LA CONDUCTA DEL BUEN ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD Final

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SEDE DAVID

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

CURSO PROPEDEUTICO

Profesor: JOSÉ A. CANDANEDO M.

TEMA:
“LA CONDUCTA DEL BUEN ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD”

ESTUDIANTES:
DAISY DEL CARMEN QUIROZ SUIRA
Cédula: 4-276-594
KATHIA L. SANTAMARIA V.
Cédula 4-754-2484

GRUPO:
DER #4-23
(DEL 10 DE MAYO AL 31 DE MAYO)

FECHA DE ENTREGA:
24 DE MAYO DE 2023.

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ÍNDICE

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INTRODUCCIÓN

El Derecho es la fuerza que coordina las actividades sociales del hombre; es la


síntesis de todas las incontables energías de la sociedad, porque todas ellas se
destruirían mutuamente y matarían el organismo social, si el Derecho, como
fuerza soberana, no interviniera conciliando, en una suprema síntesis de equilibrio,
todas esas corrientes impetuosas de la vida humana, de la vida material y
económica, de la vida intelectual, de la vida artística, de la vida moral, de la vida
religiosa. Si el Derecho desapareciera, la humanidad solo duraría el tiempo
necesario para su propia destrucción.

El abogado debe ser activo defensor de los Derechos Humanos y propulsor del
principio del Imperio de la Ley, como base necesaria para el logro y preservación
de una sociedad libre y justa.

El abogado debe tener clara conciencia de que el ejercicio de su profesión se le


reserva en interés público y que, por ello, más que un privilegio, constituye una
función de profundo sentido social.

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OBJETIVO GENERAL

1- LEER Y ANALIZAR CUIDADOSAMENTE EL CÓDIGO DE ÉTICA


PROFESIONAL DEL ABOGADO, DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ.

OBJETIVO ESPECÍFICO:
1- Definir el concepto de Abogado y deontología jurídica en el desempeño de
la profesión.
2- Comparar El Código de Ética Profesional del Abogado de Panamá con el
de Colombia y señalar si existe similitud o diferencias.
3- Mencionar brevemente la importancia del Abogado en los Derechos
Humanos y la sociedad.

ALCANCES:
La conducta del Buen Abogado debe coadyuvar en la lucha contra la corrupción
en compromiso conjunto con los jueces y demás empleados judiciales, lo que es
fundamental para dignificar la profesión como un aporte en el camino hacia un
verdadero Estado social y de Derecho.

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GLOSARIO

1. Abogado:
2. Defensor:
3. ética profesional:
4. lógica:
5. respeto:
6. a priori:
7. conducta:
8. dignidad:
9. honor:
10. decoro:
11. negligencia:
12. principios morales:
13. corrupción:
14. honestidad:
15. integridad:
16. justicia:
17. legalidad:
18. cliente:
19. deontologia juridica:
20. conciencia:
21. disciplina:
22. libertad:
23. conducta:
24. sentido común:
25. política:

5
26. valores:
27. seguridad jurídica:
28. gobernantes:
29. eficacia:
30. tolerancia:

LA CONDUCTA DEL BUEN ABOGADO ANTE LA SOCIEDAD

Uno de los retos a los que se enfrentan los abogados como defensores de la
justicia, es el que resulta del marco normativo al que deben estar sometidos y por
el que se apuesta desde la ética profesional. Cuando hacemos referencia a una

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conducta ética dentro del ámbito jurídico, nos referimos al comportamiento lógico y
exigible que deben respetar los abogados como profesionales al servicio de la
Administración Pública de Justicia.

Es importante señalar que la ética y la moral privada del abogado no resultan


automáticamente exigibles en el ámbito profesional, por tanto, las medidas que
garanticen su ejercicio profesional con un mínimo de respeto en todo caso, a los
valores superiores que asisten a la so
dad que recibe la acción del mismo. No garantiza a priori, una conducta eficiente.

La figura del abogado, en este sentido, juega uno de los papeles más importantes
en el escenario jurídico, puesto que garantiza la información, actúa como asesor,
representa el derecho de defensa, entre otros. Por tanto, el abogado no se puede
concebir tan solo, como un representante del justiciable, sino que también como
un auxiliar del sistema jurídico, que tiene como objetivo el buen funcionamiento de
la Administración de justicia, y que por ende deberá aplicar valores de ética, moral
y respeto tanto en su vida profesional como en lo personal.

