KORNBLIT SUSTAS La Sexualidad Va Capitulo 8

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Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines

son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial correspondiente.
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CAPÍTULO 8
Situaciones de abuso y coerción sexual:
las experiencias de los jóvenes
Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines

Ana Lía Kornblit y Sebastián Ezequiel Sustos

El National Center of Child Abuse and Neglect de Estados Unidos define


el abuso sexual de niños como “contactos e interacciones entre un niño y un
adulto cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmen-
te él mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual puede ser también
cometido por una persona menor de 18 años cuando ésta es significativa-
mente mayor que el niño (víctima) o cuando el agresor está en una posición
de poder o control sobre otro”. Esta definición, en la que se resalta que se
trata de acciones cometidas por alguien mayor que la víctima, que está en
determinada situación que le confiere poder sobre ella, puede extenderse a
los jóvenes, agregando que también debería incluir lo que definimos como
situaciones de coerción, a las que nos referimos más adelante.
En un estudio previo realizado por nuestro equipo de trabajo (Mendes
Diz, Kornblit y Adazsko, 2008) encontramos que, en una muestra de 4.971
casos de alumnos de escuelas secundarias de todo el país, el 9% de los casos
(11% mujeres y 6% varones) respondió que había sufrido algún tipo de abuso
sexual por parte de una persona adulta o mayor que ellos.
En la investigación actual, y con el fin de evitar que el recuerdo de si-
tuaciones traumáticas alterara emocionalmente a los jóvenes encuestados,
indagamos en este tema de un modo indirecto, preguntando si conocían a
personas que hubieran sufrido algún tipo de abuso sexual.
Como se ve en la tabla de la página 124, cerca de un tercio de la mues-
tra de jóvenes afirma que conoce a alguien a quien le sucedió la situación
mencionada, siendo algo mayor el porcentaje entre las mujeres que entre
los varones y entre los del estrato bajo en relación con los del estrato medio.

Edad de la víctima. Existen estudios (Hymel y Jenny, 1996) en los que, si


bien se aclara que en cualquier momento de la niñez se puede sufrir abuso
sexual, se encontró que el intervalo etario más frecuente es entre los 8 y los
12 años. Según nuestros datos, cerca del 60% de los casos relatados tenían
en el momento del abuso entre 11 y 15 años, y algo más del 40% entre 5 y

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Conocimiento de alguien que sufrió abuso sexual según sexo y estrato social de victimización relacionado con la situación de abuso sexual. En todos ellos
(en %)
aparece la obligación de mantener el secreto (Redondo Figueroa y Ortiz
Edad Sexo Estrato Otero, 2005). Sin embargo, frente a la pregunta acerca de si el encuestado
Total sabe si la víctima ha podido hablar de esta situación, más allá de que, sí
13 a 16 17 y más Masc. Fem. Bajo Medio sabe que sucedió, es probable que la víctima se lo haya relatado, el 61%
responde afirmativamente.
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6.119 3.163 2.626 2.676 3.443 2.338 3.524


SI 28 30 27 23 32 29 28
Frecuencia con que se dio la situación de abuso sexual infantil. El abuso
No 69 68 70 73 66 68 70
sexual generalmente no es un hecho aislado, sino que tiende a reiterarse; en
NS/NC 3 2 2 4 2 3 2 nuestro estudio, el porcentaje de quienes afirman que la situación de abuso
se ha dado más de una vez constituyen la mitad de la muestra.
Características de la situación de abuso sexual infantil y perfil del perpetra-
10 años. Hay que destacar que, entre estos últimos, 33 casos tenían menos dor. En coincidencia con otros estudios (Redondo Figueroa y Ortiz Otero.
de 5 años. Siempre según los relatos, un 15% de las situaciones de abuso 2005), en más de la mitad de los casos relatados el abuso sexual ha sido
tuvieron lugar con jóvenes de 16 a 20 años y un 4% con mayores de 20 años. perpetrado por personas bien conocidas por la o el abusado. En un cuarto
Estos datos muestran que este tipo de situaciones se dan en una amplia de la muestra se trató de una persona conocida pero no cercana y en el
franja de edades que va desde la niñez temprana hasta la juventud. Tal 13% de los casos, de una persona desconocida.
vez los abusos que tienen como víctimas a los niños han sido estudiados
con mayor intensidad debido a que implican situaciones más aberrantes,
Grado de conocimiento del perpetrador según sexo y estrato social
pero es importante tener en cuenta su existencia en la adolescencia y en la
temprana juventud.

Edad del abuso sexual según los informantes

Sexo del perpetrador. Casi dos tercios de la muestra afirma que el sexo del
perpetrador era el masculino. No obstante, hay que señalar que cerca de
Posibilidad de contar la situación de abuso sexual infantil. Especialistas en un cuarto de la muestra señala que se trató de una mujer, situación esta
el tema han observado pautas más o menos similares en cuanto ni proceso última que en general permanece invisibilizada en mayor medida que el
acto cometido por un varón.

