Nuestra Nueva Identidad en Cristo
Nuestra Nueva Identidad en Cristo
Nuestra Nueva Identidad en Cristo
La palabra de Dios nos dice cómo era nuestra identidad antes de conocer a Cristo
Jesús como nuestro Señor y salvador personal.
● ÉRAMOS HIJOS DE IRA (Efesios 2:3) entre los cuales también todos
nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Nuestra vida estaba
destinada a sufrir la ira y el juicio de Dios por causa de nuestro pecado.
Por eso no tenemos que desanimarnos en nuestra vida cristiana, aunque muchos quizas no
crean en el cambio que Dios ha hecho en nosotros, aunque muchos se burlen, aunque
muchos nos digan que nunca vamos a cambiar, nosotros debemos creer en las palabras
que nuestro Dios ha dicho de nosotros.
I) SOMOS LINAJE ESCOGIDO: AHORA SOMOS HIJOS DE DIOS (Juan 1:12) Mas a
todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios;
En este mundo lleno de pecado y de maldad, hay un linaje escogido, hay un linaje especial,
y ese linaje son los hijos de Dios, esos hijos que no han sido engendrados de carne sino de
Dios (Juan 1:13) los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni
de voluntad de varón, sino de Dios.
Ya no somos hijos de desobediencia ni hijos de ira, somos hijos de Dios, hemos sido hecho
parte del linaje más escogido, ahora somos parte del linaje más especial, hemos sido
hechos parte de la familia de nuestro Dios (Efesios 2:19) Así que ya no sois extranjeros
ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
no porque seamos buenos, o porque lo merezcamos sino por su gracia y su misericordia a
nuestra vida.
II) SOMOS REAL SACERDOCIO: AHORA SOMOS SACERDOTES PARA DIOS (Hebreos
4:16) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
En el Antiguo Testamento podemos ver que solamente el sumo sacerdote podía entrar al
lugar santísimo en el templo, pero cuando Cristo murió en la cruz el velo del templo se
rasgó, y eso significaba que el camino al lugar santísimo estaba abierto para nosotros por
medio de Jesucristo, ahora nosotros tenemos acceso libre y directo con nuestro Dios,
somos sacerdotes para Dios pues podemos acercarnos confiadamente a su trono de la
gracia para recibir el socorro para nuestra vida, no necesitamos de nadie mas, no
necesitamos intermediarios, nosotros como real sacerdocio tenemos acceso directo a la
presencia de nuestro Dios.
Antes de recibir a Cristo como nuestro Salvador personal nuestra vida no era aceptable ni
agradable para Dios (Salmos 7:11) Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el
impío todos los días.
Pero desde el momento que Cristo vino a nuestra vida, él nos ha dado una nueva identidad,
ahora Dios no nos ve como enemigos, sino que somos sus hijos y también sacerdotes, por
eso podemos acercarnos al Señor con libertad, sin temor (Hebreos 10:19-22) Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es,
de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos
con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala
conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
III) SOMOS NACIÓN SANTA Y PUEBLO ADQUIRIDO POR DIOS: AHORA HEMOS SIDO
APARTADOS PARA DIOS (Colosenses 1:12-13) con gozo dando gracias al Padre que
nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha
librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.
Tenemos que comprender que en medio de este mundo lleno de pecado, de maldad, de
injusticias y de iniquidad, hay un pueblo especial, una nación santa, un pueblo que ha sido
apartado por nuestro Dios, y ese pueblo somos cada uno de nosotros que le hemos recibido
como Señor y salvador de nuestras vidas.
Nuestro Señor Jesucristo lo ha dejado muy bien establecido: Estamos en este mundo, pero
no somos de este mundo (Juan 17:14-17) Yo les he dado tu palabra; y el mundo los
aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego
que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Y es por eso que Cristo viene por cada uno de nosotros que somos su pueblo, para
librarnos de los juicios que vienen para este mundo (1 Tesalonicenses 4:16-17) Porque el
Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros
los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con
ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el
Señor.