseo de ocultar el motivo, así que Jae-Yeon decidió no
seguir preguntando. En cambio, levantó el dorso de su mano y lo sostuvo sobre los
ojos de Wonkyung presionando con fuerza. Cada vez que uno de sus dedos le
cubría con su energía fría frotándose sobre la carne caliente, los hombros del
Omega temblaban. Pero no lo evitó. Dejó que Jae-Yeon lo hiciera.

No hubo ningún cambio significativo. Después de confirmar que la hinchazón de sus


párpados no disminuía sin importar cuánto los presionara, Jae-Yeon se encogió de
hombros y retiró su mano. Luego, le contó lo que había olvidado decirle.

—Bien. Olvidé decirte ayer. Recibí una llamada desde Seongnam ayer, alrededor
de las 3 en punto. Te lo envié por correo electrónico junto con los detalles de los
gastos del mes pasado.

—Ah…

—¿No es algo de lo que deberías informar al gerente de la sucursal?


—Eh… Sí, lo haré.

—¿Estará el gerente de la sucursal en su despacho o habrá salido?

Entonces Wonkyung, que permanecía parado sin comprender, de repente suspiró


brevemente —…Bueno.

Con la mirada distante, volviéndose de nuevo hacia el vestíbulo, Jae-Yeon dijo en


broma —Sería muy conveniente si no estuviera, ¿no es así?

—… —Wonkyung no respondió.

Jae-Yeon tocó ligeramente su hombro una vez más y añadió —Déjale un mensaje
de texto si no quieres hablarle.

✤✤✤✤✤✤

Observé pensativo la pantalla LCD de mi teléfono celular durante un largo rato. Las
preocupaciones que comenzaron tan pronto me fui a trabajar, no terminaron hasta
que finalizó la hora del almuerzo. 

No era algo de vida o muerte. Era solo una cuestión de mensajes de texto para
informarle de lo que había sucedido y de cómo se iba a manejar. Sin embargo, una
y otra vez, escribí el mismo contenido de una forma diferente para después borrarlo. 

[Los gastos del sitio en Seongnam del mes pasado llegaron.]

[Gerente de la sucursal. Tengo algo sobre lo que informarle.]

[Gerente de la sucursal. Póngase en contacto con nosotros cuando vaya a trabajar.]

—…

[Hoy, ¿no vienes?]


— jefe del equipo Yoon, ¿no vas a comer? —El sustituto, que se había desperezado
con un gruñido, se inclinó sobre el tabique al preguntarle. Wonkyung se rio
torpemente.

—Estaré allí en un rato.

—Entonces iré yo primero. —El sustituto se levantó del asiento e inclinó la cabeza.
Wonkyung, que apartó la mirada de él, tomó su teléfono celular nuevamente. Movió
el cursor parpadeante al lado del signo de interrogación y borró todas las letras.
Tras ello, las mismas preocupaciones comenzaron de nuevo a asediarle.

¿Qué debería decirle?

—…

Después de abandonar la casa de Jung Hoon, un cambio apareció en la mente de


Wonkyung. No importaba cuánto tratara de presionarle, una voz familiar salió de
algún lugar de su corazón cuando recordó cómo los dedos del Alfa se posaban
sobre él. Entonces, le vino a la mente la conversación con Jung Hoon.

Después de escuchar aquella voz, sentí como si me hubiera perdido solo en una
isla remota. Seguía estando impaciente por un tema en el que ni siquiera podía
saber qué hacer o qué no hacer en esta situación. 

De todos modos, Jung Hoon siempre fue quien mantuvo el control en esta relación.
No existía ninguna ley que indicara que no sería apuñalado* en algún momento.
Pero era difícil mantener la calma cuando la espada sigue clavándose. Así que no
quería creer ni aceptar el hecho de que este hombre realmente piensa que soy
insignificante.

No conseguía enviar aquel simple mensaje de texto. No se trata de ser leal o no, ni
de pasar por encima de la posición que me ha cedido. Más bien, se trata de tener
algo con la persona que deseo… y eso parecía más difícil de lo que pensaba. 

—…Ah

Por segunda vez, volvió a soltar un suspiro de frustración sintiendo un pellizco en


su pecho. Al final, no pudo enviar el mensaje de texto. Su rostro se reflejó en la
pantalla ennegrecida. Después de bastante tiempo, la hinchazón de los párpados
permanecía inalterable. Tras observar su atontada figurada reflejada en el teléfono
móvil, se levantó.

✤ [*N/T: Se refiere a ser apuñalado por la espalda, pero no literalmente, sino a ser
traicionado] 
Capítulo 2.3
NOTA ACLARATORIA:
• Alfa: Choi Jung Hoon (Gerente de la sucursal)
• Omega: Yoon Wonkyung (Líder del equipo de gestión de campo)
• Jae-Yeon: un compañero de trabajo de Wonkyung.

✤ La narración omnisciente se va entremezclando con los pensamientos de los


personajes, saltando de uno a otro indistintamente. Se marca en cursiva en esos
casos.

✤✤✤✤✤✤

Sentado en el auto, Jung Hoon miró hacia la entrada del edificio. Su dedo golpeaba
incesante el volante.

Hace ya tres horas que crucé la calle y detuve mi vehículo en el edificio de enfrente.
Me quedé sentado sin comprender y matando el tiempo. Quizás, debido a mi
ausencia de la empresa durante unos días, los mensajes de texto sobre la entrega
de informes se fueron apilando en mi teléfono móvil. Sin embargo, no hubo contacto
alguno de cierta persona… Wonkyung.

Eso puso nervioso a Jung Hoon.

Había algo flotando en mi cabeza dándome la sensación de que podría atraparlo


con tan solo extender la mano, tal y como ocurrió con la espalda de Wonkyung la
otra mañana cuando salió de mi casa llorando. No importa cuánto tiempo pasara,
no podía deshacerme de él ¿Sería todo un poco mejor si lo pongo frente a mis ojos?
¿Esta molestia desaparecerá cuando confirme que los suyos no están derramando
lágrimas?

Finalmente, salí de la casa sin siquiera un lamento. Luego, esperé con ansia que el
Omega atravesara la puerta del edificio. Sin embargo, a pesar de que la pausa para
el almuerzo había pasado hace tiempo, ni siquiera lo había visto. No me gustó, pero
tampoco me importó. De todos modos, en el futuro serás el «Alfa» de ese “Omega”
para siempre. Entonces, será el Omega, no yo, el que esté ansioso.
El orgullo cubrió su mente compleja. Fue en ese momento cuando, en la distancia,
vio a alguien salir por la puerta del vestíbulo con aspecto descuidado. El dedo que
golpeaba el volante se detuvo. Jung Hoon reconoció de un vistazo rápido que aquel
era Wonkyung.

—…

Caminé unos pasos y me detuve. Luego, caminé unos pocos más nuevamente y
me volví a detener. El sol del mediodía se posó sobre mi cara mientras miraba mi
celular y pensaba en algo.

Lentamente, mientras Wonkyung cruzaba el estacionamiento, Jung Hoon lo miraba


en silencio. Estaba extrañamente disgustado con quien se estuviera comunicando
puesto que no apartaba los ojos de su teléfono celular. Un paso. Otro paso. Se
acercaba a un ritmo lento, como de tortuga. Jung Hoon, que seguía observándolo
sigilosamente, abrió la puerta del auto. Wonkyung apareció y desapareció entre la
hilera de coches que cruzaban la carretera. El Omega, que seguía mirando su
teléfono celular, levantó entonces la cabeza.

