Hinduismo Word
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BRAHMANISMO E HINDUISMO:
La expansión del brahmanismo y, algunos siglos después, del hinduismo siguió muy de cerca a la arianización del subcontinente. Es posible que los brahmanes
llegaran a Ceilán ya en el siglo vI antes de Cristo. Entre el siglo II a.C. y el vii de nuestra era pe-netró el hinduismo en Indochina, en Sumatra, Java y Bali. Es ver-dad
que al introducirse en el Sudleste asiático hubo de integrar el hinduisio numerosos elementos locales '. Pero también en la con-versión de la Inclia central y
mericional se dicron la simbiosis, la asimilación y el sincretismo. A lo largo de sus peregrinajes y sus giras por las regiones lejanas, los brahmanes habían contribuido
poderosamente a la unificación cultural y religiosa del subcontinen-te. A comienzos de la era cristiana, estos «misioneros» habían lo-grado imponer ya a las
poblaciones arias y no arias locales la es-tructura social, el sistema cultual y la visión del mundo propios de los Vedas y de los Brabmanas. Pero hicieron gala a lavez
de tolerancia y oportunismo, asimilando un gran número de elemen-tos populares, marginales y autóctonos 2. Gracias a las homologa-ciones realizadas a diversos
niveles (mitología, ritual, teología, etc.), los complejos religiosos no brahmánicos fueron reducidos,por así decirlo, a un denominador común y finalmente absorbidos
por la ortodoxia. La asimilación de las divinidades autóctonas y «popula-res» por el hinduismo es un fenómeno que permanece en la ac-tualidad
El paso del brahmanismo al hinduismo se produce impercepti-blemente. Como ya hemos indicado, ciertoselementos específica-mente «hinduistas» aparecían ya
en el seno de la sociedad védica ($ 64). Pero al no interesar esos elementos más o menos populares a los autores de los himnos y los Brabmanas, no fueron
recogidos
Ibidl.,263.
Pero el descubrimiento de este dolor universal no desemboca en un El Cbāndogya Up., VI, 14,1-2, habla de un hombre llevado lejos de su
pesimismo. Ninguna filosofía, ningún mensaje religioso in-dios terminan ciudad, con los ojos vendados, y abandonado en un lugar solitario. El
estancados en la desesperación. Por el contrario, el descubrimiento del hombre empieza a gritar: «He sido conducido aquí con los ojos vendados;
«dolor» como ley de la existencia puede consi-derarse como la condición he sido abandonado aquí con los ojos ven-dados». Alguien le quita la venda
sine qua non de la liberación, y de ahí que este dolor universal tenga y le indica la dirección de su ciudad. Preguntando por el camino de una
intrínsecamente un valor positivo ciudad a otra, el hom-bre logra volver a su casa. Lo mismo ocurre, añade el
texto,con quien tiene un maestro competente, que logra liberarse de las ven-
das de la ignorancia y alcanza finalmente la perfección.
* Cf. referencia en J. Gonda, ibíd., 271, 275.Yama,señor del reino de Jos muertos,
adquiere un cierto relieve; al mismo tiempo es asimilado a Kala, el tiempo; Quince siglos más tarde, Sankara (?788-820) comentaría bri-
cf.ibid.,273. llantemente este pasaje del Cbândogya. Ciertamente, el famoso me-tafísico
vedántico explica el apólogo desde la perspectiva de su pro-
Anirudha (siglo xv), comentando el Sämpkbya-sütra Il, 1; cf. M. Eliaudlc, Le
Yoga.23.
7 Cf.otros textos citados en M. Eliade,Le Yoga,24ss.
* Sāmkbya-kārika I. Por su parte, Patañjal, autor del primer texto sobre el Yoga.
escribe: «Todo es dolor para el sabio»; cf. Ýoga-sütra 11,15; cf. M.Eliade,Le Yoga,23.
