La Lógica de La Escritura y La Organización de La Sociedad - Jack Goody (1990)
La Lógica de La Escritura y La Organización de La Sociedad - Jack Goody (1990)
La Lógica de La Escritura y La Organización de La Sociedad - Jack Goody (1990)
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La lógica de la escritura y la
organización de la sociedad
La lógica de la escritura
y la organización de la sociedad
Alianza Universidad
Jack Goody
La lógica de la escritura
y la organización de la sociedad
Versión española de
Inmaculada Alvarez Puente
Revisión técnica de
Jesús Alborés
Alianza
Editorial
Título original:
The Logic of Writing the Organization of Society
Prefacio 13
Bibliografía 221
JACK GOODY
Cambridge,
Febrero 1986
PREFACIO
Delimitación
La razón de este estado de cosas es bastante obvia. Las religiones
escritas tienen alguna clase de límites autónomos. Los practicantes
están comprometidos con una sola y se distinguen por su vincula-
ción a un Libro Sagrado, su reconocimiento de un credo, así como
por la práctica de ciertos rituales, oraciones y modos de propicia-
ción. No digo que siempre sea fácil distinguir quién es musulmán,
judío, cristiano, budista o hindú; la frontera suele estar poco clara.
Pero es cierto que existe algún concepto equivalente al de Dharmas-
hastra, el camino; por tanto, algunos grupos están dentro y otros
fuera, y no únicamente desde un punto de vista espacial o territorial,
aunque la proximidad suele ser un factor importante. Compárese
esto con la situación en sociedades sin escritura. No se puede
practicar la religión asante a no ser que se sea un asante; y lo que es
ahora la religión asante puede ser muy diferente de lo que fue hace
cien años. Por otro lado, las religiones escritas, al menos las
alfabéticas, son generalmente religiones de conversión y no religio-
nes «de nacimiento». Se pueden extender, como la mermelada, y es
posible persuadir u obligar a la gente a dejar un conjunto de
creencias y prácticas adquiriendo otro, el cual toma el nombre de
una secta o iglesia determinada. De hecho, la palabra escrita, el uso
de un nuevo método de comunicación, a veces puede proporcionar
por sí misma un incentivo para la conversión, independientemente
del contenido específico del Libro; aquellas religiones no sólo se
consideran «superiores» porque sus sacerdotes saben escribir y
pueden leer y oír la palabra de Dios, sino porque pueden dar a su
congregación la posibilidad de alfabetizarse. Lo que aquí afirmo es
que sólo las religiones escritas pueden ser religiones de conversión
en sentido estricto, en la medida en que éstas se distinguen de la
adopción de un nuevo culto cargo*, santuario curativo o movimien-
to antibrujería.
A pesar de esta diferencia, las creencias y prácticas locales suelen
El cambio
Aunque sostengo que en las culturas orales la conversión, en el
sentido ordinario de la palabra, es imposible, no quiero decir que no
se den cambios en el sistema religioso, en la medida en que difieren
de la modificación del número de adeptos a la religión: todo lo
contrario. La denominación «religión asante» puede encubrir cam-
bios considerables de una década a otra, aun cuando este tipo de
denominación étnica, esta forma de hablar sobre las cosas, parece dar
por supuesta una continuidad, una homeostasis, suposición que
también subyace a muchas discusiones eruditas sobre las religiones
sin escritura. Pero mi perspectiva es opuesta a cualquier tipo de
hipótesis semejante sobre la naturaleza estática de los sistemas
religiosos de las sociedades más simples y carentes de escritura, en
contraste con los del dinámico y cambiante mundo moderno. Es
muy posible que este contraste se dé respecto a la tecnología, la
economía y otras esferas relacionadas de la acción social, pero es
discutible en el aspecto religioso. En primer lugar, todas las
religiones universales de las que he hablado tienen su Libro Sagrado
o sus Escrituras: la Torah, la Biblia y el Corán. Tales obras son
depositarias sagradas de la palabra de Dios, y permanecen invaria-
bles y eternas en sí mismas, inspiradas por la divinidad y no
únicamente por el hombre. Aunque la liturgia de la Iglesia Católica
La palabra de Dios 27
mito. Sin duda la gran variación entre grupos vecinos nos lleva a tal
conclusión. Aquellos que han tratado con los que han sido llamados
aspectos culturales de las religiones están convencidos de que la
evidencia de la migración de los «santuarios medicinales» entre
grupos étnicos y unidades políticas muestra que esta adopción y
adaptación de creencias y prácticas no es un fenómeno nuevo. En
Africa occidental, el Asantehene (el jefe supremo) dirigía tales
importaciones del exterior, motivado por consideraciones políticas
más que por ningún tipo de adhesión a la ortodoxia religiosa;
también otros han buscado, con éxito, beneficiarse de ellas. Induda-
blemente un sistema político centralizado ha .establecido cierta
uniformidad, manteniendo la variación controlada. A pesar de todo,
en tiempos precoloniales circularon estos santuarios, y al llegar,
traían nuevas ideas, nuevas prohibiciones y nuevos tabúes, y nunca
eran exactamente lo mismo. De este modo modificaron con frecuen-
cia de manera significativa los sistemas de clasificación de la
comunidad en la que penetraban, introduciendo nuevas formas de
valorar la experiencia, a veces con efectos de largo alcance sobre el
orden político, moral y cosmológico. Tal fue el caso de la migración
del santuario Kungkpenbie de Birifu a las afueras de Kumasi, y del
advenimiento del Pequeño Dios entre los loDagaa (Goody, 1975).
En el primer caso, las esculturas de barro de Birifu llegaron a
difundirse ampliamente por todo Asante, y en 1950, cuando estuve
por primera vez en la zona, apareció una placa de latón kumasi en el
funeral del jefe Gandaa, que era el guardián del santuario originario.
Esta penetración de la cultura material de una sociedad a otra es
señal de otras transferencias culturales y, aunque el ritmo de
movimientos de santuarios creció indudablemente con el estableci-
miento del régimen colonial, no cabe duda de que tal movilidad ya
se daba en épocas anteriores. El movimiento del Pequeño Dios
representó un cambio de perspectiva bastante diferente, ya que era
en parte un culto sincrético, aunque el potencial para tal síntesis
existía al menos desde la llegada del islam, e incluso antes de que las
contradicciones en la idea de un Dios Creador (ayer presente, hoy
ausente) hicieran que su reaparición a nivel humano, aunque
pasajera, fuera una posibilidad siempre presente.
La palabra de Dios 29
Obsolescencia
Incorporación o conversión
Las delimitaciones características de las religiones basadas en un
Libro no sólo producen sectas cismáticas, sino también individuos
cismáticos: apóstatas o conversos. La conversión es una función de
las delimitaciones que crea la palabra escrita o, más bien, que ésta
define.
Tomo como ejemplo la llegada de los Padres Blancos al noroeste
de los territorios septentrionales de la Costa Dorada (hoy Ghana) a
principios de los años treinta. El cuidado de enfermos y las plegarias
por las cosechas, que por fortuna se vieron rápidamente inundadas
por la lluvia, condujeron a una adhesión primero minoritaria y
después masiva a la Iglesia Católica, pese a que ambos beneficios se
encontraban entre los conferidos por las divinidades locales y sus
santuarios. Esta rápida adopción de un culto nuevo y prometedor
La palabra de Dios 31
Universalismo y particularismo
Examinaré a continuación algunos aspectos del sistema moral
relacionados. Las religiones escritas se conocen a menudo como
religiones universales, en contraste con las locales; en su libro
Primitive Culture [La cultura primitiva] (1871), Tylor se refirió a ellas
como cultos éticos en contraste con los no éticos. Los dos aspectos
están interrelacionados, porque las religiones con escritura suelen
asociarse con más de un lugar, más de una época y más de un
pueblo. Esto significa que sus normas de comportamiento están
inevitablemente situadas en un marco más amplio que el que es
probable encontrar en un culto puramente local. En otras palabras,
están caracterizadas por el rasgo que Weber, y más tarde Parsons,
denominó «universalismo», el cual se opone el particularismo de las
religiones locales.
