Dictamen Mijangos

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ANTECEDENTES

En la madrugada del 24 de abril de 1989, un asesinato a sangre fría


detuvo para siempre la calma de la ciudad de Querétaro, México.
Todas las pruebas apuntaban hacia ella. La sangre en la escena del
crimen y en sus ropas, así como en las armas que se usaron en contra
de los niños Castaños Mijangos, todo demostró que en la casa
marcada con el 408 de la calle Hacienda del Vegil, en esa madrugada
de terror, del 24 de abril de 1989, sólo había cuatro personas: Claudia
María, de 11 años, Ana Belén de 9, Alfredo de 6 y su madre, Claudia
Mijangos Arzac.

Claudia Mijangos Arzac nació en Mazatlán, Sinaloa (México) en 1956.


Su infancia y adolescencia fueron felices, no sufrió maltratos y tuvo
sus necesidades materiales y afectivas resueltas.

Claudia Mijangos en su infancia

Estudió la Carrera de Comercio. Cuando era una jovencita, fue elegida


Reina de Belleza en Mazatlán. Al morir sus padres, le dejaron una
cuantiosa herencia. Poco tiempo después se casó y se trasladó a vivir
a Querétaro con su esposo, Alfredo Castaños Gutiérrez, a la calle
Hacienda Vegil nº 408, Colonia Jardines de la Hacienda.

Se casa con un empleado bancario, ocho años mayor que ella.

De formación católica, Claudia Mijangos fue maestra de Catecismo,


Ética y Religión en el Colegio “Fray Luis de León”, donde estudiaban
sus tres hijos: Claudia María, de once años; Ana Belén, de nueve; y
Alfredo Antonio, de seis. Pero Claudia comenzó a mostrar fuertes
problemas psicológicos, a tal grado que el matrimonio pronto se volvió
insostenible. Ella y su esposo se divorciaron y Claudia se quedó con la
custodia de sus tres hijos. Siguió al frente de su tienda de ropa y
dando sus clases de religión, pero la gente que la rodeaba pronto notó
que los disturbios emocionales de aquella mujer se iban acentuando.

En la escuela donde sus hijos estudiaban, daba clases un joven


sacerdote, el padre Ramón. Claudia se obsesionó con él; muchos
afirmaban que eran amantes, aunque otros negaban tal versión. Él y
otro cura, el padre Rigoberto, hablaban constantemente con ella

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El reloj marcaba las 5 de la mañana del 24 de abril de 1989, cuando el
cuerpo de Alfredo Gutiérrez Mijangos, de

6 años de edad, fue despertado abruptamente por su madre, Claudia


Mijangos Arzac, quien sin compasión enterraba una y otra vez un
cuchillo.

El dolor que provocaba el arma blanca hizo gritar horrorosamente al


niño, lo que motivo que su hermana mayor, Claudia María, quien
dormía en la habitación contigua a la de su madre y en donde ocurría
el asesinato de su hermano menor, fuera a ver lo que ocurría; la
sorpresa fue ver a su madre acuchillando a su hermano de 6 años de
edad.

Claudia María, de 11 años, le gritó a su madre que no lo hiciera y que


dejara a su hermano. Mijangos, de 33 años de edad, no reaccionó y
observándola como a una enemiga, se lanzó contra ella y la persiguió
hasta las escaleras empujándola, agarrándola del cabello y
apuñalándola decenas de veces, hasta que Claudia María dejó de
defenderse.

Los gritos de auxilio de su hija mayor despertaron a los vecinos,


quienes sin sospechar lo que pasaba en la casa contigua, ignoraron
los alaridos de la hija mayor de Mijangos Arzac, y regresaron a los
brazos de Morfeo. Mijangos Arzac dejó el cuerpo de Claudia María
tirado en las escaleras de su casa, para dirigirse al cuarto de sus hijas
y continuar con su macabra obra. Le faltaba asesinar a sangre fría a
su hija Ana Belén de 9 años de edad. Sin piedad y contemplando a su
hija que con temor la observaba, la agarró del brazo y la empezó a
apuñalar una y otra vez hasta que también ella dejó de defenderse.

Los tres cuerpos de los niños fueron arrastrados hasta la habitación


principal para ser colocados uno sobre otro. Así, sus vidas expiraron.
El reporte del médico forense fue enfático: los niños murieron
desangrados. No conforme con el asesinar de sus tres hijos, Claudia
Mijangos Arzac durmió al lado de sus cuerpos inertes y espero el
amanecer.