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pio sistema, el monismo absoluto. Pero su exégesis no hace otra cosa que
elaborar y precisar la significación original. Así ocurre, escribe Sankara, con cipio, pero que no se lograba comprobar. La ignorancia, en reali-dad, es un
el hombre arrebatado por los ladrones lejos del Ser (lejos del ātman- desconocimiento de sí mismo, puede compararse a un olvido del verdadero
Brabman) y atrapado en la trampa de este cuerpo. Los ladrones son las yo (ātman, purusba). La gnosis (jñāna, vidyā), al eliminar la ignorancia o
ideas falsas («mérito, demérito», etc.). Sus ojos están tapados con la venda suprimir el velo de la mäyä, hace posible la liberación; la verdadera
de la ilusión, mientras que el hombre se siente estorbado por el deseo que «ciencia» equivalc a un «despertar». El Buda es el «despierto» por
le lleva hacia su mu-jer, su hijo, su amigo, sus rebaños,etc.«Soy hijo de excelencia.
fulano,soy feliz o infeliz, soy inteligente o estúpido, soy piadoso, etc.
&Cómo debo vivir? {Dónde habrá un camino de evasión? ■Dónde está mi 137. HISTORIA DE LAS IDEAS
salvación?». De este modo razona, atrapado en una red monstruo-sa,
hasta el momento en que encuentra al que es consciente del verdadero ser Y CRONOLOGIA DE LOS TEXTOS
(Brabman-âtman), que se ha liberado de la esclavi-tud, que es feliz y
además está lleno de simpatía hacia los demás. De él aprende la vía del A cxcepción de las Upanishads antiguas, todos los restantes textos
conocimiento y la vanidad del mundo. De este modo, el hombre, que era religiosos y filosóficos fueron compuestos después de la pre-dicación del
prisionero de sus propias ilu-siones, se libera de su dependencia con Buda. A veces es posible detectar el influjo de ciertas idcas
respecto a las cosas munda-nas. Reconoce entonces su ser verdadero y específicamente budistas. Numerosas obras redactadas en los primeros
entiende que no es aquel vagabundo desorientado que creía ser. Por el siglos de la era cristiana se proponen, entre otros fines, la crítica del
contrario, comprende que aquello que es el ser, eso mismo es él también. budismo. Pero no ha de exagerarsc la importancia de la cronología. En
De este modo quedan libres sus ojos de la venda de la ilusión creada por la gencral, todo tratado filosófico' indio recoge concepciones anteriores a la
igno-rancia (avidyā) y viene a ser como el hombre del apólogo que retorna fecha de su redacción, a veces muy antiguas. Cuando en un texto filosófico
a su casa, es decir, que encuentra de nuevo el atman, lleno de alegría y aparece una interpretación nueva, ello no significa que no haya sido
serenidad 8. formulada en época ante-rior.A veces es posible determinar (de manera
muy aproximativa ciertamente) la fecba de redacción de ciertos escritos,y
El Maitri Upanishad, IV, 2, compara al hombre todavía inmer-so en su ello única-mente a partir de los primeros siglos de nuestra era, pero resulta
condición humana a un ser «ligado mediante las cadenas producidas por poco menos que imposible establecer la cronología de las ideas filo-sóficas
los frutos del bien y del mal», o encerrado en una cárcel, o «ebrio de en sí10. En resumidas cuentas, el hecho de que los textos religiosos y
alcohol» («el alcohol de los errores»), o inmerso en las tinieblas (de la filosóficos relacionados con la tradición brahmánica hayan sido redactados
pasión), o víctima de una prestidigitación ilu-soria o de un sueño que algunos siglos después de la aparición de Gautama Buda no significa que
engendra fantasmagorías, razón por la que ya ni se acuerda del «estado reflejen unas concepciones articula-das en época budista.
más clévado». El «dolor» que definc la condición humana es fruto de la
ignorancia (avidyã). Como demuestra el apólogo comentado por Sankara, Durante su formación, Gautama conoció a algunos representan-tes de
el hombre padece las consecuencias de esa ignorancia hasta el día en que las distintas «escuelas» filosóficas en que es posible recono-cer las formas
descubre que sólo aparentemente estaba encenagado en el mundo. Lo embrionarias del Vedanta (es decir, la doctrina de las Upanishads), del
mismo piensan el Samkhya y el Yoga: el yo nada tiene que ver con cl Samkhya y del Yoga (cf. $ 148). Desde nucs-tro punto de vista scría inútil
mundo(cf.S 139). rastrear las etapas que separan estos primcros eshozos -atestiguados en
las Upanishads y en los textos budistas y jainistas- de sus formulaciones
Podríamos decir que, a partir de las Upanishads, el pensamien-to sistemáticas de época clásica. Bastará con señalar las transformaciones
religioso indio identifica la liberación con un «despertar» o con la toma de más importantes, con indicar las modificaciones que hicicron variar
conciencia de una situación que existía desde el prin- radicalmente la
°Hemos de precisar que el sánscrito no posee un término que corres. ponda exactamente al
* Cf. M. Eliade, Aspects du mytbe, 145ss, sobre las analogías entre este occidental «filosofía». Un sistema filosófico particular se llama darsana, «punto de vista, visión,
comprensión, doctrina, modo de considerar», de la raiz drš, «ver, contemplar, comprender».