124 125
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Situaciones de coerción sexual. Además de preguntar en torno a episodios


de abuso sexual ocurridos en la infancia conocidos por los encuestados, in-
dagamos acerca de las circunstancias que caracterizaron el inicio sexual de
los jóvenes del estudio, a los fines de encontrar vinculaciones entre distintas
manifestaciones de violencia sexual.
El término coerción sexual hace referencia a cualquier tipo de conducta
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que se ejerce para forzar la voluntad sexual de otra persona, independien-


temente de qué estrategia coercitiva se haya empleado, de si la conducta
sexual buscada tiene finalmente lugar o no y de sus características, en caso
de que se produzca (Fuertes Martin et al., 2007).
En un estudio realizado por Rosa Geldstein, Nilda Calandra y Sandra
Vázquez (2001) con mujeres jóvenes, la mayoría de las entrevistadas definen
como coerción sexual las siguientes prácticas: insistencia verbal o “hablar
todo el tiempo de la misma cosa para convencer”; acariciar, besar o tocar
para producir excitación, aun después de la negativa de la mujer; amenaza
de abandono o de encontrar otra mujer; fuerza física o uso potencial de la
fuerza física (violación o golpes). Estas jóvenes destacaban el real poder
persuasivo de la amenaza de abandono; aunque fueran “sólo palabras”
algunas las vivían casi como coerción física.
Prácticas que sostienen la situación de abuso. En relación con las prácticas Las situaciones de coerción sexual pueden darse en el inicio de la vida
que permiten sostener en el tiempo el abuso sexual, se identifican las que sexual o a lo largo de ella. Todas las definiciones sobre este tipo de situaciones
obligan a través de las recompensas, como alabanzas o regalos (21% de los toman en cuenta dos criterios fundamentales: el tipo de estrategia coercitiva
casos) y las que implican algún grado de violencia explícita, como la agresión empleada y el tipo de práctica sexual llevada a cabo. En el primer caso, la
física o verbal y el hecho de transmitir la obligación de mantener el secreto mayor parte de los estudios han tenido en cuenta tres tipos de estrategias:
a través de amenazas. La violencia explícita, pues, supera con creces las la coerción verbal, entendiéndose por tal conductas como el chantaje emo-
tácticas de seducción. cional, la mentira y/o la presión; la incitación al consumo de alcohol y otras
drogas, y la amenaza o el uso efectivo de fuerza física. En el caso del tipo de
Prácticas que sostienen la situación de abuso práctica sexual llevada a cabo, fundamentalmente se ha diferenciado entre
las conductas acompañadas de penetración sexual o sin ella.
Para explorar estas situaciones indagamos sobre las características de la
primera relación sexual mantenida por los jóvenes que se habían iniciado.
Recordemos que el 59% de los jóvenes encuestados (14 a 19 años) contestaron
que habían mantenido relaciones sexuales.

Edad de la pareja con quien se dio el inicio sexual. Se indagó acerca de la


relación entre la edad en la que se iniciaron sexualmente y la edad aproxi-
nada de la persona con quien mantuvieron su primera relación. El 30% de
los jóvenes contestó que esa persona era alguien de su misma edad, el 9%
que era menor y el 61% que era mayor. Entre estos últimos el 6% afirma
que era mucho mayor.
Estas respuestas hacen pensar en la importancia del aprendizaje de las
prácticas sexuales a partir de los guiones sexuales transmitidos por perso-

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nas con algún grado de experiencia previa, como sostienen los autores de la
teoría de los scripts o guiones sexuales (Simon y Gagnon, 1984, 1987). Esta
teoría investiga el uso de guiones o esquemas sexuales en tanto ellos guían

Medio

14

74

11

1
2.026
las interacciones que se producen en una pareja, los cuales reproducen en

Estrato
mayor o menor grado las normas sexuales que existen en el grupo social
del que ella forma parte.
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16

72

11

1
1.400
Bajo
Asimismo, el porcentaje bastante más alto de las mujeres que afirman
que se iniciaron con personas más grandes (67% mujeres, 41% varones)
muestra la vigencia entre los jóvenes del rol masculino en cuanto a tener

Fem.

82

1
1.860
que llevar la delantera en el plano de la experiencia sexual.

Sexo
Entre los que contestaron haberse iniciado con personas mucho mayores,

Tipo de relación con la persona con la que se iniciaron sexualmente


pueden estar comprendidos, por un lado, para los varones (7%) los que se

Masc.