En su introducción (1947) a la traducción de la primera parte de
Wirtschaf und Gesellschaft [Economía y Sociedad], Parsons se refirió a
la idea de Weber de un proceso de racionalización fuera de la esfera
económica, en el que la racionalidad concierne al razonamiento y el
cálculo, pero es también «una actitud receptiva hacia nuevas solucio-
nes de problemas, en contraste con el tradicionalismo» (1947, pág.
28). Este proceso se caracteriza, entre otras cosas, por la devoción a
una tarea por sí misma, sin motivos ulteriores (es decir, por la id~a
de «una vocación»), la disposición a encajar en roles funcionalmente
especializados y a ser gobernados por «estándares universalistas»
(1947, pág. 28). Este universalismo está relacionado a su vez con la
presencia de un estado racional-legal y con un sistema legal universa-
lista, perspectiva que Parsons desarrolla en su obra sobre sociología
32 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
Dotación y alienación
Burocracias paralelas
grado mucho mayor. Una vez escritas adoptan una postura universa-
lista, lo que quiere decir que no puede seguirlas al pie de la letra
nadie que participe en la vida social de Sri Lanka o Tailandia,
excepto quizá los monjes, los sacerdotes o los santos, es decir, los
especialistas en religión, los «perfectos». Se han convertido en
expresiones generalizadas y normativas del tipo que promueve la
palabra escrita.
La escisión entre el código y la realidad puede salvarse con
alternativas locales, lo que origina, tanto en el budismo ceilanés
como en el Tai, una contradicción básica o quizá una tensión entre la
tradición escrita de la religión ascética y la práctica social cotidiana
de consecución de méritos unida a los ritos «mágico-animistas»,
cultos a los espíritus. Hay tensión pero también interpenetración.
Hay 6.000 monasterios en Sri Lanka habitados por monjes que
instruyen a la gente corriente en la vida religiosa (Ames, 1964), e
incluso los monjes ermitaños son requeridos para la instrucción de
los seglares, un proceso que reduce su religiosidad y aislamiento
pero que ayuda a transmitir los ideales de la tradición más elevada a
una población más amplia. Estos monasterios están unidos al sistema
de clases; la educación monástica proporciona el ascenso social de
sus alumnos, tanto para aquellos que permanecen dentro de los
muros como para los que vuelven a la vida mundana. Gran parte de
la enseñanza utiliza una lengua muerta, el pali, preservada para
propósitos religiosos de modo semejante al uso del latín en la
Europa medieval. La literatura misma consiste a menudo en com-
plejos textos rituales. Por ejemplo, los monjes budistas tienen que
seguir 227 preceptos para alcanzar el nirvana. El escolasticismo, el
«aprendizaje», la elaboración y la precisión son características de la
tradición, que subraya el contraste entre la pureza y el ascetismo de
la tradición escrita, por un lado, y lo profano y contaminado de la
vida ordinaria, por otro, contraste paralelo a la distinción entre la
generalidad o el universalismo de las normas escritas y el mayor
particularismo de la presentación oral. De estas diversas formas la
existencia de la escritura es tan crucial en las discusiones sobre las
Grandes y Pequeñas Tradiciones en la India como lo es en aquellas
de la Cultura Elitista y la Popular en Europa y en América.
48 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
3 Véase, por ejemplo, los comentarios de Woolley: «El egipcio no era muy dado al
pensamiento reflexivo y no le preocupaba lo más mínimo el hecho de que sus ideas
sobre los fenómenos de la realidad fueran irremediablemente incompatibles» (1963,
La palabra de Dios 49
Materiales y textos
pág. 719); «los textos de los sarcófagos como ejemplo de completa incapacidad para
reconocer un estrecho nexo entre religión y moral» (pág 722). Véase también su
insistencia en el uso de la magia para forzar a los dioses a prestar su conformidad.
4 Hay dudas acerca de la cuestión de si la escritura estimuló más la producción
(literaria) en sentido estricto. Assmann y otros autores han afirmado que los textos
50 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
templos fue la manera en que asimilaron el paso a las dinastías de los ptolomeos y a
los emperadores romanos (J. Baines, comunicación personal).
6 El título de Sumo Sacerdote lo ostentan humanos, pero no se presentan como
oficiantes del culto. Parece que en parte se trata de una cuestión de «decoro», pero es
considerable su efecto en la uniformidad. Por ejemplo, un texto muestra que incluso
en un período de debilidad un templo provincial tomaba de la capital su nueva
imagen de culto (J. Baines, comunicación personal).
52 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
Conservación y revolución
el valle del Nilo hasta orillas del Eufrates. Los dioses de Egipto se
convirtieron también en los de las tierras conquistadas, las cuales
contribuían anualmente a los tesoros del templo. A pesar del riesgo
de exagerar el grado de separación entre el templo y el palacio, en la
tardía dinastía XX (1200-1085 a. de C.) el faraón no fue más que un
títere en la lucha por el poder entre el clero y el ejército.
Ni que decir tiene que la toma del estado por la iglesia, o
viceversa, es solamente posible cuando ya existe una clara separación
de poderes, funciones y organización. El «sacerdote-rey» que presen-
ta Frazer en su historia de las religiones tenía bajo su control tanto el
dominio político como el religioso; efectivamente, estos dominios
apenas se distinguían. La separación de los papeles de «sacerdote» y
«rey», de los oficiantes religiosos y políticos, significaba que bajo
ciertas condiciones también era posible para una de las partes asumir
las funciones de la otra. Pero el dominio de uno sobre el otro se
convierte en una posibilidad permanente con el surgimiento de dos
organizaciones distintas, especialmente cuando ambas están reforza-
das por importantes ingresos procedentes de los impuestos, tributos
o propiedad de tierras y por un considerable control de la fuerza
militar, espiritual o ideológica. Inevitablemente, lo más probable es
que quede por encima el estado, con su control de la fuerza física;
pero encontramos ejemplos del dominio de la iglesia en la toma del
estado tibetano por las órdenes religiosas y en el poder del Sacro
Imperio Romano y más tarde los estados papales de Italia. La
oposición entre iglesia y estado, frecuentemente discutida, depende
de esta diferenciación, unida a una elaboración de los medios de
comunicación, de los métodos para almacenar el conocimiento.
Incluso aunque en el Cercano Oriente antiguo la escritura se usó
sobre todo para fines laicos, gubernamentales, también se solía
enseñar en los templos, los cuales (al igual que las abadías y los
monasterios de la Europa medieval) debían servir como bibliotecas y
escuelas de la palabra escrita. A consecuencia de esto, los templos
actuaban no sólo como centros de instrucción, sino también como
centros de actividad escolástica (Oppenheim, 1964, pág. 243), que
exigía una creciente especialización a medida que el lenguaje del
conocimiento escrito inevitablemente se fue distinguiendo más y
más del habla cotidiana, incluso aunque alguna vez hubiera habido
bramos a excluir nuestras propias acciones de esta categoría, considerando el
movimiento de la magia a la religión como algo progresivo, que progresa de ellos a
nosotros.
La palabra de Dios 57
período tardío. Herodoto quedó impresionado por su pureza ritual, que incluía la
circuncisión, baños frecuentes y la abstención del pescado y las judías.
58 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
* Id. Ibídem.
** Id. Ibídem.
*** Id. Ibídem.
**** Id. Ibídem.
La palabra de Dios 65
El ritual y la escritura
Hay otro aspecto, relativo al ritual más que a la religión, que
abordaremos en capítulos posteriores; se trata de la cuestión del uso
de la escritura para registrar los cambio en el estado de los
individuos a lo largo del ciclo vital: nacimiento, matrimonio,
muerte, etc. Las sociedades orales normalmente anuncian abierta y
públicamente que se ha producido un cambio de este tipo: me estoy
refiriendo a los cambios organizativos más que a los estructurales.
La manifestación pública puede incluir una procesión, un baile, una
fiesta con cerveza, una ceremonia u otra actividad de la comunidad.