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A las 9 de la mañana, Verónica Vázquez, una de sus amigas, fue a
visitarla. Tocó el timbre y no obtuvo respuesta alguna, pero sabía que
su amiga no saldría ese día, así que insistió. La respuesta tardó en
llegar y 5 minutos después, la escena empezó tétrica. La perilla de la
entrada de la casa de Mijangos Arzac daba vueltas como en una
película de terror, Vázquez esperaba ver a Claudia, pero no ocurrió
nada. La puerta sólo quedó entre abierta.

Asustada, Verónica entró para ver lo que pasaba y observó que


Mijangos Arzac se dirigía a las escaleras. Vázquez le habló, pero
Mijangos no le respondió. Insistiendo, Verónica le preguntaba
desesperada a su amiga que qué pasaba y fue entonces que Claudia
Mijangos Arzac, volteando lentamente, le dio la cara. Su bata de
dormir estaba totalmente cubierta de sangre, las muñecas de sus
manos estaban sangrando, sus pies se encontraban descalzos
Horrorizada, Verónica Vázquez salió de la casa y comenzó a gritar en
la calle pidiendo auxilio.

Los vecinos salieron para ver qué es lo que sucedía. La policía no


tardó en llegar al lugar de los hechos. Minutos después, dos policías
entraron a la casa de Claudia Mijangos Arzac para ver qué es lo que
ocurría. Al llegar a las escaleras observaron que se encontraban llenas
de sangre; así, los dos policías se dirigieron lentamente al primer
cuarto en donde observaron que la cama estaba destendida y sin
ningún ocupante. El segundo cuarto, que pertenecía a las hijas de
Claudia Mijangos Arzac, también se encontraban vacías y con las
camas desarregladas.

Al entrar a la tercera habitación, los policías no podían creer lo que


estaban viendo. La escena era de lo más brutal. Los tres niños
estaban apilados, uno tras otro, cubiertos de sangre y sobre la cama
de su mamá. Mijangos se encontraba semi sentada sobre su cama,
con la mirada perdida y bañada en sangre. Los policías le preguntaron
si había alguien más en la casa y la única respuesta que obtuvieron
fue un implacable silencio.

Minutos después, las ambulancias y los agentes del Ministerio Público


llegaron a la casa que perteneció al Gutiérrez Mijangos encontrando la

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misma escena tétrica y devastadora que encontraron los policías. Los
tres niños fueron llevados al SEMEFO, mientras que a Claudia
Mijangos Arzac la trasladaron al IMSS para ser atendida por las
heridas que tenía en sus manos y muñecas.

En su primera declaración, Mijangos Arzac aseguró no recordar nada,


mientras que su esposo consiguió uno de los mejores abogados de
Querétaro para que llevara el caso de su aún esposa. Los familiares y
amigos de Claudia no podían creer que ella fuera la autora de los
hechos ocurridos aquel 24 de abril y apoyaron moral y
económicamente a la infanticida

Para la segunda declaración, Mijangos Arzac aseguró que una voz le


ordenó matar a sus hijos. El proceso duró un año, tiempo en el cual
Claudia Mijangos llevó su proceso en el Penal de Mujeres del Estado
de Querétaro, para tiempo después ser trasladada a la Ciudad de
México en donde fue recluida en un hospital psiquiátrico donde
permaneció, dicen lo que saben, menos de un año para ser puesta en
libertad. ----------------------------------------------------------------------------------

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OPINIÓN DE LOS MÉDICOS.

La lesión cerebral de Claudia Mijangos Arzac, en vez de ser curable,


con el tiempo sufriría un deterioro progresivo, afirmó el perito, Doctor
en Psicología clínica y ahora Jefe del Archivo Histórico de Querétaro,
Alejandro Obregón Álvarez, quien recuerda este caso como uno de los
más impactantes de su carrera y de los más tristes.

Alejandro Obregón afirma que la psicopatía que padece Mijangos, aún


interna en el ala psiquiátrica del penal de Tepepan, en la ciudad de
México, donde DIARIO la redescubrió, no tiene remedio y es más
preocupante porque esta personalidad agresiva puede pasar como
una persona común y corriente ‘Muchos paranoides conviven con
nosotros y son personas que se quejan de todo, son inestables en su
trabajo, tienen dificultades familiares, difícilmente consiguen una
pareja o viven con esta pareja, se sienten agredidos por todos y por el
otro lado, su parte esquizoide, donde la persona se siente dentro de su
propio mundo, de su propia lógica, entonces estas personas pueden
andar caminando en la calle, pueden trabajar, pueden ser muy buenos
choferes, carniceros, meseros, muy buenos licenciados...hasta que
algo desencadena esa psicopatía–Martin Ortiz

Es una tragedia que una madre pueda llegar a ese grado de paranoia,
quien calificó a Claudia no como los clásicos criminales que están en
los CERESOS, que no tienen límites de moral.-

Ella sí tenía ese límite de moral, se comportaba como una persona


común y corriente, se confesaba, comulgaba, es decir, tenía una
relación social y familiar normal, pero por dentro, su psicopatía la
hacía ver un mundo diferente

Para el doctor en Psiquiatría clínica, mientras que con químicos podría


ser posible tratar su parte esquizoide, la paranoia y la falla emocional
que ésta ocasiona, no tiene remedio.

