La Guerra Del Salitre
La Guerra Del Salitre
La Guerra Del Salitre
La guerra del salitre, conocida también como la guerra del Pacífico, fue un enfrentamiento bélico que
involucró en su primer momento a los países de Chile, Bolivia y Perú. En el caso peruano, significó el
inicio de un sentimiento de revanchismo y odio hacia el vecino país del sur, sentimiento que perdura
hasta nuestros días y que ha permitido en muchos casos realizar un estudio de chauvinismo con
sentimiento nacionalista. En este artículo nos enfocaremos en los factores internos que llevaron a que
nuestro país sucumba ante el poderío militar chileno.
Para nadie debería ser un secreto que nuestro país desde los inicios de la época republicana fue un
estado lleno de deudas, de malos manejos políticos y sociales, donde el caudillismo representado en los
militares que lucharon en las guerras por la independencia se creyeron con el derecho a gobernarnos,
generando división entre la población peruana que se vio enfrentada entre sí producto de las guerras
civiles, unido a esto tenemos los malos manejos de los ingresos por la venta del guano, que en lugar de
ayudar a disminuir la deuda que el estado peruano tenía con consignatarios locales y extranjeros se
incrementó aún más, hasta el punto en que cuando estalla la guerra del salitre el Perú estaba sumido en
la bancarrota fiscal, que no permitió al presidente Mariano Ignacio Prado realizar la compra de material
bélico de forma urgente, llevándolo incluso a realizar una colecta nacional.
Desarrollo de la Guerra
En febrero de 1879, producto del incremento del impuesto al quintal de salitre por parte del gobierno
Boliviano a comerciantes chilenos que explotaban este mineral salino, las tropas chilenas invadían
Atacama, que en ese entonces era territorio de Bolivia, quien al verse invadida recurrió a un pacto
firmado con el Perú en 1873 en donde se establecía la ayuda mutua en casos como este, ante este
hecho, Chile pide al gobierno peruano su neutralidad quien por vía diplomática intento evitar el
enfrentamiento. Según la visión de los historiadores chilenos, nuestro país buscaba también adueñarse
de las salitreras bolivianas; cierto o no, el hecho es que en abril del 1879 Chile le declaraba la guerra al
Perú. A partir de aquí los peruanos vamos a ser testigos de una lucha sin igual, que lejos de amilanarnos
sacó lo mejor de aquellos patriotas y se vieron reflejadas nuestras precariedades, tanto económicas
como sociales. Siguiendo la línea de los historiadores peruanos, dividiremos esta guerra en dos etapas:
La primera, es la marítima que se le denominaría “la Guerra del Pacífico”. El Perú se encontraba en
desventaja frente Chile, que desde ya nos superaba en número de oficiales, armamento, navíos y
preparación militar. De esta etapa lo más resaltante y conocido son las acciones heroicas del monitor
Huáscar, tripulado por el Almirante Grau y de algunos marinos brillantes y valientes, poniendo en jaque a
los chilenos no era algo novedoso para este monitor que años antes había hecho lo mismo con la flota
inglesa, que por casualidades del destino acechaba las costas chilenas.
Después del combate de Angamos lo que nos quedaba era la campaña terrestre, llena de acciones
heroicas, como la del Morro de Arica un 7 de junio de 1880, a ella le siguieron otras batallas no menos
importantes, el ejército chileno ocupó casi toda la costa peruana, ciudades de la sierra, llegando a
ocupar Lima en enero de 1881 y Cajamarca en julio del mismo año, es en San Pablo en donde el general
Miguel Iglesias luego de detener el avance chileno, lanza el manifiesto de Montan, en donde propone el
fin de la guerra y firmar una amnistía aun a costa de ceder territorio, sin tener en cuenta la campaña que
venía realizando el general Andrés Avelino Cáceres en la sierra peruana. Para algunos historiadores fue
un mal necesario para evitar más muertes, para otros una traición al Perú; después de eso nuestro país
firmaría un tratado de paz, en el cual cedía territorios y dejaría una huella de revanchismos con el país
del sur, sin tener en cuenta que más allá de todo, fue nuestra división o falta de unidad nacional lo que
nos llevaría a la derrota, división heredada de los inicios de nuestra república que hasta el día hoy
perdura.