Resumen Régimen Tributario Del Contrato de Seguro

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Resumen Régimen Tributario del Contrato de Seguro.

El contrato aquí tratado en este escrito ha sido regulado contemporáneamente por el Código de
Comercio y las adiciones, modificaciones que ha propuesto el ordenamiento jurídico, tanto en el
orden constitucional, artículo 335, el cual consagra la actividad aseguradora como de interés
público1, el Código de Comercio por su parte enmarca esta actividad como “típicamente mercantil”
en su artículo 20, de esta condición de mercantilidad de su actividad nacen obligaciones,
principalmente para las entidades aseguradoras, aunado al cumplimiento de ciertos requisitos para
celebrar los contratos de seguro, lo cual es consecuencia del interés público que permea al
contrato.

La primera diferenciación por realizar en esta materia proviene de una propuesta doctrinal 2, con
efectos en las normas aplicables a una u otra rama, a saber, dividimos los; 1. Contratos de Seguro
Terrestre; Regulados entre los artículos 1036 y 1162 del Código de Comercio. Y 2. Contratos de
Seguro Marítimo; Regulados entre los artículos 1703 al 1765 del Código de Comercio. Será a los
primeros a los cuales se referirá este texto.

Los contratos de seguro terrestre a su vez han sido subdivididos por disposición del Código de
Comercio en su artículo 1082, pues los seguros pueden ser; 1. De Daños; estos consisten en la
protección directa del patrimonio del asegurado para dejarlo indemne de los perjuicios que sufra
por la pérdida o detrimento de un bien sobre el que tiene interés asegurable 3 . O 2. De Personas;
tiene como objeto la protección de las consecuencias dañosas con repercusiones patrimoniales
provenientes de la afectación de derechos personalísimos como lo son la vida, la integridad
personal, la salud, lo que, en palabras del autor, evidencia una gran dificultad para la estimación
del valor asegurable.

Características y elementos esenciales del Contrato de Seguro; El artículo 1039 del Código de
Comercio consagra una serie de características que se predican del mismo como son 1.
Bilateralidad 2. Onerosidad. 3. Aleatoriedad 4. Contrato de Ejecución Sucesiva.

Bilateralidad; Se refiere a que las partes contratantes se obligan recíprocamente, es decir, que las
partes adquieren cada una, obligaciones para efectos de la ejecución del negocio jurídico 4, en el
caso del contrato de seguro, se predica la obligación de la compañía aseguradora, que radica en
asumir los hechos dañosos derivados de una situación gravosa con el pago de la indemnización, y
de otro lado, el tomador quien debe cumplir con la obligación del pago de la prima para efectos de
aquella asunción del riesgo por parte de la compañía aseguradora.

Onerosidad; Se evidencia un presupuesto de carácter económico, que permite advertir capacidad


económica susceptible de imposición. De lo cual podemos afirmar que como todo contrato
oneroso este puede ser aleatorio o conmutativo5, siendo el contrato de seguro aleatorio, en el
1
Esto ha sido ampliado por la Jurisprudencia Constitucional, Sentencia C-269; ‘’que por tratarse de una
actividad calificada por el constituyente como de interés público, habilita al legislador para regular en mayor
grado los requisitos y procedimientos a que deben ceñirse los contratantes’’
2
López Blanco 2022
3
El texto ofrece un ejemplo; el daño ocasionado a un vehículo automotor, el cual, puede ser susceptible de
indemnización por concepto de daño emergente o lucro cesante
4
Artículo 1496 del Código Civil.
5
Artículo 1498 del código civil.
entendido que, las partes no se obligan a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente, a lo
que la otra parte debe dar o hacer a su vez; es más, ese equivalente, en el contrato de seguro
consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida a favor del tomador o beneficiario.

Ejecución Sucesiva; Adquiere esta condición, toda vez que durante la vigencia del contrato
persisten una serie de obligaciones reciprocas en cabeza de las partes, por ejemplo, como la de
mantener el estado del riesgo, comunicar circunstancias que impliquen su agravación, observar
estrictamente las garantías dadas, entre otras.