Por supuesto, la comunicación de tal cambio de ninguna manera es
la única función de los ritos de tránsito; el rito afecta al cambio, y la
formalidad de la tradición es importante en sí misma. En la
Inglaterra contemporánea muchas personas que no son «cristianos
practicantes» desean casarse por la iglesia, aunque la ceremonia pue-
da realizarse igualmente en un registro civil y anunciarse en las
columnas de la prensa. En las sociedades contemporáneas con
escritura se dispone de métodos alternativos, no ceremoniales, para
contraer una unión; todavía se requieren «testigos», aunque la
función de estas personas ha cambiado considerablemente. Es
significativo que con el desarrollo de la alfabetización los ritos de
tránsito relacionados con el nacimiento, el matrimonio y la muerte
han llegado a ser en gran medida asuntos privados, mientras que en
las sociedades orales son públicos. Estuve mucho tiempo entre los
66 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
12 Parece que en el Sri Lanka medieval los hospitales monacales eran sólo para los
monjes (Gunawardana, 1979, pág. 147). Sobre la relativa autonomía del clero en
Mesopotamia, véase Yoffee, 1979, pág. 16.
13 Para comentarios relevantes sobre el sacrificio, véase Goody, 19816; sobre la
idea del Dios Supremo, véase Goody, 1972, pág. 32.
Capítulo 2
LA PALABRA DE MAMMON
primer lugar por los sacerdotes» (1963, pág. 467). Sin embargo, esta
afirmación apunta en la misma dirección general, ya que la escritura
que inventaron y practicaron se utilizó principalmente para gestionar
los asuntos económicos; la escritura mesopotámica primitiva se usó
para la contabilidad más que para recoger los mitos y los rituales.
Los libros fueron sobre todo las cuentas de los almacenes del templo
(pág. 510), de manera que aunque la escritura fue practicada por
sacerdotes y administradores del templo, y posiblemente su forma
definitiva fuera una invención del templo, su origen fue escasamente
religioso en el sentido ordinario de la palabra; se originó en la
naturaleza de la economía de la primera sociedad mesopotámica. Los
registros de las actividades cotidianas en Mesopotamia «surgieron en
el ámbito de una burocracia elaborada que trataba con experiencia
técnica y consistencia metodológica los asuntos de la administración
de los templos del sur de Babilonia» (Oppenheim, 1964, pág. 23).
También nos han llegado registros similares de los palacios reales y
más tarde de las transacciones legales privadas, ventas, alquileres y
préstamos, y de los contratos matrimoniales, adopciones, testamen-
tos, etc. Adams señala (1966, pág. 126) que los templos fueron
«centros cruciales para la innovación de técnicas administrativas
especializadas tales como la escritura y la contabilidad», en parte
quizá a cambio del excedente agrícola que se apropiaban en nombre
del dios. En fecha tan temprana como la época del surgimiento de la
escritura, el conocimiento de la aplicación de la escritura en la
contabilidad habría fortalecido «las funciones gerenciales de los
templos», y fomentado entre sus practicantes «una idea de distancia-
miento y superioridad respecto a las preocupaciones diarias de la
vida secular». Por tanto, la escritura representa no sólo un método
de comunicación a distancia, sino también un medio de distanciarse
uno mismo de la comunicación.
¿Cómo se desarrolló tal sistema? En los años treinta las expedi-
ciones alemanas a Uruk, en el corazón de la sociedad sumeria,
descubrieron que los primeros ejemplos de escritura son tablillas de
cuentas (Falkenstein, 1936, pág. 43; Green, 1981 ); también había
varias listas elaboradas con propósitos económicos y diccionarios
para «textos escolares» (por ejemplo, V AT 9130 de Fara), fenómeno
sorprendente en la tradición mesopotámica, pero que no constituye
nuestro principal interés en este trabajo. Estas tablillas de cuentas
parecen estar relacionadas con el uso anterior de las piezas de cambio
en el Cercano Oriente y, más tarde, con una especie de sistema de
La palabra de Mammon 75
1 Los primeros «sobres» conocidos por ahora son del nivel Uruk Medio en
Farukhabad.
2 Le Brun y Vallat rechazan la idea de que las piezas de cambio o vales
representen algo más que números (1978, págs. 33-34). Para otra crítica a Schmandt-
Besserat véase tambitn Lieberman, 1980, y la respuesta de Powell (1981, págs. 423 y
ss.). Para un análisis muy interesante sobre el modo en que la disposición espacial de
la escritura cuneiforme temprana se desarrolló a partir de su uso en piezas de cambio
en respuesta a las necesidades administrativas, fundamentalmente económicas y de
archivo, véase Green, 1981.
76 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
3 Amiet señala muchos de tales signos en el nivel 17, pero sólo aparecen de forma
«organizada» en el siguiente nivel (Le Brun y Vallat, 1978, pág. 40).
La palabra de Mammon 77
Dotaciones e ingresos
La contabilidad
Las permanentes donaciones acumuladas por la iglesia, proce-
dentes en su mayor parte de las arcas reales, es decir, «gubernamen-
tales», trajeron ciertas consecuencias. En primer lugar, la escritura
adquirió una importancia decisiva en la enajenación de la propiedad,
particularmente de las tierras, que requerían las grandes organizacio-
nes. En segundo lugar, la adquisición de los medios básicos de
producción implicó al templo en el negocio de la producción y de la
organización de la producción ajena. En tercer lugar, la organización
de la producción se vinculó a la del comercio, aunque esta última
haría su propia contribución independiente a los ingresos y activida-
des del templo. Finalmente, la misma complejidad de la economía
del templo, la necesidad de alimentar y vestir a su clero, supuso el
registro de los ingresos y los gastos. En todos estos contextos el
templo hizo un uso de la escritura tan amplio como el palacio y el
comerciante, ya que llevaban a cabo actividades similares. Como sus
actividades estaban orientadas a fines diferentes, surgieron contra-
dicciones internas entre la ideología y la práctica, entre las cuentas
celestiales y las terrenas.
La historia posterior, en la que se dan numerosos ejemplos,
puede ayudar a aclarar estas cuestiones. El papel de los templos con
tradición escrita en una economía posterior se puso de manifiesto en
la historia de la iglesia cristiana de la temprana Edad Media europea.
A pesar de una ideología dedicada a la renuncia de la riqueza
terrenal, acabó siendo una iglesia propietaria con sus textos rituales y
registros formales, documentos que tanto esclarecen el funciona-
miento general de la economía 7 • Pero quisiera poner otro ejemplo,
referente al Sri Lanka medieval, porque nos recuerda que hasta hace
7Véase el estudio de Dyer sobre el obispado de Worcester entre los siglos VII y
X\'I (1980).
La palabra de Mammon 85
La administración central
Mientras que la economía de Mesopotamia fue originalmente en
gran medida una economía de templos que más tarde se secularizó,
en Egipto, tras la supresión de los nomarcas o gobernadores
90 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
Las tablillas de negocios del período Agade suelen ser de tipo formal, listas y
recibos, aunque también hay documentos legales: declaraciones, ventas de tierras,
esclavos, animales y mercancías, informes sobre el tráfico de tierras y granjeros, y del
comercio entre ciudades. También existen cartas, caracterizadas en este período por
un peculiar exordio; tratan principalmente de la administración de las fincas y los
contratos de arrendamiento, y sólo se refieren a cuestiones de interés más amplio muy
ocasionalmente. (Gadd, 1971, pág. 450).
La producción textil
economía antigua, para desazón de sus colegas soviéticos. Los seguidores de Polanyi
también subrayan la diferencia entre los sistemas económicos, pero es importante
intentar reconciliar la continuidad y la discontinuidad al tratar los modos de
producción. .
Según Garelli, la mano de obra de los talleres textiles era servil y femenina (1969,
pág. 103).
10 Este proceso está especialmente claro en Egipto. Cuando el telar asiático fue
(704-681 a. de C., Oppenheim, 1964, pág. 94) y en la China del siglo XII d. de C. se
plantó algodón.
96 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
El comercio
Las acciones
El crédito
El viajero que salía con un envío de grano podría venderlo en alguna ciudad del
camino, recibiendo una tablilla firmada en la que el valor, posiblemente, se expresaría
en cobre o en plata; con ella, podía comprar allí o en cualquier otro sitio algo del
mismo valor, que podía vender sacando un beneficio más adelante. De nuevo podría
convertir su pagaré, no necesariamente en los bienes en él mencionados, ni siquiera en
100 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
verdaderos bienes, sino quizá en forma de otro pagaré que garantizara la entrega, de
algún artículo por el que hubiera demanda más hacia el norte. Un vendedor
inteligente podía efectuar varias operaciones y sacar un beneficio de cada una de ellas
durante un solo viaje. Al no haber dinero acuñado, no tenía problemas en el cambio
extranjero en las distintas fronteras; sus tablillas, que podían ser pagadas por los
agentes con los que tenía crédito, eran el antiguo equivalente de los billetes en
circulación basados en el valor de los productos (Woolley, 1963, págs. 613-614).
