Historia de La Antropologia Social

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Historia de la Antropología Social: el desarrollo de las teorías

sobre la cultura.
Introducción

La antropología académica o profesional surgió en la segunda mitad del siglo


XIX. Desde entonces se han desarrollado diferentes interpretaciones sobre
su objeto de estudio: la cultura. De hecho, existen tantas definiciones sobre
cultura como teorías antropológicas o incluso, como antropólogos y
antropólogas. Todas estas teorías han producido un conocimiento
acumulativo. Es decir, cada nuevo planteamiento se ha generado al considerar
las aportaciones de las corrientes teóricas previas. En antropología entendemos
por corriente teórica la dirección o actitud concreta adquirida a la hora de
explicar los fenómenos culturales.

La antropológica surgió en el siglo XIX en la sociedad moderna. Sin embargo, la


antropología se diferenciaba del resto de ciencias sociales de la época en que
su ámbito de estudio se encontraba precisamente fuera de la propia
sociedad de producción.

Hasta bien entrado el siglo XX, la antropología se dedicó al estudio de las


ociedades simples’ o ‘primitivas’ mientras que la sociología se encargó del
estudio de las sociedades modernas o complejas. Aquello que distinguía a la
antropología del resto de las ciencias sociales era, precisamente, el estudio de
las culturas lejanas. A partir de la segunda mitad del siglo XX y como resultado
de la desaparición de numerosas culturas exóticas debido, en gran medida, al
largo proceso colonizador, la antropología comenzó a desarrollarse también
dentro de las propias sociedades modernas. En la actualidad, la antropología
estudia todo tipo de culturas, incluida la occidental. En cualquier caso, el interés
por las culturas lejanas comenzó con anterioridad.

Previamente al surgimiento de la antropología ya se habían producido


numerosas descripciones sobre diversas culturas exóticas de la mano de
viajeros, geógrafos, religiosos, etc. Los libros sagrados (hebreos, musulmanes o
hindús) también recogen abundante información sobre la cultura de los pueblos
antiguos. Más adelante, hacia el siglo V a.C., los geógrafos griegos realizaron
descripciones detalladas sobre los pueblos y culturas que iban descubriendo.
También los filósofos y viajeros romanos recogían información sobre las
costumbres de los pueblos que conquistaban. Más adelante, en el Renacimiento,
se produjeron varios acontecimientos a nivel mundial que fueron decisivos para
el surgimiento de la disciplina antropológica.

Entre los siglos XV-XVI, la configuración espacial mundial cambió como


consecuencia de la nueva información aportada por parte de algunos viajeros
europeos (Cristobal Colón fue el más reseñable) sobre la estructura territorial
mundial. La sociedad europea comenzó entonces a establecer contactos
sistemáticos con otras culturas. De hecho, los orígenes del actual proceso de
globalización se remontan hasta el año 1492 cuando Colon llegó por primera vez
a América. Entonces comenzó el proceso de mundialización.
A esta nueva percepción espacial y territorial del mundo hay que sumarle
también la temporal. Como consecuencia de aquellos primeros contactos entre
culturas, también se descubrió que el origen del ser humano era mucho más
antiguo de lo que se creía y junto con este descubrimiento surgió el interés
dentro de las disciplinas científicas por estudiar y descubrir la verdadera
genealogía de la especie humana. Así se fueron gestando las primeras
especulaciones sobre el origen de los seres humanos más allá de las teorías
divinas de la Iglesia que lo relacionaba con un Dios creador. Se crearon las bases
para el futuro desarrollo de la teoría sobre la evolución formulada por el
naturalista inglés, Charles Darwin (1809-1882).

Posteriormente, en el siglo XVIII, el movimiento sociopolítico e ideológico de


pensamiento de la Ilustración se caracterizó por otorgar un lugar central al
pensamiento racional. Influenciados por el peso de la razón, comenzaron a
realizarse los primeros estudios experimentales sobre la sociedad que consistían
en determinar la influencia que el medio natural y el contexto humano ejercían
sobre los individuos. Así se gestó la orientación sistémica en el estudio de la
sociedad. Según esta teoría, todas las personas formamos parte de un sistema
y las relaciones sociales sólo tienen lógica dentro de este contexto. Los
pensadores más significativos de esta época fueron Jean- Jacques Rousseau
(1712-1778), Adam Smith (1723-1790) y el Barón Montesquieu (1689-1755). Sus
principales aportaciones teóricas se resumen de la siguiente manera:

- Reconocimiento de la evolución. La evolución es unilineal y las ciencias


deben descubrir las diferentes etapas o estadios que se han dado durante el
proceso de evolución social.