Sumado a estas características otorgadas por el legislador, la doctrina ha identificado


características adicionales entre las cuales, se identifica; 1. El Carácter Indemnizatorio del Contrato.
2. Contrato de Adhesión. 3. Contrato Intuitu Personae. 3. Buena Fe.

Carácter Indemnizatorio; Tiene este carácter ya que pretende resarcir una pérdida que puede
ocurrir por el daño de un determinado bien o una lesión en la integridad física del asegurado, en
este sentido y sin perjuicio de las distintas discusiones que ha suscitado la característica
mencionada, es posible afirmar que ese carácter indemnizatorio es plausible por regla general de
los contratos de seguro que se celebran al interior del territorio colombiano.

Contrato de Adhesión; Pues en la mayoría de estos contratos, se excluye toda discusión entre las
partes, con evidente menoscabo del principio de la autonomía de la voluntad, pues una de ellas
elabora, para formular la oferta, un reglamento o estatuto y la otra se limita a las condiciones de
este si necesita ese servicio que el contratante está en capacidad de procurar.

Contrato Intuitu Personae; Podemos afirmar esto en tanto el cambio de asegurado, desde el punto
de vista del asegurador, implica un cambio en el estado del riesgo que escapa de la esfera de los
cálculos iniciales de igual manera, es posible afirmar que desde la óptica del a compañía
aseguradora, debe tenerse en cuenta que, para operar en territorio colombiano bajo esta calidad,
debe cumplirse con ciertos parámetros establecidos en la ley y sus reglamentarios.

Formación del contrato de Seguro; Entendemos que es un contrato consensual6, en tanto el


ordenamiento no ha propuesto formalidades para estos contratos, en estos términos el artículo
1046 del Código de Comercio, consagra que el contrato, se puede probar por escrito o por
confesión. Posterior al perfeccionamiento del contrato, el asegurador está obligado a entregar en
su original, al tomador, dentro de los quince días siguientes a la fecha de su celebración el
documento contentivo del contrato de seguro, el cual se denomina póliza y debe ir firmada por el
asegurador.

Definición del Contrato de Seguro; Es un contrato por el cual una empresa, constituida para el
ejercicio de estos negocios, asume los riesgos ajenos mediante una prima fijada anticipadamente.
Además de esta definición doctrinaria, la Corte Suprema de Justicia se encargado de definir la
figura contractual del seguro, identificando algunos de los elementos esenciales para su debida
ejecución; “Un contrato por virtud del cual -el asegurador- se obliga a cambio de una prestación
6
Esto ha sido ratificado por la Corte Suprema de Justicia en Sentencia Rad. No. 05001-31-03-003-2008-
00034-01 del 4 de marzo de 2016. “se amplió la posibilidad de acreditar su existencia y contenido,
contemplando medios distintos de la póliza, que constituye la prueba por excelencia del mismo, esto es
cualquier otro u otros documentos escritos que den cuenta de los elementos esenciales conforman el
contrato”
pecuniaria cierta que se denomina ‘prima’, dentro de los límites pactados y ante la ocurrencia de
un acontecimiento incierto cuyo riesgo ha sido objeto de cobertura, a indemnizar al ‘asegurado’ los
daños sufridos o, dado el caso, a satisfacer un capital o una renta, según se trate de seguros
respecto de intereses sobre cosas, sobre derechos o sobre el patrimonio mismo, supuestos en que
se les llama de ‘daños’ o de ‘indemnización efectiva’, o bien de seguros sobre las personas cuya
función, como se sabe, es la previsión, la capitalización y el ahorro’’ 7

Elementos Esenciales del Contrato de Seguro; Del pronunciamiento jurisprudencial anterior,


podemos extraer; 1. El Interés Asegurable. 2. El Riesgo Asegurable. 3. La Prima o Precio del Seguro.
4. La Obligación Condicional del Asegurador.