La prueba de la transferencia
Títulos de propiedad
de Navidad que se guardan como referencia para enviar las del año
siguiente. El cálculo de las reciprocidades precisas ha reemplazado,
al menos en parte, la intimidad de la relación. Janssen ofrece un
paralelo fascinante: menciona un ostraca egipcio que enumera los
obsequios recibidos cuando un hombre se convierte en abuelo, o
regalos al padre (¿suegro?); Janssen describe esto como una aide-
mémoire; pretendía refrescar la memoria del autor en alguna fecha
posterior, ya que los regalos no eran gratuitos, sino que tenían que
devolverse (1982, pág. 256).
más que del proceso político. Quiere esto decir que, si bien la
política como lucha por el poder y uso de éste está presente en todos
los niveles del sistema social, la organización política generalmente
se refiere al más inclusivo de ellos. Cuando los antropólogos sociales
estudiaron durante los años treinta los grandes reinos africanos con
instituciones políticas diferenciadas, buscaban un marco de referen-
cia para poder comparar los sistemas «tribales» que hasta entonces
habían ocupado gran parte de su atención. Radcliffe-Brown ofreció
la siguiente definición básica de un sistema político que abarcara la
variedad de sociedades encontradas en Africa: «Al estudiar la
organización política hay que considerar el mantenimiento o el
establecimiento del orden social dentro de un ámbito territorial
mediante el ejercicio organizado de una autoridad coercitiva a través
del uso, o la posibilidad del uso, de la fuerza física» (1940, XIV,
Colson, 1968, pág. 191).
La definición planteó problemas de aplicación incluso en las
sociedades «tribales», al igual que la definición paralela de «derecho»,
el arreglo de las disputas en los tribunales respaldados por esa misma
fuerza coercitiva. Posteriormente, M. G. Smith, que había trabajado
principalmente sobre los estados centralizados, siguió a Weber al
distinguir entre la distribución del poder en la competición política y
la distribución de la autoridad dentro de un sistema administrativo, y
señaló que esta distinción también se puede encontrar en sociedades
tribales. «La organización política consiste en la combinación e
interacción de las relaciones de autoridad y poder en la regulación de
los asuntos públicos» (1968, pág. 194).
Así pues, en el ámbito más amplio de interés antropológico, el
estudio comparativo de la política, definida «sustantivamente» más
que «conductualmente», ha estado dominado por la división entre
los estados por un lado y las sociedades acéfalas por otro (esto es,
sociedades sin «cabeza», a veces segmentadas, lo que he llamado
antes «tribales»). La investigación de estas últimas ha estado dirigida
principalmente a analizar cómo se resuelve el problema del orden (y
por tanto el del desorden) en comunidades que no tienen una
estructura global de liderazgo y autoridad, sin soberano, sin jefe, sin
rey o sin un consejo permanente para dirigir o coordinar sus
asuntos. Este punto fue uno de los que atrajeron a Aristóteles y a
lbn Khaldun, fue tratado por Hobbes y Locke, así como por
Rousseau y Austin, y es fundamental, como señaló Parsons, para el
trabajo de Durkheim en La división del trabqjo en la sociedad (1897), y
El estado, la oficina y el archivo 117
Burocracias
Incluso al examinar los estados simples está claro que hay que
hacer un gran número de distinciones en la naturaleza de los
118 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
La administración interna
Los impuestos, la contabilidad y el censo
ahora Venezuela fue guiada por Federmann, como resultado directo de los préstamos
hechos por banqueros alemanes al emperador Carlos V. Nos consta que el tesorero
real, Antonio de Naveros, se escandalizara por la forma en que Federmann aceptó
regalos de oro sin llevar un adecuado registro financiero (Hemming, 1976, pág. 27).
La matanza era de menor importancia que la contabilidad.
Poco después de esta expedición, los conquistadores se hicieron con un gran
número de objetos de oro en su ataque a lo que en la Colombia actual es Muisca. En
junio de 1598, el tesoro se reunió para ser fundido. Como en otras expediciones, todas
las cuales tenían que ser aprobadas por el rey, un oficial real, al igual que el_ propio
jefe, anotó lo que se había conseguido. El primer paso fue comparar los informes de
los dos. Luego, todos los participantes fueron registrados por si escondían oro o
joyas. Después de que se hubieran pagado las deudas comunes, el ejército se dividió
en tres partes, capitanes, jinetes y soldados, cada una de las cuales nombró un asesor.
Cuando todo había sido valorado, unos 200 miserables pesos fueron asignados
iglesias para que fueran destinados a misas por los 500 muertos de la expedición. Al
día siguiente, los tres oficiales reales entregaron el botín al jefe de la expedición,
apartando un quinto para el rey. El resto fue dividido entre los participantes. A pesar
de esta cuidadosa contabilidad, el jefe, Jiménez de Quesada, fue acusado más tarde
por algunos hombres que fueron dejando atrás por el camino y sin embargo exigían
su parte, mientras el fiscal le acusó de haber revelado sólo una fracción de la cantidad
debida a la corona. Como abogado se defendió brillantemente a sí mismo, y salió
absuelto con una pequeña multa (Hemming, 1978, págs. 95-96). Los problemas de la
producción del botín y la importancia de un registro exacto se encuentran en toda la
historia del proceso de saqueo del oro y los objetos de valor de Sudamérica.
La segunda forma en que la tradición escrita actuó como un factor moderador de
estos salvajes conquistadores tiene que ver con la religión. Parte de la justificación de
la conquista y la esclavitud de otros pueblos por parte de los españoles y los
portugueses era la creencia de que el cautiverio les otorgaba los beneficios de la
religión cristiana. La mayoría de los esclavos venían de Africa. Antes de dejar Angola
hacia el Nuevo Mundo, normalmente se reunía esta carga humana en una iglesia en
donde se les hablaba sobre la religión cristiana, se les bautizaba y se les daba un papel
con sus nuevos nombres cristianos (Bowser, 1974, pág. 47). Sus nombres, religión y
rango eran cambiados por medio de un papel. Este era su carnet de identidad.
Además, en su pecho se marcaba a fuego el escudo real de España, una prueba de
bautismo pero también una señal, una marca de propiedad.
Aunque los primeros conquistadores esclavizaron a muchos indios americanos
más tarde, tanto la iglesia como el rey formularon objeciones de tipo moral y
eclesiástico. Como resultado de este debate, se decidió que aunque estaba permitido
combatir y esclavizar a los moros paganos de Africa que ya hubieran oído sobre el
cristianismo y lo hubieran rechazado, aquellos que no habían tenido tal oportunidad
estaban en una posición diferente. Así pues, era preciso leer en voz alta (a ser posible
mediante un intérprete) una proclamación escrita, conocida como el Requerimiento,
antes de que tuviera lugar un ataque español. Después de contar una breve historia
del mundo, describiendo el Papado y la monarquía española, se pedía a los nativos
que aceptaran al rey como gobernante jefe en nombre del Papa y permitieran la
predicación del cristianismo en sus tierras. Si no obedecían de inmediato, los oyentes
quedaban expuestos al ataque y seguidamente a la esclavitud; la proclamación
terminaba con estas palabras: «declaramos que cualquiera de las muertes o pérdidas
124 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
que resulten de esto son culpa vuestra» (Hemming, 1978, págs. 37-38). La lectura no
sólo legitimaba el ataque, sino que transfería la responsabilidad y suprimía la culpa. El
extraordinario poder de transformación que se atribuía a la palabra escrita roza con lo
«mágico», aunque ilustra su autoridad en los sistemas polít_icos y legales que estaban a
punto de ser establecidos.