De acuerdo al Código de Ética y Responsabilidad Profesional del Abogado de la


República de Panamá señala que: Sobre el ejercicio profesional. El abogado
debe actuar con irreprochable dignidad, en el ejercicio de la profesión. El
abogado debe cuidar con todo esmero de su honor, eludiendo cuanto pueda
afectar su independencia económica, comprometer su decoro o disminuir la
consideración general que debe siempre merecer. El abogado deberá
abstenerse de ofrecer dádivas a los funcionarios, y, especialmente, en pro
de la defensa del decoro; no habrá regalo de naturaleza alguna a los
miembros del Órgano Judicial ni del Ministerio Público, tenga o no en sus
respectivos despachos negocios en tramitación. El abogado debe respetar y
cumplir las disposiciones legales que establecen las incompatibilidades para
ejercer la profesión y abstenerse de desempeñar cargos y ocupaciones
incompatibles con el espíritu de las mismas. El abogado debe reconocer su

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responsabilidad cuando resultare de negligencia, error inexcusable o dolo,
allanándose a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados.

En este sentido la profesión de la abogacía se fundamenta en la deontología


jurídica, que conforma el conjunto de reglas y principios que rigen determinadas
conductas del profesional, y remiten directamente al deber ser de cada profesión,
a normas y valores del quehacer laboral que tiene significado en la medida en que
son dirigidas

La ciencia jurídica le impone al profesional del Derecho el deber de conocer la


materia en la que se desempeña y de aplicarla conforme a esos conocimientos
teniendo como base los principios morales y deontológico. Por una parte, se
estudia y se aprende; por otra, la conciencia se forma, se educa, por tanto, se
espera del individuo, en este caso el abogado, una actuación conforme a una ética
que refleja un nivel de conocimientos sobre el derecho y una auto responsabilidad
en cada uno de sus actos.

Tanto la ciencia como la conciencia del abogado pueden facilitar la actuación


correcta del mismo, cumpliendo con la legalidad. Cuando los abogados actúan con
conocimiento y apego a las normas jurídicas, de antemano se está imponiendo a
la justicia la posibilidad de ser justo y legal.

La conducta del abogado ante la sociedad jurídica comprende comportarse


adecuadamente en sus relaciones sociales y humanas, ya que constituye en sí
mismo un freno a la corrupción. Contrario es lo que representa un profesional en
derecho que estimula, a través de diversos medios y vías, al soborno de los
funcionarios, y va provocando el contagio en el ámbito judicial, desde pequeñas
faltas hacia los graves hechos de corrupción.

La honestidad, integridad y justicia están contemplados como tales dentro los


principios internacionales de conducta para la profesión jurídica. "El abogado

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deberá mantener en todo momento los estándares más altos de honestidad,
integridad y justicia hacia los clientes, los tribunales, colegas y todos aquellos con
quienes el abogado entre en contacto profesional. Dentro de la buena reputación
del abogado está el mantener una conducta que ofrezca certeza al usuario de su
comportamiento ético y de que actúa alejado del ejercicio de cualquier influencia
sobre autoridades, como policías, fiscales, jueces o peritos, y que no es capaz de
usar a los políticos como intermediarios para conseguir los fines que se pretenden
con el proceso.

CONCEPTO DE ABOGADO
Definición Técnica
Un abogado es una persona que se encarga de defender jurídicamente a otra en
un juicio teniendo en cuenta los intereses del cliente. Se compromete a prestar
diligentemente y con eficacia sus servicios profesionales.

Un abogado es una persona formada en derecho por una carrera universitaria y


preparado para poder defender en todos los ámbitos jurídicos a una persona que
requiera sus servicios.

El abogado está preparado para defender en las jurisdicciones sociales,


administrativas, penales, civiles y mercantiles, aunque puede especializarse en
una sola y ser experto en dicha jurisdicción. Además, también puede asesorar en
diferentes ámbitos a su cliente sin llegar a una defensa técnica en juicio, a la vez
que participar en acuerdos extrajudiciales que quiere alcanzar su cliente.

Para entender mejor la misión social del Abogado es oportuno recordar la función
que se le asignó en la época de auge del Derecho y/o del Imperio Romano cuando
se adoptó la terminología de Jurisconsulto, que era aquel Abogado destacado
dentro de la sociedad que como profundo y especializado conocedor del Derecho,
era a quien se consultaba los más importantes asuntos de interés de la sociedad
de aquel entonces y su versada opinión era considerada como un criterio

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irrefutable e inapelable que debía ser respetado por todos, por eso en los textos
de la Historia del Derecho se sostiene que la opinión de un Jurisconsulto en
aquella época tenía la fuerza de una sentencia o cosa juzgada.

