Análisis Psicológico Pelicula Parasite

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PRUEBA 2 PERSONALIDAD E IDENTIDAD

Amaya Urquidi
Amalia Hurtado
En la película “Parasite”, el personaje de Sr. Park se presenta como el padre de la
familia Park, una familia de alto nivel socioeconómico en Corea del Sur. Según Funder el
grupo cultural al que pertenecen los individuos es un factor muy influyente en su desarrollo.
A continuación se desarrollarán 6 atributos de la identidad reflejados en los planos de la
posición social, familia y género.

Plano de la posición social: discriminador y arrogante

Discriminador: Dubet establece que nuestra sensación de pertenencia a otros grupos y


nuestra identidad se forman al compararnos con otros grupos sociales. Esto implica
categorizar y discriminar entre diferentes grupos, lo cual afecta en cómo nos vemos a
nosotros y nuestro lugar en la sociedad. La identidad personal está ligada a las identidades
colectivas que existen, las cuales son moldeadas por estereotipos, clasificaciones y
reconocimientos de diferentes grupos (Dubet & Zapata, 1989). Según la RAE (Real
Academia Española, 2021), la discriminación es “dar trato de inferioridad a una persona o
colectividad por motivos raciales, clase social, etc”. En la película se evidencia que la
posición social del Sr. Park lo hace ser una persona discriminadora respecto al grupo social
de NSE bajo. Su posición social privilegiada y su elevado estatus social hace que muestre
cierto desprecio hacia ellos, lo cual se evidencia cuando dice “el olor del Sr. Kim es cómo a
un rábano viejo. ¿Cómo describirlo? Es como el olor que a veces sientes en el metro. Quienes
usan el metro tienen un olor especial” (Bong, 2019, 1 hora minuto 27:00). La sensación de
asco que le produce el “olor a metro” evidencia su trato despectivo y diferenciado hacia
personas de clase social más baja. Esto se observa también cuando el Sr. Kim le arroja las
llaves del auto y caen debajo de Geun Se. Cuando el Sr. Park se acerca a recogerlas, hace
muecas de asco por el olor de este hombre (Bong, 2019, 1 hora minuto 54:44). Su hijo está
muriendo, y lo único que parece importarle es cubrirse la nariz para no sentir el olor de
alguien de clase social baja. Estas escenas demuestran un trato diferenciado y de inferioridad
hacia la gente de NSE bajo, lo cual evidencia que su alta posición social lo hace ser
discriminatorio sobre la gente más pobre.

Arrogante: La alta posición social del Sr. Park lo llevó a desarrollar la arrogancia en su
identidad. Bauman (2003) plantea que “las ideas de las clases dominantes tienden a ser las
ideas dominantes” (p. 3). Es decir, las ideas y valores de la clase dominante en una sociedad
son los que prevalecen y se convierten en la norma aceptada por todos. De esta manera, el
hecho de que estas ideas sean las que prevalecen, puede llevar a una sensación de
superioridad y arrogancia en tales personas. Al tener su perspectiva y forma de vida
aceptadas como norma, pueden sentirse justificados en su posición y menos propensos a
considerar otras diferentes a las suyas. Por ende, al considerar el estatus social del Sr. Park,
este tiende a menospreciar a aquellos que considera de una clase social inferior, lo cual se
refleja en su comportamiento y en su forma de interactuar con ellos. Su posición social hace
que se considere muy por encima del resto, por lo que su identidad se basa en una percepción
de superioridad frente a aquellos que considera inferiores a él: personas de NSE bajo. Esto se
observa con las relaciones que mantiene con sus empleados domésticos, a los que siempre los
tiene bajo observación, vigilando que nunca sobrepasen el límite de entrometerse o hablar de
más. Cuando el Sr. Parker y el Sr. Kim están hablando sobre la antigua ama de llaves, el Sr.
Park dice que “era una gran ama de llaves. Mantenía la casa en buen estado y nunca se
pasaba de la raya. No soporto a la gente que se pasa de la raya” (Bong, 2019, minuto 47:00).
Esto refleja que no los ve en una situación de igualdad, sino que siempre como el jefe que les
paga su salario. No se interesa por sus opiniones, sino que cumplan correctamente sus
servicios. En la misma escena, el Sr. Kim le estaba hablando consistentemente, cuando el Sr.
Parker lo interrumpe y le dice ¡mire para adelante! (Bong, 2019, minuto 49:00), lo cual se
puede interpretar como que no le interesa lo que tenga para decirle, sino que cumpla con sus
servicios correctamente. Está acá para servir, no para conversar.