El estado, la oficina y el archivo 125
Correspondencia administrativa
La administración exterior
Tratados internacionales
un contrato debe constar por escrito, y deben de haber prestado juramento las partes
afectadas en presencia de testigos divinos. En el caso de un tratado de alianza, las
negociaciones preliminares deben realizarlas los embajadores intercambiados de los
dos poderes firmantes; cada parte tenía que redactar su propio borrador del texto, y el
deber de los embajadores era reconciliar ambas en una versión final; cualquier
desacuerdo importante se notificaría a sus jefes; por ejemplo, Shamshi-Adad de Asiria
recibió de su enviado una copia de una propuesta de tratado con Eshnunna redactado
por la otra parte, a la que objetó de inmediato: «Lo que yo quité de la tablilla todavía
está ahí. Los hombres de Eshnunna están poniendo dificultades.»
de C., como lo había estado para los europeos del litoral desde el
1500. ¿Para qué adoptaron la escritura y cómo afectó ésta el
funcionamiento de la estructura política? La respuesta es, en cierto
modo, diferente de la del caso del Cercano Oriente antiguo, ya que el
desarrollo inicial se produjo principalmente en el ámbito de los
«asuntos exteriores».
La administración exterior
Tratados, etcétera
que no era el teléfono todavía pero sí algo con más autoridad que un
mensajero. Mientras que para la realeza sería rebajarse visitar un
reino vecino, excepto como conquistador, el monarca puede mandar
su propio mensaje sin tener que delegar en un intermediario cuya
lengua puede tergiversar su intención. En vez de esto, las mismas
palabras del señor eran recogidas en una tabla inanimada, una piel
curtida o una hoja de papel.
El tratado representa un acuerdo específico entre dos potencias
soberanas, donde no hay por definición ninguna sanción por parte
de una fuerza legítima que sustente su acuerdo; tal sanción operaba
dentro de cada estado, no entre ellos. Fuera de sus fronteras es
necesario detallar el contrato, y, a veces, incluso los elementos no
contractuales del contrato, y esto tiene que apoyarse por medios no
legales y no políticos, a menos que la guerra deba considerarse como
la continuación de la política por otros medios. Esos medios pueden
estar, en parte, encarnados en la autoridad de la propia palabra
escrita, sobre todo de la Palabra de Dios cuando El es el garante de
la alianza. Pero las sanciones religiosas funcionan de una manera aun
más general en este dominio de las primitivas relaciones internacio-
nales, como vimos en el caso de los juramentos y bendiciones, en las
listas de dioses y diosas invocados como testigos o en el depósito de
los tratados originales en los santuarios (como se hizo también con
las tablas de las cuentas monacales en el Sri Lanka medieval).
Otro de los aspectos de la tendencia a usar la escritura en este
tipo de situaciones, más para las relaciones exteriores que para las in-
teriores, es el alto grado de variabilidad de los contratos exteriores.
Cuando el contenido y las estipulaciones de una nueva relación
social, como el matrimonio, son relativamente constantes (como
ocurre con el precio de la novia), es menos necesario un registro que
en el caso de una dote en el ámbito interpersonal o de una alianza
entre estados a nivel internacional; lo estipulado varía de acuerdo
con las circunstancias particulares de las partes.
Guerra y paz
La administración interna
El individuo y la oficina
puede llamar el paso del espíritu emprendedor al negocio) se hace difícil no sólo por
la inadecuada experiencia burocrática, sino también por el predominio de la herencia
fraternal. Este tipo de transmisión está relacionado con los derechos colectivos sobre
la tierra, pero es problemática bajo condiciones en las que una empresa puede pasar a
un «hermano» cuyas habilidades sean distintas a las de un «hijo» que ha sido
adiestrado para el trabajo (véase Goody, 1970).
6 La distinción se basa en otra más ampliamente reconocida, entre la propiedad
heredada y la adquirida por uno mismo; véase Portes (1949). Para un tratamiento del
concepto de cargo en Asante, véase Portes (1962).
7 Sobre esta cuestión véase la discusión de Pallers (1956, pág. 244) de las
opiniones de Parsons y Preud sobre las raíces «psicogenéticas» del nepotismo y de los
grupos solidarios.
1:I estado, la oficina y el archivo 137
tampoco son del todo amistosas. Una vez más su misión y sus
personas están rodeadas de formalidades y prohibiciones.
Permítaseme extenderme en el tema de la asistencia a una
audiencia. Cuando un subjefe asante toma posesión de su cargo,
presta juramento a su jefe supremo, el Asantehene, de modo
esencialmente igual al juramento que sus jefes subordinados le
prestarán a él. Los ancianos se presentan ante él uno por uno. Cada
subjefe inclina la cabeza, y el jefe la toca tres veces con la planta del
pie derecho, un acto ampliamente difundido que expresa sumisión
por un lado y dominio por el otro. Luego, permaneciendo de pie
ante su señor, el sujeto toma la espada ceremonial, apunta con ella al
pecho del jefe y declara en voz alta:
ya que hay hechos que señalan que la involución política había tenido lugar antes de la
llegada de los británicos.
1-1-0 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
Estratificación
Las asambleas
Así como los israelitas tenían también sus tiendas para reunirse,
los dioses mesopotámicos celebraban un consejo en donde se
debatían los asuntos, se desenvolvía la lucha política. Al menos por
lo que atañe a las organizaciones políticas más simples, si no a las
históricamente anteriores, la cuestión s~ demuestra por referencia a
las reuniones «tribales». Aunque para la mayoría de los grupos la
noción de la tribu gobernada por una asamblea democrática no es
más precisa que la de la tribu gobernada ·por un jefe autocrático, y
aunque la idea de consenso debería quizá ser rechazada en favor de la
del «sentir de la asamblea», en todas estas sociedades se dan consultas
y debates; son los precursores de las asambleas más estructuradas de
épocas posteriores y de sociedades más complejas. En sociedades
africanas de tiempos recientes se encuentran numerosos ejemplos
bien documentados de estos procedimientos orales; el estudio más
detallado al respecto es el análisis de Bohannan sobre los debates de
los tiv del oeste africano (1957). Está claro que la escritura no es
esencial para el desarrollo de las asambleas democráticas a pequeña
escala, pero la idea de una asamblea representativa o de una votación
secreta ejerce cierta presión en favor del uso de la nueva forma de
comunicación. Al igual que el poder del fusil, la escritura puede ser
una fuerza democrática, especialmente para una comunidad mayor
que la que puede dirigirse mediante relaciones cara a cara. Sin
embargo, no tuvo consecuencias inmediatas para el gobierno demo-
crático. Hicieron falta unos cinco mil años para que se extendiera la
capacidad de leer y escribir por todo el sistema social y para que ésta
fuera un instrumento de democracia, del poder popular y de las
masas. Incluso entonces sus implicaciones igualitarias estuvieron
estrictamente limitadas, ya que la alfabetización crea otro eje de
diferenciación que supone el acceso a los textos y su creación. En la
actualidad, esto depende en gran medida del nivel de educación
escrita que se ha recibido; hasta hace poco, la escritura creaba una
división radical entre los individuos instruidos y analfabetos de una
población. La proporción de los que podían leer y escribir fluctuó
enormemente con la aparición de los sistemas fonéticos de escritura,
especialmente con el alfabeto. Si bien en la Europa medieval la
proporción era baja, en Atenas el nivel de alfabetización era
probablemente alto, e incluso en el Egipto romano (donde se trataba
El estado, la oficina y el archivo 153
diferente: la de los indios cuna que habitan en las islas del Caribe
panameñas.
El papel político de los miembros instruidos de una comunidad,
que de otro modo depende en gran medida de la comunicación oral,
se pone de manifisto en los estudios de Howe (1979, 1985). Digo en
gran medida porque los cuna desarrollaron ellos mismos una forma
de representación gráfica de tipo pictórico que parece haber servido
como recordatorio mnemotécnico para la interpretación de cantos y
la recitación de mitos y leyendas (Nordenskiold, 1938; Kramer,
1970; MacChapin, 1983). Estas representaciones parecen haber sido
similares a las de los rollos de corteza de abedul de los ojibwa
(Dewdney, 1975), utilizados más bien como ritual y ayuda mnemo-
técnica que para fines de mayor alcance.