DEONTOLOGÍA JURÍDICA
La Deontología Jurídica comprende las reglas del deber y, como tal, tiene la
misión de regular el proceder correcto y apropiado del abogado en su ejercicio
profesional. Esta función la realiza desde el ámbito de los llamados Códigos
Deontológicos que regulan toda la actividad de la Abogacía, los que a su vez se
nutren, indiscutiblemente, de la Moral y la Ética. La deontología no es más que la
ética profesional aplicada, donde sus contenidos normativos son de acatamiento
obligatorio para todos los abogados a los cuales se dirigen. Existen muchos
principios rectores de la Deontología Profesional, entre los más importantes
encontramos la justicia, la independencia profesional, la libertad profesional, la
ciencia y conciencia, así como la probidad profesional. Estos principios brindan
contenido y vigencia práctica a la Deontología Jurídica, desde su eminente
carácter preventivo, el cual algunas veces se muestra vulnerado por actuaciones
indebidas de los abogados y surge, irremediablemente, la posibilidad extrema de
imponer sanciones disciplinarias a éstos.

La deontología jurídica (deberes morales del abogado), considera como la


principal obligación moral del jurista, en cualquiera de sus facetas, tener el
conocimiento y la capacidad para ejercerla, para ello es indispensable tener “un
buen conocimiento de la ley, de la jurisprudencia y de la práctica de los tribunales”
a lo cual añadiremos, el deber de actualizarse constantemente en los aspectos
doctrinales. (Marta Silvia Moreno. La Deontología Jurídica.2001, pag. 4).

En la actualidad, el código deontológico o código ético es el conjunto de normas y


principios morales que rigen el ejercicio de una profesión determinada. Estos son
normalmente fomentados por los cuerpos colegiados profesionales, quienes tienen
la potestad para retirar su licencia profesional a quien los incumpla.

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La deontología jurídica vela por el comportamiento ético del abogado a la hora de
acusar o defender, pero también por el comportamiento de jueces y otros
servidores públicos de la justicia, encargados de mantener el proceso lo más
limpio, objetivo y digno posible.

DESENVOLVIMIENTO DEL BUEN ABOGADO


Es competencia del abogado en el desenvolvimiento de sus funciones analizar o
atender a una persona, el abogado puede decidir a su exclusiva responsabilidad si
atiende o no el caso sometido a su consideración. En muchas oportunidades, el
abogado conoce que el litigio que se propone ante él, no tiene ninguna posibilidad
legal de terminar con éxito, y en tal sentido, debe darlo a conocer al consultante,
pues al abogado le está autorizado no intervenir en el conflicto, y así informarle al
cliente.

El abogado también puede seguir el caso si es de interés de su cliente, previa


comunicación de las pocas posibilidades de ganar el pleito. Eso también significa
actuar con libertad y sobre todo con honestidad; lo que sí le está vedado al
abogado es actuar consciente de que el caso no tiene posibilidades legales de
éxito, pero intentaría ganarlo por medio del soborno o artimañas que conduzcan al
error judicial; conductas que se han dado actualmente razón por lo cual la
profesión del abogado se ha visto notablemente afectada tanto a nivel nacional
como internacional debilitando el sistema jurídico.

La abogacía también debe perseguir la justicia, un valor muy superior incluso a la


ley, pues cuando entran en conflicto la legalidad y la justicia misma, el profesional
justo debe optar por ello y no por distorsionar el sentido de la justicia. La ley es un
medio de realización de la justicia, pero cuando la primera no le sirve a la segunda
por determinadas situaciones, como la falta de actualidad, o lo inusual del caso
presentado, debe escogerse por la variante que más se avenga a lo justo.

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Lo ideal sería que lo justo y lo legal coincidieran, pues las leyes deben responder
al sentido de lo correcto y lo justamente necesario. El abogado posee las armas
para demandar la aplicación de la justicia.

 Independientemente del conocimiento de leyes que posee el abogado, el sentido


de la justicia no es algo que se pueda enseñar con los códigos, el sentido de lo
justo y lo injusto conforma el saber común de la gente. Aunque la doctrina y la
jurisprudencia se han dedicado a definir conceptualmente la justicia desde los
tiempos remotos, el hombre común con un saber básico puede decidir qué es lo
justo o aquello que no lo es, y el abogado, más que el resto de los ciudadanos,
debe tener una noción clara de la justicia, y luchar por ella.

La libertad y la justicia son valores muy importantes que la sociedad reclama en


sentido general, pero adquieren mayor relevancia para aquellos que intervienen en
los procesos judiciales, porque sólo es posible ser libre cuando se tiene cultura,
conocimiento, y cuando la persona actúa con plena conciencia y dominio de lo que
debe ser el resultado del buen profesional.

