Sesión 4 IEPALA Poder

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1.

INTRODUCCION: LA TEORIA DEL PODER COMO PRESUPUESTO DE LA


TEORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS
 B1.1. ACEPCIONES DE LA PALABRA PODER1
 B1.2. CARACTERIZACION GENERAL DEL PODER SOCIAL
 B1.3. COINCIDENCIAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL PODER EN LAS RELACIONES
DE CONFLICTO Y EL PODER EN LAS RELACIONES DE COORDINACION
 B1.4. CLASIFICACION
 B1.5. EL PODER DEL ESTADO Y SU CRISIS DE LEGITIMIDAD
 B1.6. RAZONES QUE LEGITIMAN LA TEORIA DEL PODER COMO PRESUPUESTO
NECESARIO DE LA TEORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS
 B1.7. LOS DERECHOS HUMANOS COMO REIVINDICACION DE PODER SOCIAL
 B1.8. NOTAS DEL CAPITULO B1

B1.1. ACEPCIONES DE LA PALABRA PODER

En torno a la idea del poder se encuentra una suma de problemas de gran complejidad


que hacen referencia a cuestiones sociales básicas, hasta el punto de que parte de la
doctrina ha llegado a considerar el tema (o mejor los temas) del poder como la cuestión
social más importante.

Una demostración de esa complejidad la podemos encontrar en la enorme cantidad de


acepciones de la palabra poder, referidas a una multiplicidad de ámbitos de la realidad,
tanto físico natural como histórico-social; y dentro de uno y otro orden, las diversas
acepciones hacen referencia a hechos y situaciones muy diversas y heterogéneas. De
todas esas acepciones vamos a hacer referencia sólo a aquellas que son relevantes
para la teoría de los Derechos Humanos:

A. En su significado más genérico la palabra poder designa la capacidad o


posibilidad de obrar, ya sea referido a las acciones humanas, ya sea referido a
hechos de la naturaleza.
B. En sentido específicamente referido a la vida del hombre en sociedad,
el poder supone -en su acepción más genérica- la capacidad del ser humano
para influenciar -en unos casos- y determinar -en otros- la conducta de otros
seres humanos.

El poder supone en esta última acepción, de un modo más concreto, la


capacidad de dirigir o transformar las relaciones sociales, reduciendo o
anulando, incluso, la resistencia de quienes actúan con fuerzas contrarias. En
cierto modo podría decirse que la realidad social es un complejo sistema de
relaciones de poder de diferente carácter: político, religioso, ideológico,
económico, jurídico, técnico...

1
IEPALA, “Introducción; La teoría del poder como presupuesto de la Teoría de los Derechos
Humanos”, en Curso Sistemático de Derechos Humanos, http://www.iepala.es/curso_ddhh/
Conviene también destacar que el término poder se emplea a veces como
sinónimo de autoridad, cuando en realidad significan dos cosas que incluso
pueden llegar a ser contrarias. Mientras que poder según hemos visto antes es
aplicado en el ámbito social se atribuye a cierta facultad humana para influir o
determinar la conducta de otro, autoridad supone la capacidad de ciertos
hombres y mujeres o instituciones para interpretar las necesidades de sus
semejantes y por tal medio facilitarles su desarrollo. Auctoritas etimológicamente
significa "el que es capaz de hacer crecer".

Pero no siempre ocurre que la autoridad y el poder recaigan sobre una


misma persona o institución, como sería de esperar. Muchas veces quien
detenta el poder no tiene ninguna autoridad para ello, mientras que quienes
tienen la autoridad -sea moral o intelectual o política para hacerlo, no está
investido de ningún poder. Por ejemplo, puede ocurrir que quien esté a cargo de
la dirección de una escuela no sea el más idóneo- ante la colectividad para el
cargo, pero ostente, sin embargo, el poder; por el contrario, puede ocurrir que
entre los docentes haya alguno que sea reconocido por sus pares como aquel
que mejor interpreta y representa sus intereses y que debería ser, por lo menos,
su representante en el claustro; tal sería quien gozase de autoridad.

B1.2. CARACTERIZACION GENERAL DEL PODER SOCIAL

De esta acepción -poder social- es de la que vamos a partir en la medida en que


comprende toda la enorme variedad de dimensiones o formas de poder que se dan en
la vida social.

Ahora bien, como la estructura de las relaciones humanas -hablando en términos


sumamente genéricos- se configura de una manera dual a través de relaciones
conflictivas o de oposición y de relaciones humanas no conflictivas o de coordinación,
se puede hablar de dos acepciones básicas (o formas básicas) de poder social:
el poder social referido a las relaciones conflictivas y el poder social referido a las
relaciones no conflictivas o relaciones de coordinación.

La mayoría de los autores que se ocupan de la teoría del poder parten de una


perspectiva - errónea- exclusivamente conflictualista, olvidando sin duda, que
el poder es un fenómeno social general y básico, y por tanto, referible también a
situaciones sociales no conflictivas.

1. Referido el poder a las relaciones conflictivas puede ser, en principio, definido


como el dominio o imperio o facultad o capacidad o fuerza que una persona o
grupo social tiene para imponer un determinado tipo de conducta a
otra persona o otro grupo social. Esta acepción del poder implica, ante todo, las
ideas fundamentales de dominación y sometimiento.
2. Referido el poder a las relaciones de coordinación puede ser definido, en
principio, como la capacidad de influencia que los diversos sujetos sociales
tienen entre sí para configurar y realizar conductas sociales comunes o
convergentes.