simbolismo indio del cautiverio y de la liberación de las ataduras,y ciertos aspectos
de la mitología gnóstica; cf. también in/ra, $ 229.
1 CI.M.Eliade,Le Yoga,2Oss.
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orientación inicial. Pero no se ha de olvidar que, pasada la época de las
Upanishads, todos los métodos y soteriologias comparten una armazón doctrina admitía al mismo tiempo que los liberados seguían exis-tiendo
categorial común. La secuencia avidyā-karman-samsā-ra,la ecuación eternamente como seres espirituales autónomos. Desgracia-damente es
existencia = dolor, la interpretación de la ignoran-cia como un sueño, muy difícil entender los 555 aforismos que constituyen cl Brabma-sütra sin
pesadilla, ebriedad,cautiverio-constelación de conceptos, símbolos e ayuda de comentarios. Singularmente concisos y cnigmáticos, estos sütras
imágenes-era unánimemente accptada. El Śatapatba Brābmana ya lo servían más bien como recursos memo-rísticos; su significado debía ser
había proclamado:«El hombre nace en un mundo confeccionado por él aclarado por un maestro. Pero los primeros comentarios cayeron en el
mismo» (VI, 2,2,27). Podría decirse que los tres daršanas vinculados al olvido y finalmente desapare-cieron al surgir la interpretación genial de
brahmanismo-Vedan-ta, Samkhya, Yoga- y también el budismo se Sankara, hacia el año 800 de nuestra era. Se conoce únicamente los
consagran de forma definitiva a explicitar este axioma y a dilucidar sus nombres de algunos autores y cierto número de citas 12.
consecuencias.
Sin embargo, en algunos textos (Svetāsvatara,Maitri Upanis-bad,
Bbagavad-gita y Moksbadbarma, o libro XII del Mabābbā-rata) hay un
138. EL VEDANTA PRESISTEMATICO número suficiente de indicaciones relativas al pensa-miento vedántico
anterior a Sankara. La doctrina de la māyä aclquiere tal importancia que
El término vedānta (literalmente,«fin del Veda») servía para designar a pasa a primer plano. La reflexión gira en torno a las relaciones entre
las Upanishads; en efecto, éstas iban a continuación de los textos védicos Brabman y la creación de la māyā. La concepción antigua de la creación
". Al principio, el Vedanta designaba el conjunto de las doctrinas contenidas cósmica en tanto que mani-festación de la potencia mágica (mäyã) del
en las Upanishads. Sólo más tarde (pri-meros siglos de nuestra era) y poco Brabman cede el paso ante la importancia otorgada a la mâyã en la
a poco se convirtió el término en designación específica de un «sistema» experiencia de cada individuo, y más concretamente a su acción cegadora.
