Resistiré Todas Las Pruebas

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RESISTIRÉ TODAS LAS PRUEBAS

No permitas que el sufrimiento y la incertidumbre te hagan dudar del amor de Dios y de sus promesas. En este devocional
de 3 días, te ayudaré a resistir esas pruebas difíciles que tienes por delante.

Santiago 5:11
Salmo 18:28
Santiago 4:7
QUE EL SUFRIMIENTO NO TE DEBILITE

Sufrimiento. Nadie quiere padecerlo, sin embargo, en algún momento de la vida, nos llegará. El sufrimiento trae dolor. La
sensación de angustia suele presentarse tan fuerte que nos quiere empujar a dejarlo todo, a volver atrás, a tratar de buscar
nuevos sitios de estabilidad; sin embargo, es ahí donde tenemos una gran oportunidad: asirnos duro del Señor y continuar.

No permitiremos que las pruebas nos hagan dudar de Su amor, de Su propósito, de Su Palabra; por el contrario, nos vamos
a adherir más duro a nuestra fe y avanzaremos, aun sin tener muy claro el panorama, pero con la certeza de que, en algún
momento, esto que tanto me duele, también pasará. Al final del camino el sol volverá a iluminar mi vida. ¿Acaso no es Él el
Dios que alumbra mis tinieblas? “Tú, Señor, me das luz, Dios mío, alumbras mi oscuridad” (Salmo 18:28, DHH).

Hebreos 11:1
2 Corintios 5:7
Santiago 4:7
VIVIR LAS PRUEBAS CON FE

La fe nos permite vivir de este modo: sin dudar en que lo que Dios nos prometió, Él lo cumplirá. A través de la fe conocemos
al Señor, recibimos sus bendiciones; pero, también, nos permite soportar las pruebas y atravesar el valle de dolor, de
lágrimas, con la fuerte convicción de que Él sigue siendo Dios y está a mi lado.

En ese momento de angustia e incertidumbre es cuando la fe madura y es perfectada, en medio del dolor, cuando no
sucede lo que yo quiero, cuando mis oraciones parecieran no tener respuesta o cuando ocurra lo contrario a lo que oro, en
medio de esa gran contradicción, la fe crece porque se hace paciente, aprende a esperar.

Santiago 5:11
Job 42:10
Santiago 4:7
HAY BONDAD Y COMPASIÓN

No tengo respuesta para el sufrimiento. Sería muy arrogante de mi parte tratar de elaborar una. Lo que sí tengo es la
vivencia, y eso revela nuestra vulnerabilidad, pero a la vez nuestra fe.

“Bienaventurados los que sufren” dice Santiago y nos lleva a recordar a un hombre que sufrió mucho y al que toda su vida
se le desmoronó. No quedo nada en pie. Enterró a todos sus hijos, perdió su gran fortuna y se enfermó. Se quedó solo, su
esposa le aconsejó que maldijera a Dios y muriera. Sus amigos solo lo juzgaraban tratando de encontrar la razón de tanta
calamidad. Como si aquello que tanto nos espanta pudiera ser encerrado en razones y, de esa forma, volver a sentirnos
seguros.

Pareciera que trae mayor tranquilidad encontrar razones que solo pensar que todos podemos pasar por circunstancias de
dolor y pérdida; pérdida de seres queridos, de bienes, de estabilidad, de sostén financiero, de amigos.

Es interesante que al hablar de dolor, este pasaje mencione a Job, aquel que experimentó todos los dolores a la misma vez.
Sin embargo, creo que el Señor nos trae un mensaje muy profundo, nos recuerda la “Bondad y Compasión” de nuestro
Padre. Para todo el que hoy está cambiando, solo le compartir el final de la historia de Job: “El Señor lo hizo prosperar de
nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía” Job 42:10. En medio de las pruebas, el Señor le volverá a bendecir
porque Él nunca olvida ni abandona a sus hijos.

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