IGLESIA Declaracion de FE 2023

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IGLESIA “VOZ DE SALVACION”

DECLARACION DE FE
La Biblia es nuestra única regla, toda suficiente de fe y conducta. De modo que esta declaración de

verdades fundamentales, tiene el propósito de formar una base para la confraternidad entre nosotros.

Es decir, que todos hablemos una misma cosa. (I Corintios 1:10, Hechos 2:42).
Estas declaraciones no son, ni pretenden que sean inspiradas, pero las verdades aquí sentadas se

consideran como esenciales para un ministerio evangélico completo. No reclamamos que contenga

toda la verdad hallada en la Biblia, pero sí, que cubra nuestra necesidad respecto a estas condiciones
fundamentales.

1. LA INSPIRACIÓN DE LAS ESCRITURAS


La Biblia es la palabra inspirada de Dios; una revelación de él al hombre. Nuestra regla infalible de fe y
conducta, superior a la razón y a la conciencia. 1 Timoteo 3:15-16; 2 Pedro 1:21.

2. DIOS

El único y verdadero Dios se ha revelado como el YO SOY que existe eternamente por sí mismo. Éxodo
3:14. Pero en esta unidad esencial hay distinción de personas, a saber: el Padre, el Hijo y el Espíritu

Santo. Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10-11; Mateo 28:19; Marcos 12:29. Dios es Espíritu infinito, eterno e

inescrutable en su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y verdad.


2.1 LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Los términos TRINIDAD Y PERSONAS en relación a la Divinidad son palabras en armonía con las
Sagradas Escrituras en cuanto al ser de Dios, para distinguirle de muchos dioses y muchos señores. Por

lo tanto, podemos hablar con propiedad del Señor nuestro Dios como de un SEÑOR y como de una
TRINIDAD, y estar completamente de acuerdo con las Escrituras. Génesis 1:26, 11:7; Isaías 6:8; Mateo

3:16; Lucas 3:21; 2 Corintios 13:14.

2.1.1 LA DISTINCIÓN Y LA UNIDAD EN LA TRINIDAD.


Cristo enseñó la distinción de personas en la Divinidad en términos muy específicos de relación entre
ellos como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Mateo 11:25-27; 28:19; Juan 14:16-17. Por esta razón vemos

que en el Hijo está constituido el Hijo y no el Padre, y que el Espíritu Santo constituye en sí el Espíritu

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Santo y no el Padre ni el Hijo. Por lo tanto, el Padre es el que engendra, el Hijo es el engendrado y el

Espíritu Santo es el que procede de ambos, es decir, del Padre y del Hijo. Sin embargo, las tres personas

en la Divinidad están en un estado de unidad. Hay solamente un nombre: EL SEÑOR DIOS


TODOPODEROSO. Zacarías 14:9; Juan 1:18; 15:26; 17:11-26; Apocalipsis 15:3.

2.1.2 IDENTIDAD Y COOPERACIÓN DE LA DIVINIDAD.


El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nunca son idénticos como personas, no se confunden en sus
relaciones, no se dividen con respecto a la Divinidad, ni se oponen a la cooperación. El Hijo está En el

Padre y el Padre en el Hijo en cuanto a sus relaciones. El Hijo está con el Padre y el Padre con el Hijo en

cuanto a compañerismo. El Padre no proviene del Hijo, pero el Hijo sí proviene del Padre en cuanto a

autoridad. En cuanto a relación, cooperación y autoridad, el Espíritu Santo proviene el Padre y del Hijo.
De aquí que ninguna persona de la Divinidad puede existir u obrar separada o independiente de las

otras. Juan 5:17-30; 8:17-18; 1 Corintios 12:3-6.

2.2 DIOS PADRE


En la naturaleza espiritual de Dios, existe la persona del Padre. Eterno en sentido propio y absoluto.

Ejemplar, en cuanto a la obra creada. De adopción, en cuanto al hombre redimido. Mateo 16:27; Lucas

10:22; Juan 1:12; Colosenses 2:9. Como Padre, sus relaciones son cuádruples. La relación del Padre con
el Hijo es de paternidad; la relación del Hijo con el Padre es filial; la relación del Padre y del Hijo con el

Espíritu Santo es de procedencia y de envío; la relación del Dios Trino respecto a la creación es de

origen, preservación, providencia y redención. Génesis 1:26; Juan 16:13-15; 17:21; Colosenses 1:15-20.