Principios importantes del Abogado Dignidad y Decoro

Estos principios van dirigidos a conservar la buena conducta o reputación


profesional y personal del abogado. La dignidad se define como la actuación
basada en el autorrespeto, calidad profesional e individual del abogado que
pudiera definirlo como una persona de bien. La persona, que como atributo posee
la dignidad, es capaz de respetarse a sí misma y a los demás, al tiempo que
puede hacer valer su condición como profesional.

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Este valor intenta proteger la lealtad y prohíbe el acaparamiento de clientes por
medios ilícitos, fanfarroneo, simulaciones, utilización de declaraciones de testigos
manipulados por él, o por haber ejercido presión o coacción sobre ellos. Todo ello
indica un deterioro moral que termina degradando al abogado.

Además de ser digno como persona, debe mostrar respeto y consideración por su
profesión, de modo que ese respeto exige que ni por sí mismo, ni por su cliente, ni
por terceros debe el abogado dedicarse a ejercer influencias sobre las personas,
ya sean testigos para que declaren lo que no ocurrió, o aportar documentos a
sabiendas de que son falsos o usar ardides para modificar el sentido de la justicia.

El abogado obra como instrumento puesto al servicio de la justicia para lograr la


paz social y el bien común. Si bien es cierto que la formación académica y la
técnica jurídica son importantes, estas no deben ser incompatibles con la moral
del abogado.
"Un abogado sin moral desnaturaliza totalmente su profesión y se convierte en un
arma nociva y peligrosa para la sociedad". De Pina (1941, p. 48).

El Abogado como Defensor de los Problemas Sociales.

La misión social del abogado es tan noble, en su concepción doctrinaria, que lo


convierten en un asistente o asesor de aquellas personas que estando limitadas
por desconocimiento de sus derechos o por limitaciones económicas necesitan ser
o estar asistidas por un jurista, conocedor de la ley, aquello explica el que la propia
ley da la posibilidad de nombrar los llamados Defensores de Oficio para que
quienes cuentan por cualquier circunstancia con un abogado que los patrocine o
defienda en asuntos litigiosos que podrían afectar sus derechos o intereses, nunca
dejen de tener asesoría y ayuda jurídica que evite colocarlos en desventaja frente

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a su contradictor, existe igualmente el caso de los llamados Defensores de Pobres
que tradicionalmente han permitido tener una asesoría legal en casos o procesos
judiciales, en que la persona por su precaria situación económica no estuviese en
capacidad de contratar por sus propios medios a un profesional de la abogacía.

El Abogado y la política

De precisar lo que la política es, todos sabemos a qué nos estamos refiriendo:
Tener militancia en un partido político, servirlo, defender sus ideales, vocearlos,
tener una actitud critica frente a un régimen determinado o, por el contrario,
defenderlo en forma leal y coherente, es indudable que es todo un repertorio de
actitudes que son políticas y no pueden ser calificadas de otra manera. Con el
propósito de presión y de actuar sobre el Estado, con el fin de que éste, que es el
más alto organismo de cooperación social, se incline en el sentido que el
pensamiento de quién actúa en política estima como el mejor especialmente al
abogado.
Hay una fuerte proporción de abogados que tienen una definición política y que
buscan una actuación permanente en ella.
Azorin, en el libro de los oradores hace un elogio al abogado y la política dice:
“que mientras mas abogado es, mientras mas adentrado esté en el foro, mientras
más sincero y profesionalmente abogado sea, mejores condiciones tiene para el
ejercicio político”.

¿Qué debe hacer el abogado en la política?


La política es una realidad con blanco y negro. Una realidad que nos muestra
virtudes y vicios; la obligación del abogado, cuando en política actúa, es buscar les
caminos de perfección de la política. Hacer de la política algo que estuviera mas
cerca de lo que nosotros quisiéramos que la política fuera.
El abogado para lograr encaminar la política en la perfección a mi criterio debe
acudir a una severa selección de valores, acercarse al deber ser es procurar que

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a una realidad dada, a una realidad existente, que estamos mirando, sufriendo o
criticando, se le vayan agregando valores que signifiquen su purificación.