Ahora por ejemplo se está encontrando que posiblemente la


esquizofrenia sí sea curable, pero con sustancias químicas, porque es
una falla metabólica de la bioquímica del cerebro, pero la paranoia es
de origen psicogénico, difícil de curar, la depresión sí, la esquizofrenia

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posiblemente, pero la paranoia no y la de la señora Mijangos era una
personalidad esquizoparanoica.

Se pudo haber evitado el triple filicidio, si se hubiera puesto atención a


la conducta previa de Claudia Mijangos, pero también el día del crimen
si los vecinos hubieran actuado rápido cuando escucharon los gritos
de auxilio.De alguna manera los padres del colegio pudieron haber
hecho algo, la familia pudo haber hecho algo, el marido, las vecinas,
los vecinos de la casa donde sucedió esto muy temprano, ya en la
madrugada ya casi para ser hora de salir a trabajar, a las escuelas,
oyeron los gritos, la trifulca que estaba sucediendo con sus vecinos,
pudieron haber intervenido, es decir, en general la sociedad puede
prevenir esto, puede de alguna manera hacer algo cuando está
sucediendo, pero preferimos soslayar, voltear la cabeza y decir,
bueno, ese es su problema. Tres vidas sesgadas, tres vidas
inutilizadas, estos tres niños, eso es lo más triste del caso

Respuestas del Psiquiatra Martin Ortiz Reynoso, procedente del Edo


de Guerrero Psicólogo Agustín Palacios Castañera, egresado reciente,
experiencia de 1 año en consultorio particular.

El juez primero de la causa penal, Arturo González de Cosío condenó


a Claudia Mijangos Arzac a 30 años de internamiento, la pena máxima
en ese momento, por el crimen cometido en contra de sus tres hijos,
Claudia María, Ana Belén y Alfredo Antonio.

De ellos han transcurrido 20. Le restan 10. De acuerdo con las


autoridades del penal, al finalizar su condena, Mijangos podría salir
libre y entonces se evaluará la posibilidad de dejar que regrese a su
casa, trasladarla a un hospital psiquiátrico público en algún otro estado
o en su caso, que algún pariente quisiera hacerse cargo de ella y
entonces la tendría bajo custodia solamente.´´

Lo que sí, confirma el doctor Obregón, es que la enfermedad de


Claudia es incurable y al contrario, progresiva.

Usted cree ¿es posible rehacer una vida con ese padecimiento?

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El de esta señora era un diagnóstico muy pobre, por lo que
difícilmente podría rehacer su vida. Muy difícilmente

Bueno debemos recordar que estas personas cuya esquizofrenia fue


tardía, significa que debió de haber existido un detonante a este
comportamiento; sus alucinaciones fueron para ella tan reales como
para nosotros es nuestra vida, sin embardo debo de decir que he
tratado con pacientes que han terminado sus licenciaturas, tienen un
estilo de vida decente, por sus cuidados, terapias, medicamentos. No
creo que sea lo mejor el dejar a esta persona libre sin ningún tipo de
atención o patrullaje ya que es muy probable el empeoramiento de
esta.

``Hasta la fecha son confusos los elementos propiciatorios de la


tragedia, pero en los análisis más serios aparece siempre el “trastorno
mental orgánico”, determinado por el juez con apoyo en los hechos y
en los estudios de especialistas, entre ellos el doctor Alejandro E.
Obregón Álvarez, colaborador de PLAZA DE ARMAS.

Igualmente ha quedado acreditado el antecedente de la separación de


Claudia con su esposo Alfredo Castaños Gutiérrez –padre de las
víctimas– que la acusaba de estar loca por su supuesta relación con
un sacerdote llamado Ramón.

El día anterior al triple filicidio, los niños acudieron a una kermés con
su papá, quien al entregarlos por la noche tuvo una fuerte discusión
con Mijangos y la amenazó con quitárselos.