filosófico por oposición a los otros daršanas, concretamente el Samkhya y En última instancia, la mäyã cs asimilada a la ignorancia (avidya) y compa-
el Yoga clásicos. Al analizar las doctrinas upanishádicas hemos expuesto rada al sueño. Las «realidades» multiformes del mundo exterior son tan
ya las idcas maestras del Vedanta presistemático. En cuanto al «sistema ilusorias como el contenido de los sueños. La tendencia, atestiguada ya en
de filo-sofía» vedántico propiamente dicho, nos es desconocida su más el Rigveda (X, 129), a totalizar la realidad en Dios, es decir, en el Uno/Todo,
antigua historia. El texto más antiguo de los conservados,el Brab-ma-sütra, desemboca en formulaciones cada vez más audaces. Si el ser es la eterna
atribuido al risbi Badarayana, fue redactado probable-mente a comienzos unidad/totalidad, no sólo el cosmos, es decir, la multiplicidad de los objetos,
de nuestra era. Pero con seguridad no fue el primero, pues Badarayana es ilusorio (māyā), sino que lo cs también la pluralidad de los espíritus. Dos
cita los nombres e ideas de numerosos autores que le precedieron. Por generaciones antes de Sankara, ya el maestro vedántico Gaudapada afirma
ejemplo, al discutir las relaciones entre el ätman individual y el Brabman, que la creencia en la pluralidad de los ätman individuales es provocada por
Badarayana habla de tres teorías distintas y recuerda los nombres de sus la mäyā (cf. Māndūkya-Kārika, II, 12 y 19). Sólo existe realmente un ser,
más ilustres repre-sentantes. Según la primera teoría, ātman y Brabman se Brabman, y cuando el sabio, en vir-tud de una meditación de tipo yóguico,
identifi-can; para la segunda, ätman y Brabman son, hasta su liberación, capta experimentalmente su propio ätman, se «despierta» en la luz y la
absolutamente distintos y están separados; finalmente, conforme al tercer beatitud de un eter-no presente.
maestro vedántico, los ātman son de esencia divina, pero no idénticos al
Brabman (Brabma-sūtra,I,3,21). La identidad Brabman-ätman constituye,como hemos visto,el
descubrimiento más importante de las Upanishads (cf.$ 81).Pcro después
Al discutir las teorías hasta entonces propucstas,Badarayana se de las críticas de los doctores budistas, los vedánticos se vicron forzados a
proponía probablemente articular una doctrina que proclamara a Brabman fundamentar con rigor y sistemáticamente su ontología, que a la vez era
causa material y cficiente de todo cuanto existe, y al mismo tiempo una teología, una cosmología y en defi-nitiva una soteriología. En este
fundamento de los ätman individuales,pero esta esfuerzo por reclaborar la herencia upanishádica y por formularla conforme
a las necesidades de la
"El término aparecía ya en la Mundaka Upanishad (III, 2,6) y cn la Svetāsvatara
Upanisbad (VI, 22). "Cf. H. de Glasenapp, La pbilosopbie indienne, 145ss.
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época, Sankara no tienc rival. Sin embargo, a pesar de las magni-ficencias
de su obra y la considerable influencia de su pensamicnto en la historia de aproximaban mucho. Se distinguen dos difcrencias escnciales: 1) mientras que
la espiritualidad india, Sankara no agotó las posi-bilidades místicas y el Samkhya clásico es atco, el Yoga cs teísta,pucs postula la existencia de un
filosóficas del Vedanta. Siglos después de él, numcrosos maestros Señor (Isvara); 2) mientras que según el Samkhya sólo hay un camino para
claborarán otros sistemas paralelos. Por lo demás,el Vedanta se diferencia obtener la liberación, cl del conocimiento metafisico, el Yoga atribuyc una
de los restantes daršanas por no haber cegado las fuentes de la creatividad importancia consi-derable a las técnicas de meditación. Las restantes
en la época de los sūtras y sus primeros comentarios. Por ello, si bien se diferencias ape-nas importan. En consecuencia, las doctrinas del Samkhya,quc
puede afirmar que los«sistemas filosóficos» Samkhya y Yoga quedaron presentaremos brevemente, pueden ser consideradas igualmente vá-lidas para
esencialmente establecidos en la etapa que va del siglo Iv al viii, el Vedanta los esquemas teóricos de los Yoga-sütras de Patanjali 15.
co-nocerá su verdadero desarrollo a partir de Sankara 1.
Para el Samkhya y cl Yoga, el mundo es real (no ilusorio, como lo es, por
ejemplo, para el Vedanta). Sin embargo, que el mundo exista y permanezca se
139. EL ESPIRITU SEGUN EL SAMKHYA-YOGA debe a la «ignorancia» del espíritu (purusba). Las innumcrables formas del
cosmos, así como sus pro-cesos de manifestación y desarrollo, sólo existen en
Mucho antes de la articulación sistemática de la «filosofía» del la medida en que el espíritu, el yo, se desconoce y, en virtud de esa «ignoran-
Samkhya, su terminología específica aparece explícitamente atesti-guada cia»,sufre y se halla esclavizado. En el momento preciso en que el último yo
en la Katba Upanisbad', es decir, en el siglo iv a.C. La Švetāšvatara haya alcanzado la liberación,justamente entonces se reabsorbcrá la creación
Upanisbad, que quizá sea más reciente, contiene nu-merosas referencia a toda en la sustancia primordial (prakriti).