En el plano de la familia: responsable y exigente


Responsable: Funder (2015) menciona que los individuos pueden diferir entre sí hasta cierto
punto porque pertenecen a diferentes grupos culturales. Habla sobre las culturas colectivistas,
las cuales, generalmente enfatizan en el bienestar grupal sobre el individual. Por ello, en
Corea del sur, al ser una cultura colectivista, cuidas a tu familia no por ti, sino para honrarlos
a todos. La familia es lo más importante de la vida en esta cultura, por eso los individuos se
deben casar, tener hijos, etc. Siguiendo esta lógica, se puede observar en la identidad del Sr.
Park, el atributo de responsabilidad está más que nada en el ámbito económico, lo cual se
refleja a lo largo de la película en como el Sr. Park busca el bienestar para su familia. De esta
manera, les provee recursos económicos para que no les falte nada, se preocupa de poder
cubrirles todas las necesidades que tengan y brindarles distintas comodidades, ya sea pagando
por que sus hijos reciban la mejor educación posible, que vivan en un buen barrio, cuenten
con diversos servicios como lo son traslado, personal doméstico, etc. Esto se debe a que en la
cultura coreana, el rol de proveedor es considerado como un deber fundamental para los
hombres en la familia, quienes se consideran como la cabeza de esta. Si no es capaz de
mantener financieramente a su familia debería avergonzarse, dado que asegurar la estabilidad
financiera y el bienestar de sus seres queridos es un símbolo de honor y respeto, y un reflejo
de su sentido de deber y cumplimiento como cabeza de la familia (Pérez, 2017). El Sr. Park,
tiene internalizada esta expectativa cultural y se esfuerza por cumplirla, por lo cual trabaja
arduamente y se dedica a su carrera para garantizar un ingreso estable y mantener a su
familia.

Exigente: La película muestra que el Sr. Park es exigente en varios aspectos de su vida.
Según el artículo “Corea del Sur y el confucianismo" (Pérez, 2017), en la cultura coreana
existe una fuerte importancia en mantener una imagen pública positiva y preservar el honor y
el prestigio de la familia, dado que es muy importante lo que dice la gente. La reputación que
se tenga te cubre de gloria o de basura según el caso. Además, se plantea que las acciones de
un miembro de la familia afectan la raíz del resto de esta. En el caso del Sr. Park, este es
exigente al contratar empleados. Todos son derivados de recomendaciones, debido a la
importancia que le atribuye a la reputación. Por ejemplo, cuando en el primer viaje con el Sr.
Kim pone a prueba su giro, donde no se derrama el café del Sr. Park, el cual se muestra
bastante satisfecho con sus excelentes habilidades de chofer. (Bong, 2019, minuto 38:25)
También se evidencia un alto nivel de exigencia hacia sus hijos, ya que espera que sean
disciplinados, educados y sigan las normas sociales establecidas. Según Miranda (2003),
actualmente en las familias jóvenes se busca alcanzar la “calidad total” en la crianza de los
hijos. Esto quiere decir que los padres están adoptando una mentalidad de buscar el éxito y el
rendimiento máximo para sus hijos. Advierte que cuando esta mentalidad se aplica al ámbito
familiar, estas pueden convertirse en fábricas donde los niños son tratados como productos
que deben ser exitosos. Los padres, por su parte, pueden volverse en ansiosos inversionistas
que están preocupados constantemente por el rendimiento y éxito de sus hijos. Por ello, sus
niños tienen muchas horas de clases particulares a la semana, lo cual evidencia que este
atributo de su personalidad refleja las ganas de ver a sus hijos tener éxito y hacer notar su
elevado estatus social, de acuerdo a los estándares que considera apropiados para su posición
social.

