La Integración de Los Estados Latinoamericanos

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LA INTEGRACIÓN DE LOS ESTADOS LATINOAMERICANOS

TRABAJO PRESENTADO POR:

CURSO:

SEMESTRE:

UNIVERSIDAD

CIUDAD

2022
LA INTEGRACIÓN DE LOS ESTADOS LATINOAMERICANOS

Integrarse, es una de las funciones innatas del ser humano. Desde el inicio de las

civilizaciones el hombre ha visto en la integración, una vía de indispensable para suplir sus

necesidades. De manera concreta, aquello ha evolucionado a tal punto en el que los Estados

hoy por hoy, tienden cada vez más a integrarse con territorios vecinos, bajo el concepto de

mutualismo.

La especialización del trabajo, las limitaciones en los recursos y otros factores más,

son las principales causas de que un país busque realizar distintas alianzas con los demás.

Aquello finalmente corresponde a principios económicos como la ventaja comparativa, en

el que cada individuo, en este caso cada país, se enfoca en producir lo que se les facilita por

motivos de geografía, cultura y demás, prefiriendo así, no invertir tiempo en otros

elementos que de manera directa, puede adquirir de otro territorio.

Los Estados latinoamericanos han demostrado en las últimas décadas, un

comportamiento constante hacía la integración. Por integración se hace referencia a

cualquier tipo de actuación contractual y demás, que permita el intercambio de bienes,

servicios, cultura, planes, programas, proyectos, políticas públicas y demás, enfocándose en

el bien general como principio fundamental.

Todos los Estados tienen potencialidades y falencias, de allí que la integración se

convierta en un aspecto trascendental, el cual obliga a que los gobernantes de turno se

preparen, y por ende, las instituciones se capaciten cada vez más para favorecer aquella

actuación conjunta, que en términos generales ha tenido su epicentro en temáticas alrededor

de la economía o las finanzas gubernamentales. Un claro ejemplo de esto son las

asociaciones como la CELAC, CEPAL y demás, cuyo objetivo central es favorecer la


integración de los Estados latinoamericanos bajo la consigna de que el desarrollo en

cooperación, es una meta mucho más alcanzable.

Claramente lo que se espera de la integración es un beneficio paritario, es decir, en

el que las partes involucradas se vean impactadas de manera positiva, ya que de otra

manera no se estaría cumpliendo con el principio mutualismo, que desde la naturaleza ha

sido adaptado para dar vida a dicha asociación gubernamental en búsqueda de un bien

general.

Entonces ¿Es la integración la vía por la cual los Estados latinoamericanos deben

caminar para lograr el tan anhelado desarrollo? Dar solución a dicho cuestionamiento de

manera concreta y totalmente certera, es un hecho imposible, debido a lo complejo y

cambiante que es el mundo de la administración pública, sin embargo, la experiencia ha

demostrado que en casos como la Unión Europea, la integración a resultado traer grandes

beneficios, en proporciones mayores para aquellos territorios menos avanzados en dicho

conjunto.

Colombia, Venezuela, Bolivia y demás países vecinos, ya han desarrollado

esfuerzos para la integración, sin embargo aquellos no han resultado ser eficientes en el

objetivo de mantenerse con el tiempo, lo cual es un factor determinante para el éxito de sus

principios, que es promover el desarrollo constante y creciente de la economía y la calidad

de vida de dichas naciones.

Existen múltiples enfoques que se posan sobre el concepto de integración, sin

embargo todos aquellos confluyen en un mismo argumento, la integración es sinónimo de

mejora. Siempre habrá algo que aprender del prójimo, y con ello no se hace referencia o

metáfora a tener que recostar las responsabilidades en el otro, distinto a dicha afirmación, la

integración de los Estados latinoamericanos, debe fundamentarse en la posibilidad de


extraer lo bueno de los territorios vecinos, potencializar aquellas fortalezas, y mitigar en el

mayor grado de lo posible las desventajas con las que cuenta cada uno de estos a través de

la cooperación.

Entonces, el Estado juega un papel fundamental dentro de la integración de los

países latinoamericanos. Podría afirmarse que aquel debe intervenir para fomentar la

formulación y concreción de dichos acuerdos, ya que como mayor órgano garante de

derecho, su función es reconocer todos aquellos fenómenos que puedan contribuir a

mejorar la calidad de vida de los habitantes, analizar los mismos, y aplicarlos según se crea

conveniente.