Referido el poder a las relaciones sociales no conflictivas o de coordinación,


toma una significación no peyorativa. No connota ya una situación de
dominación, sino que hace referencia a una de las dimensiones básicas
del proceso existencial humano: el intercambio de conductas intersubjetivas
como instrumento de interacción y de comunicación. Aquí ya no se habla de
determinación, sino de mutua influencia.

En estos casos el poder no será quien transgreda o viole los Derechos


Humanos, sino por el contrario, su principal promotor y garante.

B1.3. COINCIDENCIAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL PODER EN LAS RELACIONES


DE CONFLICTO Y EL PODER EN LAS RELACIONES DE COORDINACION

B1.3.1. COINCIDENCIAS

Entre las coincidencias se pueden señalar las siguientes:

 Ambos son formas de poder social.


 Ambos están insertos y son fruto de una determinada situación social, desde la
que debe ser explicada históricamente esa determinada relación de poder.
 Ambos no son, pues, el resultado de un criterio puramente subjetivo, sino,
además, el resultado de unos determinantes o condicionantes objetivos
socialmente existentes.
 Existe una mutua implicación del papel social que juegan las dos formas básicas
de poder, de manera que cuando el peso social de uno crece, el del otro,
correlativamente, mengua.

Actualmente la situación de predominio social de las relaciones de dominación (en el


ámbito interno del Estado y en el de las relaciones internacionales) reducen en unos
casos e impiden y sofocan, en otros, y en cualquier caso mediatizan, el desarrollo de
las relaciones de coordinación en los dos ámbitos citados.

B1.3.2. DIFERENCIAS

Aunque ambas formas básicas de poder social son doctrinalmente distinguibles en la


realidad se encuentran entremezcladas, de ahí, que no sea tan fácil distinguir en la
práctica, qué relaciones son predominantemente conflictivas y qué relaciones son
predominantemente de coordinación.
Veamos, basándonos en Lederach, en una doble columna, las diferencias
fundamentales que, a nuestro juicio, pueden establecerse entre el poder referido a las
relaciones de conflicto y el poder referido a las relaciones de coordinación:

B1.3.2.1. RELACIONES DE CONFLICTO B1.3.2.2. RELACIONES DE


COORDINACION

1. Situación de dependencia de un poder (entendido 1. Situación de independencia de


como capacidad de actuación social) frente a un poder (entendido como capacidad de
otro poder (entendido como dominación o fuerza). actuación social) en relación a otro u otros
poderes (entendidos también como
capacidad de actuación social).

2. Por la posición social que ocupan los sujetos 2. Posiciones de simetría de los sujetos
del poder: asimetría entre los que ostentan titulares de poder (personas individuales o
el poder dominante y los que son titulares grupos sociales).
del poderdominado.

Entendido el poder como mera capacidad de acción


social.
3. Mutuo apoyo y sostenimiento de las diversas formas 3. No necesidad de sostenimiento o
de poder, de tal manera que la posibilidad de acción de posibilidad de autonomía entre las diversas
un poder dependerá siempre de las acciones de otros formas de poder, aunque entre sí estén
poderes: vinculadas en función de los intereses que
subyacen a esas formas de poder y en
- entre las formas de poder dominante.El poder función de las personas titulares de esos
económico se apoya en muy buena medida en poderes.
el poder jurídico que mantiene y garantiza
coactivamente, a través de las normas jurídicas las
formas, las fuentes y la estructura misma
del poder económico. Pero, a su vez, el poder
jurídico y el poder económico se apoyan, en buena
medida en el poder político del Estado, y todos
ellos, a su vez, en el poder ideológico...

- entre las formas de poder dominado: en la medida


en que si los sujetos dominados (personas
individuales y grupos sociales) no organizan entre
sí formas alternativas del poder de dominación
están colaborando a sostener pasivamente la propia
situación de sometimiento y dominación.

- y entre las formas de poder dominante y


dominado: sin la colaboración y sostenimiento
directo de los dominados no es posible la relación
de poder dominante, de un poder asimétrico...
4. Negación de la racionalidad 4. Afirmación del Yo-racionalidad
y libertad del sujeto obligado. El ejemplo más patente y libertad- de todos los sujetos intervinientes
se puede encontrar en el ámbito de las relaciones en las relaciones de poder.
existentes en el orden militar: sometimiento ciego a las
órdenes de un superior jerárquico.

5. Carácter regresivo y, en última 5. Carácter afirmativo, creativo . Tienden a


instancia destructivo . Tienden a cumplir el principio cumplir el principio del Eros.
del Thanatos.

6. Implican la idea de colisión. Implican, 6. No existe colisión. En consecuencia se


pues, violencia. caracterizan por la armonía, la noviolencia o
por la ausencia de violencia.

7. En cuanto que imposición, sometimiento y fuerza 7. En cuanto que no suponen la idea de


bruta, tienen la característica de ausencia de diálogo y imposición ni de sometimiento, se puede
comunicación. afirmar en ellas la existencia de diálogo
y comunicación.

8. Dimensión psicológica: en cuanto que implican 8. Dimensión psicológica: en cuanto que


violencia y sometimiento se produce en ellas el existe ausencia de violencia existe también
surgimiento de resentimiento e impotencia, y en ausencia de resentimiento y, en
consecuencia, se produce un resurgimiento de nuevas consecuencia, se produce una progresiva
formas de violencia. Es el conocido fenómeno de la pacificación estable sin espiral de violencia.
espiral de violencia.

