CIENCIAS
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Los fenómenos magnéticos fueron conocidos por los antiguos griegos. Se dice
que por primera vez se observaron en la ciudad de Magnesia del Meandro en Asia
Menor, de ahí el término magnetismo. Sabían que ciertas piedras atraían el hierro
y que los trocitos de hierro atraídos atraían, a su vez, a otros. Estas piedras se
denominaron imanes naturales.
El primer filósofo que estudió el fenómeno del magnetismo fue Tales de Mileto,
filósofo griego que vivió entre el año 625 a. C. y el 545 a. C. También Sócrates
hablaba de este mineral de color negro explicando ya entonces el fenómeno de
inducción magnética. Por otro lado, en China, la primera referencia a este
fenómeno se encuentra en un manuscrito del siglo IV a. C. titulado "Libro del amo
del valle del diablo": «La magnetita atrae al hierro hacia sí o es atraída por éste».
La primera mención sobre la atracción de una aguja aparece en un trabajo
realizado entre los años 20 y 100 de nuestra era: «La magnetita atrae a la aguja».
James Clerk maxwell realizó un trabajo de síntesis con el que dio una solución
general a los resultados obtenidos a partir de estos experimentos por medio de
las, ecuaciones de maxwell, unificando el magnetismo y la electricidad en un solo
campo denominado electromagnetismo
Además del campo magnético intrínseco del electrón, algunas veces hay que
contar también con el campo magnético debido al movimiento orbital del electrón
alrededor del núcleo. Este efecto es análogo al campo generado por una corriente
eléctrica que circula por una bobina. De nuevo, en general, el movimiento de los
electrones no da lugar a un campo magnético en el material, pero en ciertas
condiciones, los movimientos pueden alinearse y producir un campo magnético
total medible.