Interés Asegurable; Se define como una relación económica que vincula a un sujeto con un
determinado bien o patrimonio que constituye el objeto sobre el que recae el contrato. El artículo
1083 del código de comercio, consagra que tiene interés asegurable toda persona cuyo patrimonio
pueda resultar afectado, directa o indirectamente, por la realización de un riesgo; en este sentido,
el texto normativo, hace especial énfasis en que es asegurable todo interés que, además de lícito,
sea susceptible de estimación en dinero.

Riesgo Asegurable; Refiere a un suceso incierto que no depende exclusivamente de la voluntad del
tomador, del asegurado o del beneficiario, y cuya realización da origen a la obligación del
asegurador8.

La Prima o Precio del Seguro; Es la contraprestación a cargo del tomador y en favor de la


aseguradora por el hecho de asumir el amparo y la obligación de indemnizar frente a la ocurrencia
de un determinado siniestro.

Obligación Condicional del Asegurador; Atado al riesgo incierto solo ante el acaecimiento de ese
hecho futuro e incierto, que viene a ser la condición, se da origen a la obligación del asegurador.

Entonces si verificamos estos elementos esenciales del contrato, además de la presencia de una
compañía aseguradora, debidamente autorizada para desarrollar la actividad, y de un tomador
quien puede actuar por cuenta propia o ajena, y ser él el beneficiario o incluso beneficiar a un
tercero, se ejecutará una prestación a favor del tomador, la cual traslada los riesgos a esa persona
jurídica aseguradora y el pago de la póliza de parte del tomador a la aseguradora.

Impuesto sobre la Renta; El hecho generador del Impuesto Sobre la Renta según el Consejo de
Estado en Sentencia con Expediente No. 17650 del 6 de septiembre de 2012, se enmarca en lo
consagrado en el artículo 26 del E.T, al cual se refiere que ‘’el hecho generador del impuesto sobre
la renta es la obtención, en el año o período gravable, de ingresos susceptibles de producir
incremento neto del patrimonio al momento de su percepción, esto es, de producir
enriquecimiento’’. En este sentido, el componente de enriquecimiento es de vital importancia,
toda vez, que en el contrato de seguro se advierte un componente indemnizatorio que pretende
simplemente retornar al estatus quo las relaciones económicas y que per se no generaría dicha
manifestación.

7
Corte Suprema de Justicia Sentencia del 13 de diciembre de 2018. Rad. No 68001-31-03-004-2008-00193-
01
8
Artículo 1054 del Código de Comercio
Consecuencias Tributarias para el Asegurado; El ordenamiento tributario ha dispuesto un
tratamiento tributario diferencial al ingreso que causan los asegurados, concretamente aquellos
pagos que perciben con ocasión de la configuración del hecho dañoso derivado del riesgo
asegurado, determinado en las distintas tipologías del contrato de seguro celebradas, de otro lado,
frente a los pagos de la prima que realizan los asegurados, se identifican en ciertas ocasiones
tratamientos favorables en materia fiscal.

Seguro de Vida; El artículo 271 del E.T, establece que el valor patrimonial de los seguros de vida
corresponde al definido con la rescisión del contrato de seguro. La DIAN resuelve el siguiente
interrogante ¿si las pólizas de seguro de vida, mientras no se redima se considera un activo?
mediante Oficio No. 1085 del 05 de julio 2018, afirma que mientras la misma no se redima no se
considera un activo, pero sí tiene un valor patrimonial de conformidad con lo establecido en el
artículo 271 del E.T. Dicho lo anterior, resulta relevante citar lo advertido por la DIAN en Oficio No
014738 del 13 de junio de 2016, acto mediante el cual, afirma que solo las pólizas de seguro de
vida que conllevan un ahorro a futuro son susceptibles de la aplicación del artículo 271 del E.T,
quien debe declarar el valor patrimonial, debe ser el beneficiario del contrato de seguro cuando se
haga efectivo el derecho o se cancele la póliza, lo cual, deriva inicialmente en la percepción de un
ingreso que actualmente configura el Impuesto Complementario de Ganancia Ocasional, supuesto
que será analizado más adelante.