- Convicción profunda en la idea de progreso

- Creencia en la unidad psíquica de las personas, todas los individuos somos


iguales.

- El poder del cambio (cultural) reside en las propias personas, no en Dios.

Con la Ilustración comenzaron a realizarse los primeros estudios empíricos


sobre diversas culturas. Aún no existía la antropología como disciplina científica
pero en esta época, el interés de los filósofos y pensadores hacia el objeto de
estudio de la misma se hizo cada vez mayor. Sin embargo, todos estos estudios
se caracterizaban, sobre todo, por ser absolutamente etnocéntricos.

Este interés por las culturas lejanas proliferó en Europa y Norte América durante
el siglo XIX. La curiosidad se centró especialmente en aquellas culturas que
como consecuencia del colonialismo, estaban en peligro de extinción. La
antropología como disciplina surgió, precisamente, como consecuencia de este
deseo por conocer y recoger los rasgos culturales de aquellos pueblos
desaparecidos o que se encontraban en peligro de extinción.

La profesión antropológica se gestó a partir de la segunda mitad del siglo XIX


entre los discursos evolucionistas y la hegemonía política de Europa. Los
resultados de las Ciencias Naturales fueron muy relevantes durante este siglo y
éstos también ejercieron una notable influencia en los primeros trabajos
antropológicos. La teoría sobre la evolución de Darwin fue decisiva para la
creación y el desarrollo de la primera corriente teórica en antropología.

Los temas de la antropología social

Desde que surgió la disciplina antropológica en el siglo XIX hasta la


actualidad,ésta ha estudiado, sobre todo, seis temas principales.

El origen del individuo y la humanidad

Esta problemática no está siempre presente, aparece de manera intermitente.


Fue la principal preocupación de la corriente Evolucionista y más tarde, la
recuperó también el Neo-Evolucionismo y la Antropología Marxista. El origen del
individuo y la humanidad representó una de las preocupaciones centrales en los
comienzos de la antropología social.

Cultura, Cultura Vs. Naturaleza, Diversidad Cultural

En tanto que el objeto de estudio de la antropología es la cultura, nos


encontramos ante conceptos fundamentales y estratégicos dentro de la
disciplina. Todas las corrientes teóricas en antropología versan sobre ellos y
cada cual ha producido una interpretación particular sobre los mismos. La cultura
y todos los aspectos con ella relacionados representan un tema trasversal en
antropología social.

Estructura, sociedad y política Algunas corrientes teóricas dentro de la


antropología han tratado también estos conceptos trabajados con mayor
profundidad por la sociología contemporánea. Los trabajos de los sociólogos
Herbert Spencer y Emile Durkheim, en concreto, han sido los que mayor
influencia han ejercido dentro de las teorías antropológicas sobre estructura
social. Tal y como veremos, las principales teorías antropológicas en este ámbito
fueron la Estructural-Funcionalista (Radcliffe-Brown) y la Estructuralista francesa
(Leví- Strauss).

Procesos temporales, símbolos y significados

Nos encontramos ante el objeto de análisis primordial de las teorías


antropológicas de la segunda mitad del siglo XX. Las primeras teorías en acuñar
estos conceptos fueron la Antropología Social Británica, la Antropología
Simbólica y también, la Interpretativa. Estas dos últimas, en concreto, concebían
la cultura como un conjunto de sistemas simbólicos que el o la antropóloga debía
saber interpretar.

Discriminaciones social, compromiso social y revisión de la antropología Surgen


las especializaciones de la antropología las cuales tendrán como punto analítico
los temas que se citan. En muchos casos, la diversidad temática y metodológica
tiene un aspecto en común y es que se sitúan dentro de la antropología aplicada.
Surgen así los primeros trabajos antropológicos de carácter eminentemente
práctico. Algunas teorías más destacadas en este sentido fueron la Antropología
Crítica y la Antropología Feminista.
Antropología de la antropología.

