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SIGLO XVIII - Texto2

El Tratado de Utrecht de 1713 estableció la paz entre España y Gran Bretaña. Según los términos del tratado, España cedió a Gran Bretaña la propiedad permanente de Gibraltar y la isla de Menorca. Además, España otorgó a Gran Bretaña el derecho exclusivo de transportar esclavos africanos a las Américas por 30 años. El tratado buscó poner fin a la Guerra de Sucesión Española y establecer una alianza entre las coronas española y británica.

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SIGLO XVIII - Texto2

El Tratado de Utrecht de 1713 estableció la paz entre España y Gran Bretaña. Según los términos del tratado, España cedió a Gran Bretaña la propiedad permanente de Gibraltar y la isla de Menorca. Además, España otorgó a Gran Bretaña el derecho exclusivo de transportar esclavos africanos a las Américas por 30 años. El tratado buscó poner fin a la Guerra de Sucesión Española y establecer una alianza entre las coronas española y británica.

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[TEXTO 3] TRATADO DE UTECHT (1713)

Artículo 10. El Rey Católico, por sí y por sus herederos, y sucesores, cede por este tratado a la Corona de
la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto,
defensa y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce
con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno. Pero para evitar cualesquiera
abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico y supone que así se ha de
entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin
comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. Y como la comunicación por mar
con la costa de España no puede estar abierta y segura en todos tiempos, y de aquí puede resultar que los
soldados de la guarnición de Gibraltar y los vecinos de aquella ciudad se vean reducidos a grande angustia,
siendo la mente del Rey Católico sólo impedir, como queda dicho más arriba, la introducción fraudulenta
de mercaderías por la vía de tierra, se ha acordado que, en estos casos, se pueda comprar a dinero de
contado en tierra de España circunvecina la provisión y demás cosas necesarias para el uso de las tropas
del presidio, de los vecinos y de las naves surtas en el puerto. Pero si se aprehendieren algunas
mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarán al
fisco; y presentada queja de esta contravención del presente tratado, serán castigados severamente los
culpados [...].
Artículo 1º: Habrá una paz cristiana y universal y una perpetua y verdadera amistad entre el Serenísimo y
muy Poderoso Príncipe Felipe V, rey Católico de las Españas, y la Serenísima y Muy Poderosa Princesa
Ana, Reina de la Gran Bretaña, entre sus herederos y sucesores (...)
Artículo 8: Será libre el uso de la navegación y del comercio entre los súbditos de ambos reinos (...) y para
que la navegación y comercio a las Indias occidentales queden más firmemente y ampliamente
asegurados, se ha convenido y ajustado también por el presente que ni el Rey Católico ni alguno de sus
herederos y sucesores puedan vender, ceder (....) a los franceses ni a ninguna otra nación tierras, dominios
y territorios algunos de la América española.
Artículo 10: El Rey Católico, por sí y por sus herederos, y sucesores, cede por este tratado a la Corona de
la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar (...)
Artículo 11. El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede también a la Corona de la Gran
Bretaña toda la isla de Menorca, traspasándola para siempre todo el derecho y pleno dominio sobre la
dicha isla, y especialmente sobre la dicha ciudad, castillo, puerto y defensas del seno de Menorca, llamado
vulgarmente Puerto Mahón, juntamente con los otros puertos, lugares y villas situadas en la referida isla
[...].
Artículo 12. El Rey Católico da y concede a Su Majestad Británica y a la compañía de vasallos suyos
formada para este fin la facultad para introducir negros en diversas partes de los dominios de Su Majestad
Católica en América, que vulgarmente se llama el asiento de negros, el cual se les concede con exclusión
de los españoles y de otros cualesquiera por espacio de treinta años continuos, que han de empezar desde
1.° de mayo de 1713 [...].

Tratado de paz entre la Corona de España y la Gran Bretaña, en Utrecht el 13 de julio de 1713

[TEXTO 4] JOVELLANOS CONTRA LAS MANOS MUERTAS

Conceder el derecho de transmitir su fortuna a una serie infinita de poseedores; abandonas las
modificaciones de esta transmisión a una sola voluntad, no solo con independencia de los sucesores sino
también de las leyes; quitar para siempre a la propiedad la comunicabilidad y la transmisibilidad, que son
sus dotes más preciosas, librar la conservación de las familias sobre la dotación de un individuo en cada
generación y a costa de la pobreza de todos los demás, y atribuir esta dotación a la casualidad del
nacimiento, prescindiendo del mérito y la virtud, son cosas no sólo repugnantes a los dictámenes de la
razón y a los sentimientos de la naturaleza sino también a los principios del pacto social y a las máximas
generales de la legislación y la política.

GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS, Informe en el expediente de la ley agraria

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