Percepción de las Indemnizaciones; El artículo 45 del Estatuto Tributario, establece que el valor de
las indemnizaciones en dinero o en especie que reciban los contribuyentes en virtud de seguros de
daño en la parte correspondiente al daño emergente, es un ingreso no constitutivo de renta ni de
ganancia ocasional. Sobre este tratamiento, la DIAN en Oficio No 021652 del 16 de agosto 2018, ha
planteado que los ingresos recibidos por concepto de indemnización por daño emergente no son
susceptibles de incrementar el patrimonio neto, ya que son equivalentes a la sustitución de lo
perdido, es decir, no son rubros susceptibles del Impuesto Sobre la Renta. De conformidad con la
obligación establecida por el legislador en el artículo 45, la norma reglamentaria 9 consagra que el
contribuyente debe demostrar dentro del término que tiene para presentar la declaración del
Impuesto Sobre la Renta, la inversión de la totalidad de la indemnización recibida en la adquisición
de bienes iguales o semejantes a los que eran objeto del seguro. Sin embargo, si no es posible
efectuar la inversión dentro del término, el contribuyente deberá demostrar, que con la
indemnización recibida se constituyó un fondo destinado exclusivamente a la adquisición de los
mismos bienes perdidos.

Resulta interesante la afirmación del Tribunal Constitucional, referente a cuando la parte


correspondiente al daño emergente supera el valor fiscal del bien o bienes directamente
relacionados con la indemnización, refiere la Corte:

“Surge para el contribuyente la posibilidad de optar por el pago del tributo correspondiente a
título de renta o de ganancia ocasional, sobre el mayor valor que exista entre el valor fiscal del
respectivo bien y el monto de la correspondiente indemnización o, si lo prefiere, - y en eso radica
el beneficio establecido en la disposición bajo examen – invertir la totalidad de lo recibido a título
de indemnización en la adquisición de bienes iguales o similares a aquellos que eran objeto del

9
Artículo 1.2.1.12.3 del Decreto 1625 del 2016
seguro y quedar, en consecuencia, exonerado del pago del correspondiente tributo en relación con
ese mayor valor recibido a título de indemnización” 10.

Relativo a la causación del ingreso percibido con ocasión de la indemnización derivada del contrato
de seguro de daño y su calidad de ser no constitutivo de renta o ganancia ocasional, el
reglamento11 define para aquellos contribuyentes que utilicen el sistema de contabilidad de
causación, que el ingreso se configura en el momento en que el derecho del asegurado o
beneficiario al pago de la indemnización es reconocido expresamente por la compañía de seguros
o, en caso de existir controversia, cuando sea reconocido judicialmente. De otro lado, para quienes
no lleven contabilidad o la lleven por el sistema de caja, tal momento es aquel en que se produzca
el pago efectivo de la indemnización.

Tratamiento al Mecanismo de Retención en la Fuente en las Indemnizaciones Percibidas; La DIAN


en Oficio No 021652 del 16 de agosto 2018, ha afirmado que, en indemnizaciones, la retención
puede aplicarse a pagos o abonos en cuenta que correspondan al lucro cesante y su tarifa
dependerá de la naturaleza de dichos pago o abonos en cuenta y de las calidades de quien recibe
el pago.

“Es lógico que el lucro cesante esté sometido a retención en la fuente, porque corresponde a un
ingreso constitutivo de la ganancia o provecho que debió recibirse en su oportunidad y, por tanto,
sujeto al impuesto sobre la renta. (…) En cambio, el daño emergente, por no constituir una
ganancia o provecho, nunca ha estado gravado, pues según se señaló, no es susceptible de
producir un incremento en el patrimonio ya que corresponde a la reparación de un daño o a la
sustitución de lo perdido”12

Dicho lo anterior, corresponde mencionar que el artículo 401-2 del Estatuto Tributario consagra
que los pagos o abonos en cuenta por concepto de indemnizaciones diferentes a las
indemnizaciones salariales y a las percibidas por los nacionales como resultado de demandas
contra el Estado y contempladas en los artículos 45 y 223 del Estatuto Tributario, se encuentran
sometidas al mecanismo de retención en la fuente.

