Ser Fragancia Del Señor

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HIJAS DE DIOS

1 Crónicas 17:13

"Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité
de aquel que fue antes de ti".

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni
de voluntad de varón, sino de Dios.” Juan 1:12-13

Amadas muchas de nosotras actualmente aún a pesar de haber recibido a Jesús en nuestro
corazón caminamos con temores, miedos, inseguridades, angustias, celos, deseperaciones,
preocupaciones entre muchas otras cosas.

La identidad es la esencia misma de una persona, que la identifica como única.

La identidad nos permite formar una imagen clara de como somos, teniendo en cuenta tres
aspectos específicos:

· Quien soy
· Para que nací
· Hacia donde voy

Entonces cuando vemos quienes somos, para que fuimos creadas y hacia donde vamos,
vemos quienes somos realmente. La identidad en nosotras determinará un Propósito, una
Dirección y un Destino específico en nuestras vidas.

Nosotros como hijas de Dios debemos conocer que nuestro Padre nos ha dado una
identidad, basada en su misma esencia. Dentro de esta identidad Él nos definió un
propósito, una dirección y un destino.

Como hijas de Dios debemos formar una imagen clara del Padre porque somos reflejo de
Él. Él nos engendró a su imagen y semejanza tal como hizo con Adán. Cuando nacemos de
nuevo recibimos del cielo esta semilla del Padre la que hace que revivamos a una nueva
vida en Él.

Aún cuando somos diferentes una de otra dado que tenemos distinta personalidad, gustos,
formas, en Cristo somos un cuerpo con una sola identidad clara y definida que nos permite
diferenciarnos del mundo.

Dios nos corono de gloria y de honra como un sello sobre nuestras vidas para que
domináramos sobre nuestros territorios trayendo su reino, impactando con la cultura del
reino a los que andan en tinieblas para que vean la luz a través de nosotras.

Como hijas debemos manifestar el fruto de nuestra identidad en obediencia, lealtad, en


guardar Sus mandamientos, en buscar agradar al Padre, en vivir en intimidad con Él. Las
hijas no se complacen en lo malo sino en lo bueno, buscan la justica, andan en luz y en
santidad, gobiernan sus asuntos a la luz de la palabra, tienen paz, decretan paz, bendicen,
aman sin esperar nada a cambio, traen sanidad a los demás.

Estando en intimidad con nuestro Padre podemos sanar la falta de Identidad ya que en su
regazo todo sentimiento de orfandad, de soledad, de depresión, de falta de aprobación, de
falta de amor y aceptación desaparece.

Debemos quitar todo impedimento que ha puesto las tinieblas para que no veamos nuestra
identidad en Cristo.

Muchas mujeres carecen de Identidad, hoy piensan una cosa, mañana otra. Con gran
variedad de emociones y sentimientos que cambian constantemente, un día se sienten feliz,
otro día están llorando, algunas se refugian en la moda y cuidado físico (que no es malo) y
tratan de llenar sus corazones con eso, pero hoy sale una moda mañana otra y también las
hace fluctuantes.

Amadas somos amadas por un Padre perfecto, somos perdonadas, Jesús pagó nuestros
pecados en la Cruz del Calvario, somos redimidas, somos aceptas.

Debemos tener esa características y rasgos que marquen la diferencia en el mundo, que
seamos singulares y seamos luz, así como la huella de su dedo pulgar es única y es una
marca física de su identidad.

Dios te ama, sin importar tu pasado y condición! Sólo debes creerle, que tu seguridad no se
base en lo que económicamente tienes o no, en la familia que tienes sino en lo que
significas para Dios...

Una hija de Dios sabe que ha sido perdonada, no vive atada a su pasado. Vive con el gozo
que trae el perdón y el saberse amada, escogida por su Padre. Reconoce que aunque en
términos humanos no parezca muy especial, ella es valiosa y preciosa para Dios.

Hermosas mujeres caminemos confiadas en Dios, no en nuestras propias fuerzas ni en lo


que tenemos. Nuestra seguridad viene de Él, nos la da en momentos de intimidad con Él,
en su presencia, caminemos seguras y confiadas en que en su tiempo y a su manera
cumplirá cada promesa que ha hablado a nuestras vidas.

Todas tenemos diferentes cualidades, jamás te compares con otra mujer y menos te sientas
inferior a nadie. Mucho menos te sientas más que otra mujer. Debe haber equilibrio y eso
sólo te lo puede dar Dios.

Sé una mujer que ama a Dios y busca su aprobación antes que la de los hombres. Ante
cada situación o decisión pregunta al Señor qué debes hacer y obedece sus mandatos
aunque vayan en contra de lo que te dicte la sociedad.

Amada alegra el corazón de Dios y reconoce tu necesidad y dependencia de Él. Pasa


tiempo delante de la presencia del Señor cada día. Entrega tus cargas al Señor totalmente
confiada en que Él obrará y permanece atenta en espera de su respuesta. Sé humilde ante
Él y recibe las fuerzas necesarias para enfrentar lo que traiga el día de tu Padre.
Llénate del Espíritu Santo y busca la dirección de Dios para actuar y hablar de acuerdo con
lo que Él te muestra. Sé mujer que refleja el gozo y la paz del Señor. Que tus palabras sean
bálsamo y están llenas de bondad. Que tu hablar traiga sanidad y paz a los que la
escuchan. Infunde ánimo y optimismo a todos los que la conocen.

Sé una mujer con una fe inquebrantable y un optimismo basado en su fe en Jesús. Confía


en el poder de Dios, y ante los problemas de la vida, acude a tu Padre celestial. No dejes
que el estrés te robe la paz sino que lleva tus preocupaciones a Dios en oración y agradece
su intervención de antemano. Ten la seguridad de que no te dejará sola. Espera en el Señor
para que te muestre cuándo debes moverte y qué hacer en cada situación.

Amadas, cambia tu manera de pensar para que cambie tu manera de vivir.

Elisaqueen.

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