A partir de 1980, con el surgimiento del posmodernismo como actitud y


pensamiento social, científico y artístico, etc., la antropología desarrolló varias
teorías dirigidas a la revisión de la propia disciplina.

Todas las interpretaciones y preocupaciones analíticas descritas se han


sucedido y combinado entre sí dando como resultado el desarrollo de diferentes
teorías antropológicas.

Principales corriente teóricas en antropología social

Tal y como hemos indicado al principio de este tema, una corriente teórica en
antropología se refiere a la dirección o actitud concreta que los y las antropólogas
adoptan a la hora de explicar los diversos fenómenos culturales. Por otro lado,
cuando definíamos el concepto de cultura en el tema anterior, indicábamos que
existen tantas definiciones del término como corrientes antropológicas o incluso,
como antropólogos y antropólogas. Uno de los objetivos de las líneas que siguen
es demostrar lo anterior. Por ello, hablaremos sobre las teorías antropológicas
más destacadas y también sobre las y los antropólogos más emblemáticos
dentro de cada una de ellas. Finalmente, a pesar de que varias teorías se han
desarrollado de manera simultánea en diferentes lugares (las tres escuelas
clásicas en antropología son la británica, la francesa y la norteamericana), en la
medida de lo posible, hemos ordenado las corrientes en orden cronológico. Con
ello queremos dejar constancia de la importancia que el conocimiento
acumulativo al que nos referíamos con anterioridad ha tenido para el desarrollo
teórico de esta disciplina.

El Evolucionismo

Las premisas de la Ilustración en torno a la evolución humana y su desarrollo por


parte de la biología a partir del siglo XVIII, crearon la base necesaria para que
aquellos primeros debates en antropología social giraran entorno a esta idea
sobre la evolución.

La teoría antropológica Evolucionista parte de la premisa básica de la


Ilustraciónde que la especie humana comparte la unidad psíquica (De la Cruz
& Piqueras 2002:257). Las diferencias entre las sociedades se debe al distinto
grado de evolución experimentado por unas y otras. Para la teoría de la
Evolución Unilineal el surgimiento de las culturas no guarda relación alguna entre
sí. Todas y cada una de ellas han surgido de manera independiente. A pesar de
ello, todas las culturas del mundo transcurren por los mismos estadios de
desarrollo porque todas las sociedades, como resultado de esa unidad psíquica
a la que se refieren, se encuentran inmersas en un proceso de desarrollo
unilineal.

El principio básico del desarrollo unilineal es que la evolución humana pasa por
diferentes estadios y cada uno representa siempre un nivel superior a su
precedente. Por lo tanto, la evolución humana es unilineal en el sentido de que
todas las culturas recorren una misma línea de evolución que va desde el
“salvajismo” hasta la “civilización”. Esta teoría lleva implícita la idea de progreso
la cual asemeja cambio social con desarrollo. El cambio social indica las
continuas modificaciones que tienen lugar en el espacio social mientras que el
concepto de progreso se ubica en el ámbito ideológico ya que expresa un
determinado ideal, concretamente, aquel que afirma cómo debe de ser y cómo
debe producirse el desarrollo.

La idea ilustrada sobre la evolución caló a partir del siglo XIX en las ciencias
sociales. El primer teórico social sobre la evolución fue el naturalista, filósofo y
sociólogo, Herbert Spencer. Al mismo se le atribuye la creación del concepto
dedarwinismo social que consiste en rescatar los descubrimientos realizados
por Charles Darwin en el ámbito de la biología y aplicarlos a la teoría social y
cultural. Como resultado de la conexión encontrada entre las ciencias sociales y
naturales surgió la analogía orgánica que consiste en explicar la sociedad como
si se tratara de un cuerpo humano. Dentro del citado esquema teórico, Spencer
utilizó el concepto de supraorgánico para referirse a la cultura. Esta estructura
supraorgánica supera la individualidad y se refiere al conjunto de ideas y hechos
que residen más allá de los intereses personales. Aquí encontramos la primera
definición posible del término cultura. En relación a esta premisa elaborada por
Spencer surgió la primera teoría antropológica sobre la cultura. Los dos
antropólogos más representativos de la interpretación evolucionista sobre la
cultura fueron Lewis Henry Morgan y Edward Burnett Tylor.