¿Cuánto tiempo habría estado esperando?

—…

Un viento frío recorrió mi piel. Sentí la mirada de aquella persona que observaba
fijamente en mi dirección con rostro inexpresivo. De repente, una sensación de
hormigueo surgió desde la punta de mis dedos. Apreté los puños.

Los ojos de Wonkyung se abrieron de par en par al descubrir a Jung Hoon.

✤✤✤✤✤✤

Vamos.

No vayas.

—…
¿Debería fingir que no le he visto? ¿Debería fingir saberlo?

Inesperadamente, sopesó varias opciones. Mientras Wonkyung, que se mantenía


erguido y estático, reflexionaba; no tardó en darse cuenta de que era una
preocupación inútil. Tan pronto como la luz del semáforo cambió, Jung Hoon
comenzó a caminar hacia ese lado a pasos agigantados. Wonkyung, sintiendo que
su mirada estaba exactamente fija en él, colocó su teléfono celular en el bolsillo.

—…Gerente de la sucursal. — Ha estado ocupando mi cabeza todo el día. El


interruptor en mi pecho fue presionado una vez más cuando enfrenté su rostro.
Recordé la frase que le dije a Jung Hoon mientras él me miraba sin decir nada:
“Yoon Wonkyung actúa como una persona leal”

Una voz punzante se clavó como una espina.

—¿Estás yendo al trabajo?

—No. —Hubo un momento de silencio.

Entonces, ¿has venido a verme? Las esquinas de mi corazón, que habían estado
comprimidas y hechas un lío todo el tiempo, se desplegaron. Como reforzando ese
pensamiento, Jung Hoon siguió mirando en silencio a Wonkyung.

—…

Una fresca brisa de invierno llegó desde alguna parte. El fresco aroma del Alfa
quedó atrapado en mi aliento. Continué hablando yo —El supervisor de campo… —
¿No vienes hoy? ¿Hay algo mal? —…me ha enviado los detalles de los gastos. —
Los ojos de Jung Hoon, hundidos en negro, me barrieron. Esa mirada persistente,
como interrogándome… Seguí hablando—: Pensé que tendría que darte un
informe…

Y, sin embargo, las cosas que quería preguntarle todo el tiempo resultaron ser
palabras diferentes.

✤✤✤✤✤✤
—El supervisor de campo… —

Una fresca brisa de invierno llegó desde alguna parte —…me ha enviado los
detalles de los gastos. —Las palabras salieron tranquilamente sin hacer contacto
visual. Cada sílaba tenía un aroma. El aroma que volaba con el viento se derramó
sobre mí. Eso no ayudaba—. Pensé que tendría que darte un informe.

Mis músculos se tensaron con fuerza y mi cabeza se enfrió. Le observé en silencio.

—…

¿Qué iba a decir? ¿Qué iba a hacer cuando tuviera delante a este Omega? Las
cosas que había estado planeando todo este tiempo y esperando el momento
perfecto se estaban volviendo vacías.

—Te iba a decir… No creo que hayas venido a trabajar… —La apariencia de
Wonkyung luchando por mantenerse firme aun tartamudeando, todavía estaba allí.
Nada ha cambiado ni un ápice. Incluso después de escuchar palabras tan duras,
todavía se sentía angustiado y parecía combatir por algo.

—…

Sin embargo, Jung Hoon se arrepintió.

—A partir de mañana, me pondré a trabajar correctamente. —No deberíamos haber


avanzado tan apresuradamente. Olvidé lo ligero y superficial que era la existencia
de los Omega.

—Después… —Como si abriera esos labios solo para mí, como si deseara para mí
algo diferente… Cada vez que te doy un vistazo, cada vez que dices una palabra…
No me engañaron esos ojos mirando hacia arriba con expectativas.

—… —El aroma corporal del Omega, mezclado con el viento frío, pareció aplastar
la parte posterior de mi cabeza. Me volví de espaldas y sentí como Wonkyung abría
la boca como para decir algo. Lo desagradable era que el hecho de ni siquiera poder
tocarlo estaba aumentando mis impulsos como un loco.
También estaba acostumbrado a la mirada fija detrás de mi espalda. Todo en el
Omega no era diferente de lo habitual. Lo único que había cambiado era el olor de
otra cosa. Estaba densamente enterrado en el cuerpo del Omega, quien fingió ser
inocente y levantó el rostro.

✤✤✤✤✤✤

Entre las sucursales de Jungheung*, las sedes de Seúl y Gyeonggi fueron los
lugares con mayor carga de trabajo. Por esta razón el puesto de gerente de la
sucursal es un cargo que debe ejercerse fielmente con la idea de asumir la
responsabilidad de todos los empleados.

✤ [*N/T: Jungheung, es el nombre de la empresa y tiene sedes en varias zonas,


como las mencionadas]

El gerente anterior, Oh Sung-Pal, quien fue derrocado por el nuevo gerente Choi
Jung Hoon, dijo que los empleados debían ser firmemente leales a la empresa tanto
como él trabajaba con apego por la empresa. Esta era la razón por la que todos
debían participar, semi forzados, en los banquetes de los viernes a la noche; puesto
que era una empresa de servicios de construcción un tanto adinerada y grande en
el mejor de los casos.

El gerente Oh Sung-Pal era claramente el típico ejemplo de jefe molesto. Entonces,


cuando se escuchó por primera vez que alguien más ocuparía su lugar la gente
aplaudió. Lo mismo sucedió con Wonkyung. Sin embargo, después de que se supo
que una persona más joven era quien había expulsado a Oh Sung-Pal y alcanzado
tal posición, los vítores de la gente, sin duda, se convirtieron en celos mezclados
con admiración.

Choi Jung Hoon, quien no recomienda que se realice ninguna cena en absoluto, era
una persona que causaba irritación en un significado ligeramente diferente al del
exgerente Oh Sung-Pal: Un hombre cuya educación, antecedentes e incluso carrera
permanecían en secreto; Una figura desconocida que parecía ser impulsada por un
paracaídas hasta alcanzar dicho puesto de gerente. Con una firme confianza
envuelta alrededor de su rostro que parecía haber sido captada desde su
nacimiento. Un jefe que ni siquiera podía ver un poco de humanidad. Un ser que no
podía amar por mucho que lo intentara…
—Míralo. Pensé que le dolería más. Ha estado enfermo durante tres días. ¿Tiene
sentido verse tan bien? —dijo Jae-Yeon mirando a Jung Hoon que pasaba por el
vestíbulo con una apariencia elegante.

—Huh— Wonkyung, que estaba bebiendo café de la máquina expendedora junto a


él, miró hacia atrás en silencio. Entonces, como si ese fuera el acuerdo, Jae-Yeon
comenzó a burlarse de Jung Hoon en serio.

—No sé qué tipo de paracaídas usó para impulsarse hasta ese cargo, pero a esa
edad, incluso siendo gerente de la sucursal, su vida será muy cómoda. Debe tener
un rincón para relajarse cuando quiera descansar. De todos modos, yo no puedo
tener esa suerte.

Jung Hoon estaba de pie delante del ascensor con la mirada al frente. Normalmente,
Wonkyung nunca le miraría, excepto cuando fuera absolutamente necesario. Pero,
además de él observándolo desde la barandilla del segundo piso, había
innumerables personas que también lo contemplaban. Gracias a esto, el Omega
pudo relajarse y mirar con disimulo al Alfa. La apariencia de este era tan ordenada
como siempre: El cabello negro brillante, el elegante traje envolviendo su cuerpo sin
siquiera una pequeña imperfección, la cintura erguida y los hombros rectos. Sin
embargo, la relación con un hombre tan consistente había cambiado por completo
de un día para otro.