Consta en autos que después de ese incidente, Claudia cerró la casa


por dentro, dio la bendición a sus hijos, se quedó dormida y lo
siguiente que recuerda es que despertó en la mañana porque alguien
tocaba la puerta. Era su amiga Verónica, que al verla ensangrentada
salió corriendo y avisó a la policía. La escena encontrada por los
agentes en la recamara principal de la casa era terrible: la mujer
acurrucada con sus tres hijos acuchillados.´´

``No comprendía por qué estaba ahí y le angustiaba que sus hijos se
hubieran quedado solos. “Mis hijos están dormidos en la casa. Yo
quiero mucho a mis hijos, son niños muy buenos y no son traviesos”.

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Sara Feregrino, entonces agente del Ministerio Público y hoy
presidente del Pueblo Mágico de Bernal. En esta frase dicha por la
paciente nos volvemos a dar cuenta de sus alucinaciones; la mujer
piensa o cree que sus hijos están dormidos, ella reprime sus acciones
violentas hacia ellos, aquí nos damos cuenta que sus hijos no fueron
ningún tipo de detonante para su esquizofrenia. – Psc. Agustín P

FRAGMENTO DE ESTUDIO CLÍNICO PSICOLÓGICO

Realizado por los doctores Alejandro Obregón y Rafael Núñez,


realizado el 29 de junio de 1989.

La primera experiencia humana más hermosa que ha tenido fue el


nacimiento de su primera hija. Actualmente llora y sufre por haber
pasado toda esa tragedia, que considera tan horrible y le atormenta
como una pesadilla.

Su mayor deseo es salir del Reclusorio, curarse. Le gustaría, si


pudiera aprovechar los medios de comunicación para causas
positivas, 'conocerse a sí misma, aceptarse como es, compartir con los
demás sus experiencias, enseñar, vivir intensamente dentro del seno
de la sociedad, sin olvidar a los demás. No le gustaría jugar ningún
papel en especial, simplemente ser mujer.

Cree que su actitud general y su estimación hacia el mundo sociales


es el ser auténtica, trabajadora, convivir, con toda clase de seres, sin
olvidar (sic) su posición social y moral. Actualmente, algunos la
aceptan y otros no, pero siente que existe estimación como ser
humano que ha vivido una experiencia muy difícil. Ante nuestra
interrogante acerca de la estimación general acerca de sí misma,
señala que se acepta, se quiere, pero que le gustaría ser menos
sensitiva, menos profunda.

Soy extraña, o tal vez curiosa, tal como todo ser humano, muchas
veces nos amamos como somos y otras nos quejamos, porque somos
humanos.

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EXPEDIENTE DEL PROCESO 224/89

Consta que Claudia Mijangos Arzac sufría alucinaciones, imaginaba


cosas extrañas y escuchaba voces que, en la noche trágica le dijeron
que Mazatlán, su pueblo, había desaparecido y que todo Querétaro
era espíritu.

“Yo sentía como si se fuera a acabar el mundo”, declaró.

Lo cierto es que no ha habido en la historia del Querétaro moderno un


drama familiar más lamentable, tanto que muchos medios informativos
nacionales e internacionales lo han publicado, frecuentemente sin rigor
y con sensacionalismo, mientras, a 23 años de los hechos, Claudia
Mijangos, declarada inimputable, permanece en reclusión en el Distrito
Federal y su esposo Alfredo Castaños Gutiérrez vive en Sinaloa, en
donde rehízo su vida reporte.

CONCLUSIÓN:

Se pueden observar que en el momento de realizar su crimen no


estaba consciente de lo que hacía, ya que en ese memento su
principal función que tenemos es la de Conciencia y no la tenía,
además que tenía esquizofrenia del tipo paranoide ya que tenía ideas
de persecución, oía voces, alucinaciones entre más. En este caso hay
muchas razones del desencadenante de esta conducta entre los
cuales es el divorcio y las peleas con su marido, además de que el
padre no le hacía caso a ella. Mato a sus hijos para deshacer el lazo
que tenía con su marido, además para sentirse superior a él.

La pena a Claudia que yo le impondría según el código penal del


estado de Chihuahua seria de inimputabilidad ya que no era sana
mentalmente ya que tenía esquizofrenia. El artículo 28
del código penal de chihuahua dice las excluyentes del delito y esta
encuadra en la ausencia de conducta, ya que ella no sabía qué hacía.
Y la pena se respalda con este mismo artículo 28 y con el artículo 61
que es el tratamiento que se le dará y el articulo 62 nos dice la
durabilidad, que prácticamente yo metería a un centro para
enfermedades mentales ya que tiene esquizofrenia.

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