Los indios cuna han estado en contacto con los europeos desde el
siglo XVI, pero situados en un país difícil; manipulando hábilmente
un grupo externo contra el otro, han mantenido un grado considera-
ble de autonomía hasta nuestros días, y como resultado han
desarrollado un sistema político propio. Al estudiar estos desarro-
llos, Howes señala que es difícil saber cómo habrían podido
producirse sin escritura, ya que, a pesar de que la mayoría de los
cuna son analfabetos, «los pueblos se han servido enormemente de
sus miembros instruidos en la escritura para registrar casos, leyes,
juicios y permisos, para organizar las finanzas y trabajos del pueblo,
y para mantener una amplia comunicación con el exterior». A un
nivel más general, considera que hay una mayor <iformalidad y
rutinización de los procedimientos políticos. Las listas, los programas,
las leyes escritas y los procedimientos operativos estándar han
reemplazado (aunque sólo en parte) las expectativas difusas y los
acuerdos tácitos. Ninguna de las denominaciones para los sistemas
que han experimentado un cambio de ese tipo -secular, moderno,
burocrático, o el término «racional» de Weber, etnocéntrico y
cargado de connotaciones- es enteramente satisfactoria, pero la
tendencia general es obvia». Al mismo tiempo, Howe identifica una
secularización e individualización progresivas. El autor relaciona clara-
mente las dos primeras características, formalidad y rutinización, con
la existencia de listas y programas, una de las primeras características
de la escritura mesopotámica; las otras ya las hemos puesto en
relación con los desarrollos de la tradición escrita. La secularización,
en la medida en que está ligada a la separación de la iglesia y el
estado, ha constituido uno de nuestros temas principales. En cuanto
156 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
La escritura y la responsabilidad
14 Por supuesto, una protección parecida del superior tiene lugar en las adminis-
traciones con escritura, pero es más difícil de ocultar. Para conocer un ejemplo
interesante véase el estudio de Prebble sobre la masacre de Glencoe (1966), que vuelve
a la interpretación (incluyendo la desatención) de las órdenes escritas. En parte, se
trata de los ojos ciegos, que a menudo son más fáciles de cultivar que los oídos
sordos.
El estado, la oficina y el archivo 157
La definición de ley
1 Véase, por ejemplo, la actuación de los dos rectores de la isla bretona de Hoedic
en el primer cuarto del siglo XIX, quienes «élaborerent une constitution comune».
Observaron las viejas prácticas familiares, usos, derechos y viejas costumbres, y luego
las «codificaron» (J orion, 1983, pág. 42, citando a Escard, 1897). ·
2 Fallers señala que primero concibió el concepto de mu-lao como una forma
bantú de la «ley» inglesa, pero Gluckman le convenció de que no era tal (1969, págs.
331-332).
La letra de la ley 163
3 Véase Diamond, 1971, pág. 45, donde llama la atención sobre un informe del
Eforo, conservado por Estrabón, según el cual los legisladores griegos fijaban las
sanciones y no dejaban que fueran determinadas por la voluntad arbitraria de los
jueces. Igualmente, los legisladores coloniales en Africa querían un código escrito
para aumentar la certeza de la ley, suprimiendo las variaciones locales y buscando
«una versión autorizada» (Epstein, 1967, pág. 209).
La letra de la ley 169
se han registrado durante siglos. Los casos se han abreviado, anotado, presentado,
de forma resumida, y han sido objeto de comentarios prolíficos. Con el paso del
tiempo y los esfuerzos de una clase especializada de abogados, el derecho ha alcanzado
un alto grado de categorización. En estas circunstancias, la tarea del tribunal se ve
simplificada hasta cierto punto porque, cuando surgen nuevas situaciones, los hechos
que revelan pueden ser subsumidos bajo categorías existentes ... Con estas categorías
los tribunales son capaces a un tiempo de buscar analogías con casos anteriormente
decididos, y de :iplicar el precedente adecuado. El derecho consuetudinario africano,
por otra parte, no está registrado, y aunque ciertos delitos particulares tienen sus
respectivos términos vernáculos, los litigantes no tienen que incluir su demanda en
ningún tipo específico de acción. Por lo que he podido descubrir, tampoco las
decisiones individuales constituyen una autoridad vinculante para la decisión de casos
ulteriores (1954, pág. 27, subrayado mío).
La letra de la ley 171
El razonamiento legal
Formas legales
El contrato
Una de las intervenciones más obvias de la escritura se dio en el
campo del contrato. Para Maine, la graq revolución de la humanidad
fue el paso del status al contrato. En la cultura oral existen, por
supuesto, formas de acuerdo contractual. Dado que éstas crean
relaciones nuevas y a menudo temporales entre individuos o grupos,
en el futuro suele ser necesario referirse a las transacciones expresa-
das en los acuerdos. Para ello se depende de la memoria y
longevidad del «testigo ocular», aunque este modo de recordar tiene
limitaciones que suelen ser reconocidas por los propios actores en
virtud de los muchos conflictos que origina, lo que determina que
tales sociedades estén abiertas a la adopción de formas mejoradas de
testimonio o registro. Los contratos que comprenden una serie
complicada de acuerdos variables son, evidentemente, más difíciles
de seguir en las sociedades orales que se atienen a una práctica
«consuetudinaria». Son ciertamente más susceptibles a la reinterpre-
tación por cada una de las partes implicadas, y están más abiertos a la
disposición del poder presente; puede que la ambigüedad inicial no
sea mayor, pero el margen para la reconsideración selectiva, cons-
ciente o inconsciente, es inevitablemente más amplio.
La ausencia de un registro escrito limita el alcance y la variabili-
dad de los contratos orales. Por ejemplo, en el caso de un
matrimonio, la familia del novio dará cuatro cabezas de ganado a la
familia de la novia. El contrato escrito (distinto del código escrito)
aumenta el grado potencial de especificación, ya que cada contrato
puede ser adaptado por las partes a la situación presente. No quiero
decir que los pagos matrimoniales variables sean característicos
únicamente de las sociedades con escritura; si hay alguna asociación
positiva entre los dos, se debe casi con seguridad a otros factores.
Además, las excepciones son numerosas: en Asante, la naturaleza y
cantidad de las prestaciones matrimoniales depende del rango social
de la novia. Sin embargo, las variaciones que se dan en este tipo dfr
transacción en las sociedades orales normalmente tienen que formu-
larse de manera bastante sencilla. Las implicadas en, por ejemplo, el
matrimonio melanau en Sarawak son mucho más complicadas
(Morris, 1953, págs. 129-133), y cuando es necesario guardar un
La letra de la ley 179
Testamentos
Con el uso de la escritura en los matrimonios e hipotecas, las
transacciones pueden llegar a ser más complejas, en cierta manera
más vinculantes, ya que son más explícitas desde el punto de vista de
la acción legal. Al mismo tiempo las transacciones tienden a no serlo
La letra de la ley 181
Cuando una persona libre haga testamento y conceda su propiedad a la iglesia para
la redención de su alma [véase Proverbios, 13, 8], déjesele hacer eso con su propia
parte después de que haya hecho la repartición con sus hijos. Que nadie se lo impida,
que ni el rey ni el duque ni ninguna otra persona tenga el poder de impedírselo. Y
cualquier cosa que haya cedido (casas, tierras, esclavos o cualquier otra propiedad)
para la redención de su alma, que lo confirme por escrito de su puño y letra, y que
traiga seis testigos, o más si lo desean, y que pongan sus manos sobre el escrito y
pongan sus nombres según los vaya requiriendo. Que ponga luego el escrito sobre el
altar, y entregue el dinero en presencia del sacerdote a cargo del lugar. Y que a partir
de entonces no tenga ningún poder sobre él, ni él ni su descendencia, a menos que el
defensor de la Iglesia quisiera concederle el favor, pero permítl!se que las cosas de la
Iglesia sean defendidas por el obispo, cualquier cosa que den los cristianos a la Iglesia
de Dios.
La boca y la mano
El uso de la escritura conlleva un cambio parcial de la instrumen-
talidad humana de la boca a la mano que tiene un efecto significativo
sobre las formas legales, especialmente las «simbólicas». Cuando un
asante era condenado a morir, su boca era cerrada inmediatamente
por medio de un espetón, con lo cual se evitaba que maldijera al jefe
que había juzgado el caso. El poder de la maldición, en el sentido de
su eficacia, se considera dependiente no sólo de una visión particular
de la interacción de las fuerzas en el universo, sino de la idea de que
una fuerza especial va unida a ciertas fórmulas verbales, sean estas
maldiciones, juramentos, maleficios o bendiciones, una fuerza capaz
de actuar sobre los individuos implicados. Aquellos que son reacios
a aceptar esta cadena causal las pronuncian como insultos, irrespe-
tuosos para el hombre y posiblemente para Dios, pero cuya eficacia
reside en la ofensa.