—…

El día que me escapé de su casa. Ese día fue el comienzo de todo.

Al mismo tiempo que había prometido no esperar ni desear nada, la relación se


derrumbó como si hubiera esperado hasta ese instante. Ni siquiera era capaz de
adivinar qué había salido mal. Independientemente de mi cambio de opinión, pensé
que había tratado a Jung Hoon de la misma manera que siempre, pero en algún
momento en el que no me debí dar cuenta, algo hizo que la relación se rompiera.

Y Wonkyung no podía borrar el pensamiento de que la causa era él. Todo era un
desastre, pero una cosa era segura: Jung Hoon ya no quiere el cuerpo de
Wonkyung. Pero el hecho era que el propio Wonkyung era el único que podía
terminar la relación hasta el final.
—¿Cuál es el punto de quedarse aquí cavilando? Solo me duelen los dientes.
Vamos a entrar —Pronto, como si Jae-Yeon hubiera perdido interés en Jung Hoon,
se dio la vuelta rápidamente. Sin embargo, Wonkyung no pudo apartar la vista del
rostro del Alfa.

—…

¿Cuánto tiempo había estado parado así? Se abrió la puerta del ascensor. Los
pasos de Jung Hoon para entrar se detuvieron por un instante. Su cabeza se volvió
hacia Wonkyung, quien asombrado se dio la vuelta. Luego, siguió los pasos de Jae-
Yeon que caminaba delante de él.

Incluso después de que Wonkyung desapareciera de la barandilla del segundo piso,


Jung Hoon se quedó allí un rato mirando fijamente el lugar.

✤✤✤✤✤✤

El ambiente en la sala de conferencias era más espeso que nunca. Solo la luz de la
pantalla iluminaba la oscura estancia. Wonkyung, que estaba parado frente a la
pantalla, suspiró y regresó a su asiento. El nuevo empleado que estaba presentando
el ppt rápidamente movió su mano para mostrar la siguiente imagen.

—Inténtalo otra vez. —En ese momento, una voz grave llegó desde alguna parte.

—¿Ah…?

Volví a mirar a Jung Hoon, que estaba sentado en el extremo más alejado del
escritorio. Al ver algo que no le gustaba, miraba al frente con un rostro abrumador.

—Espera.

—…Sí.

Una imagen del sitio del Distrito de Desarrollo de Seongnam volvió a aparecer en la
pantalla. Wonkyung, que estaba a punto de sentarse, se dio la vuelta y se detuvo
frente a la pantalla. Luego, comenzó a repetir lo que dijo hace unos minutos.
—Este es Yoon Wonkyung, líder del equipo de campo. Excluyendo las áreas 3 y 4,
el resto de las áreas de vivienda se reorganizarán dentro de este mes y…

—Todavía no he hecho ninguna pregunta. —pronunció con voz sarcástica—…Por


favor, continúa.

Era ya la tercera vez. Después de que el informe terminara, se dio la vuelta y llamó
a Wonkyung tres veces y se puso frente a él. Curiosas, las miradas de los demás
allí presentes iban y venían entre los dos.

—Olvidé decírtelo antes. Lo siento. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en el
terreno? —Tocó el material de Wonkyung con la punta de sus dedos y volvió a
repetir la pregunta.

—…Hace tres meses tuve una reunión con el jefe del primer grupo de trabajo del
Área de Vivienda. Esa creo que fue la última vez.

—Entonces, ¿esa foto fue tomada hace 3 meses?»

—No. Lo recibí por correo electrónico esta misma mañana.

Parecía que Jung Hoon se estaba aferrando a algo extrañamente. Originalmente,


sabía que revisaba cada presentación meticulosamente, pero era la primera vez
que tenía que preguntar algo como esto.

—¿Es esta una foto tomada hoy en el sitio? ¿A qué hora? ¿Quién la tomó y te la
envió? ¿Tiene alguna información sólida?

—…

—Espero que el líder del equipo Yoon vaya personalmente a filmar esto.

Wonkyung no podía borrar de su mente el hecho de que los eventos que sucedieron
el último día que visitó la casa de Jung Hoon no eran tan irrelevantes en esta
situación.

—¿Puedes hacer eso? —Me dijo que no pasara por encima la posición que me dio.
El buen título que me dio, la oficina a la que vengo todos los días, mi asiento en
ella… Todo fue hecho porque él lo quería. Así que no debía equivocarme. Lo que
esperaba de mí no era un subordinado obediente. Era solo mi cuerpo. Así me lo
dijo.

—…Sí.

Pero desde ese día, Jung Hoon comenzó a pedir a Wonkyung otras cosas extrañas
en lugar de su cuerpo. Cada vez que publicaba un informe, criticaba el contenido,
discrepaba con la ubicación de la sala de reuniones e incluso señalaba cómo
insertar el clip.

—… —No pude averiguar qué era lo que realmente quería.

Contrariamente a las palabras de <no quiero un subordinado obediente>, sus


acciones parecían pedirle a Wonkyung que se convirtiera en el subordinado
perfecto.

Entonces, aunque sé que no puede ser, en un rincón de mi corazón, las estúpidas


expectativas siguen aumentando.

Lo mismo ocurrió un día en el que llegó al frente de la empresa y, de repente,


desapareció sin decir nada. De hecho, lo esperaba. Quizás este hombre se esté
arrepintiendo de lo que dijo ese día. Puede que sintiera un poco de pena por mí.
Pero, cuando me encontré con esos ojos fríos, esas expectativas volvieron a
colapsar. No pude encontrar nada como arrepentimiento en aquella mirada
constantemente indiferente. Esperando, decepcionado, que Jung Hoon diga algo.
Esperándolo de nuevo… Decepcionándome de nuevo… Así ha sido todo este
tiempo. Y es algo muy insoportable.

—Entonces iré. —La mirada que permaneció fija sobre Wonkyung durante un
tiempo se trasladó a otro lugar. El Omega pudo sentarse solo entonces.

—…

Eché un vistazo en la oscuridad. Una luz azul y blanca revoloteó como una pintura
sobre el rostro de Jung Hoon, fijando sus ojos en los otros presentadores.
Sin percatarse del paso del tiempo, Wonkyung lo observaba en silencio.

Y como si hubiera notado que mi mirada le estaba asediando tenazmente, Jung


Hoon nunca volvió la vista hacia mí.

✤✤✤✤✤✤

La presentación terminó antes de lo esperado. Jung Hoon, quien se puso de pie


primero, salió silenciosamente de la sala de conferencias. Durante la presentación,
la mirada de Wonkyung, puesta en el Alfa, le observó marcharse. Este le ignoró
limpiamente y cruzó el pasillo.

—…Aquí.

Sin embargo, al poco tiempo, Jung Hoon no tuvo más remedio que dejar de caminar,
puesto que había escuchado una voz familiar. A lo lejos, alguien le observaba.
Volvió a darle la espalda sin responder. Entonces, los pequeños pasos que también
se habían detenido, se hicieron urgentes y lo siguieron.