Los valores convertirán la política de despreciable, en un ser respetable y digno


de toda exaltación.
Yo creo que ante cualquier situación los abogados debemos preocuparnos por la
seguridad jurídica, qué es un valor la cual debemos forzar al estado y
gobernantes a respetar, sin un estado de derecho el abogado pierde la
respetabilidad, pierde eficacia y un poco de dignidad.
La justicia entendida en todas sus manifestaciones: La distribución de la riqueza,
como en lo de la organización laboral, como en lo de la capacidad de acceso a las
fuentes de la cultura.
En todo eso ha de imperar la justicia tutelada por el Estado y, cualquiera que sea
la ascendencia filosófica que un abogado profese, cualquiera que sea el partido a
que pertenezca, ha de procurar que, junto con el primero de los valores que he
nombrado, junto con la seguridad jurídica, inspire al Estado a que él orienta con su
palabra, con su acción y con su requisitoria, este otro valor de tanta trascendencia
social, tan indispensable para el mantenimiento de las comunidades, como es el
de la justicia.
También hemos de preocupamos por la libertad.

La libertad que nosotros defendemos es la libertad de actuar dentro de lo que ese


orden jurídico que aspiramos a instaurar se haya inspirado en valores que se
correspondan y que justifiquen el paso de un abogado por los campos de la
Política.
La tolerancia es también un valor sin el cual es imposible entenderse en una
comunidad humana.
Por grave que sea una crisis nacional; por hondas que sean las diferencias que
ella suscite entre los que viven dentro del territorio de un país; por odiosas que
sean las diferencias que ella haya promovido; por insalvables que parezcan las
distancias, con un espirito sano, claro y definido de tolerancia,

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todo tiene encuentro, todo conduce a una convergencia. Hay instantes en que la
tolerancia, más que una virtud, pasa a ser una obligación.

Creo que esto es, más o menos, lo que el abogado está llamado hacer en el
campo de la política. Eso porque, si analizamos los otros valores, es indudable
que estos que he mencionado son los que deben requerir de manera principal e
inmediata nuestra atención y nuestra adhesión.

En el ejercicio mismo de nuestra profesión, la libertad, tolerancia, comprensión


que quisiéramos imponer actuando en política al Estado, son también
absolutamente necesarios.

EL ABOGADO Y LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA


Según el código de ética del abogado en Panamá, artículo 1 el abogado debe
mantener para con los funcionarios judiciales del Ministerio Público y del Orden
Administrativo una conducta respetuosa y de colaboración. Siempre que haya
motivo de queja fundada contra un funcionario de la Administración de Justicia es
derecho y deber del abogado presentar su reclamo ante las autoridades….
El abogado debe oponerse a la utilizar influencias y se abstendrá de dilatar y
entorpecer los procesos, no debe presentar pruebas falsas o amañadas. El
abogado debe ser honrado y actuar en buena fe, no ha de aconsejar, tolerar o
valerse de actos fraudulentos sin fundamentos real, afirmar o negar con falsedad.

El código de ética en su artículo 34 nos menciona que falta a la ética el abogado


que:
a. Estorbe la buena y expedita administración de justicia, aconseje la comisión de
actos
fraudulentos;
b. Demore maliciosamente la iniciación o prosecución de las gestiones que le
fueren
encomendadas;

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c. Al hacerse cargo de la causa de un cliente, le aconseje la iniciación de un pleito
evidentemente temerario,
d. Retenga dinero, bienes o documentos suministrados en relación con las
gestiones
realizadas;
e. Utilice para beneficio personal los dineros aportados por su cliente;
f. No rinda a su cliente las cuentas de la gestión o manejo de bienes;
g. Divulgue, violando el secreto profesional, cualquier confidencia que su cliente o
terceros le hagan, salvo que ello sea autorizado por éste o aquél o que lo haga
con mira directa a su propia defensa;
h. Solicite o reciba compensación, comisión, descuento y otras ventajas de
terceras personas en una causa, sin el consentimiento de su cliente;
i. Personalmente o por interpuesta persona, patrocine o represente, a quienes
tengan
intereses contrapuestos en el mismo caso;
j. Maltrate de hecho o de palabra o amenace a un testigo o perito;
k. Incluya o permita que se incluya en una sociedad de la cual forma parte, para el
ejercicio de la abogacía, el nombre de una persona no autorizada para ejercer la
profesión;
l. Permita que sus servicios profesionales sean controlados o explotados por
alguna persona natural o jurídica;
m. Negocie directamente con la contraparte, sin la intervención del abogado de
ésta;
n. Permita que persona natural o jurídica no idónea, utilice su nombre o servicios
profesionales para ejercer la abogacía;
o. Al entrevistar a los testigos le induzca a desviarse de la verdad;
p. En sus gestiones ante funcionarios públicos los ofenda;
q. Ejerza influencia sobre los juzgadores o Representantes del Ministerio Público
valiéndose de su posición social, política o económica, o se jactare públicamente
de ello;

