Malegarìe, Jessica. (2007) - Del Multiculturalismo A Las Relaciones Interculturales en La Escuela
Malegarìe, Jessica. (2007) - Del Multiculturalismo A Las Relaciones Interculturales en La Escuela
Malegarìe, Jessica. (2007) - Del Multiculturalismo A Las Relaciones Interculturales en La Escuela
Malegarìe, Jessica.
Cita:
Malegarìe, Jessica. (2007). Del multiculturalismo a las relaciones
interculturales en la escuela. IV Jornadas de Jóvenes Investigadores.
Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias
Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
ARK: https://n2t.net/ark:/13683/e7ne/hsT
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Título de la ponencia: Del multiculturalismo a las relaciones interculturales en la escuela
Resumen
1
“La discriminación hacia el extranjero como táctica de disciplinamiento social”- 2004- 2007, con sede en el
Instituto de Investigaciones Gino Germani-UBA, dirigido por el Lic. Néstor Cohen.
Ponencia
En su afán por posicionarse dentro del marco del interculturalismo López sugiere que la
interculturalidad encierra en sí misma una posibilidad de transformación. Sugiere que la
visión que contemple la interculturalidad sería una posición superadora que busca la
integración respetando las particularidades.
Meter McLaren, retomado por Liliana Sinisi (1999), hace una distinción al interior del
multiculturalismo.
Si bien es posible reconocer que el multiculturalismo respeta las diferencias, en los dos
primeros tipos se busca de cierta manera una “cultura común”, un punto de encuentro. En el
caso del multiculturalismo crítico se ven representadas mejor las luchas de intereses y las
distintas posiciones desde las cuales los representantes de cada cultura encaran un proceso de
relación.
De aquí se deduce, por un lado, el peligro del enfoque multicultural que, al respetar la
diferencia sin posibilidad de intervención alguna, caiga en la aceptación de las desigualdades.
Por otra parte la imposibilidad de conexión entre los diferentes, de algún modo los aísla y les
impide crecer a partir del enriquecimiento mutuo.
La interculturalidad, en cambio, reconoce las diferencias entre culturas, pero busca a su vez el
diálogo recíproco, evitando también el asimilacionismo unilateral. Implica el reconocimiento
explícito del derecho a la diferencia, el reconocimiento de diversas culturas, pero
desarrollando relaciones e intercambios entre individuos, grupos e instituciones de las
distintas culturas. El intercambio es la base de esta postura.
Desde la interculturalidad no hay una cultura superior a la otra, o un espacio al que unos
tienen que llegar para encontrarse con los otros. Se trata más bien de mostrar la igualdad de
posiciones desde las diferencias en las identidades. Sin embargo, no es posible evitar
reconocer que en toda relación intercultural se encuentra por detrás alguna relación de poder.
El punto crítico es poder desentrañar en qué medida el poder legitima la desigualdad y en qué
medida es posible resignificar las relaciones sociales, léase resignificar las relaciones de
poder, y construir un nuevo escenario. Desde el multiculturalismo no se proyecta redefinir las
redes de relaciones y en el interculturalismo si. En este sentido, Bauman alude claramente al
cinismo multicultural que encubre relaciones desiguales en torno a la distribución de recursos,
a la participación social y económica, el acceso a servicios públicos, etc. y esto implica
relaciones de poder, de dominación.
Relaciones interculturales en la escuela
Como indica Bauman, el escenario que confunde diferencia con desigualdad y que al respetar
los particularismo avala las desigualdades se complejiza a partir de los discursos de la
modernidad. Allí donde se leía racismo ahora se ha avanzado en el respeto a las diferencias,
pero en algunos casos el relativismo cultural encubre un “relativismo social” que coloca a las
desigualdades sociales como si fueran dadas e inmodificables.