Entonces aquel dilema que se plantea sobre si el Estado debe o no intervenir en

dichos procesos de cooperación, puede resolverse teniendo en cuenta que las instituciones y

el gobierno son los principales encargados de regular y controlar todo lo que sucede en el

territorio en función de objetivos específicos ya establecidos en áreas como la cobertura de

las necesidades, el fomento de la industria nacional, la mejora de las finanzas

gubernamentales y demás.

Así entonces, es imperativo que aquellos sean los encargados de liderar dichos

procesos, claro está, bajo un consenso claro de la ciudadanía, que finalmente puede

expresar su voluntad a través de sus elegidos en representación de las comunidades, como

lo son los alcaldes, gobernadores, senadores y demás funcionarios de las corporaciones

públicas en el territorio.

América Latina, siempre ha soñado con ser un territorio prospero. Esto no puede ni

debería ser considerado como una utopía. Los recursos con los que cuentan países como

Brasil, Colombia y Venezuela, son el eje central del funcionamiento de grandes economías

como la estadounidense. Entonces, valdría la pena replantear aquellos argumentos que


impiden que la cooperación entre dichos países sea un fenómeno mucho más priorizado,

fuerte, autónomo y con capacidad de modificar las dinámicas comerciales, tributarias y

demás de los países involucrados.

Si existiesen procesos de integración y negociación eficientes entre los países de

américa latina, su misma condición de ser ricos en materias primas, y el potencial de

crecimiento de sus industrias y mercados locales, serían suficiente para consolidar en la

cúspide de las economías mundiales aquella región que durante largas décadas se ha

quedado rezagada frente a otras como Asia y Europa.

El punto de las industrias locales de los Estados latinoamericanos, debería ser un

elemento clave a priorizar. Los libros, las teorías, y la misma observación demuestran que

aquellos países como Japón, que han logrado superar grandes crisis y problemáticas que

impedían constantemente su desarrollo óptimo, lo han llevado a cabo a través del

fortalecimiento de sus empresas.

Un hecho posible a llevar a cabo dentro de aquella integración latinoamericana sería

la consolidación de un mercado interterritorial, en el que los aranceles sean justos y casi

nulos, para fomentar que a modo de ejemplo, la industria de café colombiana, sea la

encargada de proveer dicho producto a todos los territorios de la integración.

De la misma forma como lo mencionado anteriormente, Brasil se especializaría en

otro tipo de productos, Argentina igual y así con todos los territorios de la integración.

¿Qué es lo que se busca? Potencializar. Al mejor estilo de los mercados, permitir que cada

uno de los que participan, puedan obtener utilidades para así, favorecer la reinversión de las

mismas, traer empleo y por ende disminución de las necesidades básicas insatisfechas,

mejor calidad de vida y accesibilidad a la seguridad social, entre otro sin número de

factores negativos que se ven reflejados en la sociedad cuando un gobierno logra ser
eficiente en su accionar. Tal y como se consolidaría tras aquel imaginario de la integración

de los Estados Latinoamericanos.

Si bien la integración no es un proceso sencillo, la capacidad de negociar de los

países sería el elemento que permitiría la concreción de acuerdos que maximicen el

beneficio posible para cada una de las partes. Contrario a lo que se pueda llegar a creer,

integrarse no es buscar ayuda bajo el reconocimiento de una negativa debilidad, por el

contrario, integrarse es reconocer que para manejar lo público se necesita ser estratégico y

que por ende, no es para nada efectivo considerar que un territorio puede proveerse de todo

lo que necesita por sí mismo, y que en el camino no se dejan pasar oportunidades que

traerían mucho más beneficios para el cumplimiento de sus objetivos.

La integración de los Estados latinoamericanos, cada día se va convirtiendo en el

tema de conversación en las distintas agendas (política, pública, gubernamental y demás).

Solo es cuestión de tiempo para que los gobiernos de aquella parte del mundo, reconozcan

que la consolidación de dichos acuerdos solo traería beneficios para sus habitantes, claro

está, bajo un accionar correcto, transparente y responsable por parte de los involucrados en

la integración.

El Tratado de libre comercio entre Colombia, México y Venezuela ejemplifica a la

perfección el concepto de integración entre Estados. Reconocer en el otro un aliado para el

crecimiento, identificar qué es lo que se debe priorizar para maximizar los beneficios y

otros elementos más, hacen parte de aquella actuación entre dichos tres países.

Finalmente es posible concluir afirmando que la integración, es el modelo a seguir

del ahora. Los Estados Latinoamericanos deben abrir los ojos y sentarse a debatir dichas

ideas de cooperación. Aquello sería un paso fundamental y clave para lograr el desarrollo,
el fortalecimiento de las industrias locales y en general la mejora constante de la calidad de

vida de sus habitantes.

Referencias

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