Lewis Henry Morgan (1818-1881)

El antropólogo estadounidense Lewis H. Morgan era abogado de formación.


Como profesional de la abogacía defendió los derechos de los nativos
americanos y así comenzó a realizar interesantes trabajos antropológicos sobre
estas culturas. Uno de los principales temas abordados por Morgan fue el del
origen de la humanidad, las relaciones de parentesco y el desarrollo de la
tecnología. En este sentido, Morgan es considerado el primer antropólogo que
estudió otras culturas, produjo un importante trabajo etnográfico sobre éstas y
realizó comparaciones sistemáticas entre ellas.

Precisamente de la aplicación del método comparativo Morgan extrajo su teoría


general sobre las culturas. El trabajo más interesante elaborado en este sentido
fue League of the Iroquois (1851).

Como resultado del trabajo de campo y la aplicación del método comparativo,


Morgan elaboró la teoría antropológica evolucionista sobre la cultura. La teoría
biológica de Darwin tuvo especial influencia sobre la misma. Esto se observa
fácilmente en su esquema sobre el desarrollo histórico de las culturas el cual se
basa en siete estadios o fases evolutivas.
Los tres estadios de desarrollo y sus correspondientes sub-estadios son
sucesivos por lo que en la base de tal teoría se aprecia la idea de progreso o
evolución unilineal.

Para Morgan, como para el resto de antropólogos evolucionistas, su propia


sociedad y cultura (la sociedad occidental del siglo XIX) representaba la fase
final de la civilización. En consecuencia, la teoría Evolucionista legitimaba la
civilización industrial situándola en la cima de los logros de la humanidad (De la
Cruz & Piqueras 2002: 257). En la creencia generalizada entre los evolucionistas
sobre que su modelo social y cultural representaba el máximo estadio de
evolución alcanzable reside, precisamente, la principal crítica realizada a los
mismos. La teoría sobre la evolución unilineal de Morgan es etnocéntrica y no
deja lugar a la posibilidad de que la evolución de otras culturas y pueblos sigan
caminos diferentes y no únicamente aquel trazado por la teoría Evolucionista.

En definitiva, se considera que L.H. Morgan fue el primer antropólogo social y al


mismo se le atribuye la realización de abundantes trabajos etnográficos sobre
las culturas nativas norteamericanas así como la elaboración de la primera teoría
sobre la evolución humana.

Edward Burnett Tylor (1832-1917)

El antropólogo Edward B. Tylor hizo lo propio pero en el contexto académico


europeo por lo que se le conoce como el propulsor de la antropología académi ca
en Europa. Al igual que Morgan, su marco teórico fue el evolucionismo y como
él, Tylor también elaboró un esquema evolutivo de las culturas. Tylor creía
firmemente en que las sociedades evolucionaban de simples a complejas y en
este caso, estableció tres fases diferentes dentro de este proceso; salvajismo,
barbarie y civilización. Su objetivo general era establecer la historia de la cultura.
A ello contribuyó con obras como Primitive Culture (1871).
Siguiendo con la teoría de Tylor, en su opinión la cultura evoluciona
constantemente y la orientación de la evolución que ha prevalecido desde la
antigüedad hasta la edad moderna es aquella que va desde el salvajismo hasta
la civilización. Todas las culturas del mundo siguen esta dirección que es
universal por lo que las diferencias entre las culturas son diferencias de grado o
cuantitavias.

El desarrollo de los estadios evolutivos para Tylor es progresivo pero no


ininterrumpido. Esto es así ya que en un mismo momento histórico coexisten
sociedades con diferente nivel evolutivo e incluso, algunas sociedades pueden
volver a estadios previos de evolución. El progreso es, por lo tanto, el que
promueve el desarrollo de las culturas.