Las palabras de Bauman nos llevan a pensar que en muchos casos el respeto por la diferencia
y la particularidad encierran en realidad la aceptación de ciertas desigualdades. Precisamente
el proyecto de Doctorado en el cual se inserta esta ponencia se refiere no sólo a las relaciones
que se establecen entre los nativos y los migrantes, sino también lo que implica el contacto
entre quienes viven en condiciones de pobreza y quienes no han corrido con tal suerte. Es
decir, el proyecto intenta indagar la relación de los docentes con los alumnos considerados
diferentes por su origen migratorio, pero también aquellas que se establecen con los niños que
provienen de contextos de desigualdad social y económica. Desde el proyecto se estima que
no basta con reconocer las diferencias entre unos y otros sino distinguir entre aquellas que
conforman la identidad de los sujetos y aquellas impuestas socialmente y que son pasibles de
transformación.
Es allí donde radica el nudo central de la investigación en la cual se inserta esta ponencia. En
la reacción que los sujetos experimentan frente a las diferencias que decodifican o significan
como desigualdades. Interesa ver el diálogo que se establece entre los docentes y los alumnos,
cuando éstos presentan alguna característica que los coloca dentro del rótulo de “otra cultura”.
La sospecha a ser corroborada o refutada empíricamente es que existe, por parte de los
docentes, un atisbo de discriminación hacia los alumnos migrantes y/o pobres.
“El racismo es uno de los efectos de la crisis del estado nacional social, y su
síntoma más inquietante está ligado a la exclusión de los “nuevos pobres”,
amalgamados a quienes, entre ellos, llevan consigo los estigmas de la
exterioridad nacional o cultural” (Balibar, 2005).
Para algunos el respeto por las razas diferentes está garantizado, sin embargo las
características físicas, étnicas o socio culturales definen en muchos casos el tipo de relación
que se puede entablar con los alumnos entre sí y de los docentes con ellos. Así los señalan
algunos discursos de distintos docentes de la Ciudad de Buenos Aires.
Esta confluencia de factores que generan discursos estigmatizadores también son considerados
condiciones que pueden afectar el proceso de enseñanza aprendizaje.
Además puede reconocerse que las diferencias se analizan en términos de déficit en relación a
un nosotros y no como particularidades de la cultura de origen.
En algunos casos estas citas incluso ponen en relación las dos características sobre las cuales
se monta esta investigación, tanto la condición étnica como la social. En muchos de esos
casos la mera asociación migrante / pobre potencia los procesos de discriminación.
Por todo lo expuesto recientemente es que consideramos que las intervenciones que busquen
consolidar las relaciones interculturales y la integración entre alumnos de diferentes orígenes
sociales y culturales entre sí y con sus docentes, deben no sólo apuntar al contenido curricular
sino a modificar las acciones directas en el aula.
Como señala Michael de Certeau (1993) los movimientos migratorios no son nuevos, lo
novedoso radica en el mundo en el cual se producen esos movimientos. Que la escuela reciba
población migrante o pobre no es nuevo, pero sucede después de un proceso de masificación
de la educación por el cual llegan muchos y diversos alumnos a la escuela (especialmente a la
educación media) y bajo un proceso de movilidad social descendente. Cabe señalar , por
cierto, que estas características de la escuela actual son consecuencia del orden económico y
político internacional y nacional: desaparición del Estado benefactor, redistribución
inequitativa de la riqueza, flexibilización del mercado laboral, desocupación y consolidación
de un proyecto político y económico globalizador.
“Hace treinta años la crítica principal que se hacía a la institución escolar era su
incapacidad para como pensar las diferencias sociales de alumnos y ofrecerles
una auténtica igualdad de oportunidades. Desde hace un tiempo el discurso
crítico ha cambiado y hoy se acusa más a la escuela de ser incapaz de asumir las
diferencias culturales. (…) No es por la diferencia cultural que se margina al
inmigrado, sino porque su diferencia cultural le sitúa en condiciones de
inferioridad en la escala económica y social de nuestra sociedad” (Siguan, 2000)
Así mientras que una intervención educativa basada en el multiculturalismo centraría sus
acciones en el alumnado de origen étnico o socio cultural diferente, la interculturalidad
presentaría un enfoque global donde se generen procesos de intercambio y cooperación entre
las diferentes culturas. No pondría el acento sólo en las diferencias sino también en las
similitudes, no intervendría sobre los alumnos considerados “diferentes” sino sobre todo el
alumnado buscando que se integren las diferentes culturas.
