Ester

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Ester la reina.

Muchos se preguntarán quien soy, soy Ester, una humilde joven, que hoy vengo a contarles
un poco sobre mi vida.
Cuando murieron mis padres, mi tío Mardoqueo me crio. Disfruto honrar a mi tío
obedeciéndole como una buena hija.
Vivo en Persia. Pero no soy persa soy judía.
Mis antepasados habían venido a Persia como prisioneros de guerra. En esos días muchos
judíos partieron a Persia.
Les cuento que el rey de Persia hizo un gran banquete para muchos príncipes de todo el
mundo, convidó invitados de todos los reinos cercanos. Los hombres comían aparte de las
mujeres, que también estaban haciendo banquete con la reina Vasti.
 El ebrio rey ordenó a la Reina Vasti que se ponga la corona real y muestre su belleza. La
Reina Vasti se rehusó.
Queriendo mostrar que las mujeres debían honrar a sus esposos, el rey pasó una ley que
quitó la corona de Vasti. Ya esta no era reina.
Se hizo una búsqueda por una nueva reina. De todas las muchachas bellas del reino, el rey
me escogió como esposa.
Puso la corona real sobre mi cabeza. No le conté al rey que era judía, pues mi tío
Mardoqueo me dijo que no lo haga.
 Mi tío Mardoqueo pasó su tiempo a la entrada del palacio para escuchar noticias mías. Un
día escuchó a dos sirvientes del palacio planeando asesinar al rey.
Como mi tío Mardoqueo era tan justo mandó una advertencia que salvó la vida del rey. Los
sirvientes fueron ahorcados, y el nombre de Mardoqueo se escribió en el libro de datos del
rey.
 Después de un tiempo el segundo en el mando al rey era un hombre rico llamado Amán.
Todos se inclinaban cuando pasaba Amán.
Todos excepto un hombre. Como judío, Mardoqueo adoraba sólo al Dios viviente.
Amán odiaba tanto a Mardoqueo que decidió matarle, junto con todos los judíos de Persia.
¡que terr
El perverso Amán engañó al rey para que firmara una ley que al cabo de cierto tiempo
cada judío en el reino sería matado.
Fue una ley terrible. Tanto judíos como persas lamentaron. Pero acuérdate, Dios ya me
había hecho reina. Y ella soy judía.
¿Esconderé mi secreto del rey? ¿O me arriesgaré a muerte para tratar de salvar a mi
pueblo?
¡¡¡¡¡Qué encrucijada!!!!
En ese mismo momento Dios me dio una buena idea. Y rápidamente me puse en acción,
entonces Invité al rey y a Amán a un banquete. Allí el rey me prometió lo que me daría lo
que pidiera.
Y le conteste, vengan usted y Amán a un banquete mañana. Entonces le diría al rey lo que
quería.
Mientras tanto Amán preparó una gran horca para ahorcar a mi tío Mardoqueo.
Pero esa noche el rey no podía dormir. Leyendo los datos de la corte vio que Mardoqueo
nunca había sido premiado por salvar su vida.
 Como Dios es tan justo a la mañana siguiente, el rey preguntó a Amán, ¿Qué se hará al
hombre cuya honra desea el rey? Amán estaba muy contento. ¡Pensó que el rey hablaba
de él!
Amán había venido para pedir el permiso del rey para ahorcar a Mardoqueo. La horca
estaba toda lista. Pero eso podía esperar.
 Con mucho ánimo, Amán derramó sus sugerencias. Vistan al hombre en el vestido y
corona del rey.
Siéntanlo en el caballo del rey. Manda a un príncipe real que lo dirija por toda la ciudad
para poder verlo todos.
Apúrate, y haz esto para Mardoqueo el Judío, mandó el rey a Amán. ¿Cómo piensas que se
sintió Amán al dirigir a Mardoqueo en honor por toda la ciudad?, el Odiaba a Mardoqueo
aún más que antes. Espera no más, tal vez pensó Amán.
Pronto estará muerto, junto con los demás judíos.
Más tarde aquel día, Amán y el rey llegaron al banquete que yo misma les había mandado
a preparar, entonces el rey me dijo: ¿ Cuál es tu petición?
 No se había olvidado de su promesa. Apuntando a Amán, yo hice a uso de mi posición de
reina y le dije a mi esposo al rey del complot de Amán.
Dijo el rey entonces, ¡Ahórcalo!
Y en ese mismo momento El rey pasó otra ley permitiendo a los judíos defenderse. ¡Eran
salvados! Mi tío Mardoqueo fue puesto como segundo en autoridad al rey y todos los
judíos se gozaron y se dieron regalos.
Desde ese momento y Hasta hoy, los judíos se acuerdan de cómo Dios los salvó por mi
petición como Reina.
Te invito a que, como yo, nunca olvides de dónde vienes, pero sobre todo lo que Dios
puede hacer por ti y los tuyos.

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