El documento describe la historia de las políticas de regularización de tierras e informalidad urbana en Perú desde 1839 hasta la actualidad. Se divide el periodo en 4 etapas: 1) desde 1839 hasta 1940 se establecen las primeras políticas; 2) entre 1940 y 1961 se crea la Ley 13517 para integrar los sectores marginados; 3) de 1971 a 1980 se consideran los pueblos jóvenes parte de las estrategias de desarrollo; 4) desde 1980 es más difícil crear nuevos pueblos jóvenes debido a la falta de tierra y la
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El documento describe la historia de las políticas de regularización de tierras e informalidad urbana en Perú desde 1839 hasta la actualidad. Se divide el periodo en 4 etapas: 1) desde 1839 hasta 1940 se establecen las primeras políticas; 2) entre 1940 y 1961 se crea la Ley 13517 para integrar los sectores marginados; 3) de 1971 a 1980 se consideran los pueblos jóvenes parte de las estrategias de desarrollo; 4) desde 1980 es más difícil crear nuevos pueblos jóvenes debido a la falta de tierra y la
El documento describe la historia de las políticas de regularización de tierras e informalidad urbana en Perú desde 1839 hasta la actualidad. Se divide el periodo en 4 etapas: 1) desde 1839 hasta 1940 se establecen las primeras políticas; 2) entre 1940 y 1961 se crea la Ley 13517 para integrar los sectores marginados; 3) de 1971 a 1980 se consideran los pueblos jóvenes parte de las estrategias de desarrollo; 4) desde 1980 es más difícil crear nuevos pueblos jóvenes debido a la falta de tierra y la
El documento describe la historia de las políticas de regularización de tierras e informalidad urbana en Perú desde 1839 hasta la actualidad. Se divide el periodo en 4 etapas: 1) desde 1839 hasta 1940 se establecen las primeras políticas; 2) entre 1940 y 1961 se crea la Ley 13517 para integrar los sectores marginados; 3) de 1971 a 1980 se consideran los pueblos jóvenes parte de las estrategias de desarrollo; 4) desde 1980 es más difícil crear nuevos pueblos jóvenes debido a la falta de tierra y la
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Los cambios en la mirada sobre la producción
informal de la ciudad y las políticas de
regularización de la tenencia de la tierra.
En el caso Peruano, la regularización de tierras data
desde el año 1839, donde se usó por primera vez para regular la situación legal de un centro poblado menor en Sullana, otorgando derechos de propiedad a los moradores. Aunque un verdadero desarrollo en las políticas de tenencia de la tierra recién comienza en el año 1940; desde este punto se establecen 4 periodos de transición hasta el día hoy. En el primer periodo este fenómeno visible que ocupa las periferias a causa de crecimiento demográfico del país aún más notorio en la capital Lima, es denominado como BARRIADA, término que cambiara según los periodos. En dicho año el gobierno ya contaba con un programa de vivienda de interés social, pero esta no era accesible para la gente más pobre haciéndolo algo irónico y a la vez no podía cubrir la gran demanda existente. La barriada, barrio marginal o pueblo joven tiene una característica principal, que dicha zona es primero habitada y luego urbanizada; muchas veces en sectores propios del estado pero de muy bajo valor comercial como son los arenales, claramente no cuenta con ningún tipo de servicio. Para el año de 1961, se da un segundo periodo, marcado por la creación de la Ley 13517, que busca integrar a estos sectores marginados, siempre y cuando el estudio técnico arroje que estas tierras son aptas para el desarrollo urbano. Las barriadas estarían ahora sujetas a varios aspectos que acotaba la ley, para aquellas ya existentes iban a pasar por procesos de remodelación que consistía en adaptar el barrio marginal para la ejecución de los servicios como agua potable, alcantarillado, vías y fluido eléctrico. Así también una legalización que delimitaría el barrio marginal, otorgando un nombre o denominación, este permitiría que se establezca una situación jurídica para el propietario que se limitaría a la construcción de solo vivienda sin ánimo de lucro. Para los futuros Barrios se establecía un trabajo colectivo con los pobladores y no siga ocurriendo el mismo error de habitar y luego urbanizar, aprovechando una serie de planeamientos el estado buscaba reservar áreas para vivienda de tipo multifamiliar. Por ello las barriadas que fueron formándose después de la Ley 13517, se les conocida como “barriadas asistidas”, ya