El Señor Jesucristo enseñó que las funciones distintivas del Padre no son operativas en la esencia divina,
sino en las relaciones mutuas entre las personas divinas, por lo cual, el Padre, no es más eterno que el

Hijo, el Hijo no es menos eterno que el Padre, ni ambos son más eternos que el Espíritu Santo. Ninguno

tiene más o menos de la Deidad. Isaías 9:6; Mateo 3:17; Juan 1:1.
2.3 DIOS HIJO
2.3.1 LA DIVINIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO
El Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios. Las Escrituras declaran:

a) Su preexistencia. Colosenses 1:16.


b) Su nacimiento virginal. Mateo 1:23; Lucas 1:31, 35.

c) Su vida inmaculada. Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22.

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d) Sus milagros. Hechos 2:22.

e) Su obra sustitutiva en la cruz. 1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21.

f) Su resurrección corporal de entre los muertos. Mateo 28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 15:4.
g) Su exaltación a la diestra de Dios. Hechos 1:9-11; 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3.

h) Su segunda venida. Mateo 24:30; Juan 14:2; Hechos 1:11.

2.3.2 EL SEÑOR JESUCRISTO


El nombre del Señor Jesucristo es un nombre propio que expresa su soberanía, misión y exaltación. En

el Nuevo Testamento nunca se aplica al Padre o al Espíritu Santo, pertenece únicamente a Dios Hijo.

Romanos 1:1-3,7; Filipenses 2:9-11; 2 Juan 3. El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, habiendo

purgado nuestros pecados, se sentó a la diestra de la majestad en lo alto. Los ángeles, principados y
poderes, se sujetaron a él. Y habiendo sido hecho Señor y Cristo, Envió al Espíritu Santo para que

nosotros en el nombre de Jesús doblemos nuestras rodillas y confesemos que Jesús es el Señor, para

la gloria de Dios Padre, hasta que venga el fin, cuando el Hijo se sujete al Padre y Dios sea todo en
todos. Mateo 28:18; Hechos 2:32-36; Romanos 14:11; 1 Corintios 15:24-28; Efesios 1:21; Hebreos 1:3; 1

Pedro 3:22.

2.3.3 EMANUEL
El Señor Jesucristo en cuanto a su naturaleza humana es el único y propiamente engendrado del Padre.

Por lo tanto él es el Hijo del Hombre, quien por ser Dios, es Emanuel: Dios con nosotros. Puesto que el

nombre de Emanuel comprende a Dios y al hombre en una sola persona, nuestro Señor Jesucristo lleva

el título HIJO DE DIOS, que describe su propia deidad, y el título HIJO DEL HOMBRE, que describe su
propia humanidad. Por esta razón el título Hijo de Dios pertenece al orden eterno y el título Hijo del

Hombre al orden del tiempo. Mateo 1:23; Juan 3:8; Hebreos 7:3; 1 Juan 4:2, 10; 2 Juan 3; Apocalipsis

1:13, 17. Por lo tanto es transgresión a la doctrina de Cristo decir que Jesucristo derivó el título Hijo de
Dios solamente por el hecho de la encarnación o por causa de su relación con el plan de redención.

Negar que el Padre es un Padre eterno y real, es una negación de la distinción y relación en el ser de

Dios, una negación del Padre y del Hijo y una transgresión de la verdad que Jesucristo es venido en

carne. Juan 1:1-2, 14 ,18, 29, 49; 8:57; Hebreos 12:2; 1 Juan 2:22-23; 4:1-5; 2 Juan 9.

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2.3.4 EL HONOR IGUAL PARA EL HIJO QUE PARA EL PADRE
Puesto que el Padre ha entregado todo el juicio al Hijo, no es solamente el deber expreso en los cielos

y en la tierra doblar las rodillas ante él, sino también es un gozo indecible en el Espíritu Santo. Se
atribuyen al Hijo todos los atributos de la Deidad, para darle la honra y gloria contenidos en todos los

nombres de la Divinidad. (Excepto aquéllos que expresan relación. Véanse los conceptos sobre la

Santísima Trinidad en los párrafos del punto 2.1).


