Lectura 2 Pensamiento Matemático
Lectura 2 Pensamiento Matemático
Lectura 2 Pensamiento Matemático
El desarrollo evolutivo consiste en el paso por una serie de etapas o estadios. Según Piaget,
cada una de las etapas por las que se pasa durante el desarrollo evolutivo está caracterizada por
determinados rasgos y capacidades. Cada etapa incluye a las anteriores y se alcanza en torno a unas
determinadas edades más o menos similares para todos los sujetos normales. A grandes rasgos, las
etapas que determinan el desarrollo evolutivo son las siguientes:
En esta etapa se adquieren los primeros esquemas siempre limitados a experiencias motoras y
sensoriales.
Se realizan las primeras inferencias lógicas y comienza el proceso de simbolización, que consiste en
traducir las experiencias a códigos mentales. La capacidad de razonar está todavía muy limitada a
cadenas sencillas. Otros rasgos de esta etapa son el marcado egocentrismo (dificultad para analizar la
realidad desde otra realidad distinta de la personal), "centraje" (tendencia a considerar sólo los datos
más relevantes) y falsa generalización (tendencia a generalizar a partir de casos particulares).
Este período ha sido considerado algunas veces como una fase del anterior. En él, el niño hace uso
de algunas comparaciones lógicas, como por ejemplo: la reversibilidad y la seriación. La adquisición
de estas operaciones lógicas surge de una repetición de interacciones concretas con las cosas,
aclarando que la adquisición de estas operaciones se refiere sólo a objetos reales.
Con esta adquisición de las operaciones concretas, se produce una serie de modificaciones en las
concepciones que el niño tiene sobre las nociones de cantidad, espacio y tiempo, y abre paso en la
mente del niño a las operaciones formales que rematan su desarrollo intelectual.
Basándonos en los estadios evolutivos de Piaget, vamos a ver como se adquieren los conocimientos
matemáticos en cada uno de ellos:
A esta edad se desarrollan las capacidades de percepción del niño. El niño comienza a adquirir
los conocimientos lógicos-matemáticos mediante el dominio verbal de los nombres de los objetos,
manipulándolos, desplazándolos entre ellos. Percibe y experimenta las propiedades relativas al color,
forma, tamaño, textura, sabor, olor... Comienza a conocer los objetos de acuerdo a estas cualidades,
según sus aspectos perceptivos y espaciales.
Los bebés de 5 meses poseen una buena capacidad para discriminar conjuntos de dos o tres
ítems, pero esto no implica que los niños sean conscientes de las relaciones matemáticas básicas entre
los conjuntos. Entre los 10 y 12 meses de edad, los bebés a veces son capaces de distinguir entre
conjuntos de tres y cuatro ítems pero no pueden distinguir entre conjuntos de cuatro o cinco ítems o
entre conjuntos de cuatro y seis ítems. Esto señala que los niños nacen con competencia numérica.
Los niños muestran una serie de destrezas numéricas antes de contar. Desde muy pronto son
sensibles a la percepción de la “numerosidad”, siendo capaces de diferenciar pequeñas colecciones
que difieren en su número de elementos.
En problemas numéricos complejos, los niños de edad preescolar son capaces de desplegar
una serie de estrategias en las que descomponen o componen un número en algunos de sus
componentes.
En lo que se refiere a los conocimientos sobre notación matemática, los niños muestran
también el conocimiento que tienen de las cualidades formales de la notación numérica en edad
preescolar.
En el ámbito geométrico, los conocimientos que muestran son: diferenciar figuras abiertas
de figuras cerradas, sensibilidad a la relación de proximidad (lejos/cerca) o distinción entre elementos
internos y externos de una figura.
Otros más complejos son el fruto de abstracción y generalización y se adquieren a través de
actividades espontáneas que los niños realizan en contextos de juego y exploración.
