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El Celular

El celular moderno contiene más de 100 elementos químicos, incluyendo litio, cobalto, grafito, silicio, fósforo y tierras raras. El indio y las tierras raras son cruciales pero escasos, y los procesos de reciclaje son ineficientes, por lo que es necesario mejorar el reciclaje o encontrar sustitutos para asegurar el futuro de la tecnología móvil.
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El Celular

El celular moderno contiene más de 100 elementos químicos, incluyendo litio, cobalto, grafito, silicio, fósforo y tierras raras. El indio y las tierras raras son cruciales pero escasos, y los procesos de reciclaje son ineficientes, por lo que es necesario mejorar el reciclaje o encontrar sustitutos para asegurar el futuro de la tecnología móvil.
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El celular, toda una mina en la palma de

la mano
FOTO:
W

La primera llamada con un teléfono móvil fue hecha hace 40 años entre John Mitchell y
Martin Cooper, de Motorola. Cada uno de los aparatos que utilizaron pesaba alrededor de
2 kilos. Para comienzos de los años 90, teléfonos móviles de apenas unas centenas de
gramos podían conectarse a redes y hacer operaciones similares a las de un computador
personal. Por eso se los llamó ‘smartphones’ (teléfonos inteligentes).

En el 2007, la pantalla táctil del iPhone eliminó la necesidad de teclado y puso,


literalmente, el mundo en la yema de nuestros dedos. Se espera que el próximo año,
un tercio de la población mundial tenga un teléfono inteligente; esos son
aproximadamente 2.530 millones de usuarios en todo el planeta.

Por más que sea una historia cautivadora, la revolución que produjo este vertiginoso
desarrollo no fue solo el producto de la mente de adorados genios del diseño y el
mercadeo. Detrás del glamur de las brillantes pantallas de alta resolución y las superficies
redondeadas está el producto de la investigación de miles de científicos expertos en una
herramienta olvidada y que a veces solo parece servir para sembrar el terror en los
corazones de los bachilleres: la tabla periódica de los elementos.

Un teléfono móvil de última generación incluye más elementos de los que un ciudadano
promedio puede recordar sin recurrir a internet. La cubierta de un teléfono está hecha
de plástico, esencialmente enlaces de carbono (C) e hidrógeno (H); o metal,
aleaciones de magnesio (Mg). También incluye bromo (Br), que actúa como retardante
del fuego, y níquel (Ni), que reduce la interferencia electromagnética.

La mayoría de los teléfonos usan, además, baterías de ion litio, compuestas por óxido de
litio (Li), cobalto (Co) y grafito dentro de una cubierta de aluminio (Al). Los componentes
electrónicos están hechos de silicio (Si), fósforo (P), galio (Ga), antimonio (Sb) y arsénico
(As), soldados con plomo (Pb) y estaño (Sn).

Las conexiones eléctricas están hechas de cobre (Cu), plata (Ag), tantalio (Ta) y oro (Au).
De hecho, hay más de 100 veces más oro en un kilo de celulares que en un kilo del
mineral que se extrae en una mina. Pero el oro no es lo más valioso ni lo más raro en
un teléfono móvil.

La pantalla de los celulares tiene la propiedad particular de ser transparente y conducir la


electricidad al mismo tiempo, convirtiéndola en una superficie sensible al tacto. Esto es
posible gracias a una aleación de oxígeno (O), indio (In) y estaño (Sn). Tan solo hay 0,02
gramos de indio en un ‘smartphone’, pero, con la demanda actual por pantallas táctiles y
la gran ineficiencia del proceso de reciclaje de este elemento, se estima que agotaremos
las reservas mundiales de indio en la siguiente década.

Uno de los más grandes desafíos para los científicos de materiales es encontrar un
reemplazo para el óxido de indio y estaño, y aunque existe un candidato, el grafeno (una
sustancia compuesta de carbono puro), su aplicación masiva aún no ha sido probada.

Dentro de nuestros teléfonos también se encuentran elementos con nombres tan


exóticos como praseodimio (Pr), neodimio (Nd) y gadolinio (Gd), los cuales se utilizan
en los imanes de los micrófonos y los parlantes. Otros como el terbio (Tb), el disprosio
(Dy) y el europio (Eu) son cruciales para las unidades de vibración y para producir los
colores en la pantalla. Todos ellos forman parte de la familia de elementos llamados
tierras raras, que, aunque existen en relativa abundancia en la corteza terrestre, se
encuentran dispersos en ella, complicando significativamente su extracción.

El país con las mayores reservas de tierras raras en el mundo es China, pero, debido a su
valor en aplicaciones tecnológicas, su búsqueda se ha extendido a otros países, incluida
Colombia.

Cuando alguien decide que un celular inteligente ha llegado al fin de su vida útil, estos
pueden ser enviados a centros de reciclaje donde es posible reacondicionarlos, pero
todos los años millones de ellos terminan en la basura. Allí son reducidos a trozos en
máquinas trituradoras y pasan a la eternidad como polvo en los rellenos sanitarios, donde
el valioso indio y las difíciles de encontrar tierras raras, ese grupo de elementos
indispensables para los ‘smartphones’, se pierden para siempre.

Para que algún día no tengamos que extrañar esos elementos, que hacen posible nuestra
forma de vida actual, hace falta mejorar considerablemente los procesos de
reciclaje. O, a lo mejor, tenemos que inventar nuevos materiales que suplan estos
elementos o desarrollar estrategias para explotarlos en asteroides y otros planetas.

De cualquier manera, los genios que necesitamos para que esta tecnología siga siendo
rentable y útil para la humanidad probablemente no estarán detrás de los comerciales
anunciando los últimos productos, sino en los laboratorios de física y química.

JUAN DIEGO SOLER*


Para EL TIEMPO
*Astrofísico investigador del Instituto Max Planck de Astronomía@juandiegosoler

ACTIVIDADES PARA DESARROLLAR

Para cada elemento mencionado en la lectura:

 Consulte el Z
 Elabore la configuración electrónica
 Determine niveles de energía
 Determine electrones en el último nivel.

Observe el ejemplo:

elemento símbol z configuración Niveles Electrones


o de en el
energía último
nivel
carbono C 6 1s2,2s2,2p2 2 4

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