22

63

14

1
1.726
iniciaron con trabajadoras sexuales y, para mujeres (4,6%), los casos en
que la iniciación se dio por coerción sexual. Específicamente, en relación con

según edad, sexo y estrato socioeconómico (en %)


esta última circunstancia, 20 personas entre las 211 que se iniciaron con per-

13 a 16 17 y más

15

74

10

1
1.971
sonas mucho más grandes que ellos afirman que se trató de una situación
de coerción: “Yo no estaba muy seguro, pero me terminaron convenciendo

Edad
con alguna presión (abandonarme, contárselo a otras personas, burlarse,
etc.”) y “Yo no quería, fue por la fuerza y/o bajo amenaza”.

15

72

12

1
1.406
Hay que señalar en apoyo de esta hipótesis que un tercio de los jóvenes
que se iniciaron con personas mucho mayores que ellos contestan que se
trataba de alguien a quien no conocían en absoluto.

15

73

11

1
Total

3.586
Asimismo, encontramos una cierta relación entre la edad de inicio sexual
y la edad de la pareja con quien se inician. Cuanto más precoz es el inicio
sexual, mayor es la edad de la pareja; a medida que aumenta la edad de

Alguien que conocías (por ejemplo, alguien con quien


Alguien que conocías poco (por ejemplo, una transa)
inicio, aumenta también el porcentaje de quienes se inician con parejas de
su misma edad.
Es también revelador el tipo de vínculo que los encuestados manifiestan

Esa persona con la que mantuviste tu primera


haber tenido con la persona con la que se iniciaron sexualmente; el 73%
afirma que se trató de alguien con quien salía de vez en cuando o con quien

salías de vez en cuando o un noviazgo)


mantenía un noviazgo. Como es esperable, las mujeres contestan de este

Alguien que no conocías en absoluto


modo en un porcentaje más alto: 82% (varones: 63%), lo que reafirma la
mayor valoración de lo afectivo unido a la sexualidad para las mujeres y
la mayor vigencia de la disociación entre afectividad y sexualidad para los
varones. Esto mismo surge de la diferencia porcentual entre los que contes-
que la primera relación se dio con alguien a quien conocían poco (por

relación sexual era:


ejemplo, una “transa”): varones: 22% mujeres: 9% y entre los que contestan
que se trataba de alguien a quien no conocían en absoluto: varones: 14%;
mujeres 8%.

NS/NC
Carácter de la primera relación sexual. La motivación para el inicio sexual
muestra también diferencias entre los sexos: el 71% de los varones contestan

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que tuvieron esa primera relación “porque tenían ganas”, mientras que esta
respuesta es dada por el 49% de las mujeres. En este aspecto existe también
una diferencia entre los estratos: los jóvenes del estrato medio contestan de

Medio

62

34

1
2.026
este modo en un porcentaje más alto que los jóvenes de los estratos bajos.

Estrato
Existe un tercio de los encuestados que responde de modos que pueden
categorizarse como experiencias de coerción sexual, en diferentes grados:
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57

38

1
1.400
Bajo
“no estaba muy seguro pero finalmente me decidí a tenerla” (35%); “yo no
estaba muy seguro/a, pero me terminaron convenciendo con alguna pre-
sión (abandonarme, contárselo a otras personas, burlarse, etc.)” (3%); “yo

Fem.

49

45

1
1.860
Motivaciones de la primera relación sexual según sexo y estrato social (en %)
no quería, fue por la fuerza” (1%: 32 casos). La primera de las respuestas
mencionadas: “no estar seguro/a y decidirse luego”, si bien está más aleja-

Sexo
da de la coerción, puede decirse que depende de la situación, es decir que

Masc.

71

25

1
1.726
existieron ciertas circunstancias que apresuraron la decisión.
En todos los casos el porcentaje de mujeres que responden haber sufrido
algún grado de coerción es considerablemente mayor que el de los varones.

17 y más

63

33

1
1.971
En la situación más extrema: “fue por la fuerza”, responden de este modo
12 varones y 20 mujeres.

Edad
Estos resultados coinciden con los encontrados en estudios anteriores
realizados por nuestro equipo de trabajo (Mendes Diz, Kornblit y Adazsko,

13 a 16

55

40

1
1.406
2008) (43 casos en una muestra de jóvenes equiparable a la de la inves-
tigación actual) y por otros equipos. En una investigación realizada por
Marta Schufer y Silvia Necchi (1996) en el AMBA se encontró que un 1,5% de

60

35

1
Total

3.586
adolescentes se había iniciado a través de una violación y que un 3% había
tenido su primera relación sexual por “insistencia” de la pareja. En cambio,
las cifras de coerción sexual encontradas en los estudios realizados por Edith

Yo no estaba muy seguro/a, pero finalmente me decidí


Pantelides y Marcela Cerruti (1992) y Edith Pantelides, Rosa Geldstein y
Graciela Infesta Domínguez (1995) son mucho más elevadas: oscilan entre