9. Negación del sujeto dominado convirtiéndolo en 9. Afirmación de los sujetos de poder como


objeto, cosificándolo, en la medida en que se le toma tales sujetos, esto es, como fines en sí
no como un fin en sí mismo sino como un mero medio mismos, como propia y autónoma
para fines extraños a su propia racionalidad. racionalidad y, en consecuencia, reafirmación
y reforzamiento de los sujetos de acción
social a través de las relaciones de poder de
coordinación: afirmación y garantía de la
dignidad de la persona humana.

10. Negación de los derechos humanos a partir de la 10. Afirmación (nominal y real) de


negación posiblemente no formal ni nominal (o los derechos humanos y de sus garantías.
ideológica)pero sí real o fáctica de los mismos.
11. La acción del poder dominado es originada y tiene 11. El comportamiento o acción de los
su causa en el poder dominante:verticalismo poderes actuantes es autogenerado.

12. Necesidad de controles del poder dominante sobre 12. No necesidad de controles sobre


el poder dominado para poder reproducir la situacion conductas ajenas, en cuanto que existe
de dominación (represión), y necesidad de control un autocontrol, personal y social.
del poder dominado, como reacción, sobre
el poder dominante para tratar de evitar que se
reproduzca en el tiempo la situación de dominación.

13. Otra dimensión psicológica: devaluación propia y 13. Autoconciencia crítica y autoestima de la


ajena de las capacidades del poder dominado, unido a capacidad creativa, propia y ajena.
una correlativa sobreestimapropia y ajena
del poder dominante, dando lugar en ocasiones a mitos
tales como el de la existencia de razas o clases
superiores, o incluso a la arrogancia del poderoso.

14. Otra dimensión psicológica: tendencia 14. Tendencia objetiva por parte de los
del poder dominante a distanciarse poderes actuantes a unirse entre sí: factor de
del poder dominado: factor de disolución social. cohesión social.

15. El poder de dominación está institucionalizado en 15. Los poderes de coordinación se plasman
estructuras jurídico- políticas. Máximo ejemplo en instituciones estrictamente sociales.
del poder institucionalizado de dominación es
el poder del Estado.

16. El poder en las relaciones de dominación es 16. El poder en las relaciones de


un poder sobre el pueblo e incluso contra el pueblo. coordinación es un poder de la sociedad para
la sociedad.

17. En virtud de la característica anterior el 17. Tendencia a la participación popular


ejercicio del poder supone la mera participación en directa en el poder.
los mecanismos y procedimientos que se utilizan
para consolidar el poder dominante.
18. Tendencia a la totalización o tendencia a que 18. Tendencia a la participación (de parte).
el poder de dominación totalice la existencia humana. Mantenimiento de la sustantividad de las
de tal manera que el todo aplaste a la parte. partes.

19. Puede ser definido como la fuerza: la capacidad de 19. Puede ser definido como la capacidad
controlar a los demás, incluyendo la fuerza de disponer (del individuo y de un colectivo) para usar y
de sus vidas y de sentenciarlos a muerte.(1) desarrollar sus cualidades esencialmente
humanas.(2)

Puesto que las relaciones de poder de dominación son hoy las socialmente
dominantes, podemos subsumir dentro de la acepción poder como dominación -tal y
como hoy está configurado- una enorme variedad de sentidos o acepciones del poder.
Esos sentidos -a los efectos que aquí interesan- son los siguientes:

 El poder económico

Es el conjunto de formas de relación social y de vinculación de los sujetos en las


relaciones de producción, de distribución y de consumo. En cuanto que
actualmente inserto en las relaciones de dominación el poder económico implica
la apropiación por parte de una minoría de los bienes y servicios, a costa de una
mayoría de la población que esta desposeída. Esto supone que el poder de
compra esté concentrado en muy pocas manos. En esta perspectiva tiene
sentido hablar del poder del dinero.

El poder económico explica básicamente -aunque en unión de otras formas


de poder igualmente determinantes- (culturales, políticos, jurídicos) las
relaciones ciudadano-Estado (en el ámbito interno del Estado) y las relaciones
Norte-Sur (en el ámbito de las relaciones internacionales.)

El poder económico está constituido por la totalidad de agentes que controlan


las relaciones económicas. En las relaciones económicas -tanto internas como
internacionales- tiene una especial relevancia el Estado. Los grandes
mecanismos intergubernamentales de control, dentro del gran marco de la
economía mundial, están formados por una estrecha alianza entre las distintas
formas de capital y los Estados.

Es, en gran medida y en última instancia, el poder de las transnacionales y otros


centros de poder económico internacional que mientras acumulan riquezas en
un núcleo cada vez más reducido y enriquecido, condenan al hambre y al
desabastecimiento a multitudes cada vez más numerosas y cada vez más
empobrecidas. Así, por ejemplo, tres de cada cuatro personas en el mundo no
pueden alimentarse debidamente, y si las relaciones actuales no cambian la
tendencia es que la situación sea aún más grave...

 El poder ideológico

El significado etimológico de ideología nos indica el camino para la comprensión


de su significado actual: discurso (logos) de una parte (ideos) de la sociedad.

En su acepción más genérica ideología significa toda forma de pensamiento


o representación mental generada, consciente o inconscientemente por los
grupos y sectores sociales, de acuerdo a sus intereses y desde la posición social
que ocupan.

La función de las ideologías, entendidas en este sentido, es aquella en la que


cada una -consciente de su limitación o parcialidad- entra en diálogo con las
demás. Por eso, desde este punto de vista tiene pleno sentido que la CE, en su
artículo 1 señale como uno de los valores superiores el pluralismo político.

