El Azote Del Régimen Guanero

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En 1841 los diplomados extranjeros

informan a sus gobiernos del


descubrimiento del guano, una nueva
fuente de riqueza peruana.

Las islas guaneras pronto se


convirtieron en objeto de la
ambición de funcionarios, hombres
de negocios y acreedores.
En noviembre de 1840, Gamarra y su
ministro de Hacienda Castilla habían
otorgado el primer contrato monopólico
del guano al capitalista nativo Francisco
Quirós y a sus socios franceses Aquiles
Allier, Carlos Barroilhet y M. Dutey.
Dos tipos de intereses presionaban para que se
mantuviera este modelo básico de contrato: el de
corruptos funcionarios gubernamentales y el de
las casas comerciales que buscaban una ganancia
monopólica

Las inescrupulosas casas consignatarias del guano


incluían, en esta época, a Montané & Co.;
Cristóbal de Murrieta & Co.; Quirós, Allier & Co.,
y Puymerol, Poumarroux & Co.; y Federico
Barreda y Hno.
En el periodo 1842-1861, Antony Gibbs
& Sons y su filial en el Perú surgió como
el más importante consignatario guanero.
Castilla confiaba plenamente en él.

En 1846, el gobierno peruano ordenó a


su representante en Londres que
investigara las comisiones cobradas por
Gibbs y otros consignatarios, que se
pensaba eran indebidamente elevadas y
fraudulentas.
Echenique asumió el mando en 1851, se
hizo evidente que este había gastado
personalmente mucho más en ganar la
elección de lo que podía ganar como
presidente.

Según el diplomático estadounidense


J. Randolph Clay, los consignatarios
se aprovechaban de dichas
circunstancias para “asegurar la
influencia del nuevo presidente
mediante préstamos personales”
En 1853, Gibbs negoció en Lima la
prórroga de su contrato con el gobierno de
Echenique.

Esta casa también enfrentó imputaciones de


cobrar comisiones adicionales disfrazadas
en los costos de flete y de cargar
exageradamente las cuentas del gobierno.
Se diseñaron otros mecanismos dañinos y
engañosos, como la consolidación de la deuda
interna y la compensación dada a los dueños por
la manumisión de esclavos, para beneficiar unos
mezquinos intereses mediante los recursos
públicos del guano.

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