La civilización representa para Tylor, como para el resto de evolucionistas, la


fase ideal y deseable del progreso. Sin embargo, para llegar a la misma es
necesario transcurrir antes por todos los estadios previos. La civilización a la que
representa el propio antropólogo es el resultado del desarrollo que se produce
desde las fases inferiores (sociedades simples) a las superiores (sociedades
complejas). De hecho, y esto es importante, todos los rasgos culturales
característicos de las sociedades complejas o civilizadas provienen de otros
característicos de las sociedades simples o salvajes. Por lo tanto, los
antropólogos evolucionistas creían que era posible encontrar el origen evolutivo
de la sociedad civilizada (a la cual pertenecían), investigando otras culturas
pertenecientes a estadios de evolución previos.

En relación a lo anterior, Tylor mostró especial interés por esos elementos


característicos de estadios inferiores que, sin embargo, habían conseguido
sobrevivir a su uso primitivo. A aquellos rasgos culturales que habían perdurado
desde las culturas antiguas hasta la actual sociedad moderna o “civilizada” los
denominó survivals. Así, en tanto que la evolución cultural es unilineal, los
estadios superiores se componen en gran medida de elementos característicos
de los estadios inferiores. El antropólogo, sin embargo, debe saber distinguir
acertadamente los survivals y ubicar cada cultura en el estadio que le
corresponde a pesar de los mismos.

Para Tylor, aquello que posibilita que todos los pueblos del mundo transiten por
las mismas fases de desarrollo es la unidad psíquica de la humanidad. La cultura
es para Tylor un elemento universal, una cualidad de todos los seres humanos
que deriva de esta unidad psíquica que nos une. Tylor elaboró la primera
definición antropológica sobre el término cultura. La definición elaborada por
Tylor fue tan minuciosa que la antropología contemporánea, al intentar ofrecer
una definición sobre el mismo, aún se remite a ella.

Cultura… es este todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el


arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos capacidades
adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad (Rossi & O’Higgins 1981:
80).

Según la definición anterior, la cultura es una realidad única y universal y como


se encuentra por igual en todos los seres humanos, esto permite que los estadios
de desarrollo de las culturas sean similares en todas las partes del mundo.
En definitiva, hasta el siglo XVIII el origen de la humanidad se explicaba mediante
la religión pero con el advenimiento del pensamiento ilustrado, racional y
científico, esto cambió. Las ciencias sociales estuvieron muy influenciadas por la
visión de las ciencias naturales y así se aprecia también en el surgimiento de la
teoría antropológica evolucionista. Ésta equiparó las sociedades primitivas o
simples con las culturas antiguas descubiertas por la arqueología confundiendo
de esta manera lo que es historia y lo que es desarrollo. Además, la teoría
Evolucionista sitúa a la sociedad moderna en el último estadio evolutivo, el de la
civilización, siendo por ello una teoría totalmente etnocéntrica. Sin embargo, su
importancia en antropología se debe ante todo a que con ella surgió esta
disciplina de manera oficial.

El Particularismo Histórico

El Particularismo Histórico surgió a finales del siglo XIX en Norteamérica comola


primera respuesta teórica contundente en contra del evolucionismo. Esta
determinada interpretación sobre la cultura imperó en la antropología
norteamericana durante toda la primera mitad del siglo XX.

De la Cruz y Piqueras (2002:262) recogen de forma resumida los principios


fundamentales del Particularismo Histórico:

- Cada cultura, cada sociedad, es un mundo que debe ser estudiado por sí
mismo, más allá de generalizaciones (hay una fuerte reacción contra el
evolucionismo y contra el procedimiento comparativo)

- Además, por encima de la preocupación de cómo las culturas han llegado a ser
la lo que son, quienes las estudian deben interesarse por su manifestación
actual.

- Pone todo el énfasis en la visión emic: por primera vez, lo verdaderamente


importante es el punto de vista de los integrantes de una cultura.

El Particularismo Histórico propone acercarse a las culturas sin ninguna


preferencia teórica. Se realizó así un importante esfuerzo por recoger y registrar
un gran número de datos sobre diversas culturas. Tanto que a menudo, aquellos
datos etnográficos resultaban poco manejables debido a la gran cantidad de
ellos. En cualquier caso, las aportaciones realizadas por el Particularismo
Histórico fueron reseñables porque contribuyeron a resaltar el carácter
específico y particular de cada cultura frente a la teoría Evolucionista que tenía
carácter universalista. Así surgió en antropología el concepto de relativismo
cultural. El antropólogo Franz Boas, en concreto, fue su principal impulsor.