En una acepción más estricta, con clara significación peyorativa, puede definirse
la ideología como el conjunto de representaciones mentales y teorías (las
ideologías sistemáticas) que -siendo falsas representaciones de la realidad-
utilizan los grupos sociales dominantes para justificar, reforzar y reproducir su
situación de dominio o prepotencia. O, siendo nada más que una visión parcial
de la realidad, se presenta como la única e incompatible con otras.

El poder ideológico va siempre unido al poder político (ideología política), al


poder económico (ideología económica) y al poder jurídico (ideología jurídica).
Todas estas formas o tipos de poder ideológico se funden en un bloque unitario
en la ideología jurídico- política y económica del Estado,
como representaciónabstracta del poder social hegemónico.

Dentro del poder ideológico político existen varias formas de ideología,


especialmente relevantes desde la perspectiva de que constituyen frenos o
barreras para la eficacia (realización efectiva) de los Derechos Humanos. Esas
formas de ideología política, son fundamentalmente:

o la ideología del terror al Estado. Es lo que se ha denominado el miedo al


Poder. Aquí la ideología toma fuerza coactiva a través de su
institucionalización.
o Especialmente unida a la forma ideológica anterior está la ideología de la
"santidad" del Estado y del deber -a priori e incondicionado- de
obediencia al mismo. Lo cual significa desde la perspectiva jurídica-
estatal, la afirmación -de naturaleza ideológico-jurídica- del deber, en
principio, de obediencia al Derecho.
o la ideología consumista y competitiva transmitida a través de los medios
de comunicación social -especialmente la televisión-, cuyo uso está
conduciendo a una progresiva pérdida de la conciencia crítica del sujeto y
a una progresiva confusión entre lo real y lo ficticio.

Para algunos autores el poder religioso es una forma de poder ideológico.


Entendemos, sin embargo, que la religión es algo diferente a la ideología,
aunque puede hacerse un uso ideológico de la misma pretendiendo configurar
un modelo de organización política.

 El poder político
Es el conjunto de formas de relación social a través de las cuales se estructura
la organización básica de la sociedad en función de los intereses colectivos. En
cuanto que actualmente inserto en las relaciones de dominación supone -junto
con los otras formas de poder determinantes- una fuerte estratificación social,
que implica que en el objetivo básico de la organización del poder político (la
satisfacción de intereses comunes), no participen con igual peso las clases y
grupos sociales dominados, que son los grupos y clases económicamente
desfavorecidos y marginados.

Esta asimetría entre el poder del pueblo y el poder político, que supuestamente


debería fundarse en aquel, se manifiesta particularmente en las
autodenominadas democracias formales, donde lo que cuenta es la
concurrencia del electorado a las urnas -basada en una interpretación restringida
del principio del sufragio universal-, negándole, de hecho, la participación real en
la toma de decisiones, en el ejercicio y en el control del poder concreto.

 El poder jurídico

Es la configuración normativa -por parte de las normas jurídicas- de todos los


ámbitos de actuación de las personas individuales y colectivas dentro de
un sistema jurídico determinado.

Dentro de esta acepción de poder tienen especial relevancia, a los efectos que


aquí interesan, las siguientes acepciones:

o El derecho subjetivo como poder. Puede ser definido el derecho subjetivo,


en sentido amplio, como el haz de capacidades y facultades reconocidos
por el ordenamiento jurídico a una persona o grupo de personas, de
determinar conductas ajenas -de otra persona o grupo de personas- con
carácter coactivo.

A su vez, dentro de esta acepción tienen especial importancia dos


sentidos distintos:

 Los derechos fundamentales. Los cuales en cuanto que derechos


subjetivos reconocidos en la Constitución, son poderes
constitucionales.
 De estos derechos fundamentales, en cuanto que poderes
constitucionales, derivan los derechos subjetivos en sentido
estricto o derechos subjetivos ordinarios o simplemente derechos
subjetivos.
o Otra acepción de poder jurídico (que tiene especialmente relevancia en
relación al poder constituyente del Estado) es la que lo define como
facultad que una persona o grupo de personas da a otra para que actúe
en su nombre y por su cuenta. Es el poder de representación.
 El poder del Estado
La conjunción institucionalizada del poder jurídico, del poder político del poder
económico y del poder ideológico determina la existencia del poder del Estado.

El poder del Estado es una relación estructurada de formas


de poder (básicamente del poder económico, del poder jurídico y del poder
político), determinada, en última instancia, por las relaciones sociales de
producción, en el sentido más amplio de la expresión.

El poder del Estado puede definirse como el imperium o soberanía que tiene el


Estado sobre sus ciudadanos de poder imponerles formas de conductas incluso
bajo la amenaza de sanciones. Se habla así de la suprema potestad rectora y
coactiva del Estado.