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r. Antes de aceptar el poder, no revele, al cliente cualquier interés que tenga en la
controversia, si el mismo puede influir en el ánimo de éste para no conferirle el
poder;
s. Descubra algún fraude o engaño que afecte al Tribunal o una de las partes sin
rectificarlo o tratar de rectificarlo;
t. Directa o por interpuesta persona realice gestiones encaminadas a desplazar o
sustituir a un colega en un asunto profesional del que éste se haya encargado, u
ofrezca sus servicios por un precio menor para que se le confiera poder o
encargue de la gestión;
u. Propicie la elusión o retardo del pago de honorarios debidos a un colega;
v. Por cualquier medio de comunicación social publique o haga declaraciones en
relación con litigios pendientes o futuros;
w. Se anuncie por medios publicitarios en términos que no armonicen con la
sobriedad de la profesión, dirección cargos desempeñados o afirme tener una
especialización sin que la
misma esté respaldada con un título o grado universitario;
x. Haya representado a un cliente conjuntamente con otros abogados, y no haga
una justa
distribución de honorarios y costas;
y. Profiera expresiones o aluda a antecedentes personales, ideológicos, políticos o
de
cualquier naturaleza contra otro colega;
z. Tenga cualesquiera de las actuaciones citadas en el numeral anterior contra un
funcionarios del Órgano Judicial, del Ministerio Público o de cualquier otra entidad

EL ABOGADO Y EL CLIENTE
La relación entre el abogado y el cliente se basa en la confianza, se exige al
abogado una conducta eficiente, integra, leal y diligente, debe el abogado
defender los intereses de su cliente.
El secreto profesional o la confidencialidad, incluye las propuestas y todos los
documentos de los que el abogado tenga constancia, esto permanece aún el caso

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haya finalizado. Salvo expresa autorización del cliente, tampoco puede mostrar a
los tribunales ni a su cliente las notas que reciba o comunicaciones de el abogado
contrario.
Los conflictos de interés, cuando surjan discrepancias con el cliente, el abogado
puede cesar su intervención. Y antes de firmar el poder debe revelar al cliente las
circunstancias que existen en relación.
El abogado debe ser honesto al momento de aceptar un caso, debe considerarse
competente para dirigirlo.
La transparencia de las partes tanto de abogado y cliente son claves para sacar
un caso adelante, también este valor es de importancia al momento de cobrar los
honorarios, en los que ambas partes deben estar de acuerdo desde el principio y
ademas se debe tomar en cuenta el código de ética y de competencia desleal.
El abogado debe ser puntual al llevar a cabo las diligencias y debe obtener
conocimiento integral de la causa del cliente para poder aconsejarlo, además, su
opinion debe ser franca y el resultado posible del litigio y debe usar todos sus
conocimientos en la defensa de quien este representando. En caso de renuncia
por parte del abogado debe ser con tiempo razonable.
El abogado debe defender su honor y decoro y no debe actuar de forma inmoral.

Evolución Histórica
En la evolución de la abogacía es decir del abogar, hablar o interceder por alguien,
existe acuñada en el campo del Derecho la expresión "Abogado del Diablo" que es
aplicable a aquella persona que sin ser entendida en el Derecho o siendo
conocedor del mismo lo utiliza para convertirse en un necesario u oficioso, según
el caso, cuestionador de asuntos que requieren el conocimiento honesto y sabio
del abogado probo y docto, convirtiéndose en un emisor, que justamente haciendo
abstracción de lo que conviene a una de las partes, emite opiniones que buscan
contribuir a encontrar el justo medio o el fiel de la balanza para que lo que se
resuelva sea lo adecuado y justo, aunque hay quienes abrogándose esta postura
no buscan superar problemas o conflictos sino que los atizan con el fuego de su
retórica infundada y perniciosa para confundir a las personas y a la sociedad,

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sembrando desconcierto y desasosiego, haciendo que el Derecho deje de estar al
servicio de lo bueno y colocarlo al servicio de lo negativo y malo, también el
término "Abogado del Diablo" se lo usa para que se den opiniones sin objetivos
concretos y sin meditar si aquellas opiniones son para bien o para mal de una
determinada causa, para una persona o para la propia comunidad.