Es importante mencionar que el artículo 223 del Estatuto Tributario, fue derogado por la Ley 2010
de 2019, en palabras en la DIAN en Oficio No 901 del 21 de junio de 2021 ‘’las indemnizaciones por
seguros de vida, excluyen del tratamiento previsto en el artículo 401-2 del Estatuto Tributario’’ en
el entendido que ‘’actualmente están sujetas al impuesto de ganancia ocasional cuando superen
las 12.500 UVT (Actualmente 3.250 UVT) y las que no superen este monto están exentas de este
impuesto’’, se considera que no es clara la autoridad fiscal, toda vez que, cuando excede el rango
de UVT, el ingreso percibido con ocasión de la indemnización derivada del seguro de vida es
susceptible de imposición, respecto a la tarifa de la retención, se ha establecido por el artículo 401-
2 del Estatuto Tributario, que, si los beneficiarios de las indemnizaciones son extranjeros sin
residencia en el país, el monto estará sometido a retención por concepto de renta a la tarifa del
treinta y cinco por ciento (35%), de otro lado, si los beneficiarios del pago son residentes en el país,
la tarifa de retención por este concepto será del veinte por ciento (20%).

10
Sentencia C-385 del 2008.
11
Artículo 1.2.1.12.4. del Decreto 1625 de 2016
12
Sentencia C-913 de 2003
Ingresos Derivados de los Contratos de Seguro que se definen como Rentas Exentas; Se identifica
el seguro por muerte, las compensaciones por muerte y las prestaciones sociales en actividad y en
retiro de los miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional consagrado en el artículo
206 del Estatuto Tributario. De igual manera, los aportes voluntarios que haga el trabajador, el
empleador, o los aportes del partícipe independiente a los seguros privados de pensiones, siempre
y cuando, se cumpla con el requisito de permanencia o de destino de los fondos, consagrado en el
artículo 126-1 del Estatuto Tributario.

De otro lado, el artículo 111 del Estatuto Tributario, consagra que los empleadores pueden deducir
por concepto de pensiones de jubilación e invalidez de los trabajadores, las cuotas o aportes
pagados a las compañías de seguros debidamente aceptadas por la Superintendencia financiera,
en desarrollo de contratos para el pago de las pensiones de jubilación y de invalidez, tanto en
relación con las pensiones ya causadas como con las que se estén causando y con las que pueden
causarse en el futuro. Por último, resulta relevante mencionar en el presente apartado que el
legislador ha entendido que, con la celebración de contratos de seguro, se están mitigando
determinados efectos en materia fiscal, por ejemplo, en el caso de disminución de inventarios de
que trata el artículo 64 del Estatuto Tributario, el cual dispone que en aquellos eventos en que los
inventarios se encuentren asegurados, la pérdida fiscal objeto de deducción será la
correspondiente a la parte que no se hubiere cubierto por la indemnización o seguros, o por
ejemplo, en la determinación de la renta bruta especial en la enajenación de activos biológicos que
consagra el artículo 95 del Estatuto Tributario, el cual, enuncia que son deducibles las pérdidas
causadas en caso de destrucción, daños, muerte y otros eventos que afecten económicamente a
los activos biológicos de los contribuyentes usados en la actividad generadora, siempre que no se
hubieren cubierto por indemnización o seguros.

Consecuencias Tributarias para el Asegurador; El artículo 10 de la Ley 2277 del 2022, consagró
que las entidades aseguradoras y reaseguradoras, deberán liquidar cinco (5) puntos adicionales al
impuesto sobre la renta y complementarios durante los periodos gravables 2023, 2024, 2025, 2026
y 2027, siendo en total la tarifa del cuarenta por ciento (40%) para estos años, tasa impositiva
considerablemente alta, dada la incertidumbre en el mercado, no obstante considerarse que la
prestación de los servicios de seguro por parte de estas entidades, podría considerarse de bajo
riesgo y no haberse visto afectada con los recientes sucesos económicos.