Plano de género: dominante y aversión a la vulnerabilidad

Dominante: Butler (2007) sugiere que la hegemonía masculina y el poder heterosexista se


sustentan en nociones de género naturalizadas y rectificadas que se repiten constantemente en
la sociedad. Estas son internalizadas por los individuos a través de procesos sociales y
culturales, lo que puede derivar en la formación del hombre convencional heteronormado y
hegemónico. Según lo mencionado anteriormente, en Corea del Sur el padre es la cabeza de
la familia y es su responsabilidad proveer a esta lo que necesite. Esto genera que el sujeto se
forme a partir de los conceptos de género que le “corresponden” en la sociedad, lo cual sitúa
y conforma al hombre convencional como una figura de autoridad y dominancia. En la
película, esto se evidencia cuando la Sra. Park mete al Sr. Kim en un closet y le dice que por
favor no le cuente al Sr. Park porque despidió a la empleada doméstica, ya que “si se enterara
que traje a la casa a alguien con tuberculosis, me colgaría y descuartizaría” (Bong, 2019,
minuto 45:00). Otra escena que refleja esto es cuando antes del cumpleaños de Da-song, el
Sr. Park le dice a su señora “si vamos a hacer una fiesta, ¿no deberías ir a hacer las
compras?” (Bong, 2019, 1 hora minuto 42:00). También, se queja con el Sr. Kim en el auto,
cuando le dice que necesitan una nueva empleada urgente ya que “mi mujer no sabe limpiar y
cocinar horrible” (Bong, 2019, minuto 48:00). Estas partes de la película reflejan la
dominancia y la presión que el Sr. Park ejerce sobre su esposa, resguardando la noción de que
como hombre, se espera que ejerza control y dominancia en su entorno, lo cual se refleja en
su comportamiento autoritario y la necesidad de mantener el control en todas las situaciones.

Aversión a la vulnerabilidad: Esto implica su reluctancia al mostrar cualquier signo de


vulnerabilidad, tanto en su vida privada como en la presencia de otros, con el fin de evitar ser
percibido como débil. Según Preciado (2005) las normas de género son aquellas normas
sociales y políticas que regulan y definen los roles, comportamientos y expectativas
asociados con los géneros masculino y femenino en la sociedad. Estas normas llevan a
estereotipos donde los hombres deben mostrarse fuertes, valientes, seguros de sí mismos, etc.,
es decir, lo contrario a vulnerable, lo cual se asocia a debilidad (Planned Parenthood, s.f.).
Esto se exhibe por parte del Sr. Park, quien es bastante reservado con sus emociones. A
diferencia de su señora, durante la película él nunca se mostró vulnerable, sino que demostró
tener todo bajo control a pesar de que en realidad su familia no correspondía a la imagen
idealizada que él proyectaba. Por ejemplo, en la escena final, donde hubo un homicidio en su
casa, el Sr. Park se mantuvo en el rol de jefe, por lo cual se siguió mostrando como un
hombre fuerte y respetable (le exigía al Sr. Kim que se apresurara y los llevara rápido al
hospital) (Bong, 2019, 1 hora minuto 54:00). Esta situación evidencia como el Sr. Park,
incluso en momentos desafiantes y complicados, cumple con las expectativas impuestas por
las normas de género maculino al evitar mostrar cualquier signo de vulnerabilidad. Este
comportamiento se alinea con los atributos previamente mencionados, consolidando aún más
su perfil.

RESPUESTA PREGUNTA 2: La formación de la identidad es un fenómeno complejo que


aborda múltiples dimensiones, entre las cuales se encuentran lo psicológico y lo social. Estas
dos suelen entrar en conflicto o tensionarse respecto a este proceso, dado que la influencia
que el aspecto social tiene sobre el psicológico es un determinante esencial en la
determinación de la identidad. De esta manera, se presentan a continuación 3 tensiones que
respaldan lo anterior.