o Actualmente están surgiendo en determinados países actitudes políticas


con contenido religioso, que reciben el nombre de fundamentalismo(3).
Sus caracteres básicos son:
 El poder religioso cobra fundamental importancia, en cuanto que
el poder político tiende a ser organizado conforme a las directrices
establecidas por aquel.
 Tendencia al fanatismo.
 Tendencia al irracionalismo.
 Soporte ideológico del totalitarismo.
 Culto a la personalidad del titular de titular del poder religioso.
 Tendencia al clericalismo.
 Tendencia a la manipulación de masas.
 Actuación de la religión como instrumento de alienación y no
como instrumento de liberación.
 Grave peligro de negación de los Derechos Humanos.
o Otra acepción hace referencia a cada uno de los tres ámbitos de poder en
que se distribuye, entre sus órganos el poder del Estado. Se habla así en
la doctrina tradicional (a partir de los planteamientos de Locke y
Montesquieu) de tres poderes:
 el poder legislativo,
 el poder ejecutivo,
 y el poder judicial.
o En la doctrina actual, sin embargo, más que de principio de "división de
poderes" se habla de principio de "distinción y colaboración de los
poderes" (BISCARETTI):
 El poder legislativo es aquel en quien reside la potestad de hacer y
reformar las leyes.
 El poder ejecutivo es el que tiene a su cargo la función de gobernar
el Estado y hacer observar las leyes.
 El poder judicial es el que ejercen los órganos de administración
de justicia.
 Además de la acepción anterior, existe otra que hace referencia a
la fuerza de determinadas instituciones dentro de cada uno de los
tres poderes básicos del Estado señalados. Se habla así como
acepción especialmente importante, entre otros poderes, del poder
militar, que está integrado dentro del poder ejecutivo y que es,
entre todos los poderes, quien mejor representa la fuerza
o poder del Estado.

Hasta no hace mucho era frecuente que este poder protagonizara


golpes de Estado en países donde la situación económica y social
hacía evidente la fragilidad de la democracia. El poder religioso,
que generalmente se manifiesta en el ámbito de lo educativo,
lamentablemente a veces secundó al podermilitar en regímenes no
democráticos. Aunque también se dieron casos en los que fue
casualmente el poder religioso el que con más eficacia logró
oponerse a las violaciones de los Derechos Humanos

 Dentro del poder político del Estado ad intra se habla, como


acepción fundamental, del poder constituyente, que se puede
definir como la capacidad originaria que el pueblo tiene para decidir
acerca de las cuestiones fundamentales del Estado, incluida su
propia existencia.
Frecuentemente ese poder originario del pueblo queda disminuido,
incluso negado, en los hechos, ya porque sus representantes (los
diputados) no suelen mantener una relación de diálogo con
aquellos cuyos intereses dicen defender (los ciudadanos de a pie);
ya porque no se apela a instrumentos que promuevan una
mayor participación popular (plebiscitos...)
 Dentro del poder político del Estado ad extra, se habla del Estado
como poder soberano o de la soberanía del Estado, de potencia
política exterior, que es la capacidad de un Estado para afirmar su
autonomía frente a otros.
 Dentro de la acepción del poder como suprema potestad rectora y
coactiva del Estado está la acepción de poder en el sentido
de poder de gobierno, que puede ser definido como la capacidad
que tienen quienes rigen el grupo político para decidir sobre los
administrados. Se afirma, por la doctrina democrática del poder -
propia de todo Estado de Derecho- que ese poder -poder de
gobierno- no es sino representación del poder originario y
soberano, que es el poder soberano -el poder constituyente- que
es el que radica en el pueblo.

1.4. CLASIFICACION

Estableciendo a través de un esquema general una ordenación jerarquizada de las


diversas acepciones de la palabra poder se llega a la siguiente clasificación:

El poder en su acepción más general se divide en:


 Poder físico natural, referido al mundo de la naturaleza física. Poder aquí es
igual a fuerza: las fuerzas de la naturaleza.
 Poder social, que referido a las estrictas relaciones sociales. Este, a su vez,
puede ser clasificado atendiendo a diversos criterios:
o En relación a sus efectos:
 Poder social de influencia. Corresponde a las formas
de poder que pueden tener lugar en las relaciones sociales de
coordinación o no posición.
 Poder social de determinación de la conducta ajena.
Corresponde a las formas de poder que tienen lugar en las
relaciones sociales de conflicto.
o En relación a su distinta naturaleza y estructura el poder adopta las
distintas formas de:

a. El poder en las relaciones sociales de conflicto u oposición.


b. El poder en las relaciones sociales de coordinación o no oposición.

Dentro de las formas de poder en las relaciones sociales


de conflicto u oposición se pueden hacer varias clasificaciones.
Esas clasificaciones pueden ser las siguientes:

 En cuanto a la forma en que se establece la relación entre los diversos poderes


se puede distinguir entre:
o El poder dominante
o El poder dominado.
 En relación al ámbito sobre el que se ejerce el poder dominante se divide
el poder en:
o El poder económico.
o El poder ideológico.
o El poder político.
o El poder jurídico.
o El poder de los mass-media, de la información y de la opinión publica. Es
el denominado "cuarto poder".
o El poder religioso.
o El poder científico y tecnológico. Se podría sintetizar en la frase
popularmente aceptada de que "saber es poder".
o El poder del Estado. Dentro del cual se encuentran:

 El poder soberano, referido al pueblo en cuanto que titular de la


soberanía del Estado.
 La soberanía o potencia en relación a otras potencias o Estados
soberanos.
 El poder constituyente, referido al pueblo en cuanto
que poder soberano.
 El poder legislativo.
 El poder judicial.
 El poder ejecutivo. Dentro del cual se encuentran como formas
de poder:

- el poder de gobierno.

- el poder militar.

 En relación al grado o alcance del poder de dominación se divide en :


o El poder como coacción o fuerza.
o El poder como disuasión.
o El poder como persuasión.
 En relación a los efectos del ejercicio del poder de dominación:
o El poder como legitimación del sometimiento.
o El poder como el sometimiento mismo.
 En relación a los efectos del ejercicio del poder de coordinación:
o El poder como toma de conciencia del poder de autodeterminación y
del poder de autoliberación.
o El poder como instrumento de ejercicio de la libertad y de los derechos
fundamentales.
o El poder como posibilidad de garantizar el ejercicio de los derechos
humanos.
o El poder como instrumento de liberación respecto del poder de
dominación.
o El poder como legitimación del sometimiento.
o El poder como el sometimiento mismo.