Yo no quería, fue por la fuerza, y/o bajo amenaza


convenciendo con alguna presión (abandonarme,
Yo no estaba muy seguro/a, pero me terminaron
un 5,5% en clase media alta hasta un 17,3% en clase baja. Posiblemente
estas diferencias se deban a que se utilizaron diferentes indicadores para

contárselo a otras personas, burlarse, etc.)


evaluar coerción sexual.
El mayor empleo de la coerción sexual en sus diferentes grados por parte
de los varones es un correlato de diferencias de género que persisten. En
primer lugar, siguen teniendo vigencia los estereotipos que vinculan la

Esa primera relación sexual...


masculinidad con la fuerza y el poder, opuestos a los estereotipos sobre la

La tuve porque tenía ganas


femineidad en términos de debilidad y sumisión. Estos estereotipos impreg-
nan la construcción de identidad de varones y mujeres en la adolescencia
(Román Castillo, 2011) y dan forma a los guiones predominantes para las
prácticas sexuales, en los que, con diferencias culturales y personales en
cuanto a la intensidad, los varones toman la iniciativa y se imponen de
algún modo a las mujeres.

a tenerla
Geldstein, Calandra y Vázquez (2001), por su parte, señalan que la ma-

NS/NC
yoría de las jóvenes que reconocieron haber sufrido coerción en su primera

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relación sexual vivían un clima de desintegración familiar y provenía de • Casi dos tercios de la muestra afirma que el sexo del perpetrador era el
hogares con escasa contención y cuidado; incluso, en la mitad de los casos masculino. No obstante, hay que señalar que cerca de un cuarto de la
habían sufrido algún episodio de abuso sexual en su infancia. muestra señala que se trató de una mujer.
En cuanto a la fuente percibida de presión para comenzar a mantener • La violencia explícita supera con creces las tácticas de seducción como
relaciones sexuales, el 12% de la muestra afirma que se sintieron presio- estrategia para mantener la situación de abuso.
nados por sus amigos en este sentido. Este porcentaje es algo mayor entre • En relación con el inicio sexual, la persona con la que se iniciaron era en
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los más chicos, entre los varones y entre los que pertenecen al estrato so- el 61% de los casos mayor. De estos casos, el 6% afirma que era mucho
cioeconómico bajo. mayor.
En relación con la motivación que guía la primera relación sexual, las • El porcentaje de mujeres que responden haber sufrido algún grado de
respuestas mayoritarias son la “atracción sexual” (36%) y el “amor” (55%). coerción en la primera relación sexual es considerablemente mayor que
Se reitera en estas respuestas la marcada diferencia entre varones y muje- el de los varones.
res que señalamos previamente: más de la mitad de los varones contestan • Las mujeres duplican a los varones en cuanto a reconocer el “amor”
que la atracción sexual fue la principal motivación en su primera relación, como motivación para el inicio sexual, lo que puede estar en la base de
mientras que las mujeres contestan de este modo en un 18%. En cambio la mayor proporción de situaciones de coerción social que han sufrido en
el “amor” es la respuesta dada por más de los dos tercios de las mujeres, su inicio sexual. Los varones, en cambio, reconocen en mayor proporción
contra menos de un tercio de los varones que contestan de este modo. la atracción sexual como motivación para concretar la primera relación
Es importante señalar también que el 2,5% de los varones (43 casos) sexual.
el 0,7% de las mujeres (12 casos) responden que se iniciaron por algún tipo
de transacción de dinero u otro bien. En resumen, los datos confirman que las situaciones de abuso entre los
Existe otro aspecto en el que las mujeres se diferencian de los varones: niños y de abuso y coerción sexual entre los adolescentes son frecuentes, y
alrededor de un tercio de ellas afirman que la primera relación fue planeada que, en relación con ellas, la violencia ejercida hacia las mujeres es mayor
mientras que los varones responden de este modo en porcentajes menores. que la ejercida hacia los varones.
Recíprocamente, un porcentaje mayor de varones que de mujeres responde
que la relación se dio espontáneamente. Estas diferencias confirman la
mayor valoración otorgada por los varones en sus experiencias sexuales a
la impulsividad sexual como motor de sus prácticas. Como puede suponer-
se, la espontaneidad en este aspecto puede implicar que no se adopten los
cuidados requeridos por las prácticas de sexo seguro.

Conclusiones

En las situaciones relatadas y recordadas por los encuestados:


• Cerca de un tercio de la muestra de jóvenes afirma que conoce a alguien
a quien le sucedió un episodio de abuso sexual.
• Este tipo de situaciones se dan en una amplia franja de edades que va
desde la niñez temprana hasta la juventud.
• Los casos relatados en que la situación se ha dado más de una vez cons-
tituyen la mitad de la muestra,
• En más de la mita de los casos relatados el abuso sexual ha sido per-
petrado por personas bien conocidas por la o el abusado.

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