2.4 DIOS ESPÍRITU SANTO
2.4.1 Creemos en el Espíritu Santo como una persona re- al, por poseer todo aquello que constituye la

personalidad, ya sea física o espiritual: pensar, sentir y determinar. Hechos 13:2-4, 7; Romanos 8:26; 1

Corintios 2:10-13; 12:11; Efesios 4:30. 2.4.2 Creemos que el Espíritu Santo es una persona distinta del
Padre y del Hijo, ya que existen operaciones que lo distinguen de los mismos. Por ejemplo: el Padre y

el Hijo lo envían. Mateo 28:19; Juan 14:16, 26; 15:26; 2 Corintios 13:13. 2.4.3 Creemos que el Espíritu

Santo es una persona divina, a quien las Escrituras le aplican los atributos de Dios: eternidad, Hebreos
9:14; omnisciencia, Juan 14:26; 16:12-13; omnipotencia, Lucas 1:35; omnipresencia, Salmos 139:7-10; a

quien se le confiere igualdad de majestad y rango, Mateo 12:31; 28:19; Hechos 5:3; 1 Corintios 12:2-6.

3. EL HOMBRE, SU CAÍDA Y REDENCIÓN


3.1 Su origen. El hombre es creación divina e inmediata de Dios, en estado de inocencia. Génesis

1:26; Salmos 100:3; Hechos 17:24-29.

3.2 Su caída. El hombre voluntariamente pecó, perdiendo así su estado original. Génesis 3:6-13; Isaías

53:6; Romanos 1:21-32; 3:23.


3.3 Su redención. Su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios. Lucas 19:10; Juan

3:16; Hechos 4:12.

3.4 Su estado final. Vida eterna o condenación, dependiendo de su aceptación o rechazo de la oferta
de gracia dada por Dios por medio de Cristo. Daniel 12:2; Marcos 16:16; Juan 5:28-29.

4. LA SALVACIÓN DEL HOMBRE

4.1 Es el plan de Dios desde la eternidad. Juan 3:17; 1 Timoteo 2:4; 1 Pedro 1:18-20.

4.2 Las condiciones que Dios establece para ser salvos son: el arrepentimiento de los pecados y la fe en
Cristo. Marcos 1:15; Romanos 10:9.

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4.3 La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu Santo, Romanos 8:16. La

evidencia externa es una vida transformada y verdaderamente santa. 2 Corintios5:17; Gálatas 5:16-25;

Efesios 4:22-24; Tito 2:12; 1 Pedro 1:16. 4.4 Es deber y responsabilidad del creyente conservar su
salvación. Filipenses 2:12; Hebreos 2:1-3.

5. LA SANTIFICACIÓN

La santificación es un estado de gracia al cual entra el creyente al aceptar a Cristo. Su recepción es


inmediata y su desarrollo progresivo.

5.1 Es la voluntad de Dios. 1 Tesalonicenses 4:3; 1 Pedro 1:15.

5.2 Es una necesidad y un deber del creyente. 1 Tesalonicenses 5:23; 1 Pedro 1:2.

5.3 Es un requisito para ver a Dios. Salmos 24:3-5; Hebreos 12:14; 1 Pedro 1:16.
6. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO

Creemos que a todos los creyentes se les ha otorgado el privilegio de recibir el bautismo en el Espíritu

Santo. Joel 2:28; Mateo 3:11; Lucas 24:49; Hechos 1:5; 2:39; con el propósito de investirles de poder y
autoridad para ser testigos por todo el mundo, Hechos 1:8; y capacitarles para desarrollar una vida

fructífera y virtuosa. Juan 16:13; Hechos 6:11. LA EVIDENCIA INICIAL. Hablar en otras lenguas, según el

Espíritu da que se hable. Hechos 2:4; 10:46; 19:6.

7. LA SANIDAD DIVINA

7.1 Creemos en la sanidad divina física, mental y espiritual por el poder de Dios y su palabra, en base a

la muerte expiatoria de Cristo. Salmos 107:20; Isaías 53:4-5; 1 Pedro 2:24. 7.2 Es promesa y privilegio
para todos los creyentes. Mateo 10:8; Marcos 16:17-18. 7.3 Se recibe por la fe en el Señor Jesucristo.

Hechos 4:10; Santiago 5:14-16.

8. LA IGLESIA
La Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, la habitación de Dios en el Espíritu. 1 Corintios 12:27; Efesios

2:19-22; 5:23.

8.1 Su origen. Cristo fundó la Iglesia durante su ministerio, bautizando a los primeros creyentes en el

Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Mateo 16:18; Hechos 2:1-4, 41.


8.2 Sus componentes. Cada creyente en Cristo, nacido del Espíritu, cuyo nombre está escrito en el libro

de la vida. Juan 3:3; Hebreos 12:23.