B1.5. EL PODER DEL ESTADO Y SU CRISIS DE LEGITIMIDAD

Actualmente existe una crisis de legitimidad del poder del Estado, y en consecuencia,


en todas y cada una de las formas de poder que pueden ser subsumidas dentro de
aquel. Las razones de la crisis de legitimidad son muy variadas y complejas, como
variadas y complejas son las situaciones en las que se materializa el poderdel Estado.
Pueden señalarse, entre otras, las siguientes:

 Una progresiva y constante concentración de facultades acumuladas en el


Estado, una concentración y acumulación de poder, que ha venido
acentuándose en las últimas décadas del siglo XX. El clásico cuadro de los fines
del Estado se ha visto desbordado, invadiendo órbitas de entidades no estatales,
pareciendo incluso querer hacerse dueño de las conciencias de los ciudadanos.
Existe pues, un grave riesgo, confirmado constantemente por los hechos, de que
el poder de gobierno del Estado o cualquiera de los poderes del Estado, rebase
el límite fijado para su actuación por las normas jurídicas; produciéndose en
consecuencia, una desviación de poder(4).
 Un proceso de personalización del poder. Fenómeno que se ha dado con gran
frecuencia a lo largo de la historia y actualmente observable no solamente en los
regímenes totalitarios, sino también en sistemas constituidos en forma de Estado
de Derecho(5).
 La burocratización y dispersión funcional del poder que ha cristalizado en el
anonimato de la utilización del poder. Esto es lo que ha llevado a una
difuminación y dispersión de la responsabilidad personal y colectiva de los
funcionarios por actos, que cometidos en el desempeño de su cargo, son
atentatorios de los Derechos Humanos. El caso de las torturas y desapariciones
de personas durante las recientes dictaduras militares de Chile y Argentina, es
paradigmático.
 Las tres características anteriores junto con otros factores han determinado que
muchos autores hayan formulado el argumento, que constituye ya un verdadero
axioma, confirmado constantemente por la realidad, de que el poder corrompe y
que el poder absoluto corrompe absolutamente. No en vano se utiliza en la
lengua castellana la expresión poder absoluto para designar la existencia de
un poder arbitrario o despótico.
 Del axioma anterior deriva otro axioma fundamental: si el poder corrompe se
afirma por la doctrina que por su propia naturaleza el poder tiende a abusar
del poder. De ahí que una pretensión básica de los diversos teóricos del poder
político sea el establecer una serie de instrumentos que sirvan para un eficaz
control del poder. Lo cual llevado al ámbito específico de los derechos
fundamentales supone plantear como cuestión básica el problema de las
garantías de los derechos fundamentales.
 Constatación progresiva del carácter ideológico de la tesis de que
el poder legislativo radica en el poder soberano: el pueblo. Y ello por varias
razones:
o Se ha afirmado por Kelsen que el pueblo se limita a elegir el órgano
legislativo, pero que éste no está vinculado jurídicamente por un mandato
imperativo con el electorado. Mantener, en consecuencia, concluye
Kelsen, que el Parlamento representa al pueblo no es sino una ficción
política.
o Si el poder legislativo no representa al pueblo como poder vertebrante
del poder supremo del Estado habrá que analizar a qué poder está
sirviendo. Ese poder -casi siempre- no es otro que el poder económico y
estratégico de una minoría, que concentra en muy pocas manos gran
cantidad de riqueza, y que merced a ese dominio económico
instrumentaliza el poder político del Estado, a través de diversos
procedimientos para servir sus propios intereses.
o La denominada democracia formal (no real) supone la antítesis de aquello
que ideológicamente defiende: no supone el gobierno del pueblo por el
pueblo, sino la consagración del poder de la minoría sobre la mayoría, de
la parte contra el todo, de los pocos contra el pueblo.
o La ideología dominante entorno a los criterios de legitimidad del Estado
ensalza las falsas virtudes de los sistemas democráticos, para encubrir la
realidad, y en consecuencia, para reproducir un sistema de pura
democracia formal, que impida al pueblo el ejercicio real del poder.
o Al actuar como elemento justificador y enmascarar la realidad fáctica y
neutralizar las doctrinas denunciadoras de la realidad ideológica
la ideología dominante se constituye en un instrumento de enajenación,
impidiendo la toma de conciencia por parte del pueblo de sus propios
derechos, de su propio poder.

B1.6. RAZONES QUE LEGITIMAN LA TEORIA DEL PODER COMO PRESUPUESTO


NECESARIO DE LA TEORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Puede establecerse como razón fundamental que toda la problemática concerniente a


los Derechos Humanos está plenamente transida de la idea del poder, entendido éste
último en todas las acepciones y manifestaciones antes señaladas. Lo cual se
manifiesta - como veremos a continuación- en los siguientes aspectos:

El Derecho entendido en todas sus múltiples acepciones no es sino una forma


de poder social:

 Entendido, en su dimensión objetiva, como norma, el Derecho emana del Poder


del Estado, o al menos está condicionado por él (hay normas, como las
consuetudinarias que no tienen su origen en el Estado) Es, pues, manifestación
de un poder social, es una forma de poder social.
 Entendido en su dimensión subjetiva, como derecho o facultad,
como derecho subjetivo, no es sino la concreción de los poderes atribuidos a los
sujetos por parte de la normas jurídicas.
 En consecuencia, los derechos subjetivos, en su acepción más amplia, son
formas de poder social reconocidos y garantizados por las normas jurídicas.
 Los derechos fundamentales en cuanto que derechos subjetivos -entendidos en
la acepción anterior- son poderes constitucionales; es decir, son -como ya vimos
anteriormente- formas de poder social reconocidos en la Constitución.
 Es doctrina comúnmente aceptada que los derechos fundamentales son
atribuidos por las normas jurídicas exclusivamente a las persona humana,
individual o colectivamente considerada, en cuanto que sólo aquella puede
ser sujeto de los Derechos Humanos, pues sólo ella tiene potencialidades
(poder) inherentes a su esencial dignidad (fundamento de los Derechos
Humanos).
 De aquí que, las normas jurídicas atribuyen garantías: formas de poder por las
que actuar y hacer efectiva esa otra forma de poder que son los Derechos
Humanos.

