Las Preciosas Promesas de Dios

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Las preciosas promesas de Dios

Como creyentes somos ricos.


Es muy triste darse cuenta de que muchos creyentes viven como mendigos espirituales a pesar de las grandes
riquezas que Dios les ha preparado. Gracias a sus “preciosas y grandísimas promesas”, Él nos ha dotado de todo
lo que necesitamos para vivir de la manera que le agrada (2 P 1.3, 4) Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las
cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido
de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;. Es preciso, entonces, que notemos que el término
“preciosas” describe cosas de mucho valor que merecen ser apreciadas, en tanto que “grandísimas” se refiera a
cosas espléndidas o notorias. Así que podemos definir las promesas del Señor empleando ambos términos,
debido a que Él es digno de nuestra profunda gratitud por habernos hecho objeto de sus mejores dones.
El día en que fuimos salvos, heredamos todas las promesas de Dios y recibimos todo lo que antes estaba fuera
de nuestro alcance. Sin embargo, para beneficiarnos de tales bendiciones, debemos buscarlas arduamente. Vivir
sin poder aprovechar lo que Dios tiene para nosotros es como ser millonario, y no desear hacer uso de las
riquezas.

Las promesas de Dios son un tesoro.


Este nos ha sido legado gratuitamente, es valiosísimo y Dios lo puso a nuestra disposición. Y si nos damos
cuenta de cuánto quiere bendecirnos al utilizarlo conforme a sus deseos, nos quedaremos sorprendidos. Por
ejemplo:
 El Señor nos permitió entrar en una relación privilegiada con Él (Ro 5.6-11) 6 Porque Cristo, cuando aún
éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que
alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros.9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos,
fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no solo
esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. . Al
creer en Cristo como nuestro Salvador, fuimos hechos hijos de Dios y pasamos a ser parte de su familia.
Esta es la base de nuestra herencia, pues todas las demás promesas son resultado de esa relación.
 Podemos ser limpios de todo pecado (1 Jn 1.9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.. Como hijos suyos, tenemos el privilegio de
buscarlo, confesarle nuestros pecados y ser perdonados a fin de desarrollar una relación más profunda
con Él, sin ningún impedimento.
 La presencia de Dios en nosotros jamás se interrumpe (He 13.5) Sean vuestras costumbres sin avaricia,
contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; . Cristo nos ha prometido que
nunca nos dejará ni nos desamparará, no importa por lo que estemos pasando.
 Contamos con la dirección del Espíritu Santo (Jn 14.16) Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre:. Antes de ascender al cielo, el Señor Jesús nos prometió que
enviaría al Espíritu Santo en su lugar. Ahora, Él habita en nuestro corazón y nos dirige en todo lo que
hacemos.
 Podemos confiar en el poder de Dios (Is 41.10) No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo
soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia . En medio de
nuestras debilidades y problemas, podemos depender del Rey del universo, pues su poder es ilimitado y
ha prometido fortalecernos.
 Dios mismo suplirá todas nuestras necesidades (Mt 6.31, 32) No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.. Él sabe justo lo que necesitamos y se ha comprometido
a suplirlo.
 Dios contesta nuestras oraciones (1 Jn 5.14, 15) Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos
alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos,
sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.. Si oramos conforme a su voluntad, Él nos contesta.
En efecto, la oración es el medio que tenemos a nuestro alcance para hacer efectivas sus promesas. Basta
con que le comuniquemos nuestras necesidades para que las satisfaga y nos bendiga.
 Dios desea darnos siempre lo mejor (Sal 84.11) Pues el Señor Dios es nuestro sol y nuestro escudo; él nos da
gracia y gloria. El Señor no negará ningún biena quienes hacen lo que es correcto.. Si vivimos de la manera que le
agrada, el Señor no retendrá sus bendiciones. Cada vez que tengamos una necesidad, Dios nos proveerá
de acuerdo a su voluntad.
 Dios sobrelleva nuestras cargas (Sal 68.19) Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios, El Dios de
nuestra salvación. Selah No hay razón para despertar cada mañana intranquilos debido a pruebas ni
congojas. Si depositamos nuestras preocupaciones en sus manos y creemos en sus promesas, Dios nos
dará razones para sentir gozo.
 Dios nos consuela en tiempos de dificultad (2 Co 1.3, 4) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones,
para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con
que nosotros somos consolados por Dios.. Sin importar el problema que enfrentemos, Dios conoce nuestro
sufrimiento y estará a nuestro lado para consolarnos y animarnos.