Dicho lo anterior, el régimen normativo de las compañías aseguradoras se encuentra consagrado


en los artículos 97, 98, 99 y 284 del Estatuto Tributario, en principio corresponde mencionar que,
para efecto de la determinación del patrimonio líquido de estas compañías aseguradoras, el
artículo 284 del Estatuto Tributario, consagra que estas deben incluir dentro de sus pasivos, los
siguientes rubros:

1. El valor de los siniestros, pólizas dotales, rentas vitalicias, dividendos vencidos y pendientes de
pago en el último día del año o período gravable.

2. El importe de los siniestros avisados; son aquellos que fueron avisados por el asegurado a la
compañía, sin que aún se haya producido la comprobación de la ocurrencia del siniestro, ni el
desembolso efectivo de la prestación a cargo del asegurador.

3. Las cuotas vencidas y pendientes de pago, provenientes de contratos de renta vitalicia.


4. Las indemnizaciones y dividendos que los asegurados hayan dejado a interés en poder de la
compañía, más los intereses acumulados sobre aquellos, de acuerdo con los contratos.

5. El importe que, al fin de año, tenga la reserva matemática o la técnica exigida por la ley.

De los citados numerales, es posible advertir que las compañías aseguradoras detentan en el
ejercicio de su actividad negocial sumas de dinero que deben reconocerse a favor de los
asegurados como aquellas indemnizaciones y dividendos que con ocasión de la actividad se hayan
dejado en poder la compañía, así como aquellas pendientes de pago correspondientes al periodo
gravable.

En el caso de las entidades aseguradoras el legislador consagra un tratamiento especial para el


proceso de determinación del Impuesto Sobre la Renta, concretamente sobre la determinación de
la Renta bruta, el artículo 96 del Estatuto Tributario, consagra que esta se determina de la siguiente
manera, al total de los ingresos netos obtenidos durante el año o período gravable, se suma el
importe que al final del año o período gravable anterior haya tenido la reserva matemática, por
reserva matemática el artículo 2.31.4.1.2. del Decreto 2973 de 2013, consagra lo siguiente:

Es aquella que se constituye para atender el pago de las obligaciones asumidas en los seguros de
vida individual y en los amparos cuya prima se ha calculado en forma nivelada o seguros cuyo
beneficio se paga en forma de renta.

El artículo 98 del Estatuto Tributario 13, consagra que esta reserva matemática no puede exceder del
porcentaje de las primas netas recibidas en el año o período gravable menos el valor de los
reaseguros cedidos, ni de los límites fijados por la ley. Del resultado de la suma anterior, se restan
las partidas correspondientes a los siguientes conceptos:

1. El importe pagado o abonado en cuenta, por concepto de siniestros, de pólizas dotales


vencidas y de rentas vitalicias, ya sean fijas o indefinidas.

2. El importe de los siniestros avisados, hasta concurrencia de la parte no reasegurada,


debidamente certificado por el revisor fiscal.

3. Lo pagado por beneficios especiales sobre pólizas vencidas.

4. Lo pagado por rescates.

5. El importe de las primas de reaseguros cedidas en Colombia o en el exterior.

6. El importe que al final del año o período gravable tenga la reserva matemática.

Para efectos de la determinación de la renta líquida gravable, cuando las compañías aseguradoras
y reaseguradoras generen ingresos determinados como rentas exentas, deberán calcular
separadamente dichas rentas exentas y las rentas gravables, teniendo en cuenta el régimen
normativo enunciado en el artículo 96 del Estatuto Tributario.

13
Parágrafo del artículo 98 del Estatuto Tributario: Las compañías de seguros o de capitalización deben
conservar copia auténtica de la tabla numérica prescrita por la Superintendencia Financiera que sirvió para
computar la reserva matemática o técnica del respectivo año o período gravable.
De otro lado, el artículo 97 del Estatuto Tributario, consagra una determinación especial para la
renta bruta de las compañías de seguros generales, disposición que determina de la siguiente
manera la renta. Al total de los ingresos netos obtenidos durante el año o período gravable, se
suma el importe que al final del año o período gravable haya tenido la reserva técnica, por reserva
técnica se debe atender a la concepción que consagra el Decreto 2555 del 2010, respecto la cual,
el artículo 98 del Estatuto Tributario, consagra que esta no puede exceder del porcentaje de las
primas netas recibidas en el año o período gravable menos el valor de los reaseguros cedidos, ni de
los límites fijados por la ley. Del resultado de esa suma se restan las partidas correspondientes a los
siguientes conceptos:

