Adopcion en Mex

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BREVES ANTECEDENTES DE LA ADOPCIÓN EN MÉXICO

La perpetuación de la especie ha sido una preocupación del hombre desde el inicio de su


existencia, preocupación que incluso va más allá de lo religioso. El sólo hecho de saber
que podemos dejar huella para generaciones futuras se traduce en esperanza, tal como lo
plasmara P. D James en su novela “Niños del Hombre” donde se plantea un mundo sin
niños, sin futuro, es decir un mundo sin esperanza. En cualquier caso, podríamos decir que
la adopción, es el resultado de una necesidad del hombre, ya sea por cuestiones de
carácter moral, religioso, social, económico o incluso político.

La adopción como la conocemos hoy se ha ido configurado a través de los tiempos. Varias
han sido las civilizaciones que la reconocieron y utilizaron, uno de los antecedentes más
remotos lo encontramos en la antigua civilización egipcia, incluso en el Imperio Romano
de Justiniano (527 – 565 d. C.) se establecieron dos clases de adopción: adoptio plena,
cuando el adoptado ingresaba como un nuevo miembro de la familia con todos los
derechos y obligaciones; y la adoptio minus plena, que no desliga al adoptado de su propia
familia. Algo muy similar a lo que hasta hoy en día en algunos estados de la república se
conoce como Adopción Plena y Adopción Simple respectivamente.

En México, la figura no fue regulada claramente sino hasta 1917, cuando el presidente
Venustiano Carranza promulgó la Ley sobre Relaciones Familiares, señalando en su
artículo 20 que “Adopción es el acto legal por el cual una persona mayor de edad, acepta a
un menor como hijo, adquiriendo respecto de él, todos los derechos que un padre tiene y
contrayendo las responsabilidades que el mismo reporta, respecto de la persona de un
hijo natural”, sin embargo la adopción reconocida por esta ley no establecía relaciones de
parentesco entre el adoptado y la familia del adoptante.

El Código Civil para el Distrito y Territorios Federales en Materia Común y para toda la
República en Materia Federal de 1928 incluyó ya la figura de la adopción. Sin embargo,
prevalecía una tendencia que hoy consideraríamos un tanto denigrante hacia quienes
adoptaban y hacia los que eran adoptados. Esta legislación sufrió varias modificaciones a
lo largo de los años, pero es hasta 1970 se permite a los adoptantes dar el nombre a los
adoptados.

México aprobó y adoptó el Convenio de la Haya sobre la Protección de Menores en 1994,


a, raíz de esta Convención, el Código Civil Federal (y para el Distrito Federal en aquel
entonces) han ido integrando varios de sus postulados a sus textos. Es así que en 1998, se
reconoció la adopción plena, la adopción simple y la adopción internacional en un mismo
texto. El proceso de adaptación a nivel nacional ha sido muy lento, toda vez que los actos
del registro civil son facultades exclusivas de los estados, por lo anterior, corresponde a
cada una de las entidades federativas el incorporar estos principios dentro de sus
respectivas legislaciones. Para promover estos cambios, en 2007 se realizaron diversas
Mesas Regionales de Trabajo sobre la Agilización del Proceso de Adopción coordinadas
por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), como resultado de
esto, algunos estados modificaron sus respectivos códigos civiles y otros, además,
emitieron leyes especiales en materia de adopción, como lo es el caso de Quintana Roo
que publicó la Ley de Adopción del Estado de Quintana Roo, que entró en vigor el 1ro de
julio de 2009 y que derogó diversos artículos de su código civil para dar paso a esta nueva
ley.

El hecho de que sea facultad exclusiva de los estados de la república, el legislar sobre esta
materia, se ha traducido en más de 30 leyes diferentes vigentes en el país que regulan la
misma figura, en adición a esto, el procedimiento se ventila ante distintas instancias de
gobierno municipales y estatales, adicionalmente cuando se trata de adopciones
internacionales interviene también la autoridad federal, sin contar que también habrá que
acudir al juez de lo familiar, lo cual implica que en su conjunto y si no se cuenta con la
asesoría adecuada, podría tardar más de lo que muchas personas estarían dispuestas a
esperar, dando pie al abandono del procedimiento o a hacerlo por medios contrarios a la
ley, aun cuando en muchos casos la finalidad es genuinamente humanista.

Si bien es verdad que algunos de los requisitos de fondo pueden variar, como el caso de
los matrimonios entre personas del mismo sexo, que en el Distrito Federal está permitido
y en el resto del país no, lo cierto es que existen varios esfuerzos en México por unificar
criterios a efecto de facilitar el procedimiento de la adopción. A diferencia de otras
épocas, el enfoque que se le da a la adopción hoy en día es el de buscar proteger el
interés superior del niño y bajo este principio se han regido los cambios que se han dado a
lo largo y ancho de la república, que esperamos culminen en una armonización y
unificación clara en este procedimiento, que se traduzca al final del día, en menos niños
sin hogar y más niños con posibilidades de una vida mejor, niños con esperanza.

En la segunda parte de este artículo se tratará sobre la situación de los menores


vulnerables y la adopción como parte de la solución al problema de descomposición social
en México. En una tercera parte se abordará el tema del procedimiento, los requisitos y la
adopción por extranjeros.

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