Franz Boas (1858-1942)

Boas fue el creador de la teoría del Particularismo Histórico en Norteamérica, a


comienzos del siglo XX. Antes de ello, Boas, de origen Aleman, había estudiado
geografía y psicofísica en Europa. Cuando emigró a Estados Unidos, comenzó
a realizar importantes y abundantes estudios etnográficos sobre las culturas
nativas locales concluyendo la complejidad de las variaciones culturales. De
aquellos primeros trabajos la idea más reseñable que obtuvo fue que la
diversidad cultural prevalecía frente la universalidad y que lo que realmente
tienen en común todas las culturas es la diferencia y no la igualdad tal y como
proponía el Evolucionismo. Algunas de sus obras más reseñables en este
sentido fueron Anthropology (1907) o Instability of human types (1911).

Para el estudio de la cultura o mejor dicho, de las culturas, Boas mantuvo dos
criterios fundamentales. En primer lugar, la aplicación del método histórico. En
su opinión, para comprender cualquier cultura es necesario tener siempre en
cuenta la historia de dicha cultura. En segundo lugar, el precepto de que las
culturas están vivas.

Las culturas son siempre el resultado de la suma de múltiples elementos


decisivos para la misma. Al mismo tiempo, la influencia de estos elementos
decisivos en cada cultura es única e irrepetible y de ahí surge, precisamente, la
diversidad. De esta forma, Boas intentó construir la historia de la cultura de la
humanidad partiendo del análisis de la raza, la lengua y la cultura,
fundamentalmente. En este sentido, mantenía en sus trabajos una perspectiva
holística puesto que lo que él realmente planteaba era el estudio de la
complejidad y la diversidad humana.

Boas no se caracterizó por formular una teoría sistemática sobre la cultura. Sin
embargo, en todas sus obras se recogen los preceptos básicos del
Particularismo Histórico que Rossi y O’Higgins (1981:97-98) sintetizan de la
siguiente manera:

- Las culturas se componen de elementos recogidos de otras culturas pero


adaptadas al nuevo contexto. Reconoce, por lo tanto, el principio básico del
Difusionismo pero afirma que las características culturales se transmiten en
todas direcciones y no desde un determinado centro hacia las periferias tal y
como propone la primera.

- Las condiciones geográficas y físicas no son determinantes en la cultura, sólo


representan factores condicionantes de la misma.

- La cultura no surge para responder a las necesidades orgánicas de las


personas.

La cultura no es el resultado del desarrollo del pensamiento, por el contrario,


surge como resultado de la organización social y el proceso histórico.

- La historia de la cultura, en definitiva, es el resultado de las relaciones y los


préstamos entre pueblos y sociedades. Los elementos tomados en préstamo se
modifican según el nuevo contexto surgiendo así una nueva característica
cultural.

- Surge el concepto de relativismo cultural que consiste en analizar las


costumbres y características de los grupos humanos según la propia cultura de
producción.

Este último término, el de relativismo cultural, fue la mayor aportación teórica


realizada por el Particularismo Histórico a la antropología. Con él, Boas denunció
la perspectiva etnocéntrica que esta disciplina había mantenido desde sus inicios
hasta entonces proponiendo por el contrario, una nueva actitud y forma de
entender la diversidad humana. Para ello, había que dejar de entender la cultura
como un ente estático y analizarla, por el contrario, como algo dinámico. Las
culturas cambian a lo largo de la historia, están interconexionadas y de esta
forma, surgen nuevas características o rasgos culturales. Así se va produciendo
la diversidad cultural.

El Funcionalismo Británico

El Particularismo Histórico había desembocado, especialmente en


Norteamerica, en la teoría conocida como Cultura y Personalidad la cual se
caracterizó por llevar al extremo la relevancia de lo particular frente a lo
universal. Tanto fue así que la particularidad se buscó entonces en los procesos
psicológicos que intervenían en los procesos de socialización en cada cultura e
intervenían en la conformación de diferentes configuraciones de la personalidad
las cuales, a su vez, influían en las instituciones socioculturales.