1.1 El importe de los siniestros pagados o abonados en cuenta.

1.2 El importe de los siniestros avisados, hasta concurrencia de la parte no reasegurada,


debidamente certificado por el Revisor Fiscal;

1.3 El importe de las primas de reaseguros cedidas en Colombia o en el exterior;

1.4 El importe de los gastos por salvamentos o ajustes de siniestros.

1.5 El importe que al final del año o período gravable tenga la reserva técnica.

Para efectos de la determinación de la renta bruta de las compañías aseguradoras, el artículo 99


del Estatuto Tributario, hace especial mención a que los ingresos netos, deben entenderse como
aquel valor de los ingresos de toda procedencia realizados en el año o período gravable, menos las
devoluciones, cancelaciones y rebajas hechas durante el mismo. De otro lado, referente a las
primas netas se entiende el valor de las primas brutas menos sus correspondientes devoluciones y
cancelaciones.

En la determinación de la Renta Liquida de las compañías aseguradoras, la norma reglamentaria 14


consagra que las compañías de seguros podrán deducir por concepto de provisión para primas de
difícil cobro, hasta el valor de la provisión que la Superintendencia Financiera de Colombia exige
constituir anualmente con cargo a pérdidas y ganancias por concepto de primas pendientes de
recaudo con más de noventa (90) días. De igual manera, si se efectúa una recuperación total o
parcial de las primas cuyo valor hubiere sido deducido, constituirá renta por recuperación de
deducciones en el periodo gravable en el cual se recuperen.

Impuesto Sobre las Ventas (IVA); Teniendo en consideración que el literal c) del artículo 420 del
Estatuto Tributario consagra que el impuesto a las ventas se aplica sobre la prestación de servicios
en el territorio nacional, o desde el exterior. Resulta relevante mencionar que el legislador la ha
brindado el tratamiento de servicio al contrato de seguro, según la norma reglamentaria 15.

En el ámbito de los contratos de seguro, la acusación del IVA es distinta a la consagrada en el


artículo 429 del Estatuto Tributario. El artículo 433 del Estatuto Tributario, establece que, en los
seguros, el impuesto se causa en su integridad en el momento en que la compañía conozca en su
sede principal la emisión de la póliza, de igual manera, es posible identificar la causación con el
anexo correspondiente que otorgue el amparo o la renovación de la póliza de seguro.

14
Artículo 1.2.1.18.18. del Decreto 1625 del 2016
15
Artículo 1.3.1.2.1. Del Decreto 1625 de 2016
Tratamiento de exentos, excluidos o gravados a los Contratos de Seguro; El artículo 427 del
Estatuto Tributario establece que no serán objeto de IVA, las pólizas de seguros de vida en los
ramos individual, colectivo, grupo, accidentes personales, de que trata la Sección II del Capítulo III
del Título 5º del Libro 4° del Código de Comercio. De igual manera, las pólizas de seguros que
cubran enfermedades catastróficas que corresponda contratar a las entidades promotoras de salud
cuando ello sea necesario, las pólizas de seguros de educación, preescolar, primaria, media, o
intermedia, superior y especial, nacionales o extranjeros.

Dicho lo anterior, se consultó a la DIAN si las coberturas complementarias que amparan otros
riesgos y que se adicionan a las pólizas de seguro que se encuentran excluidas del impuesto sobre
las ventas, gozan también de dicha exclusión, la Autoridad Fiscal en el Concepto 13501 del 30 de
junio de 2016, ha planteado, a partir de la interpretación del artículo 1048 del Código de
Comercio, que las coberturas adicionales o complementarias, son anexos que tienen como fin
amparar otros riesgos a los inicialmente pactados en el contrato de seguro, y en consecuencia
dichas coberturas hacen parte integrante de la póliza.