La idea misma del derecho subjetivo significa que si no hay medio de tutela o


garantía, a través de la cual su titular pueda hacerlo efectivo, no puede
afirmarse, con propiedad, su existencia como tal derecho.

 Cuando las normas jurídicas no reconocen ni garantizan esas potenciales


(poder) del ser humano inherentes a su dignidad, la misma idea de los Derechos
Humanos, como forma de poder social, implican la necesidad y la legitimidad de
su reivindicación y de la lucha por su conquista. La misma idea de los Derechos
Humanos es autogeneradora de la idea de sus garantías.
 Los Derechos Humanos no son, pues, el fruto de graciosas concesiones de
quienes en cada momento histórico detentaron o ejercieron el poder político-
económico (incluso ideológico) en diferentes culturas; sino que, por el contrario,
son verdaderas conquistas de parcelas de poder por parte de tales hombres y
pueblos frente a un poder que se resistía a reconocerlos.
 Esas conquistas históricas, que son los Derechos Humanos sólo fueron logradas
cuando las diversas fuerzas sociales tomaron conciencia de sus propias
dimensiones en cuanto que poder social, consiguiendo superar el poder de las
ideologías contrarias a los mismos.
 Además, sólo lograron las conquistas propuestas cuando consiguieron
organizarse como contrapoder y con la capacidad suficiente (poder), para hacer
valer sus derechos, sus intereses y su deseo de autodeterminación.
Ese proceso de organización como contrapoder está aún inconcluso.
 El caso de los Derechos Humanos, nos muestra la conveniencia de que
el poder (entendido como poder político) siempre recaiga en quien
tiene autoridad (poder) en una comunidad. Y el mecanismo para asegurar que
esto ocurra no parece ser otro que el de la democracia, que pese a ser
perfectible, por el momento es insustituible. Porque si bien los regímenes
democráticos no respetan la totalidad de los Derechos Humanos, son los
regímenes no democráticos los que se caracterizan por la violación sistemática y
permanente de tales derechos.

1.7. LOS DERECHOS HUMANOS COMO REIVINDICACION DE PODER SOCIAL

La lucha por los Derechos Humanos tiene una constante a lo largo de la historia: ser,
con muy diversas formas, y con muy diversos contenidos, una misma realidad básica:
la reivindicación por parte de los grupos y clases dominadas (marginados, minorías,
etc...), del ejercicio de su poder social.
En muchos casos, y esta es una constante en la historia hasta hace pocas décadas, se
entendía esa lucha por el propio ejercicio del poder social como una lucha por el Poder;
esto es, como una lucha por hacerse con la titularidad del Poder político del Estado. Y
ello en función de que la teoría y la realidad del poder se contemplaban exclusivamente
desde la óptica del Poder político estatal. Parecía, incluso, que la función de los
partidos políticos fuera, exclusivamente, hacerse con la titularidad del poder político del
Estado.
Por eso se puede explicar que los teóricos del poder se limitasen, en su inmensa
mayoría a contemplarlo sólo en su dimensión política, olvidando que previo al concepto
del poder político se encuentra el concepto de poder social. En consecuencia la
reivindicación de los Derechos Humanos se está planteando como una reivindicación
de poder social, no tanto como una forma de poder político.

Además se ha comprobado que la pura lucha por el poder (entendida como una lucha
por el poder político del Estado) no puede constituir, per se, en el momento actual una
garantía de los Derechos Humanos. Suponiendo, como parece cierto, que el poder
económico sea determinante, en última instancia del poder político, y suponiendo,
como también parece cierto, que el centro de decisiones de poder esté estrechamente
vinculado a los centros de poder económico (centros financieros, transnacionales,
etc...), parece evidente la insuficiencia de la lucha por los Derechos Humanos desde la
perspectiva tradicional y la necesidad de su sustitución -a pesar de las dificultades que
ello entraña- por una nueva óptica, más general -no puramente superestructural- y en
la que los análisis y estrategias vayan directamente dirigidas a sustituir las estructuras
de poder de dominación por estructuras de poder de coordinación.

Se trata, entre otras cosas de plantear y actuar nuevas estrategias para hacer frente a
esa nueva forma de dominación que supone el poder anónimo y difuso de los centros
de poder económico. En este sentido han tomado un papel decisivo las organizaciones
no gubernamentales dedicadas a la difusión y protección de los Derechos Humanos.
Algunas de estas organizaciones, de creación social espontánea, tienden puentes
nuevos, horizontales, de colaboración entre los pueblos del Norte y del Sur,
prescindiendo de las relaciones desiguales que el Norte y el Sur establecen a nivel de
Estado y de intercambio comercial y tecnológico(6).