En primer lugar, se establece la tensión entre la estabilidad y la fluidez de la identidad: El


impacto de los cambios sociales y psicológicos en la formación de la identidad
individual. Esto se puede analizar a partir de Dubet (1989), quien plantea que existe una
tensión entre lo psicológico y lo social en la construcción de la identidad. Por un lado, la
identidad se forma por medio de las experiencias personales y subjetivas de cada individuo,
lo cual aborda la dimensión psicológica. Por otro lado, la identidad está también influenciada
por el entorno social y cultural de la persona, donde se espera que los individuos sigan y se
rijan bajo determinadas normas, lo cual establece la dimensión social. Ahora bien, los
cambios del entorno reflejan la tensión que se puede ocasionar entre lo psicológico y lo social
en la determinación de la identidad. Hay periodos de la vida en que la identidad es
relativamente estable, no obstante, existen crisis en el ambiente social que pueden derivar en
que se produzcan cambios o conflictos en la manera en que se determina la identidad. Dubet
(1989) establece como ejemplo de esto marginalización, en la cual los actores corren el riesgo
de no saber quienes son, o que a raíz de esta crisis, surjan problemas psíquicos que
inestabilizan la identidad. Otro ejemplo de Dubet es la adolescencia, el cual es un periodo
disruptivo sobre la identidad determinada hasta ese momento, donde ahora el sujeto se
encuentra obligado a comprometerse con proyectos de adultos o estar en desacuerdo con
ciertas retribuciones, y no gozan de los privilegios de los adultos. Es precisamente en
periodos como los descritos que la manera en que se determina o percibe la identidad propia
se ve interrumpida o forzada a cambiar, lo cual evidencia la tensión que se puede generar
entre lo psicológico (expresado como la persona que es antes de la crisis), y lo social
(presentado como los cambios del ambiente que inciden profundamente en la vida del
individuo), alterando su concepción de la identidad propia. De esta manera, esta tensión
puede hacer que sea difícil para las personas encontrar su verdadera identidad y puede
generar conflictos entre las expectativas sociales y las necesidades personales. En segundo
lugar, se encuentra la tensión entre lo que uno quiere ser en términos de género y lo que
uno debe ser en relación con el sexo asignado al nacer. En ello, la tensión entre lo que uno
quiere ser (lo cual vendría siendo lo psicológico, dado que es aquello que involucra factores
internos y personales), y lo que uno debe ser (según las expectativas generadas por las
normas sociales), genera un choque entre lo psicológico y lo social en la determinación o
formación de la identidad. Dubet (1989) plantea que cada persona tiene su vida privada, que
puede diferir de la de los demás debido a su cultura, pensamiento y experiencias personales.
Aún así, la sociedad espera que todos se ajusten a ciertas normas culturales y psicológicas, lo
que puede hacer que sea difícil para las personas encontrar su verdadera identidad. Es posible
analizar esta tensión desde la perspectiva de las expectativas sociales impuestas por la
asignación de sexo biológico al nacer, en la cual se espera que los individuos se adhieran a
los roles de género y comportamientos socialmente aceptados asociados a ese determinado
sexo. Sin embargo, Butler (2007) plantea que el género es una construcción social y
performativa, en contraposición a esta noción de género como una característica innata o
intrínseca a la persona. Por su parte, Preciado (2005) sugiere que las normas de género son
aquellas normas sociales y políticas que regulan y definen los roles, comportamientos y
expectativas asociadas con los géneros masculino y femenino de nuestra sociedad, las cuales
se ven en la apariencia física, orientación sexual, conducta sexual, etc. Estos estándares de la
cultura heterosexual dominante son una forma de control social para que sus individuos se
ajusten y comporten de manera “normal” y así limitar la libertad individual. De esta manera,
quienes se salen de estas normas pueden ser objeto de discriminación y burla. Ahora bien,
estas expectativas por parte de la sociedad pueden entrar en conflicto con los aspectos
psicológicos individuales de la identidad de género. En concreto, cuando una persona nace
bajo el sexo biológico femenino pero experimenta una identidad de género masculina, se
genera un conflicto entre su identidad interna y las expectativas impuestas por la sociedad.
Esta tensión se origina debido a que la sociedad y la cultura determinan y establecen normas