 Dios limita las pruebas y las tentaciones (1 Co 10.13) No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. No permitirá que seamos tentados más allá de
lo que podemos soportar. Cuando sintamos que no podemos resistir más, el Señor proveerá una vía de
escape para que perseveremos.
 Dios nos da sabiduría (Stg 1.5) Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.. Ante cualquier decisión nos da sabiduría para ver la vida
desde su perspectiva, si pedimos con fe y sin dudar. Pero el pecado puede impedir que nos acojamos a
su promesa si menospreciamos su importancia, actuamos con incertidumbre y tomamos decisiones
equivocadas.
 Dios le da descanso a nuestra alma (Mt 11.28, 29) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo
os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas;. Cuando nuestro corazón se siente cargado, Cristo nos da el descanso
físico y emocional que tanto necesitamos.
 Dios nos ofrece su paz (Fil 4.6, 7) Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús . Si llevamos nuestras ansiedades a Dios
en oración, Él nos da su paz y levanta una muralla impenetrable que nos separa de todas nuestras
preocupaciones.
 Dios promete que, incluso en la vejez, seremos fuertes y fructíferos (Sal 92.12-15) El justo florecerá
como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.13 Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios
florecerán.14 Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, 15 Para anunciar que Jehová mi fortaleza es
recto, Y que en él no hay injusticia. La jubilación puede ser una de las etapas espirituales más fructíferas de
la vida si permanecemos firmes y fieles al Señor.
 Dios nos concede las peticiones de nuestro corazón si nos deleitamos en Él (Sal 37.4) Deléitate
asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Esta promesa también incluye deleitarnos en
adorarlo, servirle y vivir para Él.
 Dios es nuestra ayuda en medio de los problemas (Sal 46.1-3) Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar; 3 Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su
braveza. Selah El Señor es nuestro refugio en tiempos de incertidumbres y peligros. Siempre está disponible
para ayudarnos, pues mora en nuestro corazón.
 Dios dirige nuestra vida (Sal 32.8) Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré
mis ojos. Nuestro Padre celestial conoce los peligros que enfrentaremos y, por tanto, ha prometido
enseñarnos el camino en que debemos andar.
 Dios nos sana en tiempos de enfermedad (Sal 103.1-3). Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser
su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.3 Él es quien perdona todas tus
iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
Puesto que Él nunca cambia, podemos buscarlo para ser sanados, como sucedía en tiempos bíblicos. Nuestro
Padre celestial lo hacía en aquellos tiempos, y hoy sigue dispuesto a hacerlo.
 Nada puede separarnos del amor de Dios (Ro 8.38, 39) Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la
vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. . Su amor incondicional
es una posesión que nada ni nadie podrá arrebatarnos.
 Dios nos asegura la salvación eterna (Jn 20.27-30) Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos;
y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.28 Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y
creyeron.. Cristo prometió vida eterna a todos sus seguidores, por lo que al morir, inmediatamente iremos
a estar con Él.
 Tenemos un hogar en el cielo (Jn 14.1-3) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En
la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis.. Antes de que el Señor Jesucristo muriera y resucitara, prometió a sus discípulos
que iría a preparar un lugar para ellos y un día regresaría para llevarlos a morar con Él.

REFLEXIÓN
 ¿Por qué será que con frecuencia nos olvidamos de las promesas que Dios nos ha hecho, a pesar de que
la Biblia nos enseña que nuestro Señor es fiel?
 ¿Cuál promesa, de las que Dios le ha hecho, ha atesorado usted en su corazón de manera especial?
 En medio de las dificultades que usted ha enfrentado, ¿cuáles son las promesas de la Biblia que más
consuelo y apoyo le han ofrecido?

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