La Ética
La Ética
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La moral se puede justificar desde tres perspectivas: la Metaética (viendo qué son
los juicios morales como juicios de valor), la Ética normativa y mediante la
propuesta de unas reglas práctias para la discusión, escapando del "todo vale".
Para Aristóteles, el orden social en los modos de vida está directamente ligado
con el orden natural de los mismos. Aristóteles considera que, lo bueno es hacia
lo que tienden las cosas de forma natural. Dicho de otra forma, todo aquello que
es natural es, según este autor, bueno.
En primer lugar, a Kant se le puede criticar que, al relacionar la ética con cómo
deben hacerse las cosas, está universalizando el concepto, porque presupone que
todos debemos entenderla del mismo modo. No obstante, la ética está ligada a la
moral, y ésta también es particular a cada persona. Por lo tanto, probablemente el
deber, no es visto igual por todos.
En segundo lugar, Kant establece cómo hay que actuar, pero no nos dice si eso es
bueno o no. La ética no se refiere sólo a la forma, sino también al fondo de las
cosas.
Por último, Kant olvida por completo el sentimiento humano: según él tenemos
que actuar en base al deber y no en base a lo que de verdad queremos hacer. En
este sentido, actuar conforme al deber nos aleja de la felicidad.
Objetivos
Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos
rigurosos que permitan exigirle responsabilidades de muy diversa índole en
relación con sus actos, de ahí la necesidad de establecer unos principios éticos.
Independientemente de la propia conciencia, que debiera ser quién más rigiera el
cumplimiento de los códigos morales, existe la figura de los colegios
profesionales para mantener, promover y defender la deontología. Éstos vigilan el
cumplimiento de determinados niveles de exigencia, de competencia y de calidad
en el desempeño del trabajo de sus colegiados.
Ética y moral
Estos dos términos proceden uno del griego,<êthos> (=carácter), y otro del latín,
<mos-moris> (=costumbre). Ambos tienen la misma raíz semántica y por tanto la
misma significación original. Por ello Ética y Moral, etimológicamente, se
identifican y se definen como la "ciencia de las costumbres". Sin embargo, con el
tiempo ambos vocablos han evolucionado hacia significaciones distintas.
La moral hace referencia a todas aquellas normas de conducta que son impuestas
por la sociedad, se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo
del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad
y de otra época histórica. El fin último que persiguen estas reglas morales es
orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad.
Moral Ética
Nace en el seno de una sociedad Surge en la interioridad de una persona, como
y por tanto, ejerce una influencia resultado de su propia reflexión y su propia
muy poderosa en la conducta de elección. Pueden coincidir o no con la moral
cada uno de sus integrantes recibida.
Actúa en la conducta desde el Influye en la conducta de una persona de forma
exterior o desde el inconsciente consciente y voluntaria.
Destaca la presión del valor captado y apreciado
Ejerce presión externa y destaca internamente como tal. El fundamento de la
su aspecto coercitivo, impositivo norma ética es el valor, no el valor impuesto
y punitivo desde el exterior, sino el descubierto internamente
en la reflexión de un sujeto
Por tanto, podemos afirmar que existen tres niveles de diferenciación:
Los principios se distinguen de las normas por ser más genéricos que éstas. Los
principios ponen ante los ojos los grandes temas y valores del vivir y del actuar.
Las normas aplican los principios a situaciones más o menos concretas, más o
menos genéricas. Las normas suelen hacer referencia a algún tipo de
circunstancia, aunque sea en términos genéricos. Pero también los principios se
hacen inteligibles cuando adquieren concreción normativa y hacen referencia a las
situaciones en las que se invocan y se aplican. En términos generales un principio
enuncia un valor o meta valiosa. Las normas, en cambio, intentando realizar el
principio bajo el que se subsumen, dicen cómo debe aplicarse un principio en
determinadas situaciones.
Tanto las normas como los principios son universales aun cuando el ámbito de
aplicación de los principios sea más amplio y general que las normas específicas
que caen bajo dicho principio.
La ética
está de este modo vinculada a la práctica del periodismo ya que como se ha dicho
antes, si se concibe a la información como un bien público, cuya circulación libre
y contenido veraz e independiente garantizan la vida democrática de una
comunidad, el manejo responsable de esta sensible materia prima es condición de
la actividad periodística. Los ciudadanos son los encargados de juzgar tanto a
periodistas como a medios, ya que ante ellos deben dar cuenta de la
responsabilidad que contrajeron con la sociedad al hacerse cargo de la tarea de
buscar y difundir información. Se trata de un deber constitucional. Sin embargo,
los principales dilemas éticos de los periodistas no están ya en los valores que se
enumeran en los códigos deontológicos. Por ejemplo, la libertad de expresión
puede considerarse un valor reconocido, al menos legislativamente, en la mayoría
de los países democráticos del continente. Por el contrario, los problemas éticos
fundamentales son de origen interno y derivan de la inédita crisis de identidad que
atraviesa la profesión.
Más que un código deontológico del periodista general, más que una declaración
de principios, los periodistas necesitan en la actualidad incorporar una conciencia
ética y un convencimiento sobre las implicancias que tiene la tarea de informar,
que oriente el trabajo cotidiano y hacer frente a las presiones a las que la
profesión está sometida. Este sentido ético para la práctica cotidiana solo sería
posible si se desarrolla y se comparte y discute con los colegas.
Intercambiar experiencias y debatir los dilemas éticos sería poner en marcha una
práctica saludable, que los periodistas suelen dejar de lado, como reflexionar
sobre la profesión.
La conciencia profesional
La conciencia humana es individual, pero tiene varias dimensiones: la conciencia
reflexiva (porque es consciente de sí misma) y la conciencia ética, que añade a la
conciencia individual la condición de ser, además, una conciencia responsable. Es
decir, que con la primera cada persona se relaciona con las demás, pero la
conciencia ética nos responsabiliza en la forma de trato hacia esas otras personas.
Además de estas dos hay una clase de conciencia más, constituida como un
concepto muy importante relacionado con la deontología profesional: la
conciencia profesional.
La costumbre y la responsabilidad
profesional
La costumbre son normas que crean una sociedad y que le dan un hecho jurídico
palpable. Tienen al igual que ocurre con las leyes, consecuencias cuando son
violadas. El profesional debe regirse por su código de ética propio, pero también
tiene que tener en cuenta un marco de costumbre.
Los Colegios Profesionales, tal como los define la ley, “son corporaciones de
derecho público, amparadas por la ley y reconocidas por el Estado, con
personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines,
entre los que se encuentra la ordenación del ejercicio de las profesiones”.
Además, son las corporaciones que elaboran los códigos deontológicos.
Autorregulación
Artículo principal: Autorregulación periodística.