El juramento, la maldición, el maleficio y la bendición son
expresiones en las cuales la boca adquiere un significado especial. En
el lenguaje de los loDagaa, la frase kuono nuor, «grita la boca»,
describe un juramento o una maldición; para finalizar la situación
creada por este acto verbal hay que «quitarse la boca», un procedi-
miento que elimina el peligro de acción mística.
Para el canal escrito, el órgano correspondiente es la mano que .
constituye un foco de significado paralelo en expresiones tales como
«de mi puño y letra». La caligrafía adquiere una importancia especial
como reveladora del «carácter», y el equivalente del juramento oral
es la confesión firmada. Efectivamente, la firma llega a ser un
sustituto de la persona, al menos al pie de los cheques, y no es sólo
una tarjeta de identidad, tan personal como la huella dactilar o la
mano, sino también una afirmación de la verdad o del consenti-
miento.
La prueba
En el caso del formalismo procesal, los contratos, los testamen-
tos y, como veremos en la próxima sección, el registro de un título
186 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
derecho» más que como un «código», un cambio de opinión que también ha tenido
lugar con respecto al «código» de Hammurabi (por ejemplo, Bottéro, 19826; Yoffe,
1979, pág. 16). He usado «código» en un sentido menos preciso del que implica esta
distinción.
La letra de la ley 187
Pregunte en primer lugar el Juez, para que pueda solucionar bien el caso, a los
testigos, y luego pida los documentos, de tal modo que la verdad pueda descubrirse
con más seguridad, para que no llegue fácilmente a un juramento ... Pero préstese
juramento en aquellos casos donde la investigación del juez no descubra escritos o
pruebas o signos seguros de la verdad (II.1.21; Diamond, 1971, pág. 304).
7 Las palabras atribuidas a William son parecidas a las que se cree que pronunció
al emperador chino, Hsiao-wen, en el siglo V. «Los códigos [wet] son los grandes
principios del estado y los medios para ordenar al pueblo. Si el gobernante es capaz de
hacer valer sus códigos, entonces el estado está en orden; si no puede, está en
desorden. Nuestro estado se originó en [la zona de] Hung y Tai y creó instituciones a
medida que la necesidad surgía; éstas no son un código perdurable para siempre. Por
tanto, este verano hemos tomado parte personalmente en una discusión sobre los
artículos de la ley» (citado en Dien, 1976, pág. 80). Nótese que el código se ve como
La letra de la ley 195
De hecho, el Libro del Día del Juicio parece haber sido escasamente
utilizado como fuente de derecho (aunque se usaba en la administra-
ción) hasta doscientos años después, cuando hubo otra rápida
extensión de las técnicas burocráticas del gobierno.
La conquista normanda cambió el lenguaje de registro, no al
francés, sino al latín, probablemente como consecuencia de que
normandos y extranjeros fueron designados para ocupar los obispa-
dos y abadías. La introducción de estos hombres y el uso de este
lenguaje lleva a la fundación de nuevas bibliotecas e introduce al país
en «la corriente de la comunicación escrita medieval» (Clanchy, 1979,
pág. 13), más abierta a las reformas administrativas del papado
gregoriano del siglo XI. Según Clanchy, la burocracia inglesa
comenzó realmente con las relaciones presentadas a la Cámara de
Cuentas del siglo XII (pág. 21). Por lo menos desde 1270 se obligaba
a los administradores y alguaciles a anotar los nombres de todos los
varones mayores de doce años; bajo el Estatuto de Exeter de 1285
había que dar a los comisarios del rey los nombres de cada aldea.
Sobre el 1300 los alguaciles y algunos otros estaban ya acostumbra-
dos a hacer listas; los libros sobre administración de fincas recomen-
daban hacer en el otoño una lista con todas las pertenencias del
señorío. También en este período, el reinado de Eduardo I, llegó a
haber siervos que usaron documentos (pág. 33).
La estructura de la vida rural estaba profundamente influida por
el hecho de que Inglaterra nunca adoptó el sistema, reinstaurado en
Italia y en el sur de Francia aproximadamente en este período, por el
cual era preciso que un notario redactara y certificara los documen-
tos; en vez de esto, cada individuo lo hacía por sí mismo usando su
propio sello. Por consiguiente, no tuvieron el mismo desarrollo los
notarios rurales, tan bien reflejados en La Maison du Pere de Collomp
sobre la Provenza del siglo XVIII, la tierra del Droit écrit, donde el
notario y el clérigo controlaban los principales usos de la escritura en
las áreas campesinas. El sacerdote anotaba los sucesos de la vida de
un individuo, los «rifes de passage» más importantes, esto es, el
bautismo, el nacimiento, el matrimonio y la muerte, mientras que el
notario registraba los contratos de matrimonio y los testamentos que
un instrumento para ordenar las relaciones sociales, pero lo hace sin perdurar
eternamente y pasando por alto lo particular. «No deberíamos trastocar nuestras
institucio?es simplememe [para acomodar] a un hombre [digno]», una idea contraria a
la trnd1c1on de Confuc10 de elevar a los hombres por su talento más que por su
nac1m1ento.
196 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
ignora las leyes obsoletas, que caen en el olvido y mueren en paz, aunque la ley
permanece joven, siempre en la creencia de que es vieja. Sin embargo, no es vieja ...
Por otra parte, hasta que un texto nuevo no haya reemplazado a uno viejo, incluso
aunque la vida hace mucho tiempo haya condenado a morir al viejo, la ley estatutaria
no puede liberarse de la letra de los textos legales; entretanto el texto muerto conserva
el poder sobre la vida (1939, pág. 179) '
escrita, 111, 129, 137-144, 148, 154- Corán, 26, 46, 172, 180
155, 220 correspondencia, 126, 129, 131
escritura, como medio de, 74, 111, de la cancillería, 129, 131, 143
154 corvée, 89, 90, 214
exterior e interior, 130• 135, 141 crédito, 99-104, 109, 110-111, 134, 211
modos de, 166, 207, 220 Creta, 59, 119
oral, 120, 124, 125, 129-144 passim cristianismo, 23, 24, 32, 33, 34, 35, 36,
Confucio, 150 38, 42, 44, 46, 55, 87, 133, 209
consuetudinario, derecho, 160-162, 163, calvinista, 27
167-169, 172, 174, 175, 177, 178, coptos, 23
181-182, 188-189, 198-199, 202, cristianos «no practicantes», 65
211 enseñanza cristiana, 35, 38
arrendamiento consuetudinario, 189 Etiopía cristiana, 179
bookright anglosajón, 183 iglesia cristiana, 43, 65 , 84, 183
contradicciones en, 197 luterano, 27
derecho tribal, 178 Padre Nuestro, 62
flexibilidad del, 171, 210 prácticas y creencias cristianas, 30,
como ley proto-nacional, 163, 198 42-43
reglas, 165, 167, 168, 171, 174-175, tradición cristiana, surgimiento de la
176-187, 191 religión canónica desde el, 55
transmisión oral de la, 169, 181, 189 véase también Iglesias Católica y
uniones, 192-193 protestante, protestantismo
véase también sociedades orales cuentas, 69, 74, 79, 84-88, 90-91, 99,
contabilidad, 70, 74, 78, 80, 86, 87, 93, 103, 111, 122, 123n., 124, 133,