—Gerente de la sucursal. —Una leve voz volvió a capturar, una vez más, los pasos
de Jung Hoon. Con un leve ceño fruncido en la frente, el Alfa le miró directamente
a los ojos. Sin embargo, Wonkyung no parecía tener ninguna intención de hacer
eso. El Omega no ha vuelto a mirar a Jung Hoon a los ojos desde que mostró sus
lágrimas en la casa. Y ahora era igual. Wonkyung, que solo miraba a sus pies,
vaciló y añadió algo:

—Lo olvidaste. —Había una pluma estilográfica en la palma de la mano de


Wonkyung. Definitivamente era suya, pero Jung Hoon no la recogió.

—… —Pasó un instante de silencio. Ninguno de los dos dijo nada… Jung Hoon
contemplaba al Omega con sus ojos fríos.

Pude ver que se mordía los labios levemente, con la cabeza agachada como si
hubiera cometido un crimen. Las yemas de los dedos que sostenían una pluma
estilográfica temblaron levemente. Cuando su figura me llamó la atención, algo
volvió a hervir en mi interior.
—Tíralo —sentenció Jung Hoon.

No hubo mucho cambio en la expresión de Wonkyung. Siempre la misma cara.


Independientemente de los gustos o disgustos de uno, un rostro tranquilo como si
declarara que simplemente aceptaría cualquier cosa que se le diera. Su rostro, que
ahora se ha vuelto difícil de creer que contenga sinceridad, ha tocado repetidamente
el corazón de Jung Hoon.

—Y no me molestes por esto —añadió cruelmente y se dio la vuelta.

Ya no quería enfrentarme a esta persona. Si me quedaba por más tiempo, lo que


estaba hirviendo en mi interior estallaría.

Por favor, detente ahora.

Por favor, no me molestes más.

Realmente no sé qué te haría si te toco un poco… más.

✤✤✤✤✤✤

La mano que jugueteaba con la estilográfica negra se detuvo. La mirada de


Wonkyung alcanzó repentinamente el calendario. Ya han pasado cuatro días desde
la fecha programada para el ciclo de calor, pero no hubo cambios importantes en
su cuerpo. Lo único reseñable era que fueron días un poco más cansados de lo
habitual.

Tras conocer a Jung Hoon, sentí primero una extraña ansiedad en lugar del típico
alivio de no tener que dejarme influir por las hormonas. Era bastante cómodo ir
viendo aparecer los síntomas según lo programado y estallar cuando debía. El ciclo
de calor que estaba llegando sin ningún signo de síntomas me hacía sentir como
cuando conocí a Jung Hoon. Ansiedad. Sin previo aviso, la fecha de vencimiento se
retrasaba día tras día. Me sentía como si estuviera de pie sosteniendo una bomba
de tiempo en llamas.
Wonkyung extendió la mano y abrió el cajón como un hábito. Luego, sacó el
recipiente de inhibidores y lo abrió.

—…Uh —Pero el botiquín que sostenía con las yemas de los dedos estaba vacío.
La razón parecía ser que, al sentirse Jung Hoon extrañamente incómodo con sus
feromonas, tomó más inhibidores de los necesarios durante unos días, sobre todo
debido a la ansiedad causada por el hecho de no sentir síntomas en su cuerpo.

—…. —El flujo de pensamientos se transformó repentinamente en el momento en


el que Jung Hoon estaba gravemente enfermo.

¿Qué fue realmente entonces? Unos días antes del ciclo de calor ya sabíamos que
los Alfas reaccionaban con sensibilidad. Pero, si la incomodidad de Jung Hoon con
sus feromonas realmente señalaba un ciclo de calor inminente, según el cálculo del
calendario, este ya debería haber llegado.

Quizás no acerté ¿La sensación desagradable que sentí en ese momento fue solo
porque tomé el inhibidor equivocado? Entonces, ¿por qué Jung Hoon reaccionó con
tanta sensibilidad a mis feromonas?

—…No lo sé. —Estaba lleno de incógnitas. Wonkyung pronto dejó de pensar. La


mirada se volvió hacia el calendario. De todos modos, por ahora, la prioridad era
conseguir inhibidores en caso de una posible situación. Sin embargo, solo dos
hospitales los prescribían para cada ciudad y provincia. Incluso, eso estaba lleno de
gente Omega que primero hacía las reservas.

No podría obtener mi medicamente sin la autorización. Y por esta razón, tenía que
pasar por Jung Hoon. En la situación actual, era peor que morir.

—…

Sin embargo, debido a que todavía no quería ver a Jung Hoon, el riesgo era
demasiado grande. Para los Omegas, incluido el Omega masculino que aún no se
ha identificado como Omega, nada era más peligroso que el hecho de pasar un ciclo
de calor programado sin un solo inhibidor. Si el ciclo de calor explota durante el día,
será realmente difícil. Aparte de tener que irse a casa de repente, no podía evitar la
responsabilidad de su trabajo, escondiendo algo como ser Omega. Una empresa
que ha ignorado más de un cierto periodo de vacaciones, el Omega sería el primero
en sufrir, seguido por el jefe local de las autoridades de la salud que no ha
asegurado adecuadamente la salud del Omega. Y el Omega no podría evitar cargos
por violar la Ley de Salud.

—Ah. —Era terrible imaginarlo. No había opción. Tenía que ir a ver a Choi Jung
Hoon. Durante casi una semana, pasaron sin decir una palabra, tan solo mirándose
el uno al otro. Ahora no tenía el valor de llamar a su oficina y decirle que tenía un
favor que pedirle. Jung Hoon seguía tratando a Wonkyung con una frialdad
aterradora. Incluso Jae-Yeon le preguntó < ¿qué hiciste?>.

—…Odio esto.

La pluma estilográfica del escritorio volvió a llamar mi atención. <Y no me molestes


por esto>. Una voz grave vino a mi mente. Con un profundo suspiro, me levanté de
mi asiento. No tenía claro si pudiese mirarlo a los ojos correctamente si lo visitaba
ahora, pero no podía evitarlo.

Si es algo que de todos modos tiene que suceder, el resultado será el mismo, ya
sea hoy o mañana…

✤✤✤✤✤✤

Jung Hoon levantó la cabeza al oír un golpe en la puerta.

—Este es Yoon Wonkyung.

—… —Sin embargo, sabía que el dueño de la voz que escuché era Wonkyung antes
incluso de decirme que iba a entrar. Mi estado de ánimo habitual cambió.

Deliberadamente, sin dar respuesta, mantuvo la mirada fija en un documento que


ya no podía leer correctamente. Poco después, se abrió la puerta. A través de la
brecha, el paisaje de Wonkyung se extendió y apareció. Solo entonces, cubriendo
la carpeta de archivos, Jung Hoon miró a Wonkyung.

—¿Qué quieres? —preguntó brevemente.


La mano de Wonkyung cerró la puerta silenciosamente con cuidado tratando de no
hacer ruido. Tras ello, dudo en hablar.

—…

Con la mirada fija en su figura, Jung Hoon contó lentamente los números en su
interior:

“1… 2… 3…” Si no abre la boca antes de que cuente diez, lo voy a echar.

—…Gerente de la sucursal —pero sorprendentemente, en el momento en que contó


solo nueve, Wonkyung abrió la boca —…me gustaría tener la tarde libre.

—¿Por qué vienes a mí y me hablas de eso? —Golpeó fuerte. Era obvio. Fue allí
donde Yoon Wonkyung, quien no se reunió con él para calmar su ciclo de calor, tuvo
que lidiar con Choi Jung Hoon.

Es hora de la receta para los inhibidores antes de que el ciclo aparezca.