los principios del Samkhya-Yoga y utiliza el vocabulario técnico peculiar de
los dos daršanas. Pero la historia de las doctrinas del Samkhya nos es mal Al igual que el ātman de las Upanishads, el purusba es incfa-ble. Sus
conocida hasta la apari-ción del primer tratado sistemático, el de «atributos» son negativos. El yo «es el que ve (sāksin, litcralmente, «testigo»),
Isvarakrishna (probable-mente del siglo v de nuestra era). De todas formas, cstá aislado, es indiferente, simple espec-tador inactivo» (Sāmkbya-Kārikā,
el problema interesa más a la historia de la filosofía india. Para nuestro 19). Autonomía e impasibilidad son los epítetos tradicionales del espíritu,
propó-sito bastará decir que el Samkhya presistemático,tal como pode-mos constantemente repetidos en los textos. Al ser irreducible y estar desprovisto
reconstruirlo, por ejemplo, a partir de ciertos pasajes del Moksbadbarma, de cualidades, el purusba carece de «inteligencia», pues no tiene deseos.Los
es proclamado como la gnosis salvífica por exce-lencia, a la par que el descos no son eternos y por ello mismo no pertenecen al espíritu. El espíritu
Yoga, disciplina eminentemente práctica. En definitiva, el Samkhya es eternamente libre y le son extraños los «estados de conciencia», el fluir de
prolonga las Upanishads e insiste en la función decisiva del conocimiento la vida psico-mental 16.
para obtener la liberación. La originalidad de los primeros maestros del Pero esta concepción del purusba suscita de entrada ciertas di-ficultades.
Samkhya consiste en su convicción de que la verdadera «ciencia» Si, en efecto, el espíritu es eternamente puro, impasible, autónomo e
presupone un análisis riguroso de las estructuras y dinamismos de la irreducible, écómo es posible que se deje enredar en la experiencia psico-
naturaleza, de la vida y de la actividad psico-mental, completada mediante mental? cY cómo es posible semejante rela-ción? Analizaremos con mayor
un esfuer-zo constante por captar la modalidad sui generis del espíritu fruto la solución propuesta al pro-blema por eI Shamkhya y el Yoga cuando
(purusba). conozcamos mejor las relaciones que pueden mantener el yo y la
Incluso en época clásica, durante la redacción de los primeros tratados naturaleza.Precisemos de momento que ni el origen ni la causa de esta
sistemáticos, los Sämkbya-Kärika de Isvara y los Yoga-sūtras de Patañjali, situación paradó-jica, de esta extraña «relación» que une al purusba con
los esquemas teóricos de los dos daršanas se prakriti han sido objeto de una discusión en regla por parte del Samkhya-Yoga.
La causa y el origen de esta asociación del cspíritu y la ex-periencia son dos
aspectos del problema que los macstros del Samkhya-Yoga juzgan insoluble
1 Por este motivo dejamos para el tercer volumen de esta obra el estu-dio de los porque superan la capacidad actual
diferentes sistemas del Vedanta clásico.
Cf.M. Eliade,Le Yoga, 21ss; G.J. Larson, Classical Samkbya, 166ss.
“ Cf., por ejemplo, II, 18-19, 22-23; III, 3-4, 10-11; VI,7-9,ctc.
1° Cf. los textos citados en M. Eliade, Le Yoga, 28ss.
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A partir del momento en que sale de su estado inicial de equi-librio "El Samkhya-Yoga ofrece también una interpretación subjetiva de los tres gunas cuando
perfecto y asume unas determinaciones condicionadas en vir-tud de su considera sus «aspectos» psiquicos. Cuando predomina el saltra, la conciencia está tranquila,
clara, lúcida, virtuosa; cuando la domina el rajas, se agita, está insegura e inestable; dominada por
«instinto telcológico» (a que nos referiremos más ade-lante), la prakriti se el famas, se halla oscurecida, confusa, agitada por pasiones, bestializada; cf. Yoga-sütra, II, 15,19.
presenta bajo la forma de una masa energética
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