97, 103, 104,111,214,220 134, 135, 146, 211, 216-218
lenguaje empleado por la, 124 balance de, 93-94, 103, 109-110, 122
partida doble, en la Italia medieval, facturas, 111
217 lenguaje empleado por, 124
contratos, 107, 127, 156, 170, 178-180, como un lenguaje no sintáctico, 124
185, 189, 203-204, 210 de palacio, 93-94, 120
escritos, 179, 180, 189; en la Italia véase también contabilidad y registros
medieval, 195 cultos, 59, 81, 82, 130, 208
fórmulas para, 108 cargo, 25, 42
orales, 178, 185 culto a los muertos, 48-49
de propiedad, 179 a los espíritus, 44-47
ley de contrato, 178-180 movilidad de los, 21 O
véase también acuerdos, cuneiforme, escritura, 71, 73, 77, 129
contradicciones en los tratados y cursiva, escritura, 49, 55
oral, 197, 204, 210
control social, 166 China, 27, 38, 40, 59, 63, 71, 95, 119,
separación organizativa en el, 120, 126, 143, 150, 158, 209, 216, 218
208 caracteres chinos, 77
sociedades acéfalas, 116, 117, 122, chino (pueblo), 126
130 , 137, 164-165, 167 Hangzhou, 112
tribal, 117 taoísmo, 209
en los tribunales, 165
véase también sociedades orales Dahomey (de Africa), 37, 89, 94, 134
conversión a la religión, 25, 26, 30, 31, deidades, masculinas y femeninas, 45
208 despotismo africano, 141
236 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
precedente, 164, 170-171, 173, 174, escritura cuneiforme, 71, 73, 77, 129,
186, 188, 203-204 155
procesos, 187; orales, 187 Hamurabi, 107, 108; Código de, 97,
razonamiento legal, 173-175, 203, 104, 105, 167, 203
205 horóscopos en, 60
romana, 163, 164, 171, 198, 203; ritual y mito en, 61, 62
Tratados de Teodosio y sacerdotes en, 73-74, 83, 97
Justiniano, 203 sistema de regadío, 108
véase también administradores, teorema pitagórico en, 107
códigos, contratos, control social, Terga, 94
justicia, derecho consuetudinario, mito(s), 27, 29, 61, 62, 74, 155
sistemas legales, testamentos y de los bagre, 29
tratados
Libro sagrado, 25, 26, 129, 150, 209 Nirvana, 47
véase también religión, del Libro; normas, explícitas o implícitas, 200-205
Torah, Corán y Biblia números, 76-80
libros mayores, 94
listas, 61, 64, 74, 79, 80, 81, 110, 155, ojibwa, los
189, 195 rollos de corteza de abedul de, 155
botánicas, 112, 113 oración, 58, 61-62
loDagaa, 28, 29, 35, 65, 66, 78, 109, Padre Nuestro, 62
137, 164, 181-182, 183, 185, 188 orales, sociedades, 37, 60, 65, 78, 105,
bagre, los, 29 109, 111, 155-156, 168-172, 176-
Birifu, 28, 66, 181 179, 182-183, 189, 197, 201, 208,
contribuciones funerarias, influencia 211
de la escritura en, 109 adaptación de la religión en las, 43
y la escritura, 125 cambios de status en, 65-66, 143
juramentos entre los, 185 cambio de leyes en las, 168-172
transmisión de mensajes en, 137 instigación del cambio político en
vilmiong, 29 las, 153
Lozi, 162, 165, 186 oral a lo escrito, cambios de lo, 109,
concepto de mulao, 162 129, 164, 184-185, 187-188
sistemas jurídicos en las, 162, 166,
matrimonio, legitimación del, 192 176
Mencio, 150 orden del día, 154
mensajes, 154
escritura como medio para pagarés, 100-102, 203
transmitir, 130-131, 137-139 Palabra Sagrada, 41, 42
Mesopotamia, 23, 60, 61, 62, 63, 71, panteón, 50-55
72, 73, 74, 78, 80, 83, 89, 90, 95, Parsons, Talcott, 31-32, 71, 116, 117,
96, 97, 98, 99, 100, 103, 104, 107, 213
108, 121, 135, 155, 176, 194, 203, pasaportes, 111, 130, 131
215, 216, 219 periódicos, 148, 153
adivinación en, 60-61 Platón, 150, 161
asambleas en, 151 producción, 67, 68, 84, 85, 86-87, 90,
astrología en, 60 92, 95, 113, 210-211, 215-216
augurios en, 60 sistemas de producción, diferencias
construcciones en, 108 en los, 119
democracia primitiva en, 151 textil, 94-96, 101-102
240 La lógica de la escritura y la organización de la sociedad
ritual(es), 27, 34-37, 45, 51, 58, 59, 61, tablillas, 76, 92, 93, 94, 100, 106, 107,
63-67, 128, 150, 155 128, 194, 204
y escritura, 65-67, 150 Mihintales, 86
Roma, 115, 151, 159, 176, 179, 218-219 testamentos, 180-185, 203, 204
testimonios, 185, 187
sacerdotes, clero, 37-38, 45, 51, 52, 55- textos, económicos, 118
58, 61, 63-65, 69, 74, 76, 84, 85, Tibet, 27, 39, 90, 218
91, 97, 148, 195, 204, 208 tierra
en Egipto, 51, 52, 55-58, 80-83, 90- derechos sobre las, 85, 104-105, 109,
91, 119, 125 166
en Mesopotamia, 74, 83-84, 97 propiedad, 85-86, 149
papel administrativo del, en el tenencia de, 190-191, 216
antiguo Cercano Oriente, 56 título de, registro, 104-105, 106, 166,
sacrificio, 34-37, 59-60, 61, 67 185, 188-193, 210
sellos, 72, 76, 92, 195 transferencia de, 104-106, 181-182,
Siria(os), 23, 92, 126, 128, 216 191
Ebla, 92, 95, 97, 105, 126, 197 véase también propiedad
sistemas de archivo, 119 Tiv (del oeste africano), 152, 165
sistemas legales, 148-156, 164-165, 169, Torah, 27, 55, 64, 65
170, 172, 174, 177, 179, 186, 187, transacciones, 104-105, 212
199, 203; angloamericanos, 159, tratados, 127, 128, 131, 132
173, 174; ingleses, 203
Sri Lanka, 46, 47, 84, 85, 87, 88, 94, Ur, 100, 101, 103
132, 219 diosa Ningal, 103
invasión cola en, 88 Ur III, 93, 96, 100, 106
Vikramabahu I de, 88
vai (del oeste africano), 91, 111
summa(e), 196, 197,198,211
Summa Theologiae, 196-197 Weber, Max, 31-32, 39, 86, 116, 119,
Susa, 75, 76 135, 136, 163, 217, 218
concepto de burocracia, 119, 135,
tablas, 80 136
Alianza Universidad
Volúmenes publicados
416 Luis Angel Rojo: Keynes: su tiem- 440 Mario Bunge: Seudoclencla e Ideo-
po y el nuestro logía
417 Jean-Paul Sartre: El ser y la nada 441 Ernst H. Kantorowlcz: Los dos
cuerpos del rey
418. Juan Pablo Fusl: El Pals Vasco.
Pluralismo y nacionalidad 442 Julián Marías: Espafta Inteligible
419 Antonio Rodríguez Huéscar: Pers- 443 David R. Rlngrose: Madrid y la
pectiva y verdad economla espaftola, 1560-1850
444 Renate Mayntz: Sociología de la
420 José María López Plñero: Oríge- Administración pública
nes históricos del concepto de
neurosis 445 Mario Bunge: Racionalidad y rea-
lismo
421 Hermann Heller: Escritos politlcos
446 José Ferrater Mora: Unamuno.
422 Camilo J. Cela Conde: De genes, Bosquejo de una fllosofia
dioses y tiranos. La determinación
biológica de la moral 447 Lawrence Stone: La crisis de la
aristocracia, 1558-1641
423 Walter Ullman: Principios de go- 448 Robert Geroch: Le relatMdad ge-
bierno y politlca en la Edad Media neral: de la A a la B
424 Mark Blaug: Le metodologla de la 449 Steven M. Sheffrln: Expectativas
economia racionales
425 Carl Schmltt: La dictadura 450 Paulino Garagorrl: Le fllosofla as-
paftola en el siglo XX
426 Rita Vuyk: Panorámica y critica
de la eplstemologia genética de 451 Manuel Tuñón de Lara: Tres cla-
Plaget, 1965-1980, 11 ves de la Segunda República
427 Fernando Vallespín Oña: Nuevas 452 Curt Paul Janz: Friedrlch Nietz-
teorlas del Contrato Social sche. 4. Los años de hundimiento
435 Rafael Lapesa: La trayectoria poé- 462 Wasslly Leontlef y Faye Duchln:
tica de Garcilaso El gasto militar
436, 437 Raymond Aron: Paz y guerra 463 Francisco Rico: El pequeño mundo
entre las naciones del hombre
532 Ernest Gellner: Naciones y nacio- 557 Victoria Camps: Etica, retórica y
nalismo política