Lo primero a entender es, como señalan Staintback y Staintback (1999), que no existen dos
clases de alumnos sino que todos difieren a lo largo de un continuo de acuerdo a sus
capacidades intelectuales, físicas y psicológicas- a las cuales me atrevería agregar y sociales-.
Ya el informe Warnock, una de las primeras investigaciones sobre integración escolar
encargada en el Reino Unido en 1974 y publicada en 1978, concluía que todos los alumnos
presentan necesidades educativas especiales- transitorias o permanentes-, exigiéndole a la
escuela que genere estrategias que respondan a dichas necesidades.
Entonces la pregunta es qué debe hacer la escuela y, por lo tanto, los docentes para lograr la
integración de los alumnos y no su segregación? Basil Singh (1991) sostiene que no basta
para eliminar el prejuicio racial con que niños de diferentes etnias convivan en una misma
aula si no se desarrollan actividades y estrategias para fomentar el respeto y la integración.
Lo distinto, lo diferente, lo diverso pareciera asustar. Sin embargo, es interesante, por un lado,
analizar si el rechazo es a la diferencia o al diferente y, por el otro, intentar encontrar
estrategias que muestren que desde la diversidad se puede integrar y que la diferencia no
implica necesariamente fragmentación.
Sin embargo el conflicto se profundiza cuando nos preguntamos qué hacer frente a esa
diversidad. Como se ha señalado previamente se produce así una paradoja. La escuela ha
recibido históricamente población diversa, sin embargo su objetivo primordial ha sido la
homogeneización intentando, en muchos casos, anular dicha diversidad. En este sentido
Alicia Delvalle de Rendo reflexiona.
Una vez más queda de manifiesto que no basta con trabajar sobre los discursos sino que es
preciso intervenir sobre las prácticas. Lo que la escuela debería hacer al intentar atender a la
diversidad es tomar en cuenta distintas dimensiones de la realidad, de aceptar contradicciones,
quiebres y vacíos, de reconocer y tolerar las diferencias. De eso se trata la interculturalidad,
de aceptar y valorar el pluralismo, y de construir socialmente a partir de la diversidad.
(Guardiola, 2004)
Ahora bien, es interesante analizar quien es el “otro” para la mirada docente y desde donde se
construyen esas representaciones sociales.
“… En unos sitios los genéticamente incapaces son los negros, en otros los indios,
los gitanos o los esquimales y en casi todos los hijos de los pobres. (... y) La
percepción que el docente tiene de cada alumno está condicionada entre otras
cuestiones por: sus valores respecto de los modelos de hombre, de niño y de
conducta; los objetivos educacionales propuestos por la institución; su historia
personal como alumno; la experiencia de sus relaciones con el alumno en
situaciones concretas; el marco de referencia propio de su pertenencia a un
cuerpo profesional; la dinámica de los estereotipos y los prejuicios frecuentes que
comparte con numerosos colegas y que suelen alimentarse en la ignorancia, en la
xenofobia o en el racismo propiamente dicho”. (Delvalle de Rendo y Vega, 1998)
A modo de cierre
En general cuando el alumno trae algo diferente, algo distinto a los demás, la respuesta del
sistema educativo no tiende a modificar la intervención didáctica sino a cambiar al alumno.
(Perlo, C., en Ameigeiras, A y Jure, E., 2006). Muy gráficamente así lo señala Jung.
¾ Pulido Moyano, R., Montes del Castillo, A (1997): “La educación multicultural y el
concepto de cultura”, Revista Iberoamericana de Educación, N 13.
¾ Singh, B.R. (1991). “Teaching methods for reducing prejudice and enhancing
academic achievement for all children”, Educational Studies
¾ Vera Maria Candau (2004): “Formación en/ para una ciudadanía intercultural” en La
educación en contextos multiculturales: diversidad e identidad, XIII Congreso
nacional II Iberoamericano de Pedagogía, Valencia.