En lo que respecta a las estructuras multiplicativas, antes de que los niños sean instruidos en
estas operaciones, son capaces de resolver problemas verbales de multiplicación y división de manera
informal. Los niños tienden a representar la acción o relación presentes en el enunciado, al igual que
en los problemas verbales de adición y sustracción. Finalmente, la utilización de hechos numéricos
es posterior, evolutivamente hablando, a las estrategias basadas en el conteo, ya sea concreto o
abstracto. Se desarrollan a partir de la experiencia de los niños con la aplicación repetida de los
procedimientos de conteo en situaciones multiplicativas.
• 3 años. Compara los objetos en función de las cualidades físicas (forma, tamaño, color).
Discrimina en virtud de la percepción de las semejanzas-diferencias (ej. Los dos son círculos,
pero uno es rojo y el otro azul) lo que le posibilitará agrupar en función de un criterio. Son
capaces de utilizar diferentes formas de etiquetado para diferenciar colecciones numéricas de
pocos elementos (hasta 3). También son capaces de detectar una correspondencia numérica
entre una serie de elementos visibles y una serie de estímulos auditivos.
• 3.5 años. Agrupa los objetos en función de uno o varios criterios combinados. Puede
contrastar magnitudes, esto es, comparar entre dimensiones distintas de dos objetos
(longitud/cantidad, volumen/cantidad, peso/cantidad) y estimar a partir de una la cantidad de
la otra (p.ej. si el collar es más largo tendrá más bolas). Es capaz de ordenar en el tiempo y
paulatinamente de abstraer la cualidad de la percepción del objeto, y por tanto, de coleccionar.
En virtud de la comparación término a término que encuentra entre los componentes de las
colecciones comienza a establecer correspondencias. Engloba aspectos de tipo espacial,
cuantificación y semejanza/diferencia. Se trata de una etapa caracterizada por la
manipulación.
• 4 años. El niño ordena los objetos atendiendo a sus cualidades físicas. Se trata de una
ordenación serial cualitativa de diferencias como sucesiones que cambian alternativamente y
dan lugar a series repetitivas. También compara y explora las magnitudes de los objetos que
componen las colecciones lo que le permite nuevas formas de agrupamiento. El niño va
haciendo equivalencias. Presentan conocimientos sobre el conteo basados en una serie de
principios numéricos. Estos conocimientos permiten a los niños pequeños iniciarse en una
serie de procedimientos de tipo numérico que suponen un cierto grado de abstracción pues
todas las entidades concretas, por diferentes que sean, pueden ser el soporte del conteo. Un
niño promedio de 4 años puede contar de dos a tres entre varios objetos A esta edad se
trabajan también aspectos como la pertenencia o el tiempo.
• 4.5 años. El niño logra representar las secuencias aprendidas en la etapa anterior. Es una etapa
marcada por la adquisición del orden, la equivalencia, la conceptualización. La comparación
de magnitudes discretas desiguales conduce a su clasificación en orden creciente o
decreciente. Se trata de una progresión serial. Ahora se trata de una sucesión cuantitativa y
no cualitativa. Se necesita una apreciación numérica de la cantidad para su realización. Es
capaz de ponderar, de apreciar el peso por claves internas, cinestésicas
• 5 años. Objetiva el tiempo, es decir, se refiere a períodos de tiempo usuales para referirse a
lapsos tiempo (ayer, mañana, hoy). Alrededor de los 5 o 6 años los niños pueden trabajar con
una sola cantidad. Este conocimiento basta para resolver los problemas de cambio más
sencillos (problemas que introducen modificaciones en la cantidad inicial), los de adición en
los que la incógnita se sitúa en el resultado. Por el contrario, este nivel de conocimiento no
les permite resolver los de combinación, ni los de comparación, dado que estos demandan
comparación simultánea de dos cantidades. El niño promedio de 5 años puede contar de
cuatro a seis. Hacia los 5.5 años el niño es capaz de contar, de verbalizar lo anterior.