Parecía ser mejor hablar de eso en vez de las vacaciones mensuales. Aunque ya lo
notó, Jung no dijo mucho.

—Este… —A Wonkyung le resultaba difícil abrir la boca para hablar sobre


inhibidores o ciclo de calor. Siempre fue así a pesar de que el Omega ya había
revelado todas las partes más débiles que el Alfa podía ver. Y Jung Hoon, que lo
conoce, no iba a ayudarlo con sus palabras como Wonkyung esperaba que hiciera.
—La medicina… Toda se ha terminado.

— No sé qué medicina es —pregunté como si realmente no supiera nada.


Emociones extrañamente retorcidas fluyeron con una sonrisa. Esperaba que
Wonkyung abriera la boca para probarse a sí mismo que se estropearía como un
animal sin drogas y que necesitaba de mi propia ayuda para detenerlo. Quería
atormentar a esta persona, porque…

—…El inhibidor. —La voz de Wonkyung disminuyó rápidamente.


Mientras observaba la vergüenza en su rostro, Jung Hoon sintió que algo le hacía
cosquillas en su corazón. La razón ya no era importante. Solo la idea de querer
cogerse a ese Omega frente a él resonó completamente en su cabeza.

—Oh, ¿Es hora de tu ciclo de calor? —Se levantó de su asiento enderezando la


espalda. Luego, se acercó lentamente hacia Wonkyung. El sonido de sus pasos
retumbó en la espaciosa oficina. El Omega, que aún no le miraba a los ojos, le
enfureció.

¿Qué palabras debo decir?

Vacilando lentamente por las numerosas opciones, Jung miró hacia arriba y abajo
como si lo apreciara.

—En efecto. Sin esa droga, tendrías un gran problema.

Un cuerpo tan delgado. Incluso si lo presionas con un poco de fuerza, la piel


permanece roja y sus ojos llorosos… Era una persona tan singular, que ni siquiera
podía imaginar cómo había llegado a Jungheung. Escuché que en el trabajo de
campo había sido golpeado por los trabajadores antes de encontrarse conmigo. Sin
embargo, no parecía ser tan fuerte como las otras personas en el terreno. No
parecía tener una personalidad excepcional.

—Estás aguantando, temblando como si estuvieras a punto de morir… en cualquier


lugar… como un perro.

—…

—No puedes hacer eso. Eres un trabajador. —El Alfa recordó cuando la última vez
en su despacho le dijo esas mismas palabras y el Omega se emocionó.

Eso fue divertido.

Wonkyung, como Jung Hoon sabía, era un hombre más fácil de manejar que una
hoja de papel. Si lo sostienes en tu mano y lo sacudes, tiembla. No importa cuánto
lo manejes, no sabes cómo sacarle una expresión desagradable. Un hombre que
no tiene nada más que su cuerpo. Ese era Yoon Wonkyung.
—Gerente de la sucursal…—por fin el Omega habló de nuevo.

Entonces, no podría ser una maravilla. Los pensamientos del Alfa continuaron.

—¿Puedo preguntarte por qué estás haciendo esto? —Wonkyung le cuestionó.

—… ¿Qué?

Obviamente, Yoon Wonkyung no tenía ni idea de cómo enloquecía a la gente de


maneras tan extrañas.

—Parece que estás haciendo esto a propósito. —El omega continuó hablando.

—…

—Lo pensé mucho, pero no sé por qué el gerente de la sucursal está enojado
conmigo

Jung Hoon estuvo furioso durante más de una semana porque no podía evitar
sentirse molesto cada vez que veía a Wonkyung. Como observando a través de un
interior repleto de cenizas dejadas por un gran fuego, Wonkyung, que seguía allí
parado, levantó la cabeza y miró directamente a Jung Hoon. Su mirada atravesó el
corazón del Alfa como una flecha.

—Por favor, házmelo saber ¿Podría ser posible que… estés incómodo? —Fue en
ese momento cuando algo estalló en la mente de Jung Hoon.

—… —Sus ojos estaban tan incómodos que un escalofrío hizo que parpadearan.
Jung Hoon, que todavía lo estaba enfrentando, no pudo superar los sentimientos
que se arrastraban desde su estómago y sonrió. Entonces él dijo —: Cierra la
puerta.

—… ¿Ah?

—Te lo daré. No tienes que volver a la oficina. —La voz de Jung Hoon se había
calmado. Wonkyung se quedó quieto por un instante, se volvió sin decir una palabra
y cerró la puerta. El sonido del clic de la cerradura sonó espantoso. Girándose
lentamente, el Alfa llamó al Omega. Los pasos vacilantes se fueron acercando poco
a poco. Y…

—Ugh… —En el momento en que llegó a su altura, Jung Hoon extendió la mano y
agarró el cuello de Wonkyung. Sorprendido por el movimiento repentino, el cuerpo
del Omega se estremeció bajo su mano. El Alfa, que se mantenía de pie con el
cuello de Wonkyung apretado fuertemente, tras un momento, lo soltó.

—Ah… Huh.

—¿Tienes curiosidad? —Le interrogó refiriéndose a su pregunta previa de si estaba


incómodo con él.

Con una respiración profunda, Wonkyung dio un paso atrás. El cuello del Omega,
que había sido envuelto en su mano, provocó una calidez que penetró rápidamente
como un pulso palpitante en la palma de Jung Hoon alcanzado su corazón, un poco
más profundo en su interior. La desagradable sensación que quedó le hizo fruncir
el ceño.

—¿Qué si me haces sentir incómodo? Bueno, lo pensaré. —Hablando en un tono


perfectamente frío y cruel, Jung Hoon se acercó de nuevo. Como si estuviera
aterrorizado, los hombros de Wonkyung temblaron. Sin dudarlo, el Alfa lo agarró y
lo presionó hacia abajo. Con un ruido sordo, su delgado cuerpo cayó al suelo. Sin
arrodillarse, impotente, el Omega levantó sus ojos redondos y miró a Jung Hoon.

El Alfa, sintiendo que el interior de su boca se estaba secando con una sed de causa
desconocida, sentenció:

—Haz lo que mejor sabes hacer. Ahora.


Capítulo 2.4
NOTA ACLARATORIA:
• Alfa: Choi Jung Hoon (Gerente de la sucursal)
• Omega: Yoon Wonkyung (Líder del equipo de gestión de campo)

✤ La narración omnisciente se va entremezclando con los pensamientos de los


personajes, saltando de uno a otro indistintamente. Se marca en cursiva en esos
casos.

✤✤✤✤✤✤

—Oh ¿Es hora de tu ciclo de calor? —Utilizó un tono muy casual, como preguntando
si almorzaste. Pero la malicia masculina contenida en él se convirtió en una hoja
afilada de cuchillo clavándose en el medio de su pecho.

No fue inesperado. Desde el momento en el que dejé la oficina y me detuve ante la


puerta de este lugar, dudé. Dudé todo el tiempo. No tenía otra opción que vacilar
durante muchos segundos, sabiendo que puedo recibir una cicatriz mucho más
grande de la que he recibido hasta ahora. En aquella situación, no quedaba más
remedio que enfrentarlo. Me acompañaron temores mucho más vertiginosos de los
que pensaba. Y la sensación de aprensión, que nunca se perdió, se hizo
dolorosamente real.

Con su cuerpo rígido, Wonkyung observaba a Jung Hoon. Pronto, sin embargo, se
vio obligado a evitar su mirada. Pensaba que sus fríos ojos pronto devorarían todo
su cuerpo.