y roles de género basados en la asignación biológica al nacer, en lo cual las expectativas
apuntan a que las personas se adhieran a los comportamientos de su sexo asignado. Esto
genera una disonancia entre la identidad auténtica de género y las normas sociales y
culturales. En consecuencia, esta tensión puede tener un impacto significativo en el bienestar
emocional y psicológico de aquellas personas, debido a la presión constante para suprimir la
verdadera identidad y conformarse por lo que la sociedad determina, a fin de controlar a los
individuos y limitar la libertad individual. En definitiva, la tensión entre lo que uno quiere ser
y lo que uno debe ser respecto a las normas sociales y culturales, destaca la lucha que
enfrentan las personas al intentar desarrollar una identidad individual auténtica en un
contexto social restrictivo y normativo. Por último, la tercera tensión se resume en la idea de
la lucha interior: cuando la esencia del individuo se enfrenta al consumismo en la
sociedad capitalista. Bauman (2003) argumenta que el capitalismo ha transformado la
cultura en una basada en el consumo y la identidad en un producto consumible, lo cual genera
una tensión entre dos aspectos fundamentales. Por un lado, se encuentra lo social, donde el
dominio del capitalismo promueve una cultura del consumo que, por otro lado, influye en
aspectos psicológicos de la persona, como lo es su autopercepción y autoconcepto, puesto
que las lógicas capitalistas nos llevan a entender cómo somos y cómo uno percibe a los
demás. Bauman (2003) señala que el capitalismo ha influido en la forma en que las personas
se ven a sí mismas, lo cual puede afectar en la autoestima y la percepción de sí mismos, ya
que pueden sentirse insatisfechas si no cumplen con los estándares promovidos por la
sociedad. De esta manera, la tensión entre lo psicológico y lo social se hace evidente con el
choque entre la esencia intrínseca de las personas, que abarca aspectos psicológicos
fundamentales como la autoestima y el autoconcepto, y la influencia que la sociedad
capitalista tiene sobre esto, dado que esta promueve una cultura de superficialidad y
consumismo. Esta tensión pone de manifiesto el conflicto entre las necesidades psicológicas
individuales y las presiones sociales que nos moldean en una dirección más consumista. Bajo
esta dinámica, las personas son valoradas en función de su capacidad para consumir y de
adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas del mercado, lo cual va moldeando su
identidad y hace que se sientan presionados por cumplir con los estándares de consumo y
éxito promovidos por la sociedad capitalista (Bauman, 2003). Esto se pone de manifiesto en
la manera en que las personas se convierten en marionetas controladas por el orden social
impuesto por el capitalismo. Las personas van ajustando sus necesidades según lo que el
mercado va ofreciendo. Según Bauman (2003) el capitalismo va creando necesidades
inagotables, las cuales dejan de ser definidas y se convierten en deseos, una entidad mucho
más vaga. Esta compulsión por comprar esconde una lucha contra la incertidumbre y contra
el sentimiento de inseguridad, donde los consumidores tratan de escapar de la angustia
causada por esta. Lo anterior demuestra la prevalencia del discurso capitalista como
organizador de la vida de los individuos (relaciones de dominación y de producción cultural).
De esta manera, el dominio social que tiene el capitalismo sobre la vida de las personas ha
manipulado su forma de actuar e influido en su forma de percibirse.
A partir de todo lo anteriormente mencionado es posible concluir que la
determinación de la identidad está influenciada por múltiples factores, tanto por psicológicos
como sociales, entre los cuales se generan ciertas tensiones, las que pueden provocar
problemas psíquicos importantes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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pp. 59-97.

Buttler, J. (2007). El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad.


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https://hipertextual.com/2017/03/corea-del-sur-confucionismo

Miranda, G. (2003). "La familia, ¿por qué?" en Jacques Lacan y lo fundamental del
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confucionista. Hipersexual. Recuperado de https://hipertextual.com/2017/03/corea-
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Preciado, P B (2005) Multitudes queer: Notas para una política de los anormales. Revista de
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