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    María Fernanda Parra Santarrosa

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    Palabras P`34

    Primero que todo, buenos días a todos los presentes.


    Hoy sin duda alguna es un día lleno de emociones, de sonrisas, lágrimas y nostalgia, hoy
    estamos cerrando una gran etapa y estamos dejando atrás la rutina que hemos conocido durante
    todas nuestras vidas. Despertarnos temprano en contra de nuestra voluntad, venir al colegio, ver
    clases, escuchar el regaño de algún que otro profesor, disfrutar los recreos con nuestros compañeros y
    amigos, esperar que alguien saque la comida para quitársela y un sinfín de otras cosas.
    Por más claro y planificado que tengamos nuestros próximos pasos, hoy es un día en el que a
    todos por igual nos arropa la duda y la incertidumbre por saber que va a ser de nuestras vidas, de
    ahora en adelante el compromiso es con nosotros mismos, de hoy en más se trata de un reto con
    nosotros mismos, de superarnos y de repetirnos frente a cada adversidad “todo es parte del camino”,
    de sonreírle a la tristeza y de añorar la alegría, porque ahora somos nosotros contra el mundo, sin
    excusas y sin el escape de refugiarnos en nuestros padres, abuelos, familiares, e incluso amistades,
    claro que siempre ellos estarán para nosotros, pero ahora las responsabilidades son nuestras, no de
    ellos.
    La vida en mi opinión personal se trata de cicl0s y etapas que debemos superar, se trata de
    aprovechar las oportunidades y de no seguir tropezando con la misma roca. En el transcurso de todos
    los años que estuvimos aquí, tuvimos la oportunidad de compartir muchos momentos, hicimos
    amistades que recordaremos con cariño todas nuestras vidas, conocimos profesores que quedarán
    tatuados en nuestros cerebros hasta el último día, nos apasionamos locamente con algún tema y
    también conocimos ese primer crush inalcanzable (o no tanto).
    Este proceso ha sido totalmente diferente para cada uno, pero igual de significativo para todos,
    esto me lleva a decir que sin importar por lo que tuvimos que pasar, hoy estamos todos aquí en
    víspera de escuchar ese tan añorado timbre, que hace tan solo unas horas atrás lo esperábamos para
    que terminara la clase fastidiosa, pero que hoy esperamos porque es el último timbre y porque nos
    indica que más nunca volveremos a esta Institución como estudiantes.
    Recuerdo que el primer día de clases vi por todas partes el eslogan “entendemos lo que es
    educar” y admito que tenía mis reservas, pero hoy puedo decir que es cierto, y que no solo entienden
    lo que es educar, sino que además cada docente lo hace tan memorable que resulta siendo fascinante.
    Hemos tenido la oportunidad de conocer profesores que sin duda dejan huella, como la Profesora y
    ahora Abogada María Medina, la Ing. Yolimar Barragán, el Profesor Alexander Ropero, el Profesor
    Pedro Arias, la admirable Profesora Ivis Vargas, la Profesora Iraida Prato y de manera muy especial la
    Abogada y Profesora de corazón María Eugenia Santarrosa, de quien tengo el inmenso honor de ser
    hija.
    Recuerdo con mucho cariño que la primera vez que en preescolar me pidieron que hiciera mi
    proyecto de vida, yo dije que quería ser abogada como mi mamá, y porque aunque sea difícil de creer,
    a esa edad ya manejaba muchas palabras rimbombantes y léxico jurídico, así que se imaginarán lo
    buena profesora que es mi madre como para que una bebe desde el momento uno ya estuviera tan
    clara en la vida. Porque, aunque al igual que ustedes he dudado sobre que haré después, hoy el plan
    sigue siendo MI plan de preescolar.
    Para finalizar quiero darles las gracias a todos ustedes muchachos, porque con todo y los
    altibajos, ustedes son parte importante de mi vida, a los docentes por la paciencia, y a los
    representantes y familiares que se encuentran hoy aquí celebrando con nosotros este último día en el
    colegio. No me queda más sino decir que espero que todos tengamos una feliz, exitosa y prospera
    vida.

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