• 6 años. Puede organizar los objetos sobre la base de una relación numérica: puede medir. Esta
medida es una equivalencia entre continente y contenido. Las nociones de área y longitud son
las primeras en desarrollarse, y que éstas tienen lugar hacia los 6 o 7 años simultáneamente.
Entre los 6 y 7 años relacionan de manera causal el cambio que se produce en el conjunto
inicial y la acción que lo provoca. Ahora son capaces de estimar la dirección del cambio
(incremento o decremento) y de relacionarla con las operaciones aritméticas de adición y
sustracción. El niño promedio de 6 puede contar doce. La lógica del niño es capaz de resolver
problemas de cierta complejidad (6.5 años).
Los niños logran a los 6 años aproximadamente a usar los números naturales para comparar
los tamaños.
· Por otra parte, para comprender verdaderamente los números naturales y saberlos
aplicar se precisa tanto de su faceta cardinal como ordinal, amén de la necesaria relación entre
ambas. Tal comprensión se alcanza al mismo tiempo que se desarrollan otras muchas
operaciones lógicas; por término medio entre los 6 y los 8 años de edad. Entre los 5 y los 8
años, el niño medio está comenzando a desarrollar la facultad de razonar coherentemente por
referencia a números, en lugar de por referencia a colecciones particulares de objetos.
Es el momento en el que el niño comienza a superar algunas características del período anterior,
como el egocentrismo, la centración. Aunque su razonamiento se encuentra muy ligado a la
manipulación y recuerdo de operaciones realizadas con objetos reales.
En torno a los 7 u 8 años han adquirido el esquema parte-parte-todo que los capacita para manejar
una situación estática en la que tienen que imponer ellos mismos una estructura sobre la situación
descrita en el problema verbal. Por ello, resuelven problemas de cambio con la incógnita en el primer
término. El niño comienza a aprender la idea de la conservación de masa (sustancia).
A los 8-10 años, el niño es capaz de proceder de modo calculado con respecto al proceso de medida.
Hasta ahora el desarrollo del proceso de medida ha estado caracterizado por un proceder por tanteos,
a base de ensayo y error. Es el período en el que utiliza el código numérico con dominio suficiente
para representar realidades físicas, su comparación, su cuantificación mediante signos espaciales o
gráficos, es decir, la geometría, el sistema métrico decimal y la representación gráfica de datos.
Adquiere la idea de peso hacia los 9-10 años.
A partir de los 9 o 10 años los niños disponen de los esquemas necesarios para solucionar los
diferentes problemas de comparación. En este último ciclo el niño pasa a construir abstracciones,
aunque todavía tienen su origen las experiencias anteriores. Se adquiere la madurez en las operaciones
matemáticas, en el cálculo, en la numeración, en la representación gráfica, en la interpretación de
datos numéricos, las distintas magnitudes físicas de los objetos y sus equivalencias.
El adolescente razona de modo distinto al niño del período de las operaciones concretas, el lenguaje
adquiere gran importancia, el niño necesita tener la capacidad de formular proposiciones verbales o
en lenguajes abstractos.
Es el período no sólo de resolución de problemas matemáticos, sino del dominio de los esquemas
operacionales formales como: la combinatoria, las proposiciones, noción de correlación. En este
período es cuando el alumno es capaz de alcanzar la noción de conservación de volumen, una vez
alcanzadas las de peso o sustancia. El adolescente puede ir induciendo leyes físicas mediante
eliminación de contracciones, la exclusión de factores, la disociación de factores, operaciones de
implicación recíproca, disyunciones.
Hacia los 11 o 12 años el niño llega a la etapa de pensamiento operacional formal, en la que el niño
ha alcanzado una comprensión plenamente operativa de las nociones de medida. El niño es capaz de
medir áreas y volúmenes mediante cálculos basados en las dimensiones lineales, pero Piaget sostiene
que las nociones de medida no podrán llegar a ser plenamente operativas en tanto no se hayan
desarrollado los conceptos de infinitud y de continuo.