Piel y Emulsión Epicutánea
Piel y Emulsión Epicutánea
Piel y Emulsión Epicutánea
La epidermis es la capa más externa de la piel y está constituida por células especializadas en fabricar una barrera de
protección frente al medio externo.
La emulsión epicutánea o manto hidrolipídico es una capa formada por el sebo de las glándulas sebáceas y el sudor
emanado por las glándulas sudoríparas, junto a sustancias de origen epidérmico. La emulsión epicutánea o manto
hidrolipídico es una capa que recubre la superficie cutánea formada a partir de las secreciones sebáceas y sudoríparas.
EMULSION EPICUTANEA
La emulsión epicutánea o manto hidrolipídico se puede considerar el primer cosmético natural de la piel, con funciones
protectoras, emoliente e hidratantes.
Cualquier producto que se aplique sobre la superficie cutánea se tendrá primero que incorporar a esta emulsión natural,
que le servirá muchas veces de vehículo para conectar con ella. Cuando se aplica un cosmético, ya sea de protección o
El manto hidrolipídico tiene una función de barrera protectora, ya que actúa como medio de defensa evitando la pérdida
de agua, electrolitos, protección frente a microorganismos y otros componentes, así como bloqueando la penetración de
Esta emulsión epicutánea tiene varias funciones importantes para la piel y puede experimentar alteraciones que afectan
su equilibrio y función normal.
glandulares:
• Protección de la piel.
• Lubricación.
Fase 0/W (aceite en agua): Soluble en agua, compuesta por sustancias hidrosolubles como aminoácidos y urea. Ayuda a
retener el agua en la piel y mantenerla hidratada.
Fase W/O (agua en aceite): Insoluble en agua pero soluble en lípidos, compuesta por lípidos como ceramidas, colesterol
y ácidos grasos. Ayuda alubricar la piel y prevenir la pérdida excesiva de agua.
ALTERACIÓN EMULSIÓN EPICUTÁNEA
• Hipersecreción sebácea
Existen diversas causas por las cuales se altera el funcionamiento normal, por ejemplo, en patologías como psoriasis o
dermatitis atópica, en las que se altera la normal queratinización de la piel y por ende la barrera cutánea.
Las alteraciones en la emulsión epicutánea pueden ocurrir en los anexos glandulares y dar lugar a diversos problemas de
la piel. A continuación, se presentan algunos ejemplos de estas alteraciones:
1. Hipersecreción sebácea: Las glándulas sebáceas pueden producir sebo en exceso, lo que puede dar lugar a una
emulsión epicutánea desequilibrada. El sebo en exceso puede obstruir los poros de la piel y contribuir al
desarrollo de afecciones como el acné y los comedones.
2. Acné: El acné es una condición cutánea común caracterizada por la obstrucción de los folículos pilosos y la
proliferación bacteriana. Si el equilibrio del manto hidrolipídico se ve comprometido, puede haber una
producción excesiva de sebo, lo que favorece el desarrollo de brotes de acné.
3. Hiposecreción sebácea: Por otro lado, una producción insuficiente de sebo puede resultar en una emulsión
epicutánea deficiente en lípidos. Esto puede llevar a una piel seca, deshidratada y propensa a la irritación y la
descamación.
4. Alteraciones en la composición lipídica: Las glándulas sebáceas pueden producir lípidos de composición anormal,
como ácidos grasos alterados o niveles desequilibrados de ceramidas. Estas alteraciones en la composición
lipídica de la emulsión epicutánea pueden afectar su función protectora y contribuir a problemas como la
dermatitis atópica y la piel sensible.
5. Dermatitis atópica: La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que puede ser
exacerbada por agentes físicos y químicos.
El manto hidrolipídico es una película protectora que se encuentra en la superficie de la piel y está compuesta
por una mezcla de agua, lípidos y sustancias producidas por las glándulas sebáceas y sudoríparas.
Los agentes físicos y químicos pueden alterar el equilibrio y la función del manto hidrolipídico, lo que puede dar
lugar a diversas patologías y trastornos de la piel. A continuación, te proporciono una descripción de algunos
agentes y cómo pueden influir en el manto hidrolipídico:
TRATAMIENTOS COSMETOLÓGICOS
Tratamientos cosmetológicos pueden influir en el manto ácido de la piel de diferentes maneras. Algunos
tratamientos pueden ayudar a restaurar o mantener el equilibrio del manto ácido, mientras que otros
pueden alterarlo. Algunas consideraciones importantes en relación con los tratamientos cosmetológicos y el
manto ácido incluyen:
• Utilización de productos adecuados: Es importante elegir productos cosméticos que sean suaves, no
irritantes y que respeten el equilibrio del pH de la piel.Los productos demasiado agresivos pueden alterar el
manto ácido y causar irritación o sequedad.
• Exfoliación: Los tratamientos exfoliantes pueden ser beneficiosos para eliminar las células muertas de la
piel y estimular la renovación celular. Sin embargo, es importante evitar la exfoliación excesiva, ya que
puede dañar la barrera cutánea y afectar el manto ácido.
• Uso de humectantes: Los humectantes y cremas hidratantes pueden ayudar a mantener la hidratación
de la piel y reforzar la barrera cutánea, contribuyendo indirectamente al equilibrio del manto ácido.