estas estaban localizadas en terrenos con mayor constructibilidad relativa, todo estos gracias a que el estado estaba tomando cartas en el asunto y sabía que este fenómeno aunque no era algo deseado era inevitable. El auge de estas políticas seguía vigente en la tercera etapa desde 1971 a 1980, donde ya estos pueblos jóvenes se consideraban como parte de estrategias globales de desarrollo y de movilización social y que para el Perú era una prioridad política seguir apoyando estas barriadas. Aun así existían barrios marginados con diferente origen, estaban aquellas que el estado era quien les otorgaba un terreno, una lotización y delimitación para cada familia. Y por otra parte estaban aquellas que eran formadas por los mismos pobladores, que ya en casos anteriores se veía que este método solo comenzaría a traer más problemas. A respuesta y en medida se seguir contrarrestando el fenómeno, el estado opta por el uso de “Bolsones”, solución que consistía en grandes extensiones de terrenos, para aquellos que buscaban un lote podían acudir a estos lugares, prohibiendo que se formen nuevos barrios en otros lugares. Para el año de 1971 con la fundación del Pueblo Joven Villa el Salvador y Huáscar, se logra captar una gran cantidad de familias pero no logra el objetivo principal que era evitar la ocupación indiscriminada del suelo. Había tanta demanda de pobladores en busca de un techo que rápidamente el espacio era ocupado, y claro cierto porcentaje aún se quedaba en la nada. Desde finales de la década de los ochenta el cuarto periodo, comienza una gran dificultad para la creación y desarrollo de nuevos pueblos jóvenes, políticas anteriores que habían dado solución en cierta medida, a las primeras barriadas ya no eran suficientes. Llego hasta el punto donde no había más terreno libre en las periferias inmediatas, y la gente como último recurso se establecía en zonas de difícil acceso y precarias condiciones de constructibilidad. Los gobiernos municipales y el gobierno nacional ya no podían atender a tan gran demanda existente. Si bien el país atravesaba por un gran problema económico y una hiperinflación, que años después se superaría; el fenómeno que quedo allí fue el desinterés y una apatía del estado hacia pueblo Peruano. Ya no se planeaban nuevas políticas, nuevas formas de confrontar estos problemas urbanos y en retrospectiva desde los años 40 hasta finales de los 80 el Perú intento hacer Urbanismo. Se tenía políticas y planes para la contingencia de las Barriadas Ciertas instituciones estaban encargadas de esas tareas, pero conforme los años pasaban la responsabilidad fue transferida en más de una ocasión a otros organismos. Pareciera que este hecho no tendría repercusiones, pero en si es un retroceso porque no hay continuidad, desde el año 1946 la tarea era ejercida por la Corporación Nacional de Vivienda; 20 años más tarde aparece el Instituto Nacional de Vivienda que en vez de apoyar con la difícil tarea de regularizar las tierra viene a competir en algunas funciones con la Corporación. Como se puede esperar un avance si hasta en los mismos organismos no había colaboración era totalmente contraproducente. A un par de años gracias a la Ley 13517 ambos entes se fusionan, formando la Junta nacional de la Vivienda, la cual no duro mucho y el año 68 da lugar al Ministerio de Vivienda; así con tantos cambios la inestabilidad era cada vez mayor, no había quien regule constantemente las políticas de regularización y cada cierto periodo se daba como un reinicio a la tarea, dificultando el cumplimiento de la ley. El ministerio de vivienda empezaba con buenos pasos con nuevos decretos, que incluían pautas como la eliminación del pago previo que tenía que realizar el habitante de la barriada, para la ejecución de obras de agua y desagüe. Punto bastante consciente considerando que las personas a penas y tenían ingresos para comer. Con esto se facilitaba la entrega de títulos de propiedad, y con tanta demanda aun allí a la espera, por el mismo decreto habilitan a las municipalidades para realizar el proceso de regularización que actualmente sigue funcionando conjuntamente con Cofopri (Organismo de Formalización de la Propiedad Informal), que se sumó el año 96. Con tantos títulos de propiedad, se pensaba que con ello sería suficiente para el mejoramiento de los barrios, todo esto basado en que con este documento cualquier persona podría acceder a préstamos bancarios, para montar algún negocio, aunque la realidad es distinta en el