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8.3 Su ministerio. En un sentido amplio, todo creyente es un ministro. 1 Pedro 2:9. Todos los que somos

salvos hemos sido llamados para servir, testificar, interceder y contribuir. 1 Pedro 4:10. Un llamamiento

divino y ministerio escrituralmente ordenados, han sido provistos por el Señor con diversos propósitos.
8.3.1 La adoración a Dios. Juan 4:23-24. 8.3.2 La evangelización del mundo. Mateo 28:18-20; Marcos

16:15-18. 8.3.3 La edificación del cuerpo de Cristo. Marcos 16:15- 20; Efesios 4:11, 13; Hebreos 12:23.

8.3.4 La obra social. Mateo 6:16; 25:35-40; Hechos 9:36; Gálatas 6:5-10.
9. MAYORDOMÍA FINANCIERA

9.1 Reconocemos como un deber y un privilegio de los cristianos, en uso de su libertad y como fieles

mayordomos de Cristo, poder contribuir para el sostenimiento de la obra del Señor con sus ofrendas y

primicias, así como con el pago de sus diezmos. 9.2 Los diezmos deben ser usados para el sostenimiento
de los ministros, no para beneficencia o construir templos. Todos los ministros deben ser diezmadores,

practicando lo que predican. Levítico 27:30; Nehemías 10:38; Malaquías 3:10; Mateo 23:23; Hechos 8:7.

10. EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA


Es la resurrección de los que hayan muerto en Cristo y su traslación juntamente con aquéllos que hayan

quedado hasta la venida del Señor, es decir su Iglesia fiel. Es temeridad fijar alguna fecha para la venida

del Señor, ya sea en base a visiones, profecías o análisis personales. Mateo 24:36; Hechos 1:6-7; 2
Tesalonicenses 2:1-4.

Así mismo creemos que la Iglesia no pasará por la gran tribulación. Romanos 8:23; 1 Corintios 15:52; 1

Tesalonicenses 4:1617.

11. LA SEGUNDA VENIDA Y EL REINO MILENIAL DE CRISTO


Como promesa escritural y esperanza del mundo, el milenio tendrá lugar en la tierra y será en las

siguientes fases:

11.1 La revelación de Jesucristo en gloria con sus santos. Jeremías 30:7; 1 Tesalonicenses 4:13; Judas 14;
Apocalipsis 6:12-17. 11.2 La salvación de Israel. Salmos 72:1-8; Isaías 65:19-25; Romanos 11:26. 11.3 El

establecimiento del reinado de Cristo sobre todas las naciones, por mil años. Zacarías 14:3-5;

Apocalipsis 19:15-16; 20:3.

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12. EL JUICIO FINAL

Habrá un juicio final en el cual los impíos muertos serán resucitados y juzgados según sus obras.

El diablo y sus ángeles, la bestia, el falso profeta y todo aquél que no sea hallado en el libro de la vida,
serán consignados a la perdición eterna en el lago que arde con fuego y azufre, esto es la muerte

segunda. Mateo 25:46; Marcos 9:43-48; Apocalipsis 19:20; 20:10-15; 21:8.

13. CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA


Nosotros según sus promesas, esperamos cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 2ª

de Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22.

14. EL BAUTISMO EN AGUA (SACRAMENTO)

Creemos en el bautismo en agua por inmersión en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo,
como testimonio de una limpia conciencia, resultado de haber aceptado a Jesucristo como Salvador

personal. Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 2:38.

15. LA SANTA CENA DEL SEÑOR (SACRAMENTO)


Creemos que es un sacramento y ordenanza de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 26:26-28.

15.1 Se utilizan como elementos el pan sin levadura y el jugo de la vid, símbolos que expresan nuestra

participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6:53-56.


15.2 Es un memorial del sufrimiento y la muerte de Cristo. Lucas 22:19-20.

15.3 Es una profecía de su segunda venida. Por tanto es un medio de comunión para todos los creyentes

hasta que él venga. 1 Corintios 11:24-31; 1 Juan 1:7.

16. DESAPROBACIÓN DE DOCTRINAS ERRÓNEAS


Se desaprueba todo credo herético que se oponga a la sana doctrina contenida en la Biblia y que sea

contrario a lo expresado en la presente Declaración de Fe, por la confusión y división que causa en el

pueblo del Señor. Gálatas 5:20; Tito 2:1; 3:10; 2 Pedro 2:1; 2 Juan 10. Asimismo se desaprueba toda
contienda respecto a las comidas. Aceptamos la enseñanza de la Escritura, advirtiendo en contra de

comer carne de animal ahogado, sangre y lo sacrificado a los ídolos. Hechos 15:20; Romanos 14:1-23;

Colosenses 2:14-17.

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