Las 33 Estrategias de La Guerrera

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Parte I. Guerra Autodirigida.

1. Declara la guerra a tus enemigos: la estrategia de la polaridad.


Descubre quiénes son tus enemigos. Y, una vez que los identifiques, declárales la
guerra dentro de ti.

2. No des la guerra pasada. Deja atrás el pasado y los esquemas que utilizaste y
adáptate a lo que acontece en el presente. Sé flexible.

3. En la confusión de los hechos, no pierdas tu presencia de ánimo: la estrategia


del contrapeso. Conserva el equilibrio, por turbulentas que sean las circunstancias.
Entrénate exponiéndote a la adversidad.

4. Genera una sensación de urgencia y desesperación: la estrategia del campo


de la muerte. Si quieres conseguir lo tuyo, sí o sí, quema las naves (como Cortés).
Distánciate del pasado y ponte en una situación donde tengas que pelear como un
demonio para salir vivo.

Parte II. Guerra Organizacional (en Equipo)

5. Evita las trampas del pensamiento grupal: la estrategia de mando y control.


Al liderar un equipo, elige a personas de confianza. Dales autonomía, pero ten tú
el control. Produce una sensación de participación conjunta en la toma de
decisiones, pero evita la irracionalidad de las decisiones colectivas.

6. Segmenta tus fuerzas: la estrategia del caos controlado. Divide tus fuerzas en
grupos que operen de manera independiente. Ganarás en rapidez y adaptabilidad,
elementos críticos en la guerra.

7. Transforma tu guerra en una cruzada: estrategias para la moral. Involucra a


tu gente en una causa común. Procura que relacionen el éxito con la derrota de un
enemigo detestable.

Parte III. Guerra Defensiva


8. Elige cuidadosamente tus batallas: la estrategia de la economía perfecta.
Conoce tus límites y tus recursos, y no los derroches. A veces es preferible esperar
un mejor momento o buscar una vía lenta de ataque, menos desgastante.

9. Invierte las posiciones: la estrategia del contraataque. Deja que el enemigo


venga y estúdialo. Indúcelo a que te ataque para que se desgaste, incluso. Después
atacarás tú en una posición de mayor fuerza.

10. Crea una presencia amenazante: estrategias de disuasión. Repele al agresor


construyendo una imagen de ti de peligro imprevisible. Tu enemigo se retirará al
intuir que le saldrá caro meterse contigo.

11. Cambia espacio por tiempo: la estrategia de la inacción. Si lo ves


conveniente, retírate de la contienda para ganar tiempo, para recuperarte y estudiar
la jugada.

Parte IV. Guerra Ofensiva

12. Pierde batallas pero gana la guerra: la gran estrategia. Concéntrate en tu


meta última y planea cómo lograrla. Quizás pierdas o te convenga perder alguna
batalla menor, pero tú reirás el último.

13. Conoce a tu enemigo: la estrategia de la inteligencia. Métete en la mente de


tu enemigo. Una vez que entiendas cómo piensa y qué quiere, tendrás ventaja.

14. Aplasta la resistencia con celeridad y de improviso: la estrategia


del blitzkrieg (guerra relámpago). Pega primero. Pega fuerte cuando el enemigo no
lo espere. Eso lo desequilibrará y lo llevará a cometer errores.

15. Controla la dinámica: estrategias de forzamiento. En cualquier relación, las


partes implicadas se disputan el poder. Obsérvalo. Aprende a mover anímicamente
a la otra parte aprovechando sus vulnerabilidades para hacerte con el control.

16. Dales donde más les duele: la estrategia del centro de gravedad. Descubre qué
es lo que más aprecia y protege la otra parte. Ahí es donde debes atacar.
17. Derrótalos minuciosamente: la estrategia de divide y vencerás. Frente a
contratiempos, problemas o enemigos, examina las partes que componen el todo.
Y derrota cada parte, una por una.

18. Descubre y ataca el flanco débil de tu adversario: la estrategia de rotación.


No vayas de frente. Llama la atención del enemigo y ataca de lado, donde menos
lo espere. Desconciértalo.

19. Envuelve al enemigo: la estrategia de aniquilación. Presiónalo sin piedad.


Domina su atención. Vuelve impredecibles tus ataques para minar su fuerza.

20. Maniobra para debilitarlos: la estrategia de dejar madurar para segar.


Ahorrarás energías si, antes de entrar en batalla, encuentras la manera de debilitar
al enemigo. ¿Cómo? Créale dilemas en los que solo pueda elegir entre lo malo y
lo peor.

21. Negocia mientras avanzas: la estrategia de la guerra diplomática. Querrán


quitarte en la negociación lo que no pudieron conseguir en la batalla. Sé fuerte.
Sigue avanzando y presionando para que la otra parte acepte tus condiciones.

22. Aprende a terminar las cosas: la estrategia de salida. Necesitas saber cuándo
detenerte. Procura un buen final, que te deje en buena posición para el siguiente
capítulo de tu vida.

Parte V. Guerra no Convencional (Sucia)

23. Teje una mezcla inconsútil de realidad y ficción: estrategias de percepción


errónea. Nadie puede sobrevivir sin percibir qué ocurre a su alrededor. Dificulta
que tu enemigo sepa qué ocurre. Fabrica una “realidad” que cuadre con sus deseos
y confúndelo.

24. Adopta la línea menos esperada: la estrategia de lo ordinario-extraordinario.


Haz que se acostumbren a lo que haces. Después, sorpréndelos con algo
extraordinario.
25. Ocupa el trono moral: la estrategia virtuosa. Haz ver que la causa que tú
defiendes es más justa que la del enemigo. Si es él quien ha ocupado el trono,
podrías estudiar la posibilidad de jugar el papel de víctima.

26. Niégales blancos de ataque: la estrategia del vacío. Ataca de manera invisible,
elusiva, irritante y constante, sin prestar batalla frontal. Haz que los enemigos se
cansen de perseguirte.

27. Simula defender los intereses ajenos mientras promueves los tuyos: la
estrategia de la alianza. Defiende tu causa con una red de alianzas variable y
siembra disensión entre los aliados de tus enemigos.

28. Dales suficiente cuerda a tus rivales para que se ahorquen: la estrategia de
aventajar a los demás. Infunde dudas e inseguridades en tus rivales. Oblígalos a
pensar hasta obsesionarse y deja que se autodestruyan.

29. Muerde poco a poco: la estrategia del fait accompli. Para evitar sospechas,
gana terreno muy poquito a poco. Cuando se den cuenta, habrás llegado muy lejos.

30. Penetra su mente: estrategias de comunicación. Aprovecha los canales por los
que se informa el enemigo para sembrar pistas que le hagan llegar a las
conclusiones que tú quieres.

31. Destruye desde dentro: la estrategia del frente interno. No te opongas a


quienes tienen lo que tú quieres. Únete a ellos. Desde dentro, apodérate lentamente
de tu objetivo o espera el momento de dar el golpe perfecto.

32. Domina mientras simulas sumisión: la estrategia de la agresividad pasiva.


Que tu exterior sea dócil y amable. Aparenta debilidad e inocencia mientras haces
que todo gire a tu alrededor.

33. Siembra incertidumbre y pánico con actos de terror: la estrategia de la


reacción en cadena. Actos de terror, que siembren el caos y hagan que la víctima
caiga en una desesperación total.

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