—… —Incluso si no tuviera que confirmarlo, Wonkyung sabía mejor que nadie lo


que este hombre estaba pensando de él.

Un objeto… Un agujero…

Al menos en el mundo de Jung Hoon, no era un ser humano. Hubo un tiempo en el


que me sentía bien siendo tratado así. Pensé entonces qué podría ser. Como me
dijiste un día no puedo estar sin ti, pero debes ser tú.
Siempre soy el perdedor en la lucha contra ti y siempre tendré que inclinarme ante
el lado desafortunado.

—En efecto. Sin esa droga, tendrías un gran problema.

Sí. Siempre fui yo quien aguantó porque sentí pena por la estabilidad que me disté.
Esto continuará así probablemente para siempre. Pero incluso, después de que esa
sensación de estabilidad se convirtiera en otra emoción que difícilmente podía
admitir, ni por un momento olvidé la naturaleza de la relación que tenía contigo.

Mientras enfrentamos juntos nuestra cálida piel como cualquier persona en otra
relación de características similares… Aunque mi corazón esté destinado a latir con
la dulce voz que a veces me das… Incluso si mis tontas expectativas levantan mi
cabeza debido a tu gentil mano… Siento calidez.

Me lo prometió entregando su corazón mientras este se arremolinaba. No olvidaré


que esta relación fue creada por y para las necesidades del otro. No seré codicioso.
Incluso, si tengo codicia, nunca intentaré llenarla.

—Estás aguantando, temblando como si estuvieras a punto de morir… en cualquier


lugar… como un perro.

Pero no era fácil. La codicia cada vez mayor, terminó lastimando a Yoon Wonkyung,
quien pertenecía a ese ser «humano».

—No puedes hacer eso. Eres un trabajador.

Se odiaba a sí mismo más que a este hombre, a pesar de que escuchaba la obvia
intención de herirle.

¿Por qué nací como Omega? Si no me hubiera enfrentado a la situación Omega


contra Alfa, podría haber pasado sin saberlo durante toda mi vida ¿Por qué estoy
en tus manos? Si rechazo su oferta en estos momentos, es posible que esta relación
ni siquiera dé comienzo.

—Gerente de la sucursal…
Quería vivir sin conocer este tipo de mente porque ya era demasiado difícil de
manejar.

—¿Puedo preguntarte por qué estás haciendo esto?

Pero ya es tarde. No puedo volver atrás en el tiempo. No puedo cambiar mi carácter.


A pesar de que apreté los dientes para evitar la codicia, el corazón pesado, que
trataba de sostener, terminó surgiendo.

—… ¿Qué?

Incluso después de esforzarme tanto, todavía quiero ser una persona, al menos,
para ti.

—Parece que estás haciendo esto a propósito. —Mi voz tembló débilmente. La
frente recta de Jung Hoon estaba arrugada. Reprimí mi dolor. Luego, continué —:
Lo pensé mucho, pero no sé por qué el gerente de la sucursal está enojado conmigo.

Ahora no puedes evitar darte cuenta. Yo puedo… esconder mis sentimientos.

—…

Ya no escondo mis sentimientos.

Lo arreglaré si puedo.

Lo arreglaré… si puedo…

—Por favor, házmelo saber ¿Podría ser posible que… estés incómodo?

✤✤✤✤✤✤

Sacando la lengua y lamiendo su glande, mis músculos estaban sorprendidos por


las manos que habían apretado mi cuello con demasiada fuerza. Incluso abrir mi
boca era difícil. Algo suave y duro comenzó a crecer en volumen en la punta de mi
lengua. Sostuve con cuidado su pene. Bajé lentamente la cabeza a lo largo de su
músculo hinchado llegando hasta su grueso pilar. Mi saliva manchó su tibia carne.
Ni un leve aliento salió de la boca de aquel hombre hasta que, lentamente, miré
hacia arriba de nuevo.

—Uhhh…

Un gran dedo esparció su cabello al otro extremo.

—Abre la boca. —Una voz baja y apagada sonó desde arriba. La mano, que
sostenía la cabeza dolorosamente firme, envolvió toda la parte posterior de su
cráneo.

—Woohhhh… —Al mismo tiempo, su miembro, que había estado medio erecto,
apuñaló la parte más profunda de su boca de inmediato.

—Cof, cof…

La hebilla del cinturón raspó mi mejilla descuidadamente. El toque fresco y afilado


me puso la piel de gallina, pero no podía hacer nada más que agarrarme de la pierna
de Jung Hoon. Una gran palma presionaba contra la parte posterior de mi cabeza.
Cuando esta fue inclinada por la fuerza, su gran pene se hundió y comenzó a
clavarse contra mi nuez de Adán.

Al toque de la espesa y despiadada puñalada de su tibia carne, las náuseas y la tos


aparecieron simultáneamente en su garganta. Sin embargo, lo único que podía
hacer, tratando de no vomitar, era respirar y diluir saliva. Un pene empapado en
saliva entraba y salía de su boca. Un gemido bajo fluyó intermitentemente por
encima de su cabeza. Esto no era un acto sexual. De igual manera que sucedía con
Wonkyung, que luchaba por respirar, Jung Hoon no sentía ni un poco de excitación
en la húmeda membrana que rodea su pene.

Puck…

La mente de Jung Hoon estaba más tranquila que nunca. Las pestañas de
Wonkyung estaban mojadas. Lo miró y movió su cintura.

Cada vez que tocaba su miembro con mi suave lengua, evitando que me levantara,
la saliva fluía por mi amplia mandíbula. Tuvo una paciencia asombrosa. Cada vez
que empujaba su pene hacia mi garganta, mi cuello hinchado temblaba.
Un rostro retorcido y una respiración dolorosa e intermitente. Pero a pesar de que
pudo escapar, el Omega no lo hizo.

Solo estaba negando con la cabeza, como me dijeron.

Su actitud irritó a Jung Hoon.

—Perra… —Entró y salió de su boca por un largo rato.

¿Debería ponerlo aquí? Sosteniendo el cabello de Wonkyung, quien luchaba contra


el dolor, Jung Hoon lo apartó de él y se inclinó. Luego, miró a sus ojos viendo como
derramaba lágrimas.

—No me gusta esto. —Sus ojos estaban húmedos por la ansiedad. Secando sus
lágrimas suavemente con una mano, el Alfa continuó con sus palabras mientras la
boca del Omega brillaba llena de saliva —. No es por nada, pero eres tan molesto.

—Ohh… Ugh —El rostro de Wonkyung, que volvió a su apariencia tranquila y


habitual, como si no hubiera estado distorsionada por el dolor de apuñalar su
garganta, desapareció mientras lloraba. Era insoportablemente incómodo.

—De todos modos, eres así para mí. Si te pido que la chupes, la chupas. Si te pido
que abras las piernas, las abres ¿Necesitas más palabras?

Era plenamente reconocible que Wonkyung estaba horrorizado. Su cuerpo


tembloroso lo demostraba. ¿Realmente sería más fácil si lo mato?

—Eh...

Al principio fue interesante. Lo siguiente fue arrogancia.

Todos sus hermanos fueron Betas saludables. El Omega, que apareció


repentinamente en un algún momento de su pasado cuando, sin saberlo, fue
condenado al ostracismo por tener un rasgo alfa, fue perfectamente recompensado.