Se hace referencia al término "Abogado del Diablo" no hay que olvidar que esta
expresión fue creada o nació para que sirviera de crítico de quienes procuraban
ser canonizados como santos y este "Abogado" era el encargado de encontrar o
rebuscar todos los defectos del aspirante a los altares, a efectos de evitar errores
en el escogimiento del nuevo santo y quien sea escogido realmente exhiba una
vida pura y nítida. En definitiva, el Abogado no está destinado para ser un
promotor de litigios, su rol es el de asistir con sus conocimientos a todos los
sectores sociales y sobre todo a los más vulnerables de la sociedad, a los
huérfanos de influencia, a quienes desconociendo o ignorado derechos necesitan
ayuda profesional, siendo en consecuencia un contribuyente de la paz y la –
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cklczp9,xdlkoarmonía social, es alguien que promueve la superación de conflictos
utilizando el único instrumento idóneo para superarlos: la ley, cuyas insustituibles
ventajas quedan demostradas cuando aún en el imperio de gobiernos dictatoriales
que obran al margen de la ley, no dejan de declarar la vigencia de una norma
constitucional de carácter jurídico poniendo a salvo en la absorción por la fuerza
del poder, de que la misma no contravenga los intereses y afanes de la dictadura.

Sin embargo, hay que anotar que en una sociedad donde coexisten lo bueno y
malo del ser humano, existen los llamados "tinterillos" que son los que juegan a
desenvolverse como abogados con título o sin título, son los que utilizan la ley
para interpretarla a su manera, convirtiéndose en agentes de la confusión, de la
generación de problemas, de artificiosa controversia, pues justamente usan un
seudo conocimiento del Derecho para tratar de forzar con las peores prácticas la
solución de los problemas entre personas o de estas y la sociedad, aunque en el

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fondo siempre los agravan, se explica la lógica repulsa a este tipo de actitudes o a
esta especie de agentes de lo dañino y mal intencionado que la sociedad rechaza,
son los
que hacen que finalmente se afecte la imagen del Abogado, pues el tinterillo es
normalmente un mal conocedor del Derecho o un seudo profesional, un sujeto
inescrupuloso que se presenta como un profesional de la abogacía y utiliza su
ejercicio con fines torcidos, sin respetar los cánones del ejercicio de esta profesión
y verdadera misión social del Abogado.

El Ejercicio del Abogado ante los Derechos Humanos


Los que hacen posible que se protejan y se hagan efectivas las garantías
fundamentales que
históricamente ha conquistado el ser humano y que están consagradas específica
y detalladamente en la Declaración de los Derechos Humanos que inicialmente
son recogidos en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en el
preámbulo de la Constitución
de Virginia de 1776, que luego son difundidos universalmente en la Declaración de
los Derechos Humanos que incorporó en la Constitución de Francia la Asamblea
Legislativa Francesa en Octubre de 1789, órgano legislativo que se conformó a
raíz del triunfo de la Revolución Francesa en Julio de ese mismo año, siendo
aquella Declaración la que posteriormente sirvió como fundamento y antecedente
para la conformación de la Liga de Naciones en 1919, con la cual el mundo se
pone de acuerdo para la terminación de la Primera Guerra Mundial y sirve también
para la constitución de la Organización de las Naciones Unidas que se crea para
dar por finalizada la Segunda Guerra Mundial y tratar como en efecto lo ha
logrado, evitar o al menos disminuir futuras conflagraciones bélicas.

Es importante señalar que aquellas garantías fundamentales o derechos humanos


serían meras declaraciones o enunciados teóricos de no existir la gestión del
Abogado para que se respeten y podamos disfrutar de dichas garantías.

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La interrogante lógica: qué es lo que se protege a través de la promoción o
defensa de los derechos fundamentales de las personas; y la respuesta es que
son verdaderos bienes jurídicos y sociales que siendo intangibles por una
inexistencia material, protegen efectivamente valores que son inherentes a la
personalidad humana, que son los que le dan sentido a la vida, pues sin su pleno
ejercicio, simple y llanamente la vida humana no valdría nada, de tal manera
que no es exagerado afirmar que el Derecho es el que socialmente protege la
existencia de los seres humanos como ya lo referimos en líneas anteriores.

Lo antes afirmado explica por qué el Derecho a través de la ley tiene incorporado
implícitamente un poder coercitivo que le permite ser eficaz en su rol sancionador
contra quienes violan valores intrínsecos de la persona, por eso son los derechos
humanos los que impiden se atente contra la inviolabilidad de la vida, son los que
permiten que la persona no sea objeto de crueldades y torturas degradantes que
impliquen violencia física, sicológica, sexual y moral, son estas garantías
establecidas por la legislación de todos los países civilizados y democráticos del
mundo, las que nos permiten gozar de una igualdad ante la ley sin ningún tipo de
discriminación por cuestiones de lugar de nacimiento, edad, sexo, etnia, color,
idioma, religión, filiación política, posición económica, discapacidad o cualquier
otra diferencia, el Derecho es el que nos permite ser libres e impide la esclavitud y
el tráfico de seres humanos. Permite desarrollar libremente nuestra personalidad
sin otra restricción que
no sea la que establece la propia ley.