En el ámbito interno del Estado, se tiende en la actualidad, sin desconocer la


importancia de la lucha por el poder en el sentido tradicional, y por tanto como forma de
conquista de los derechos fundamentales desde el orden institucional estatal, entre
otras razones, en cuanto freno a la institucionalización de un sistema totalitario a crear
nuevas formas de poder social, no necesariamente estructuradas bajo el poder del
estado, que potencien alternativamente las relaciones horizontales dentro del tejido
social. El poder supremo del Estado está siendo contestado por los poderes de
la sociedad civil en cuanto que contrapoderes. La visión tradicional del poder estatal
protegiendo activamente los derechos está siendo desbordada por nuevas formas
de participación en el reconocimiento y en las garantías de los Derechos Humanos.
Comienza a ser denunciada, cada vez con mayor fuerza, la visión tradicional
estatalista, como forma de "providencialismo", como paternalista y en el fondo, como
fórmula antiparticipativa.

Los Derechos Humanos mismos, entendidos como derechos -liberación-,


como poder social emergente y concreción efectiva del poder social potencial, como
deber ser, suponen que son los mismos sujetos políticos los que -de un lado-
desarrollan un poder de impugnación, -y de otro- se autoliberan solidariamente de las
diversas formas de poder a que están sometidos, de tal manera quede de ser parte,
pasen a constituirse en el bloque hegemónico en el ejercicio del poder(7). La estrategia
de la lucha contra las injusticias y por los Derechos Humanos es fundamentalmente no
una mera "conquista de derechos", funcionarialmente considerados, sino que se dirige
a conquistar poderes para la población -en el sentido de posibilidades reales de
actuación- y a conseguir su articulación social(8).

Esto no supone negar la importancia y el valor de la figura del Estado de derecho,


única forma de Estado en la que hoy es posible la realización de los Derechos
Humanos. Se niega el carácter meramente formal del Estado de Derecho para afirmar
el carácter formal y real del Estado de derecho. La implantación de la democracia es
la pretensión de todo estado de Derecho.

Y la democracia, en su sentido originario no significa, en cierto modo, gobierno del


pueblo, como muchas veces se ha traducido. Hay que tener en cuenta que la
traducción literal de kratos no es gobierno, sino precisamente poder, fuerza, por lo que
democracia, en puridad, desde su significado etimológico, sería la fuerza, el poder del
pueblo(9).

No hay que olvidar, por otra parte, que en el ámbito internacional -artículo 17 de la
Declaración de los derechos y Libertades Fundamentales, del Parlamento Europeo, de
16 de Mayo de 1989- y las constituciones actuales, entre ellas la Constitución española
de 1978, en su artículo 1, 2, afirman que la soberanía reside en el pueblo "del que
emanan los poderes del Estado". Por lo cual, reivindicar la hegemonía real -no
puramente formal- del poder social no sólo no está en contradicción con la figura del
Estado de Derecho, sino que incluso se puede afirmar que está en la misma base
ideológica legitimadora del mismo. El problema es, entonces, buscar instrumentos de
maximación del poder (real) del pueblo, de tal modo que se asegure el lazo existente
entre la atribución nominal del poder (como hacen las constituciones) y el ejercicio real
del poder(10). Los Derechos Humanos, en esta perspectiva constituyen una invitación
a la profundización en la naturaleza de la democracia.

B1.8. NOTAS DEL CAPITULO B1

1. SARTORI, G.: Teoría de la democracia .1. El debate contemporáneo, Alianza


Universidad, Madrid, 1988, p. 52.
2. MACPHERSON: Democratic Theory: Essays in Retrieval, Oxford Clarendon
Press, 1973, p. 50. Citado por Sartori, G.: Obra citada, p. 51. Supone, entonces,
el poder, la capacidad (poder) de desarrollo y realización de las potencialidades
(poderes) existentes en el ser humano.
3. Cuando se habla de fundamentalismo se piensa generalmente en el
fundamentalismo islámico. Es importante señalar, sin embargo, que pese a lo
que pueda pensarse en un principio, el fundamentalismo es un fenómeno o
tendencia o corriente que puede afectar y afecta a cualquier signo religioso,
incluido el cristiano y más específicamente, el católico).
4. GIL ROBLES, J.Mª.: Por un Estado de Derecho, Ariel, Barcelona, 1969, pp.
13-14.
5. GIL ROBLES, J.Mª: Por un Estado de derecho... cit, pp. 16-24.
6. IEPALA: Guía del Tercer Mundo, Madrid, 1992, p. 161.
7. GONZALEZ CASANOVA, J.A.: Libertad de asociación en Nueva
Enciclopedia Jurídica Seix, Seix, Barcelona, ...Vol XV?, p. 316.
8. BARCELONA, P.: Il ritorno del legame sociale, Boringheri, Turín, 1990.
También en Olivas, E. y otros autores: Problemas de legitimación en el
Estado social, Editorial Trotta, Madrid, 1991, pp. 29 y ss. CAPELLA, J.R.: La
crisis del Estado de Bienestar en OLIVAS, E.: Obra citada... p. 184.
9. SNELL, B.: Die Entdeckung des Geistes citado por R. López
Melero en Fuerza y violencia en el marco de la épica griega en SANCHEZ
DE LA TORRE, A. Y LOPEZ MELERO, R.: Estudios de arqueología jurídica,
Dykinson, Madrid, 1988, p. En el mismo sentido PRADA, A.: Legitimidad
democrática y crisis de legitimidad en Revista de la Facultad de Derecho de
la Universidad Complutense de Madrid, Nº 75, Madrid, 1990, p. 836.
10. SARTORI, G.: Obra citada... pp. 54-55.

http://www.dhnet.org.br/dados/cursos/edh/interdisciplinario/ddhh20.htm

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