No podía odiar al Omega, quien levantó sus húmedos ojos asintiendo gentilmente y
moviéndose silenciosamente alrededor como una mascota que escucha órdenes.
Por no hablar del placer superlativo que da su cuerpo. Y el hecho de ser el único
que puede controlar la feromona de Yoon Wonkyung le dio incluso una sensación
de conquista vertiginosa.

La razón por la que Wonkyung no tiembla en absoluto, incluso si acepta cualquier


demanda irrazonable y duele de alguna manera, es porque la hormona hierve en
todo su cuerpo. No puedes vivir sin mí, pero debo ser yo. Siempre haces que me
sienta un poco más completo. Pero, en algún momento, todo en este Omega
comenzó a ponerme de los nervios.

—Dime, ¿por qué tienes curiosidad?

¿Por qué te odio? ¿Cuándo me enloqueciste?

—Ugh…

No quería admitirlo hasta el final: La razón por la que decidí ignorar tu mirada que
me seguía a mis espaldas… La razón por la que decidí ni siquiera pedirte más tu
cuerpo… La verdadera razón por la que decidí sacarte lentamente de mi vida.

¿Por qué te atreviste a cruzar la línea trazada conmigo? No, no es posible.

¿Por qué cada vez que te veo ya no me miras a los ojos?

¿Por qué cada vez que te miro, me enojo?

—Si no lo hubiera hecho… ¿estaría bien?

Porque olías a alguien que no conocía.

—…

En el vestíbulo, en la sala de conferencias, apoyado de una barandilla, sentado en


una silla… como si por un instante no hubiera cambios… como si solo te lo
permitiera a ti. Desde tu inocente mirada hacia arriba…. Mírame. No tuve más
remedio que reconocer el olor de otra persona.

Y a ti, así…
Porque, graciosamente, sentí que me traicionaron.

—Señor gerente de la sucursal. — Inhalando, Wonkyung llamó a Jung Hoon.

Cada vez que salía ese aliento, algo… no… el olor de Yoon Wonkyung estallaba sin
pausa.

La fea verdad que finalmente se descubrió.

Haciendo frente a su verdadero yo, que se sentía traicionado por nada más que un
omega superficial, Jung Hoon respiró con dificultad.

—…

Y con una mirada muy desordenada, el Omega, que miraba al Alfa con los ojos bien
abiertos, abrió la boca una vez más.

—…No tienes que hacerlo.

—¿Ah?

Una sonrisa torcida se filtró. Era el momento.

—Me gustas. —Una voz tranquila sonó en su oído. Algo pesado golpeó el corazón
de Jung Hoon.

—No tengo porque agradarte. Pero… quiero decir…

—…

—No finjas que no me has visto. —El golpe vertiginoso detuvo todo lo que rodeaba
al Alfa. Olvidando siquiera respirar, observó al Omega. —Solo un poco… sé amable.

Entonces las lágrimas rodaron por sus pálidas mejillas, humedeciéndolas.

✤✤✤✤✤✤
Era raro que un Omega consiguiera un trabajo sin un certificado médico. Realmente
eran muy pocos, por eso se decía que era raro. Incluso los trabajos comunes a
tiempo parcial no se aplicaban a los Omegas. Esto era porque no en muchos lugares
querían contratar personas que tuvieran que descansar cada vez que volvía el ciclo
de calor.

Sin una habilidad especial para llamar la atención de un empleador, o sin un título
decente, el único lugar donde Wonkyung podía obtener un currículum eran las
empresas de mano de obra esparcidas por las calles. Fue una suerte que no hubiera
ninguna empresa interesada en el estado de salud detallado de los trabajadores
comunes.

Había buenos trabajos en el mundo en los que era natural que se los llevaran
simplemente si sus brazos y piernas estaban bien y estaban en condiciones de
apagar fuegos, es decir, dispuestos a resolver problemas.

Cuando se le dijo que fuera a Chungju, fue a Chungju. Al día siguiente, se le dijo
que fuera a Ulsan y se subió al tren a Ulsan. Cuando se le pidió que limpiara la casa
de juego ilegal, también se le pidió que entregara productos sospechosos.
Dondequiera que hubiera un trabajo, saltaba a donde podría ganar dinero, sin
revelar que era un Omega.

Sin mencionar la cantidad habitual de trabajo manual, el lugar al que comenzó a ir


durante un día o dos fue ese sitio de la antigua calle de Jungheung. Después de
hacer recados a lo largo de la escena, su trabajó se convirtió en algún momento en
atrapar la ira de los trabajadores de demolición. Así vivió durante uno o dos años.

A medida que mis manos se volvían más ocupadas, yendo a trabajar casi todos los
días, me convertí en un empleado a tiempo completo, pero ese no fue el final.
Aguanté así durante unos años y, en algún momento, me desperté convertido en
líder del equipo. Usaba zapatos en lugar de botas de seguridad y trajes en vez de
ropa de trabajo desgastada.

Siempre fue así. Los eventos que rodeaban la vida de Wonkyung siempre han sido
tan amplios que no pueden resolverse al despertar.
La primera vez fue cuando puse un pie en Jungheung. Fue igual cuando comencé
a conocer a Jung Hoon. Y fue lo mismo cuando comencé a tener sentimientos
extraños por él.

Por supuesto, la responsabilidad de todo recae en el propio Wonkyung.

Lo mismo se aplica a este momento. En este momento, una vez más confirmo a
través de Jung Hoon que no soy nada. Lo que estaba reteniendo se rompió y sentí
que tenía que hacer cualquier cosa.

La impaciencia imprudente derribó a Wonkyung hasta ese punto.

Y como siempre, cuando recobre el sentido, todo habrá terminado.

—…

Mientras inclinaba la cabeza, Wonkyung se mordió los labios. Sintió un hormigueo


alrededor de su garganta. Se sintió como si alguien empujara su mano a través del
espacio y sacara lo que había dentro de su boca.

—¿Te gusto? —Jung Hoon, que estaba mirando a Wonkyung, preguntó


acompañado por un suspiro. Efectivamente, su reacción fue fría.

Una mirada, como si fuera patético, despertó mi mente. Pero ahora, no había forma
de que pudiera dar marcha atrás.

—…

¿Qué pasará en el futuro? Wonkyung lo miró sin decir una palabra. Sus ojos habían
sido invadidos por una ira negra. Antes de darse cuenta, estaba cruzando la línea.
Jung Hoon levantó su cuerpo y se recolocó la ropa. No le tomó mucho tiempo volver
a la misma apariencia limpia que el Omega vio por primera vez en la oficina. Jung
Hoon, vestido pulcramente, de repente, extendió una mano.

—¿Desde cuándo? —Siguió una voz tranquila y apagada.

Wonkyung, que se quedó mirando la mano del Alfa, la sujetó con cuidado. En poco
tiempo, un fuerte brazo se enroscó alrededor de su cintura. El Omega levantó
lentamente las piernas ayudándose de los brazos. Los ojos negros de aquel hombre
brillaban en su rostro esperando una respuesta.

—…No lo sé, no lo sé. —De alguna manera, era difícil enfrentarlo directamente.
Tartamudeó en respuesta. Wonkyung evitó su mirada sin darse cuenta. Entonces,
Jung Hoon sonrió. Luego, tocó suavemente su mejilla, sosteniendo su cabeza
inclinada hacia sí. Gracias a su cercanía, el Omega pudo apreciar de forma
completa las características espléndidas del aroma corporal del Alfa.

Mi corazón palpitó hasta el punto de entumecimiento.

