Piel Grasa Ocluida
Piel Grasa Ocluida
Piel Grasa Ocluida
PIEL GRASA
EL PORO
El poro dilatado se puede dar en todo tipo de piel, pero es más característico
de las pieles grasas con tendencia acneica. Como en este tipo de piel se
produce un exceso de sebo, las paredes del folículo pilosebáceo se deforman.
Por lo tanto, el resultado es una piel que presenta los poros muy abiertos,
principalmente en mejillas, nariz y frente.
En las pieles grasas con tendencia acneica encontramos esta imperfección
frecuentemente: el exceso de grasa producido no sale íntegramente al
exterior del folículo pilosebáceo, sino que parte se queda residualmente en la
parte más externa del conducto, llegando a formar un tapón y obstruyendo el
poro. Así se forma la lesión básica denominada comedón, una pequeña
inflamación del poro que alberga sebo en el folículo
El característico color negro del comedón no se debe a suciedad, como se
cree en ocasiones, sino a la acumulación de melanina. Otra teoría postula que
el aire oxida los lípidos que forman este tapón graso, que adquiere así un
color marrón oscuro. A este comedón se le denominada comúnmente «punto
negro.
Las rojeces son la manifestación de la inflamación cutánea. El aspecto rojizo
en una zona determina de la piel puede asociarse a un futuro grano. A veces
toda la piel está ligeramente enrojecida y esto puede deberse a que los
lípidos sintetizados en exceso pueden ser irritantes.
La obstrucción del conducto del folículo piloso cerrado por una acumulación
de sebo y corneocitos se convierte en un caldo de cultivo perfecto para
hongos y bacterias que normalmente habitan en la piel,
como Sthaphylococcus epidermis, Pityrosporum ovale, Pityrosporum
orbiculare y Propionebacterium acnes. Este último es el más abundante y un
residente habitual del folículo.
Tras la proliferación microbiana, se liberan diversas enzimas como lipasas,
proteasas o hilaluronidasas, así como factores quimiotácticos. Las lipasas
proceden de la hidrólisis de triglicéridos, que liberan ácidos grasos. Las
proteasas alteran la pared folicular y este conjunto de procesos desencadena
una respuesta inflamatoria notable.
Una vez que se ha obstruido el poro, se inflama el folículo pilosebáceo debido
a la proliferación bacteriana de P. ovale y P. acnes en el interior de la
glándula sebácea. De esta manera, se produce el comedón cerrado o punto
blanco, que consiste en una pequeña pápula, precursora de las lesiones
inflamatorias, que puede derivar en pústula o nódulo.
Si estas áreas infectadas de la piel son profundas, pueden expandirse para
formar quistes. Un quiste sebáceo se forma cuando la glándula sebácea
continúa produciendo grasa. En vez de romper la pared del folículo, éste
continúa agrandándose y formando un bulto duro debajo de la piel. El quiste
normalmente no es doloroso, a menos que llegue a estar infectado.
Activos reguladores de la secreción
sebácea
Moléculas azufradas, aminoácidos o derivados que regulan la secreción
sebácea excesiva: tioxolona, cisteína, s-carboximetil cisteína, ácido tiazolidín
carboxílico, etc.
También se emplean las sales de cinc porque controlan la hipersecreción
sebácea de las pieles grasas o preacneicas.
Mezclas de extractos vegetales con propiedades antiseborreicas y
astringentes como Arnica montana, Betuna alba, Cupresus
sempervirens, Rosmarinus officinalis, Urtica ureas, enebro, etc.
Extracto de Fomes officinalis, que no sólo es seborregulador, sino que
también tiene propiedades hidratantes.
Extracto de aceite de pepitas de calabaza, Cucurbita pepo, que contiene un
80% de grasas insaturadas. Bloquea los receptores de la dihidrotestosterona
de las células de las glándulas sebáceas, evitando la formación de sebo.
Derivados del ácido undecilénico como undecilenoil glicina, que presenta
actividad como seborregulador y como antibacteriano.
Activos que evitan la obstrucción del
folículo
Son activos que equilibran el desarrollo de la queratina que obstruye los poros
en los folículos, evitan la formación de nuevos comedones y ayudan a drenar
los ya existentes, por lo que también evitan la inflamación:
El azufre, la resorcina y el ácido salicílico se utilizan con frecuencia como
queratolíticos a bajas concentraciones, por ser poco irritativas para pieles
grasas, ya que favorecen la descamación superficial y evitan la obstrucción
del canal folicular mejorando el drenaje del exceso de sebo al exterior del
folículo.
Algunos cosméticos se formulan con activos abrasivos, para mejorar la
renovación cutánea sin sensibilizar la piel.
Moderadores de la proliferación
bacteriana
Son sustancias que reducen el número de bacterias dentro de los folículos a
través de diversos procesos químicos:
Peróxido de benzoilo. Es uno de los activos más empleados en el acné.
Presenta propiedades antibacterianas, queratolíticas y antiinflamatorias.
Actúa mediante la formación de iones de oxígeno tóxicos para los gérmenes.
La desventaja de esta molécula es su potencial irritativo y exfoliativo, que
puede provocar en el paciente irritación, descamación e incluso dermatitis.
Por tanto, suele aconsejarse comenzar el tratamiento con una dosis baja e
irla incrementando a medida que se toleran estos efectos colaterales.
Ácido azelaico. Es un ácido orgánico, denominado dicarboxílico, que frena el
crecimiento de agentes infecciosos como Staphylococcus aureus y P. acnes.
También inhibe la actividad 5alfa reductasa, regulando así la síntesis de grasa
cutánea. Además, altera la diferenciación de los queratinocitos.
Medidas cosméticas
Tener en cuenta que entre sesión y sesión debe transcurrir mínimo un mes, ya
que puede aparecer el efecto rebote. Esta técnica se recomienda solo en
zonas seborreicas.
TRATAMIENTOS
DESINCRUSTACION
Consiste en la utilización de los efectos polares de la corriente galvánica,
para obtener una limpieza de sustancias grasas de la piel en profundida.
Se basa en una reacción de SAPONIFICACION. Los ácidos grasos del sebo se
combinan con un álcali diluido, dando lugar a la formación de un jabón.
Posteriormente, debido al carácter débilmente positivo de jabón, es extraído
con un electrodo conectado al polo negativo de una corriente galvánica.
Este tratamiento no debe sobrepasar los 4 minutos por sesión.
Se utiliza un pequeño electrodo metálico conectado al polo negativo y
envuelto en gasa empapada en solución desincrustante que se desplaza por
toda la zona a tratar.
Para el cierre de circuito la paciente debe sostener la barra positiva envuelta
en algodón empapado de agua.