país si no demuestras capacidad de pago frente a entidad bancaria lamentablemente no estas calificado. Hasta el año 88 donde se dio un cambio en el régimen legal de tenencia de terrenos y viviendas dentro de las barriadas (DECRETO LEGISLATIVO 495), esto indicaría al poblador que desde ese momento podría hipotecar su vivienda a cambio de algún préstamo bancario, hecho que antes estaba prohibido porque se definía como viviendas sin ánimo de lucro, ahora podría vender, modificar y transferir los derechos de la vivienda. En estos años relatados, se puede dar a entender que las políticas aunque no perfectas, estaban en cierto desarrollo, se tenía un panorama aún prometedor, sin embargo como suceso que no se estuvo previsto el país pasó por la primera crisis económica y una hiperinflación, ocurrió un declive en los temas urbanos en todo el territorio dejando de lado las políticas regulatorias. Pero claro con el gran problema económico el estado tenía que dar prioridad a los asuntos de primera índole, a esto también se le sumo el terrorismo en el Perú, latente desde el año 80 y con permanencia de 20 años. Problema tras problema acosaba al gobierno Peruano, que no se le puede increpar de toda culpa del déficit actual de urbanismo en el País, la responsabilidad recae tanto en el estado, como en la población y hasta en los sucesos que nadie hubiera pensado que el país sufriría. Por un parte el estado y el Ministerio de Vivienda que desde ese declive quedaron como entes tímidos y conformistas hasta el día de hoy; se le suma el CAP (Colegio de Arquitectos del Perú), que en su labores esta de buscar y sugerir soluciones a los problemas Urbanísticos, sin embargo desde su fundación han brillado por su poca participación. Cerrados a nuevos parámetros que podrían ayudar al desarrollo de la ciudad, todo esto a ocasionado un gran desequilibrio en todo el territorio, por todas las ciudades importantes hay des equidad; personas que no tienen un techo, ni ingresos económicos y que el gobierno prácticamente se ha olvidado de ellos, es y siempre será necesario que las autoridades sean empáticas, que sienta las necesidades de aquel sector más precario, cosa que muy difícil ocurre ya que gobiernos tras gobiernos corruptos han estado vigentes. Y por la otra cara el habitante un modelo terco, irresponsable, que cree poder esquivar las escasas leyes de edificabilidad, para su beneficio propio, aunque en medida se entiende por qué invaden ilegalmente un espacio, muchos tienen hijos y la necesidad de sacar un techo por más escaso que sea, los tiene desesperados. Ambas cosas contribuyen a un sistema bastante irregular, cuando en contraste se debería se seguir aplicando aquella definición que párrafos atrás se mencionó, el de “barrios asistidos”. Poblador: Necesito un lugar donde pueda vivir. Estado: Yo te ayudo con un lugar pertinente, pero tú te mantendrás dentro de las leyes. Actualmente COFOPRI sigue entregando títulos de propiedad, y eso no indica ningún tipo de mejora en la calidad de vida. A la vez los gobiernos regionales, locales y hasta el mismo Ministerio de Vivienda no buscan nuevas alternativas para afrontar estos problemas, tanto en la capital como otras ciudades importantes, tienen un porcentaje significativo de población que ocupan zonas muy estrepitosas como las laderas de rio. Hablar hoy de temas urbanísticos como Plusvalías, Políticas urbanas, Reparcelación, etc. En el habitante genera ideas erróneas. Ej.: “Me quieren hurtar mi terreno” ¿Porque?, porque a raíz de toda esta ocupación ilegal surgió el problema de trafico de terrenos y su venta. Personas que se aprovechan de la necesidad de un suelo venden lotes con documentación falsa. Hay gran desinformación por ambas partes y esto con lleva a que no se haga nada por la ciudad, en cada periodo se seguirán formulando Planes Urbanos, Planes de acondicionamiento Territorial sin las bases para ponerlo en marcha. Es necesaria una reforma meramente para la ciudad, como síntesis los puntos más importantes son:
Educar tanto a la población y a las autoridades de
nuevos alcances urbanísticos.
Tener en consideración el marco legal de países
desarrollado en materia de políticas urbanas.
Estudio claro de que instrumentos de gestión
puede acoplarse al País. Por último el país como un organismo vivo y moldeable aún puede adaptarse a los cambios globales que se viene presentando, y recuperarse del déficit de la ciudad que lo aqueja, queda en manos del Gobierno y de la población ser más consciente.