Sin decir nada, esperó en silencio la disposición de aquel hombre. Entonces, la gran
palma que tocaba su rostro distante pronto comenzó a moverse suavemente. Un
toque lento y cuidadoso, como si tocara algo muy precioso.

Secando la saliva que aún se extendía por su boca, Jung Hoon abrió lentamente la
boca.

—Señor Wonkyung… —Señor Wonkyung. Su voz grave, una vez más, hizo que me
doliera el corazón.

La mano que cubría su mejilla descendió. Sus ojos, que temblaban por no saber a
dónde mirar, se fijaron en Jung Hoon. Este observó su vista lejana con infinito afecto
y abrió la boca.

—…por casualidad, ¿estás loco?

Al mismo tiempo, algo se hundió en su interior. Con un ruido sordo, como si el suelo
bajo sus pies se derrumbara, la sangre de todo su cuerpo se sentía como si se
estuviera enfriando.

—Hasta ahora… Cada vez que me toca así.

Insignificante, tan insignificante que ni siquiera sabía si estaba allí.

Las destrozadas expectativas y la metralla afilada comenzaron a esparcirse y


apuñalar cada rincón y grieta de su corazón. Jung Hoon abrazó a Wonkyung por la
cintura, atrayéndolo un poco más cerca.
—Siempre me viste con ese tipo de sentimientos, ¿no es así?

Fue solo entonces que Wonkyung se dio cuenta: algo estaba hirviendo dentro de la
voz de Jung Hoon, aunque se esforzara en parecer tranquilo.

—No finjas que no lo sabes.

Mucho más oscuro que la última vez que estuvimos involucrados. Ira,
aborrecimiento y odio. No era fácil captar la identidad de las cosas que te invaden
en un instante.

—Gerente de la sucursal… si me quedaba eventualmente a tu lado así, por


casualidad, pensé que podría sentirse bien con Yoon Wonkyung al menos una vez.
—El brazo alrededor de la cintura se tensó. Los rostros de los dos hombres se
acercaron a una distancia de aproximadamente un palmo.

—Eso es grosero. —Como tratando de calmar a su amante, Jung Hoon, con una
cálida sonrisa, se acercó al oído de Wonkyung y le susurró —: Te pedí que hicieras
el mejor esfuerzo para que no te odiara»

—Ugh…

—¿Hasta cuándo pretendes jugar conmigo? —Un cálido aliento tocó el sensible
lóbulo de la oreja de Wonkyung.

—Hueles asqueroso. —El cuerpo de Wonkyung, sintiendo instintivamente el peligro


por el alfa enojado, comenzó a temblar.

—Deberías haber pensado en deshacerte de ese olor antes de empezar a hablar


como un perro. —La voz que susurraba con los dientes apretados era tan baja y
feroz como la advertencia de un animal.

✤✤✤✤✤✤

Wonkyung, que salió del despacho de Jung Hoon como si estuviera huyendo,
levantó su mano temblorosa y se apoyó en la pared. Sin embargo, no podía soportar
sus piernas vacilantes y tuvo que apoyar la espalda en la pared. Un toque frío
atravesó su fina camisa.

—…

Apoyándose distraídamente contra la pared, Wonkyung de repente acercó la nariz


a su muñeca buscando el mal olor que Jung Hoon decía encontrar en él.

Si pudiera, querría encontrarlo y deshacerme de él. Pero para mí disgusto, no podía


sentir nada más que el olor vacío del aire.

Respiró profundamente una vez más y observó la puerta bien cerrada de la oficina
de Jung Hoon.

—No sé, si alguna vez… ¿crees que podrás sentir algo así?

Mis brazos cayeron débilmente. En un murmullo, respondí una de las sílabas que
Jung Hoon había utilizado.

—Ah…

Luego me pregunté a mí mismo: ¿De verdad lo creías? ¿Qué esperabas que


sucedería después de una confesión irreflexiva? ¿Qué diablos creíste y dijiste?

Se sentía como arena rodando en mi corazón. Sacudí y golpeé mi pecho, pero la


sensación punzante no disminuyó en absoluto. Más bien, solo cavó más y más
profundo. Las lágrimas, que estaba conteniendo, cayeron como si hubieran estado
esperando. Mi codicia, supongo, era mucho más grande y densa de lo que pensaba.

—…Uh.

Con sus manos envueltas alrededor de su rostro, Wonkyung se hundió lentamente


hasta el suelo. El sonido reprimido de contener las lágrimas se filtró a través de sus
palmas.

—Ah…

Se acabó. Todo se acabó.


Sabía que este día llegaría, pero nunca pensé que sería durante un día de trabajo,
haciendo frente al final irreversible sin estar preparado.

Un terrible lamento sacudió tardíamente a Wonkyung.

✤✤✤✤✤✤

Las pupilas acuosas de mis ojos gruñeron. La imagen de Wonkyung tropezando y


desapareciendo tras la puerta, se pegó en mi cabeza.

Con la espalda enterrada en la silla, Jung Hoon bajó las manos y hurgó entre sus
pantalones. Su pene, que seguía erecto a punto de estallar, saltó. Las gruesas
venas brotaban aquí y allá. Iniciando desde el glande, que ya había empezado a
desprender líquido pre-seminal, lentamente comenzó a barrer su pilar firmemente
erguido.

Recordé como hacía un momento Wonkyung mordía sus labios. Incluso eso era
desagradable.

—Ah

Si te dijera que regresaras, lo harías. Te quitaría la ropa y te acostaría sobre el


escritorio sin resistencia. Quería enterrar mi pene en tu cuerpo. Quería destrozar a
Yoon Wonkyung, saboreando la suave y húmeda piel de su pared interior.

Antes de que te dijera que te marcharas, debería haberlo evitado con un empujón.

Levantó la otra mano y enterró en ella profundamente su nariz. Era la mano que
había tocado la mejilla de Wonkyung.

Su olor, que aún permanecía, quedó atrapado en mi aliento. Mientras tanto, mis
nervios se volvieron sensibles a la energía y mezcla del olor de los demás.

Sin embargo, la mano que sostenía su pene, lo sacudía acelerándose cada vez un
poco más.
Cerré los ojos prestando atención al sabor del Omega que conozco. Siempre que
mi miembro era aplastado brutalmente entre sus pálidas y redondas caderas, el olor
de Wonkyung salía como si acabara de estallar. Recordé la visión de Wonkyung
cayendo sobre la cama.

—Ah… Whoo

El último día en el que tuvimos sexo, el hecho de que otro cuerpo encontrara el
toque de tu agujero cruzó naturalmente por mi mente. Ese día mi cabeza quedó en
blanco, con una sensación de pesar.

Se tragó el aliento entregándose a sí mismo.

¿Él también conoce esa parte de ti?

—Ah… mierda, ja…

Cuando me imaginé a Wonkyung mezclándose con la carne de otra persona, una


irritación y sed incontrolables envolvieron mi estómago.

Mientras el semen fluía de su pene derramándose sobre sus pantalones, Jung Hoon
se centró en el sentido de las circunstancias. En ese momento, Jung Hoon recordó
los gemidos de Wonkyung, con el rostro al rojo vivo, haciendo contacto visual directo
con él. Entonces abrió la boca.

“Me gustas”

— Ugh…

“No finjas que no lo sabes”

El semen explotó y se puso pegajoso en su palma. Jung Hoon abrió los ojos con
una sensación somnolienta. La vista de Wonkyung alejándose seguía parpadeando
en su mente.
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