Referente a los contratos de seguro gravados, corresponde mencionar que el artículo 468-3 del
Estatuto Tributario, consagra que los seguros agropecuarios y los planes de medicina prepagada y
complementarios, así como, las pólizas de seguros de cirugía y hospitalización, pólizas de seguros
de servicios de salud y en general los planes adicionales, están gravados con la tarifa del cinco por
ciento (5%):

En el mismo sentido, el artículo 476-1 del Estatuto Tributario, se refiere a que los seguros tomados
en el exterior, para amparar riesgos de transporte, barcos, aeronaves y vehículos matriculados en
Colombia, así como bienes situados en territorio nacional y los seguros que en virtud de la Ley
1328 de 2009 sean adquiridos en el exterior, estarán gravados con el impuesto sobre las ventas a la
tarifa general, siempre y cuando, cuando no se encuentren gravados con este impuesto indirecto
en el país de origen.

Establece la norma que cuando en el país en el que se tome el seguro, el servicio se encuentre
gravado con el impuesto sobre las ventas a una tarifa inferior, se causará el impuesto con la tarifa
equivalente a la diferencia entre la aplicable en Colombia y la del correspondiente país.

El artículo 476-1 del Estatuto Tributario, establece un supuesto de no sujeción, para aquellos
seguros de casco, accidentes y responsabilidad a terceros, de naves o aeronaves destinadas al
transporte internacional de mercancías y aquellos que se contraten por el Fondo de Solidaridad y
Garantía creado por la Ley 100 de 1993 tomados en el país o en el exterior.

Contrato de Reaseguro16; Recientemente el ordenamiento jurídico colombiano ha adoptado la


figura del Establecimiento Permanente, la cual, se ha definido en el artículo 20-1 del Estatuto
Tributario como aquel ‘’lugar fijo de negocios ubicado en el país, a través del cual una empresa
extranjera, ya sea sociedad o cualquier otra entidad extranjera, o persona natural sin residencia en
Colombia, según el caso, realiza toda o parte de su actividad’’. La norma tributaria interna consagra
que, no considerara a las oficinas de representación de sociedades reaseguradoras del exterior

16
El artículo 1134 del código de Comercio, consagra la definición del contrato de reaseguro, este consiste en
que un sujeto denominado como reasegurador contrae con el asegurador directo las mismas obligaciones
que éste ha contraído con el tomador o asegurado
como un establecimiento permanente, en este sentido, no se causan los efectos fiscales a
considerar para esta figura fiscal.

Resulta relevante mencionar que el artículo 24 del Estatuto Tributario consagra que serán ingresos
de fuente nacional, las primas de reaseguros cedidas por parte de entidades aseguradoras
colombianas a entidades del exterior. Para esto efectos el artículo 408 del Estatuto Tributario,
establece que en el caso de pagos o abonos en cuenta por concepto de prima cedida por
reaseguros realizados a personas no residentes o no domiciliadas en el país estarán sujetos a una
retención en la fuente a título del impuesto sobre la renta y complementarios del uno por ciento
(1%).

Referente al Impuesto Sobre las ventas, el artículo 476 del Estatuto Tributario consagra que se
exceptúan del gravamen los contratos de reaseguro de que tratan los artículos 1134 a 1136 del
Código de Comercio, Como lo plantea Regueros (2008) referenciando a Plazas Vega, ‘’la exclusión
de los contratos de reaseguros se explica por su carácter accesorio y complementario frente al
contrato de seguro, y porque en parte el tomador del seguro, a quien el legislador busca en últimas
incidirán el impuesto.". En este punto resulta relevante destacar que para el legislador no se
advierte un consumo en la celebración de los contratos de reaseguro, en el entendido que, con
este contrato simplemente se pretende distribuir o repartir la carga del negocio jurídico
inicialmente celebrado, el cual tiene como sujeto al tomador, quien, a la luz del Impuesto Sobre las
Ventas, es a quien se debe repercutir el gravamen indirecto.

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