Como respuesta a este particularismo exacerbado mediante el cual, la cultura


comenzó a explicarse como el resultado de procesos mentales particulares, en
Europa y concretamente en Gran Bretaña, se gestó el Funcionalismo Británico.

Los Funcionalistas arremetieron, en primer lugar, contra los intentos procedentes


de Estados Unidos de intentar psicologizar la disciplina y también, contra los
planteamientos sobre la cultura que ignoraban la influencia que el entramado
social ejercía sobre la misma. El Funcionalismo se caracterizó, por lo tanto, por
vincular estrechamente cultura y sociedad como dos aspectos inseparables de
una misma realidad compleja pero única (De la Cruz & Piqueras 2002: 268).

Tal y como se desprende del punto de partida teórico, el Funcionalismo Británico


estuvo notablemente influenciado por la sociología, concretamente, por la
tradición sociológica francesa de Emile Durkheim y Marcel Mauss. Éstos
analizaron con detenimiento la diversidad de los hechos sociales y
concretamente, la conciencia colectiva y grupal, la cual produce una forma de
pensar y actuar homogénea. Pero sin lugar a dudas, aquella aportación teórica
más relevante realizada a la teoría Funcionalista fue el concepto de función
social empleado, por primera vez, por la sociología francesa. Durkheim
interpretó la sociedad como un cuerpo orgánico compuesto por multitud de
unidades y elementos (personas y agrupaciones de personas o instituciones)
que cumplen una determinada función dentro del grupo total (la sociedad en su
conjunto).

El Funcionalismo Británico, siguiendo con el análisis de la cultura y la sociedad,


también desarrolló un interesante entramado teórico en torno al concepto de
estructura e institución social. La cultura se compone de instituciones tales
como el parentesco, la política, la educación, etc. Una institución es, por lo tanto,
el conjunto de personas que comparten un objetivo común. Tal y como hemos
indicado, otro de los conceptos teóricos fundamentales desarrollados por esta
teoría fue el de función. Sin embargo, dentro de la propia teoría se desarrollaron
diferentes formas de interpretar la idea de función social dando así lugar a dos
grandes escuelas. La primera tuvo como máximo exponente al antropólogo
Bronislav Malinowski (Funcionalismo Biológico) y la segunda a Alfred R.
Radcliffe-Brown (Estructural-Funcionalismo).

Bronislav Malinowski (1884-1942)

La teoría antropológica de Malinowski se desarrolló en Gran Bretaña de manera


simultánea al Particularismo Histórico de Boas en Norteamérica. Sin embargo,
Malinowski rompió totalmente con el punto de vista antropológico desarrollado
hasta entonces. La particularidad de esta teoría radicaba en su propio objetivo.
A Malinowski no le interesaba determinar la historia de la cultura sino el análisis
sincrónico de las culturas. Este objetivo condicionó notablemente la
interpretación del término cultura:

La cultura… es para el antropólogo funcionalista un amplio mecanismo a través


del cual el hombre es puesto en las mejores condiciones para hacer frente a los
problemas concretos y específicos que le salen al paso en su adaptación al
ambiente para la satisfacción de sus necesidades (Tentori 1981:32)

La cultura, para Malinowski, es un instrumento que sirve para satisfacer las


necesidades tanto biológicas como psicológicas humanas. Todas las
instituciones que componen una determinada cultura cumplen una función
social concreta cuyo objetivo final es conseguir la adaptación de los individuos
al medio y al grupo. Dicho de otra forma, la función de cualquier característica
cultural es responder a los intereses y necesidades de las personas. Por lo tanto,
la cultura representa en sí misma el instrumento que responde a las necesidades
biológicas y psicológicas básicas de las personas. Las instituciones sociales de
las que se compone la cultura son las encargadas de cubrir tales necesidades.
Siguiendo con estos planteamientos, dentro de la escuela británica se gestó una
particular interpretación denominada Funcionalismo Biológico.

De esta forma, Malinowski fue el primer antropólogo encargado de expandir el


principio teórico del relativismo cultural al afirmar que cada cultura ofrece a sus
miembros las capacidades, normas, actitudes, etc. necesarias para adaptarse a
ese medio particular.

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