Con estas garantías podemos vivir en un ambiente sano, libre de contaminación,


ecológicamente equilibrado, son sus disposiciones las que nos facilitan y viabilizan
exigir el respeto a nuestra honra, a la buena reputación y a la intimidad personal y
familiar, es el Derecho el que nos permite la libertad de expresión u opinión, el que
nos garantiza tener libertad de conciencia y practicar la religión que sea de nuestra
simpatía, son esas garantías las que favorecen la inviolabilidad de las
comunicaciones y el secreto de nuestra correspondencia, son sus normas las que

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hacen posible nuestro derecho para transitar libremente por el territorio nacional y
entrar y salir del país, nos franquea el derecho a dirigir
quejas y peticiones a las autoridades con la única prohibición de no utilizar el
nombre del pueblo, son estas garantías las que nos permiten emprender en la
actividad económica que deseemos, trabajar en lo que sea de nuestro agrado,
realizar contratos con sujeción a la ley, asociarnos o reunirnos siempre que sea
con fines pacíficos, no ser obligados a revelar nuestras
convicciones políticas o religiosas, ser dueños de bienes o propiedades
lícitamente adquiridas, tener derecho a la seguridad jurídica y a una calidad de
vida que nos asegure salud, alimentación, educación, trabajo, recreación, vivienda
y otros servicios sociales, y en
especial nos garantiza el derecho al debido proceso, es decir, a ser juzgados por
jueces naturales y únicamente por acciones u omisiones que estén previamente
tipificadas en la ley, son las normas jurídicas las que nos permiten el derecho a la
defensa, en resumen, son garantías que hacen viable una vida digna y sin ningún
tipo de temores, coacciones o angustias, ese es el conjunto de atribuciones que
podemos disfrutar gracias a la vigencia del Derecho y al patrocinio pertinente y
asesoría que puedan prestar los Abogados, de ahí la importancia social de este
profesional y la natural atracción que entre los jóvenes y dentro de la sociedad
provoca el dedicarnos al estudio del Derecho y a la obtención del título de
Abogados.
Generalmente se piensa que un Abogado es un simple intermediario,
patrocinador, defensor e incluso un promotor de casos o situaciones litigiosas,
tomándose para tener este criterio, la actitud de quienes abusan o usan indebida e
incorrectamente el título y se dedican a impulsar
conflictos y no defienden los casos que asumen en base a la ley sino en base a
sus particulares criterios, o lo que es más grave a través de artimañas, lo cual está
muy lejos de acercarse a lo que debe ser la gestión de un jurisconsulto, aquellos
comportamientos son los que deforman y denigran la altísima y nobilísima
contribución social que puede entregar un abogado, olvidándonos que es el
Derecho y con él los abogados, los que hacen posible que se protejan y se hagan

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efectivas las garantías fundamentales que históricamente ha conquistado el ser
humano y que están consagradas específica y detalladamente en la Declaración
de los Derechos Humanos.

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CONCLUSION

El desempeño del abogado es sumamente importante y su cooperación es


fundamental en el desarrollo de la sociedad y la administración de justicia, toda
vez que el ejercicio de sus funciones pone en movimiento la resolución de los
conflictos que nacen dentro de la sociedad, he aquí donde de manera individual
cada abogado crea un perfil para ser descrito por la sociedad.
Para un abogado ser bien visto por la sociedad debe en primera instancia
defender los derechos humanos, ser confiable y discreto, especializarse en una
rama del derecho, debe usar el derecho para dar justicia en libertad, tener
tolerancia para poder resolver conflictos y los más importante es cuidar el estado
de derecho pero que pocos protegen.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

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- Abogado - Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org

- Código de Ética y Responsabilidad Profesional del


Abogadohttps://www.organojudicial.gob.pa. 2019/01.

- Deontología profesional, principios jurídicos y básicos de igualdad” (video)


en Universidad Rey Juan Carlos (España). Fuente:
https://concepto.de/deontologia/.

- SCIELO. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. por AA


Faggioli · 2021.

- Verbos para Objetivos Generales y Objetivos. Específicos


http://courseware.url.edu.gt .Facultades. verbos

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